viernes, 23 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 4 FINAL DE TEMPORADA


La venganza no conoce límites.



Jorge llegó al cementerio luego de averiguar donde era el entierro, estacionó el carro a una cuadra del lugar. Sacó su celular y llamó a Adolfo. A lo lejos lo localizó cuando vio como sacaba el celular del bolsillo.

–<<Aló>> -hablaba en voz baja

–<<Hola, voltea hacia atrás, acércate, tengo algo que decirte>>

–<<¿Tiene que ser ahora?>> -Adolfo se iba alejando del lugar.

–<<Sí, es importante>> -Jorge estaba nervioso por lo sucedido pero no iba dejar que eso lo detuviera en sus objetivos.

–Hola. -Adolfo abrazó a Jorge y se puso a llorar. –Era uno de mis mejores amigos, no sé porqué se suicidó.

–A lo mejor su esposa sabe algo, ¿le has preguntado?

Adolfo se separó limpiándose las lágrimas con el brazo y la mano. –¿cómo sabes?

–No lo sé, supongo, es su esposa, debería saber que lo atormentaba o preocupaba para tomar esa decisión.

–¿A qué viniste?

Jorge extendió el brazo hacia Adolfo y le entregó un sobre.

–¿Qué es esto?

–Abre

Adolfo abre el sobre con cuidado y saca una hoja doblada en 3 y la extiende, comienza a leer y las lágrimas regresan a sus ojos a punto de caer. Cae el suelo arrodillado y arranca a llorar. Jorge sonríe y se agacha.

–Era de esperarse Adolfo, no nos protegimos.

–Debería hacer lo mismo que hizo Octavio y matarme.

–En el carro tengo un arma, ¿quieres hacerlo o prefieres seguir viviendo y echarle bolas? Yo le voy a echar bolas, no me voy a dejar arrebatar la vida así tan fácil.

–Déjame solo, necesito estar solo.

Se alejó, Jorge entró a su carro y espero un rato hasta que vio a la viuda de Octavio con una mujer, se puso los lentes oscuros y se acercó con el carro para abordarlas más rápido.



–Buenas tardes, hola Laura, ¿podemos hablar a solas?

–¿Quién es usted?

–Necesito hablar en privado contigo.

–Espérame en el carro mamá.

Jorge espera que se aleje un poco la mujer agacha la cabeza y se quita los lentes oscuros.

–¿Tú? ¿cómo se te ocurre venir hasta aquí después de lo que provocaste?

–No era mi intención que se suicidara, lo que quería era que escarmentara y pidiera perdón.

Laura abrió la cartera y sacó una carta escrita a mano y se la pegó en el pecho a Jorge.

–Lee a ver si así quedas complacido.



“Te amo y no quise engañarte, pero tenía que vivir esta doble vida por mi familia y los que me rodean, no podía soportar la idea que supieran lo que soy, perdóname amor, hasta aquí te acompaño, te amo”

–Eres una basura, voy a hacer que pagues por lo que has hecho.

–Jorge le dio una cachetada tan fuerte que la tumbó al piso.

–Ya tu esposo pagó por lo que hizo y ahora faltas tú que también me hiciste daño.

–Eres un desgraciado Pedro. Te voy a meter PRESO.

Jorge entró a su carro y se fue. Al salir del cementerio vio a Adolfo en la parada del autobús.

–Ven, vamos a casa. –Adolfo se montó y se puso a ver por la ventana sin ver a Jorge.

–Laura se enteró que Octavio era gay.

–¿Te acostabas con él? Los sorprendió.

–Nooo, un resentido del colegio se acostó con él y tomó fotos cuando tiraban y el malnacido se las envió a Laura y desató todo este peo. Maldito ese carajo.

–¿Maldito? ¿por qué?

–En el colegio lo jodíamos pero eran bromas de chamos, pero como que se quedó pegado y ahora vino a vengarse, que se yo.

–Creo que para ese chamo no le resultaban unas simples bromas.

–Tú que vas a saber, no estabas ahí.

–Es verdad. ¿Cómo te sientes?

–Mal Jorge, ¿cómo quieras que me sienta? Mi mejor amigo muere, tengo vih y contagié a mi jefe porque resulta que me lo tiré y sin protección y mi familia me rechaza.

–No te agobies, vamos a tener tratamiento. ¿Te hiciste los exámenes?

–Si…me los hice en el laboratorio que me dijiste, en 2 días están listos.

Hubo un silencio prolongado.

–Voy a mudarme, no puedo vivir contigo.

–No te estoy botando.

–Voy a pedir uno de esos créditos instantáneos para tener dinero para el depósito y el mes y me busco una habitación.



Llegaron al apartamento, una vez adentro Adolfo se abraza a Jorge.

–Hazme el amor. -Le dice Jorge al oído.

Adolfo se le mueve la entrepierna sólo de pensar en sexo, pero lo piensa.

–Si me pongo condón se me va a bajar, ahora cada vez que lo voy a usar se me baja.

–Hagámoslo sin condón.

–¡Estás loco!.

–Ya estamos infectados ¿qué tan malo puede ser? –Le dio un beso en la boca y Adolfo no resistió la tentación. Se quitaron la ropa ahí mismo. Jorge se agachó para hacerle sexo oral y lograra que se pusiera duro el pene.



Se acostó en el sofá con las piernas hacia arriba esperando a Adolfo que lo penetrara. Ambos se colocaron saliva y comenzó a penetrarlo. Se besaban. Cuando ya estaba dentro de Jorge se acercó para besarlo y este le dijo: –Me estoy enamorando de ti Adolfo.

–Volvió a besarlo –Yo también, me gustas mucho coño. –Comenzó a llorar y su pene perdió rigidez.

Se levantó y fue a la cocina. Tomo agua, abrió la gaveta y se fue al baño.



A los segundos Jorge se levanta del sofá y se acerca al baño y escucha el agua del grifo.

–¿Qué haces?

–Déjame Jorge, aléjate.

Jorge entra a su cuarto y abre la gaveta de su mesita de noche y saca un juego de llaves, las tiene identificadas y busca la del baño.

Abre la puerta y Adolfo está tirado en el piso con las muñecas sangrando.

–Debería dejarte ahí que te desangres hasta morir. –Se le queda viendo por varios segundos y decide levantarlo.

–No vas a morir así de sencillo, vas a sufrir.

Le coloca unas bandas en las muñecas, se viste y lo lleva a una clínica.

jueves, 22 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 4. Capítulo 9


Miedo a dar el paso.



–No me gustan esas escenitas de maricas de barrio cayéndose a coñazos por un macho.

–Yo no me podía quedar con eso, se estaba metiendo entre nosotros. Además nos peleamos en tu casa no en la calle.

–Pero eres capaz de hacerlo en la calle y esa vaina no me gusta. Y no digas que se estaba metiendo entre “nosotros” porque “nosotros” no tenemos nada.

–No te entiendo, me dices una cosa y luego me dices otra, quisiera que me aclararas la situación. ¿Nos vamos?

–Papi aquí te traje el café, lo hice especial para ti. -Yenny, la muchacha transexual le tocó la barbilla mientras le daba el café. Eduardo se sonrió nervioso.

–No te pongas rojo, yo no muerdo, yo trago y completo.

Victor se le subió la sangre a la cabeza.

–Gracias por el café, está muy bueno.

–Bueno estás tú papi, cuerpo, cara, estás para hacerte maldades.

Victor la lanzó un golpe en la cara lo que hizo que Yenny cayera al piso debido a los tacones. El muchacho le arrancó las extensiones de cabello mientras Yenny gritaba. Esta vez Adolfo intervino y los separó.

–COÑOOOO, ¿QUÉ TE ACABO DE DECIR? ¿VAS A SEGUIR?

–MARICAAAAA, ME ARRANCASTE EL PELO.

–LAS GREÑAS ESAS MAL PUESTAS QUERRÁS DECIR, PUTAAAA DEJALO TRANQUILO.

Adolfo sacó a Victor del salón y se lo llevó casi arrastrándolo por la calle.



Llegaron al apartamento.

–¿Y tú pretendes que yo sea tu novio comportándote como un carajito de barrio peleándose por el “marido”?

–¡Cógeme!

Adolfo escuchó eso y desvistió a Victor y ahí mismo lo tiró en el piso boca abajo. Le escupió el culo para luego restregar la saliva entre sus nalgas, igual hizo con su pene, lo humedeció y comenzó a penetrarlo.

–Dame duro Adolfo, ponte salvaje. –Adolfo lo cogió del cabello y lo levantó hasta tenerlo en 4, sin soltarle el cabello, comenzó a empujar con fuerza, con cada empujón su pene entraba completamente mientras Victor gemía de dolor, su cabeza estaba echada hacia atrás pues Adolfo lo sostenía del cabello. Las lágrimas corrían por sus mejillas, le dolía la penetración pero lo estaba disfrutando.

–Párate. –Se levantó del suelo sin dejar que el pene se saliera y se fueron al sofá. Siguió moviéndose con fuerza y rapidez para luego voltearlo y penetrarlo de frente.

–Soy tuyo Adolfo, sólo tuyo.

–Me gustas que jode carajito, no sé que coño me hiciste, pero me gustas burda. –Un beso hizo que terminara de penetrarlo profundamente, hasta que sintió como se corría dentro del muchacho, apretó con más fuerza el cabello de Victor, soltó y se echó a un lado.



–Cada vez me lo haces más rico, nunca pensé que me gustara tanto que me cogieran así de rudo.

–Te acabé adentro, discúlpame esa, debí ponerme condón.

–Tranquilo, contigo me arriesgo a todo.

–Vamos a ducharnos.



Mientras Adolfo enjabonaba a Victor paseándole la pastilla de jabón por todo el cuerpo, el muchacho habló.

–El sábado que viene voy con unos amigos de la pelu y otros a Boom Café.

–¿Qué es eso?

–Es un local gay donde hacen shows fonomímicos con travestis, quería invitarte para que me acompañaras y presumir de novio.

–Sabes que esos lugares no me gustan, yo no voy a bares gays.

–Anda vale, te va a gustar, los shows son fabulosos, plumas, mariqueras, te vas a reir.

Adolfo cerró la llave. –Esas mariqueras no me gustan chamo, odio la pluma, los amaneramientos, las mariqueras.

–Todo eso lo tengo yo, no te estoy entendiendo.

Hubo un silencio. Victor tomó el jabón para seguir bañándose. Adolfo le tiró al suelo la pastilla de jabón.

–Recógela.

-El muchacho se agachó y Adolfo lo penetró de nuevo. Victor se levantó y le dio un beso en la boca.

–Anda, acompáñame al bar, te va a gustar, quiero ir contigo.

Adolfo lo empujó a la pared y lo terminó de penetrar. –Esta bien, te acompaño, coño, pero sólo un rato, cuando te diga para irnos nos vamos.

–Ok, gracias. -Otro beso. –Me estás cogiendo como una mami, ¿eso es todo lo rudo que puedes hacerlo?

miércoles, 21 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 4. Capítulo 8


Las cosas se complican.



Diego estaba en la cama recuperándose de la tensión baja cuando vio todo blanco y brillante.

Su mamá estaba con él en el momento que abrió los ojos.

–Mi amor ¿qué te pasó? ¿Por qué te dio eso? Te sientes mal.

Diego aún medio mareado se reincorporó en la cama y le tomó la mano a su mamá. Entraba su papá.

–Mamá, Calixto es la persona que te conté que me gusta y anoche…estuve con él.

–¿En su casa? ¿conoces a la familia?

–No mamá, estuve con él, nos acostamos.

–¡Cristo bendito! ¡No me digas eso!

Nestor se puso pálido y tuvo que sostenerse del pomo de la puerta, le comenzó una taquicardia y se sentó en una silla cercana a la puerta.

–¿Ves lo que lograste Luis? ¡Por mantener algo oculto por tantos años! ¡Tu hijo enamorado de su propio hermano!.

–Virginia, basta, suficiente con esto para que tú ahora me reclames.

–¿Suficiente? Me engañaste, engañaste a tu familia ¿y te parece suficiente? Tu hijo acaba de intimar con su hermano. Yo necesito un calmante, yo no puedo con esto. –Salió de la habitación y Nestor se acercó a su hijo.



–Dime que es mentira lo que acabas de decir.

–No papá, es cierto, anoche me acosté con Calixto.

–Pero él tiene novio, me dijiste.

–Terminó con el viejo. –A Nestor le dio una punzada en el corazón al escuchar eso, como si lo atravesaran con una vara ardiente.

–Papá ¿por qué? ¿por qué hiciste eso? Maldita sea por qué tiene que ser justamente él mi hermano? ¿Calixto lo sabe?

–Si.

–¿Y dejó que pasara algo entre los 2? ¿pero qué clase de enfermo es? ¿cómo no me detuvo?, me hubiese inventado algo.

–No lo sé, no sé que decirte, esto me sobrepasa. –Tengo que detener esto, ¿pero cómo?. Tu mamá quiere que viva con nosotros.

–¿Qué? No, ese chamo no va a venir a vivir aquí y menos con lo que hizo sabiendo la verdad.

A Nestor le entró un aire fresco al escuchar eso y una sonrisa se le dibujo en la cara apenas perceptible.

–Si quieres puedes irte a vivir a otro sitio, yo te lo pago.

–¿Me estás botando de mi casa? ¿O sea que ya decidiste que Calixto viene a vivir para acá.

–Si, es mi hijo también y quiero seguir ayudándolo y mejor si vive aquí, no tiene que pagar alquiler.

–Vive con su tía.

–Pero le pago un alquiler ahí.

–Prefieres que él no pague pero a mi me vas a pagar alquiler para que me vaya de MI CASA.

–No te estoy botando, solo te digo que si no quieres compartir con él te mudas y yo pago. Como siempre he hecho con tus cosas, pagarte.

–Gracias papá lo tomaré en cuenta, ¿puedes dejarme solo?





–<<Necesito hablar contigo en persona Calixto y es urgente. Vamos a vernos en el café de siempre en 1 hora>>



Se encontraron a la hora fijada.

Luego de explicarle la situación y Calixto sin dar crédito a lo que escuchaba, ahora le tocaba hablar a él



–¿Y tú pretendes que yo secunde esa farsa con tu familia?

–Es una manera de estar juntos mi amor, vamos a vivir juntos lo que siempre quisiste, quisimos.

–Pero a costa de una mentira, una mentira pero grande, ¡Qué bolas tienes tú Nestor! ¿Inventaste toda esa historia para tenerme a tu lado a como diera lugar?

–Te dije que mi esposa me descubrió una conversación por WhatsApp contigo, ¿qué querías que hiciera?

–Que dijeras la verdad, era el momento perfecto para acabar con la ocultadera Nestor y por fin seas la persona honesta que quieres ser.

–Es difícil, lo sabes, por favor ayúdame en esto, nunca te he pedido nada, hoy necesito que me ayudes con esto.

–Lo siento, pero no, además Diego piensa que soy un trastornado que me acosté con él sabiendo que soy su hermano.

–Me dijiste que no te acostarías con él y lo hiciste.

–Ya no estábamos juntos. Me voy, voy a verme con Diego a contarle todo.

–NO, NO TE ATREVAS CALIXTO. –Lo cogió del brazo para que no se fuera pero el muchacho se soltó y se fue al carro.



Nestor lo seguía desde su carro y lo llamaba al celular, pero Calixto no respondía. Llegaron a un semáforo. Desactivó los seguros del carro para salir y detener a Calixto pero una moto con 2 personas lo rebasó y se detuvo en la ventana del muchacho.



–¡Dame el celular o te quiebro, baja esta mielda y dame todo!

–Ya va, ya va, ya te lo doy chamo, tranquilo, ¿quieres la cartera?, te doy todo.

Calixto le entregó la cartera y el celular, arrancaron pero antes, el que iba atrás en la moto le disparó al muchacho dándole en el hombro.



–CALIXTOOOOOO, CALIXTOOOO, NOOOO, AUXILIOOOO, AUXILIOOOO.

martes, 20 de septiembre de 2016

A QUE NO TE ATREVES 4 Capítulo siete


Guerra de cuaimas 1.



Rogelio estaba en la oficina del local de comida rápida que regenta, montando con su asistente el horario para la nueva semana de todo el personal. Su mente estaba dispersa y varias veces tenía que volver a leer y corregir el cronograma. En un descuido su mente despegó. Sonó su celular.

–<<Hola Rorro, ¿cómo estás?

–<<Hola mi amor, estaba pensando en ti, me haces mucha falta Darío, quiero estar contigo>>

–<<Mi amor creo que va a ser más pronto de lo que piensas, te tengo buenas noticias. Le pedí el divorcio a Bertha y le conté todo>>

Un silencio de varios segundos.

–<<¿Me escuchaste Rorro?>>

–¿Me estás oyendo? Rogelioooo, mira, ¿qué vamos a hacer con el día feriado?

Rogelio salió de su ensimismamiento. –¿Ah? Si, ya te digo.

Sonó su celular, era Darío.

–¿Me puedes dejar solo un momento? Tengo que atender esta llamada, ya seguimos.



–<<Hola Rorro, ¿cómo estás?

–<<Hola mi amor, estaba pensando en ti, me haces mucha falta Darío, quiero estar contigo>>

–<<Mi amor creo que va a ser más pronto de lo que piensas, te tengo buenas noticias.>>

–<<¿Te vas a divorciar de Bertha?>>

–<<No…no es eso.  El domingo creo que nos podemos ver todo el día, es lo más seguro>>.

–<<¿Y cómo te le vas a escapar a la cuaima?>>

–<<Le voy a decir que voy a casa de mi mamá que es cierto, pero le dejo unas cosas, estoy 5 minutos y me voy>>

–<<Pero seguro que ella va a querer ir>>

–<<No vale, ella no le gusta visitar a sus suegros. El sábado voy con ella a la playa>>

–<<Que lindo, haciendo cosas de marido y mujer. ¿A qué playa van?>>

–<<Deja la vaina Rorro, vamos a Palma Sola, nos vamos tempranito>>

–<<Que les vaya bonito pues>>

–<<Te quiero coger>> -Le susurró por el celular.

–<<No me lo digas así que me pongo mal>>

–<<Chao, besos, cuídate>>





Sábado 7 de la mañana, estaban recogiendo las cosas que se iba a llevar para el día de playa.

–¿Llevamos unos sanduches o un atún para comer algo en la playa? Las cervezas las compramos en el camino.

–Ay no mi amor, yo no me voy a poner a preparar eso ahora, compramos en los quioscos de ahí.

–Vida pero es para ahorrarnos ese dinero.

–Mi amor, no te pongas tacaño, estás ganando dinero ahora, no pichirrees.

–Esta bien, no vamos a discutir por eso.

–¿Y te vas a poner ese traje de baño?

–Si, ¿que tiene de malo? Siempre me pongo este o los otros 2.

–Se te marca mucho y después te andan viendo.

–Jajajajaja ay Bertha si hablas guevonadas.

–Póntelo, póntelo, póntelo para que veas en el espejo.

Se puso el traje de baño y se colocó frente al espejo grande que tienen en la habitación de cuerpo entero.

–Mira eso, se te ve más grande de lo que lo tienes.

–¡Ah gracias!, Pero me lo acomodo así y ya no se ve, mira. -Se acomodó el pene hacia abajo ocultando un poco el bulto.

–No me gusta, lleva un short

–Mi amor pero siempre he usado esto contigo, ¿ahora te vas a poner con esas tonterías?

–Haz lo que quieres, mi opinión nunca es relevante para ti.



Llegaron a la playa, pidieron un toldo y un par de tumbonas.

–Me dejo el short puesto y cuando vaya a la playa me lo quito, ¿contenta?

–Si, bueno está bien. Por fa échame crema en a espalda.



–No puedo creer que este niño haya venido a esta playa, cientos de playa en toda la costa y se va a antojar esta.

Darío levantó la mirada y vio a Rogelio acercarse con un par de amigos. Se sonrió.

Este carajito es una vaina, sólo vino a ver que hacía yo con Bertha jajaja.



Hola Bertha, ¿cómo estás?, Hola Darío. -Se abrazaron. –No te podías quedar en tu casa esperando ¿verdad? Tenías que venir. Eres una cuaimita –Le dijo Darío a Rogelio al oído. Se separaron y le sonrió.

–Unos amigos, Yesenia y Joaquin.

–¿Y eso? Que viniste a esta playa?

–Uy yo vengo siempre Bertha, me la paso aquí. Nosotros estamos en aquel toldo el naranja, si quieren nos mudamos al lado de ustedes.

–No, no queremos Rorro, tranquilo. –Bertha le sonrió pero Darío les dijo que si.



–Sabes que no soporto a Rogelio y vas y le dices que se venga para acá.

–Bueno, es mi amigo, así conversamos con gente.

–¿No puedes conversar conmigo? ¿no podemos tener nuestra luna de miel? ya que no tuvimos una como tiene que ser.

–¿Quién te dijo que no la vamos a tener? Ya cambié los boletos, tenemos fecha para final de mes.

Bertha lo vio a los ojos sin decirle nada y luego lo abrazó. –¡Estás perdonado, que bello amor nos vamos a Italia!



Tanto los amigos de Rogelio como los esposos estaban juntos. Darío se le acercó a Rogelio para comentarle algo.

–¿Quién es ese carajo? ¿No te lo estarás tirando?

–Pues sí, ¿qué pensabas que te voy a esperar por siempre?, yo también necesito sexo, tú lo tienes con tu esposita yo no tengo a nadie.

–No me eches esa vaina, no te estás acostando con él.

–Estoy en mi derecho de tirarme a quien quiera, me voy a caminar.

–Ya va, ya va, no te vayas. –Le gritaba en voz baja, pero igual Rogelio se fue por la orilla.



Darío se quitó el short para entrar al agua.

–Me voy pa’ la playa. Joaquin se le quedó viendo la entrepierna, mientras se acomodaba el traje de baño y se echaba bronceador. Cuando se fue a la orilla regresaba Rogelio que entró de una vez al agua.



–¿Serías capaz de cogerme aquí mismo, en el agua? –Metió la mano debajo del agua y le apretó el pene y las bolas.

–Rorro suelta que se me va a parar y no voy a poder salir.

–Eso quiero que se te ponga duro.

–Rogelio, suelta

–No. –Ambos estaban mirándose a los ojos sin estar pendientes del entorno.

–Ya lo tienes parado, ya no puedes salir así, cógeme.

–Suelta Rorro.

–Te dijo que lo soltaras, ¿no oyes?

Ambos voltearon a ver quien era la persona que había hablado.