lunes, 24 de octubre de 2016

A QUE NO TE ATREVES. 6ta temporada. Capítulo 1


Obsesiones.



Carmelo había sorteado los análisis científicos. Su manía de tener sexo con cadáveres y eyacular dentro de los cuerpos lo había puesto en aprietos más de una vez. Los cuerpos de los 2 médicos que trabajaron con él fueron incinerados junto con el resto de cuerpos que jamás reclamaron.



El caso seguía abierto pues estaban desaparecidos, familiares de las víctimas aparecían en los medios de comunicación exigiendo que se investigue a fondo.



–“El asesino está dentro de la institución” -repetían los familiares pero nadie investigaba al instituto forense. Carmelo tomó unas largas vacaciones para descansar, ir a Congresos y viajar.



Tenía tiempo que no practicaba la necrofilia ni tampoco tenía sexo con nadie. Bertha estaba ocupada y se veían para cosas puntuales aunque a veces un sexo oral rápido la obligaba a tener con él.



Carmelo estaba ansioso, le daban escalofríos, sus ganas por tener sexo lo superaban y quería hacerlo. Se estaba volviendo loco. Una noche tomó su carro y se fue de madrugada a un mirador de la ciudad donde a esa hora pasaba poca gente.

Había hecho una tira algo larga de púas, llamada Miguelito para así detener a algún vehículo al impactar con los cauchos.

En otra calle colocó una guaya, si alguien en moto pasaba podría degollarlo.

Colocar la guaya le resultó más complicado pues por esa calle pasaban carros a cada rato.

Carmelo vas a matar a un inocente, vas a matar un inocente, vas a matar un inocente. Se repetía en su cabeza y la taquicardia le había vuelto. Se puso las manos en la cabeza, su frente estaba mojada por el sudor. Se sentó en la grama a esperar mientras se movía hacia delante y hacia atrás. Se colocó unos guantes.



Pasaba un carro, venía sólo el conductor. Entraba al mirador a una velocidad mayor de la habitual. Al cruzar los miguelitos el carro perdió estabilidad y la persona cruzo el volante perdiendo el control. El vehículo se deslizó chocando contra un árbol.

Carmelo se levantó, esperó unos segundos y se acercó al lugar del choque.



Cuando se asomó vio que era una mujer, no llevaba el cinturón puesto pero se había activado el Airbag. Le tocó el cuello y estaba viva. Abrió la puerta y sacó a la mujer arrastrándola hasta la grama del otro lado del carro, le bajó el pantalón a la mujer. Sacó un condón, se bajó los pantalones y se lo colocó para luego ponerse encima de la mujer y penetrarla por detrás.

Su respiración estaba acelerada, su cuerpo sudaba y una sonrisa se dibujó en su cara cerrando los ojos. Movía sus caderas cada vez más duro y comenzó a escuchar los quejidos de la mujer y le tapó la boca.

Cuando estaba a punto de venirse escucha el fuerte sonido de una moto a lo lejos, luego un estruendo y se escucha el ronroneo de la moto encendida. Carmelo se corre y se levanta. Se subió el pantalón, su pene aún erecto no podía meterlo dentro del pantalón, corrió hacia la otra calle.



El cuerpo del motorizado estaba tumbado boca abajo con el cuello partido, apagó la moto y dejó caer los pantalones. Con dificultad le bajó los pantalones al cuerpo, le vio un arma y se dio cuenta que la suya la dejó en el carro. La puso en el bolsillo del pantalón.



Tocó las nalgas del hombre y las abrió, estaba a punto de penetrarlo cuando comenzó a bajar gente de los edificios cercanos.

1 comentario: