viernes, 15 de diciembre de 2017

INQUEBRANTABLE 4. Capítulo 12


Teodoro caminó varias cuadras hasta llegar al lugar. Se puso frente al edificio y marcó el apartamento,
–<¿Quién?>

–<Soy yo papá.> -Miró al vigilante <Teodoro, ábreme pero no le digas a mi mamá que estoy aquí>

Le abrió la puerta y el chico entró al ascensor a esperar que Francisco le marcara el botón.



–¿Qué haces tu aquí, estás loco? Tu mamá me llamó diciéndome que tu vendrías para acá, que le avisara.

–No le digas nada, dile que no vine ella me pegó.

–Porqué me dijo mocoso insolente y yo le dije maldita y me lanzó una cachetada, mira, la llamaron del colegio pero no porque hice nada malo.

Teodoro le explicó lo que había sucedido sin darle mayores detalles.



–Pero tengo que avisarle a tu mamá.

–No, que sufra, ojalá mi papá le pegue.

–Hace un momento me dijiste papá. –Francisco se sonrió.

–Era para que el vigilante no me viera raro.



Francisco no tenía ganas de salir asi que le djo a Teodoro que se quedara viendo televisión o jugando con la tablet. Él se acostó en la cama y se quedó dormido



Teodoro dejó la televisión encendida y buscó su celular para llamar a Lucas.

–<Hola, estoy en casa de Francisco, ¿te puedes escapar y nos vemos en el centro comercial?>

–<Estoy con la señora que me cuida>

–<Cuando se distraiga te vas>

–<Me van a regañar y no tengo plata>

–<Yo si tengo, yo te invito. Son las tres de la tarde, a las cuatro nos vemos.>

Teodoro entró a la habitación de Francisco y revisó su pantalón para buscar la billetera, la cogió y sacó los billetes que habían ahí y revisó las gavetas de la mesita de noche. Se sorprendió al ver varias pacas de billetes de 1.000, cogió uno y se lo metió en el bolsillo.

Buscó las llaves de la casa, abrió la puerta y las dejó de nuevo colgadas. Tuvo que bajar por las escaleras 10 pisos.



Llegó al centro comercial y esperó a Lucas que ya tenía 15 minutos de retraso. Sonó su celular –Debe ser Lucas. -Era Ricardo, no atendió.



¿Dónde coño está este carajito? Ricardo me va a matar ¿que le digo?  Si le digo que no estaba en el colegio me va a decir porqué no puse la denuncia o lo llamé, ay Rebeca piensa, piensa. -Rebeca estaba desesperada aunque Ricardo no llegaría sino hasta la noche, ya se imaginaba todo lo que iba a suceder.





Lucas llegó. –Verga chamo ¿por qué tardaste?

–No podía salir, le dije a la señora que estabas abajo que te iba a abrir.

–¿Estás loco?, va  a pensar que pasó algo.

–Ya , ya deja el fastidio, vamos a comer postres trajiste plata.

–Siii, una paca de billetes de mil, mira. -Le mostró el bolsillo. –Creo que podremos comprarnos algo, unos juegos y tal. Apaga tu celular, yo lo apagué.

–Mi papá me va a matar.

–Tranquilo yo me echo la culpa. -Le dijo Teodoro

Entraron a una heladería y pidieron las copas más grandes, luego se fueron a comer hamburguesas.

Cuando salieron de comer pasaron por una licorería. –Espérame aquí.

Teodoro entró, dio varias vueltas y se fue a una nevera del fondo y sacó cuatro latas de cerveza, se las metió en los bolsillos y dentro del pantalón y salió corriendo sin que lo vieran.

–Corre corre corre.

Se fueron a la feria a la terraza donde habían unas mesas, se sentaron en las últimas de una esquina y Teodoro sacó las latas.

–Dos para ti y dos para mi

–Yo nunca he tomado cerveza

–Pruébala gafo

Cuando se bebían la segunada lata cada uno se acercaron dos vigilantes.

–Ustedes dos, ¿de dónde sacaron esas cervezas?

–¡Corre! –Teodoro jaló a Lucas y salieron corriendo hacia las escaleras mecánicas y no pararon hasta llegar a la entrada y salir corriendo. Cuatro cuadras más allá del centro comercial se detuvieron cansados y con la respiración acelerada.



–No me vuelvas a hacer eso, no me gustan ess cosas. -Le dijo Lucas.

Teodoro se le acercó y le dio un beso en la boca metiéndole la lengua.

–Tu boca sabe a cerveza jajajaja

Teodoro eructó y ambos rieron escandalosamente. Caminaron y llegaron a otro centro comercial más pequeño.

–Vamos a comprarnos algo aquí.



Ya eran pasadas las siete de la noche, se compraron unos juegos, volvieron a comer y se robaron otras cervezas. Teodoro encendió su celular y entraron llamadas perdidas y mensajes

Ambos estaban atontados por el alcohol.

Sonó el celular de Teodoro. Ya pasaban de las ocho de la noche.

–<Aló>

–<¿Dónde coño estás?

–<Holaaa…papá…estoy, estamos…estoy con Lucas, Lucas está conmigo…>

–<Dónde y los busco ¿les pasó algo? Están con alguien?

–<No…no…no, estamos Lucas y yo, aquí...en… ¿dónde estamos? Marico que mareo tengo>

–<¿Teo Teo que te pasa? ¿Te drogaron? ¿Dónde están?>

–Estamos en el centro San Isidro.

–<Ah si, si…papá estamos en el centro… San…¿San? Isidro, Isidro. –La llamada se cortó y Ricardo salió enseguida a buscarlos no sin antes llamar al director de operaciones del centro comercial y advertirle.



Teodoro se sostenía de Lucas que estaba en las mismas condicoones que él. Se acercaron dos vigilantes.

–Disculpen niños, ¿ustedes están perdidos?

–Coño marico corre que nos pillaron. –Salieron corriendo y se cayeron  pero se levantaron y siguieron, se fueron por detrás del centro comercial.



–Chamo, ya por fa, no te vayas a robar más nada.

–Estoy mareado, esto debe ser cuando uno está rascado ¿no? que los adultos beben y hacen estupideces.

Se sentaron en unas escaleras y apoyaron sus cabezas en las piernas. De repente comenzaron a escuchar sus nombres.

–LUCAAAAAS, TEODOROOOOO. LUCAAAAAS, TEODOROOO



Volteraon y vieron a sus papás pero no podían caminar, ellos se acercaron y los abrazaron.

–Hueles a cerveza ¿Qué estaban haciendo?.

–Me robé unas cervezas para beberlas. Yo tuve las culpa señor, yo obligué a Lucas a irse de la casa.

–Ya tú y yo hablaremos. -Le decía Ricardo a Teodoro.



–Gracias por todo Ricardo.

–De nada vale, por los chamos uno hace lo que sea y estos bandidos juntos pues teníamos que venir los dos. ¿Que tienes en el bolsillo? –Ricardo le metió la mano en los bolsillos y sacó varios billetes arrugados. –¿De donde sacaron esta vaina?

Lucas se aferró a la pierna de su papá.

–Se lo quité a mi papá Francisco lo tenía en una gaveta y me lo llevé.

–¿Papá Francisco? Coño carajito te voy a llevar a la clínica estás intoxicado.

–NOOOOO PAPÁ, llévame a casa, no quiero ir a la clinica, yo me acuesto y se me pasa.



Entraron al carro y Ricardo comenzó a interrogar a su hijo.

Le contó exactamente lo que había ocurrido, desde el problema en el colegio hasta el robo  de las últimas cervezas.

Ricardo estaba enfurecido y le daba golpes al volante.

–Tú estás castigado no vas a ir a clases de fútbol, ni tenis, ni natación, te jodiste pero a tu mamá, coño, a tu mamá la voy a poner en cintura por dejarte ir. ¿Y desde cuándo te ves con ese tipo?

–Uuuuf hace aaaños todos los mediodías me buscaba al colegio y me quedaba con él hasta las cuatro de la tarde que me dejaba en casa.

–¿Y por qué. Para qué?.

–No sé que te explique mi mamá. Odio a mi mamá, ¿por qué no te divorcias de ella y nos quedamos nosotros solos?

–Déjala quieta, no le diré nada ahora, la agarró cuando esté mansita y descuidada, la perra esa se va a enterar de quien es el que manda.

–¿Le vas a pegar?

–Eso es lo más sano que le haré.

–Me gustará ver eso.

Ricardo frenó el carro y vio a su hijo, se había quedado dormido en el asiento.

–¿”En que estoy convirtiendo a este carajito? Será un monstruo cuando sea grande”



Llegaron a la casa y Ricardo entró con su hijo en brazos.



–¿Está bien? ¿dónde estaba?

–Está bien, ebrio pero bien, pero conmigo no te hagas la preocupada hija de puta. Hoy no será pero vamos a hablar y a ponerte en los palitos, así que será mejor que pienses muy bien lo que vas a decir y sin mentiras. Voy a acostar a mi hijo.

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