jueves, 31 de julio de 2014
martes, 29 de julio de 2014
lunes, 28 de julio de 2014
sábado, 26 de julio de 2014
TRIPLE EQUIS. ¿Amigo? con derecho.
Era viernes y me vi con uno de mis
mejores amigos. Lo invité a casa para ver películas y tomarnos algo ya que
estaban mis hermanos y mi mamá que lo conocen y les cae muy bien.
Llegamos a casa al final de la tarde y
nos pusimos a comer algo uno de mis hermanos preparaba los tragos mientras que
mi mamá conversaba con nosotros en la sala.
Luego de varias horas de echarnos
cuentos, reir, contar chistes, mi mamá se retiró a dormir y nos quedamos mis
hermanos y mi amigo un rato más. Ya todos estábamos bastante tomados pero como
nadie tenía que irse pues no nos preocupaba el asunto.
Ya mis dos hermanos se fueron a acostar y quedamos mi amigo y yo en el sofá, muy juntos, rozándonos.
–¿Nos vamos al cuarto y ponemos una
película? –Le dije–.
Estuvo de acuerdo y nos metimos en mi
habitación cerrando la puerta. Le presté un boxer y una franela para que
estuviera cómodo, yo hice lo mismo. Se desnudó frente a mi y le volví a ver ese
guevo que ya en otra oportunidad había visto; grande y grueso aunque dormido se
veía apetecible. Tragué grueso y volteé la mirada.
Encendí el dvd y nos lanzamos en la
cama. Le di play y no supimos más de la
película.
–¿Quieres mamarlo? –Me preguntó–.
Sin responder me agaché y comencé a
hacerlo, una cabeza enorme, su guevo ocupaba toda mi boca, aunque eso no
importó para que él empujara mi cabeza y que me lo tragara todo. Le quité la
mano y comencé a mamarlo de arriba a bajo metiéndolo todo en mi boca hasta la
garganta y me detenía en su enorme glande para chupárselo y lamerlo, algo que
lo estremecía y le ponía la piel de gallina.
Unos minutos después me apartó y buscó
un condón en su bolso.
–Pónmelo–Lo hice, tomé el lubricante y
embadurné su guevo y mi culo.
–No hagas ruido que nos van a oir–Yo
seguí gimiendo y me tapó la boca con su brazo y comenzó a darme más duro. Cada
golpe de su pelvis con mis nalgas me excitaba más, la cama sonaba y yo sólo
pensaba en mi mamá pero la excitación ganó, me volteé y le dije que me lo
metira de nuevo.
Sentía dolor pero esa sensación me
gustaba. Volví a gemir y el puso su mano en mi boca mientras me decía que me
callara. Mientras seguía penetrándome yo me masturbaba, sabía que no iba a
acabar tan rápido, yo estaba muy tomado aunque estaba consciente de lo que
hacía, mi amigo estaba más borracho que yo.
Él sacaba completamente su guevo y
volvía a meterlo, una y otra vez y en
cada repetición le daba con más fuerza, yo sentía mi culo abierto, él tenía una
cara de morbo que me estaba volviendo loco.
De repente aceleró y habló.
–¿Ya me vengo ¿dónde quieres la leche?
En ese momento no supe que responder no
quería en mi boca pues no me gusta el sabor del semen pero respondí –En mi
boca–.
Sacó el guevo de mi culo y jaló el
condón yo me acerqué a su glande esperando el chorro mientras él se masturbaba.
–Abre la boca–La abrí y metió su guevo
expulsando tres chorros de leche que inundaron mi boca. La tragué. No sé si fue
la excitación del momento pero me supo a gloria.
De un brinco se levantó de la cama y se
fue al baño. Aproveché para recoger la ropa y buscar el condón que no sabía
donde había parado. Tocaron la puerta.
Era mi mamá. Entró al cuarto y yo
estaba desnudo, me tapé con la ropa que tenía en la mano, al encender la luz vi
el condón y lo pisé para que no lo viera.
–¿Qué haces?
–Nada, aquí recogiendo. Pedro se está
bañando, vimos un película y ya nos vamos a acostar.
–MMM ya…¿y por qué tan nervioso?
Escuché ruidos.
–Nada, nada mamá sal que va a salir
Pedro y le va a dar pena.
Al salir del baño, Pedro me reclamó por
el ruido que hice, le dio pena. Su pene seguía erecto y yo con ganas de más. Me
agaché para mamárselo de nuevo pero él no quiso, se fue a acostar desnudo. Se
tapó con la sábana y se durmió, yo no pude, estaba nervioso y pensando si mi
mamá sospechaba algo…
Al día siguiente fuimos a un cumpleaños
y no hablamos de lo que pasó. Nunca más se habló del tema. Ya no fuimos más
amigos…
sábado, 5 de julio de 2014
TRIPLE EQUIS. Metiendo pan negro en el horno
11:30 de la mañana, el calor
en la calle era insoportable. Dentro de la panadería no era distinto.
Marcos tiene 28 años mide
1.93, muscoloso y negro como la noche. Se encarga, junto con dos compañeros, de
los hornos donde se hace el pana que se vende a diario.
En ese momento estaba solo
en el área de trabajo, frente a él una oficina. Ahí estaba Mario, el encargado
ventas y de contactar a los clientes. 30 años, blanco, 1,75, delgado.
Marcos no aguantaba el
calor, se quitó la camisa y quedó en franelilla. La tela de algodón le ajustaba,
marcando sus pectorales y por la humedad y el roce, también sus tetillas.
Varios de los empleados se
habían ido a almorzar y solo quedaron Mario y Marcos. La panadería cierra al
mediodía, dos horas. Mientras terminaba de hacer unas llamadas, levantó la
mirada y vio a su compañero bañado en sudor y lleno de harina en su brazo
izquierdo, igualmente observaba sus músculos bien trabajados. Marcos volteó
hacia la oficina y Mario bajó la mirada y a los segundos volvió a verlo, esta
vez sus miradas se encontaron. Marcos puso su mano en la entrepierna y con la
otra mano se secaba el sudor de la frente.
Los separaba un vidrio pero
la tensión traspasaba cualquier obstáculo. Mario comenzó a tocarse y sentía
como su pene comenzaba a crecer, Marcos sonreía mientras seguía viendo a su
compañero. Seguía tocándose él también. De repente el teléfono sonó y atendió,
Marcos aprovechó para ir al baño.
Colgó rápido la llamada y se
dirigió al baño.
–Ah disculpa pensé que estaba
vacío.
–Tranquilo ya oriné.–Dijo, volteándose
hacia el lavamanos con el pene aún afuera.
Grueso, centímetros de sobra
como para corroborar el mito de la raza negra. Lo tenía algo erecto. Mario terminó
de orinar y fue al lavamanos. Le miró el pene a Marcos a través del espejo, no
podía quitarle la mirada de encima.
–¿Te gusta?
Mario se limitó a sonreir.–¿Quieres probar?–Marcos se bajó el pantalón y dejó libre su miembro.
Mario lo agarró, no podía cerrar la mano alrededeor del pene. Tragó saliva.
–No muerde…mámalo.
Y eso hizo, se agachó y como
pudo introdujo aquel inmenso pene en su boca. Marcos le empujaba la cabeza para
que le entrara todo, pero a Mario le daban arcadas y se le aguaban los ojos.
–Ya va, coño, que lo tienes
enorme.
–Shhhh, aguanta, dale que tú
puedes.–Y pudo, poco a poco lo introdujo todo en su boca llegando hasta la
garganta, respirando y relajando la mandíbula.
Luego de un rato jugando con
semejante miembro, Marcos lo levantó del suelo. Se quitó el pantalón y le dijo
a su compañero que hiciera lo mismo.
–Te voy a coger.–Volvió a
tragar saliva.
Ambos sudaban, sus cuerpos
brillaban y así, desnudos, Marcos llenó su mano de saliva y la pasó por entre
las nalgas de Mario. Lo cargó. Este se agarró del cuello de Marcos. Guió su
pene hasta llevarlo a la entrada del culo y ahí comenzó a empujar despacio, muy
despacio. Lo apoyó en el lavamanos y terminó de penetrarlo, Mario cerraba los
ojos aguantando el dolor.
–Relájate para que termine
de entrar.–23 centímetros entraron en el cuerpo de Mario que gemía sin parar.
Marcos lo alzó y salieron del baño. Aún penetrado se fueron hasta el escritorio
y ahí lo tumbó.
Le abrió las piernas hacia
los lados y comenzó a empujar con todas sus fuerzas. Mario no paraba de gritar.
El dolor y el placer se mezclaban con el calor que los invadía. A Marcos le
corría el sudor por sus ojos pero seguía embistiendo con fuerza a su compañero.
Se detuvo, lo volteó.
Lo puso al borde del
escritorio y siguió. Mario no paraba de gritar y gemir. Marcos lo agarraba por
la cabeza y le daba con más fuerza.
–Me vengo, me vengo, no
aguanto.–Decía Mario que no se estaba tocando.
–Dale acaba que ahora voy
yo. ¿Dónde quieres la leche?–Terminó la frase y ambos acabaron a la vez. Marcos
lanzaba gritos con cada descarga, que veniá con otra embestida. Terminó. Sacó
su pene lentamente y de aquel culo dilatado escurría el líquido que había
dejado Marcos adentro.
Mario no podia moverse, le
dolía todo, pero quedó satisfecho y cumplió su fantasía de que lo cogiera un
negro y mejor aún, compañero de trabajo. El pan que estaba en el horno se
quemó.
jueves, 3 de julio de 2014
miércoles, 2 de julio de 2014
martes, 1 de julio de 2014
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