LO INESPERADO.
<<Un terrible suceso ocurrió en el liceo público más grande de la
capital, se encontraron armas de fuegos en posesión de alumnos, además, la
semana pasada un alumno abrió fuego en el aula matando a tres de sus
compañeros y al profesor, también hubo varios heridos.
Ayer otro suceso en el mismo liceo, un estudiante se suicidó
frente a todo el salón mientras que en otra aula un profesor presuntamente
abusaba sexualmente de otro estudiante por un tema de notas, las
investigaciones continúan pues el chico se contradijo en sus
declaraciones. Por otro lado el director del liceo fue puesto a
la orden de los tribunales luego que varias estudiantes lo
denunciaran por acoso sexual. El liceo permanecerá cerrado y los estudiantes
trasladados a otros liceos de la zona>>
Bernardo luego de ver las noticias y desayunar va a la habitación
donde están sus padres.
-¿Por qué tienen esto tan cerrado? Abran las ventanas que entre luz
y brisa.
El hombre abrió las ventanas dejando entrar el sol de la mañana y para
que el cuarto se le quitara el olor a medicina.
-Gracias hijo. -Le dijo la madre.
-¡Les pago un dineral para que los cuiden bien!.
Se acercó a sus papás y a ambos les dio un beso en la frente.
-Voy al supermercado, les traigo algo para que disfruten, una
sorpresa.
Llegaba al supermercado, era sábado y el estacionamiento estaba
lleno pero consiguió puesto.
Cuando estaciona a su lado hay un vehículo de donde sale un hombre, era
alto, cabello negro de barba, de unos 30 años, llevaba puesto una franela
blanca y un jean, tenía unos brazos grandes y algo musculosos. Se quita los
lentes y ve a Bernardo sonriendo, sus miradas se cruzan por unos segundos.
-Qué tipo tan bello. -Dice el hombre, Bernardo le lee
el pensamiento y también le sonríe.
Se adelanta al supermercado mientras Bernardo guarda unas cosas en la
maleta.
Toma un carrito y se va directo a las neveras, a lo lejos ve al tipo que
vio en el estacionamiento pero sigue cogiendo productos. Cuando cruza a uno de
los pasillos se tropieza con un carrito.
-Disculpa.
-Tranquilo. -El hombre le vuelve a sonreir.
-De nuevo nos vemos, que agradable.
-Si, digo, que curioso, bueno, no tanto vinimos al mismo
supermercado.
-Vives solo.
El hombre extrañado responde que sí y le pregunta como lo sabe.
-Basta con mirar lo que llevas para saber que es así. Te voy a invitar a
comer a mi casa para que comas de verdad. -Le guiñó el ojo y el hombre se rió
mientras su rostro se enrojecía.
-Bueno voy a seguir con mis compras de soltero.
-Mucho gusto Bernardo.
-Un placer Oliver.
Se dieron la mano y a Bernardo le recorrió un calor por el cuerpo,
la sensación era agradable, vio claridad dentro de Oliver, un hombre
trabajador que vive solo pues sus padres murieron hace tres años, soltero
también desde hace tres, hace ejercicios, trabaja en una agencia de Publicidad
como creativo.
Oliver sintió el mismo calor en su cuerpo, esa sensación le
transmitió confianza hacia Bernardo pero ese momento del apretón de manos
lo asustó y le soltó la mano.
-Estoy apurado, sigo con lo mío.
Bernardo siguió comprando también. Se veían a lo lejos pero Oliver
evitaba verlo.
Vio a Oliver colocándose en la caja 8 y Bernardo se puso detrás de
él.
-Hola, el destino quiere que nos volvamos a ver. -Oliver se limitó a
sonreir pero esta vez vio a los ojos a Bernardo.
-No sé que tiene este hombre pero me gusta, verga me pone
nervioso.
-Tranquilo, no te pongas nervioso, no soy mala persona.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Oliver que ya le tocaba pagar.
-Mira, la cajera te espera.
Montó su pequeño mercado y la cajera iba pasando los productos.
-Son 21.800
-Dios, pero todo está carísimo.
-Las maravillas de vivir en hiperinflación. -Dijo Bernardo mientras Oliver
se reía entregando su tarjeta de crédito.
Bernardo se quedó mirando el punto de venta mientras la chica introducía
el número de cédula.
-Dice saldo insuficiente. -Le decía la cajera, Oliver arrugando la
frente le entregó otra tarjeta.
-Dice lo mismo.
-Coño que raya, este va a pensar que soy un pelabola, me toca dejar
esta vaina.
-Tranquilo, esas cosas pasan, a lo mejor es el punto o la comunicación
con el banco. Yo lo pago y luego me transfieres.
-No vale, que pena, déjalo así yo vengo luego.
-Señorita pase mi tarjeta.
-¡Que nooo!
Bernardo insistió y pagó el mercado, Oliver le dio las gracias y le dijo
que lo esperaba en el carro para que le diera los datos bancarios. El hombre
pagó su mercado y salió.
-Bueno anota mi cuenta.
-Te transfiero al llegar a casa, gracias no tenías que hacerlo.
-No seas tonto.
-No me conoces y confías que te voy a transferir.
-Lo harás, eres una persona honesta y responsable. Ya tienes mi número
para que me llames y me avises de la transferencia.
Oliver se montó en su carro mientras Bernardo metía sus bolsas en la
maleta.
El muchacho pasó la llave para encender su carro pero este no respondía.
-Coño no puede ser que esto me esté pasando. Coño carrito no me eches
esta vaina.
Bernardo detrás de su carro sonreía viendo a Oliver sufrir.
-Vamos a meter las bolsas en mi carro y yo te llevo a tu casa, luego
venimos a buscar tu carro.
-No vale, yo llamo un taxi o una grúa, yo de mecánica no sé nada.
-Yo sé algo pero dejamos las bolsas en tu casa y venimos. -Se
volvieron a ver a los ojos, Oliver accedió. Se montó en el carro.
Ya en el camino cada uno hablaba de su trabajo.
-¿Que edad tienes? ¿30?
-Chamo pero la pegaste de una, si tengo 30 ¿y tu, 33, 35?
-44
-¿Qué, en serio? Te ves muy bien
-Lo sé jajaja me cuido, no vale, la gente me ve más joven de lo que soy.
-Pues sí, tienes un pacto con el diablo.
-Bueno no tanto así, soy inmortal.
-Ah ok eres un X-MEN.
-Algo así jejeje
-Estamos llegando, cruza a la derecha y bajas.
Llegaron al apartamento, era pequeño pero acogedor y decorado muy
minimalista.
-Voy a poner lo que compré frío en la nevera, de regreso me lo llevo.
-Claro vale, ¿Quieres tomar algo?. -¿Será que vamos a tirar?
-Bernardo lo tomó por la cintura lo acercó hacia él y le dio un beso en
la boca. Un beso profundo, su lengua recorría cada rincón de su boca mientras
que la de Oliver hacía lo mismo.
-Vamos a tirar y yo no estoy preparado, no me hice el lavado.
Se separaron. -No vamos a tirar aunque ambos queremos, nos delatan
nuestros guevos parados jajaja.
-No, es muy pronto para ir a la cama de un vez.
-No te hagas el santo, no te importa acostarte hoy mismo, yo
quiero, pero no se puede.
Bernardo temía que ocurriera lo que pasó con los que tuvo sexo y
murieron al contacto del semen con los cuerpos.
-Si, si quiero, claro que quiero, pero vamos a dejarlo para otro día.
-Te acepto una cerveza y nos vamos a buscar tu carro.
-Listo. Enciende.
El carro encendió de a toque.
-Chico pero tú eres un bárbaro.
-Me aplico.
Se fueron al apartamento de Oliver y subieron para buscar las
bolsas de Bernardo.
-Gracias por todo Bernardo.
-No chico no me agradezcas nada, con todo gusto lo hice.
-Sírvete lo que quieras mientras te hago la transferencia.
Bernardo vio una foto que le llamó la atención. La tomó y tuvo
una sensación desagradable a pesar que la foto reflejaba felicidad.
-Listo ya tienes el dinero en tu cuenta, menos mal que tenemos el
mismo banco.
-¿Y esta foto?
-Ah...todo el mundo tiene que ver con esa foto...te vas a burlar de mi
pero es mi ex y mi mejor amigo, ambos se enredaron mientras estaba conmigo, los
descubrí.
-¿Y para que tienes una fotos de esos dos y contigo en el medio?
-Para recordar lo basuras que son.
-¿Siguen juntos?
-Supongo, no sé, hace tres años de eso.
-Bueno, me voy, estamos en contacto, no te pierdas.
Bernardo le dio otro beso en la boca.
-La próxima vez tiramos, no hay excusas.
-No comas ansias, todo a su tiempo.
Cerró la puerta.
Oliver se quedó con la cabeza apoyada en la puerta y sintiendo que
lubricaba. Escuchó un ruido de vidrio que se rompe, al voltear ve el retrato
que hace minutos había visto Bernardo, el vidrio estaba astillado. Con cuidado
le retira los pedazos de vidrio, al ver la fotografía se sorprende, se lleva la
mano a la boca.
En la fotografía solo estaba Oliver.
Y his dejas intrigados...
ResponderEliminar