viernes, 23 de noviembre de 2018

Final de Temporada. Y SI ME ENAMORO. Capítulo 100

6 meses después...
Diego se había desentendido de los negocios aunque recibía las regalías de los locales apenas tenía un porcentaje de las acciones. Su vida y su dinero se iban entre bares, saunas, alcohol y drogas. Estaba visiblemente delgado y demacrado.
Contrató a un abogado para que sacará de la cárcel a su tío. Le pidió a su papá el carro para buscar a Alfonso al centro penitenciario. Hace seis meses que no lo veía pero estaba al tanto gracias al abogado.

-Tardaste pero aquí estás, sabía que me ibas a sacar de aquí tarde o temprano.
-Vamos a mi apartamento para que te des un baño con agua caliente y comas decente.
-Cuando te coma a ti quiero ser indecente.
Diego tenía la mirada clavada en la vía mientras conducía, no le respondió a su tío.

Llegaron al apartamento, la comida estaba lista solo faltaba calentarla.
-Date un baño mientras yo pongo la mesa.
-No sabes lo agradecido que estoy por haberme sacado de ese hueco.voy a devolverte el dinero, es lo menos que puedo hacer.
-Quédate con ese dinero. Ve a ducharte.
Alfonso comenzó a desvestirse frente a su sobrino hasta quedar desnudo.
-¿Te quieres bañar conmigo? Me hace falta estar con un hombre pero penetrarlo y te quiero coger a ti.

Diego comenzó a desvestirse frente a su tío, lo veía a los ojos sin ningún gesto y sin parpadear, se quitó todo. Ambos en la sala desnudos mirándose. Ambos delgados y demacrados pero se deseaban mutuamente. Alfonso extendió su mano invitando a su sobrino a ir con él. Diego le dió la mano y caminaron hacia el baño.

Alfonso abrió las llaves y se puso bajó la ducha mientras le caía el agua orinaba, Diego se agachó y comenzó a hacerle sexo oral mientras tragaba el líquido amarillo. El pene de su tío crecía en su boca. Cuando estuvo totalmente erecto, Diego se levantó. -Métemelo.
Alfonso tomó el gel de baño, se colocó una buena cantidad en la mano y le dijo a su sobrino que se volteara. Le echó el gel entre las nalgas y le introdujo varios dedos, hizo que Diego se moviera del dolor. -Quiero, ¿Quieres saber cómo me cogían en esa maldita cárcel donde me metiste? ¿Quieres que te lo haga cómo me lo hacían a mi? 
-Si...
Alfonso lo volteó y de una vez lo penetró empujándolo contra la pared. Introdujo todo el pene. Diego se retorcía del dolor mientras Alfonso le apretaba el cuello.
-¿Duele verdad? Duele mucho. Ese dolor lo sentía 8 veces todos los días mientras estuve ahí adentro. -Seguía empujando mientras metía también sus dedos con el pene adentro. Golpeó la cabeza de subrino contra la pared y lo ahorcaba.
-Eso quiero, que te duela, que llores, que sientas lo que sufrí. Que tengas las mismas enfermedades que tengo yo. Empujó una, dos, tres, cuatro, cinco veces con fuerza y le acabo adentro.
Retiró el pene y Diego cayó al suelo mientras el agua caía en su cuerpo. Su culo sangraba.
-Te espero afuera para comer 

Ya en la mesa de la cocina se sentaron uno frente al otro. No hablaban, se miraban a los ojos. Alfonso masticaba la pasta y se sonreía cuando su sobrino lo miraba.
-Disfrutaste esa cogida sobrino. Te gusta lo salvaje.
Diego lo miró a los ojos. -Vas a dormir en el cuarto donde dormías antes.

Alfonso lo miró fijamente a los ojos.
-Hice muchos amigos en la cárcel, los mismo que violaban, se hicieron mis amigos y me ayudaron a conseguir un apartamento para poder vivir cuando saliera de ese hueco.
-¿Y por qué no te fuiste a tu apartamento? ¿No...está listo? -Diego hablaba pausadamente , estaba mareado por las drogas.
-Ya estoy en mi apartamento. Ahora vas a tu cuarto a recoger tu ropa, la metes en una maleta y te vas de mi apartamento.
-No entiendo que estás diciendo.
Alfonso tomó con fuerza a Diego por el brazo y lo llevó a su habitación . Lo empujó cayendo al piso.
-Te pones a recoger tu ropa y mañana no te quiero ver aquí en mi casa ¿Estás escuchando?
Diego apenas se pudo parar, todo le daba vueltas pero buscó una maleta.

A las  seis de la mañana Alfonso levantó a Diego y lo sacó a empujones del apartamento.
Su sobrino se había drogado en la noche para no pensar y amaneció sin ni siquiera saber dónde estaba cuando su tío lo sacó del apartamento con la maleta.

Diego cayó al piso y se quedó dormido frente a la puerta de lo que había sido hasta ese día su casa.

jueves, 22 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 99

-¿Hay necesidad de esto Diego? Pudiste haber muerto.
-Creo que hubiera sido lo mejor.
-¿Te estás consumiendo en las drogas y el alcohol por un carajo que te dejó? ¿Por eso quieres morir?. 
Diego miraba a su amigo, se sostenía en su hombro mientras iban al carro.
-Es Orlando, la gente que se burla de mi porque soy gay, el VIH, coño de vaina y me atienden cuando supieron que tenía esa vaina...
-Te atendieron no hables guevonadas. ¿Estás en tratamiento?
-No, no quiero, quiero ir a la cárcel a hablar con mi tío.
-¿Para qué?
-Pára que me diga en mi cara lo del VIH, averigua los días de visita.
-No te desgastes con eso y vuelve al trabajo.
-Búscame la información.

Al día siguiente Diego iba con su amigo al centro penitenciario a ver a su tío, que llevaba varias semanas recluído.
-Yo te dejo ahí y te busco luego, yo no voy a entrar.
-Déjame el carro.
-Ah y me quedo si carro yo. Si pensaras las cosas hoy tendrías carro. Espera que te paguen la perdida total y te compras otro. Yo te busco luego.

Diego entró al centro y pasó a un cuarto para que lo revisaran. Mientras lo tocaban aguantaba el dolor de los golpes después del choque.
-No se mueva.
-Es que me duele, tuve un accidente.
-¿Y qué hace aquí?
-A visitar a mi tío.
-Abra las piernas. ¿cómo se llama su tío?
-Alfonso, está preso hace unas semanas.
-Ah ya...no creo que lo reconozca, su tío ha pasado por muchas cosas en poco tiempo, hay alguien que lo quiere joder. Súbase los pantalones.
-¿Y qué le han hecho?
-No querrá saberlo, mejor entre y hablé con él. Búsquele un buen abogado y que lo saque de aquí.
-Yo prefiero que se quede aquí adentro o por lo menos cumpla toda su condena.
-Vaya...
-Yo lo metí aquí por ladrón, me estafó en mi negocio.
-Salga y cruce el pasillo hasta el final y cruce a la izquierda, ahí es la sala de visita.

Llegó a la sala y entraba su tío con la mirada perdida con una sonrisa congelada.
-Sobrino que sorpresa, ¿A qué debo el honor? Viniste a la visita conyugal
-Eres un desgraciado, por tu culpa tengo VIH.
-¿Tú te preocupas porque tienes VIH? Aquí adentro no tienes ni idea de lo que pasa. Soy el juguete sexual de ocho tipos y la cachifa de ellos, me tienen sometido a sus antojos. ¿Te parece que tienes problemas?
-Te mereces lo que te pasa por estafador y ladrón.
-Que estúpido eres. Lo que me descubrieron es poco con el dineral que saqué de tus empresas, están a buen resguardo cuando salga de aquí tendré dinero.
Diego se levantó de la silla y, olvidando el dolor en el cuerpo se le abalanzó encima y comenzó a golpearlo pero tres guardias lo separaron.

-Alfonso sangrando se rió. -Por si no lo sabes, esto qué pasa aquí adentro se lo debo a tu hermanito Arévalo. Me tiene rabia de gratis, no sé. Debe ser que está enamorado de ti. -Diego se soltó y volvió a golpear a Alonso
-Sobrino, no te olvides que conmigo es que disfrutas el sexo. Cómo extraño un culito...aquí soy el pasivo de ocho machos. Cuando quieras vienes y te cojo.
Diego comenzó a llorar y salió de la sala. Alfonso gritaba. -VAS A VOLVER LO SE, TE GUSTA COMO TE HAGO EL AMOR SOBRINO.
A los 20 minutos llegaba su amigo para buscarlo.
-No debí venir, ese tipo está enfermo, me dijo que hay ocho tipos que se lo violan todos los días...y lo peor, lo peor de todo me dijo que se robó más dinero del que pensamos. Está enloquecido, la cárcel lo puso peor. -Diego hablaba y su pene comenzaba a  una erección. -Me dijo que volvería porque me gusta como me hace el amor.
-Está loco ese tipo. 
-Mi hermano fue el que ordenó que le hicieran esa vaina en la cárcel.
-Coño...lo odia ¿No?
-Mi tío necesita un abogado.
-Diego ¿Tú piensas sacar a tu tío de la cárcel luego de todo lo que te hizo?
-Necesito darme un baño y quiero ir a la oficina.
Llegaron al local y Diego entró a su oficina luego de varios días sin ir. Todo estaba desordenado su amigo se sentó frente a él.
Diego levantó el teléfono y marcó un número.
-¿A quien llamas?
-<Hola papá bendición...bien bien. Quiero que vengas a mi oficina, quiero proponerte algo...no, te digo aquí...bueno...voy a traspasarte mis acciones de la empresa y así te pago la deuda. Ven a mi oficina.
-¿Qué coño estás haciendo? 
-Ya escuchaste. Voy a darle mis acciones a mi papá, voy a dedicarme a la defensa de mi tío.
-Tú de verdad estás loco, drogado o sigues borracho. ¿Tú vas a volver con tu tío? Marico ¿hasta dónde quieres hundirte?
-Salte de la oficina, déjame solo.
-Esta oficina también es mía.
-Vete...luego hablamos.
-Te estás equivocando, te estás hundiendo en tu propia mierda y no quieres ayuda, Diego tienes tiempo de salir de eso.
-Sal.
Se fue y Diego quedó solo, le dijo a la secretaria que no lo molestara, se sentó en la silla, se desabrochó el cinturón, el botón y bajó el cierre. Sacó su pene y de la gaveta sacó un tubo de lubricante.
Comenzó a masturbarse, cerró los ojos y a su mente llegaron imágenes de él y su tío teniendo sexo, cada vez su pene estaba más erecto y le daba más rápido. Llegaban recuerdos de Orlando y lloraba, aparecía su tío de nuevo. Cada vez movía su mano más rápido, estiró las piernas, sus pies se tensaron y comenzó a eyacular. El semen caía sobre su camisa, tres, cuatro, cinco chorros cayeron sobre él.
Su respiración estaba agitada, abrió los ojos y comenzó a llorar.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 98

Se bajó el pantalón junto con el interior y le hizo señas a Diego para que hiciera lo mismo.
Lo agarró y lo volteó apoyándolo en el escritorio para luego bajarle la espalda.
-Si tiraste con Arévalo no te va a importar que te dé bien duro.
Se colocó el preservativo y abrió un sobre de lubricante y se lo echó sobre el látex y en el culo de Diego. Apoyó el pene y empujó de golpe. El pene logró entrar hasta la mitad, Diego gritó, sus rodillas se flexionaron mientras se aferraba al vidrio del escritorio. -­Me duele! -Gritó, pero Edgar no se detuvo y solo le dijo que aguantara. Terminó de penetrarlo y comenzó a moverse. Diego se tensaba y sentía ganas de evacuar y orinar pero lo que hizo fue eyacular sin darse cuenta.

Edgar seguía moviéndose y Diego aguantando el dolor aunque le gustaba, pero estaba agotado luego de venirse. El chico tomó por los hombros para hacer más presión, empujar y correrse dentro del hombre.
Retiró suavemente el pene. El preservativo colgaba, la punta estaba llena de semen, se lo quitó lentamente y lo botó en la papelera.
Diego permanecía con medio cuerpo sobre el escritorio sosteniéndose con las manos. Edgar lo ayudó a levantarse.
-¿Estás bien?
-Si, me duele todo. -Se levantó, su camisa estaba sudada por el sudor. -¿Cuánto te debo?
-¿Me debes?
-Por el sexo, inesperado pero es tu trabajo. -Diego se secaba el sudor con el brazo.
-Coño yo pensé que ya teníamos algo, no sé, que me ibas a ayudar con los estudios y hasta me dijiste pa vivir contigo.
-Pero no me has dicho nada, sigues viviendo en la calle. 
-Yo te dije que no me gusta que me encierren en un sitio.
Diego se puso el interior, se fue hacia las gavetas del escritorio, lo abrió y sacó unas llaves y se las lanzó.
-Vamos a ayudarnos mutuamente, yo te ayudo y tú me haces compañía.
-¿Es un trabajo? ¿Me vas a pagar por eso?
Diego lo miró a los ojos mientras se sonreía. -Llámalo trabajo o negocio, pero quiero que vivas conmigo.
Edgar apretó los labios, se rascó la cabeza. Luego de unos segundos le respondió. -Si va.



-De nuevo Diego no viene a la reunion. ¿Qué coño pasa? Tenemos que tomar decisiones.
-Ya sabes que Diego está pasando por problemas personales. Yo decido por él.
-Está cayéndose a palos todo el dia.
-Es alcohólico. -Decía el mejor amigo de Diego.
-Es tu amigo, ¿Por qué no lo ayudas?
-Primero tiene que asumir su peo y luego dejarse ayudar.
-¿Y si compramos sus acciones y salimos del problema?
-Vaya...parece que no son amigos de Diego, vamos a darle una oportunidad y un voto de confianza. Hagamos lo que tengamos que hacer. El negocio no se va a detener sin Diego.

Diego no paraba de besar a un chico dentro de la cabina. Se había ido al sauna. Físicamente se parecía a Orlando; buen cuerpo, cabello castaño oscuro y blanco.
-Hueles a borracho chamo, ¿Estabas tomando?
-¿Quieres que te coja o no?
-Si...pero es desagradable.
-Mámalo. -Mientras el chico se agachaba para hacerle sexo oral, Diego buscaba un preservativo.
Tomaba el pene con su mano y lo mamaba.
-Cógeme sin condon pana, me dan alergia, cualquier marca.
-¿Y si estás enfermo o yo? No sabemos
-Yo estoy sano y tú te ves sano
Diego eructó y el olor era desagradable, whisky. -Yo te cojo sin condón, yo no tengo peo, luego no vengas con reclamos.
El chico se puso en la cama arrodillado abriendo sus nalgas. Diego se acercó escupiendo su pene y el culo del chico. Rozó el pene en la piel y perdió la erección.
Tres intentos y estaba molesto, el chico volvía a mamarlo para ponerlo duro.
Intentó una cuarta vez y volvió a pasar. Diego gritó reclamándole a al chico por su impotencia.
El muchacho se levantó riéndose y desafiando a Diego que la culpa era de él por la borrachera. Diego comenzó a golpearlo sin parar hasta que vio al chico que no reaccionaba. Se asustó y se fue a su cabina para vestirse y salir de ahí lo más rápido posible.
Llegó al estacionamiento. Mientras sacaba el carro, no se fijó en la columna y rayó la puerta del copiloto pero no sé detuvo y siguió.
Al salir, se detuvo a la derecha de la calle y sacó detrás de su asiento una botella. Bebió un poco y la dejó en el asiento de al lado. Se puso a llorar, su visión estaba borrosa, no dejaba de pensar en la golpiza que le había dado a ese muchacho.

Abría los ojos mientras se tocaba la cabeza por el fuerte dolor. Poco a poco se levantó y por unos segundos no sabía dónde estaba y que había pasado.
Abrió la puerta y recordó donde estaba y que Diego lo había golpeado.

Diego tomó la autopista y volvió a beber. No había cola. Estaba en el canal del medio y de repente cerró los ojos.
Se escuchó un fuerte golpe contra la defensa de concreto.

martes, 20 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 97

-Diego estaba con una tipa en el apartamento, creo que era su madrastra.
Arévalo comenzó a reírse y tuvo que frenar el carro.
-¿En serio te estás riendo?
-¿Qué, todavía sientes algo por él? 
-No, me llamó angustiado y cuando llegó lo veo tirando, me tengo que arrechar.
-No se puede negar que somos familia, yo tiro con mi padre, y él se tira a su madrastra. Falta que yo me coja a mi hermano para que todo quede en familia.
-¿A ti te parece gracioso todo esto?
-A mi lo que no me parece es que hayas ido al apartamento de ese imbécil, pero me alegro que te lo consiguieras tirando. Te prohíbo que lo veas de nuevo.
-Es tu hermano.
-Es un mamaguevo, no es mi hermano.
Arévalo dejó a Orlando donde se reuniría con el tutor y él se fue a su trabajo.

El policía se consiguió con Diego de frente, no pudo evitar saludarlo y este lo invitó a su despacho. Subieron juntos por el ascensor, Arévalo miraba al piso, Diego lo miraba a él.
-Eres hermoso
-Me parezco a ti.
-Te sigo amando.
-¿Me invitaste a subir para decirme eso?
-Quiero hablar contigo un par de cosas.
Entraron al despacho y Diego le dijo a su secretaria que no le pasar llamadas y que le avisar cuando llegara la persona que estaba esperando.

-Dígame para que soy bueno jefe
-Arévalo soy tu papá, hemos dormido juntos, ¿Me vas a tratar de usted?
-Ni de vaina te voy a decir papá.

Diego se pasaba la mano por el cabello y resoplaba.
-Me gusta cómo has llevado la Gerencia de seguridad. Me sorprende que hayas reparado las cámaras del sótano en tiempo récord y puesto en cintura a las personas a tu cargo.
-Gracias Diego, ese es mi trabajo, para eso me contrataste, no quiero que la gente piense que soy un palanqueao.
-Lo eres, pero lo bueno es que haces tu trabajo bien.
-Gracias de nuevo. ¿Qué era lo otro?
-Ya está todo listo para que seas mi hijo legalmente, hace falta que firmemos unos documentos y listo, entrarás en mi testamento.
-Yo no quiero su dinero. -Mentía, quería que lo viera como alguien honesto y serio para que no lo incluyera, pero en el fondo es lo que realmente quiere.
-No se trata que quieras o no, te corresponde.
-Está bien. - Arévalo dio media vuelta para irse.
-Espera mi amor, no te vayas todavía.
Diego se acercó, le dió un beso en la boca que Arévalo no correspondió, pero el hombre comenzó a desvestirse, el policía se apartó. Diego se quedó en interiores.
-Hazme el amor, aquí y ahora.
Arévalo se quedó mirando a Diego, observaba su cuerpo y su mirada se quedó en el interior. Su pene comenzó a levantarse, cerró los ojos.
-Yo tengo novio Diego y estoy muy bien con él.
-YO NO QUIERO SER TU NOVIO, QUIERO QUE ME HAGAS EL AMOR.
Arévalo se le quedó viendo y comenzó a desabrocharle el pantalón cuando sonó el teléfono.
-<Señor Hernández llegó la persona que estaba esperando>
Diego comenzó a vestirse.
-Me salvó la campana. -Dijo Arévalo

-Uy, llegó una persona, menos mal que estás aquí lo vas a conocer, es un chico que conocí en la calle
-¿En la calle? ¿Tú?
-Si, bueno, fue....-Tocaron la puerta y entró.
-Permiso, buenos días
-Edgar pasa, sin pena, mira te presento a...-Se detuvo un momento. -...a mi hijo.

-Maaaarico, ¿qué pasó bicho? No te veo desde hace años, ¿Qué pasó contigo?
-¿Se conocen? -Diego se puso tenso y comenzó a sentir calor.
-No joda que si te conozco. A este carajito lo inicié yo en el sexo tenía 15 añitos y le di palo hasta que me cansé.
Diego comenzó a respirar con rapidez y el calor dominaba todo su cuerpo. Comenzaba a sentir celos.
-Bueno, tampoco así.
-No joda marico, te cogía en la mañana y en la noche, casi todos los días.
-Bueno ¿y dónde se conocieron? -Diego estaba visiblemente molesto.
-Del bloque Papi...papá...Diego, vivíamos cerca. -Arévalo se dió cuenta que estaba metiendo la pata. -pero eso fue hace unos años, luego le perdí la pista. ¿Y en qué andas, dónde trabajas?
-En la calle.
-En la calle, es mi mensajero, en la oficina, mi motorizado. - Se adelantó Diego antes que el muchacho dijera algo. Diego se puso a recoger unas cosas y el policía se le acercó a Edgar.
-Podemos repetir un día de estos. Le dijo al oído.
-Estoy con tu papá chamo, el paga mis cosas.
-Te escapas. - A Arévalo se le estaba moviendo la entrepierna solo pensar en repetir con el chico.
-Bueno Arévalo te puedes ir, yo te escribo para hacer lo que conversamos.
-Si va Papi, papá, fino. Marico dame tu número.
-Arévalo ya te puedes ir.
-Toma mi tarjeta y me escribes. Chao, chao, voy pa la chamba.

-No quiero que te acerques a él, ese tipo es peligroso, te envuelve y te deja sin voluntad.
-Yo no voy a estar con él, eso fue hace años, además ese pana tiene un bate entre las piernas, esa vaina duele.
-Lo sé. 
Edgar abrió los ojos y luego la boca sorprendido. -Cooooño este es el pana que es tu hijo, que estaban tirando. Veeerga tremendo beta mi pana.
-Si...tremendo beta. -Diego repitió lo que dijo el chico aunque no entendía su significado.
-Yo no voy a estar con nadie, bueno con los clientes si, pero un rollo con otro tipo no, tú me estás pagando todo no voy a joderte.
-Yo sé que me estás chuleando pero no me importa, yo te dije que te iba a ayudar, pero quiero que poco a poco dejes ese mundo de la calle y vivas conmigo.
-Diego lo abrazó y lo besó, bajó su mano hasta el pene del chico y se lo apretó.
-¿Este pana quiere que me lo coja ahora, aquí? ¡Plomo!.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 96


Diego estaba sentado en el mesón de su cocina. Un vaso corto y una botella de whisky al lado y frente a él el examen que le confirmaba que tenía el virus.
Mientras leía y releía bebía del vaso y las lágrimas corrían por sus mejillas.

Eran las nueve de la mañana y Diego tenía que irse a la oficina pero primero hizo una llamada.


Orlando llegaba a su apartamento.
-Mamáááá llegué. Entra y ve en el sofá a Diego, el padre de Diego.
-¿Q hace aquí, cómo entró?
-Tienen secuestrados a mi hijo, a tu madre y a tu hermana.
-Y usted está tan tranquilo sentado sin hacer nada.
-Estan en la habitación principal.
Orlando dejó el bolso en la mesa y corrió a la habitación. Al entrar ve a su madre, hermana y a Diego de pie amordazados y maniatados.
-Ah llegaste, por fin,  te estaba esperando para que te despidas. -Hablaba un hombre encapuchado pero Orlando sabía quién era.
-Tú no vas a hacer eso, baja el arma Alfonso.
-El arma apuntaba a la cabeza de la mamá de Orlando que lloraba mientras sus ojos estaban cerrados. Disparó, luego a la hermana y luego a Diego.
Se despertó sobresaltado, abrió los ojos sin saber muy bien donde estaba y vio a su lado a Arévalo que roncaba. Vio el reloj eran las nueve y cinco de la mañana.

-Arévalo párate que ya vas tarde. Mierda que sueño tan loco por Dios.
-Déjame doooormiiir. -Se estiró y se volteó para el otro lado
Orlando se le acercó al oído. -Podrás trabajar en la empresa de tu padre pero tienes que ser responsable.
Orlando se levantó y comenzó a pensar en el sueño y le recorrió un escalofrío por la espalda.

Su teléfono comenzó a sonar pero no lo conseguía.
-Cooooño atiende esa vaina, quiero dormir.
-Párate y ve a bañarte. -Consigue el celular y ve la pantalla. Era Diego.
-¿Quién es tan temprano?
-Diego.
Arévalo se sentó en la cama, su pene estaba erecto y se salía por entre las sábanas.-¿Qué quiere ese guevón? ¿Para que te llama?

-<Aló>
-<Holaaaa, Orlando, mi amor, estoy rascao, estoy tomando un güisquicito>
-<Diego, son las nueve de la mañana ¿qué haces bebiendo a esta hora?>
-<Coño celebrando que tengo VIH ya tengo el examen con...firmatorio, esa mierda. Estoy contaminado pues, nadie va a querer estar conmigo.
-<No digas eso vale, sabes que puedes tener una vida normal>
Arévalo se levantó de la cama desnudo y comenzó a rozarle el pene en las nalgas de Orlando mientras seguía hablando.
-<Estoy jodido Orlando, que van a pensar de mi, que soy un promiscuo, estoy solo coño, ven a mi apartamento por fa, no me dejes solo, no me dejes>
Arévalo seguía moviendo su pene entre las nalgas mientras Orlando lo empujaba, el policía decidió escuchar la conversación.
-<Yo tengo reunión con el tutor todo el día.>
-<Si no vienes me voy a matar, me lanzo por la ventana, no quiero vivir con esto>
-<Tú no vas a hacer eso, deja de beber y dúchate y prepara café>
-<Ven a mi casa por favooor, ven, no me dejes solo con esto>
-¿Tú no pretenderás ir a su casa ahora? -Le hablaba en voz baja a Orlando.
-Shhhh cállate.
-<Diego, Diego, nos vemos en la tarde>
-<Ven ahora por favor, te lo suplico, si quieres no nos vemos más nunca pero necesito verte.
Orlando se restregó los ojos con los dedos y luego le dijo a Diego que iría ahora al apartamento. Arévalo se separó de Orlando, su pene perdió erección y su rostro cambió, estaba serio.

-Tu pretendes ir a la casa de ese imbécil y a mí me vas a dejar cachúo. Además ¿Para qué coño vas a su casa? 
-Me pidió que fuera, está borracho y ya se enteró que tiene VIH, se lo confirmaron. 
-¿Y tú vas a consolarlo y a mamarle el guevo para que se sienta mejor 
-Arévalo, no seas carajito vale, está mal, coño y yo lo dejé justo el día que se enteró que tenía VIH. Quiero apoyarlo.
-Ni que hubieses sido tú el que se lo pegó marico. No vas a ir.
Orlando lo vio a los ojos molesto. Arévalo se encogió de hombros. -Yo te llevo y te espero.
-Voy solo, tú tienes que trabajar.
-Yo te llevo y te espero en el carro, eso no lo voy a discutir.

Diego siguió bebiendo, puso música con el volumen alto. Sonó el timbre del apartamento, abrió la puerta. Era Beatriz.
-Coño ¿que haces tú aquí?
Beatriz entró. -Vine a hacer el amor contigo.
-Aaay está bien...pero yo tengo VIH.
-Yo también, tranquilo, podemos hacerlo.
-Mi tío nos pegó está vaina...
-Si el maldito de tu tío es el responsable. Hay que vengarmos de él. Yo propongo matarlo, pero primero hagamos el amor.
Beatriz se le abalanzó y lo besó, se tumbaron en el piso.

-Yo espero que te abran la puerta, voy un momento al trabajo y te busco.
-Tengo las llaves
A Arévalo se le puso la cara roja. -¿Todavía tienes las llaves? ¿Tú no pensabas devolverlas?
-Hoy se las doy amor.
-Claro hoy porque justo vienes a hablar. ¿Cuántas veces habrás venido y no lo sé?
-Todas las semanas vengo a tirar con el, ay Arévalo deja los celos sin sentido, tu hermano y yo ya no tenemos nada.
-No vuelvas a decir esa vaina, ese sifrino no es mi hermano.
-Voy a subir.
-Mosca con lo que haces.
-Deja la guevonada Arévalo, ¿si?. -Orlando le dió un beso en la boca y a Arévalo se le levantó el pene.
-Mira lo que provocas con un beso. Mámalo antes de subir.
-Arévalooo...subo, habló con él y me voy, ya sabes que cuando lleguemos a casa tiramos.

Orlando abrió la reja de acceso al edificio y Arévalo apretó el volante, encendió el vehículo y se fue.
 El chico abrió la reja y la puerta, una vez adentro escuchó ruidos, camina unos pasos y ve ropa en el piso y ve a Diego desnudo con una mujer.
-¿Para esto querías que viniera Diego, para ver cómo regresabas a ser "hetero", esto era lo mal que estabas?
Beatriz se tapaba con un cojín mientras Diego se levantaba para explicarle a Orlando, pero no se iba a quedar a escuchar más excusas, le lanzó las llaves al pecho y se fue del apartamento.
-ORLANDO, ORLANDO, mierda...vete de aquí, vete de aquí Beatríz.
-Ahora me botas, te volvió la culpa. Ay Dieguito, te veo mal, muy mal, me voy.

Orlando llegó a planta baja lleno de rabia. Arévalo no estaba, lo llamó.
-<Ven a buscarme>
-<Coño ese polvo fue rápido, cómo se ve que no soy yo>
-<Deja la mariquera Arévalo, ven a buscarme>.
Arévalo dio la vuelta, aún no llegaba a su trabajo. Estaba feliz que Orlando se encontrara molesto, significaba que algo malo pasó entre ellos. Se reía y puso la radio a todo volumen.

viernes, 16 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 95


Hugo se sentó en la cama y vio a su hijo.

-¿Tú qué haces con un dildo? ¿Eres gay?
-¿Lo usaron? ¿Lo lavaron?.
-Bueno...si, Nelson lo vio y me lo ...metió, ¡ay papá respóndeme! Y si lo lavamos le pusimos condón también.
Hugo se pasó la mano por arriba del labio superior.
-Me dijeron que con eso podía tocarme la próstata y...así excitarme mejor y acabar todavía mejor. Lo compré.
-¿Te gustó?.
Hugo se levantó y se puso a canimar por la habitación. -¿Vinimos a hablar de mi situación o de un dildo?
-Bueno papá, yo veo eso en el closet y me impresiona y sabiendo que es tuyo más. Aunque me dio morbo.
-Tú no estarás pensando en...
-¡Ay no papá!
-No soy gay hijo, simplemente quería experimentar, no le iba a decir a un tipo que me cogieran para ver qué se siente.
-Pero te gustó.
-Si, si, me gustó, claro que me gustó, ya lo he usado...varias veces.

Pedro se tapó la boca con las dos manos y se rió.
-¡No te rías!. A ver Pedro, me gustó hacerlo y lo volveré a hacer pero no soy gay, me gustan las mujeres.
-Si, lo sé, eres monta cacho.
-Pedro...lo de Silvia terminó.
-Exacto, luego vendrá otra.
-Pronto me voy a divorciar de tu mamá.
-No me digas eso...eso es un error.
-Error es seguir con tu mamá y hacerla sufrir.
-¿Y te vas a quedar a vivir aquí?
-No, estoy buscando un apartamento tipo estudio pero donde puedas quedarte conmigo unos días, si quieres claro.
-Claro que quiero papá, si eres el que me entiende y me apoya. 
-Haz tú lo mismo conmigo, apóyame, a tu mamá no la voy a dejar sola.
Padre e hijo se abrazaron, al separarse Pedro le comentó a Hugo los planes de mudarse con Nelson al apartamento de Orlando donde vivía con su mamá. Su papá lo apoyó y hasta se ofreció para ayudarlo los primeros meses con el alquiler.
-Papá deja que yo me haga responsable. -Hugo ser rió, le recordó que los padres están para apoyar a los hijos hasta donde se pueda.
-Papá...¿Por qué pasó esto con mamá? ¿No hay manera que arreglen las cosas?
-Ay mi amor, cosas que pasan errores de ambos.
-Si no me fuera a vivir con Nelson me quedaría contigo, yo amo a mi mamá pero no me entiende.
-Vivir con una persona no es fácil, requiere paciencia, aguante, ceder en cosas, hay que llevarlo con madurez, ten presente eso.
-Bueno papá, yo lo quiero hacer, veremos cómo va.

Padre e hijo se despidieron con la promesa que la próxima vez que se vean será en el nuevo apartamento de Hugo.
Pedro esperó a Nelson para verse con Orlando y Arévalo y hablar los cuatro sobre vivir en el apartamento de su amigo.

-Vine con Pedro para concretar lo del apartamento. Queremos vivir juntos, Pedro va a comenzar a trabajar pero no tenemos el dinero como para pagarte un alquiler a precios del mercado, ¿Te parece acordar un precio por debajo mientras nos establecemos y claro sin cobrarnos  el mes adelantado ni el depósito. -Se encogió de hombros.
Orlando lo miró sonriendo y Arévalo se rió.
-Verga marico tú sí eres arrecho, cómo es tu amigo quieres joderlo, no chamo, negocio es negocio.
Orlando volteó a ver a Arévalo. -Ya va, el apartamento es mío y yo hago lo que quiera, me están proponiendo una alternativa.
Arévalo se encogió de hombros.-Ta bien pues no dije nada, eso me pasa por abrir la boca y dar mi opinión, luego no digas que te jodieron.
-Pero bueno guevón ¿Con quién crees que estás hablando? Pedro y yo somos amigos de Orlando desde hace años, tú llegaste hace unos meses.
-Ya, ya dejen el peo, somos adultos, vamos a bajarle dos.
Nelson le hizo un gesto con la mano a a Arévalo y este se tocó el pene por encima del pantalón y le dió un golpe en la cabeza con la palma de la mano.

-Les propongo algo a los tres. -Hablaba Orlando. -Alguilo el otro apartamento y nos mudamos los cuatro juntos para compartir gastos.
-¿QUÉÉÉÉ? ¿Los cuatro? Eso va a hacer una tiradera marico. -Decía Arévalo mientras en su cabeza se imaginaba la escena y comenzaba a levantarse su pene.
-Somos adultos, podemos manejarlo, pero si se da, ¿Cuál es el problema?
-Cooooño mira quién lo dice San Orlando el que no tiraba si no era de novio y no le gusta la promiscuidad.
-Bueno Nelson la gente cambia, yo cambié, tú cambiaste.

Pedro comenzó a reírse para luego lanzar una reflexión. -¿Se han fijado que este tipo nos cogió a los tres? -Arévalo se puso rojo y los tres lo miraban.
-Bueno ya dejen a joda.
-A ti te conviene que vivamos juntos, nos tienes a manos cuando estés quesúo jajaja.
-Deja la vaina mamaguevo, yo solo estoy con Orlando y no me voy a coger a más nadie.
-Pero la verga que tienes entre las piernas no piensa igual, mira el bulto que se te ve. -Le decía Pedro mientras Orlando y Nelson se reían.
-¡Bueno ya! Aquí el caso es que Orlando propone que vivamos los cuatro, no es mi casa así que yo no opino, ustedes deciden si quieren y Orlando aprueba.
-No seas bobo, parece que no quisieras.

Arévalo tomó del brazo a Orlando mientras los otros revisaban el celular.
-Papi es que eso es demasiada tensión, tenerlos aquí me va a provocar cogérmelos a los tres.
Orlando le puso las manos en las mejillas y le dio un beso. -Yo me voy a encargar que no te provoque otro culo que el mío.