lunes, 23 de enero de 2012

SEXORAMA. Mi vecino, el casado


La esposa de mi vecino se despedía de él ya que iba sola a pasar sus vacaciones en casa de sus padres en el interior. La despedida fue bastante subida de tono y con muchos besos, yo estaba llegando al edificio y entramos juntos, tomamos la escalera al segundo piso donde vivíamos ambos. Conversabamos y le había notado su pene marcado en el pantalón hacia el lado izquierdo de su entrepierna, estaba un poco excitado luego de la despedida.
Antes de entrar a nuestros apartamentos le di un poco de conversación y me dí cuenta que su pene seguía abultado. Se le notaba un tamaño grande y grueso a pesar de que el pantalón le quedaba un poco holgado.

“Vecino, ¿será que usted me daría una mamada para quitarme esta excitación? Le contesté: “por mi encatado, ¿su apartamento o el mío?
Mi vecino es delgado y bajo de estatura, con unas nalgas redonditas y duras, un cuerpo bastante atractivo,  muy varonil y guapo.
V: en el suyo mejor
Yo: pase vecino, adelante, está en su casa

Mientras iba a entrando le agarré su verga en el pantalón y pude sentir el grosor “vaya que la tiene gruesa vecino, y bastante larga” “un poco nada más, jejeje”.


Cerré la puerta y empezó a bajarse los pantalones y me dijo: “quiero decirle dos cosas, primero que espero que esto quede entre nosotros y segundo que es la primera vez que hago esto con un hombre”.
“No se preocupe vecino, usted verá después si le gusta o no”
Le quité la camisa dejándole el boxer y empecé a morder suavemente su verga por encima del boxer, lo que empezó a excitarlo más
Se la sacó del boxer, una verga completamente lisa, sin venas, cabezona.


Comencé a mamarlo, primero suavemente que entrara a mi boca poco a poco hasta que logré que entraran los casi 22 cms, me pidió que no siguiera que ya estaba a punto de venirse y quería verme sin ropa.
Empecé a desnudarme frente a él, me puse de espaldas y me acariciaba las nalgas cuando sentí que me agarraba el trasero para acariciarmelo. Abrió mis nalgas tocando mi culo, pasando su dedo índice suavemente


No había terminado de meterme el dedo cuando empezó a masajearme el ano, me sacó suspiros y quejidos de placer. Mi vecino es experto mamando, su lengua hacía un trabajo inmejorable lo que hizo que unos 10 minutos más tarde ya estuvieramos en un 69 donde yo chupaba su vergota y él mi culo.
Me puso boca arriba, mamó mi verga, mis bolas, su lengua entraba y salia de mi culo para prepararlo y yo al ver aquello tan grande estaba cada vez con más ganas.

Apoyó la cabecita en la entrada de mi culo y la empezó a frotar con toda la saliva que había dejado allí, cuando cerré mis ojos para disfrutar, la dejó ir de un solo tiro, de manera que entró completa.
Al comienzo dolió pero él no se movió para que me acostumbrara, me empezó a besar, la sacaba suavemente y la metía, ya casi no dolía y poco a poco hizo que el dolor se convirtiera en un placer indescriptible.


Sin sacarla cambiamos de posición para que yo cabalgara. La sacaba y la volvía a meter, cambió de posición, me la sacó y me puso boca abajo y ahora era él quien me daba. Su verga se hacía más gruesa y sus movimientos más rápidos
Demoró bastante derramando su leche dentro de mi, yo acabé mientras mi guevo se frotaba con la cama.
Un poco más tarde empecé a sentir como su guevo se iba achicando aún dentro de mi hasta que la sacó.


Empecé a pujar suavemente mientras mi vecino veía el semen que iba saliendo de mi culo y eso logró que se le pusiera dura y volvió a metérmela para empezar un segundo asalto que fue incluso mejor que el primero.

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