lunes, 4 de julio de 2016

SODOMITA. Capítulo 7


Darwin se levantó temprano luego de un sueño profundo, se sentó en la cama, se estiró y se fue directo al baño.

Mientras estaba bajo la ducha caliente, tuvo recuerdos de sus encuentros sexuales y se sonrió. Le habían tocado buenos clientes, eso hizo que su pene se erectara. Tomó un poco de jabón, se colocó en el pene y comenzó a masturbarse. Con los ojos cerrados recreaba cada encuentro, cada cliente, cada penetración y su pene más duro. Esos momentos se hacían más reales en su mente y eso hacía que se masturbara con más velocidad hasta que llegó el momento de explotar. Fue más el estremecimiento que lo que había salido de su pene pues ya se había descargado unas cuantas veces la noche anterior.



Terminó de ducharse, se secó y su pene fue poniéndose flácido nuevamente. Al abrir la puerta del baño se acordó que en su cuarto estaba Sebastián que aún dormía así que no encendió la luz y se vistió a oscuras. Salió de la habitación con cuidado y fue a la cocina a tomar agua. No iba a desayunar pues se iba a hacer los exámenes de sangre y el del VIH.



Llegó a planta baja y un taxi pirata estaba estacionado casi a la entrada del edificio.

–Yo como que me voy en taxi, pa eso tengo plata y así llego más rápido.



–Señor, ¿cuánto me cobra hasta Chacao, en el casco?

–1.200 joven.

–Dale.

Se montó en el carro. El taxista era un hombre de cabello rulo castaño claro igual que la abundante barba, llevaba una gorra y lentes de pasta. Cargaba un perfume con un fuerte olor a madera.



–¿Y dónde va tan temprano? No ha salido ni el sol. Un muchacho tan joven

–Voy a  hacerme unos exámenes de sangre, de rutina.

–Ah que bien, eso es bueno que se cuide desde joven. ¿Estudias?

–Trabajo.

–¿Pasantías de lo que estudiste?

–Noooo señor, en lo que trabajo no se neceista estudiar más bien se necesita práctica. –El hombre lo miró por el retrovisor abriendo los ojos. Darwin también lo vio.

–Soy prepago.

–¿Prepago? -El hombre se sorprendió, pero quería saber.

–Cobro por sexo señor.

–Vaya, mira que hay mujeres que buscan sexo en la calle.

–Soy gay, tengo sexo con hombres por dinero.

–Mmmmm interesante -Se apretó la entrepierna mientras miraba a Darwin por el retrovisor.



Darwin se le quedó viendo otra vez por el retrovisor.

–Usted me parce conocido, pero no lo ubico.

–Soy cara común. ¿Cuánto me cobras para cogerte?

Ahora era Darwin quien abría los ojos sorprendido. –Bueno, eh, no sé…

–¿Cómo no sabes? ¿no me dijiste que trabajas en eso?

–Si, 8 mil completo, todo lo que quieras.

El hombre abrió la guantera del carro y sacó dos fajos de billetes y se los lanzó hacia atrás.

–Cobras caro carajito. Vamos ahora mismo a un hotel y luego te llevo a sacarte el examen.



Llegaron a un hotel apartado y lejos de la zona donde iba Darwin, algo que lo puso nervioso.

–Yo entro primero a la habitación, yo la pago y luego entras tú. Dame tu número.

Darwin le dio su número y esperó el mensaje del hombre.



10 minutos después el muchacho recibió el mensaje. <<Habitación 22>>

<<Ok, estoy en la farmacia, ya voy>>

Darwin entró al hotel de nuevo y dijo que habitación iba, entregó su cédula para luego ir al número 22.



Tocó la puerta y estaba abierta.

–No enciendas la luz y quítate la ropa. –Darwin hizo lo que le dijo y se acercó a la cama.

–Dime que quieres hacer y lo hago.

–Mámame el guevo, ponlo duro.

El muchacho se montó en la cama y tomó entre sus manos el pene del taxista que ya estaba bastante rígido. Acercó su boca y dejó caer varios hilos de saliva antes de introducírselo en la boca. Cuando mojó bien el glande pasó su lengua para luego meterlo. Poco a poco descendía, sacó sus manos del pene y se fue a los testículos y la otra a la tetilla izquierda del hombre.



–Wao Darwin, asi era como quería que me lo mamaras siempre.

Darwin tenía el pene totalmente dentro de su boca se detuvo y lo sacó.


–¿Cómo sabes tú mi nombre? Yo no te lo he dicho.

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