jueves, 12 de noviembre de 2015

MALAS INFLUENCIAS. Mi nuevo estado sexual versatil + activo #FrançoisSomosTodos


Ya con 21 años, seguía en mi carrera, amo la Química y amé mi universidad, todavía la amo.

De los 20 a los 21 había tenido un par de noviecitos, bueno, unos tires que duraron varios meses pero nada serio. Uno activo que no paraba de cogerme, donde fuera, entre una clase y otra íbamos al carro y me cogía ahí en pleno sol, cocinándonos pero eso a él le daba morbo –a mi también-. Otra veces en los campos de la Universidad, una vez en un salón que no se estaba usando, cualquier sonido, gemido o movimiento  se escuchaba, el eco propagaba todo.

Lo dejé porque ya quería pasar a algo más serio y a mi en esa época tener pareja y estar estable me daba urticaria, que mamón calarse a un carajo todos los días y que te llamen y te averiguen la vida –eso era lo que pensaba a mis 20 -no me gustaba eso, así que lo mandé a volar, estudiaba en la misma Universidad, gracias a Dios otra carrera, luego me enteré que se fue del país para estudiar fuera y allá se quedó.
El segundo noviecito, que duró 3 semanas, fue un un portuguesito hijo del dueño de la panadería cerca de mi casa. Era bastante loquita, pero era bello bello y cada vez que iba a la panadería me regalaba el desayuno; 2 cachitos de jamón, riko malt o jugo y café con leche. Tenía 23 años.
Un día me invitó a ir al interior de la panadería para “desayunar” ahí aprovechando que su papá no estaba, sólo el encargado pero estaba atendiendo la caja.

–¿Quieres comerte este cachito? –Se sacó el guevo que no era muy grande pero si grueso. Yo sin responder nada me agaché y comencé a mamar. El carajo lanzaba unos gemidos como si se lo estuvieran cogiendo, sus manos eran delicadas, dedos delgados y blancos, eso sí era peludito y siempre olía a pan.
–Lo mamas rico –Ese rico me sonó tan gay que dejé de mamar y me levanté.
–¿Quieres que te lo meta aquí?
–¿Ah tú eres activo? –Me impresionó eso, aunque se lo dejó mamar, Porque hay pasivos que no les gusta que se lo mamen, que absurdo.

–Soy versatil, pero quiero penetrarte. -Quiero penetrarte, dijo, demasiado correcto.
–Dale pues, cógeme, busca un condón.
–No tengo preservativo pero estoy sano. –Metí la mano en mi bolsillo y le di uno.
–No sé ponermelo –¿QUÉ? WTF no sabe ponerse un condón, ¿pero en que planeta vive este?.
–Ya va, ¿cómo que no sabes? ¿Nunca has usado?
–No, tengo poco tiempo teniendo sexo pero lo he hecho sin preservativos porque son amigos.
Puse los ojos en blanco y suspiré, tenía ganas de tirar y le puse el condón, me puse saliva. Y me recosté en la mesa.
Apenas lo metió comenzó a gemir, parecía una jeva, me abría las nalgas y me lo metía muy suave casi ni se movía. Me puse a contar los certificados que estaban colgados en la pared mientras él gemía, la verdad no sabía si me estaba cogiendo. Me volteé para verle la cara y estaba con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás gimiendo.

La oficina es de vidrio de la mitad hacia arriba y ahí estaba un panadero viendo el sexo más deprimente que he tenido hasta ahora.
–Hay un tipo viéndonos. – Se volteó y se asustó sacando el guevo de mi culo y se acabó ahí mismo.
Me subí el pantalón y salí, el portugués se quedó paralizado.

Veo al tipo y le pregunto –¿Tú eres el encargado?
–No, yo soy uno de los panaderos
–Ah es que te vio y se quedó paralizado.
–Lo tengo amenazado, es como la tercera vez que lo pillo tirando aquí y lo he grabado, entonces me da plata para que no le diga a sus papás.
–Aaaah que bien, bueno, dale mi pana, nos vemos, ¿me puedo llevar par de canillas?
–Si claro.
Al portugués no lo vi más, luego me enteré que en un asalto al negocio le dispararon muriendo en el acto. La panadería ya no existe, esa gente se fue del país.

Meses después estaba detrás de un carajito que vive por mi casa, quería estrenarme en eso de ser activo pero quería hacerlo con alguien menor que yo para tener el control. El chamo tenía 18 años pero parecía de 16,  me tomé el atrevimiento de pedirle la cédula para confirmarlo.

Lo convencí para que una noche tiráramos, a mi casa no podía ir pues me daba pena con mi mamá el estar llevando gente desconocida y que se quedara a dormir. A un hotel, yo no estaba muy ducho en eso como era la vaina y en cual aceptaban a dos hombres. Decidí ir a un lugar apartado con el carro y cogérmelo ahí.
 Me estacioné en una zona que estaba oscura pues mi carro aún no tenía papel ahumado, me daba flojera ir a un sitio de esos, pero en fin, estacioné y apagué el carro.
Empecé a caerle a latas durísimo, el carajito estaba nervioso pero igual comencé a meterle mano, le quité la ropa y yo me quité el pantalón y el interior.
 El carajito me agarró el guevo y con las mismas lo soltó.
–Lo tienes muy grande –me dijo, no había caído en cuenta de lo que yo tenía entre las piernas hasta que dijo eso, pero tampoco podía confiar en su palabra, era el primero que me lo decía.
–Tranquilo te lo meto despacito.
–No, no, no, tengo miedo de estar aquí y si nos pillan
–No chico, aquí no hay nadie y está oscuro.
–Es que me va doler.
–¡Ya coño te lo voy a meter un ratico deja la guevonada! -Ya me estaba desesperando y tenía el guevo tan duro que me dolía. Me puse el condón, lubricante y lo volteé para cogérmelo en 4.
Comencé a metérselo pero se quejaba, no le paré y seguí. Poco a poco se fue metiendo hasta que el guevo desapareció en su culo, wao que sensación tan buena. Adentro se sentía acolchado, húmedo y caliente, el chamo me apretaba el guevo y yo a punto de venirme, pero aguanté, comencé a sacarlo y a meterlo y el chamo gemía con dolor, yo le daba despacio y luego más fuerte estaba excitadísimo, el carajito tenía su mano encima de la base de mi guevo para que no se lo metiera todo.
De repente se enciende una luz y me cagué, no vi nada ni a nadie y seguí. Luego supe que había sido el poste que se encendió solo.

Todo iba bien, el carajito estaba disfrutando y yo más hasta que vi el reflejo de luces rojas y azules titilando a gran velocidad. El carajito no se como hizó pero abrió la puerta y salió del carro .
–¿Pa’ dónde vas tu pajarito? Ay vale desnudito, estabas con la jevita?  - El policía se asoma con la linterna y me ve petrificado con los pantalones ya puestos. –Es que son dos chamos, dos maricos cogiéndose.
–Por favor agente por favor déjeme ir, déjeme ir por favor.
El carajito estaba cagado, cagado, bueno yo no estaba lejos de lo mismo, pero él estaba que se arrodillaba frente al policía, bueno, lo hizo. El policía no le paró bolas, así que le pase su ropa se vistió y, lo que tenía que pasar, detenidos.
Mi carro lo detuvieron y se lo llevaron, los dos nos fuimos en la patrulla.
–Cuando lleguemos pueden llamar  a sus padres para que sepan los hijos que tienen.
–Podemos arreglar esto de otra manera sin tener que llamar a nadie.
–Podemos, claro que podemos.
–El carajito se relajó, yo creo que pensba que era bajándonos de la mula como íbamos a solucionar eso.
Llegamos y nos encerraron
–¿Qué hacemos con esos mariquitos?
–Lo que hacemos siempre, tráelos –Escuché que dijeron eso.

–Bueno carajitos, para dejarlos ir tienen que hacer un par de cosas. Bajarse de la mula y dejarse coger por este cuerpo.
–Por fa te pido que a él lo sueltes, yo pago por él, pero no le hagas nada, déjalo ir y yo me quedo.

Unos segundos de espera en un aterrador silencio, el policía habló.

–Ok, agarra tus cosas y te vas, como te vuelva a ver en la calle haciendo estas vainas te vas a joder, VETE.
Ya me quedé solo pero me angustiaba que el carajito estuviera vagando por ahí.
–Bueno, ¿dónde le damos, aquí en la celda?. –Yo dándomelas de macho que puede con todo.
–En la celda no cabemos.
–Pero somos tú y yo
–¿Tú no escuchaste cuando yo dije que se tenían que dejar coger por este cuerpo? Bueno este cuerpo de policía. –Aparecieron 4 más y ahí sí que me asusté. 5 tipos me iban a coger, iba a ser el juguete sexual del módulo.
–Si quieren yo les pago a todos pero lo otro no, me van a…aunque sea uno. –se rieron, no me había sentido tan humillado desde que me oriné encima en el colegio.

Los policias se sacaron los guevos por el cierre del pantalón, hicieron que me agachara. Tenía esas vergas cerca de mi y el olor que despedían no me gustaba. Uno de ellos tenía la cabeza blancuzca, llena de temiga y un fuerte olor asqueroso.
–Mama.
No pude hacerlo, la pestilencia pudo más que las ganas y pedí que me cogieran de una vez. Me bajaron el pantalón y el interior.
–Coño, el carajito tiene lo suyo. – Ya eran 2 los que notaban mis dimensiones. –Hoy no te va a servir de nada, vas a llevar palo. –me volteó y me empujó a la mesa.
–Ponte condón –le dije. Otra vez las risas
–A rin pelao papá, eso es muy caro.
El pánico se apoderó de mi, de ahí iba a salir con alguna enfermedad de transmisión sexual, pero seguro.
Uno a uno fue pasando, me escupían el culo o se escupian el guevo y lo metían, no aguantaba el dolor. Volteé la cabeza y venía el del guevo blancuzco y apreté las nalgas, no sirvio de nada. Era el que lo tenía más grueso y sus compañeros lo alentaban.
–Dale duro que esa aguanta. -Que humillación…
4 de ellos que se turnaban en cogerme acabaron dentro de mi, el de la temiga se encargó de echarme su leche en la cara, que olía asquerosa. No aguanté y me puse a llorar. Cuando terminaron me llevaron a varios cajeros a sacar plata, de ahí a buscar mi carro a un estacionamiento.

Me quitaron 5 millones de los de antes entre la tarjeta de débito y mis 3 tarjetas de crédito. Todo el trayecto a mi casa no paré de llorar, aunque en el fondo me había gustado ese sexo grupal no dejaba de sentir asco. El policía asqueroso me amenazó con hacerme algo si abría la boca.
Y lo conté, al llegar a casa le conté todo a mi mamá. Por supuesto se arrechó horriblemente conmigo, luego me abrazó, lloramos y luego la arrechera era contra esos policías. Mi mamá hizo un par de llamadas, me hicieron los exámenes forenses, yo cargaba en mi culo más leche que en mi nevera.

3 meses después me hicieron una cantidad de exámenes y no tenía ni hepatitis, ni VIH, ni sífilis, solamente VPH, nada más y nada menos, el culo parecía un sembradío de brócolis. Por supuesto mis dias de pasivo habían sido suspendidos, meses de cauterizaciones, antibioticos, etc, etc, etc.
Como mi culo estaba accidentado pues mi esfuerzos se volcaron a ser un buen activo.

A los 4 policías los destituyeron y estuvieron detenidos por varios meses. El jefe, no le hicieron nada pues tiene influencias pero la vida se encargó de castigarlo. El hombre era un cultivo de no sé cuantas enfermedades. El guevo se le llenó de verrugas, preinfarto, arterias obstruídas, una bacteria en el estómago y como guinda tenía laberintitis, lo inhabilitaron para trabajar.

Un año después de todo ese episodio, me volvi a ver con el chamo, le tenía una arrechera por haberse ido, -si yo sé, yo le dije que se fuera- Si se hubiese quedado me ayudaba con la tropa.
Me pidió disculpas y se ofreció en pagarme la mitad del dinero que me quitaron.
–Tranquilo, esos bichos me devolvieron el dinero, íntegro.

Una mañana cuando salí del baño me quedé parado frente al espejo y observé mi cuerpo,  ya tenía algunos pelos en el pecho, me vi la entrepierna y debía hacer algo con ese pelero. Me agarré el guevo…y sí, era grande y más cuando empezaba a pararse y lo vi en detalle.
Ahora sabía usarlo y ya nadie me iba a detener.

Por ahora hasta aquí, chao.

5 comentarios:

  1. Daniiiiiiiiiii mi amor que fotografia mas bella de verdad que es demasiado hermosa y tu un perfecto modelo de verdad que sinceramente te digo de corazon que eres todo un artista y muy hermoso además!!!! ME ENCANTAAAAA!!!!!

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  2. Gracias! A la orden para este tipo de trabajo fotográfico

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  3. No puedooo con la temigaaaa

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  4. Mucho con demasiado... a mi me agarraron en un carro, aunque sospecharon, no me pillaron en nada. Pero al taxista lo hicieron que se bajara de la mula, luego quería que yo le pagara ese dinero. I'm sorry, el de la idea fuiste tu!!!

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