sábado, 18 de abril de 2015

SERENDIPIA 9

–Buenas tardes señor Albornóz, gracias por haber venido. Voy directo al grano porque no tengo tiempo, estamos complicado con el trabajo y el personal cada vez es menos.
–Buenas tardes, tengo el corazón en la garganta de los nervios. Dígame lo que sea.
–Bien. Aquí tengo a estos tres sospechosos: Carlos, Antonio y Jóvito. Estos sujetos estaban  con su hermano el día del fallecimiento.

El comisario le contó con detalle como ocurrió todo, los sospechosos habían confesado todo. Los interrogaron por separado y para sorpresa de todos, coincidían en su declaración, cada uno reveló el nombre del otro.

–Esto es increíble, al final el culpable de su muerte es mi propio hermano.
–Bueno si, pero esta gente cometió un delito, presenciaron el fallecimiento de una persona y ocultaron el cadáver, es algo grave también aunque no es un asesinato. De todas manera échle un visazo al expedientede su hermano donde está el informe de la autopsia, ahei describen que fue lo que le pasó. La causa de la muerte fueron loscomponentes que había ingerido y no lo que le estaban haciendo, formó parte de eso pues llegó a un grado de excitación que el corazón no lo soportó.
Roberto leía las declaraciones de los sospechosos y sentía como su pene movía entre el interior.
–Usted me dijo que hay otra persona que ahora es que aparece en los interrogatorios.
–así es, es el cabecilla por decirlo de alguna manera, es la persona que llevaba el grupo de sadomasoquismo, de hecho practican eso con clientes, su hermano era uno de esos clientes.
El sujeto se llama Sebastián Muñoz, es chileno y trabaj en una trsnacional, lo trasladaron temporalmente para acá.

Roberto se puso palido y la carpeta de la autosia de su hermano se le cayó de las manos. Comenzó a sudar frío.
–¿Pasa algo señor Albornóz?
Hubo un silencio de varios segundos. El celular del comisaro sonó y revisó el mensaje. Roberto habló..
 –Ese tipo estuvo en el funeral cuando velábamos a mi hermano…
–Ya va, ¿me está diciendo que usted lo conoce?
–Bueno, si, lo conocí casualmente ahí, el velaba a su hermana en ese momento que casualmente era la novia de mi hermano.
–Ese detalle no lo sabía…caramba…¿y usted tiene manera de contactar al señor Sebastián?.
Roberto volvió a quedarse callado, iró la carpeta de su hermano y respondió.
–No, ese día sólo hablamos… –Mintió.
–Bueno igual tenemos todos sus datos, esperamos por la fiscalía para una orden de allanamiento en su apartamento y en el apartamento donde ocurrieron los hechos. Me imagino que debe estar agobiado con toa la información y ademeas sabiendo quien es el hombre.
–Si…si..¿me puedo ir oficial? No me estoy sintiendo bien.
–Si, ya no hay más nada que contarle, pero de todas maneras seguiremos en contacto para cualquier declaración.

Roberto se montó en su carro y se quedó un rato ahí, apoyando la cabeza en el volante.

Sebastián ya habeia desayunado y estaba nervioso esperando a Roberto, entró a la habitación y se puso a revisar las gavetas, vio una cinta de video le dio vueltas con los dedos y le dio curiosidad sabe que había.

Comenzó a buscar una cámara de video por toda la habitación. Buscó en el armario, gavetas, muebles, cajas, hasta que dio con ella en el mueble al lado del televisor, estaba en un ricón. La tomó,agarró el cable que estaba ahí también y la conectó al televisor.

Le puso play y se tiró en la cama a ver. Vio a Roberto acercarse a un joven que estaba en la cama y cominza a hacerle sexo oral a Roberto. Sebastian comienza a emocionarse y se quita el bóxer para masturbarse. El sexo a ratos es violento –Parece que se está violando al carajito, que rico–Dice Sebastián mientras se sigue masturbando.
Unos segundo meas tarde suen el timbre del apartmento y Sebastián se levanta , pone pausa y va a ver quien es. Se asoma por la mirilla.
–¿Quién es?
–La policía tenemos una orden de allanamiento.
Abre la puerta y le dice a los oficiales que el dueño no está.
–No importa usted será testigo mientras hacemos nuestro trabajo traemos a un fiscal del ministerio público.
Sebastián asustado abre la reja y los deja pasar.
–Revisen toda la casa y lo que vean fuera de lugar lo recaban para el expediente. ¡VAMOS!
Los policías le preguntaron a Sebstián qde que conocia a Robreto Albornóz, le dijo que eran amigos y lo estaba esperando.
–¿Y así medio desnudo?
–Me acabo de levantar.
–¡JEFE! VENGA AL CUARTO.
Sebastián palideció al escuchar al policía. En la habitación estaba el video en pausa.
–Mire lo que esteabamos buscando, aquí el señor lo estaba viendo.
–vaya, vaya, bueno señor, nos va a tener que acompañar para que nos digaque pasa aquí.
–Es que yo, yo sólo lo estaba viendo no sé nada de esto.
–Tranquilo, si no tienen nada que ocultar o temer puede venir con nosotros y respondernos unas preguntas.
–SIGAN BUSCANDO, NOS VAMOS ENSEGUIDA.
Recogieron otras cosas del apartamento y se fueron con Sebastián que se vistió, tomó sus pertenencias y se fue con la comitiva.

20 minutos despues llegaba Roberto a su apartamento, la puerta y la reja estaban abiertas, entró con cuidado y vioq que varias cosas estaban desordenadas y esparcidas por el piso, se fue a la habitación y estab igual. Llamó a Sebastián pero no obtuvo respuesta, entró al baño y al otro cuarto, no había nadie.

Al regresar a la sala, vio por detrás de la puerta una hoja pegada. Era la notificación de allanamiento, donde explicaba que hicieron y que tenía una citación en la policía para un interrogatorio por  la presunta violación de un menor de edad.

Roberto arrancó el papel y no podía creer lo que estaba pasando.

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