martes, 11 de agosto de 2015

SEXTA TEMPORADA Se me antoja quererte 2

Amadeo y Andrés.

Oficialmente Andrés y Amadeo eran novios, días después de haber pasado por la policía a causa del robo.
Andrés había contratado el servicio de un taxista amigo para que lo ayudara en varias cosas.
Le preparó una sorpresa a Amadeo. A las cinco de la tarde lo esperaba en la plaza de siempre, le dijo que se trajera ropa cómoda y ropa para el día siguiente. No le dio más explicaciones.

Amadeo llegaba a la plaza con un bolso.
–Bueno, aquí me tienes pero estoy nervioso ¿dónde vamos?
–La sorpresa apenas comienza. ¿Le dijiste a tu jefe que no podías trabajar hoy?
–Si, pero quedé con él en que mañana estaré disponible a cualquier hora así que sea lo que sea que tienes planificado mañana me tengo que liberar rápido.
–Bueno no te garantizo nada.  Como es sorpresa mi amigo aquí te va a tapar los ojos para que no veas donde vamos ¿ok? Pero como yo tampoco voy a ver y él estará manejando, también te va a amarrar las manos por detrás. ¿Estás de acuerdo?
–Confío en ti.
–Eso está muy bien, confía en mi. Calixto procede y luego lo ayudas a  montarse.

Comenzó el trayecto y Andrés le preguntaba a Amadeo por sus clases en la universidad, él le respondía y quería comentarle sobre su trabajo pero Andrés lo interrumpía.
–No quiero saber de tu trabajo, quiero saber de las cosas que te llenan, te hacen crecer como ser humano.
Amadeo quedó en silencio unos segundos.
–Me encanta mi carrera –Amadeo se puso cómodo en el asiento de atrás y se deslizó hacia delante –Quiero ser ingeniero de petróleo, me apasiona el tema de los hidrocarburos, la técnica, los proyectos, el análisis, las proyecciones, la extracción. Todo, quiero volcar todo esos conocimientos que adquiera en el trabajo que consiga, aportarle a mi país lo que sé, lo que me apasiona. Mmmmm me gusta ser solidario con la gente, ayudar, contribuir en lo que sea para que las personas salgan adelante. No me gustan las injusticias, odio que la gente rechace a otra por ser distinto –Andrés se sonrió.
–Hey pero no lo digo porque tú estás aquí Andrés, siempre me ha gustado ayudar a las personas, no por lástima sino por solidaridad. A ver, me gusta el deporte, cada vez que puedo lo hago. Disfruto estar con mi familia y con mis amigos para joder con ellos, trato de transmitirle a ellos lo que yo hago, pero no es fácil je, je, je. Bueno, este soy yo…
–¿Te gusta estar en pareja, te ves en unos años viviendo con alguien  por el resto de tu vida o por lo menos unos cuantos años?.
–Me lo he planteado. Mi última pareja la tuve pero fue por interés, lo admito, quería su dinero y quería muchas cosas, me gustaba el tipo pero más quería su plata y me la daba sin preguntar. Pero si, quiero estar con alguien, pasar  mucho tiempo con esa persona, compartir, viajar, disfrutar de las pequeñas cosas  que para uno son grandes.
Hubo otro silencio.
–Dime sinceramente, no te cortes, di lo que sientes, ¿que piensas de mi? Luego de conocerme ¿qué ves?.
–¿Tengo que responderte eso? Bajen el vidrio  tengo mucho frío y quiero saber donde estoy.
–Tienes que responder.  Me encanta que quieras usar tu olfato para ubicarte, pero no se va a poder. Responde.
–Me pareces una persona sensible, no sé si por tu condición de estar ciego, pero eso me gusta, tienes otra visión de las cosas si es que se puede decir así je, je, je –Ya Amadeo estaba acostado en el asiento –Eres de buenos sentimientos, responsable,  muy bueno en tu trabajo, eres guapo –Calixto miró a Andrés y luego miró hacia atrás pero no vio a Amadeo pues  estaba acostado –es fácil enamorarse de ti–.
Calixto se aclaró la garganta.
–Ya va, una pregunta, ¿el señor sabe que tu y yo somos gais?
–Si, si lo sé joven, lo que pasa es que no estoy acostumbrado a estas conversaciones.

El  viaje continuó y escuchaban música, Amadeo se había quedado dormido. Andrés bajó el vidrio de su lado y el de atrás, cuando comenzó a entrar la brisa, Amadeo despertó.
–Estamos en la playa, huele a mar, salitre.
–Que bueno, viste que no es tan malo estar con los ojos tapados.
–Eso me gusta de ti, que me has enseñado a tener otras sensaciones.
–Es mejor que se acueste señor Amadeo, vamos a pasar un peaje y hay policías, si lo ven así nos van a parar.
–Esto se pone emocionante, vamos a levantarme para que me vean
–Amadeo ¿ESTAS LOCO?
–De vez en cuando hay que hacer locuras.
Antes de cruzar el peaje bajaron las ventanas y al ver a Amadeo vendado y las manos amarradas detuvieron el vehículo y les pidieron que se estacionaran a la derecha del peaje.
–Te voy a matar Amadeo. –Dijo Andrés.
–¡Sorpresa!

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