lunes, 17 de agosto de 2015

SE ME ANTOJA QUERERTE 6 #SMAQ

Alonso y Amado.

Amado dejó a Daira con la enfermera para poder ir a casa de su hijo y hablarle  de Amadeo.

Llegó a casa de Adrián, su hijo. Lo recibió su nuera. Estaban sorprendidos de verlo ahí luego de llamarlo para hablar con ellos.
–Me enteré por un amigo que Amadeo está trabajando como prostituto, gigoló, como quieran llamarlo, acompañante, por su puesto hay sexo.
–Ya va, ya va, ¿Amadeo está prostituyéndose? –Decía la madre que no daba crédito a lo que escuchaba. –¿Pero desde cuándo  está metido en eso? Pero el está en la Universidad.
Adrián estaba tensándose apretando los dientes.
–Bueno, no sé desde cuando pero no tiene mucho tiempo pero hablen con él, que entre en razón, debe estar ganando mucho dinero y eso también puede ser contraproducente.
–Mi hijo es gay, tengo un hijo maricón y puto. ¿QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO?
–Adrián ¿cómo te va a preocupar  que nuestro hijo sea gay si aquí lo horrible es que se está prostituyendo, ¡Tiene 21 años Amado y ¿cómo te enteraste tú de eso?
–Bueno, ya les dije un amigo…
–¿TU AMIGO ESTUVO CON MI HIJO?
–Bueno, no sé bien, yo creo, tampoco le pregunté pero me aseguró que era mi nieto porque lo conoce.

Luego de discutir, molestarse, analizar que van a hacer, Amado decidió irse pero Adrián estaba decidido a botar a su hijo de la casa. Amado estaba en contra al igual que su nuera pero no había manera que cambiara su decisión.

Ya habían pasado 15 días de la muerte de la madre de su hijo y ya las cosas volvían  poco a poco a la normalidad. Adriano estaba en terapia con un psiquiatra, no estaba yendo al trabajo por reposo  que le determinó el médico por 21 días

Alonso llegó a las seis de la tarde con Amadeo a su apartamento, quería relajarse y que mejor terapia que tener sexo así sea pagando.
–Epa pero tu me dijiste que aquí se estaba quedando Daira y mi abuelo, ¿cómo vamos a tirar aquí?
–Este es mi apartamento, yo hago aquí  lo que me da la gana, tranquilo.
–Si, pero es mi abuelo.
 –Tú abuelo no está y Daira tampoco, vamos a aprovechar.
Se fueron a la habitación y Alonso desnudó a Amadeo de una vez.

Daira llegaba de la calle con la enfermera, pensaban que no había nadie pues la puerta y reja tenían pasada la llave.

–Aquí no hay nadie señora Daira.
–Ay menos mal, así necesito caminar un poco.
Comenzaron a conversar en la sala sin percatarse que en la habitación principal había gente.

–Puedo buscar agua, tengo sed.
–Si carajito, tráeme una cerveza a mi.
Amadeo salió de la habitación desnudo, al estar en el medio de la sala, se encontró a Daira levantándose del sofá y sentándose en la silla de ruedas.
–¡Daira!
Alonso salió de la habitación colocándose una toalla y dándole otra a Amadeo.

–Pero bueno…entonces nos has tenido engañados todo este tiempo.
–Alonso por favor no le digas nada a Amado.
–Ah bueno sería el colmo que también me haya engañado él. ¿Qué te hace pensar que no le voy a decir que eres una mentirosa? Y tú enfermera  que no sé donde te graduaste te vas YA de mi casa, pero ya.
–Entiende mi posición Alonso, Amado me va a dejar.
–Te debió dejar hace años.
–¡Que fuerte todo esto! Tienes engañado a mi abuelo.
–Amadeo esto no es asunto tuyo.
–¿Cómo que no? Es mi abuelo, sinvergüenza, encima que te dieron cobijo en esta casa.
–Mira muchachito, tu abuelo está en este momento hablando con tus padres de tu nuevo trabajo, así que no me hables de sinvergüenza.
–¿QUÉ? ¿cómo se enteró mi abuelo?
–Pregúntale a este señor, se lo comentó hace como tres semanas.
 Alonso vio a Amadeo y bajó la mirada –Si…yo se lo dije, discúlpame esa.
–MIERDA ¡Que vaina! Me van a matar en mi casa! Yo me voy –Se fue a vestir y llegaba su abuelo, se escuchaba la puerta.

Alonso le dijo a Daira que se pusiera en la silla y se quedar quieta –Luego hablaremos–.
Amado entró y vio a todos en la sala. Sorprendido que ahí estaba Amadeo y Daira en la silla y no estaba la efermera.

–¿Dónde está la enfermera?
–La boté hoy, cuando llegué la agarré robándose unas cosas de mi cuarto. Te toca  montar a tu mujer en la cama. Tu nieto se enteró que fuiste a casa de sus padres a contarles lo de su trabajo.
–¿Y cómo se enteró?
–Le dijo la enfermera en un ataque de rabia por botarla.
–Yo voy a llevar a Amadeo a su casa.
–Pero ayúdame a montar a Daira en la cama por fa.
–Que te ayude ella, que haga un esfuerzo, Mañana buscas una enfermera tú y la pagas tú.
 Adiós
–Amadeo
–Abuelo, no pensé que harías eso, pudiste hablar conmigo antes, tú eres gay y yo también coño pudimos hablar. Chao… estoy jodido.

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