jueves, 13 de agosto de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 4

Débora y Alejo.

Débora llegó de madrugada a su casa luego de estar más de cuatro horas en la policía.

–Ah pero tú eres un hombre ¿y que haces  vestido de mujer? ¿QUIÉN LE VA A HACER EL EXAMEN FORENSE?.
–Soy transexual.
–Si pero eres un hombre, aquí dice Arquímedes.
–Oficial vine a poner una denuncia, me violaron.
–¿Pero quién te violó?
–Un tipo, ¿me van a tomar la declaración?
–Ah son noviecitos…bueno pase con el oficial Marcano que lo van a revisar.
–“Malditos policías, esto no va a terminar bien”

Entró al consultorio del médico forense que estaba acompañado de un policía.
–Quítese la ropa.
Débora con los ojos cerrados se quitó la bata y la ropa interior. El policía levantó las cejas al verle los senos y en su entrepierna un pene.

–¿La agresión sexual fue anal?
–Si doctor.
–La golpearon aparte del abuso.
–No.
–Voy a tocar sus genitales para comprobar que no hay traumatismo.
A Débora le salían las lágrimas solas. Aún tenía los ojos cerrados. El policía la observaba sin poder creer lo que veía, igual sentía pena por ella por la vergüenza a la que estaba expuesta.
–Voltéese para revisar su zona anal. ¿La persona eyaculó dentro de usted?
–Débora seguía llorando y se quedó callada unos segundos.
–Creo…que sí…
–Acuéstese de lado. Vamos a tomar una muestra.

Luego de varios minutos terminó el chequeo. El médico le hizo varias preguntas. Luego de vestirse, el médico se fue a buscar unas planillas,  Débora se quedó sola con el policía en el consultorio.

–Yo te vi la otra vez cuando viniste a poner una denuncia. Te tocó el peor policía que pueda tomarte una declaración. ¿Quién te hizo esto?
–¿Cómo se yo que no eres amigo de ese policía malandro?
–Confía en mi. A ese tipo le tengo ganas..
–Rendel, se llama Rendel el que me violó.
–Claro, tú eres Débora, la de la peluquería. Yo he ido para allá ahora caigo. Claro que conozco a ese bicho. Y te puedo decir que tu denuncia la van a engavetar.
–¿Perdí mi tiempo entonces? Acabo de pasar la peor humillación en vano.
–Con la denuncia y el examen ve a la fiscalía. Pero yo puedo hacer que vayas por los caminos verdes y sales más rápido de eso.
–¿Qué caminos verdes?.
–Ven, acompáñame a mi locker.

Llegaron al locker esperaron que se quedaran solos y le dio un arma.
–Está limpia.
–¿Cómo limpia? No entiendo.
–No tiene antecedentes, no está registrada. Haz lo que tengas que hacer y te deshaces de ella. Guárdala.

Débora la metió en el bolso envuelta con una franela. Fue a la oficina del jefe de policía para esperar que le dieran su denuncia y el resultado de los exámenes.
Llegó a  su casa y se acostó, en la mañana le contó a su madre lo sucedido en la comisaría.

Luego de abrir el salón de belleza, le dijo a uno de sus empleados que se encargara de la caja para ella salir. Se encontraría con Alejo para hablar de lo que ocurrió anoche y de otras cosas.

Alejo estaba que le hervía la sangre, quería buscar a Rendel y matarlo a golpes pero Débora lo calmó y le dijo que iría a la fiscalía para poner la formal denuncia.

–Quiero que me expliques algo. Rendel me dijo mientras… me estaba violando…tú…estabas con Régulo tirando también, no es que yo le crea lo que me diga el asqueroso de tu primo, pero es que yo vi lago raro entre el bombero y tú. Dime.

Alejo tenía los codos apoyados en sus piernas y se pasó las manos por su cara.
–Si..mi amor, si, lo hice pero fue para pagar la deuda, por el favor que nos hizo.
–¿Y tu y que no eras gay? Explícame.
–Bueno…no realmente…yo…soy bisexual me gustan las mujeres y los hombres..
–Yo sé lo que es bisexual, no me tienes que explicar ¿por qué no fuiste sincero conmigo?
–Pensé que me ibas a decir que no querías nada conmigo.
–¿Y cómo voy a querer algo contigo si en cualquier momento te vas a acostar con un tipo o una tipa?
–Perdóname mi amor.
–Alejo ahora no quiero saber de nadie. No quiero saber de ti, de ningún hombre, me siento asqueada. Lo nuestro se termina de momento, necesito pensar en todo esto. Puedes seguir en el salón porque eres parte de eso pero no quiero una relación contigo. –Se levantó y se fue.

En la noche, luego de cerrar el salón de belleza, Alejo la ayudó a cuadrar la caja, había sido un día agotador; muchos clientes. Se despidieron . Alejo tomó la vía para su casa pero Débora se fue por la vía contraria, hacia el bar.

Cuando llegó justo a la esquina antes del bar estaba Rendel con un amigo. Lo tenía a 20 metros de distancia y esperó a ver si el amigo se alejaba. Este entró a al bar y Rendel quedó solo apoyado en un muro.

–¡Mírame a la cara maldito! –Débora lo apuntaba, Rendel no distinguía quien era porque estaba a contraluz.

Accionó la pistola y disparó una, dos, tres, cuatro veces. Las balas impactaron en el cuerpo de Rendel que cayó al suelo. El ruido de la música proveniente del bar apagó las detonaciones. Guardó el arma en el bolso y se dio media vuelta y cruzó a mano derecha para tomar la vía que va paralela al río que atraviesa la ciudad. Al llegar al cauce del río, lanzó el arma que aún estaba caliente. Siguió caminando por ahí hasta llegar a la esquina que sube a su edificio.
 Entró al ascensor y comenzó a llorar.

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