jueves, 27 de octubre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 6. Capítulo 4


Marcando territorio.



7 de la mañana, Eduardo y Victor amanecieron en la comisaría. Estaban esperando al abogado que representa a las empresas del consorcio donde trabaja Eduardo.

–Por tu culpa ahora estamos fichados eN la policía, le tuve que decir a mis papás una mentira para que no se preocuparan.

–Pero si no vives con ellos.

–¿Qué te costaba dejarte tocar por esos carajos? Te hiciste el ofendido y no suficiente con eso le caes a golpes que casi lo matas.

–Mira Victor, te dije desde el principio que no me gustaban esas mariqueras y menos esos sitios e igual insististe para que fuera, te hice caso y mira. Espero que para la próxima lo pienses.

–Si es que hay próxima, a lo mejor quedamos presos.

–No seas idiota, vamos a salir de aquí.

–Anoche me diste un golpe en la cara, mira. Golpeas duro.

Eduardo le agarró la cabeza para verle el golpe. –Disculpa, no era para ti el golpe. Se acercó y le dio un beso en el lugar donde tenía el hematoma. Comenzó a sentir como se le movía el pene en su pantalón.

–No sé que carajo me hiciste carajito pero me tienes enganchado a ti y mira que eres justamente lo que no me gusta de un carajo. Botas plumas que jode, te partes todo y mariqueas todo el día y aquí estoy al lado tuyo.

–Asi soy yo, me dejo querer. -Le dio un beso en la boca y llegó el policía.

–Aaaaah vaina. -Abrió la reja. –Aquí déjate de mariqueras, compórtate, a las loquitas como tú se les da un trato distinto.

Eduardo apretó los puños y su cara se enrojeció de la ira. Se levantó y un golpe certero fue a dar a la nariz del oficial. En instantes el área se llenó de policías y volvieron a encerrar a Eduardo a pesar que su abogado había llegado.



Luego de media hora, hablando con los policías y el fiscal que lleva el caso, Vicente, el abogado logró entrar a la celda para conversar con Eduardo. Victor estaba en una esquina obsevándolo.



Vas a ir a juicio por agresión, tanto a la persona que medio mataste como por lo del funcionario. Eres tremendo chico. Eso es lo que me da morbo de ti, lo salvaje y papeado que eres. -Le susurró al oído.

Victor tosió.

–¿Él viene contigo?

–Si, es mi…

–Soy su novio, me llamo Victor, mucho gusto. -Le dio la mano mirándolo a los ojos.



–Van a salir de aquí pero no puedes salir de la ciudad, tu novio no tiene cargos, puede irse tranquilo, si quieres te puedes ir ahora mismo.

–No, yo espero para irme con Eduardo.

–Va a tardar el papeleo para irse.

–No tengo prisa, puedo esperar.

–Como quieras.



–Esto te va a salir caro y tú sabes como me vas a pagar.

–Coño Vicente no me eches pa la calle, esto lo podemos hablar luego.

Vicente vio a Victor y se sonrió. –Tranquilo, por supuesto que lo hablaremos, ya regreso.



–Esa marica quiere contigo y tú ni te negaste y encima en mis narices te dice que quiere que te lo cojas.

–No empieces Victor, mira que nos van a sacar de aquí.

–Y luego a pagar el favor ¿verdad? POLICIA, ABRA QUE ME VOY.



Salió de la celda y se fue a la oficina para salir, vio a Vicente salir de la jefatura para ir a su carro a buscar unos documentos. Victor lo siguió.



–Te sientes muy poderoso porque eres abogado, uy que miedo, que arrecha eres.

–¿Perdón?

–Me escuchaste bien resbalosa.

–No estoy para perder el tiempo con niñitos celosos, yo vine para acá a trabajar, a resolver un problema con uno de los empleados de la empresa que represento.

–¿Y qué, eres una perra que cobras con sexo?

Vicente se sonrió y vio a Victor a los ojos. –Ay chamito tienes mucho que aprender anda a jugar con las muñecas en tu cuarto y deja a los mayores trabajar. –Entró a la jefatura y Victor lo siguió.



Vicente colocó su maletín, las llaves y las carpetas sobre el escritorio del comisario. Victor se quedó escuchando y en un descuido tomó las llaves del auto. Como ya le habían dado sus pertenencias salió y desactivó la alarma y pensó que lo descubrirían pero no, nada ocurrió, encendió el auto y se fue.



A los 15 minutos suena su celular.

–<<Aló>>

–<<Coño de la madre Victor regresa con el carro a la comisaría ya, antes que te quedes preso ahora tú>>

–<<Que me busque la puta de tu abogado y me lo pida, el carro va a estar en mi casa hasta que llegue a pedírmelo>>.



–El carro va a estar en su casa.

–Podemos ir a buscar el vehículo y detenemos al muchacho.

–No, no, no, tranquilo, yo buscaré el carro luego. El taxi me lo pagas por supuesto.



–Tu noviecito se las trae, está enamorado de ti u obsesionado, no lo culpo, tú enloqueces a cualquiera.

–Deja ya de decir guevonadas.

–¿Qué te parece si nos vamos a mi casa y saldamos la deuda de una vez, luego buscamos mi carro.

Eduardo se quedó callado y luego le dijo que sí. Tomaron el taxi rumbo a casa de Vicente.

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