viernes, 16 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 4 Capítulo 5


Primer cobro.



=Creo que este es el pene de tu marido, es inconfundible, sobretodo para ti que eres su esposa y más de una vez lo has tenido de cerca. Si, tu esposo es gay y se casó contigo como tapadera. Abre los ojos.= -Enviar.



Un rato después recibe respuesta el correo.

=¿Qué significa esto? Esto debe ser una broma de mal gusto o un montaje. Da la cara y se un hombre=

=Te envio otras fotos donde sale su cara y la mía, si quieres podemos vernos en el Café Sol, a las 5 de la tarde, mañana.



Lugar y hora acordada. Laura, la esposa de Octavio estaba sentada en la mesa esperando a Jorge.

–¿Laura?

–Si

–Soy Pedro, permiso.

–Siéntese y quiero me diga en mi cara lo que me mostró en ese correo.

Jorge sacó un sobre de manila y se lo entregó. Laura volvió a ver las fotos y las lágrimas le corrían sin esfuerzo.

Le entregó el perfil de Grindr y desde su celular entraron para que viera las fotos que le envió por privado desde la aplicación.

–Esta es la vida secreta de tu esposo.

–¿Y por qué haces esto? ¿Para que?

–Venganza, tu esposo y sus amiguitos del colegio me hicieron la infancia y la adolescencia miserable y tú también.

–¿Yo?

–Si, no te acuerdas del niño que humillaban y desnudaban en el baño, lo orinaban encima, le decían maricón en el medio del recreo, y las niñas incluida tú se reían de mi y aplaudían. Bueno es hora de cobrarme. Tu matrimonio es una farsa, tu marido es también maricón como yo.

Una bofetada le lanzó Laura con suficiente fuerza para voltearle la cara a Jorge y dejarle la mejilla marcada.

–¡Eso no te da derecho a hacernos esto!

–Pero ustedes si tenían derecho a humillarme por años.

–Te hubieses ido de colegio.

Jorge cerró los ojos. –Es mejor que hables con tu marido porque estas fotos están en internet desde hace un buen rato.



Luego de cientos de mensajes en twitter y Facebook fueron bloqueadas las cuentas, pero ya las fotos se hicieron virales. Laura se levantó de la mesa y se fue del café llevándose las fotos.



Adolfo llamó a Jorge para contarle que lo habían botado de su casa y le pidió el favor para quedarse en su casa 3 días para resolver la situación.

Jorge accedió planificando los próximos pasos para su venganza.



Llegó al apartamento con 2 maletas y un bolso grande. No deshizo el equipaje pues habían acordado que serían escasos 3 días.

–Te puedes quedar aquí hasta que consigas algo, no tengo problema.

–No sabes como te agradezco esto Jorge, me siento en deuda contigo, hasta no saber que tú estás sano no estaré tranquilo.

–No te angusties por eso, mira pon tu ropa en este mueble, instálate aquí.

–¿Seguro que quieres…? –Jorge le plantó un beso en la boca que lo calló por unos instantes.

–¿Por qué haces eso?

–Me gustas Adolfo, lo siento, no puedo seguir negándolo.

Ahora fue Adolfo quien lo besó y el beso duró varios segundos. Y ese beso los llevó a la cama donde dormiría Adolfo.

Ambos se desvestían mutuamente mientras seguían los besos y las caricias. Adolfo estuvo a punto de penetrar a Jorge y este lo detuvo.

–Voy a buscar un condón.

–No, no, no quiero, no puedo, disculpa, no, no puedo hacerlo.

­Ya, tranquilo, no hay problema, no haremos nada, te dejo solo para que pienses en tus cosas y acomodes tu ropa. Yo también tengo miedo que me infectes, no sé, quizá aún no lo estoy y ahora resulta que si lo logras, disculpa, te dejo solo.



3 días después Adolfo ya tenía varias habitaciones y anexos por ver, algunos para compartir con alguien, iría a verlos en la tarde para luego quedarse de nuevo en casa de Jorge y poder tener intimidad, pero una noticia truncó sus planes.



A las 4 de la tarde recibe una llamada y se va a la oficina de Jorge.

–Jorge, me voy a ir ahora de la oficina, me acaban de dar una noticia muy desagradable.

–¿Qué pasó?

–Me acabo de enterar que ayer se suicidó uno de mis  compañeros de bachillerato, se ahorcó. No sé los motivos. Estoy mal con eso, éramos muy panas.

–Caramba, ¿cómo se llamaba?

–Octavio.

Aunque se imaginaba de quien se trataba, al escuchar el nombre se le heló la sangre y se puso pálido, se levantó de su silla y volteó hacia la ventana.

–Esta bien, claro, ve, ve a acompañar a la familia, tranquilo, si quieres te tomas la mañana de mañana.

Jorge no se esperaba que Octavio se suicidara, era desbaratarle la vida y se arrepintiera de lo que había hecho hace unos años, pero ahora se dio cuenta que destrozó a toda una familia. Comenzó a llorar.

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