martes, 31 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS Cheo & David 9.

Miércoles, 5:45 am David le envía un mensaje de buenos días a Cheo.

–<Buenos días amor, ¿cómo amaneces? Ayer me quedé esperando tu llamada…
–<Buenos días, terminé muy tarde de hablar con Beatriz y me fui a acostar>
–<¿Te pasa algo? No me has dicho amor >
–<Estoy triste>
–<Pasa algo?>
–<Están pasando cosas David. Esta el tema de mis miedos, mi inseguridad, ese mensaje que leí en tu celular, siento celos y no quiero convertirme en un monstruo más adelante y hacernos daño>
–<Cheo eso ya lo hablamos, a mi no me interesa más nadie sino tú, yo no quiero estar con otra persona.>
–<También está lo del sexo, ha habido poco en el poco tiempo que tenemos y siento que lo haces por compromiso, que no te gusto>.
–<Por Dios Cheo ¿cómo voy a tener sexo contigo por compromiso? ¡Ni que lleváramos 10 años juntos! ¡Y claro que me gustas y lo sabes! ¡No vuelvas a decir eso!>
–<Otra cosa, el dinero, ahora voy a ganar menos dinero que antes y no sé manejar ese tema, yo siento que soy un papá contigo que pago todo, no te estoy reclamando eso es que este tema del dinero no sé manejarlo siempre ha habido plata y no me mortificaba>.
–<Que tonto eres Cheo, sabes que si tú no tienes tengo yo y viceversa, y si no hay plata pues ahí se ve como se hace>.
–<Son situaciones que están pasando y están ahí y eso desgasta David>
–<¿Tú estás terminando conmigo Cheo?>
–<Sí David…>

En este momento David quedó paralizado, el autobús donde iba justo entraba al túnel, todo se puso negro y su mente en blanco, no podía creer lo que estaba leyendo, pensaba que Cheo estaba confundido, quería verlo para hablar.

–<Quiero conversar contigo en persona, esto de terminar por celular me parece de adolescentes>.
David en un desespero por solucionar eso ya, le dijo:
–<¿Quieres que nos veamos ahora? yo voy subiendo –David escribía cada letra temblándole la mano–.
–<Ahora no puedo, tengo reunión cuando llegue, en la tarde nos vemos y conversamos.
–<Cheo esto no lo acepto, no me da la gana de terminar>.
–<David, se que esto es muy duro pero es una decisión que ya tomé, hablamos en la tarde>.


David llegó a su oficina directo al baño a lavarse la cara y disimular el dolor que tenía. No quería contarle a nadie porque quería esperar a hablar con él,  que a lo mejor estaba confundido, necesitaba hablar.

David no tenía cabeza para más nada sólo pensaba en lo que pasó, se repetía en la mente mil veces esas palabras que escribió Cheo y no podía creerlo.  A la hora del almuerzo se comió la mitad de lo que trajo, las horas de la tarde eran interminables pero llegaron las cinco en punto y agarró su bolso y se fue directo a encontrarse con él en el lugar indicado.

Se vieron, se abrazaron, así estuvieron unos segundos y empezaron a caminar al café donde hablarían. Durante el camino Cheo le decía que podía saber como se sentía, que era una mierda por lo que estaba haciendo. David sólo lloraba.

Llegaron, se sentaron en una mesa apartada y pidieron café. Cheo volvió a repetirle lo mismo que había escrito en la mañana por el messenger.
Sé que soy una rata y una mierda al hacerte esto pero es una decisión que tomé,  con mis miedos no quiero convertirme en un monstruo para luego hacernos más daño. En el sexo siento que no te gusto, no se si es mi gordura pero es lo que percibo, que lo haces por compromiso y del dinero me siento tu papa pagándote todo, no te estoy reprochando eso ni sacándolo en cara pero es lo que siento y no sé manejar ese tema, ahora que gano mucho menos.
Cheo ¿ pero estas cosas no las podemos hablar, negociar, discutirlas? Para ti la vía más fácil es terminar esta relación, ¿no hay manera de arreglar esto?.
No David, es una decisión que ya tomé y es definitiva, se que te estoy haciendo daño pero créeme que más adelante hubiera sido peor. Te juro que no hay otra persona.
–¿Entonces, esto es definitivo? ¿Terminamos? ¿No hay nada que hacer?
No David, esto es definitivo, pero a lo mejor funcionamos mejor como amigos.

David escuchó esas últimas palabras, se levantó de la mesa, agarró su bolso y tiró la taza de café que no había tomado ni un sorbo. Arrancó a llorar  y entró al centro comercial cercano y en un ataque de estupidez lo llamó y le pidió que volvieran.
–<David no te pongas así, es una decisión que ya tomé>
A Cheo no se le movió ningún músculo mientras le decía todo a David estando en la mesa, no lloró, no se le movió ni un pelo. David colgó la llamada.

Se sentó en el piso y siguió llorando con la cabeza entre las rodillas, al rato agarró el celular y llamo a la única persona que podía estar con él en ese momento.

Tranquilo mi amor ya te busco, espérame en la plaza –Le dijo Miguel–.
Lo buscó, se abrazaron y David arrancó a llorar de nuevo.  Fueron a comer y hablar. Le contó todo. Miguel no podía creer la historia que estaba escuchando.
Menos mal que fue ahora y no a los 6 meses donde estarías más involucrado, ese carajo es un loco, te dije que era intenso, menos mal que terminó eso, ¡vamos a comernos un dulce!

Se comieron el dulce y luego cada uno para su casa. David no durmió esa noche, quería llamarlo, pero no lo hizo; seguía llorando…

lunes, 30 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS Cheo & David 8.

El viernes siguiente se quedaron juntos en un hotel para el sábado conocer a la otra parte de la familia de David.

Estando en el hotel Cheo ya venía con malestar de gripe, compraron en la farmacias unas cosas para detener la gripe. Pidieron comida en la habitación y vieron televisión abrazados. Cheo quería tener sexo pero David no y menos él con gripe. David lo consentía, lo besaba, lo tapaba, le buscaba las cosas.

Luego de cenar vieron un poco más de televisión y se acostaron. Cheo estaba indeciso si ir el sábado, antes de ir a casa de la tía de David, a una reunión que a veces va para sus problemas de alimentación. Estuvo varias horas en que si, que no, que vamos otro día, mejor si vamos. La verdad que David quería acompañarlo a ese lugar, le interesaba el tema. Pero al final decidieron irse a casa de la tía.

Previo a eso fueron a un bodegón para comprar vino. Luego no estaba convencido de lo que tenía puesto, que quería cambiarse, que mejor me quedo así, no, me veo gordo, se me pega la chemise, en fin, entró a una tienda y compró una camisa de las que él usa y lo identifican: de rayas y manga corta. Ya más cómodo con lo que compró emprendieron el camino.

Llegaron, Cheo con pena entró a la casa, estaban la tía, dos de los primos con sus esposas y los niños y la mamá de David que ya se conocían. No tardó en hablar y soltarse con todo el mundo, la gente animada conversaba con ambos. Llegó la comida y seguía la charla, todo marchaba estupendo! David de nuevo satisfecho que todo fluía y todos contentos.
De vez en cuando Cheo se acercaba a David.
Te amo, ¿cómo va todo? ¿No he sido imprudente, no he dicho nada fuera de lugar?”
Tranquilo, todo bien.

Llegó la hora de marcharse y David le dice a Cheo que se quedara en casa, el aceptó. Cuando llegaron la mamá de David le dice –¿por qué mejor no duermen en el cuarto de tu hermana? La cama es más grande, hay aire y estarán más cómodos– Una vez en el cuarto Cheo le dice a David:
Definitivamente tú mamá es Suiza– David se rió–.
–Sii, ella está clarita.

A los pocos minutos hicieron el amor, se relajaron, luego se pusieron a ver televisión y David que no lo había preguntado nunca, le dijo “–¿Te gustó? –si  –David le dice –¿Repetimos? –Contestó que no, normalmente es David el que no quería, más por razones de cansancio que por otra cosa, se abrazaron y vieron la televisión juntos–.

El lunes en la mañana quedaron en no verse en la tarde pues ya se habían visto el fin de semana. Ya en la oficina David ve en el muro de Cheo: =Cheo Torres Santos ahora es amigo de Eduardo Piña= se lo comenta a Cheo pues David lo conoce y le dice que si que se conocen. No era raro pues trabajan en lo mismo desde hace años y en ese mundo de la publicidad todos se conocen.

El día se pasó entre llamadas y mensajes de texto, en la noche hablaron, se mandaron besos y felices sueños.

Al día siguiente si se verían en la noche, así que durante el día estarían escribiéndose. Antes del mediodía Cheo le dice que va a almorzar con Eduardo. –<¡Qué bien! Mándale saludos!>– 
–<Con gusto>

La tarde se le complicó a David pues su jefe montaba un informe y había que quedarse, entre una cosa y otra seguían escribiéndose y llamándose. Cheo le dijo que lo esperaría pero ya eran pasadas las siete de la noche. David le dijo que le daba cosa que esperara más tiempo, que no sabía a que hora se iba.

Cheo le dijo que entonces se iba a casa, que un compañero de trabajo le daría la cola, que en la noche hablaban. Efectivamente en la noche hablaron un ratico pues le dijo que tenía que hablar con su sobrina Beatriz de unas cosas que luego lo llamaría de nuevo. Nunca ocurrió la llamada y David se fue a dormir.

Lo que ocurriría al día siguiente a las 5:45 am de la mañana, dejaría a David con la mente en blanco.

domingo, 29 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS. Cheo & David 7

Comenzaba la Feria del Libro en la ciudad y era un orgasmo para Cheo, le encanta leer y comprar libros, muchos y ese era el paraíso. En la noche se encontrarían ahí con la Tata.

Pasearon por los stands se quedaban revisando unos más que otros, compraron varios libros. Cheo le regaló uno a David. En total salieron como con cinco libros Tata y Cheo, tenían hambre y fueron a cenar a un restaurante cercano de comida tex mex. Ahí se encontraron a Cristóbal que estaba con su actual pareja. David los presentó y se fueron a su mesa.

La comida no estaba muy buena, comieron y se fueron.
El jueves regresaron a la Feria, esta vez se encontrarían
con Miguel, el mejor amigo de David y el novio, Manuel.En
el lugar ya estaban Cheo y David dando vueltas a ver que
veían. Hubo un momento que notó a Cheo incómodo y le
preguntó.  Era la primera vez que veía a Miguel desde que
salieron aquellos dos días a comienzos de año.
–Son como impuntuales ellos, no han llegado”
Ya vienen están en otras cosas.
Yo la verdad no quiero estar aquí, mejor yo me voy a mi
casa y tu te ves con él, es tu amigo no mío.
David se molestó y le dijo que no, que ellos vinieron juntos
y se van juntos.
–Tengo hambre vamos a comer y que nos busquen.

Haciendo la cola llegó Miguel y Manuel, se saludaron todos muy cordialmente, pidieron la comida y se sentaron. El momento era bien incómodo para Cheo pero ambos se pusieron a hablar.
Terminaron de comer y regresaron a la feria pues Manuel necesitaba un libro.

Apenas llegaron a la feria Manuel se consiguió con un señor amigo, este al ver a Cheo puso  cara de pocos amigos, Cheo también se chocó al verlo. A todas estas David no se enteró de ese momento. Luego Miguel le contaría a David.

Miguel y Manuel se fueron y los novios quedaron solos, dieron una vuelta y también cada uno a casa.

sábado, 28 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS Cheo & David 6.

Ya era lunes y la semana se presentaba con importantes acontecimientos.

A Cheo lo llamaron de una agencia de publicidad para trabajar como creativo, llamó a David emocionado para contarle y por supuesto celebraron en la noche la noticia. Tendría que sacrificar algunas cosas como sus trabajos independientes pero esto era algo que lo llenaba más profesionalmente.

Dos días después David cambia de celular pues el que tenía se dañó, Cheo le dijo que le entregara el viejo para dárselo a su sobrina mientras compraban uno nuevo. Así hicieron y en la noche se lo entregaba, fueron a cenar sushi en un restaurante de La Castellana.

Apenas se sentaron David le entregó el celular, una vez en manos de Cheo, lo enciende para verlo, se mete en los mensajes y justamente ve uno que le dispara las alarmas y la molestia a niveles insospechados. David no había borrado los mensajes completos sólo los contactos, no tenía nada que ocultar, pero en estas cosas de interpretación personal de lo que uno lee pues pasa lo que pasa.

–<Quería verte> Un mensaje que David le envió a un amigo que no veía desde hace tiempo, simplemente no se pudieron ver el día que habían cuadrado y le escribió eso. A Cheo le cambió el rostro completamente, David molesto porque se repetía la historia de Alejandro.
Quién es ese Aitor ¿y por qué querías verlo?.
David no quería dar explicaciones pero le dijo que era un pana que habían cuadrado para verse después de muchos meses sin verse y no se pudo,
…y le coloqué eso, quería verte, ¿qué tiene  de malo?

Cheo se levantó de la mesa y se fue al baño, pasaron unos segundos y regresó a la mesa, David se quería ir, ya no quería cenar.
–¿Por qué tengo esta inseguridad contigo? Este miedo, tú no has hecho nada para que yo este así pero veo ese mensaje y me pone mal.

Se calmaron las cosas luego de discutir un poco más. La cena estuvo bien, cambiaron de tema, todo estaba más relajado. Esa espinita quedó ahí clavada, pues al salir del restaurante regresó el tema y las explicaciones. Cada quién tomo un taxi para su casa e iban monitoreándose vía chat para ver como iban.

David invitó a Cheo a pasar el fin de semana en Higuerote y así de una vez conocía a su “suegra”.
El viernes en la tarde se fueron a hacer el mercado para llevar a la playa, de eso se encargarían ambos,  Maribel la madre de David solo tenía que preocuparse de llegar a la playa.

Estando en el automercado, David intentó sin mucho éxito apegarse a lo que estaba en la lista de las cosas para comprar, Cheo metía en el carrito cuanta cosa le gustaba, David devolvía algunas, otras no había remedio, se relajó y dejó que hiciera desastres. Compró unas flores para regalárselas a su suegra.

La cuenta salió fue una grosería pero Cheo la pagó, David mudo.
–¿Viste  que este es nuestro primer mercado juntos? je, je, je.– Le dijo a Cheo, este se sonrió y le acarició la cabeza.

Buscaron un taxi y montaron el mercado, rumbo a Guarenas. Llegaron a casa y estaba la señora que limpia y la mamá, ambas los recibieron. Cheo que ya había visto a la mamá de David en fotos, le entregó las flores a Josefina la señora que
limpia

–¿Cómo está señora Maribel?
David saltó.
Ella no es mi mamá es la de allá al fondo.
Cheo se puso rojo, fue directo a saludarla y darle las flores, bajaron el mercado y se rompió el hielo de una manera distinta.

A las 10 de la mañana del sábado ya estaban en Higuerote, los recibió el tío de David, hermano de su mamá. Bajaron todo, acomodaron y fueron a ocupar la habitación donde dormirían ambos. Casualmente la misma cama donde Cristóbal y David durmieron aquella primera noche. Esto lo pensó David pero no le dijo nada a Cheo por razones obvias.

Ya en la playa se instalaron con cava y sombrillas los cuatro. Mientras terminaban Cheo se puso a recolectar pelotas y figuras redondas para luego tomarse una foto con las distintas figuras de varios tamaños y colores.

De ahí fueron a caminar por la orilla viendo que conseguían, iban hablando de la casa, de la playa, de lo que conseguían en la orilla. Cuando ya estaban lejos de la vista de la gente, Cheo se bajó el traje de baño dejando al descubierto una erección.

David sin esperar mucho se acercó e introdujo el pene su boca y Cheo disfrutando al máximo. Hasta que llegó el momento clímax y derramó todas esas ganas en el pecho de David. Se fueron al mar y estuvieron un rato bañándose.
Amor yo te estoy amando y mucho, no se que me hiciste David pero me tienes enamorado, me echaste una brujería, no quiero apartarme de ti.
David sentía lo mismo y se lo dijo, que lo amaba, que no importa si era poco tiempo o si eso duraría 6 meses o 6 años pero está feliz de tenerlo al lado. –Cheo es el hombre, este es el carajo que quiero que esté conmigo–.

En la noche Cheo y su “suegra” se encargaron de cocinar, juntos, mientras David acomodaba la mesa para cenar. Ambos en la cocina estaban conversa que conversa,  fue a buscar su celular y les tomó una foto cocinando, esa imagen había que inmortalizarla. David estaba contento, ver a su novio compartiendo con su mamá era algo maravilloso.

A mi me da pena tirar aquí sabiendo que tu mamá y tu tío están allá afuera.
David le dijo que no importaba que ya estaban durmiendo, no había problema. Y tiraron y movieron la cama y David gemía y se escuchaba pero en ese momento a quién le importaba eso. Una vez terminado David salió a ducharse y se encontró al tío en la sala. Por supuesto que escucharía todo pero como nadie dijo nada y al día siguiente menos pues a fingir demencia.

Al día siguiente fueron un rato a la playa, para luego regresar temprano al apartamento, almorzar y regresar. Ese domingo Cheo se quedó a dormir en Guarenas, subieron juntos al día siguiente. Cheo a su trabajo, David al suyo.

SERENDIPIA 6


–Ya sabes, lo llamas y le dices que te ayude con el trabajo de exposición y vas a su casa este fin de semana, yo igual lo llamo. No quiero errores esta vez lo tienes que hacer, llevas la cámara.

–Siiii, ya me lo has dicho 20 veces, pero no le puedo insistir mucho, pero volveré a decirle.

–Yo sé que vas a lograrlo, tú tienes tus encantos mi amor.



 Llegaban al edificio donde vive Roberto y este le hizo señas a Sebastián para que metiera su carro en el estacionamiento en el puesto de visitantes.
En el ascensor comenzaron a besarse apasionadamente.

–¿Te cojo aquí?

–No, es peligroso

–Por eso, ¿no te gusta el peligro ah?–Le decía Sebastián–

–Ya llegamos.

 Entraron al apartamento y siguieron besándose, desabotonando sus camisas a la vez.

Sebastián le desabrochó la correa del pantalón a Roberto, la sacó de las trabillas, se separó de él y dio un fuerte correazo al piso.

–Desnúdate.

Roberto se paralizó por unos segundos.

–QUE TE DESNUDES–Otro correazo directo al piso–.

Se quitó toda la ropa, ya mostraba una ligera erección.

–Ve al sillón–Al voltearse, Sebastián le dio un suave correazo en las nalgas.

Roberto se sentó en el sillón, Sebastián se acercó hasta tener su pene cerca de la cara de él.

–Mámalo.

Comenzó a hacerle el sexo oral mientras Sebastián lo tomaba con fuerza del cabello. No dejaba que moviera su cabeza, lo sostenía para que su pene no saliera de su boca. Roberto movía su lengua mientras salivaba por la comisura de los labios.

Sebastián lo tomó con más fuerza del cabello y lo apartó sacando su pene de la boca de Roberto.

–Vamos al cuarto–Lo levantó con fuerza por el brazo. Otro correazo en las nalgas–.

Llegaron a la habitación y lo tumbó en la cama.

–Quédate boca abajo.

Comenzó a darle correazos suaves en las nalgas hasta enrrojecerlas. Se detuvo. Buscó en su pantalón un preservativo.

–Voltéate y ponme el condón.

 Roberto no hablaba, su piel lo delataba, la tenía erizada y las tetillas endurecidas. Mientras le colocaba el preservativo, Sebastián le daba cachetadas y lo escupía. Roberto le temblaban las manos, terminó de colocar el preservativo y se puso encima de la cama como le habían ordenado. Más correazos vinieron, esta vez no tan suaves.



Sebastián se detuvo y comenzó a masturbarse para comenzar a penetrarlo.

–¿Por qué no me sigues pegando?–Le dijo Roberto.

–Porque es cuando me dé la gana a mi, no cuando tú quieras.

Escupió repetidamente el culo de Roberto y comenzó a penetrarlo. Una vez dentro de él, le dio con fuerza, la cama se movía. Lo tomó por los hombros y empujó más duro.

Volvió a detenerse, retiró el pene y volteó a Roberto. Ahora boca arriba lo volvió a penetrar mirándolo a los ojos. Sebastián comenzó a ponerse violento, cosa que a Roberto no le molestaba, más bien lo excitaba más.



Mientra más fuerte le daba, más le jalaba del cabello. Lo escupía. Cachetadas iban y venían.

–Eres una perra, como te encanta llevar guevo.–Le gritaba Sebastián, mientras Roberto gemía–.

Seguían los golpeteos y el movimiento de la cama, Roberto se masturbaba, Sebastián lo detuvo.

–Vamos a acabar a la vez.

Sebastián siguió embistiendo a Roberto hasta que estuvo a paunto de acabar. Se detuvo. Retiró el pene y se quitó el preservativo. Se puso de pie en la cama con Roberto debajo de él y empezó a maturbarse.

Cada descarga caía en alguna parte de la cama y en el cuerpo de Roberto que se estremecía al sentir el semen en su piel. El también se corrió. Sebastián lanzaba gruñidos y se agitaba, Roberto se le tensaba el cuerpo.

Todo se calmó. Se acostó a un lado de Roberto y así estuvieron, juntos, sin hablar, por unos minutos.



El silencio lo rompió Roberto.

–¿Sabes que a mi hermano le gustaba también esto? Creo que te comenté algo. El sadomasoquismo, el cuero, latigazos. Te confieso que a mi también me excita.

Hubo un silencio incómodo y Sebastián se levantó de la cama.

–Voy a ducharme, ¿tienes toalla?

–Si…en el baño tienes una y en la ducha hay jabón y champú. ¿te acompaño?

–No…prefiero solo–Se levantó de la cama y se fue directo al baño.



–¿Qué le pasó? No entendí.



Sebastián abrió la llave de agua caliente y esperó a que se le quitara el frío al agua, abrió la otra llave. Comenzó a caerle por el cuerpo el agua caliente, más caliente de lo normal. No pudo contener el llanto, se sentó en el piso y arrancó a llorar.

–Tengo que contarle, tengo que contarle–Se repetía una y otra vez mientras el agua corría.



–¿Todo bien?

–SI SI, YA SALGO–Se levantó del piso, cerró las llaves y salió para secarse–.



–¿Qué tal?

–Muy rica el agua, la ducha espectacular, me quería quedar a vivir ahí.

–Ja,ja, ja que bien, tienes los ojos rojos.

–Si…es que me cayó champú, pero estoy bien.

–Bueno, voy a ducharme, ya salgo.



Sebastián aprovechó para vestirse rápido, tomó sus cosas y se fue del apartamento.

viernes, 27 de marzo de 2015

5AMORES, 5 HISTORIAS. Cheo & David 5.

La semana siguiente fue de salir con amigos. David y Cheo fueron a comprarle algo a la futura ahijada de Cheo que en los próximos meses nacería.
Espero que te caiga bien mi comadre la Tata, se llama Tamara pero le decimos la Tata.
Compraron una cesta con varias cosas: baberos, franelillas, braga, etc. Se tomaron un café con ella en el edificio donde trabaja, la conversación duró sólo un rato pues ella tenía que trabajar. David estaba de vacaciones y Cheo de su cuenta.

A David le pareció muy agradable Tata aunque fue poco lo que compartieron.

Esa misma semana conoció a un buen amigo de Cheo, David Braseco un diseñador de modas.  Ambos ya estaban en el café esperando a David, Cheo le contaba que le encantaba, que era una persona inteligente, simpática, alegre, que sentía que se estaba enamorando de él. En eso llegó David y empezaron a hablar. David venía de verse con Cristóbal –Su primera pareja– pues le había traído unas galletas y unas revistas de Madrid.

La velada transcurrió entre ponerse al día Cheo y Braseco y David contando de él. Querían cenar y fueron a comer al mismo restaurant donde habían cenado la primera vez . Se estuvieron riendo de los, cuentos, anécdotas, etc, al parecer ambos se cayeron muy bien y quedaron en verse un día de estos.

El viernes le tocaba el turno a Cheo de conocer a la comadre y mejor amiga de David, Ainoa. Iban a ir al teatro. Cheo buscó a David en su trabajo y de ahí arrancaron a El Hatillo para ver la obra. Antes de la función cenaron los 3 y por supuesto charlaron, risa y risa. Ainoa tiene muy buen sentido del. Ambos se aman,  se conocen desde hace 16 años. Aparentemente Cheo contentísimo con ella, hasta le invitó la cena pese a la negativa de ella, Cheo se levantó en un descuido y pagó la cuenta. David embobado, no había mas nadie en la vida que él, lo demás no importaba.

Ainoa advirtió que la obra era algo tipo teatro Chacaíto, pero como le habían regalado las tres entradas ya que un amigo actúa ahí pues había que verla. La obra estuvo muy buena, tenía de todo, comedia, drama, humor negro, reflexión. Cheo le dijo a Ainoa luego de terminar la obra –Ahora que me conoces no te vas a librar de mi–. Ella se rió y se despidió para irse a su casa, los enamorados a un hotel para volver a estar juntos, pues mañana iban de paseo.

Esa noche no hubo sexo, sólo en la mañana y oral pues sorpresivamente en el hotel estaba sin agua, se había roto una tubería.

Después de ese agradable mañanero se vistieron de franela y bermuda. Se iban al parque del este a buscar piezas del siglo XVIII. Llegaron al parque y dieron unas vueltas. 
Las piezas están donde sólo hay tierra, que está removida por la lluvia, son vajillas y botellas partidas en pedazos relativamente pequeños pero muy interesantes, si tenemos suerte encontraremos cosas buenas.

Efectivamente, mientras buscaban, encontraban trozos de platos, tazas y de otras piezas. Cheo le iba explicando de que se trataba y David preguntaba de todo
–¿Cómo sabes que es un plato? ¿Cómo te das cuenta si es grande o pequeño, es posible conseguir piezas grandes?, y estos vidrios como saber que no son de ahora sino de hace 100 años?
En el vidrio te das cuenta por lo gastado que está, el color y lo rayado de la superficie. Por la curvatura de las piezas haces la proyección de ellas y sabes si es un plato grande o pequeño o si es una taza.

Cheo por su experiencia en estas cosas conseguía más, pero David se fajaba buscando cada detalle, consiguieron una bolsa para poder recolectar las diminutas piezas. Y seguía preguntando y el otro respondía, a veces se reían de las tonterías que decía David acerca de las haciendas que ahí estaban hace dos siglos.

David estaba feliz con las piezas que conseguía a cada paso, Cheo a sus anchas, en lo suyo. Nunca se lo dijo pero estaba emocionado y contento de compartir esa hora con Cheo en algo de lo que estudió en la universidad. Fue un experiencia increíble, a lo mejor para otras personas hubiera sido un día más, algo tonto, para él era el mejor día en mucho tiempo y al lado de la persona que estaba empezando a querer y verlo distinto.

Comenzó a llover y era perfecto pues saldrían más piezas a la superficie pero no tenían paraguas, mientras caminaban para refugiarse en un techo se conseguieron unos dientes de caballo al parecer de la misma época que las piezas hechas trizas.

Esperaron que escampar, mientras Cheo llamaba a su comadre para cuadrar y almorzar juntos los tres.
Almorzaron en un restaurante cercano al parque donde se come muy bien. De ahí fueron a un centro comercial a ver una exposición, pasearon, hablaron, fue el día que más compartió David con la Tata.
Ese paseo le cambió la manera de ver a Cheo. Todo marchaba muy bien.

En la noche cada quien se fue a su casa pues al día siguiente era el día de la madre.

jueves, 26 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS Cheo & David 4

Cheo tiene a veces episodios de celos, no extremos pero siempre pendiente de quien llama a David por el celular, a quien le escribe, se asoma a la pantalla del celular a ver que escribía. A David de momento no le molestaba eso, lo vio normal.
Llegó el día del viaje y David se encontraría con Cheo en San Antonio y de ahí arrancar.
Cheo se acercaba al lugar de encuentro con una de sus sobrinas, Andrea. Al  ver a David le dijo hola tío– él quedó por segundos en shock y vino Cheo a saludarlo con un abrazo. Se despidieron de Andrea y fueron a desayunar a una panadería cercana.
Se encontraron con la otra sobrina, Beatriz, se saludaron y siguieron su camino a desayunar. Al salir de ahí buscaron un taxi que los llevaría a la Colonia Tovar. Se montaron y emprendieron el viaje.
Durante el camino hablaron, escucharon la música que ponía el taxista, Cheo le pidió que cambiara el repertorio, seguían hablando de la carretera, de la vida, de las de cada uno, hasta que llegaron al Jarillo, le pidió al muchacho que detuviera el carro y se bajaron donde había la estatua de una virgen, llegaron al sitio y lejos de la vista de todos, se besaron.

Tomaron un par de fotos en el sitio y volvieron al carro, otra vez pararon justo en la carretera para tomar otra foto de la panorámica. Volvieron a pararse casi llegando pues había una roca con un petroglifo, ahí solitario y abandonado del mundo, le tomaron fotos y Cheo le explicó la historia de esa roca, lo que ha pasado con eso, etc. David le encanta saber de esas historias y le preguntaba todo, era uno de los ganchos de Cheo que a David lo mataban.
Llegaron por fin a la Colonia Tovar y fueron directo al hotel donde se hospedarían, no había nadie en el pueblo, el lugar estaba muy agradable para pasear. Pidieron la habitación, una cabaña grande parecía que ahí se hospedó Manuelita Sáenz con Bolívar, pero era muy bonita, con grandes ventanales que daban a la montaña.
Se lanzaron a la cama juguetearon un poco, se tomaron fotos, Cheo no estaba convencido de la cabaña pero David le dijo que estaba muy bien, que salieran a pasear que el día estaba espectacular, para luego almorzar en un restaurant de otro hotel que es muy bueno.

Entre conversa y conversa Cheo decía cosas
Chico yo te estoy queriendo bonito, me gustas,  ¿papi tu me quieres?.
David se rió y luego le dijo
–A veces me asustas.
Esa frase marcó a Cheo pero de buena manera. De vez en cuando le volvía a decir a David –Chico yo te estoy queriendo–  él sonreía…David  empezó a ver con otros ojos a Cheo –este es el tipo, este el tipo– se repetía en la cabeza. Cheo estaba pendiente siempre de él, en todo momento. Y el celular sonaba y entraban mensajes y Cheo miraba y David le decía quien escribía.

Regresaron al hotel con la firme intención de cambiarse de cabaña y así lo logró, le dieron otra. Estaba mucho mejor, más moderna y con la montaña en sus narices y un río que se escuchaba aterrador muy cerca de ellos. Esa noche cenaron en el restaurante cerca del hotel, regresaron, se ducharon juntos, primer baño que se daban juntos, incluída una felación hecha por David. Se quedaron en la cama viendo televisión y bajo un torrencial aguacero que incluía el escalofriante sonido de aquel río que ahora sonaba con más fuerza.
Esa noche no hubo más sexo, durmieron abrazados, roncando, ambos lo hacen, pero felices de estar ahí.

La mañana siguiente se despertaron con el sonido del río, el primer beso de la mañana llegó seguido del sexo no ocurrido anoche. Se ducharon y bajaron a desayunar, pasaron por la recepción con la noticia que debían cambiar de cabaña pues ya estaba reservada para ese día. Le dieron una más pequeña pero confortable.

Desayunaron y conversaron 
Chico yo si te quiero.
Cheo le había contado que entrevistaba a personas por twitter, David le dijo que lo entrevistara, al principio no le parecía pero luego accedió. Preguntas cortas para respuestas cortas. Fue cómico ese momento. Terminaron el desayuno y se fueron de paseo.

Tomaron un paseo por los petroglifos que Cheo le había comentado, David le preguntaba de todo acerca de esto. El trayecto se hizo largo, iban en un 4x4, el camino era irregular, llegaron al sitio. Caminaron un poco más y llegaron a las rocas donde se encontraban aquellos dibujos y trazos de hace miles de años. David le encantó ver eso pero se decepcionó al ver que eran pocas rocas pero igual le gustó estar ahí, Cheo seguía explicándole, David embobado. Se tomaron fotos, una muchacha les hizo el favor y les tomó una juntos. Justamente esa foto cuando amigos y conocidos la vieron, preguntaba si no eran familia. Ambos usan barba y lentes.

Regresaron del paseo y justo cuando empezaba la gente a bajarse del camión 4x4, el chofer se bajó y no puso el freno de mano y el carro empezó a bajar la cuesta. Cheo casi brinca hacia el conductor pero se le adelantó el que tenía delante de él. David como si nada, no se movió, no se sabe si era por pánico o que no le pareció que se iban a ir por el barranco. No pasó de un susto.

Llegaron a la habitación, se pusieron a leer cada uno el libro que trajo, se besaban, se tomaban de la mano. David sentía una tranquilidad y una seguridad enorme. –Cheo es el carajo que quiero, este es el tipo–.

Las siguientes 48 horas fueron de paseo y descanso. Fueron a una tienda  a curucutear, de repente Cheo ve una foto muy vieja y le pregunta a la dueña que quienes son y dijo –Es mi abuela, recién llegada a Venezuela–. Una foto muy bonita.  De ahí fueron a una librería y encontraron un libro que en la portada estaba esa misma foto, les impresionó, preguntaron y era la historia de esa mujer junto con otras historias de la época. Fue algo curioso que sucedió esa tarde.

La última noche cenaron en el hotel en un rinconcito apartado del resto, se tocaban las piernas y otras cosas por debajo de  la mesa. David estaba feliz, le brillaban los ojos y no paraba de sonreir, a juzgar por la cara de Cheo, estaba en las mismas.

Dejaron el hotel temprano, durante el trayecto David estaba muy hinchado y mareado, estaba de mal humor, tanto que no le prestó atención a Cheo en casi todo el trayecto sólo se tomaron de la mano.
David recostado, Cheo muy serio sin saber que hacer. Al llegar a Caracas le dijo
Ojalá no te pongas así cada vez que te sientas mal, me tenías nervioso y sin saber que hacer.

David tenía pendiente verse con unos excompañeros del colegio, Cheo lo acompañó, fue solo un par de horas, todos hablaban con él, les cayó bien.

Luego cada quién tomó para su casa. David feliz y a la vez triste que ya se acabaron esos días, ya extrañaba a Cheo, se escribieron durante todo el trayecto.

No tenía dudas, Cheo era la persona con la que quería estar. ¡Punto!


miércoles, 25 de marzo de 2015

5 AMORES, 5 HISTORIAS Cheo & David 3 TEMPORADA FINAL

Durante la semana estuvieron chateando y llamándose por teléfono
–<¿Qué más? ¿es normal esto que está pasando?>–Le decía Cheo.
–<¿Cómo normal? ¿el qué?
–<Coño tengo miedo, me gustas me siento bien y no quiero cagarla>
–<¿Miedo por qué>?
–<No me quiero poner intenso>
_<Je, je, je  dejémos que las cosas vayan pasando>
–<Pero no quiero ser indiferente no es mi naturaleza. ok me voy a relajar, te quiero hacer el amor otra vez>
–<Yo también quiero, el jueves repetimos>

Llegó el jueves, ya habían cuadrado el hotel donde se iban a quedar. Cheo en la tarde lo esperaba en la habitación mientras David llegaba de la oficina. Se abrazaron, se besaron, hablaron un rato, un sexo oral para calentar motores para la noche y luego salieron a cenar.
Fueron a un restaurant italiano casero cerca del hotel, tomaron vino, hablaron de sus vidas, amores anteriores, proyectos. Cheo le contó a David que tenía puesto un bypass gástrico, que hace unos años era obeso. Entre una cosa y otra pues se iban contando casi todo. Cheo dijo que ya le había contado a su mejor amiga de él.
Chico tu si me gustas– le decía a David mientras le agarraba la mano, David feliz le decía lo mismo, ambos se veían a los ojos con cara de bobos.
En una de esas tantas conversaciones con Cheo salió a relucir una persona que tienen en común, Marcelo Torrentino, David lo conoció hace muchos meses por internet y hacía poco lo conoció en persona cuando vino a Venezuela. Fue pareja de Cheo por siete meses. Es un hombre guapísimo e inteligente, activista de DDHH en las selvas del Congo.
Via chat le contó que estaba saliendo con alguien que el conocía: Cheo.
–<Uhmmm, !qué bien David! Que bueno, les deseo lo mejor, él es una buena persona, David, pero averigua, indaga, pregunta. Yo no puedo darte mucha información, el Cheo que conocí no es el mismo de ahora, el que te puede dar información es Franco, si tienes confianza con el, pregúntale>
Como si le hubieran dicho lánzate por ese barranco, no le hizo caso a las palabras de Marcelo.
David le comentó a Cheo que se consu familia a la playa en Semana Santa, un viaje ya planeado antes que apareciera Cheo. Algo triste le dijo que quería ir aunque sea dos días para verse, pero estaba indeciso entre ir y no y no sentir que abrumaba a David, pero volvía a decirle que si iría y en eso estaba.
La cena estuvo perfecta, buenos platos, buen vino, buen postre. Cheo suele pedir mucha comida y luego no puede con ella, como consecuencia de su bypass y su pasado de obeso que lo hacía comer en grandes cantidades cosa que le hace sentir mal de llenura y ahogo. Esto se repetiría en los siguientes días de la relación cuando salían a comer.
De ahí se fueron a un hotel 5 estrellas cerca de ahí, a un Lounge relativamente nuevo y de moda en Caracas, estaba lleno, mucha gente linda. Pinchaba una DJ muy famosa.
 Por lo menos Cheo saludó a ocho personas, esta situación también se repetiría constantemente. David se sentía como el más gris de la vida hasta que por fin llegó alguien que él conocía pero oh sorpresa, Cheo también lo conocía. Pidieron unos tragos y se sentaron a ver el panorama.
David observaba a la gente, se le quedó viendo a un moreno de 1,80, con un cuerpo de angustia, calvo y unas nalgas que parecían balones, David tuvo que calmarse pues Cheo podría darse cuenta, pero aquello era algo que no podía dejar de ver.
Se quedaron un par de horas en el local hasta que Cheo se quizo ir
Quiero hacerte el amor.
Dejando los vasos donde pudieron se fueron al hotel y ahí a cumplir lo prometido y cumplió, quedaron cansados y a dormir.
Esa noche decidieron que comenzaba la relación.
–¿Ya? ¿Ahora si podemos decirnos novios?.
Al día siguiente David se iba a trabajar, Cheo a hacer unas diligencias, ya no se verían más hasta dentro de una semana.

David se había ido con su familia a Higuerote a pasar la Semana Santa, Cheo en casa escribiendo para los artículos que tenía pendientes.
Ya en la distancia lo único que los acercaba era el messenger del BlackBerry y las llamadas, se hablaban y chateaban todos los días y a toda hora. Estaban pendientes que hacía cada uno. Se enviaban fotos, hablaban de lo que habían hecho cada uno durante el día, Cheo hizo ponqués con sus sobrinas , compró flores para su casa y le compró a David también, etc.
Habló con su sobrina Beatriz, le contó lo bien que estaba con David,
Es una persona extraordinaria, simpática, encantadora, linda, me gusta mucho, Beatriz–.
Cheo desde el primer día le decía a David que iría el jueves para estar un día completo allá, luego le decía que no, David le decía que no había problema en que viniera, el otro que no quería incomodar. Así se pasaron los días y no fue, resolvió irse con una amiga a la playa de viernes a domingo.
Durante esa semana Cheo le decía a David que lo estaba queriendo mucho, que se sentía muy bien con el, que estaba feliz, David también le decía lo mismo, estaba entusiasmado, contento. Llegó a pensar: Voy a echarle bolas con este carajo, me siento bien con él.
David regresó el lunes de la playa y por supuesto el martes se vieron y fueron directo a un hotel de alta rotación. De nuevo disfrutaron de ese momento solos, besándose, abrazándose. Felices.
Salieron del hotel y fueron a comer, hablaron de irse el jueves a la Colonia Tovar hasta el domingo así que tenían que planificar el viaje, hotel, gastos que correrían por cuenta de Cheo, previa aclaratoria de David que no tenía plata para ese viaje. Cheo le dijo que no importaba, de todas maneras el viaje dependía de un pago que le debían; el día antes se lo pagaron. Estaban emocionados con ese viaje, estarían juntos cuatro días, que servirían a ver si esto seguía su curso tan bien como iba.
Y siguió y muy bien!