domingo, 15 de octubre de 2017

FINAL DE TEMPORADA. Inquebrantable.


Casi todos los invitados estaban en la fiesta, un murmullo se apoderaba del ambiente mientras una música instrumental de fondo acompañaba a la gente.

Familia, amigos y conocidos de Ricardo estaban en un sector del salón y los invitados de Rebeca al otro lado. Estaciones de comida, un Karaoke, una tarima para la orquesta y un cantante extranjero. Todo adornado de blanco con toques violetas y amarillo.


 


Llegaba la novia tomada del brazo del hoy su esposo el empresario Ricardo Sucre. Los aplausos retumbaron en el salón y los esposos se dieron un beso en la boca. –Hoy mismo te preño. -Le dijo Ricardo luego del beso.


Rebeca tragó saliva y simplemente sonrió. –Ya te he dicho que no quiero tener hijos.


–Yo sí quiero y lo vamos a tener.


 


Victor iba rumbo al salón, se retrasó buscando puesto. Al llegar a la entrada se consigue  a Carlos, uno de los escoltas de Ricardo con el que tuvo sexo en varias oportunidades.


–¡Epa chamo! ¿qué más?


–Hola Carlos, bien.


–Tengo habitación aquí en el hotel, podemos subir en un rato.


Victor se rió. –Déjame llegar, disfrutar de la fiesta y luego le damos.


–¿Te vas a calar ver a Ricardo con Rebeca abrazados y besándose? Chamo no te tortures.


–Soy el padrino.


–Si bueno…encima eres el padrino, quédate conmigo.


–Nos vemos ahora.


 


Los novios se paseaban por las mesas saludando a los invitados mientras la orquesta ya se preparaba para comenzara a tocar.


<Estas muy guapo> -Le escribió Victor a Ricardo.


<Gracias mi pana, no te veo, ¿dónde andas?>


<Buscando que comer>


–Coño, me quedé sin bateria. -Dijo Ricardo. –¿Amor tienes el cargador?


–Si, pero en mi cartera que dejó mi mamá en la habitación. Búscalo allá pero primero vamos a saludar a Gonzalo. –A regañadientes se acercaron a la mesa.


 


–Muchachos, felicidades por esta unión, les tengo un regalo, más bien a ti Rebeca.


–Era de esperarse eso. –Dijo con tono irónico Ricardo.


–Bien Rebeca, has sido un suceso estos dos últimos años, has elevado el raiting de mi canal y te has convertido en poco tiempo en la reina de las telenovelas y como no quiero que nadie te arrastre a otro canal o te vayas del país, te hago entrega de este borrador de tu nuevo contrato, quiero que lo leas con tu abogado y manager.


Pero te adelanto lo que dice. Tienes un contrato de exclusividad con el canal por 5 años, un nuevo sueldo y en dólares.


Rebeca estaba emocionada y no hacía más que gritar.


–Quiero que lo leas bien, sobre todo las letras pequeñas y luego me dices si firmas o no.


–CLAAAARO QUE FIRMO.


–Rebeca primero lee lo que dice y habla con el abogado y con tu mánager, no te vuelvas loca. -Le dijo Ricardo


 


Luego de abrazar a Gonzalo para agradecerle se fueron a otras mesas a saludar.


–Papá cambia esa cara, aquí no hay periodistas. ¡DISFRUTA! PONTE FELIZ POR TU HIJA. -Teodoro apenas mostró una media sonrisa.


Ricardo se fue a la habitación a buscar el cargador. Victor se fue detrás de él. Rebeca se sentó con su manager en una de las mesas.


 


–Escucha lo que dice aquí. <<Este contrato quedará anulado en el momento que la contratada, quede embarazada dentro del período que dura dicho contrato. No pagará ninguna penalidad pero no podrá trabajar en la empresa televisiva MegaVisión por un período de cinco años>>


<<La contratada tiene prohibido dar declaraciones  a cualquier medio de comunicación que no esté vinculado con la empresa MegaVisión. En este caso tendrá una penalización monetaría correspondiente al 25% del monto del contrato global de 5 años>>


Coño de la madre, tengo que abortar pero ya, apenas llegue de la luna de miel.


 


 


–¡Hey! Subo contigo.


–Epa marico, ¿venías con hambre? No comiste en tu casa jajajaja.


–Que jode hambre, ¿que vas a hacer?


–Buscar el cargador del celular, vente.


 


Llegaron a la habitación y se fue directo a la cartera de Rebeca. –Me dijo que está aquí, sino buscamos por toda la habitación. –Abrió la cartera y la vació en la cama. –Mira este mierdero que tiene aquí, pura mariquera.


–Mira esto. -Dijo Victor


–¿Qué es eso?


–Un test de embarazo guevón ¿no ves? Y dice que está embarazada, mira dos rayitas positivo.


–¿La caraja está embarazada? ¡Y no me ha dicho un coño! Coño, pero yo me la cogí…pero…yo no le acabé adentro…yo…


–Marico ¿tú vas a confiar en ese método para no embarazar a las mujeres? Lo llevas claro.


–Pero es que nada más me la he cogido una vez…coño, no puede ser que listo pum la preñé.


–Ay chamo, eso es así.


Ricardo tomó el aparato y se lo metió en el bolsillo para bajar a hablar con Rebeca.


–Coño déjame la tarjeta, voy a cagar y bajo, aquí estoy más cómodo. –Ricardo se la dio y se fue de la habitación.


 


 


Ricardo vio a Rebeca hablando con dos amigas e interrumpió la conversación. –Disculpen chicas, se las robo por unos minutos. -La haló del brazo unos metros más allá de las chicas.


 


–¿Me puedes explicar que es esto y por qué no me habías dicho? –Unos segundos petrificada y luego se abalanzó sobre Ricardo.


–¡Mi amooooor me descubriste la sorpresaaaaa! Te lo iba a decir más tardecito picando la torta pero te me adelantaste. –selló la conversación con un beso que Ricardo respondió abrazándola fuerte y metiéndole la lengua recorriendo su boca.


 


–¡SEÑORES, PAREN PAREN LA MUSICA! BAJEN BAJEN LA MUSICA.


–Mi amooor no lo digas ahora.


–AJA MI GENTE, FAMILIA, AMIGOS…¡ESTAMOS EM BA RA ZA DOS!


Rebeca agachó la cabeza y cerró los ojos, sentía como Gonzalo, sin verlo, la estaba observando y anulando en su mente el jugoso contrato.


El salón se vino abajo con los aplusos, silbidos y gritos.


–¡TODOS A BEBER Y A CELEBRAR PONGAN ESA MUSICA A TODO VOLUMEN, SAQUEN MAS CHAMPAÑA CARAJOOO!


 


Victor llegó a la fiesta y se encontró de frente con el cura.


–¿Enderson? ¿qué haces aquí? ¿te invitaron?


–Hola, no, pero los casé, tengo algo de privilegio y la sotana abre puertas.


–¿A que viniste?


–A estar contigo.


Victor lo tomó del codo con fuerza y lo llevó fuera del salón y lo puso frente a Carlos. –Estoy saliendo con él, ¿entiendes? Te pido por favor que me dejes en paz.


–¿Y él sabe que tiramos en la iglesia hace unas horas? –Carlos abrió los ojos mientras se sonreía. –Por favor, estoy trabajando, sus asuntos domésticos los arreglan en otro sitio.


Volvieron a entrar.


–Debajo de la sotana no tengo nada. –Se desabotonó a la altura de sus caderas.


–Coño ¿pero tú te volviste loco? ¡Eres un cura y estamos en una fiesta! Abotónate esa vaina.


–Yo no me voy de aquí sin hacer el amor contigo, no me importa que tengas novio, seré tu amante.


–Ve a saludar a los recien casados y nos vemos luego.


 


 


–Mi amor acabas de cagarla, el contrato que me dio el viejo tiene una cláusula que dice que si quedo embarazada se anula el contrato.


–Tranquila, tu nos has firmado nada, se puede renegociar, te reúnes con tu mánager y con el abogado, pero ese bebe lo quiero, ni se te ocurra abortar porque te mato.


–Bueno, ahora quiero disfrutar de mi fiesta, ahí está el fotógrafo.


 


 


Victor buscó a Carlos y subieron a la habitación del escolta.


–Ponte en cuatro en la cama. –Carlos le bajó los pantalones sin desabrocharlos, él se sacó el pene por el jean, le costó un poco pues ya estaba erecto, se echó saliva en la mano y la pasó por su pene. Comenzó a penetrar a Victor, cuando ya estaba completamente dentro de él, sujetó con fuerza la camisa y lo halaba hacía su cuerpo con fuerza.


–Ay, ay, ay coño, au.


–Si te duele aguanta, que tu querías guevo zorrita, aguanta. –Le soltó la camisa y lo sujetó de las caderas dándole con fuerza. Victor estaba a punto de venirse, el pene del escolta masajeaba su próstata, era segundos lo que faltaba para explotar,


–Me vas a hacer acabar, me vengo, me vengo ah, ah, ah


Tres chorros de semen cayeron sobre el edredon blanco. Carlos volvió a cogerlo de la camisa y apretó con todas sus fuerzas hasta que se corrió dentro.


 


–Vámonos que me deben estar buscando. –Dijo Carlos. Salieron de la habitación y ahí esperándolos estaba el cura.


–Estaban tirando ¿verdad? Salen sudados y rojos.


–Vete del hotel Enderson por favor, te lo suplico, lárgate.


–¿Quieres me deshaga de él? –Le dijo en susurro Carlos a Victor. –Sí.


–Baja yo me encargo.


 


Victor bajó por el ascensor. Carlos se llevó a Enderson por el pasillo apuntándolo con la pistola de un costado. Subieron por las escaleras de emergencia y llegaron a la azotea que eran dos pisos más arriba de donde estaban.


–¿Qué me vas a hacer?


–Lo que me dijeron, me voy a deshacer de ti.


–No no me mates, no me mates por favor, no me mates, no me mates.


–Camina, camina hasta el borde CAMINA. No te voy a matar, te vas a suicidar. Lánzate.


–No, no, no, no, no


–Te lanzas o te empujo


Un ruido de ramas rompiéndose amortiguaron la caída del cuerpo que se precipitó a un barranco donde quedó tendido sin vida.


 


–Póngase la familia de la novia ahora y los novios al frente, la madre al lado de su yerno y el padre al lado de su hija.


Se colocaron en posición y el fotógrafo ya estaba listo para tomar varias fotos. –Digan whisky. -La gente gritó whisky al mismo tiempo que se escuchó un disparo.


Los gritos alrededor de la familia de la novia era ensordecedor, gente corriendo y otras lanzándose al piso. El fotógrfo palideció y se desmayó.


–PAPAAAAAAAAA, PAPAAAAAA.


 


Teodoro había sacado su arma y se había disparado en la sien justo cuando tomaron la foto. Quedó inmoralizado por la cámara.


La orquesta dejó de tocar, los escoltas entraron y a la media hora ya estaba la policía en el salón.


 Eran más los policías que los invitados que quedaban. Yolanda atacada de los nervios, la atendía un paramédico, Rebeca lloraba abrazada de Ricardo que no daba aún crédito de lo que había pasado. 

Gonzalo se acercó a Rebeca. –Lo siento mucho belleza. No te olvides que tenemos que renegociar tu contrato ahora que estás embarazada.

–Gonzalo yo no tengo cabeza para eso ahora.


–Tenla mi amor, tenla, que no pase de un mes.


 


–Ya el curita no te va a fastidiar más.


–¿Lo amenzaste? 

–Digamos que hoy hubo dos suicidios.

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