jueves, 31 de enero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 9


LLEGÓ EL AMOR.

Bernardo salió antes del trabajo para pasar por un lugar antes de verse con Oliver.

Tocó el timbre, se asomaron por el ojo mágico. 
-¿Qué hace Oliver aquí? ¿Cómo supo nuestra dirección? ¿Quién lo dejó subir? -Abrió la puerta.
-Hola Oliver qué sorpresa. No te veía desde…
-Desde que te enredaste con Víctor y te lo tiraste, desde esa vez no nos vemos. ¿Qué tal está? ¿Sigues con él?
Francisco se puso nervioso. -Todavía no sé que haces aquí. Víctor está en cama, hace unos meses le diagnosticaron cáncer de páncreas.
-Ay chico cuanto lo lamento ¿y cómo sigue?
-Bueno ahí va, está con la quimio hoy lo tumbó está en cama. ¿Qué haces aquí Oliver?
-¿Puedo verlo?.
-Si pasa está en la habitación del fondo.

Oliver entró a la habitación.
-Hola Víctor ¿No te pregunto cómo estás porque ya me dijo Francisco.
-¿Qué haces aquí?
-No sabía de ustedes y me dije chico vamos a hacerle una visita a los enamorados.
-Ya nos viste, ya puedes irte.
Francisco lo sacó de la habitación.

-Víctor y yo ya no somos pareja desde hace cinco meses pero cuando se enteró lo del cáncer me pidió vivir aquí para no estar solo.
-Qué bonito gesto de tu parte.
Oliver le puso la mano derecha en el hombro y un escalofrío le recorrió a Francisco por el cuerpo.
-A Víctor le quedan horas de vida, no va a llegar a mañana.
-¿De qué hablas? -Francisco tenía una sensación de miedo y temor, veía a Oliver a los ojos.
-Se está muriendo y te vas a quedar solo. -Oliver le lanzó un golpe a la cara que lo tumbó al piso. Se montó sobre él y lo siguió golpeando.
Se levantó del piso, se secó el sudor sobre el labio.
-Te mereces lo que pasa. Esto lo vas a olvidar una vez que me vaya.
-Perdóname Oliver, son cosas que pasan, me enamoré de Víctor.
-Yo también estaba enamorado de Víctor y no te importó.
-Las cosas no son así.
Oliver le dio otro golpe y lo tumbó al suelo inconsciente. Se fue del apartamento.

En la noche luego de estar con sus padres fue a buscar a Oliver a su casa para cenar juntos.
Se montó en el carro y saludó a Bernardo con un beso en la boca.
-¿Qué tal tu día?
-Fuerte, sobre todo en la tarde. -Decía Oliver. -Tuve una situación tensa.
-Bueno pero ahora estamos juntos y vamos a relajarnos.

Mientras Bernardo maneja, Oliver recibía una llamada de una amiga.
-¿Qué? ¿Cuándo fue? ¿Desde cuándo?. - A Oliver le corría una lágrima por la mejilla. Colgó la llamada.
-¿Pasó algo? ¿Estás bien?
-Se murió mi ex. Tenía cáncer...no lo sabía y a Francisco lo golpearon, no se acuerda de nada.
-Bernardo sonreía pero al ver a Oliver triste se puso serio y detuvo el carro.
-¿Quieres que dejemos la cena para otro día? Te llevo a tu casa.
-No, bueno, sí pero quédate conmigo.
-No Oliver, no quiero ser el clavo que saque el otro clavo, te dejo en casa y nos vemos otro día.
Oliver se acercó a Bernardo para abrazarlo y este le dio un beso en la boca. Profundo, apasionado, su lengua se movía dentro de la boca del chico mientras jugaba con la lengua de Bernardo.
-"Olvídate de esas dos personas que te hicieron daño, cuando nos separemos habrás olvidado todo lo que te dijeron ahora"
Se separaron y Bernardo le mordió suavemente el labio inferior.
-¿Vamos a cenar?
-Claro, para eso me buscaste.
Bernardo se sonrió y le dio dos palmadas en la pierna.
-Yo sé que va a sonar tonta esta pregunta, pero ¿Esta noche vamos a tirar?
Bernardo soltó una carcajada mientras estacionaba el carro.
-Oliver vinimos a cenar. Luego se verá que sucede, apenas tenemos 48 horas de conocernos.
-Disculpa, debe ser el tiempo que no tengo sexo.
-No seas tonto deja el estrés.

Entraron al restaurante pidieron la comida y una botella de vino. La noche se fue en hablar de sus familias. Oliver contó que sus papás murieron en un accidente de carro hace 10 años, vivió con unos tíos y luego regresó a vivir solo en su apartamento cuando comenzó a trabajar.
Bernardo le habló de sus padres enfermos; el padre cáncer de pulmón y su madre Alzheimer.
Rieron, contaron anécdotas de parejas, pidieron otra botella, se quedaron en el restaurante hasta que tuvieron que irse pues ya cerraban.
Oliver estaba borracho. -Toma mi tarjeta, pagamos a medias.
-Deja el estrés yo invito.
-¿Y tú no estás borracho? 
-No, un poco alegre pero borracho como tú no. -Gracias buenas noches, vámonos.

-Se montaron en el carro y Oliver habló.
-¿Te vas a quedar en mi casa? Si me quieres coger yo me dejo. Pana, tengo un verano arrecho. Pura paja me he hecho, no joda el trabajo me tiene esclavizado, no he tirado con nadie. Por cierto soy versátil pero me gusta ser más pasivo.
-Se te nota que te gusta llevar palo. Yo soy activo pero no me cierro a nada.
-Interesante, a mi me gusta el sexo salvaje, me dejo hacer de todo, no me inhibo de nada, puede hacerme lo que quieras.
-¿En serio? ¿Lo que yo quiera? A ver que te gusta.
-Las cosas mas sucias y retorcidas que puedan pasarte ahora por la cabeza me gustan. 
-Que excitante escuchar eso. Pero hoy quiero hacerte el amor bonito, que disfrutes de mi cuerpo así como yo del tuyo.
-Ay que aburrido jajaja es joda, eso me gusta. Verga guevóón tengo full ganas de tirar, ya se me paró, creo que me tocas y acabo.

Estacionó el carro en un puesto de visitantes.
-Si te doy un beso mientras te toco aquí ¿acabas?
Bernardo lo besó poniéndole la mano en la entrepierna. Oliver se corrió en el interior hasta estremecerse.
-Coño, ¿Qué me hiciste? Boté un lechero mira cómo se mojó el pantalón, verga hasta me mareé.
-Ya sabes lo que te espera allá arriba.
Bernardo se bajó del carro recordando lo de su semen. Fue a la maleta y buscón un consolador de goma con unos sujetadores. Se lo escondió en la chaqueta.
Llegaron al apartamento a tropezones y besándose.
Entraron al cuarto. Oliver se lanzó a la cama. Bernardo comenzó a desnudarse mientras Oliver lo veía.
-Verga ¿y tú me vas a meter todo ese güevo? Soy virgen, me va a doler.
-Me dijiste que te gusta salvaje, vas a tener que aguantar la pela. Mámalo.
Oliver se acercó y tomo el pene grueso y largo de Bernardo y como pudo se lo metió en la boca.
-Puedo hacer que se ponga más grueso.
-Verga chamo ¿Más? ¿Me quieres desgarrar? -Volvió a meterlo en su boca y jugaba con su lengua, lamia el prepucio y el glande.
Tocaba los testículos, Bernardo le dijo que se los metiera en la boca.
-Quiero tu leche en mi boca. -Dijo Oliver
Bernardo no le prestó atención. --Acuéstate en la cama y cierra los ojos.
Bernardo aprovechó y se colocó en la cadera el sujetador que trae el pene de goma. Le puso lubricante.
-¿Listo?
-Desde que te vi en el supermercado estoy listo para esta noche.
Bernardo lo penetró y Oliver abrió los ojos aguantando el dolor.
-AAAAAAAH que divino, sigue.
Bernardo se movía con suaves movimientos de cadera de manera circular, le dijo a Oliver que cerrara los ojos. Seguía moviéndose, metía y sacaba completamente el pene de goma, el chico gemía agarrándose de las sábanas.
El pene de Oliver estaba flácido pero su excitación era evidente, apretaba el pene de goma, pedía más fuerza.
-Ponte en cuatro, vamos. –Bernardo se acomodó el sujetador. Se puso de pie doblando las rodillas para penetrarlo con más profundidad. Su pene golpeaba los testículos de Oliver, le gustaba la sensación pero no se dio cuenta de eso.
Siguió moviéndose ahora arrodillado en la cama, lo tomó de los hombros y comenzó a moverse más rápido. Oliver no paraba de gemir y pedir más, estaba exhausto y sudando.
Bernardo estaba a punto de acabar por el roce de su pene con la piel de Oliver, fingió que eyaculó dentro del muchacho.

Oliver se tumbó en la cama y Bernardo corrió al baño a masturbarse. Mirándose al espejo comenzó a mover su mano rápido, su cara roja, apretó los dientes y expulsó una gran cantidad de semen, intentando no gritar se le tensó el cuello y tuvo un dolor de cabeza que fue disminuyendo cuando terminaba de botar las últimas gotas. Limpió el lavamanos y salió. Guardó rápidamente el pene de goma y se lanzó a la cama.
-Que tirada más divina. Wow, me encantó.
-Qué bueno que te gustó, me dejaste agotado.
-No me diste la leche en la boca, eres malo.
-¿Y tú piensas que esta es la última vez que nos vamos a ver?
-Ja, ja, ja espero que no. Voy al baño.

Luego de un rato se quedaron dormidos desnudos y abrazados. Al día siguiente Bernardo lo despierta haciéndole sexo oral.
Oliver sintiendo como se lo mamaba no podía estar quieto en la cama, se retorcía y veía como se tragaba todo su pene junto con los testículos.
-¡Me vengo, me vengo! -Apretó las sabanas y volvió a retorcerse mientras Bernardo tragaba todo el semen que salía.
-Buenos días precioso. -Saludaba Bernardo
-Muy buenos días. -Le dio un beso en la boca. -Que rica sabe tu boca con mi semen.
-Muy rica.
-Me voy a duchar.
Mientras Oliver se duchaba sonó su celular, era una mujer. Bernardo adoptó la voz de Oliver y atendió.
-<Hola Oli, te llamo para decirte que el funeral de Víctor es las dos de la tarde en el cementerio del este>
-<Vero, no puedo ir a su funeral y te voy a pedir que no me cuentes nada sobre eso por favor, quiero cerrar capitulo, ya estoy en otra relación que ya te contaré>
-<Te entiendo, pero bueno podrías ir, en fin, tranquilo y felicidades, luego me cuentas>
-<Un beso> -borró del historial la llamada.
Bernardo entró a la ducha para bañarse con Oliver.
-Sabes que sentí tu güevo más pequeño de lo que en realidad es, ojo lo disfruté pero pensé que me dolería más.
-El alcohol te relaja y yo lo hice despacio. La próxima te cojo sano.
-Tienes un güevazo, mira eso. -Lo tomó y comenzó a enjabonarlo.
-No lo despiertes mira que tenemos que irnos.
Se vistieron y salieron a la sala. En el mueble estaba la foto que se le había roto el vidrio.
-¿Y esta gente quienes son?
-Nadie olvídalo, estaba por botar la foto.
Bernardo tomó el portarretrato y sacó la foto. -¿La rompo? -Sin esperar aprobación la rasgó en cuatro partes

Salieron del apartamento.

miércoles, 30 de enero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 8

CUMPLIENDO FANTASÍAS.

Luego de la jornada laboral Bernardo decidió ir a casa del profesor que habÍa tenido relaciones con varios alumnos del liceo. Era un hombre casado y dos hijos que no estudiaban en el liceo donde él trabajaba.

El profesor no le había contado a su esposa que lo habían botado del colegio, a pesar que la noticia había salido en los noticieros y en las redes.

Toca el timbre. Abre una mujer.
-Buenos días señora, se encuentra el profesor Gustavo.
-No mi amor el está trabajando, ¿Tú eres alumno de él?
-Si, por estoy aquí...no está en el liceo. ¿Puedo pasar?
La mujer lo deja pasar y le ofrece algo de beber. -Busque una cerveza para usted, la va a necesitar luego de ver lo que le voy a mostrar, a mi tráigame agua.
El chico sacó unos recortes de periódicos y se los entregó. La mujer leyó y se tapó la boca. Un par de lágrimas corrían por sus mejillas.
-Yo soy uno de los tantos que tuvo sexo, lo botaron del liceo y se salvó de una demanda. Pero hay más tengo un video.

El chico sacó su celular y le mostró el video. Bernardo, haciendo uso de su mente recreó la escena de sexo con su profesor.
La mujer veía el video y seguía llorando.
-Yo lo disfruté pero el disfruta más haciéndolo con menores de edad.
No pudo seguir viendo el video. En ese momento llegaba el profesor a su casa.
-¿Qué haces tú aquí? -Vio al chico con cara de susto.
-Contándole a tu esposa las cosas que haces en el liceo y lo que hiciste conmigo.
El hombre se le fue a abalanzar al chico pero su esposa se le atravesó.
-SUCIO, ENFERMO, ERES UN ENFERMO.

Mientras la mujer lloraba desconsoladamente, el profesor trataba de calmarla. El chico se sentó en el sofá.
-Profe le mandé a su celular el video donde me está cogiendo en el aula C.
-¡Maldito carajito te voy a matar!
Bernardo lo detuvo provocándole un fuerte dolor en el pecho.
-No te alteres ¿o quieres que te de un infarto?.
-Vete de mi casa.
Bernardo intensificó el dolor. -Pídele perdón a tu esposa de rodillas y te quito ese dolor.
El profesor se acerca al chico y el dolor se hizo más insoportable.
-Pídele perdón y te quito el dolor.
Bernardo lo dejó tranquilo y el hombre se arrodilló frente a su esposa.
 Con lágrimas en los ojos le pidió perdón tomándola de las manos.
La mujer no decía nada. Bernardo se levantó del sofá.
-Perdone a ese pobre hombre. -Bernardo se dio la vuelta y le provocó un infarto al profesor, abrió la puerta y se fue.
No murió pero lo llevaron a la clínica.

Ya era de noche, Bernardo había ido a su casa a ver sus padres y salió de nuevo a la calle. Quería tener sexo pero de otro tipo, algo nuevo. Se aventuró y fue a la avenida Libertadores donde se concentran las prostitutas, hombres ofreciendo sexo y transexuales que también se prostituyen. Él quería acostarse con un transexual.

-Hola mi amor yo te puedo ayudar en lo que quieras.
-Si mi amor búscame a una amiga transexual. -Le dio 2.000.
-Ok. -Le dijo de mala gana metiéndose el dinero entre las tetas.

-Mi amiga me dice que estabas buscándome.
-¿Estás operada?
-Solo las tetas mi amor, allá abajo sigue igual.
-Móntate.

La chica se montó y hubo un silencio de varios minutos.
-¿Cómo te llamas?
-Kimberly ¿Y tú?
-Eso no importa, yo soy el que paga. 
-Uy que odioso.
Bernardo la vio a los ojos y un fuerte dolor de invadió su cabeza hasta que el hombre desvió la mirada.
-¿Qué fue eso? Qué dolor, me das miedo. ¿No me irás a hacer daño?
-Quiero que seas activo, quiero que me cojan esta noche.
-Papi tú pagas yo cumplo.
Bernardo le tocó la pierna y la acarició sonriendo, la chica se tranquilizó.

-¿Cómo está la calle y los policías?
-Unos hijos de puta, nos persiguen, nos meten presas, nos golpean y en el peor de los casos nos violan y hasta nos matan.
-¿Has visto morir a amigas tuyas?
-Claro, esos malditos no tienen compasión.
-¿Te imaginas que aparecieran muertos esos policías?
-Sería la mejor noticia que nos pueden dar. A mí me tienen ganas papi. En cualquier momento aparezco en una cuneta con un mosquero. Pero no puedo dejar esto, tengo a mi mamá enferma y dos hermanitos que mantener.
-Te entiendo. Si hoy me coges como me gusta, te doy el doble.
-Te voy a poner los ojos en blanco bebé
Kimberly se levantó la falda de cuero para mostrarle el pene.
Un miembro oscuro y grueso con prepucio, de unos 20 centímetros. Lubricaba.
-¿No vas a operarte? Tienes un buen guevo.
-De momento no, a los hombres de este país les gusta una hembra con tetas y pipi. Tengo varios clientes políticos. Diputados, ministros, tanto del gobierno como de la oposición, hay una parranda de locas en la política.

Llegaron al hotel.
Bernardo se desnudó apenas entró a la habitación.
-Estas desesperadito.
-Desnúdate.
Kimberly lo hizo, su pene colgaba entre las piernas, la piel de esa zona era mucho más oscura que el resto de su cuerpo.
-Tienes tremendas nalgas.
-Me las puse el año pasado.
-Te hicieron un pésimo trabajo.
Kimberly quedó decepcionada con el comentario.
-Viniste a cogerme no a cogerte yo a ti, me interesa que se te pare esa verga.
Bernardo se sentó en la esquina de la cama y comenzó a mamarle el pene a la chica. Lo tomaba con su mano derecha mientras se lo metía en la boca.
-¿Eres capaz de metértelo todo en la boca?
-Soy capaz de todo. -Bernardo se lo introdujo completo en la boca sin moverse ni incomodarse y así se quedó unos segundos.
Kimberly miraba al espejo viéndose las nalgas, reconocía que no fue una buena cirugía pero se concentró en ver a Bernardo mamando.
Lentamente lo sacaba de su boca para luego introducirlo de nuevo, la saliva caía al piso. Kimberly le puso la mano en la cabeza para empujarlo y Bernardo se apartó agarrándole la mano y torciéndola.
-No vuelvas a tocarme la cabeza. -La miró a los ojos y ella solo sonrió

Dejó de mamar y se acostó en la cama boca arriba alzando las piernas y llevándolas a su pecho.
-Metelo de una, no te preocupes si duele.
-Ya va bebé, me tengo que poner el condón y el gel.
-Cógeme así. - Kimberly le vio el culo abierto y peludo y se excitó pero no iba a tener sexo sin protección.
-No sé si tienes una enfermedad.
-Estoy sano, ni siquiera me drogo.
La chica estaba negada, Bernardo la vio a los ojos.
-Vas a cogerme sin condón y sin chistar, no te va a pasar nada, solo hazlo.
Kimberly se montó en la cama tomó su pene y lo escupió, restregó la saliva y pasó la mano por el culo de Bernardo que tenía las piernas abiertas.
Lo apoyó en la entrada y comenzó a meterlo.
-Dale sin miedo que yo aguanto el dolor.
La chica empujó y el pene se deslizó por completo con algo de dificultad.
-¿Quieres que me ponga salvaje?
-Hazlo pensando en los malditos policías.
Kimberly lo agarró de los hombros y comenzó a moverse con rapidez y fuerza. El pene entraba y salía. La chica gruñía con una voz gruesa, Bernardo la miraba con morbo pero su cara no era de dolor.
-Sigue, piensa que te estas cogiendo a ese policía que te golpea. Golpéame como él lo hace contigo.
A Kimberly le cambió la cara, estaba llena de furia, mientras seguía moviéndose golpeaba una y otra vez a Bernardo mientras este la alentaba para que siguiera descargando su rabia..
La chica sacaba su pene por completo y volvía a meterlo y con cada embestida golpeaba el rostro de Bernardo que ya mostraba sangre en su nariz.
Bernardo se volteó y comenzó a mamarle el pene a Kimberly, estaba rígido y mojado. Se lo metió en la boca, lo sacó y le volvió a decir que lo golpeara.
Mientras mamaba aquel enorme pene, recibía fuertes cachetadas, su nariz sangraba. Se volteó para que volviera a penetrarlo.
Kimberly no tuvo reparo en volver a penetrarlo con fuerza, lo tomó de los hombros y gritando empujaba cada vez más duro.
-Acabemos a la vez, dime cuando estés a punto. -Kimberly le avisó, le apretó los hombros y comenzó a eyacular dentro de Bernardo que le apretaba el pene mientras él también acababa sobre las sábanas.
Se tumbó en la cama y ella a un lado de él. Comenzó a llorar. Bernardo le paso la mano por la cara apartándole el cabello.
-¿Te sientes mejor?
Limpiándose las lágrimas le dijo que si moviendo la cabeza. -Te pegué muy duro, mira como estás. Perdóname, no sé en que estaba pensando.
-Tranquila, esa era la idea, que drenaras esa rabia. Necesitabas hacerlo. Esa cogida me encantó. Te mereces el pago doble y más.
-Me hubiese encantado tragarme tu semen, con los hombres que me encantan suelo hacerlo.
-Conmigo eso no va a suceder.
-¿Ay por qué? Mira como tienes esa nariz, deja que te lave.
-Déjalo así. Mi semen está prohibido, quema y mucho, no querrás probarlo.
-Que exagerado.
-¿Quieres comprobarlo?
-¿Y te va a salir leche ahora?
-Si. -Cerró los ojós y su pene comenzó a expulsar lentamente semen. -No lo toques. -Tomó un poco en la yema de su dedo. Le colocó el dedo a un costado y Kimberly brincó del dolor. Le dejó una marca.
-¡Me quemó!
-Te lo dije, te acabo encima y mueres.
-Eres una persona muy extraña, debo estar soñado.
-No lo estás. Me llamo Bernardo.
Kimberly se sonrió y le dio un beso en la boca.

-¿Te dejo donde te recogí?
-No, lo de ahora me dejó agotada física y mentalmente. Fue heavy bebé, solté todo, nunca había hecho eso. Gracias.
-Agradéceme cuando veas morir uno a uno cada policía.
-Tú me asustas Bernardo.
-No tengas miedo de mí. Los malos son otros.

Bernardo la llevó a su casa en La Vereda.
-Esto es muy peligroso, si quieres me dejas aquí y yo subo.
-¿Cómo te voy dejar aquí?, esta oscuro todavía, te llevo hasta la puerta de tu casa.
-Gracias por traerme. Es la primera vez que un cliente me trae hasta mi casa. Eres extraño, me da temor estar contigo pero a la vez me generas confianza y encima eres guapo, si quieres repetir quiero ser pasiva.
Bernardo se rio pero estuvo de acuerdo.
-Si pudiera te sacaba de la calle y te pondría a trabajar en otra cosa menos riesgosa.
-Estudié computación pero no terminé.
El hombre volvió a sonreir  y le dio un beso en la boca.
-Tranquila que pronto vas a poder trabajar en las calles más tranquila.
-¿Vas a matar a todos los policías?
Sonó el celular de Bernardo. Era Oliver, vio el reloj, eran las dos de la mañana, le hizo un gesto a Kimberly para que no hablara.

<Hola, qué sorpresa, ¿Que haces a esta hora despierto?>
<Hola, bueno, no podía dormir y estaba pensando en ti, no pensé que contestarías>
<Estoy trabajando en unas cosas de la oficina aquí en casa>
<Ok, también te llamaba porque...es algo extraño...cuando te fuiste el otro día de casa se partió el retrato que viste...pero es que luego en la foto solo estaba yo...me impresionó eso, me asusté>
<No te asustes, eso es una señal, algo importante sucederá y podrás cerrar ese ciclo, tranquilo>
<Voy a pensar que fuiste tú quien lo hizo, me da como susto>
Bernardo se rió y se depidió de él diciéndole que se acostara y que no se angustiara.
-¿Es tu novio?
-Nos conocimos hace unos días.
-Pero van en serio.
-No sé.
-Ay bebé no le montes cacho y menos con unas prostis jejejeje, se bueno.
-Cuídate, ya tienes mi número y yo el tuyo.
-No hay que involucrarse con los clientes, pero es que tú...
-Yo soy especial Kimberly, todo va a estar bien. Dale a tu mamá muchos batidos verdes, eso la hará sentir mucho mejor, llévala a la playa.
-No te he dicho que tiene mi mamá.
-Sufre de los pulmones.
Kimberly se sorprendió. -De verdad tú me asustas.
-Chao Kimberly, nos volveremos a ver.

martes, 29 de enero de 2019

VENGANZA INFINITA. Capítulo 7


LO INESPERADO.

<<Un terrible suceso ocurrió en el liceo público más grande de la capital, se encontraron armas de fuegos en posesión de alumnos, además, la semana pasada un alumno abrió fuego en el aula matando a tres de sus compañeros y al profesor, también hubo varios heridos.
Ayer otro suceso en el mismo liceo, un estudiante se suicidó frente a todo el salón mientras que en otra aula un profesor presuntamente abusaba sexualmente de otro estudiante por un tema de notas, las investigaciones continúan pues el chico se contradijo en sus declaraciones. Por otro lado el director del liceo fue puesto a la orden de los tribunales luego que varias estudiantes lo denunciaran por acoso sexual. El liceo permanecerá cerrado y los estudiantes trasladados a otros liceos de la zona>>

Bernardo luego de ver las noticias y desayunar va a la habitación donde están sus padres.
-¿Por qué tienen esto tan cerrado? Abran las ventanas que entre luz y brisa.
El hombre abrió las ventanas dejando entrar el sol de la mañana y para que el cuarto se le quitara el olor a medicina.
-Gracias hijo. -Le dijo la madre.
-¡Les pago un dineral para que los cuiden bien!.
Se acercó a sus papás y a ambos les dio un beso en la frente.
-Voy al supermercado, les traigo algo para que disfruten, una sorpresa.

Llegaba al supermercado, era sábado y el estacionamiento estaba lleno pero consiguió puesto.
Cuando estaciona a su lado hay un vehículo de donde sale un hombre, era alto, cabello negro de barba, de unos 30 años, llevaba puesto una franela blanca y un jean, tenía unos brazos grandes y algo musculosos. Se quita los lentes y ve a Bernardo sonriendo, sus miradas se cruzan por unos segundos.
-Qué tipo tan bello. -Dice el hombre, Bernardo le lee el pensamiento y también le sonríe.
Se adelanta al supermercado mientras Bernardo guarda unas cosas en la maleta.
Toma un carrito y se va directo a las neveras, a lo lejos ve al tipo que vio en el estacionamiento pero sigue cogiendo productos. Cuando cruza a uno de los pasillos se tropieza con un carrito.
-Disculpa.
-Tranquilo. -El hombre le vuelve a sonreir.
-De nuevo nos vemos, que agradable.
-Si, digo, que curioso, bueno, no tanto vinimos al mismo supermercado.
-Vives solo.
El hombre extrañado responde que sí y le pregunta como lo sabe.
-Basta con mirar lo que llevas para saber que es así. Te voy a invitar a comer a mi casa para que comas de verdad. -Le guiñó el ojo y el hombre se rió mientras su rostro se enrojecía.
-Bueno voy a seguir con mis compras de soltero.
-Mucho gusto Bernardo.
-Un placer Oliver.
Se dieron la mano y a Bernardo le recorrió un calor por el cuerpo, la sensación era agradable, vio claridad dentro de Oliver, un hombre trabajador que vive solo pues sus padres murieron hace tres años, soltero también desde hace tres, hace ejercicios, trabaja en una agencia de Publicidad como creativo.
Oliver sintió el mismo calor en su cuerpo, esa sensación le transmitió confianza hacia Bernardo pero ese momento del apretón de manos lo asustó y le soltó la mano.
-Estoy apurado, sigo con lo mío.

Bernardo siguió comprando también. Se veían a lo lejos pero Oliver evitaba verlo.
Vio a Oliver colocándose en la caja 8 y Bernardo se puso detrás de él.
-Hola, el destino quiere que nos volvamos a ver. -Oliver se limitó a sonreir pero esta vez vio a los ojos a Bernardo.
-No sé que tiene este hombre pero me gusta, verga me pone nervioso.
-Tranquilo, no te pongas nervioso, no soy mala persona.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Oliver que ya le tocaba pagar.
-Mira, la cajera te espera.
Montó su pequeño mercado y la cajera iba pasando los productos.
-Son 21.800
-Dios, pero todo está carísimo.
-Las maravillas de vivir en hiperinflación. -Dijo Bernardo mientras Oliver se reía entregando su tarjeta de crédito.

Bernardo se quedó mirando el punto de venta mientras la chica introducía el número de cédula.
-Dice saldo insuficiente. -Le decía la cajera, Oliver arrugando la frente le entregó otra tarjeta.
-Dice lo mismo.
-Coño que raya, este va a pensar que soy un pelabola, me toca dejar esta vaina.
-Tranquilo, esas cosas pasan, a lo mejor es el punto o la comunicación con el banco. Yo lo pago y luego me transfieres.
-No vale, que pena, déjalo así yo vengo luego.
-Señorita pase mi tarjeta.
-¡Que nooo!
Bernardo insistió y pagó el mercado, Oliver le dio las gracias y le dijo que lo esperaba en el carro para que le diera los datos bancarios. El hombre pagó su mercado y salió.

-Bueno anota mi cuenta.
-Te transfiero al llegar a casa, gracias no tenías que hacerlo.
-No seas tonto.
-No me conoces y confías que te voy a transferir.
-Lo harás, eres una persona honesta y responsable. Ya tienes mi número para que me llames y me avises de la transferencia.
Oliver se montó en su carro mientras Bernardo metía sus bolsas en la maleta.

El muchacho pasó la llave para encender su carro pero este no respondía.
-Coño no puede ser que esto me esté pasando. Coño carrito no me eches esta vaina.
Bernardo detrás de su carro sonreía viendo a Oliver sufrir.
-Vamos a meter las bolsas en mi carro y yo te llevo a tu casa, luego venimos a buscar tu carro.
-No vale, yo llamo un taxi o una grúa, yo de mecánica no sé nada.
-Yo sé algo pero dejamos las bolsas en tu casa y venimos. -Se volvieron a ver a los ojos, Oliver accedió. Se montó en el carro.

Ya en el camino cada uno hablaba de su trabajo.
-¿Que edad tienes? ¿30?
-Chamo pero la pegaste de una, si tengo 30 ¿y tu, 33, 35?
-44
-¿Qué, en serio? Te ves muy bien
-Lo sé jajaja me cuido, no vale, la gente me ve más joven de lo que soy.
-Pues sí, tienes un pacto con el diablo.
-Bueno no tanto así, soy inmortal.
-Ah ok eres un X-MEN.
-Algo así jejeje
-Estamos llegando, cruza a la derecha y bajas.

Llegaron al apartamento, era pequeño pero acogedor y decorado muy minimalista.
-Voy a poner lo que compré frío en la nevera, de regreso me lo llevo.
-Claro vale, ¿Quieres tomar algo?. -¿Será que vamos a tirar?
-Bernardo lo tomó por la cintura lo acercó hacia él y le dio un beso en la boca. Un beso profundo, su lengua recorría cada rincón de su boca mientras que la de Oliver hacía lo mismo.
-Vamos a tirar y yo no estoy preparado, no me hice el lavado.
Se separaron. -No vamos a tirar aunque ambos queremos, nos delatan nuestros guevos parados jajaja.
-No, es muy pronto para ir a la cama de un vez.
-No te hagas el santo, no te importa acostarte hoy mismo, yo quiero, pero no se puede.
Bernardo temía que ocurriera lo que pasó con los que tuvo sexo y murieron al contacto del semen con los cuerpos.
-Si, si quiero, claro que quiero, pero vamos a dejarlo para otro día.
-Te acepto una cerveza y nos vamos a buscar tu carro.

-Listo. Enciende.
El carro encendió de a toque.
-Chico pero tú eres un bárbaro.
-Me aplico.
Se fueron al apartamento de Oliver y subieron para buscar las bolsas de Bernardo.
-Gracias por todo Bernardo.
-No chico no me agradezcas nada, con todo gusto lo hice.
-Sírvete lo que quieras mientras te hago la transferencia.
Bernardo vio una foto que le llamó la atención. La tomó y tuvo una sensación desagradable a pesar que la foto reflejaba felicidad.
-Listo ya tienes el dinero en tu cuenta, menos mal que tenemos el mismo banco.
-¿Y esta foto?
-Ah...todo el mundo tiene que ver con esa foto...te vas a burlar de mi pero es mi ex y mi mejor amigo, ambos se enredaron mientras estaba conmigo, los descubrí.
-¿Y para que tienes una fotos de esos dos y contigo en el medio?
-Para recordar lo basuras que son.
-¿Siguen juntos?
-Supongo, no sé, hace tres años de eso.
-Bueno, me voy, estamos en contacto, no te pierdas.
Bernardo le dio otro beso en la boca.
-La próxima vez tiramos, no hay excusas.
-No comas ansias, todo a su tiempo.
Cerró la puerta.
Oliver se quedó con la cabeza apoyada en la puerta y sintiendo que lubricaba. Escuchó un ruido de vidrio que se rompe, al voltear ve el retrato que hace minutos había visto Bernardo, el vidrio estaba astillado. Con cuidado le retira los pedazos de vidrio, al ver la fotografía se sorprende, se lleva la mano a la boca.

En la fotografía solo estaba Oliver.