viernes, 21 de agosto de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 10 #SMAQ

Adriano y Américo.

A Adriano le habían dado 15 días de reposo por lo de la muerte de su madre y la depresión. Esos días lo aprovechó para ir al Psicólogo que le dijo su padre.

Aún cuando era muy apresurado sacar una conclusión de lo que le pasaba a Adriano, la psicóloga percibe unos deseos reprimidos, le encanta el peligro, la sensación de estar amenazado por algo o alguien le dispara la adrenalina y lo excita, sentirse vulnerado o sodomizado lo mantiene exaltado. Puede ser una condición aprendida de alguien, alguna vivencia de la infancia, algo muy en el fondo de su cerebro dispara esas actitudes, que pueden llegar a la muerte o a esperar que lo que le hagan termine por matarlo y eso lo excita más.

Adriano llegaba a su oficina y, aunque muchos de sus compañeros estuvieron en el funeral, le dieron nuevamente el pésame. Seguía deprimido y sin querer hablar, entró a su oficina y comenzó a acomodar algunos documentos y revisar su correo para ponerse al día, pero parecía un robot en automático, se movía por inercia. No había sabido nada de Américo, se lo tragó la tierra. Desde aquel fatídico día no tenía noticias de él. Parte de su depresión se debía a eso.

Cerca del mediodía la recepcionista entró a la oficina de Adriano con una corona de flores y una carta. La corona tenía una cinta que decía: “Con todo mi amor, que mi suegra descanse en paz”

–Vino con esto –Dijo lamuchacha que le entregó la carta y se fue. Adriano abrió el sobre y comenzó a leer-.
“Mi amado Adriano, sé que debes estar muy triste por la pérdida de tu mamá, por eso me alejé estos 15 días para que en tu soledad sobrellevaras esta dura pérdida.
Te estarás preguntando porqué lo hice, porqué maté a mi suegra. La maté porque no aceptaba tu homosexualidad y no aceptaba lo nuestro, no iba a permitir que se interpongan en nuestro amor, por eso tuve que hacerlo. Fue horrible como lo hice pero era para demostrarte que soy capaz de todo con tal de defender nuestro amor. Te amo…


A Adriano le corrían las lágrimas solas, de nuevo tenía una erección.

…te amo mucho, eres todo para mi, eres lo único que tengo y no quiero compartirte. Si no estás conmigo me muero y soy capaz de matarme si me niegas tu amor.

Este es mi número de celular, llámame, quiero verte hoy y hacerte el amor en mi casa, te quiero violar  amarrándote sin que te puedas mover y hacerte mío. Nos vemos esta noche”

Adriano anotó el número, arrugó la carta y la botó a la papelera, se levantó y tomó la corona lanzándola por la ventana de su oficina. Cayó sobre un carro lo que hizo que se activara la alarma, se sentó en su escritorio y se puso a llorar.
Unos minutos después marcó el número que le dejó Américo. Atendió y hablaron brevemente para cuadrar a que hora se iban a ver.
Américo le dijo que lo pasaría buscando por su oficina para ir a su apartamento.

Al llegar a hora acordada, siete de la noche, Américo lo esperaba abajo en la torre.

Te voy a tapar los ojos porque no quiero que veas donde te llevo y te amarraré las manos. Sé que no le avisaste a la policía de esto, por eso no te voy a castigar pero no quiero que sepas donde te llevo. –Adriano obedeció, se dejó amarrar las manos y tapar los ojos.

–¿Qué te dijo la puta de la psicóloga? Yo la conozco tiene fama de zorra entre sus colegas. Tú papá se la cogía hace años, antes cuando decía que no era gay.
–Me dijo que me alejara de ti, que eres una mala influencia, Que cuando estoy contigo se me dispara la adrenalina y puedo cometer locuras.
–Eso es verdad y no está mal, juntos vamos a hacer muchas locuras ya verás. Tienes el güevo parado y estás lubricando, eso significa que ya estás emocionado.
–Me dijo que evitara verte, que no te atendiera las llamadas, que borrara todo contacto contigo.
–No le hagas caso a esa perra. Tú y yo nos amamos y ella no va a hacer que nos separemos. Ya llegamos.

Subieron al apartamento y una vez dentro y sin quitarle la venda lo empujó hasta hacerlo caer al piso.
–Ni se te ocurra levantarte –Tomó una tijera y le rompió el pantalón y luego el interior, él se bajó el pantalón y con su pene erecto se puso sobre Adriano. Tomando bastante saliva de su mano la pasó por el culo de su novio, le pidió que escupiera en su mano y volvió a hacer lo mismo, embadurnó su pene de saliva y comenzó a meterlo entre las nalgas hasta empezar a penetrarlo.
–Quiero que te duela, quiero que sientas el dolor de este amor. –Lo tomó con fuerza del cabello y empujó hasta penetrarlo por completo. Adriano gritó y apretó sus nalgas intentando soportar el dolor que poco a poco se transformaría en placer.

En esa postura Américo tocaba una y otra vez la próstata de Adriano lo que hacía que sintiera ganas de orinar y correrse a la vez. Con cada empujón Américo le aprisionaba la cara al piso.

Adriano no aguantó más y se corrió en sus pantalones. Américo continuaba penetrándolo.
–Acabaste y no me esperaste coño, tenía que esperarme.
Dos empujones más y Américo retiró su pene y terminó derramando su semen entre las nalgas de su novio.

Américo se levantó.
–Levántate y ve a bañarte.
Adriano se levantó y fue directo al baño, al salir lo esperaba Américo en la puerta.
–Te pones eso que está en la cama y te vas a tu casa no te quiero ver más por hoy.
–Pero ya es muy tarde, ¿cómo me voy a ir a casa? Ni se dónde estoy
–En taxi, toma –le lanzó tres billetes de 100.

Media hora después de que Adriano se fuera, Américo salía también.


Dos días después Adriano  volvía a estar en su oficina, en la tarde tenía consulta con su psicóloga. Fue un momento a la cocina a tomar un café y tomó el periódico para leerlo mientras  se lo tomaba. Una noticia le heló la sangre.
“HALLADA MUERTA EN SU RESIDENCIA PSICÓLOGA.
No se descarta crimen pasional.

Fue encontrada en su cama con tres cortes, uno en el cuello y en las muñecas, todo hace suponer que es un suicidio pero la policía no descarta ninguna hipótesis”.


Cerró el periódico, el cuerpo le temblaba por completo, comenzó a sudar frío y se mareó. Intentando no caerse se agarró del mesón de la cocina pero el mareo fue mayor y cayó al piso.


Luego de recuperarse en el servicio médico de la torre, regresó a su puesto pero para buscar sus cosas e irse a casa. Su celular sonó y era Américo.

–<<Mi amor ya no tienes que preocuparte  por tu psicóloga, no nos va a molestar más>>
–<<¿Por qué me haces esto? ¿¿por qué no me dejas en paz asesino??>>
–<<Te amo y te dije que voy a hacer lo que sea para estar juntos mi amor>> Colgó.

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