martes, 24 de mayo de 2016

SEXORAMA. El calor excita. PARTE 2

Una vez que tomé la ducha, salí a dar una vuelta encontrándome con un conocido de delicioso y apretado cuerpo, sin un solo vello, de pene grueso y grande, quien de inmediato me reconoció y saludó con un beso, juntos nos fuimos de la mano, dándonos pequeños besos, recorriendo el lugar.  En una de las habitaciones, con la puerta semi abierta, se encontraba recostado un hombre velludo, fornido, de unos 35 años, deliciosa figura, semi erecto, con un pene bastante grande y grueso, al cual ya viéndolo erecto, medía como 21 cms y su grosor era bastante bueno. 

Mi compañero empezó a acariciar al hombre quien se terminó de excitar y nos indicó que cerráramos la puerta.  A su lado, sobre la cama, se encontraban unos preservativos y lubricantes, lo que me indicó de inmediato que ese hombre estaba dispuesto a la batalla.  Nos empezamos a besar y acariciar entre los tres y él se engolosinó con mi amigo, por lo que yo me dediqué a mamarlos a ambos, de pronto, el hombre comenzó a poner a mi amigo en cuatro y lamió furiosamente su culo, por lo que mi amigo empezó a gemir y sollozar de placer, entonces me coloqué un preservativo, me lubriqué y sin que nadie lo esperara, penetré a mi amigo con suavidad pero con placer, situación que lo excitó aún más y al hombre delicioso y velludo que nos acompañaba.  El hombre me hizo sacar la verga del culo de mi amigo, me puso en cuatro patitas y me pidió que mamara el culo de mi amigo mientras él se comía con su lengua mi ano, tembloroso y sediento de placer.  Así pasamos algunos minutos, mamando nuestros anos, besándonos, chupandonos entre los tres, hasta que mi amigo se volvió a poner en 4 y me pidió que lo penetrara. 
Yo se la hundí de un solo golpe y ante su gemir, nuestro acompañante se preparó y me penetró suave, deliciosamente, como adivinando lo que mi culo ardiente deseaba.  Así empezó el movimiento y mi placer absoluto, yo me movía hacia adelante y hacia atrás, dando en un culo delicioso, apretado y tibio, oyendo los gemidos de mi amigo con cada arremetida y al echar hacia atrás, me comía esa deliciosa verga que me llenaba de placer.

El éxtasis estaba cerca, sudábamos, gemíamos, mi amigo se masturbaba mientras yo lo penetraba y yo estaba a punto de correrme de tanto placer, mi amigo gritó, gimió y empezó a regarse lo que motivó que yo me regara copiosamente y al sentir mi ano abriendo y cerrando, prensando ese pene que me abría y quemaba por dentro, nuestro extraño empezó a gruñir mientras descargaba la cantidad de leche más grande que haya sentido dentro de mi cuerpo.  Exhaustos descansamos, nos besamos y acariciamos suavemente y nos fuimos a duchar los 3.

Relato cedido gentilmente por Armando

domingo, 22 de mayo de 2016

GRAN CAPITULO FINAL. Malas Influencias.


La vida está llena de fracasos y aciertos.



2 padrinos de lujo para el bautizo de mi hija. Humberto y Abel y como madrinas, mi mamá y Yesenia, si, ella, ha sido una bendición encontrarla, ama a Rebeca y es incondicional.

Caín no pudo venir pero prometió estar en el cumpleaños de mi hija. Fue un bautizo sencillo y con los más íntimos, incluido Ernesto.



Jack era el mejor segundo padre que pude encontrar para mi hija y el mejor novio. Luego de 6 meses de terapia llegó el momento de darme de alta, mi psiquiatra hizo un buen trabajo, fue duro pero valió la pena.



El primer año de Rebeca lo celebró rodeada de mis grandes afectos; mi madre, Humberto y los gemelos, Ernesto y mi cura preferido Carlos, que no bautizo a mi hija pero quiso acompañarnos. Jack había organizado todo lo del cumpleaños. Rebeca estaba feliz y, como ya caminaba era un peligro andante por toda la casa pero lo pasó bien con sus amiguitos del edificio que eran 4.



Jack se dedicó a hablar lejos de mi, con cada uno de los invitados, algo se traía entre manos, con cada uno que habló les entregó un sobre, traté de averiguar pero nadie me dijo nada, ni siquiera Abel.



Cuando me tuve que ir a Valencia por una semana para mis asesorías, Yesenia se quedó con Rebeca pues Jack trabajaba todo el día. Regresé el sábado temprano en la mañana, abro la puerta y me consigo unas maletas en la entrada del apartamento. Sobre una de las maletas había un sobre que decía “Ábrelo”. Por supuesto lo abrí.



“Hola mi amor, bienvenido a casa. Estas maletas que ves junto a la puerta son nuestras pertenencias pues nos espera Los Roques y los invitados. En un rato salimos para allá porque nos casamos. Te amo”



Levanto la mirada y veo a Jack con mi hija en brazos. Se me hizo un nudo en la garganta, besé a mi hija y luego a Jack.

–¿Aceptas?

–Acepto mi amor. -Nos fuimos al aeropuerto.

Al llegar, todavía faltaba ir a un cayo, Cayo Pirata.

–Ya vamos a llegar tranquilo



Llegamos al cayo lo lejos veía un altar, mucha tela blanca volando al viento, flores blancas y sillas. Era de suponer que todos irían de blanco pero no, estaban en traje de baño.

Humberto, los gemelos, Ernesto, mi madre y su esposo, mis compañeros del porno y un invitado de honor, Tomás que le concedieron un permiso especial para estar en mi boda. Estaba con mejor semblante, aunque más tranquilo y pausado ya se parecía al Tomás que estudió conmigo.



El cura. No podía ser otro que Carlos. Mi madre me llevó al altar.



“Hoy, por primera vez desde que soy cura, voy a oficiar mi primera boda gay, aunque simbólica, frente a los ojos de Dios sellaremos esta unión de estos dos hombres que han pasado por millones de pruebas y experiencias, buenas y malas pero hoy aquí comenzará una nueva vida para ellos, ya viven juntos pero después de esta ceremonia estarán bendecidos por Dios. Comencemos”.



Luego del puede besar al novio, nos pusimos el traje de baño y todos entramos al agua hasta Rebeca. Los mesoneros hicieron el llamado a los invitados para disfrutar de la comida que por supuesto eran frutos del mar pero el plato principal era langosta, mucha langosta.



Jack y yo nos quedamos solos en el agua mientras la gente se sentaba a comer.



–Hola esposo. ¿te gustó la sorpresa?

–Hola esposo. Me encantó. Gracias por toda esta belleza de ceremonia. Nunca imaginé que estaría casándome con alguien, bueno, no me imaginaba con novio nunca y mírame, llegaste a mi vida y me la volteaste.

–Pero para bien.

­–Quería preguntarte algo amor, no sé si es el momento, pero quiero aprovechar la tranquilidad del mar y que estamos solos. ¿No te pesa toda esa gente que has despachado durante toda tu vida?

–Pesó, pero ya no, al comienzo vivía con pesadillas, pero cada vez que veía el dinero que me pagaban por eso, sopesaba todo, lo bueno que puedo sacar de eso es que era gente mala, aunque para la que trabajaba también. Yo también fui a terapia. Pero eso forma parte de mi pasado, ahora mi presente y futuro eres tú y Rebeca.

–Soy el hombre más feliz del mundo, tengo una familia, unos buenos amigos y buen trabajo. Tu pasado nunca me molestó, yo tampoco soy un santo, hice desastres, así que dejemos los prejuicios a un lado y vivamos. -Nos besamos.



–Tenemos nuestro plato asegurado y estamos apartados de los invitados y aquí no hay nadie, ¿quieres hacer el amor aquí como en los viejos tiempos?

Nos quitamos el traje de baño y lo lanzamos a la orilla, me abracé a Jack por el cuello y crucé mis piernas por su espalda, agarró su guebo y buscó mi culo, poco a poco fue metiéndolo. Cuando ya me tenía penetrado, llegó a la orilla uno de los mesoneros que se quedó ahí parado hasta que volteé.



–Disculpen señores, su comida está servida.

–Te puedes retirar, mi esposo y yo estamos en un momento íntimo si no te has dado cuenta. -Le dijo Jack, el mesonero se encogió de hombros y se dio media vuelta.



–Gente impertinente. –Jack me dio un beso y nos hundimos en el agua. Salimos a la superficie y me sacó del agua, aún cargado y penetrado, nos acostamos en la arena, comenzó a moverse y acabó dentro de mi.



Nos reímos y volvimos al agua a quitarnos la arena y ponernos los trajes de baño. –Ahora sí, a comer.





Los años pasaron, nuestro matrimonio estaba mejor que nunca, Tomás comenzó a trabajar conmigo en las asesorías y también dando clases, su salud había mejorado notablemente y estaba saliendo con alguien también seropositivo. Caín se radicó en Estados Unidos en un buen trabajo, Humberto se quedaba 6 meses con él y 6 meses con Abel, que también trabajaba pero en Venezuela.



La gente me reconocía todavía por las dos películas que había hecho, Ernesto llevaba 4, haría 2 más y se retiraba de la industria del porno nacional y probar suerte en Europa, además tiene una página web donde vende artículos sexuales y da recomendaciones de sitios, tips sexuales y demás cosas que se le ocurriera.  Mi sociedad con Juan Carlos y la revista va muy bien, ya sacamos otra revista y estamos en las redes y tenemos ambas revistas en digital. Manejamos personal dando empleo a varias personas.



Y así pasaron los años…



Hoy a mis 55 años puedo decir que no me arrepiento de lo que he hecho en esta vida, disfruté, lloré, me arreché y hasta sentí miedo pero valió la pena pues conocí al hombre más maravilloso que pude tener. Hoy no está conmigo, hace 5 años me dejó, No se fue con otro ni estaba enfermo. Su pasado volvió y me lo arrebató, así como vivió, murió. Lo encontraron y en una emboscada de sus antiguos jefes, lo asesinaron. Murió a los 54 años. Las mafias no perdonan  así pasen los años.



Abel vive ahora conmigo, no somos novios pero tenemos sexo cuando se nos antoja, compartimos paseos, películas, cenas y hasta hombres, aunque ya no me llena como antes, desde que se fue Jack no quiero saber de hombres.

Tomás, Juan Carlos y yo montamos desde hace unos años una empresa que maneja todos nuestros negocios, las asesorías, las  clases particulares  de inglés y química, las revistas, las  redes sociales, ventas online de productos de belleza hecho por nosotros.

Caín se casó con un gringo, ahora viven en San Francisco, tienen un bebé. De vez en cuando vienen a Caracas.



Rebeca, mi hermosa Rebeca me ayudó por años en mi empresa desde jovencita, sin descuidar sus estudios, desde hace un año vive en Nueva York, quiere ser diseñadora de modas y en eso se está enfocando, desde aquí la ayudo. Yesenia vive con ella.

A Rebeca fue la que más le dolió la partida de Jack, la conexión que tenían era muy fuerte, nunca supo el verdadero motivo de su muerte ni que alguna vez fue sicario. Quiero que su recuerdo no lo empañe nada.



Mi madre murió hace 3 años de cáncer de hígado, fue fulminante, no aguantó para el trasplante que se retrasó. Humberto también murió a causa de sus problemas cardíacos.

 Yo, bueno, gracias a Dios sólo me ataca la tensión de resto estoy bien y voy al gimnasio cuando el trabajo me deja.



Una vida como una montaña rusa, sexo, el que quise, sustos que nunca pensé tener, situaciones inverosímiles, muertes que aún arrastro y un eterno amor que no olvidaré jamás, 17 años de pura felicidad con Jacobo pero hasta el día que murió le dije y le sigo diciendo Jack cada vez que me acuesto en mi cama y veo su enorme fotografía en mi cuarto.



Anoche fue muy especial, me acosté tarde resolviendo unos asuntos de la página web, cuando cierro la laptop, el cuarto sólo se iluminaba con la lámpara del escritorio. En el televisor se reflejaba la foto de Jack y me le quedé viendo por un rato. Una brisa fría entró en el cuarto, giré la cabeza a mi derecha y ahí estaban Jack, su madre, David, Humberto y mi mamá. Sonreían. No se despedían de mi, sólo me daban las buenas noches. De mi ojo derecho salía una lágrima que recorrió mi mejilla y se quedó en el mentón, la limpié con el dorso de mi mano.



Sabía que esa noche no aparecerían mis pesadillas recurrentes, las personas que amaba estaban ahí conmigo transmitiéndome sus buenas influencias.

sábado, 21 de mayo de 2016

MALAS INFLUENCIAS. Penúltimo capítulo.


El Karma.



–Fue culpa mía lo que le pasó a papá. –Habló Caín entre llantos con su cabeza apoyada en sus manos.

–No digas eso, estábamos borrachos, y bueno cometimos el error de tener sexo los 4 y tu papá ya había sufrido un infarto, no te culpes.

–Caín llevó a un amigo que consume y vende droga. Nosotros nos metimos una raya de coca y el carajo le ofreció a mi papá y como estaba con un amigo le dijo para recordar viejos tiempos. –Comentó Abel que estaba serio.

–¿Ustedes y Humberto estaban drogados? Ya me parecía que por más borrachos que estuvieran no podían haber tirado así sin problema, Dios. Carajitos ¿qué coño hicieron?. “Y que hice yo, que tiré con los 3 y estoy con Jack y prometí comportarme”. Ahí viene el doctor, que nos explique que pasó.



–Hola muchachos, su padre sufrió una hipotermia a causa de la mezcla de droga y alcohol, cayó inconsciente y su corazón comenzó a bombear muy despacio y debido a eso sucedió lo que ya saben.

–¿Pero va estar bien? ¿Se va a recuperar?

–Está estable pero delicado, no se va a morir, tuvo suerte que no pasó  mucho tiempo entre que lo que le pasó y la llamada al 911, unas horas más y hubiese sido fatal. Está de más decirle que su padre no puede beber alcohol, ni fumar y ni mucho menos consumir drogas.



Abel y Caín comenzaron a llorar. –¿Podemos verlo?

–No, Mañana, ahora está en terapia intensiva, como evolucione hoy, mañana lo pasamos a una habitación.



Dejé a los gemelos en su casa con la promesa de buscarlos más tarde para que vieran a Rebeca, tenía que llegar a casa para relevar a Jack que se quedó con mi hija desde anoche y sólo he hablado con el por mensaje y teléfono.



Me detuve en una estación de servicio para echar gasolina y que le revisaran el aceite al carro. De repente se me pega de la ventana un pordiosero pidiendo plata, saco unas monedas y bajo la ventana para dárselas.

–Mi pana, no tienes más fuerza, tengo hambre y necesito piedra, anda dame 100 bolos.

–No tengo viejo.

–Te mamo el guebo, pero dame más plata porfa, te lo mamo. –Lo vi a los ojos.

–Móntate en el carro. –Se montó y salí de la bomba para estacionarme.

–¿Te lo mamo aquí? ¿Ah? ¿Si? Dame los 100 bolos y te lo mamo dale.

Me saqué el guebo y comencé a llorar. –Tomás detente por favor, no sigas.

Tomás se detuvo, se levantó y me vio a los ojos y se puso a llorar también y me abrazó. Estaba demacrado, muy flaco, con la barba larga y la piel bronceada, cargaba una pestilencia espantosa pero no me importó que me abrazara.

–AYUDAMEEE POR FAVOR, AYUDAME FRANÇOIS, SÁCAME DE AQUÍ, CÓMPRAME PIEDRA TENGO HAMBRE QUIERO PIEDRA, AYUDAME.



Recliné el asiento y lo recosté, se quedó dormido. No podía manejar, ver a mi amigo en esas condiciones me derrumbó, se me agolpaban en la mente lo que habíamos hecho en la madrugada los gemelos, Humberto y yo, todo el sexo que había tenido, las muertes que tenía a mis espaldas, el engaño a Jack y ahora esto, en parte por mi culpa de dejarlo solo.



Antes de llegar al apartamento, le avisé a Yesenia que viniera y le dije a Jack que traía a Tomás, que me preparara la ducha para bañarlo.

Jack me recibió y quedó sorprendido de ver a Tomás en esas condiciones. Cuando lo desnudamos le vimos cicatrices en todo el cuerpo, en los brazos pinchazos, se le marcaban los huesos de las caderas y las clavículas.

Lo sentamos en una silla de metal y lo bañamos sentado, casi no se podía sostener. La ropa se la botamos y le di un pantalón y una franela junto con ropa interior y zapatos.

Jack se encargó de vestirlo, yo fui a darle de comer a Rebeca para acostarla. Jack acostó a Tomás luego de comer algo, le dio unas pastillas para dormir y le quitara la ansiedad por droga.



–Tengo amigos que pueden trasladarlo a Cuba y lo desintoxiquen y lo ayuden con lo del VIH, yo lo veo muy mal. -Me dijo Jack que me miraba con cara de saber algo más. –Quiero que me expliques lo de Humberto y porque ayer no respondiste mis llamadas ni mensajes.



Le expliqué lo que le había pasado a Humberto y luego el porqué le pasó. Jack me miraba y apretaba los puños, una vena de la sien le latía, estaba brotada.

–Discúlpame Jack, estaba borracho y los gemelos peor que yo y se pusieron fáciles y bueno…pasó, sé que no tengo justificación pero pasó y me siento mal, muy mal.



Jack no abrió la boca, sólo me miraba, se dio la vuelta y se fue a la cocina, escuche varios golpes en la pared, luego lo escuche buscando algo como un vaso, buscó hielo y se sirvió algo, salió de la cocina con una botella de whisky en la mano y el vaso lleno, me volvió a ver y se bebió todo lo del vaso.



–Mañana vamos a resolver lo de tu amigo y luego vamos a resolver lo tuyo. Necesitas ayuda François, lo tuyo es enfermizo, patológico, tienes que salir de ese espiral de sexo. Si vas a estar conmigo y yo contigo  debemos respetarnos. Una cosa es que en algún momento te tires a alguien así de repente, pero otra cosa es que lo hagas a diario con cualquiera y donde sea. Basta François, basta.



Luego de escucharlo acepte que necesitaba ayuda e iba hacer lo que tenía que hacer. Le dije que necesitaba de su apoyo.

–Y lo tienes, lo sabes, estoy aquí contigo, quiero que salgas de eso y seamos felices y plenos.

Nos abrazamos y yo no puede contener el llanto, nos quedamos abrazados un buen rato hasta que mi niña Rebeca demandó nuestra presencia. Fui a buscar a los gemelos y pasamos la tarde/noche juntos.



Al día siguiente muy temprano, Jack ya estaba despierto llamando a sus contactos, movió a un gentío para que mañana Tomás viajara con sus padres a Cuba.



Una semana después Humberto salía de la clínica, Tomás estaba en los peores días del tratamiento pero estaba en Cuba bien atendido, sus padres estaban de vuelta, sólo pudieron quedar 24 horas con él.



Yo tenía mi segunda cita con mi psiquiatra, Jack me acompañaba pero entraba yo solo.

Me perdí el lanzamiento de mi nueva película porno, era parte de mi tratamiento, cortar con todo vínculo sexual, incluso con Jack.

Una semana después Caín regresaba a Estados Unidos y Abel de nuevo solo con su padre pero estudiando también.



Semanas duras para todos, pero me reconfortaba que a mi lado seguía Jack a pesar de todo.

viernes, 20 de mayo de 2016

MALAS INFLUENCIAS. Temporada Final. Y volví a caer.


 Esto me lo contaron luego pues no estuve presente.

Jack estaba en la entrada de la Universidad apoyado en su inmensa moto, estaba con un jean negro y una franela blanca ajustada que se le marcaban sus ya grandes pectorales, sus ojos, tras unos lentes oscuros. Tanto mujeres como hombres que entraban y salían de la Universidad se le quedaban viendo. Esperaba a alguien.



Salía Abel, estaba entregando varios documentos para su inscripción, pasó frente a Jack.

–Hola Abel, ¿cómo estas?

Abel se detiene. –¿Perdón, te conozco?

–No formalmente, mucho gusto, soy Jack, el famoso Jack, el novio de François.

–Ah así que tú eres Jack, disculpa aquí el novio de François soy yo hasta que él diga lo contrario.

–Móntate en la moto y te lo explico.

–No chamo, tranquilo, no me voy a ir contigo

Jack lo agarró por la cintura y lo alzó para montarlo en la moto. –Agárrate bien porque voy a ir rápido. –Abel se aferró a a Jack y apretó las piernas contra la moto.



Llegaron a un café en La Castellana para poder conversar con calma.



–Mira chamito, yo no te tengo rabia, ni quiero ser tu enemigo y tampoco quiero que me tengas arrechera, pero François no es para ti, no está enamorado de ti, es más yo no sé que hace empatado contigo y con esto no quiero decir que seas una mala persona o que no le convienes, sencillamente no te ama, te quiere, eso sí, te adora y haría lo que sea por ustedes dos y por tu papá.

–¿O sea que François está terminando conmigo a través de ti? ¿Por qué no viene él y me da la cara?

–Porque él no sabe que yo estoy aquí, si se entera me mata. Vine porque quería ser franco contigo, François y yo estamos enamorados y prácticamente estamos viviendo juntos.

–Ah fíjate eso no me lo ha dicho, que bolas tiene.

–Te lo va a decir hoy pero yo me quise adelantar Abel, yo no quiero que le tengas arrechera y a mi menos, si yo los he protegido y todo, no quiero herirlos y hacerles daño, quiero ser tu amigo, tu aliado.

–Yo sé que François no me ama, pero yo quería estar con él, ser su novio y ver si así él se enamoraba de mi y te olvidaba, pero no te olvida desde hace meses y menos cuando te secuestraron, he vivido bajo tu sombra, en parte mi culpa por alentar esta relación que no iba a ningún lado. Además fue empatarme con él y se me dispararon los celos, en cada tipo que veía en la calle para mi era un potencial tire y eso me ponía mal y la verdad que el poco tiempo que estuvo conmigo no estuvo con más nadie.

–François es una persona difícil y necesita ayuda para su problema de adicción al sexo, quiero ayudarlo.

Abel se puso a llorar. –Yo lo amo Jack, lo amo mucho más de lo que él se imagina, pero no puedo retenerlo a mi lado si él no quiere. –Jack lo abrazó. –Te entiendo Abel pero a François no lo vas a perder, él va a estar para ti cuando quieras.

–No te lo lleves lejos por fa. –Decía Abel aún con lágrimas en los ojos.

–Eso no va a suceder, además tú eres tío de Rebeca.

Le sacó una sonrisa a Abel. Se tomaron otro café y lo llevó a su casa.







6 meses han pasado y más feliz no había podido estar. Jack -así lo conocí y así le sigo diciendo- se mudó desde hace unos meses y de momento ha sido una luna de miel y un derroche de fidelidad de mi parte que jamás, jamás hubiese yo pensado. Rebeca estaba enorme y muy mala conducta, gateaba, gritaba y quería agarrar todo. Yesenia ha sido de gran ayuda, siguió conmigo, es una  muchacha trabajadora y ama a Rebeca. Jack le compra de todo y no sé como hace pero siempre trae leche de fórmula y pañales por bultos.

En el trabajo me iba estupendo, seguía con mis clases de inglés y química y mis asesorías en Valencia  semanales. Y ya tenía en la calle 2 películas porno, iba por la tercera, si me dejaban, claro. Jack invirtiendo su dinero y trabajando en la empresa, ya tenía más de 6 meses ahí.



Los gemelos estaban a punto de cumplir su mayoría de edad así que les organicé un fiestón en su casa. Caín ya tenía casi 3 meses fuera del país pero lo hice venir para celebrar su cumpleaños con su hermano. Humberto me agradeció el haber convencido a Caín de venir, lo fui a buscar al aeropuerto pues Humberto no podía.



–Lo vamos a hacer en el salón de fiestas del edificio, hay Dj, strippers, karaoke, juegos, y Pole dance de hombres.

–Coño marico, te botaste. ¿Y cómo te va con Jack? ¿Sigues monoguevo?

–Ja,ja,ja si, sigo monoguevo ¿y tú?

–Me he tirado a media Harvard, aunque el estudio es rudo allá busco tiempo para tirar.

–Vaya, saliste a mi en mis tiempos de juventud.

–Si pero espero no ponerme como tú de aburrido ahora. Mira que me dejaste con las ganas aquella vez cuando te empataste con mi hermano y no quisiste tirar conmigo.

–Estaba en otro peo.

–¿Mañana te vas a dejar coger? Es mi cumpleaños.

–Ya veremos.

–No joda te dije eso y se te paró el guebo, uf.





Llegó el día de la fiesta, 40 personas invitadas, de mis amigos estaba Ernesto, Carlos el cura y dos de mis compañeros de película. Yo estaba feliz de verme compartiendo con Jack y mis amigos, todos juntos.



En un momento del rumbón mientras estaban los del Pole dance, me quedé hablando con Ernesto mientras que Jack, extrañamente se fue a un rincón a hablar con Carlos y ahí estuvieron un buen rato.



Luego de un rato de beber, compartir con los gemelos, ayudarlos en sus competencias que les armé con sus amigos, nos instalamos  a ver a los Strippers. Jack me dijo que se iba a ir con Carlos para hablar de negocios, me sonó como raro. –Tranquilo mi amor, yo luego te explico todo ¿ok? No te imagines lo que no es.



Se fue Jack y me uní al grupo. Los gemelos, Humberto y yo nos habíamos bebido hasta los tragos de los demás a las 2 de la mañana se había ido el último, Ernesto, que se fue en taxi.



Subimos los 4 al apartamento luego de recoger un poco para mañana terminar de limpiar con la conserje, que le pagamos aparte para que nos ayudara.



–¿Qué les pareció el rumbón que les armó el sinvergüenza este, muchachos? –Humberto los abrazó y les dio un beso en la cabeza a ambos.

–Quedó arrechísimo todo, de verdad. –Dijo Caín y Abel lo secundó.

–Pero François me debe algo todavía, le dije que quería sexo, que me lo quería coger.

Me reí. –Regalo es regalo, tendré que dártelo ¿no?

–¿Y si tiramos los 4? Y así todo queda en familia, porque somos una familia. –Dijo Abel.

–Ustedes se están volviendo locos, soy su padre. Humberto hablaba pero la borrachera podía más que él. Abel y Caín comenzaron a besarse y eso me voló los tapones y besé a Humberto que se tambaleó y caímos en su cama. Le quité el pantalón y comencé a mamarle el guevo, él mientras se desabotonó la camisa, al verle el pecho peludo me excité más, mi celular sonaba, era Jack.

Me fui hacia delante poniéndome sobre Humberto y lo besé, Caín se acercó para chuparme el culo y Abel, sin que su padre se diera cuenta, comenzó a mamarle el guevo.

Me bajé de encima de Humberto y me quedé en 4 esperando a que Caín me cogiera. Abel se sentó sobre el guevo de Humberto y se lo metió. –Me estoy cogiendo a mi hijo, me estoy cogiendo a mi hijo. –Repetía, lo callé besándolo mientras los hermanos se besaban entre ellos.

Nos cambiamos, ahora Humberto me cogía a mi y Caín a su hermano que le empezó a dar duro. –Se lo quiero meter a papá, ¿se va a dejar?

–Prueba. –Le dijo Abel que comenzó a besarme. Me bajé y agarré a Abel para cogérmelo.

­–Cógeme como cuando fuimos novios, dame rico.

Caín le levantó la s piernas a su papá pero no quiso así. –Métemelo en 4. Creo que mañana me voy a arrepentir de esto. Caín tenía el guebo duro, sus ganas de penetrar a su papá eran inmensas. Lo metió. Humberto apretó las sábanas aguantando



Abel y yo estábamos sentados, él sobre mi.

–Aprovecha que puedes cogerme, porque Jack es demasiado activo. –Agarré por los hombros a Abel y lo bajé para que se metiera toda mi verga, sus ojos se pusieron blancos al sentir que le llegaba a sus entrañas



Humberto se fue hacia un lado tumbando a Caín.–¡Ahora te voy a coger yo carajo!.

Caín nunca había sido penetrado y ahora su padre estaba a punto de hacerlo. Se colocó bastante lubricante y le echó en el culo. Con sus manos bañadas en gel lo agarró por los hombros para que no se moviera y empezó a empujar, empujar, empujar. Caín estaba tenso, apretando los ojos y agarrado del borde del colchón, me le acerqué a su boca y lo besé para que se relajara. Humberto terminó de meterlo hasta el fondo. Se echó para atrás hasta acostarse para que Caín quedar sentado sobre él y se moviera.

–Muévete carajito, aprende a cabalgar. –Caín comenzó a disfrutar de la cogida cuando se corrió sobre las sábanas, Abel se vino al mismo tiempo que él mientras seguía cogiéndomelo.

Humberto se levantó en la cama, me levantó a mi y nos pajeamos, bajo nosotros los gemelos esperaban la leche para recibirla en sus bocas. Cerraron los ojos y sus caras fueron cruzadas por tiras de semen que cayeron en sus ojos, boca, orejas y pelo.



Los gemelos se fueron a su cuarto. Yo me quedé a dormir con Humberto que no se movió más, quedó boca abajo.



Al día siguiente abro los ojos y busco mi celular, 3 llamadas perdidas de Jack, veo la hora 12:47 de la tarde, me volteo y veo a Humberto en  la misma posición. Lo muevo para que se despierte pero no logro que abra los ojos. Teníamos que limpiar el salón de fiestas. Voy al baño a orinar y busco agua, estaba sediento y con un dolor de cabeza terrible.



Regreso y vuelvo a mover a Humberto, lo siento frío, no se despierta, llamo al 911 y a los gemelos.

jueves, 19 de mayo de 2016

MALAS INFLUENCIAS. Temporada Final. Rebeca y Jack en casa.


Mi hija con apenas horas de nacida, la dejé en casa con Yesenia para encargarme del entierro de David. Fue un funeral muy emotivo. Sus compañeros de trabajo y parte del equipo de la Fundación para la cual trabajaba como voluntario estaban acompañándonos.
Conocí a Alejo, un activista por los derechos trans que perdió de manera trágica a la que fue su pareja, conocía a David, nos acompañaba, estaba con su novio, hubiese estado solo y creo que le saco fiesta, estaba buenísimo.



Me dio los teléfonos de la fundación por si quería ayudar de cualquier manera con ellos. Me ofrecí a hacerlo dentro de mis posibilidades.



Cuando todos se fueron del cementerio, me quedé un rato sentado donde hacía unos minutos bajaba la urna de David, la placa que identificaba el trozo de parcela decía “Daniela”.

La mamá de David estaba recluída en una residencia para la 3era edad, cuando murió su hijo, su salud se complicó, me ofrecí a pagar todo sus gastos y mantenerme en contacto, Yesenia me ayudaría con eso.

Por primera vez en semanas que Abel no me escribía a cada rato, lo llamé para decirle que iba a estar un rato en el cementerio y luego me iría a casa a estar con mi hija, luego lo pasaría buscando para que la conociera.



–Yo creo que ya has pasado mucho tiempo ahí sentado, tu hija te necesita. -Era Jack que como cosa rara aparecía de la nada.

–¿Dónde estabas? Te fuiste de la clínica y te volviste a desaparecer.

–Levántate -Me extendió la mano. –Tengo que contarte muchas cosas



Llegamos a mi casa. Él en su moto, yo en mi carro.



El secuestro había sido perpetrado por su misma gente. Por estar pendiente de mi, dejó a un lado su trabajo de sicario y tenía pendientes varias cuentas y otras fallidas. Lo torturaron, lo sometieron, lo tuvieron amarrado -se le notaba, estaba más delgado pero igual de bello-Cuando ya pasó el tiempo de penitencia, lo soltaron y siguió trabajando con ellos, cuando terminó lo que tenía pendiente, se escapó, fingió su muerte y ahora tiene otra identidad. Lleva apenas una semana trabajando en una  empresa como administrador, que es su profesión. No le hace falta porque tiene mucho dinero pero ahora tiene otra vida. Ahora se llama Enrique Salvatierra.



–¿Y cómo apareciste ahora? ¿Cómo sabías que Rebeca nacía ese día?

–No lo sabía, casualmente fui a buscarte a tu casa y la muchacha que trabaja contigo me abrió y me comentó que estabas de viaje y ahí estaba David y su mamá, yo le dije que era tu primo y que necesitaba buscar las llaves de mi moto, entré a tu cuarto con ella a buscarlas. Al conseguirlas me ofreció un café y en ese momento David rompió fuente y estaba sangrando, llamamos a la ambulancia y a su médico. Me quedé con ellos en la clínica para esperarte y ayudarlos en o que necesitaran, sabía que ibas a ir.



Yesenia venía con Rebeca en brazos que ya se había levantado. –Necesito hacer unas diligencias pero regreso más tarde.

–Vete tranquila que yo me encargo de ella.

–Su primo se portó de mil maravillas ayer, gracias por todo señor Enrique.

–De nada Yesenia, gracias a ti por cuidar a mi sobrinita.



–Jajaja me da risa lo de que soy tu primo.

–Es que en realidad eres mi primo François. –Jack me miró a los ojos y me dijo eso con tanta seriedad que me quedé impactado.

–Tú me estás jodiendo.

–Yo no puedo creer que no te acuerdes de mi, de tu primo Jacobo que fuimos a la playa, al circo, al parque de diversiones juntos, te defendí de unos carajitos que te querían joder. Tu tenías 10 años, yo 15.



Echando la película para atrás comencé a recordar. Jacobo es producto de una infidelidad del hermano de mi papá con una prostituta que era menor de edad, nunca lo reconoció pero nos lo presentó en la familia, sólo vimos una vez a su madre, y, haciendo memoria eso era lo que me dijo  la señora que se me apareció en la iglesia, que era puta desde los 16 años.

Jacobo y yo nos la llevábamos muy bien los 4 meses que compartimos juntos casi todos los días hasta que desapareció y nadie supo de él y su madre.



–Mi mamá ya no quería seguir con esa vida, estaba cansada pero no sabía hacer más nada así que mientras dejaba la prostitución se dedicaba a limpiar casas y planchar, pero yo no quería seguir  pasando hambre y cuando cumplí 16 años me fui de casa y me junté con lo peor de esta ciudad y me convertí en sicario desde ese momento, comencé a ganar dinero fácil matando gente y así saqué a mi mamá de tanto sufrimiento por el dinero. Cuando mamá murió, me dediqué por completo a esto pero necesitaba hacer algo, así que terminé el bachillerato, cuando cumplí los 18 entré a escondidas e a la universidad, mis jefes no sabían, la carrera me costó 8 años terminarla pero lo logré y la pagué yo. Trabajé 3 años en lo que era mi carrera y en paralelo iba cobrando por cada muerto que me llevaba.



Yo escuchaba a Jack y sólo podía llorar, pero me quedaba otra duda. –¿Y cómo llegaste a mi de nuevo? ¿Conocías a Eduardo? el estudió conmigo en el colegio -Eduardo el que mató al matrimonio en aquella boda que fui con Ernesto-

 –Conocía a Eduardo, trabajábamos juntos. El día que lo mataron, minutos antes, habló conmigo y me habló de ti que te protegiera, que eras buen pana y que él te había hecho mucho daño cuando eran carajitos, cuando me dijo tu nombre supe que eras tú y sin decirle nuestro nexo no dudé en  decirle que sí te protegería. Era el momento de reencontrarme contigo  y decirte frente a frente que desde que te conocí  cuando tenías 10 años me enamoré de ti.

Debo reconocer que los primeros momentos a tu lado hice las cosas mal, matando a esa tipa, pero quería demostrarte que haría cualquier cosa por ti, y bueno, te saqué de varios problemas en lo que te metiste, pero lo hacía con gusto.



Yo estaba impactado con aquella historia. Era increíble que nos conocimos de niños y todo este tiempo no supe nada.

A pesar que amo a Jack, desde que apareció en mi vida han ocurrido puras desgracias, así que no sé si el pavoso es él o yo.

–Vamos a cambiar a Rebequita, que creo que se hizo.

–Déjame hacerlo a mi.

–¿Sabes poner pañales?

–He hecho de todo en esta vida, ve a prepararle el tetero mientras la cambio. –Cuando regresé, Jack tenía en brazos a mi hija y le cantaba, la escena me conmovió, le pasé el tetero y se  lo dio él también.



Terminó de darle el tetero y la acostó en la cuna.

–Todo este tiempo que no te he visto no he tenido sexo, solo me he masturbado, yo sé que tú si has tirado como loco y ahora quiero recuperar el tiempo perdido. –Me dio un beso en la boca mientras su mano apretaba mis nalgas, me aparté de él.

–Ya va, ya va Jack, las cosas no son tan fáciles ahora.

–¿Por qué, qué pasa?

–Tengo pareja desde hace 2 meses, Abel, uno de los gemelos.

Jack comenzó a reírse. –Tú me estás jodiendo, ¿estás empatado con ese carajito? ¿Te volviste loco? Tú no estás enamorado de él.

–No, pero estoy con él.



Jack me cargó y me llevó hasta mi cama y me lanzó ahí, se colocó frente a mi y comenzó a desnudarse.

–El único macho que te va a coger soy yo, más nadie, ahora será todo distinto François, regresé porque quiero ser tu esposo, el papá de tu chama, el que duerme contigo todas las noches.

De nuevo veía ese cuerpo perfecto rematado con un guebo perfecto. Se me acercó y me quitó el pantalón y el interior.

–Ponte boca abajo. –Se agachó, me abrió las nalgas y un beso negro como nunca me lo habían hecho, su lengua entraba en mi culo, la ponía dura y me cogía con ella, me haló al borde de la cama, volvió a abrirme las nalgas para ahora penetrarme. Iba suavemente entrando en mi hasta que lo metió todo y comenzó a moverse, lo sacaba y lo metía cada vez con más fuerza. Lo sacó, me volteó y me volvió a alzar para penetrarme colgado en él y así estuvo un buen rato  para luego acostarse en la cama conmigo en su cuello y seguir ahora frente a frente.

Me besó mientras me cogía, un ruido nos sacó de nuestra concentración. Era el llanto de mi hija.

–ahora esto va a ser nuestro día a día mi amor. –Me dijo Jack, se puso el interior. –Yo la busco, ponte un bóxer.

Llegó con la niña y la acostó entre los dos en la cama, Rebeca se quedó dormidita de nuevo, la peiné con mis dedos, Jack me levantó la cara y me dio un beso en la boca.

–Esto era con lo que yo soñaba contigo desde hace mucho tiempo, estar así como una familia, juntos los 3 en la cama. –Me dijo. Yo simplemente me le acerqué y le di otro beso y le dije algo que jamás pensé decir: –Te amo Jack.