viernes, 2 de octubre de 2015

FINAL DE TEMPORADA Se me antoja quererte 10 #SMAQ


Adriano, Américo y Amado.

Amado estaba encantado hablando con Américo en la fuente de soda y no se había dado cuenta que ya habían pasado dos horas conversando.



–Yo creo que ya me tengo que ir –Dijo Amado
–Si, ya tenemos mucho tiempo hablando je, je pero podemos ir a comer algo y así conversamos con más calma y en otro sitio, vestidos.



Cuando se fueron a los lockers a vestirse, Amado se sentó para secarse los pies, Américo se le acercó.

–Mámalo de nuevo.
–No chico aquí no se puede, además puede venir alguien.
–Que lo mames coño –Le agarró la cabeza y le puso la cara frente a su pene, Amado abrió la boca.

Amado comenzó a mamarlo pero el sonido de la puerta lo asustó y dejó de hacerlo y siguió secándose los pies. Era uno de los encargados del sauna, vio a Américo con el pene erecto, no dijo nada pero su cara fue de reproche lo que hizo que Américo se volteara y fuera a su locker.



Terminaron de vestirse y salieron a la recepción para pagar e irse.

–¿Cuánto es el total de los dos?
–Tiene consumo en la fuente de soda?
–Si, aquí están los números.
–Yo pago lo mío tranquilo –Dijo Amado.
–Nada de eso, yo pago, yo invito hoy.
–No me parece.

El señor que les cobraba los veía y se sonreía. Américo pagó en efectivo.



Salieron al estacionamiento y quedaron en que Amado lo seguiría en su carro al restaurante que Américo escogió.



–Pero este carajito me va a llevar a este restaurante que es carísimo. Pediré pan y mantequilla.

Entraron a restaurante, pidieron una mesa y Américo escogió la que estaba más oculta. Se sentaron.



–Chamo, disculpa pero yo no tengo el dinero para pagar esto, me da pena contigo pero pediré algo básico.
–¿Pero quien te dijo a ti que tú vas a pagar? No te voy a traer a este restaurante para que pagues, te hubiese preguntado, yo te invito.
–Vaya pero estás muy espléndido.
–Es que tú me gustas.
–Pero  si te doblo la edad, casi puedo ser tu abuelo.
–¿Qué es eso? A mi me gustan así como tú, maduros, eres muy simpático., conversador, inteligente.
–Y viejo pa ti je, je, je
–Me están dando ganas de cogerte aquí en el restaurante, irnos al baño y clavarte ahí.
–Eres morboso je, je, je Yo estoy saliendo de una relación con un hombre  y recién murió mi esposa. Estoy bastante movido.
–Te espero en el baño, voy a cogerte ahora mismo.
–Ya va, pero chamo, espera.
–Te dije que vayas al baño, te espero.



–Coño, este carajito se las trae, me gusta este morbo.

Entró al baño y había gente. Américo estaba en un urinario y le hizo señas para que se metiera en un cubículo. En un descuido de los que estaban ahí, entró al cubículo.
–No hagas ruido, bájate el pantalón –Le dijo al oído.
–Hay gente afuera –Susurró Amado
–Cállate, te quiero coger.

Se bajó los pantalones y Américo se llenó de saliva el pene y comenzó a penetrarlo, tapándole la boca a Amadeo que estaba quejándose.

Afuera, en el baño habían cuatro personas mientras ellos tenían sexo, uno de los que estaba en el baño se dio cuenta de que dos personas estaban dentro del cubículo.



Américo se corrió dentro de Amado que estaba adolorido. Primero salió Américo del cubículo, se acomodó y se fue a la mesa.

Amado salió y fue al lavamanos.

–¿No le da vergüenza a su edad?

Siguió lavándose las manos y sentía que la sangre le llegaba a la cabeza y su cara se enrrojecía, no volteó a ver al hombre, se secó las manos y salió.



–Acabo de pasar la peor vergüenza de mi vida, un tipo me reprochó al verme salir de la poceta, por supuesto, te vio a ti.
–¿Pero me vas a decir que no te gustó esa tirada?

Amado se quedó en silencio, pensando en lo que pasó y se sonrió.
–Si, me encantó, tenía añales que no hacía estas locuras.
–Conmigo no te vas a aburrir.



La cena siguió entre anécdotas de ambos, hablando de su vida y sus parejas.

–Pronto voy a terminar con mi pareja para contarle que te conocí y quiero estar contigo.
–Hey hey hey, vamos despacio chamín, nos estamos conociendo ¿y vas a terminar con tu pareja por mi?. Cálmate, no tan de prisa.
–Me gustas mucho Amado.



Terminó la cena y cada quien se fue a su casa. Américo llegó al apartamento de Adriano. Lo había dejado encerrado y sin comunicación externa, No lo dejó ir a trabajar.



–Adriano mañana me mudo a mi casa, te dejo solo aquí para que sigas tu vida. No quiero entorpecer tus cosas.
–¿Me estás dejando? ¿TÚ ME ESTÁS DEJANDO? Después de todo lo que he pasado por tu culpa y te dejé entrar aquí, ¿ahora me dejas?
–No…no. -Se quedó en silencio unos segundos, –No estoy terminando, solo te estoy dando tu espacio mi amor, yo recojo mis cosas y me voy.
–Tú estás muy raro, apenas unos días me tienes encerrado que nadie sabe de mi y ahora cambias, además estás distinto, hablas distinto, te ves distinto.
–Chao mi amor, aquí están tus llaves.



Américo cerró la puerta y se fue a su casa.



–Me va a dejar, me va a dejar, me va a dejar. ¿cómo se le ocurre hacerme eso? Me va a dejar, me va a dejar. Adriano temblaba de los nervios y comenzaron a caer por sus mejillas un par de lágrimas.

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