jueves, 30 de julio de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 9

Sentados en el sofá comenzaron a hablar tomándose cada uno una cerveza.

–¿Y desde cuando estás saliendo con Arquímedes?
–Débora, no la llames así.
–Bueno tú me entiendes, yo lo conocí como Arquímedes.
–Tenemos casi 3 meses
–¿Y te gusta?
–Estoy enamorado de ella, no pongas esa cara ya sé que es poco tiempo pero me siento muy bien con ella, feliz.
–No, no, tranquilo, ese no es mi peo. En el barrio te tenían como hétero ¿sabías? Pero te empataste con Débora y la vaina cambió.
–Yo le dije a Débora que no era gay…ella se va a operar y eso me gusta quiero estar con una mujer, me gustan las mujeres.
–Yo sé, a mi no me lo tienes que decir, pero también te gusta un culo de macho.

Régulo bebió un sorbo de cerveza y se le acercó a Alejo, le dio un beso pasándole el líquido a su boca. Mientras le bajaba el cierre del pantalón y le sacaba el pene  que ya delataba  una erección.
Se agachó y comenzó a hacerle sexo oral mientras que Alejo le empujaba la cabeza hacia abajo. Régulo seguía y mientras lo hacía su boca salivaba y mojaba todo el pene de Alejo que  en cada movimiento sentía que se iba a correr.

Alejo lo detuvo y comenzó a quitarse la franela. Régulo se bajó los pantalones y le dio un preservativo –Póntelo y métemelo ya –Dijo viéndolo con morbo.
Se colocó el preservativo y escupió en el culo de Régulo, que se abrió nalgas abiertas con sus dos manos. Comenzó a penetrarlo hasta tenerlo todo adentro, se detuvo y empujó un poco más para luego empezar a moverse.

El celular de Alejo sonaba. –Tengo que atender –Dijo mientras no paraba de penetrar a Régulo que le dijo que atendiera –Y sígueme cogiendo–.

–<<Alo´>>
–<<Hola vida, ¿cómo estás, dónde andas?
–<<Hola mi amor, estoy con Régulo en su casa, ya comimos juntos y compré unas cervezas y las estamos tomando aquí en su casa>> –Alejo se había detenido pero Régulo comenzaba a moverse metiéndose el mismo el pene de Alejo, que seguía hablando por el celular pero tomaba por el hombro al bombero–.
–<<No te tardes amor, te quiero>>
–<<Tranquila en un rato me voy, un beso, te quiero>>.
Colgó la llamada y cerró los ojos, la rabia y la culpa entraron en su cuerpo. Tomó de los hombros a Régulo y comenzó a moverse con más fuerza. El bombero excitado al ver ese desbordamiento de pasión. Alejo siguió unos segundos más y empujó. Se vino dentro, gruñía mientras tenía al bombero tomado por los hombros con fuerza sin dejarlo que se moviera. Al terminar lo soltó y se relajó tumbándose a un lado del sofá.

–¡Coño, que cogida más buena! Te luciste.
–Me siento mal.
–¿Te duele la cabeza?
–¡No Régulo, me siento mal, me siento como una basura, un coñoemadre , no debí…hacer esto.
–Deja el drama que sólo fue una tirada, relájate, yo no me quiero empatar contigo, además yo no voy a decir nada –Mintió, le comentó a un compañero de trabajo que estaría con Alejo en su casa teniendo sexo –Estuvo buena esa tirada y quedé bien pagado.

Alejo se levantó del sofá se puso su franela y se acomodó el pantalón.
–¿Ya te vas?
–¿A ti que te parece?
–Coño vale no seas guevón, no te hagas coco con lo que pasó, pasó y listo. Vamos a tomarnos otra cerveza y vamos pal segundo.
–No mi pana, ya lo hicimos, ya me voy además es tarde.

Salió del apartamento. Ya en la calle recibe un mensaje por Facebook, lo responde. Luego de tres mensajes más le da a la persona su número y hablan por el celular unos minutos. Se iba a conocer a una persona que estaba en su contactos de Facebook.

Débora se quedó un rato más en el local sola acomodando unas cuentas y revisando unos productos. Justo cuando iba saliendo tres encapuchados la interceptan y la hacen entra al local cierran con llave. Mientras uno la tiene agarrada tapándole la boca, el otro le arranca el vestido y la ropa interior. La tumban al piso, dos de los hombres  la tiene sujeta para que no se mueva, el tercero se va sobre ella y sin aviso la penetra con fuerza. Débora no puede gritar pues tiene un teipe plomo en su boca.

El violador se le acerca al oído –Aprovechando que tu novio se está cogiendo al bombero yo te cojo a ti –Iba empujando cada vez más fuerte. Débora lloraba del dolor y la impotencia, su cara estaba roja y las venas de su sien brotadas.
–Te dije que ibas a ser mío mariconcito. Este culo está bien rico. No te atrevas a ponerte cuca porque te mato –Le pasó la lengua por la mejilla –No me raspa tu barba y eso no me gusta –La haló del pelo para acabarle dentro y dejarla tirada en el piso mientras  los tres se iban.

Unos minutos después, Débora se levantó del piso, se fue al baño y se vio al espejo.
–Maldito seas Rendel, eres un maldito y vas a morir, yo misma te voy a matar.
Se puso una bata y se fue directo a la policía, sin limpiarse, sin ducharse. La denuncia era clara.

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