lunes, 31 de enero de 2022

ESTRENO. Pasticho hormonal. Capítulo 1

 


Todas las mañanas a las 5:30 sale a trotar. Hoy, el día de la boda de su hija, no sería distinto. Francisco Vegas, es un empresario de 59 años, divorciado, vive con su actual pareja, están casados, le gusta ejercicio al aire libre y aprovecha que cerca de su apartamento hay un parque.

Escuchaba música mientras trotaba a un ritmo constante. Frente a el venía un muchacho que camina a paso rápido, se miraban mientras aún estaban frente a frente. El chico pasó y Franciso siguió trotando pero volteó, el joven hizo lo mismo y se detuvo. El hombre siguió trotando y al volver a voltear vio al chico detenido viéndolo. Se detuvo, comenzó a caminar hacia el muchacho.
–Hola.
–Hola.
–Nunca te habia visto por aquí. ¿Vives en la zona?
–Si...el edificio de ladrillos que está allá abajo.
–Ah ok, yo en este. Vivimos cerca y no te he visto.
–No suelo caminar aqui a esta hora. Lo hago cuando mis padres no están. Estoy solo ahora.
–¿Y qué propones?
–No sé. ¿Vamos a tu apartamento?
–No que va. Mi esposo es celosísimo.
–Vamos al mio. Mis papás llegan en la tarde, estan en Guacara.
–Yo no cargo condones.
–En casa tengo y lubricante y unas ganas de que me cojan.
Comenzaron a caminar hacia el edificio. –No suelo suspender mi rutina de ejercicio, de hecho, es primera vez que cuadro con alguien a esta hora y mientras hago ejercicio.
–¿Quieres terminar tu ejercicio y luego vas a mi casa?
–No vale, vamos a echarle bolas. ¿Como te llamas?

Gonzalo Oliveros tiene 28 años, es periodista y tiene un programa de radio con una chica donde hablan de actualidad. Vive con sus padres, soltero.
–¿Y no piensas vivir solo, salir del nido de papá y mamá?
–No, la verdad es que estoy cómodo así.
–Relajado, no te quieres independizar.
–¿Tú vienes a tirar conmigo o tener una relación seria?
–Tienes razón...
–Pasa, bienvenido.
Francisco entró al apartamento y miró hacia los lados, se tocó el pene que ya lo tenía álgo erecto.
–¿Quieres tomar algo?
–Vamos a lo que vinimos, no tengo mucho tiempo.
–Vente. -Gonzalo caminaba delante de él guiándolo hacia el cuarto.
–¿Vamos a tirar en la cama de tus papás?
–Si, ¿Cuál es el peo? Luego quito las sábanas.
–No, me imagino...-Gonzalo le dio un beso en la boca metiéndole la lengua. Francisco le bajó el short, le tocó el pene al muchacho. –Este carajito tiene un pipisito y no se le para mucho. -Le metió la mano en el culo y Gonzalo le bajó el short tocándole el pene que ya estaba duro. 
–Lo tienes grueso. Esto me va a doler.
–Te lo meto suavecito. ¿No quieres que te duela?
–Quiero todo.
–Mámalo. -Gonzalo se agachó, tomó el grueso pene circunciso y olió el glande. 
–Huele rica tu verga.
–Nunca olerá mal, eso júralo. -Gonzalo lo miró a los ojos mientras sonreía y le pasaba la lengua por el glande. Se lo metió en la boca. Gonzalo humedecía todo el pene y se lo introducía completo en su boca.
Tomaba con sus manos los testículos de Francisco y los halaba. Se quitó la franela y se puso de pie. El hombre detalló al muchacho, se notaba que iba al gimnasio pero lo que le impresionó fue que estaba totalmente depilado, todo el cuerpo.
–Eres lampiño.
–¿No te gusta? Me depilo todo.
–No mucho. Voltéate para chuparte el culo. -Gonzalo se volteó abriéndose las nalgas. El hombre abrió los ojos al ver que la piel del culo era blanca, pareja con el resto de la piel, no había ni un vello, acercó su lengua y la pasó por el ano. Al sentir la tibia lengua, Gonzalo contrajo el ano y soltó un suave gemido. Francisco chupaba y succionaba. Con sus manos le apretaba las nalgas para luego morderlas, eran duras.
–Tienes ese culo divino.
–¿Ves que es rico chuparlo peladito? -Gonzalo le agarró el pene y lo llevó a su culo.
–No te voy a coger a pelo, busca un condón. -Gonzalo resopló y fue a buscarlo.
–Pónmelo.
–Te gusta ser el dominante.
–Me gusta reventar culos. -Gonzalo sacó el condón, los estiró con sus manos y lo colocó en el pene. Apretó la punta y deslizó el látex por el pene. Se metió el pene en la boca y luego buscó el lubricante. Mientras le echaba al pene y a su culo, le hablaba.
–No me vayas a dar duro, estoy cerrado y tú tienes esa vaina muy gruesa.
–Tranquilo, te doy suavecito. -Francisco le abrió las nalgas y apoyó el pene, Gonzalo se abrió las nalgas para que el hombre lo penetrara. Francisco tomo su pene y lentamente iba empujando, Gonzalo gemía. El pene se abría paso, las nalgas del muchacho se erizaban, estaban rojas. El pene desapareció dentro del culo del chico. Le dio dos nalgadas y sujetó a Gonzalo por las caderas, sacó lentamente el pene hasta llegar al borde el glande, se detuvo. Empujó y volvió a sacarlo para repetir. Comenzó a moverse más rápido y con fuerza, Gonzalo gemía más fuerte, su piel se erizaba, brillaba por el sudor, sus nalgas rebotaban, eran dos rocas lampiñas. El grueso pene entraba y salía con facilidad. Francisco se aferraba a las caderas gruñendo y embistiendo al chico, sonaba el golpeteo de los cuerpos con el sudor. Gonzalo apretaba el pene.
–Me vas a hacer acabar, hazte la paja.
–Ya va, cógeme volteado. -Se pusieron frente a frente, levantó las piernas y, viéndose a los ojos, Gonzalo comenzó a masturbarse. Francisco seguía moviéndose hasta que sintio un estremecimiento, retiró el pene y jaló el condón para comenzar a masturbarse.
Gonzalo, con su pene algo flácido, también lo hacía, se vino el primero. Francisco comenzó a gritar y de repente un fuerte chorro salió y cayó en el pecho del chico, un segundo chorro terminó en el abdomen al igual que los siguientes dos chorros. Del pene escurrían gotas que caían sobre el pene de Gonzalo.

Francisco resoplaba, cerró los ojos, echó  la cabeza hacia atrás para luego tumbarse en la cama.
–Que rica esa tirada.
–Lo que me gustó fue la acabada. Coño a mi edad y suelto un lechero.
–¿No te gustó?
–La verdad no, normal, no es algo memorable. He tenido mejores polvos.
–Vaya...bueno...¿Quieres ducharte?
–No, cuando llegue a casa.
–¿Y no se dará cuenta que tiraste?
–No creo, ya tuve sexo con él antes de salir a correr, debe estar durmiendo.
–¿Quieres agua, café?
–No chamín, me quiero ir.
–¿Tan mal estuvo que ya te quieres ir?
–A ver, estuvo bien,  pero hoy tengo un día muy complicado y tengo que ponerme las pilas.
–¿Entonces no nos volvermos a ver, no repetiremos?
–No chamín.
–¿Quieres anotar mi número?
–Quiero que me abras la puerta.

Gonzalo le abrió la puerta y lo acompañó a planta baja para abrirle.
–Eres odioso y mira que me encantó tirar contigo.
–Me alegro que te haya gustado.

El muchacho subía por el ascensor y pensaba en lo que tenía que hacer.
–Coño, tengo que buscar el traje alquilado. Que vaina...se me casa el amor de mi vida...y encima me toca ver ese show...

Francisco entraba a su apartamento y se le apareció Teodoro.
–Hola amor. -Le dio un beso y se fue a la cocina a tomar agua.
–¿Tú que hacías subiendo por la calle de abajo?
–Trotando.
–Caminabas por la acera y no por el parque.
–Ahora me vigilas. Teodoro tenemos 20 años juntos, ¿te vas a poner con eso a estas alturas?.
Teodoro se acercó y le bajó el short, le vio el pene. Una gota de semen apenas se asomaba, Teodoro se levantó, se sonrió y dio media vuelta yendo a la habitación. Lanzó un portazo.

–Este no se le escapa nada. Oootro peo más. Dioooos ¿No era suficiente con el escandalo  porque no puede ir a la boda? Tenías que mandarle más celos.