martes, 9 de agosto de 2016

A QUE NO TE ATREVES 7.


Mal comienzo para un matrimonio.



Al papá de Darío ya le habían dado de alta luego de 10 días de hospitalización. El seguro ya no cubría más gastos y decidieron sacarlo de la clínica aunque el médico ya había autorizado la salida.

Tenía paralizado la mitad del cuerpo y no podía caminar, el habla estaba comprometida. Hablaba pero poco se le entendía o decía incoherencias. Con el pasar del tiempo mejoraría ayudado con las terapias.



La luna de miel la suspendieron hasta nuevo aviso, pero Darío decidió quedarse en su casa con su madre mientras su papá se recuperaba, no se iba a mudar con Bertha al nuevo apartamento, ella no estuvo de acuerdo pero aceptó, ella sí se mudaría para terminar de acomodar los detalles que faltaban.



Los 20 días que tenía para la luna de miel los dejó para ayudar a su mamá.

–¿Y por qué no contratan a una enfermera y que se encargue de tu papá y nosotros nos vamos para la luna de miel.

–Mi amor, Bertha, entiende, no tenemos el dinero para eso en este momento, mientras yo pueda ayudar a mi mamá lo haremos, luego se verá.

–Pero tú y yo ya estamos casados, ¿eso no te dice nada? ¿No vale?

–Te dije que te mudaras a casa de mi mamá y no quisiste.

–Yo no voy a vivir en esa casa, yo quiero intimidad, privacidad y ahí no la vamos a tener.

–A ver mi amor, entiende, esto no va a ser para toda la vida, será unos meses, cónchale bella, sé más comprensiva.

–¿Y quien me comprende a mi? ¿sabes qué? Has lo que quieras, yo me quedo en el apartamento y tu verás cuando vas para allá.

–Vamos a estar juntos, te lo prometo.



Bertha se fue para reunirse con uno de sus clientes, Carmelo, que le llevaba la administración de su fortuna y todo lo concerniente a asuntos legales, Bertha sacó en simultáneo las carreras de Administración y Derecho.



Darío entró al cuarto de sus papás para estar con su padre mientras su mamá dormía en su cuarto. Darío padre abrió los ojos y vio a su hijo y se alteró, comenzó a emitir sonidos fuertes.

MA, MA, MA, NO, NO, NO, MA, MA, BARCO, BARCO, MA, MA, TU, TU, MA, marico, MA, MA, CANTAAAA, CANTAAAA, BARCO.

–Papá , papá, cálmate, no te pongas así. -Darío comenzó a llorar y su papá también.

–No le digas nada a mamá ni a nadie de lo que viste por favor, te lo pido papá, perdóname, perdóname.

El papá lo cogió de la franela y apretó.

–MAAAAAA, MAAAAAA, NAADAA, NO, NO, vete, NO, NO, BARCO, BARCO.

–Papá, tranquilo. Tomó el sedante que estaba en la mesita y lo colocó en el suero que tenía conectado intravenoso. Darío padre se quedó dormido.



­–<<Hola Rorro, ¿cómo estas?>>

–<<Hola, Darío, ¿cómo estás, tengo días que no se de ti, ¿cómo sigue tu papá?

–<<Mejor, ya en casa. Mira, ¿nos podemos ver hoy?>>

–<<Si, claro, salgo a las 8 del local, búscame por aquí>>



Darío llegó pasados 5 minutos de las 8 por el local de comida rápida donde trabaja Rogelio. Se montó en el carro y le dio un beso en la boca.

–No sabes como quería un beso tuyo. -Se abrazaron y de nuevo un beso, ahora más apasionado.

–¿Y cómo te escapaste de Bertha?

–No estoy viviendo con ella, me quedo en mi casa ayudando a mi mamá con lo de mi papá.

Rogelio se sonrió y le acarició la mejilla.

–¿Por qué te sonríes?

–Por nada, quería verte, ¿dónde vamos?.

–Quiero pasar la noche contigo, vamos a un hotel.

–Que ricoooo, pero, ¿tu papá?

–Tranquilo, le dije a mi mamá que quería estar solo hoy. Sólo te voy a pedir algo, paga tú el hotel.

–Claro, yo escojo el hotel así que arranca que te indico.



Llegaron al hotel 5 estrellas que domina la ciudad en una de las avenidas más transitadas. Rogelio se acercó a la recepción y pidió la habitación matrimonial con desayuno incluido.

Aprovechó que tenía una tarjeta de crédito que recién le habían entregado y que mejor momento de estrenarla que con el hombre de su vida. Sacó la tarjeta y su cédula.

–Con el desayuno incluido hace un total de 52.000 Bs. Gracias

Rogelio entregó la tarjeta tragando saliva, volteó hacia los muebles donde estaba Darío que leía el periódico, se sonrió.

–Señor, su voucher, firma y cédula por favor. Bienvenido. El restaurant cierra a las 11 de la noche y el desayuno es a partir de las 6 de la mañana hasta las 10.

–Gracias señorita. -Le hizo señas a Darío y se levantó.



–Vamos un momento a la tienda de allá que me gustan unas cosas que venden ahí.

–Dale, rápido que tenemos que cenar. -Dijo Rogelio.

Cuando van caminando por el pasillo, frente a ellos viene caminando una persona.

–Mierda, ahí bien Victor el primo de Bertha. -le murmura Darío a Rogelio



–Epaaa Darío, ¿qué más? -Se abrazan, ve a Rogelio –Hola chamo.

–Hola.

–Nada, le dije a Rogelio que me acompañara a dar una vuelta, para despejarme, quería deconectar un poco.

–¿y Bertha?

–Bertha está en el apartamento.

–¿La dejaste sola y te viniste para acá? ¿recién casados?

–Chamo estoy pasando por una situación delicada con mi papá, no estoy en el apartamento con ella, me estoy quedando en mi casa.

–¿Y tú que haces por aquí? -Le dijo Rogelio.

–Vine  a ver a una amiga que trabaja en una de las tiendas ya me iba. Bueno, los dejo, mándale saludos a mi prima. Chao.

Siguieron caminando. Victor al doblar hacia la salida coge su celular y le marca a su prima.

–<Hola, mira acabo de ver a tu marido en el hotel Macanao>

–<¿Qué? ¿Y con quien está?

–<Adivina>

–<No me digas que con la loca de Rogelio>

–<Bingo primita>

–<¿Se están quedando ahí?>

–<Ah no sé, eso si no te lo puedo asegurar, me dijo que estaba dando una vuelta para despejarse>

–<¿Despejarse? Seguro fue la puta esa de Rogelio que lo sonsacó>

–<Voy a ir para allá>

–<No chica, ¿estás loca?>

–<Llámalo como cosa tuya y lo saludas y le das buenas noches a ver que te dice>





–Ese idiota le va a contar a Bertha.

–Ay no te angusties, si te llama, que no creo, le dices lo que le dijiste a este, que por cierto está buenísimo el primito.

Darío se volteó a verlo sin decir nada.

–Es la verdad, es bello el carajo.



Se estaban quitando la ropa para darse una ducha antes de cenar.

–¿Mira y si me echas uno rapidito antes de bajar?

–Ay Rorro, no estoy de ánimos para tirar, quiero estar contigo, dormir juntos y ya.

–Esta bien, ya que pasemos la noche juntos me encanta, peeero. –Se agachó y comenzó a hacerle sexo oral. Sonó el celular. Vio la pantalla y era Bertha.

–Coño lo sabía, esta caraja iba a llamar.

–Que ladilla vale, no le atiendas coño.

–¿Estás loco?

–<<Hola mi amor>>

–<<Hola, ¿dónde coño estás y que haces con Rogelio?>>

Sonó el celular de Rogelio y lo buscó.



–¡Es ella, es ella! -Le hablaba en voz baja a Darío.

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