martes, 13 de octubre de 2015

NOVENA TEMPORADA Se me antoja quererte 2 #SMAQ


Amadeo y Andrés.

Un apartamento tipo estudio era el lugar del encuentro. Dos hombres esperaban a un tercero para tener sexo. Uno activo y el otro pasivo, el tercero que llegaría es versatil.

Este sería el último cliente que atendería Amadeo, era un compromiso ya adquirido por el que le iban a pagar una fuerte cantidad de dinero.

Dos hombres de 50 años teniendo sexo con un joven de 21 años. La fantasía de dos maduros.



Tocaron la puerta, uno de los caballeros le abrió, al ver a Amadeo se emocionó, estaba en toalla. Cuando el muchacho entró se la quitó y besó a Amadeo en la boca, mientras el otro hombre iba por detrás del muchacho para besarle el cuello y quitarle la ropa. Cuando ya estaban desnudos, el señor que estaba por detrás de Amadeo se detuvo.



–Antes de seguir, vamos a hacer lo acordado.

–Ok –Dijo Amadeo.

Abrió su bolso y sacó dos hojas de papel y se las entregó al señor.



–Muy bien, me gusta.

–Ahora quiero ver las de ustedes –Dijo el muchacho

Le entregaron cuatro hojas, el hombre que lo había recibido en toalla se agachó para hacerle sexo oral al joven mientras este revisaba los exámenes de VIH y verificar que también estababan negativos.

–Perfecto, comencemos.



Mientras uno le hacía el sexo oral, el otro disfrutaba el beso negro que le hacía al muchacho. Al cabo de un rato, uno de los hombres, el activo, les dijo a ambos que se lo mamaran a la vez. Los dos se agacharon mientras que el hombre les daba cachetadas a los dos.

Unos minutos después el hombre pasivo se fue a la cama y se colocó en cuatro esperando por Amadeo que se colocó lubricante en su pene y en su culo pues el otro hombre lo penetraría a él.

Los empujones del activo hacían que Amadeo penetrara al pasivo y en ese vaivén los tres estaban excitados, más aún el muchacho que estaba entre los dos. Luego el activo retiro su pene para penetrar a su pareja y este le haría sexo oral a Amadeo.

Asi estuvieron hasta que el pasivo se corrió sobre las sábanas.

El activo le preguntó a Amadeo si quería penetrarlo y este contestó que no tenía problema. Se pusiron de pie al borde de la cama y Amadeo penetró al activo mientras su pareja se lo mamaba.

El muchacho aprovechó la excitación y el morbo para darle con fuerza lo que hizo que el activo se corriera en la boca de su pareja para luego este besarlo y pasarle su semen. Amadeo retiró su pene para que el pasivo continuara el sexo oral hasta hacerlo acabar y hacer lo mismo que su pareja.

Al correrse en la boca del hombre, este se levantó y le dio un beso a Amadeo que no le agradó la idea de probar su semen pero lo aguantó pensando en el dineral que recibiría.



–Toma, estuvo muy muy bueno esto –Cuatro pacas de billetes sobre sus manos –La próxima vez será más dinero.

–Me parece muy bien Lo siento pero este trabajito llega hasta aquí. Estaremos en contacto.



Llegó al hotel donde se estaba hospedando, se quitó la ropa y se metió a la ducha.

–Huelo a sexo por todos lados así no puedo salir.



Al salir del baño revisó su celular y tenía un mensaje de voz –Debe ser mi cieguito.

–<<Mi amor espero que ya estés desocupado, cuando oigas este mensaje sales y te vienes a esta dirección Urbanización  Las Lomas, calle Los pinos, residencias Bucare piso 6 hay solo un apartamento, te espero.>>.



A Amadeo se le aceleró el corazón –Mi cieguito ya alquiló un apartamento Dios, ya voy a vivir con él –Terminó de vestirse y salió.



Al llegar al edificio, le paga al taxista y sale del carro –Gracias.

Llega a planta baja y está el vigilante.

–Buenas tardes, voy al piso 6

–¿Su nombre?

–Amadeo

–Pase adelante señor Amadeo, cuando llegue al ascensor espere adentro para que llamen y suba.



Mientras subía por el ascensor veía cada detalle –Esto debe ser carísimo, el alquiler será una barbaridad, puro lujo.

Se abrió el ascensor y ya estaba dentro del apartamento. Unos ventanales inmensos donde entraba toda  la luz que llenaba el espacio, piso de mármol crema brillante, no había muebles, sólo la cocina estaba totalmente equipada,  parecía industrial, todo en acero, tope de marmol negro, una cocina de cuatro hornillas grandes y una larga adicional entre ellas, nevera gris, microondas. Amadeo no podía creer lo que veía.



–Bienvenido a nuestro hogar –Apareció de la nada Andrés con un ramo de rosas rojas.

Amadeo no podía borrar la sonrisa de su rostro.

–Deja de sonreir y di algo

–¿Qué quieres que diga? ¡esto me parece hermosísimo!

–Que bueno que te ha gustado, voy por buen camino.

–Pero todavía no podemos mudarnos, no hay nada aquí y esto debe costar una millonada en alquiler, tú estás loco.

–Bueno, he pagado y sigo pagando una millonada, pero no en alquiler, este apartamento lo compré hace cuatro años y lo sigo pagando y le he ido haciendo las cosas poco a poco, todavía faltan cosas, no pensaba habitarlo aún pero tú apareciste y precipitaste las cosas.

–¿Tú quieres que yo viva aquí en tu apartamento?

–Nuestro apartamento porque a partir de hoy lo pagaremos entre los dos y lo equiparemos entre los dos, por eso es que no hay muebles, quiero que tú los escojas.

–No sé que decirte cieguito, me has dejado…uf, sin palabras.

–Sólo tienes dos opciones de respuesta, si o no, yo espero que sea la primera opción pero eso te lo dejo a ti, siempre te he dicho que tomes tus decisiones y yo la respetaré, esto seguirá siendo mio si dices no, pero si dices si, será nuestro.

–Nuestro, claro que si, si, si , si quiero, acepto, ¡quiero vivir contigo!

Tomó el ramo de flores y abrazó a Andrés dándole un beso en la boca.



–Mi amor, eres la persona más maravillosa que he conocido en mi vida, ya sé que me dirás que apenas tengo 21 añitos, casi 22 pero es la verdad.

–Y tu has sido una extraordinaria sorpresa que llegó a mi vida en el momento preciso –Volvieron a besarse y Andrés lo llevó a la habitación principal.



–Ya decía yo que no todo podía estar vacío, aquí está la camota.

–Claro, hoy dormimos aquí y ahora haremos el amor.

–Pero no tiene sábanas

–¿Y eso te va a detener?

Unos segundos mirando la cama, se sonrió y comenzó a quitarse la ropa para luego quitársela a Andrés. Lo cargó y lo llevó hasta la cama para luego fundirse en un beso y recorrer su piel a besos. El calor llenó la habitación, sus cuerpos brillantes bañados por el sol, se juntaba, se erizaban, cada dedo que recorría la piel era un escalofrío que les atravesaba el cuerpo. Sus penes se rozaban, mojados en sudor se adherían uno al otro hasta que la rigidez los separó. Un giro en la cama y ambos se dieron placer. Sus bocas invadidas por completo del pene del otro y así hasta que ambos explotraron su pasión deleitándose con el semen de cada uno.



Exhaustos por el calor, se tumbaron en la cama quedándose dormidos varios minutos hasta que despertaron para irse juntos a estrenar la amplia ducha

Mientras les caía el agua caliente Andrés habló.



–Hoy es el comienzo de una hermosa historia que no tendrá final.

–Y hoy comienza una nueva vida para mi y comienza contigo por el resto de nuestras vidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario