jueves, 31 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS. La película porno.


Mientras Ernesto grababa una escena con dos tipos – al pobre se lo volvían a coger– yo estaba con otros compañeros esperando nuestro turno.


–Mira pa’ dentro de dos semanas va a haber una reunión, es una mega orgía, es en una casa que alquilan y serán como 60 personas, máximo 80, ¿Te interesa?

Mira a quien le fue a preguntar si me interesa. Claro que me interesa, le dije que sí y me mandó el correo con toda la información del tema. Eran 80.000 Bs la entrada. Tiene una hora específica de entrada y una vez adentro no se puede salir a menos que sea emergencia. Obligatorio el uso del condón y cero drogas –mmmmmm- Habrá alcohol y comida.



Ernesto estaba con dos tipos que no habían estado en la grabación anterior. Eran dos carajos musculosos y velludos casi irreales. Uno se lo estaba cogiendo y el otro le metía el guebo en la boca. Detenían la grabación a cada rato para acomodar los ángulos y posiciones de los actores.



–¡CORTEN! –Se escuchó. –Sigue cogiéndotelo para que se mantengan activos, ya vamos a seguir. –Dijo el director. Yo me acerqué al set donde se cogían a mi amigo.

–¿Te puedo tomar unas fotos? No saldrá tu cara.

–Dale papá, no hay rollo, si quieres te cojo también mientras esperamos.

–Como quieras.

Me acerqué al culo de Ernesto y le tomé la foto con ese guebo metido, uf ¡qué morbo me dio!. Le envié la foto a los gemelos.



–<Yo quiero estar ahííííí> -Me puso Abel.

–<Que rico se ve ese culo abierto> -Me puso Caín.



Me puse a hablar con Ernesto así normal como si estuviéramos en casa.

–¿Qué tal?

–Bien, este carajo tira rico.

–Di lo contrario que te doy más duro. –Dijo Fran, el actor.

–Coño pero le voy a decir al director que me ponga a cogerme a alguien que ladilla.

–No te van a poner papá y te voy a decir porqué pero no te ofendas. Lo tienes pequeño, aquí buscan macanas, como la mía o la de tu amigo, así como la tienes los mandan de pasivos.

–Ah vale, gracias pues. ¿Viste? Aquella vez te lo dije, que lo tengo pequeño.

–Bueno, pequeño para una porno, pero tienes buen pipí

Pipí, de nuevo esa palabra, me recordó a Eduardo que en paz descanse.

–Lo tienes bien Ernesto, deja la angustia.

–¿Tú qué? ¿Te cojo?

–¿Pero no tienes que cogértelo a él para estar activo?.

–Cogerme a alguien, ponte que te doy –Se cambió el condón y me bañó el culo de lubricante.

–Chamo usted tiene EL GUEVO ¿oyó? En pantalla se debe ver enorme. –Me lo metió, me daba despacio para no venirse. Le dije a Ernesto que me tomara unas fotos.



–¿Sabes que Tomás no me habla?

–¿Y eso?

–Cuando hice el trío con él y su pareja, este ignoró a Tomás y me lo cogí. Se arrechó y me sacó en cara que me había tirado a su médico, que soy una puta y bueno, por ahí se fue.

–Y si te ve que estás haciendo una porno, ya no le quedará dudas. –Dijo Fran.

–Bueno Fran, la conversa es de dos, tú cógeme.

–No hablen aquí.



–Ya se le pasará François, tú le gustas y está arrecho es por eso, déjalo tranquilo y te llamará.

–Eso es peo de él, a veces se pone intenso y me ladilla.



–CHICOOOS, A SUS PUESTOS. ERNESTO Y FRAN AL SET. FRANSUÁ Y ROBERTO ATENTOS QUE YA VIENEN USTEDES.



Mientras Ernesto seguía en su “actuación” Roberto me explicaba lo de la orgía. Me dijo que tenía que decidir esta semana porque los cupos eran limitados. –No tengo que decidir, voy a ir. Al día siguiente haría la transferencia y listo. Luego le contaría a Ernesto a ver si se animaba.



–<Este soy yo, me están cogiendo>.

–<Marico no me mandes estas fotos que lo tengo parado ya>. –Caín

–<Ay que ricoooo, ¿de quién es ese guebo? Que me coja a mi. –Abel



–Vayan practicando en esta cama. Tú Fransuá te lo coges a la fuerza, así que lo tiras a la cama y le quitas el short. Vayan viendo como lo hacen y en el set cuadramos, ya vengo con ustedes. –Dijo el director.



–Déjame ir un momento al baño y nos ponemos. –Me dijo Roberto. Se fue al baño, al minuto se fue la luz, pasó un instante y lo que se escuchaba eran murmullos y mentadas de madre y de repente me agarran por detrás.

–Vamos a practicar así a oscuras. –No se veía nada, pero la persona que me agarró no era Roberto. Al voltearme, me da un beso en la boca. Sus manos se fueron a mi cara y supe que no era Roberto…era…era…Me soltó y se fue. El corazón me brincaba en el pecho, pasaron escasos minutos y regresó la luz. Miré para todos lados. Roberto no estaba por ningún lado, el cuerpo me temblaba. Apareció Roberto.



–¿Dónde estabas? –Venía agarrándose la cabeza

–Marico no sé, iba al baño, se fue la luz y luego no recuerdo nada.

–¿Tú no viniste para acá y me diste un beso?

–¿Beso? No mi pana yo no beso a ningún tipo a menos que sea mi novio.



El corazón se me iba a salir por la boca, me tomé un tilo que había en la cocina. Me tomé la otra mitad de la pastillita, el guebo no se me iba a parar. No practicamos nada, fuimos al set de una. Entramos a escena y bloqueé todo pensamiento ajeno a lo que hacía.



Agarré a Roberto por el brazo y lo tiré a la cama y me fui sobre él y así encima le quité el short, mientras le daba un golpe, se lo dí de verdad.

–SIGAN QUE VAN BIEN AGUANTA ROBERTO.

Lo volteé y ya se lo iba a meter.

–CORTEN, TRÁIGANLE EL CONDON. –Me lo puse y la escena volvía justo metiendo el guebo en el culo de Roberto. Me lo cogí con rabia, con arrechera, con dolor, realmente lo estaba violando. El director estaba excitado.

–COÑO SIGAN ASI, QUE BIEN ESTÁ QUEDANDO.

­–Eres un maldito, ¿qué coño quieres? ¿hasta donde vas a llegar? –Yo estaba cegado, ya no sabía que hacía pero el director dejó que fluyera. Luego de voltearlo nuevamente, retiré el guebo, me quité el condón y le acabé en la cara.

–CORTEN, PERFECTO, CARAJO FRANSUA, EXCELENTE. –Se acercaba a felicitarme pero lo esquivé y me fui a otro cuarto a drenar.

Roberto entró.

–Chamo, pero me echaste una cogida tirando a violación, te pasaste ¡y me diste un coñazo! Pero al parecer quedó buena la escena.

–Roberto, ¿me puedes dejar solo un momento? No estoy de humor.



Media hora después, hacíamos unas tomas extras y unas mamadas. Volvimos a salir tarde. Llegué a casa luego de dejar a Ernesto en la suya.



–<Hoy me descontrolaste el día, no sé por qué haces esas cosas>

–<Pensé que te había gustado, tuve que hacer malabares para llegar a ti. Discúlpame>

–<Jack, me tienes la vida volteada, pero no quiero dejar de verte, pero hoy, hoy me hiciste revivir lo de la playa que fue hermoso>.

–<Yo también quiero estar contigo pero todavía no puede ser>.

–<Ya me vas a dejar así en el limbo>.

–<Tengo trabajo, un beso, te quiero>



TE QUIERO, me dijo esa palabra y me desarmó, no supe que responder y fui yo quien lo dejó en el limbo.

miércoles, 30 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS 6. El inquilino.


El sábado al mediodía llamé a Ernesto a ver como había amanecido. Le dolía el culo y más cuando iba al baño así que decidió hacer una dieta líquida y mucha fibra. –La próxima vez quiero cogerme a alguien, así corten la escena 20 veces para repetir–. A pesar de eso le gustó la experiencia y en 6 días regresaríamos por más.
Le dije para desayunar juntos el domingo e intercambiar opiniones sobe la película porno.



Estaba en casa pues venía Guillermo para mudarse conmigo, le alquilé una habitación. Se estaba escapando de la casa de su madre (imagínense…) aprovechando que se había ido a la peluquería.



De nuevo un mensaje de Jack.

–<Que tengas un excelente fin de semana. Trata de no meterte en líos este fin, no voy a poder cuidarte. Asómate a la ventana para despedirme de ti>

Me acerco a la ventana de la sala y abajo estaba su enorme moto. Se montó en ella y se despidió de mi con la mano. Me angustié, saber que no iba a estar me creó una me asustó. Al rato le escribí.

–<¿Y que hay de los otros Jack? ¿no me pueden cuidar uno de ellos?>

–<No tengo clones regados por Caracas François>.

–<Quiero verte>

Unos minutos después recibo una imagen. Jack vestido de negro con chaqueta y casco. –<Este puede ser cualquier persona>–

–<Soy yo, confía en mi>

–<Quiero ver tu cara, quiero saber quien eres>

–<Ya disfrutaste mi cuerpo, te permití tocarlo, invadirlo, no lo hago con todo el mundo y contigo lo hice, ya sabes como soy>

–<Entonces si eras tú, ya sabes lo que quiero>

–<Pronto me conocerás François. te tengo que dejar, tengo trabajo>.

–<¿Vas a despachar a alguien?>

–<Tengo trabajo, cuídate>.



Siempre lo mismo...con Jack todo es un misterio, un sí pero no. Pero me tiene ahí, pensando en él. A veces pienso que lo hace a propósito.



Llamé a Tomás y no me atendió el celular. Le envié un mensaje.

–<Hola, ¿cómo estás? ¿Todo bien? te llamé y no me atendiste>.

Al rato recibo un mensaje.

–<Es que no quiero hablar contigo. Por favor no me escribas más>

–<No seas tonto, quiero saber de ti, me preocupo por ti. Cuando vayas al médico avísame que te dice>.

–<Voy a cambiar de médico, pero no te diré, no vaya a ser que te lo tires también>

–<De verdad Tomás cuando te quieres poner infantil lo logras, chao>.



Ya en la tarde me escribió Guillermo que ya venía a casa. Ya me estaba arrepintiendo de haberle dicho que se viniera, pero en fin, también era una compañía y me servía de desahogo sexual.

Llegó con 3 maletas y un bolso, estaba como agitado y nervioso. me dijo que su mamá lo llamó para saber donde estaba y le dijo que estaba en una diligencia. Lo calmé y lo ayudé a subir las maletas.

–Tu mamá no sabe donde vivo yo así que tranquilo. -Le dije. No me respondió pero su cara me lo dijo todo. –Ya eres mayorcito papá así deja el miedo, ya saliste del nido y ahora a vivir. -Lo ayudé a instalarse.



–Bueno termina de colocar las cosas en el closet y yo me voy a duchar para preparar la cena.

Me metí en la ducha y puse el agua más caliente de lo normal, quería relajarme, tomé el jabón líquido y me eché en el guebo para masturbarme. Cuando empecé a darme me acordé que no podía hacerlo por lo de la porno y dejé todo ahí quieto, que se calmara. Pero en ese instante se abre la puerta de vidrio y entra Guillermo, desnudo.

­–Oí la ducha y no lo pude evitar. -Se agachó y comenzó a mamarlo

–Ya va, ya va, para, no puedo, no puedo.

–¿Cómo que no puedes? Mira como tienes esto de duro.

–Pero no puedo, hoy no.

–Si no quieres dímelo y ya, me salgo.

–No es eso, es que estoy haciendo una película porno y necesito estar una semana sin masturbarme.

–¡Ay por favor! ¿Qué película porno? no porque tengas el guebo del tamaño que lo tienes vas a hacer una porno, y tal, en Caracas.

–Coño si, ya deja de mamarlo, me vas a hacer acabar. -Se aferró a mis caderas y se pegó como un chivito. El agua le caía en la cara y seguía mamando, me halaba las bolas y también las chupaba. Se iba al glande y lo succionaba y luego le pasaba la lengua –Quiero meterme todo esto en mi cuquita. -Encima que no podía tener sexo, igual lo tuve, viene este gran carajo con sus frases eróticas tumbapalo. Le aparté la cabeza y le acabé en la cara.



–¿Por qué te viniste ya? que rica sabe tu leche.

Salimos del baño, le di una toalla, no le dirigí la palabra. Cuando nos vestimos para ir a cenar me volvió a hablar.

–¿Estás molesto? si es porque te mamé el guebo y no querías, disculpa, es que tenerte ahí en la ducha y no meterme era imposible.

–No hay vaina que me reviente más que me coja a un hombre y se comporte como jeva en la cama. Me estoy cogiendo un culo pelúo de hombre así que lo que quiero, son gemidos, gruñidos, un "dale duro coño" no "reviéntame la cuquita, soy tu hembra, soy tu perrita".

–Es que eso me excita.

–A mi no, me baja el guebo.

–¿Es verdad lo de la película porno?

–Si, es hecha aquí.



Preparé una ensalada de atún para los dos y saqué un par de cervezas.

–Esto lo hago hoy porque es el primer día, ya mañana te encargas tú de tu comida y de comprar lo que tú comes y vayas a usar.

–Gracias, tengo que terminar de meter las cosas en el closet pero creo que me va a caber todo, y está la peinadora que también puedo usar, ¿cierto?

–Si, claro.

–¿Puedo traer a gente a la casa?

–Si traes a tipos para tirar, uno a la vez y me avisas, lo que hagas dentro del cuarto me sabe a mierda, pero no lo quiero paseando por la casa. Si quieres hacer una reunión aquí, lo puedes hacer, avisándome con tiempo y con el compromiso de recoger todo y dejar todo limpio como estaba y nadie se queda a dormir, sólo el de turno.

–¿Cuánto me vas a cobrar?

–15 mil más un mes de adelanto y uno de depósito.

–Hecho.

–Ven acá, lee esto y fírmalo.



Leyó el documento de alquiler, estuvo de acuerdo y firmó.

–Por ningún lado dice que el casero me cogerá diariamente.

–Porque eso no va a suceder, te cogeré cuando me den ganas.

–¿Y ahorita tienes ganas?.



Le di un beso y lo cargué llevándolo al cuarto y lo tiré en la cama.

–Ábreme ese culo para reventártelo. -Levantó las piernas y se abrió las nalgas. Se me paró, busqué el condón y el lubricante.

–¿Aguantas que te lo meta de una?

–Aguanto, tú dale.



Le eché lubricante que jode, le metí los dedos y luego mi guebo, de una, sin preámbulo, sin beso ni mordiscos, sexo animal. Gritó y así como gritó me vio a los ojos como poseído, respirando fuerte al igual que mis embestidas. Bastó que se excitara más de lo que ya estaba para cagarla de nuevo.



–Párteme esa cuca, esa cuca es tuya. -Retiré el guebo, lo halé del brazo y lo saqué del cuarto sin decir palabra.

Detrás de la puerta se escuchaban las súplicas.

–Perdón, perdón, perdóname vale, se me escapó, vamos a empezar de cero.

Me dio una risa eso que me levanté de la cama y abrí la puerta.

–Vete a dormir Guillermo, mañana será otro día.

–Coño, ¿me vas a dejar así con estas ganas?.

–Las mías las mataste tú. -Le cerré la puerta en la cara.



Agarré la laptop para revisar mi email y tenía un correo de la productora porno. Eran fotos de la escena que grabamos. Los 6.

Con las mismas se las mandé a los gemelos. Pasaron 5 minutos y sonó mi celular. Era Caín.



–<<Marico, ¿Dónde fue esa orgía? tengo el celular en speaker para que oiga Abel>>

–<<Fransuáááá yo quiero ir coño, nunca me llevas>>

–<<Chicos, no es una orgía, bueno si es pero me refiero que es una película porno.

–<<¡¡¿¿QUÉÉÉÉÉ??!! ¿Dónde? ¿Ya la grabaste?. -Me preguntaba Abel.

–<<Estamos en eso, esa es una de las escenas, la hago con Ernesto.

–<<Ernesto y un gentío, ¡qué morbo!. -Hablaba Caín.

–<<Llévame, quiero ver a esos tipos tirando.

–<<No creo que pueda, ustedes son menores de edad. Bueno chicos, los dejos que estoy agotado, la semana que viene les cuento.





Guillermo tocó la puerta e insistió en entrar. –Te prometo que no quiero sexo, sólo dormir juntos. -Me dijo.

Le abrí la puerta. –Tú en tu lado y yo en el mío, cero abrazos, cero toques.

–Si.



Pasamos la noche. Sana paz.

martes, 29 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS 6. Nace una estrella. Bueno, dos.


Vi a Abel desnudo en la cama y lo menos que quería era tirar, estaba agotado, pero el chamo se acercó y me bajó el pantalón, se puso a mamar y se me olvidó el cansancio. Me quité la franela y lo levanté para darle un beso.


–Me acaban de coger muy duro y me duele el culo. Lo que quiero es cogerte.

–Eso es lo que quiero.

–Ponme el condón.

Me lo puso, se tomó su tiempo y ese tiempo viéndolo me resultó erótico. Recordé cuando tenía su edad y yo era bien ingenuo e inexperto, pero estos gemelos son candela. Lo terminó de poner y lo volvió a mamar. Buscó lubricante y se embadurnó el culo metiéndose los dedos. Él solito se puso en 4 y no quiso que se lo metiera, él lo haría, así que tomó el pene y lo fue dirigiendo hacia el objetivo y comenzó a meterlo, cuando sintió que había entrado, lo soltó y empezó a empujar hacia atrás.

Abel hizo todo el trabajo, se estaba cogiendo él mismo, yo me limité a estar parado ahí verlo como disfrutaba. Me entretuve viendo mi guebo entrar y salir, tenía tiempo que no observaba eso tan de cerca y en vivo.  Abel estaba gimiendo, movía la cabeza y sus caderas eran una batidora. Comencé a darle nalgadas y eso lo puso más cachondo, tanto así que despertó a la otra fiera en el otro cuarto y vino a ver que pasaba.



Se me acercó, me dio un beso en la boca y buscó un condón. Me quería coger, me lo susurró al oído. Comenzó a penetrarme y el culo me dolía pero aguanté, Abel me tenía excitado pero Caín aceleró mi corrida. Antes de hacerlo retiré mi guebo y me saqué el condón. Le acabé en la espalda. Me aparté y Caín siguió con su hermano mientras yo lo besaba.

–Te quiero seguir cogiendo.

–Me duele Caín.

–No importa, quiero tu culo.

–Te estás cogiendo a tu hermano, disfruta.

–Te quiero coger a ti coño. -Esta conversa era en susurro mientras Abel no paraba de gemir. Le volví a dar un beso a Caín y me fui al baño a ducharme.



Al día siguiente luego de las clases de inglés, recibo una llamada de las oficinas de la productora de películas porno. Me dijeron que quedé seleccionado y que pasara por la clínica Sofía en el paraíso para hacerme todos los exámenes médicos, me dio unas instrucciones –Muy importante, no tengas relaciones ni te masturbes en una semana– y que, 3 días después de realizado todo, me querían en el estudio.

Llamé a Ernesto para contarle y me dijo que también lo habían llamado, que ya me iba a llamar para decirme.



Cuadramos para ir juntos a la clínica el viernes de la siguiente semana. Teníamos que ir con el intestino limpio, pues nos harían un eco y revisión de la próstata, vías urinarias y todo. Un examen completo de nuestro cuerpo para garantizar que no tengamos ningún problema.



Yo me estaba mordiendo los codos por no poder tirar en esos días, pero tenía que aguantar, hasta cambié mi dieta para aumentar mi semen.



En la clínica habían varios hombres entre 20 y 45 años, yo me imaginaba que no todos serían para ir a la productora, pero si, la clínica trabaja con la productora casi exclusivamente y esa gente eran actores porno, pero entre extras, figurantes y otras personas que no son los principales pero igual así reciben el mismo trato médico.



Llego el día de ir al estudio, teníamos que estar a las 6 de la mañana ahí, la salida era incierta.

Primero se grabarían las escenas de sexo, luego los pre. La primera escena sería un Gang Bang, que es un tipo de orgía donde un hombre mantiene relaciones sexuales con 3 o más hombres, y ¿adivinen quien iba a ser el pasivo? No, yo no, Ernesto.

Eran 6 hombres, incluido yo en ese lote, los que se cogerían al pobre de Ernesto ja,ja, ja.



–Esto lo iba a hacer Gonzalo pero como ya todos saben lo que ocurrió pues se decidió colocar a un nuevo y nos fuimos por la opción de Ernesto que tiene el mismo porte de Gonzalo.

El orden va a ser el siguiente; Comienza François, luego Carlos, Antonio, Rodolfo, Yorman y terminas tú François. Ernesto tú serás el que recibe, si te cansas levanta el brazo y paramos, descansamos y seguimos. Si aguantas a los 6 de un tirón buenísimo, mentira, no grabamos seguido, paramos y descansamos.



Vas a estar parado aquí, François te besa y van entrando los otros, luego te tiras en la cama y comienza la acción.



–Verga por primera vez me va a coger un gentío a la vez.

–Gózatelo jejeje. –Le dije.



Estábamos parados frente a la cama y empecé a besarlo, me dijeron que le metiera la lengua, que se viera, un beso con morbo. Luego se tiró en la cama y vinieron a ponerle las piernas como tenía que tenerlas. Nos habían dado media pastilla de esas levanta guebo para mantener la erección así que las interrupciones no importaban.

Se lo empecé a meter y me decían que despacio que se viera como entraba –Luego le das duro si quieres– Seguí hasta que se lo metí todo, cuando estuve un rato, el director detiene la escena. –Ven, observa en pantalla– Me puso a ver la toma y eso me excitó. –Trata de llevarle la pierna más hacia él y tu saca el brazo de la toma para que se vea la penetración. Sigan donde quedaron y editamos. –Lo volví a meter y comenzaron a grabar, me detenía y la cámara se iba por debajo de mi, luego hacia un lado y tenía que volver a penetrar, hubo cambio, vino el otro hombre, yo esperé fuera del set mientras grababan.

–Si quieres te lo mamo para que no se te baje. –Me dijo uno de los de la escena.

–¿En serio?

–Si, todavía no me toca entrar, esto ayuda, además tienes un guebo hermoso.

Ahí se puso y sí, me lo puso duro de nuevo, nos pajeamos sin acabar. Cuando Ernesto iba por el tercer tipo, levantó la mano y hubo un descanso. Le pusieron hielo y una crema anestésica que luego le retiraron.



–¿Qué tal chicos?

–Bien, bien. –Dijo Ernesto.

–Que bueno, la verdad que lo has hecho bien, en cámara te ves perfecto y tus gestos naturales, me gusta.



–Marico, que rica esas tiradas pero el culo ya lo tenía adolorido, pero ahora no siento nada.

–Ja, ja, ja, te durmieron el culo ahora aguantarás más.

Regresamos al set y entraba yo a mamarle el culo lleno de semen que le había dejado el anterior, pero, ese se lo habían limpiado y le pondrían semen falso, que realizaban ahí con clara de huevo, azúcar en polvo y leche condensada, lo mezclaban, lo batían bien y listo. Unas salpicadas parecidas a lo que le echaron y venía yo a lamer esa delicia.



Y así siguieron los demás hasta que regresé para terminar conmigo y Ernesto sacando “semen” de su culo. Luego vendría un Bukkake que viene siendo cuando varios hombres le acaban encima a un solo tipo, en este caso a Ernesto –Creo que Ernesto a pesar de lo agotado que estaba disfrutó esas cogidas.

Comenzamos a masturbarnos todos, nos grababan en varias tomas pajeándonos, cuando alguien ya estaba a punto, se enfocaban en él 2 cámaras. Los chorros de semen no eran normales. Luego vino otro y otro y otro. No puedo explicar la cantidad de leche que tenía Ernesto encima, luego vine yo a acabarle en la cara. Quedó como una dona glaseada.



Terminamos. Cuando nos dimos cuenta eran las 8 de la noche, íbamos a grabar unas posiciones extras para la edición y luego irnos. Salimos de ahí a las 11 de la noche. Nos transfirieron en nuestras cuentas 15 mil bolívares por el día de grabación y las horas extras y faltaban 3 días más de grabación y el bono al salir la película a la venta, más las regalías



Habíamos firmado un contrato por 3 películas, si daban resultado se extendía el contrato por 3 películas más. Ernesto recibió un pago adicional por ser el pasivo y aguantar la pela.



Dejé a Ernesto en su casa y me fui a la mía. Estaba destruido y sólo pensar que tendría que estar 7 días más sin sexo no podía dormir.

Recibí un mensaje de Jack luego de 10 días sin saber de él.



–<Debes estar feliz, trabajando en lo que más te gusta>

–<Dicen que hay que trabajar en lo que a uno le gusta, me gusta dar clases y el sexo, ¿qué más puedo pedir?>

–<Dejar esa vida promiscua y sentar cabeza, formar una familia, un hogar>

–<¿Quién me escribe eso? ¿El Jack que me hizo el amor en la playa o el Jack indiferente, esquivo y distante?>

–<Te escribe un hombre que te quiere, te quiere bien, te quiere sano, te quiere protegido. El único Jack que has tenido entre tus brazos>



No sé porqué pero al leer eso se me salieron las lágrimas, pero seguían mis dudas acerca de Jack, ambiguo y confundidor. Respondí.

–<No me vaciles Jack, tú no, eres parte de mi vida y cada día me confundes más, me das más miedo, no sé si eres real o producto de mi imaginación, no sé si estás muerto.

–<Hoy sólo te puedo decir que siempre me tendrás ahí, no voy a dejarte>.

Fin de la conversa.

lunes, 28 de marzo de 2016

MALAS INFLUENCIAS 6. Una cena familiar. Una noche sexual.


Jack volvió a desaparecer pero sabía que estaba cerca. No me escribía, yo tampoco, estaba arrecho con él aunque siempre quería que apareciera de la nada y se acercara a mi.


Llegué a casa de Humberto a la hora fijada, tenía tiempo que no veía a los gemelos y se alegraron de verme y por supuesto me dijeron que hoy me quedara a dormir ahí.

Saludé a Henrique, fue un saludo frío, diplomático. Arlindo me vio y me abrazó y como siempre me despeinó con su mano. Humberto también se alegró de verme y me regañó por no haber venido a darle clases a los gemelos.



Nos sentamos en la mesa, a mi lado se sentó Abel y al frente de él su hermano Caín, le seguía Henrique al extremo de la mesa. Humberto y Arlindo al otro extremo, uno al lado del otro.



Abel tenía su mano en mi pierna y lo curioso es que Humberto también. Y en el medio de mis piernas aquel guebo queriendo romper el jean. Humberto se arriesgaba a extender su mano hasta mi guebo, mientras Arlindo hablaba conmigo. No sé como hizo Abel pero me desabrochó el pantalón. Cuando la mano de Humberto se retiró, Abel me sacó la verga. Al volver Humberto a meter su mano se encontró con la mano de su hijo. Se detuvo y vio a su hijo que se le puso la cara roja. Arlindo intuía que algo pasaba, pero se hizo el loco.



Yo tenía el guebo demasiado prensado y necesitaba liberarme. –Me van a disculpar voy un momento al baño –Como pude me levanté sin que se notara lo evidente y subí al baño. Detrás de mi se fue Humberto que dijo que iba a su cuarto a buscar algo. Entró al baño.



–Coño carajito, me tienes mal, hoy estás más bello que nunca y quiero cogerte. –me dio un beso en la boca.

–Allá abajo está Arlindo.

–Si, le voy a decir para esta noche hacer un trio contigo, ¿quieres?. -Qué pregunta, casi tonta, por supuesto que quería. –Si, claro, me encantaría pero dile a Arlindo.

–Luego de hablar contigo en privado le digo.

–Ok, baja que va a ser sospechoso esto.

–Te has tirado a todos los que están en la mesa, ¿Crees que es sospechoso esto? Más bien está claro todo.

Bajó y yo me quedé unos minutos mientras me lavaba la cara y se me bajaba el guebo, pero no ocurrió, entró Abel.



–Ya no sé cómo decírtelo, pero estoy enamorado de ti, hazme el amor esta noche anda, duerme conmigo. –Se me acercó y me dio un beso en la boca para luego bajar hasta mi cremallera y bajarla para luego sacarlo y ponerse a mamar.

–Nos están esperando abajo Abel. –Me ignoró, estaba concentrado en mi verga y me tenía a punto para venirme.

–Voy a acabar, voy a acabar. – Abel se agarró a mis nalgas y dejó que mi leche inundara su boca para luego tragársela. Se levantó. –Esto sólo es el comienzo, esta noche quiero más.



La noche iba a ser larga si quería la doble jornada de sexo, sólo faltaba que Caín se uniera y quedaría agotado en cama hasta el día siguiente.



Terminó la cena, estuvo bastante animada, hasta con Henrique que estaba conversador y echando broma. Al terminar, los gemelos se fueron a jugar con el PlayStation en su cuarto, Arlindo se fue a ver un película en el cuarto de Humberto. Henrique en el cuarto donde yo solía dormir.



Humberto y yo entramos al estudio. Nos encerramos ahí y le mostré desde mi correo lo que me envió Jack. La lista de interpol de los más buscados. Henrique lo perseguían por evasión de impuestos, lavado de dinero y narcotráfico.

También preguntó como logró salir del país. Le dije que chequeara las cuentas de su empresa y de los negocios en común no vaya a ser que estuviera desviando fondos a otras cuentas extranjeras.



Me preocupé por Humberto pues comenzó a sentirse mal, le dolía el pecho y me pidió que le buscara sus pastillas, se las tomó y recuperó el ánimo, le dije que se acostara un rato.



Yo me puse a ver televisión en el cuarto de Abel mientras ellos jugaban. Al rato recibí un mensaje. -<ven al cuarto, te esperamos>-.



Entré al cuarto y Arlindo ya estaba desnudo en la cama, ver a ese gigante desnudo de nuevo me alborotó. –Pasa, Humberto está en el baño. –Me quité la ropa y me acosté en la cama, Arlindo me cayó a besos. Cuando bajé mi mano a su entrepierna la columna románica ya estaba en su punto más firme. Acostado boca arriba me siento frente a él para mamarlo. De repente siento una mano fría que pasa por mi culo y lo llena de lubricante, yo sigo en lo mío.



Humberto comienza a penetrarme. Mis nalgas están abiertas y él simplemente entrando, yo mamando, como puedo, aquel mástil. Humberto me embiste y Arlindo me obliga a meterme todo su guebo en la boca.



Arlindo coge un condón de la mesita de noche y me lo da para que se lo ponga. Una tarea titánica de la que salgo victorioso. Entre las sacudidas de Humberto y el grueso de aquello no era fácil ponerlo. –Déjame ahora cogérmelo yo– Se cambiaron, pero Arlindo me puso boca arriba con las piernas hacia arriba y la cabeza fuera de la cama colgando para mamarle, volteado, el guebo a Humberto.



Tenía tiempo sin meterme una verga tan grande y gorda. Dolió. Arlindo creo que no está consciente de lo que tiene entre las piernas o no le importa que a la gente le duela. Pero igual yo lo estaba disfrutando.

Mamando guebo en esa posición sentía como llegaba a mi garganta, Humberto no tiene las dimensiones de Arlindo pero tiene lo suyo.



Unos minutos después, cuando ya me había cogido con todas sus fuerzas, se ponen a hablar entre ambos. –Vamos a metérselo los 2 a la vez ¿Quieres? –Ese quieres no fue conmigo, a mi no me preguntaron.



–Ya va, si van a hacer eso, esperen que busque algo en mi bolso. –Me puse una toalla y fui al cuarto de Abel, los gemelos seguían jugando. Mientras buscaba en el bolso, que no conseguía el frasco, alguien me habla por detrás.

–¿Te están cogiendo los 2?

–Coño Abel, ¡qué susto! Bueno, si.

–Qué morbo, ¿ves? Para esas cosas yo quiero estar ahí, por lo menos ver.

–Lo que faltaba, que vieras a tu papá tirar.

–Y que me coja ¿qué buscas?

–¿Qué coño dices? ¿Como vas a tirar con tu papá?

–Si pues, me da morbo eso.

–Listo lo conseguí, coño pensé que no lo tenía.

–¿Qué es eso?

–Popper

–¿Popper? ¿Eso es droga?

–Si, luego te explico.

Regresé y Humberto se estaba cogiendo a Arlindo, me quité la toalla y me monté en la cama. –Ya estoy listo. –Les dije. Arlindo se puso otro condón. Humberto se acostó en la cama boca arriba, yo me puse sobre él e inhalé un poco de Popper, me metí el guebo y me eché hacia delante para darle espacio a Arlindo que tenía que ponerse detrás de mi y su enorme anatomía abarca mucho.



Con el guebo de Humberto dentro, Arlindo metía sus dedos para luego acercar su bate y comenzar a hacerse espacio en aquel hueco. Poco a poco iba entrando, yo sentía que me abrían con una pata de cabra, inhalé más Popper y Arlindo seguí metiéndolo. ­–El culo lo tienes caliente carajo– decía el mastodonte que ya tenía la mitad de su guebo adentro y yo me sentía una vaca pariendo.

Cada cantímetro de aquel trozo que entraba lo sentía. Humberto se movió y el guebo de Arlindo terminó de entrar para luego comenzar a moverse y el otro también y yo. Aquello me enloqueció. Yo estaba como la niña de El Exorcista, de mi boca salían gemidos y gruñidos, sólo faltaba que me diera vueltas la cabeza.

Y así pasaron escasos minutos hasta que ambos sacaron sus vergas de aquella cueva, al sacarlos, una flatulencia se escapó de ahí dentro. Arlindo no aguantó y volvió meterlo, ahora yo en 4 y comenzó a darle durísimo mientras le mamaba el guebo a Humberto, que en pocos segundos se corrió en mi boca. Al acabar se levantó rápido de la cama sosteniéndose la cabeza, se fue al baño.



–Algo le pasa a Humberto. –Le dije a Arlindo.

–¿Qué? Ya va, ya va, que ya me vengo. –Me cogió con fuerza de los hombros, empujó, hasta meterlo lo más profundo y se corrió. Se tiró en la cama y yo salí de ella directo al baño.

Humberto se estaba duchando.



–¿Estás bien?

–Me vino un fuerte dolor de cabeza cuando acabé, pero ya se me está pasando.

–¿Seguro?

–Si, si, dame unos minutos aquí en el agua.

–Eso es que estabas en tensión antes de acabar y al liberar todo eso te viene ese dolor intenso.

–¿Y Arlindo?

–Ni se enteró, acabó y se durmió.

–Buena cogida la que te dimos.

–Me preocupas Humberto, ¿estás bien? ¿tu corazón?

–Estoy bien, lo que estoy es preocupado por lo de Henrique, no puedo creer que mi hermano esté metido en eso.

–Te noto agotado Humberto, estás demacrado, ¿estás comiendo bien?

–François, quédate tranquilo, estoy bien, no te angusties que yo no lo estoy.

–Si yo no me angustio y me preocupo ¿quién lo hará?

–Arlindo me cuida.

–¿Sí? Ahí está acostado y le dije que te pasaba algo. Yo me preocupo por ti y voy a estar pendiente, no quiero que te pase nada.

–Si me pasa algo tú cuidarás de mis hijos.

–¡No me asustes Humberto!

–Estoy bien, es sólo un comentario.



Me fui de la habitación y Arlindo seguía durmiendo. Llegué al cuarto y estaba Abel desnudo.

–Ahora me toca a mi.