jueves, 1 de noviembre de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 89


-Buenas días.
-Buenas días señora, deje la cartera aquí y espere que llegue la oficial.
-Gracias, yo vengo...a...la visita conyugal ¿Se puede?
El policía la vio, torció la boca y sonrió. -La visita conyugal son los sábados, o sea mañana.
Beatriz se encogió de hombros. -Ay oficial, soy nueva en esto y vine de una vez. ¿No puede hacer una excepción por hoy?
El policía volvió a verla. -No.
Beatriz abrió su cartera y sacó un billete de 200. -Con esto yo creo que no habrá problema.
El policía cogió el billete y le preguntó el nombre del preso. Beatriz se lo dijo. El hombre le dio enter al teclado para que encendiera la vieja computadora que estaba llena de polvo, sucia y con escasa memoria, estaba muy lenta.
-¿El reo es su esposo?
-No, es mi novio.
El policía abrió los ojos sorprendido. -Vaya, apenas entró aquí hace una semana y ya quiere venir a la visita conyugal.
-Creo que a usted eso no le incumbe.
-Si me incumbe porque para la primera visita conyugal de un reo tiene que haber pasado un mes de su reclusión.
Beatriz sacó otro billete de 200.
-Esto puede agilizar el trámite.
El policía se deslizó con la silla hasta el cubículo de al lado. -Pase por aquí para que la revisen, cuando salga de ahí se va con el oficial Gutiérrez que la llevará donde está el reo y ahí a hacer sus cosas.
Beatriz entró al cubículo, estaba la policía con cara de mal humor. -Quítate la ropa.
-¿La ropa?
-Si mami la ropa ¿Estás sorda? Quítate la ropa.
Beatriz se quitó la blusa y el bluyín, la mujer comenzó a tocarla por todos lados, le metió la mano en los senos.
-¿Es necesario esto?
-No es que sea necesario es que a mí me da la gana, bájate la pantaleta.
-¿Qué?
-Ay coño, bájate la pantaleta sordita ¿O te la bajó yo? 
-Podemos resolver esto de otra manera tengo dinero.
La policìa le bajó la pantaleta. Ponte en cuclillas, PONTE EN CUCLILLAS. -La mujer se puso un guante.
-¿Qué va a hacer?
-Revisarte. -La policía le puso la mano en la vulva palpando y comenzó a introducir los dedos.
-Esto es humillante
-¿Porqué te lo hago yo? Si fuera mi compañero te gustaría más? Tengo que revisar a ver si no traes algo.
-¿Algo? Ni que eso fuera un bolso. -Beatriz estaba tensa y temblaba.
-Mira mami de ahí adentro he sacado celulares, navajas, cuchillos y balas. Lista estás limpia, vístete y esperas al oficial a que te lleve la sala de visitas.

Beatriz salió del cubículo asqueada, llegó el otro policía. -Quédese pegada a mí para que no le pase nada.
-¿Ah es que después de la humillación en el cuarto de revisión  puede pasarme algo más?
-Quédese tranquila y no mire pa los lados.

Mientras caminaba los presos le gritaban piropos bastante groseros y le silbaban. <<Mami entra aquí para que corones somos cinco, cinco machetes pa ti>> <<ven pa date lo tuyo jeva, tengo tres años que no mojo>>
Beatriz cerró los ojos hasta que llegaron donde esperaba Alonso.

-30 minutos.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo que visita conyugal, te volviste loca?
-Hay que estar loca o enamorada para venir a verte. Si pedí visita conyugal hasta pagué porque no es hoy sino mañana.
-No perdamos tiempo.
-No, no....ya no quiero, se me quitaron las ganas, esto es deprimente, humillante. Horrible lo que me hicieron.

Se sentaron a conversar y le contó que le pidió el divorcio a Diego, el apartamento y una mesada.
-¿Y aceptó?
-Si, es gay lo puedo hundir. Se tiraba su hijo.
-¿¿A Diego??.
-NOOOOO, otro que le apareció, no quiero hablar de eso, voy a hacer lo que sea para sacarte de aquí antes de lo previsto.
-¿Tienes dinero?
-Lo voy a tener tranquilo, pero te saco.
-Quiero hacerte el amor, tenemos tiempo, un rapidito.
Se levantaron del enorme mesón y fueron hasta el cuarto que usan para los encuentros.

……..

-Mi esposa me pidió el divorcio.
-Que chimbo.
-Creo que se quiere casar con su amante, mi excuñado.
-¿El tío de tu hijo? Coño pero es que en todas partes aparece tu hijo, me tiene el guevo flaco.
Diego miró a Arévalo. -Te veo y quiero que me hagas el amor.
Arévalo lo miraba a los ojos, su pene comenzaba a moverse en su entrepierna,se iba poniendo duro.
-Estamos a minutos de saber si somos padre e hijo y tú pensando en tirar conmigo
-No me importa lo que diga ese papel, quiero ser tu amante, el que te coges cada noche.
-Yaaaa deja de decir esas vainas, eso es demasiado retorcido. -Su pene ya estaba erecto y el bluyín estirado y abultado.
-Será muy retorcido pero tienes la verga dura, todos te miran el bulto.
Arévalo se acomodó y cruzó la pierna para que no se notara.
La secretaria les dijo que podían pasar.

-Bueno Diego, efectivamente los resultados dan un 99% de compatibilidad. Eres el padre de este señor.
Diego tragó grueso y cerró los ojos.
-Usted puede creer que yo me cogí a mi propio...-Diego le apretó la pierna. -...hermano, me acosté con mi hermano sin saber nada.
El médico abrió los ojos y se pasó la mano por la cabeza rascándosela.
-En fin son padre e hijo, no hay duda de eso.
-Maricoo, doctor cómo se explica que tengo el guevo grande y grueso, mire 
-No, no, no hace falta que me lo muestres, te creo.
-Aja, bueno, coño mide 23 centímetros y mi papá apenas le mide 9 coño eso no preña ni a un ratón, bueno disculpa, si preña, pero sabe a lo que me refiero, montas a una jeva o un macho y le das palo, le duele, pero nueve centímetros...no sé, esos exámenes están confundidos.
-Diego no levantaba la cabeza de la verguenza, tenía el brazo apoyado en la silla y su cabeza sostenida por su mano.
-Arévalo, ¿Así te llamas? Los resultados no mienten, no están errados, es tu padre, no te guíes por el tamaño del miembro.
Arévalo se levantó y se bajó el pantalón
-Mírelo, mire como cuelga, párate papá.
Diego escuchó eso y se levantó lentamente mirando al policía.
-Desabróchate. -lo hizo Arévalo y le bajó el interior. Mírelos.
El médico resopló y abrió los ojos. Miró ambos penes. Se acercó.
-Si te fijas Arévalo, mira, el glande, son exactos, mira la curva, la base, los testículos, son iguales, cambia el grueso y el largo pero los penes son iguales.
-Maaaarico no me había fijado, mira la vaina y eso que te lo he visto varias veces.
Diego cerró los ojos y se acomodó el pantalón para luego sentarse.
-Bueno si no tienen más preguntas o dudas, les voy a pedir que se retiren es que tengo muchos pacientes, sino con gusto nos quedamos analizando las leyes de Mendel.

……..

Beatriz salía del centro penitenciario y volvió a ver al policía de la entrada.
-¿Todo bien señora?
-No, pero a lo que vine, lo hice.
-Si no quedó satisfecha, podemos resolverlo.
-¡Es usted un grosero!, voy a hablar con el ministro para que qué aprenda a respetar a una dama.
-No me acuse, mire que todavía no he hecho cosas sucias con usted.
El policía tomó un papel y un bolígrafo y anotó su número de celular y el nombre.
-Tome por si necesita algo de mi, yo puedo resolverlo.
Beatriz tomó el papel y lo arrugó, se volteó y se lo escondió en el bolsillo.

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