lunes, 23 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 41


Alonso y Adriano

Después de 15 días de reposo luego del accidente, Alonso se reincorporaba al trabajo intentando ponerse al día, retomando la rutina laboral y recibiendo como disparos las preguntas sobre las fotos de su hijo Adriano en Facebook. A cada rato diciendo lo mismo que le hackearon la cuenta, que fue una novia dolida, que ya se solucionó todo. Una y otra vez repetía lo mismo.



Esa noche  Alonso invitó a cenar a su hijo para que le explicara lo que pasaba. Adriano le confesó  lo que el padre ya se sospechaba. Le contó lo de la situación con la persona que estaba saliendo. Con todo detalle le habló de Américo y le dijo que ya lo había denunciado pero que tiene una identidad falsa.



–Hijo, lo de tu homosexualidad ya me lo intuía, tu madre no es tonta y tamibén debe saberlo pero deberías contarle y sincerarte con ella, con lo del tipo ese con el que sales o salías ten cuidado, mucho cuidado y más aún si tiene una identidad falsa, es peligroso ese carajo, es un enfermo.



Alonso veía a su hijo  y su cara no era de preocupación o de nervios algo que le llamó la atención.



–¿Tú sigues enamorado de ese chiflado verdad?

Luego de varios segundos Adriano respondió.
–Sí papá...no sé que me tiene atado a ese loco y con ganas de verlo y estar con él.
–¿Te gusta el sexo con él?
–Verga papá me da pena hablar contigo de eso.

Alonso dio un largo suspiro y siguió hablando.
–Yo también soy gay Adriano.
–¿QUÉ? ¿y mamá sabe eso?
–No y no quiero que le digas nada...yo sabré cuando decirlo.
–¿Qué te hace pensar que mi mamá no lo sabe o lo sospecha? Verga...me dejas loco papá, pero ¿desde cuándo?
–No sé, desde siempre pero lo dejaba oculto ante todos, como muchos que nos casamos tenemos hijos y dejamos en el fondo de nosotros lo que realmente queremos ser para ser felices y nos quedamos con lo que quieren los demás.



 A Adriano se le llenaron los ojos de lágrimas al ver a su papá contarle eso con nostalgia y sentimiento.

–No me imagino el sufrimiento y la desesperación por estar casado con una mujer.
–Y no me arrepiento hijo, tuve años maravillosos con tu mamá y te tuvimos a ti que eres lo más grande y hermoso que tengo.
–Ay papá...qué broma.
–Bueno, no hablemos de mí que ya soy estoy mayorcito, hablemos de ti que ahora es que te queda vida y vainas que pasar. ¿Qué coño vas a hacer con ese loco? te gusta, ese tipo y te está envolviendo.
–No sé que hacer, si, me gusta, estoy enamorado papá y me excita cada vez que me busca para tener sexo porque es violento e inesperado.
–Ve a un especialista, un psicólogo, necesitas ayuda.
–Necesito que lo metan preso.
–Necesitas ayuda, eso no va a cambiar las cosas hijo, será él u otro.



Terminaron de cenar y salieron del restaurante. Al llegar al carro Alonso abrazó a su hijo.

–Te quiero mucho hijo, gracias por confiar en mí y gracias por escucharme.

Adriano se puso a llorar.
–Tengo miedo papá, Américo es peligroso y algo me hace estar junto a él pero me da miedo.
–Esta noche te doy el teléfono de un psicólogo que conozco.

Se montaron en el carroy dejó a su hijo en casa de su madre, él siguió a la suya.



Hizo una llamada.



–<<Hola, ¿cómo estás? ¿Sigue en pie lo del chamo que me tenías para tirar?>>
–<<Claro chico. ¿Lo quieres para hoy, ahora?>>
–<<Bueno si, estoy yendo a casa, te aviso, pero si, si puede hoy mándalo>>
–<<Ok te llamo en media hora>>

Alonso, bajó su mano a su entrepierna y acomodó su pene que iba despertándose.

viernes, 20 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 40


Adriano y Américo

Adriano llega a planta baja y sale del edificio. Una vez en la acera voltea a ambos lados y no ve a nadie. Al fijarse a mano izquierda ve a Américo levantando la mano, se estremece y le recorre un escalofrío por la espalda y va caminando hacia él que está apoyado en su carro.

–Te denuncié en la policía, en cualquier momento te buscan.
–Mi amor no me hables de cosas malas, sube al carro –Le sacó el arma oculta en un paño negro –Sube al carro que vamos a pasear.
–¡No me voy a subir Américo!–Mientras decía eso sentía como su interior se movía y se humedecía, un calor le recorría el cuerpo.
–Te tengo que dar tu regalo. Toma las llaves, vas a manejar tú.

Se montaron en el carro y Américo lo apuntaba en un costado –Ya lo tienes parado ¿ves que te gusta estar conmigo? Vamos a disfrutar, arranca–.

Comenzaron a rodar mientras que Américo comenzó a hablar de los planes que tenía con Adriano, los viajes, la casa donde iban a vivir juntos, mientras le empujaba la pistola. –Yo no quiero hacerte daño, porque te amo mi amor, pero a veces me obligas –Comenzó a bajarle el cierre del pantalón, le apartó el interior y sacó el pene que estaba completamente erecto. Se agachó para mamarlo mientras le seguía apuntando con el arma.
Adriano se estremecía cada vez que Américo introducía todo su pene en la boca. Se detuvo.
–Acomódate y vas a cruzar aquí y agarras la autopista.
–¿Dónde vamos?
–A un sitio donde estaremos solos.
–¿Pero dime dónde? –Américo le empujó más la pistola haciéndole daño. –Ya lo sabrás mi amor, no te angusties que no te va a pasar nada que no te guste–.

Tomaron la autopista, luego de unos minutos Américo le dijo que tomara una salida que había a la derecha para pasar por debajo de la autopista y tomar el retorno, al incorporarse de nuevo, rodaron un par de kilómetros más y le dijo que se orillara. Iban a entrar a una estación de servicio abandonada. Dejaron el carro en el hombrillo, salieron del carro y entraron a la estación.

–Camina hacia esa puerta y vas a entrar.
Adriano estaba sudando y estaba temblando –Vamos a dejar esto ya, yo retiro la denuncia y me olvido de todo.
–CÁLLAATEEEEEE, ENTRA. –Lo empujó y entraron al baño que estaba oscuro. Casi no se veía adentro del baño y el olor era insoportable.

–Bájate los pantalones –Se desabrochó y los dejó caer y le dijo que se pegara a la pared. Apuntándolo en el cuello, Américo también se bajó los pantalones y el interior, se echó saliva en la mano y embadurnó su pene para luego meterlo entre las nalgas. Empujó con fuerza y Adriano se tensó. Américo lo agarró con fuerza del cabello –Afloja el culo coño–.

Comenzó a empujar con fuerza mientras Adriano tenía la cara pegada a la pared que estaba sucia. Américo seguía empujando cada vez más duro. El celular de Adriano comenzó a sonar, se puso nervioso y le dijo a Américo que tenía que contestar que era probable fuera de la oficina. Le dijo que se callara.

Le puso el brazo izquierdo en la nuca mientras comenzaba a correrse dentro de Adriano que estaba bañado en sudor, sin darse cuenta él también se había venido pegado a la pared.

–¿Te gustó? Vístete que nos tenemos que ir.
Adriano no contestó, pero por dentro sentía una emoción que no podía describir, cada sesión de sexo con Américo lo excitaba y le daba morbo. En su mente tenía una dualidad, sabía que tenía que denunciarlo y acabar con el acoso pero le gustaba cada vez que aparecía Américo y lo trataba como un objeto sexual.

–Me tengo que ir a la oficina, me van a formar un peo por mi ausencia.
–Tranquilo mi amor ya vamos para allá y te doy tu regalo.
–¿Mi regalo? ¿no era esto? lo que hicimos.
–Ja, ja, ja no mi amor, eso era porque quería hacer el amor contigo, el regalo es otro

Llegaron a la oficina y le dijo para entrar al estacionamiento de la torre. Al entrar Adriano estacionó el carro y salieron para abrir la maleta, Adriano se asomó para ver lo que había, quedó sorprendido.

–Para que puedas cambiar tus cauchos, por mi culpa no has podido usar tu carro y te pido disculpas por eso –Lo ayudó a sacarlos de la maleta–.
–Yo no te puedo aceptar esto.
–No es cuestión que lo aceptes mi amor, me comporté mal pinchando los cauchos y lo que quiero es resarcir los daños.

Adriano los apoyó en la pared y se limpió las manos en su pantalón que ya estaba bastante sucio. Américo se le acercó y le dio un beso en la boca que no rechazó, más bien lo retribuyó entregándose al beso y sintiendo su entrepierna moverse.
Dejó los cauchos guardados en el sótano y Américo se fue. Al subir entró a la oficina y nadie había notado su ausencia y entonces revisó su celular. Tenía una llamada perdida de un celular desconocido y llamó.

–<<Buenas tardes señor Adriano, soy el policía que lo atendió con lo de su denuncia>>
–<<Ah, sí, sí, dígame, ¿averiguó algo?
–<<Necesito que venga a la comisaría para a hablar del caso>>
–<<¿Pero pasa algo?
–<< En dos platos, los datos que nos dio de este hombre no existen, no hay nadie llamado así y menos con ese número de identificación.

Adriano se quedó petrificado y bajó el celular de su oreja, se sentó en su silla y colgó la llamada.

 

jueves, 19 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 39

Débora y Alejo

Débora y Alejo llegaban al local, había mucha gente en la calle y aún los bomberos estaban en el lugar ya recogiendo. También había una patrulla de policía. Sólo se había quemado el local nuevo, la parte ampliada, el fuego no logró extenderse ni al local viejo ni al otro lado. La casa de atrás tampoco sufrió grandes daños.

Débora se acercó a Desiré, su mamá, que le explicó que los vecinos que están detrás del local llamaron a los bomberos y luego le avisaron.
–Yo creo que debes acercarte al bombero que está allá el que no tiene el casco puesto, él te va a decir que sucedió.

Efectivamente Débora y Alejo se acercaron al inspector jefe de los bomberos metropolitanos. Alejo lo conoce desde hace varios años, son amigos.

–¿Qué fue lo que pasó Régulo?
–Todo hace indicar que fue provocado, pero los sistemas contra incendio no funcionaron.
–Pero eso estaba en orden, ustedes mismos lo revisaron y dieron el permiso para abrir el local.
–Si, fueron manipulados los sistemas. Si están asegurados no lo va a cubrir el seguro cuando lea el informe.
–Ya va, déjeme traerle el informe de ustedes, lo tengo en el otro local. -Dijo Débora, que se fue y le pidió a su mamá que la ayudara con eso.

–Coño Régulo, somos panas, no pongas eso en el informe.  Apenas inauguramos hace unos días no vamos a poder amortizar eso.
–Alejo me puedo meter en problemas, mucha gente estuvo de testigo.
–Yo sé que tu puedes hacerlo.
Hubo un silencio, Régulo miró hacia el local quemado y estuvo así unos segundos. Sacó su celular e hizo una llamada para pedir que no hicieran el informe hasta que no llegara él.
–Esto te va a costar y caro.
–Lo que sea, yo saco los reales de donde sea.
–Sabes a que me refiero, guevón. Me debes una cogida.
Alejo se le quedó viendo y se puso serio.
–Cuenta con ese informe, deja la angustia, que no tiene que ser hoy –Le dio una palmada en el brazo y le guiñó el ojo– Eso es entre tú y yo, nadie tiene porque enterarse.

Débora regresó con el informe de inspección y permiso y se lo entregó a Régulo.
–Tranquila, mañana pase por los bomberos y le entrego el informe del siniestro para que lo envíes al seguro.
–¿En serio? ¿entonces si me podrán pagar?.
–Así es señorita.
–Gracias.
–No me lo agradezca a mi, sino a su novio –Volvió a picarle el ojo y se fue con el resto de los bomberos que ya estaban listos para irse–.

_¿Qué significó eso? No entendí…
–Nada mi amor, yo hablé con él, conozco a Régulo desde hace 10 años, le pedí que acomodara el informe para que el seguro pagara.
–Mmmm ok ¿y ese guiño?
–Ay mi amor ¿qué pasó? ¿estás celosa?
–¿Y si ese tipo quiere cobrarte con… sexo?
–A pues, te dije que yo no soy gay ¿te lo dije o no?
–Si…pero bueno, listo, ya gracias mi amor, gracias por tu apoyo y ahora lo necesito más.

Al no haber ningún daño en el local de al lado podrían abrir mañana, pero necesitaban acomodar algunas cosas y rescatar lo poco que había quedado intacto del otro lado, así que estuvieron hasta las cinco de la mañana acomodando, los ayudó su mamá, un par de vecinos y el papá de Alejo para la instalación eléctrica chequeando que no haya sufrido daño del lado no quemado.


Luego de dormir sólo tres horas, se fueron al local, Alejo hoy no trabajaría de buhonero en la calle para ayudar a Débora ya que tenía que ir con su mamá al seguro.
Al llegar, una fila de 20 personas esperaban a que abrieran el local.

–¿Qué te dije? Lo que salió en la revista iba a ser un éxito.
–Eso es por el morbo de verme.
–Por lo que sea mi amor, hay clientas nuevas, vamos a atenderlas.

En efecto, la mayoría vino para ver si era verdad que Débora era un hombre. Haciéndole caso a Alejo, respiró hondo y se relajó y respondió las preguntas. A los 20 minutos se fue al seguro quedándose él a cargo del salón de belleza.

Al regreso del seguro no se le quitaba de la cabeza que el incendio lo pudo haber provocado Rendel, pero cómo saber que fue él, no habían pruebas, se lo comentó a Alejo y la hipótesis no le pareció descabellada. Le dijo que averiguaría directamente con su primo a ver que le decía.

Como era de esperarse el primo negó todo pero poniéndose agresivo, al punto de echarlo de su casa, algo que a Alejo le pareció sospechoso pero igual no tenían pruebas contundentes. Se fue a trabajar a la calle. Débora estaba en el salón de belleza con mucho trabajo.

Al final de la tarde, Débora cerraba el local, estaba agotada, Alejo no pudo acompañarla pues se fue a buscar una mercancía hacia el este de la ciudad y llegaría en la noche.
Al llegar a su edificio, cuando cruzó el pasillo hacia el ascensor se le apareció Rendel. La agarró por el brazo y la metió en una esquina que da al estacionamiento. Le sacó una navaja que le puso en el cuello.

–Ay Arquímedes deja de meterle ideas en la cabeza a tu noviecito.
–¿Qué…qué ideas?
–No te hagas el idiota, del incendio de tu local –Le clavó la punta de la navaja por debajo de la mandíbula sin herirla.
–Yo sé que fuiste tú.
–Ay si mariconcito, descubriste el agua tibia. –la volteó y la puso frente a él–.
–No se te ocurra denunciarme, además no tienes pruebas –Le agarró la cabeza y la besó en la boca–
–Besas como una mujer, que asco, te quiero hombrecito con pelos para cogerte –La apretó contra su pecho y le pasaba la lengua por la mejilla–No raspa tu barba, me arrecha verte vestido de mujer-.
–Déjame en paz Rendel Ya basta, por favor, me estás asustando.
–Te voy a dejar en paz cuando seas mío –La soltó dándole un empujón –Lárgate.

Débora salió corriendo nerviosa. Al llegar a su casa le escribe a Alejo para contarle, estaba decidida a denunciarlo.

miércoles, 18 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 38

Asdrúbal y Asier

Asdrúbal llegaba a la cita con el detective privado. Tenía cita para las 7:30 de la noche, estaba un poco nervioso.

–Ya el señor Linares lo va a atender, está reunido –Dijo la secretaria–.
–Gracias.
Mientras esperaba leía una revista que había tomado de la mesita que estaba en la sala de espera. Llegó un hombre, dio las buenas noches y al pasar frente a Asdrúbal se le queda viendo mientras continua su camino hacia su oficina.
–Verga que carajo tan bueno ¿será detective también? –Pensó Asdrúbal imaginándose si también fuera gay–.

Al rato, sale del despacho del detective Linares una mujer muy elegante , tenía unos lentes oscuros puestos y con cara de estar llorando, se le acerca a la secretaria.

–Deisy, aquí están los registros, el señor Linares me dijo que te los diera y el código de barras para que entre todo en mi expediente.
–¿Quiere un té? Está un poco alterada.
–Si por favor, ay Deisy, mi esposo aparte de estar metido en negocios ilícitos con el gobierno, es maricón  –dijo la palabra en susurro– imagínate.
Asdrúbal agachó la cabeza y clavó sus ojos en la revista. Se imaginaba hablando con Deisy y contándole su situación con Asier –Imagínate Deisy, Asier es millonario gracias a que es un ladrón mafioso, tiene una empresa que es la tercera más grande del país y yo soy el novio de ese criminal.
–Joven Asdrúbal, ¿quiere un té? Lo veo alterado, su caso no es nada en comparación a lo que viene aquí, si yo le contara, yo me sé la historias de todos, a veces lloro con ellos y hasta los ayudo a resolver cosas, ya soy una experta—

–Señor, señor…señor ya puede pasar.
–Ah, ah si, si disculpe, gracias.

Asdrúbal entró a la oficina. Le sorprendió el despacho, era oscuro y con muebles de madera, parecía una oficina de detectives de las series de televisión de los 80, pero tenía muchas cosas modernas; una computadora, tablet  un sistema de televisión todo de la empresa de Cupertino, varias impresoras, un televisor de plasma de 42 pulgadas.

 –A ver ¿qué lo trae por aquí?.
–Bueno señor Linares vengo porque quiero averiguar varias cosas de una persona que tiene una empresa y es como sospechoso lo que hace.
–¿Cómo sospechoso?
–Bueno él es el dueño junto con la familia de la empresa Agustín Sucre & C.
–Ya va, ya va. ¿Tú quieres investigar a uno de los dueños de esa empresa?  Mira carajito tú sabes de quien estamos hablando? Es una de las mayores empresas de este país. ¿qué relación tienes tú con esa gente?.
–Bueno…yo estoy saliendo con Asier Sucre –Asdrúbal se puso rojo y Jaime se le quedó viendo a los ojos.

Otro marico, coño a mi me persiguen los gais hasta tengo tres en la familia, yo debí ser un nazi que mataba homosexuales en la otra vida y ahora me mandaron de nuevo para aceptarlos y amarlos. Pensaba Jaime–.
–Quiere decir que son homosexuales, son pareja.
–Sí, bueno, estamos saliendo. El caso es que yo conocí a Asier pidiendo dinero en el metro y por casualidad me lo encuentro en la calle encorbatado y comenzamos a hablar y él se pone a explicarme como ha hecho su fortuna.
–Vaya…mira vamos a hacer algo, te voy a poner en contacto con uno de mis colaboradores, se llama Rubén, él va a llevar tu caso si decides contratar nuestros servicios.
–Quería saber cual es el monto por el trabajo.
–20.000 al inicio y al finalizar el trabajo los siguientes 20.000.
–Wow, es mucho dinero.
–Estamos hablando de  una gran empresa a la que hay que investigar, te estoy cobrando poco.
–¿Y hay un sistema de financiamiento?
Jaime se le quedó mirando y se ríe para luego contestarle. Si, si lo hay, claro que lo hay, por supuesto te sale más costoso pero lo pagas en un año. Pero todo eso lo hablarás con mi compañero, ve a su oficina que está cruzando el pasillo. Espera que Deisy te avise para que vayas a su despacho.

Que se entiendan entre gais.
–<<Rubén te voy a mandar un carajito a tu oficina para que trabajes con él, te va a pedir financiamiento, no tiene dinero pero el caso es muy interesante. Ah y es gay. No te lo vayas a tirar, primero porque estás trabajando y segundo que mi hijo es tu pareja>>
–<<Ja, ja, ja Ay jefe, entonces ¿para qué me lo manda? Es jodiendo. Ya lo atiendo>>.

Asdrúbal vuelve a la sala de espera pero sólo esperó escasos minutos, Deisy le dice que pase ahora a la oficina de Rubén.

–Buenas noches, permiso –Asdrúbal al verlo se da cuenta que es el que vio cuando estaba esperando. –Qué bueno está–
–Siéntate –le hace un gesto con la mano para que lo haga mientras le sonríe–.
–¿Qué edad tienes?
–25 años, soy operador de atención al cliente en una empresa de telefonía celular.
–Que bien, luego hablaremos de eso que me interesa –Está mayorcito pa mi, pero igual me lo tiro, qué bello está el carajo–.
–Cuéntame que te trae por aquí a ver si te podemos ayudar.

Sonó el celular de Asdrúbal, era Ramón para saber como le había ido con el detective, le dijo que seguía reunido y colgó la llamada. Cuando comenzaba a contarle la historia, volvió a sonar el celular –Disculpa, atiendo y apago esto–Era Asier –Justamente de la persona que le vengo a hablar -Le dijo que estaba ocupado que hablaban luego y colgó la llamada.

Comenzó a contarle desde el inicio, de cómo lo veía en las mañanas en el metro, el día que se vieron frente a frente y luego cuando lo encontró en la cola para pagar y luego lo que Asier le había contado y lo que él consiguió en la mansión. Sacó los recortes de periódico y se los entregó.

–Caramba, esto es grave, si esta gente está relacionada con esto, es muy grave y debe haber mucho más. ¿Tú te vas a ver con él hoy? Lo digo por la llamada.
–No sé, a lo mejor.
–Vamos a hacer algo –Tomó un bolígrafo y papel– Aquí está mi dirección y mi número, mañana te vienes a mi apartamento y discutimos bien este asunto y armamos un plan, si le puedes sacar información hoy, mejor. Si estás empatado con él, sigue la relación, no termines.
–¿Pero para que vamos a tu apartamento? ¿No nos vamos a reunir aquí?
–Eventualmente pero me siento más relajado estando en mi casa, las ideas fluyen mejor con una copa de vino y sentados en el sofá. Ya verás que armaremos un buen plan.

Asdrúbal le sorprendió la invitación pero le entusiasmó, estaba pensando si la empresa sería poco seria y no resolverían nada y le quitarían el dinero y sólo tendría sexo.
–¿Y cuanto es el costo?
–Eso lo discutimos luego, pero tranquilo, el jefe me dijo que quieres financiamiento. Vamos a hacerte un plan para que todos quedemos satisfechos. Con esta información que me diste hoy voy a comenzar a moverme.

martes, 17 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 37

Amadeo y Andrés

Andrés iba tomado del brazo de Amadeo mientras conversaban.

–¿Qué quieres que te diga Amadeo?
–Bueno, que opinas, qué te parece ese trabajo.
–Exactamente, es un trabajo como cualquier otro, que como cualquier trabajo que hagas tienes que hacerlo con responsabilidad, asumiendo los riesgos y consecuencias de eso.
–Pero ¿te parece bien que lo haga?
–Si estás dudando es que no estás convencido. ¿Qué me parece? No es algo que yo haría, me parece una vía fácil y cómoda de ganar dinero. Eres un prostituto que te quede claro eso. Vas a conocer mucha gente y eso puede ser un arma de doble filo, todos te conocen y quien sabe si alguien quiere ser tu pareja
–¿Tú querrías ser mi pareja si yo te lo pido?
Andrés levantó la cabeza y se quedó pensando, le vino a la mente el rechazo de la gente por estar ciego, las trampas que le han hecho, lo han dejado solo en la calle sin decirle nada y ahora conoce a Amadeo que no lo rechaza, no está con él para timarlo y no se burla pero se convertirá en un escort, tendrá sexo con varios hombres en la semana.

–Me estás haciendo un pregunta que no sé como contestarte. Es incómodo para mí saber que mi pareja luego de estar conmigo en la cama, estará con otros ese día pero por trabajo.
–Pero dijiste que es un trabajo como cualquier otro.
-Si, pero este es un poco particular ¿no crees?
–Te das cuenta que me estás rechazando por un posible trabajo que haré. Me discriminas por ser un prostituto y yo tengo que ser tolerante contigo y aceptarte porque eres ciego. ¿quién discrimina a quién?  Me gusta estar contigo y creo que lo de ser ciego más allá de restarte creo que te suma mucho. Si yo acepto trabajar en esto es consciente de que es un trabajo y será mi sustento, no para siempre pues yo seguiré sacando mi carrera de ingeniería, no le veo nada de malo. ¿Es malo porque es sexo?.
–Ok, me jodiste, tienes razón, no debo juzgar lo que haces, lo que pasa es que estás involucrando el sexo, una parte importante en una relación de pareja, quieras o no, se crea una conexión con esa persona con la que tienes sexo, sean cuatro tipos o uno. Pero bueno, siempre y cuando lo hagas con la madurez que eso requiere, pues asúmelo como un trabajo, espero que temporal. Y respondiendo a tu pregunta, sí, me gustaría ser tu novio, tú me gustas mucho, la paso bien contigo, pero tú todavía tienes un rollito raro con tu ex y de verdad si que no toleraría que estuvieras acostándote con él con la excusa de que es trabajo.

Amadeo quedó en silencio pues no se esperaba que Andrés le dijera que sí. A él también le gusta pero no se sentía lo suficientemente atraído para comenzar una relación y se lo dijo.

–Bueno era sólo una pregunta…no pensé que hablarías en serio…
–Ja, ja, ja o sea que quedé como un idiota confesándote lo que siento, que vaina.
–Ya va, ya va,  tampoco es que no me gustas, no me lo tomes a mal, pero es que de pana no estoy para parejas ahora.
–Tranquilo, no hay rollo.

Se sentaron en un banco y siguieron conversando, mientras Andrés lo hacía Amadeo se le acercó y le dio un beso en la boca.
–¿Y ese beso? ¿Y delante de toda esta gente?
–Me provocó
Ahora se le acercó Andrés y lo besó pero más apasionadamente, hasta le puso las manos en la cara.

–Ya sabes cuanto me gustas así que si decides estar conmigo y yo sigo soltero, sabes donde buscarme –Se levantó del banco–.
–¿Así? ¿Ya no nos vamos a ver más?
–Claro que sí, pero me tengo que ir.
–Te acompaño hasta que te montes en el vagón.

Estando en el andén esperando el tren Amadeo se le acerca al oído a Andrés.
–Me encantaría hacer el amor contigo.
Andrés se le acercó también al oído. –Si lo hacemos nos vamos a involucrar más, el sexo es una vía para conectarse con la otra persona y esa conexión siempre va a estar ahí. Yo te deseo pero no sólo para el sexo, cuando tú sientas lo mismo que yo, haremos el amor. No hagamos ahora una tontería por el calentón del momento. Un beso, me voy.

El susurro al oído de lo que le dijo provocó una erección en Amadeo. Se le quedó viendo a través del vidrio del vagón. A pesar de no ver Andrés tenía la mirada hacia Amadeo y se sonrió, él también lo hacía.

Subió las escaleras a toda velocidad y con una sonrisa en su cara se sentía muy bien. El trayecto a su casa lo hizo con Andrés en su cabeza.

lunes, 16 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 36

Amado y Alonso
 
La tormenta arreciaba, la lluvia era constante y no se veía nada por el parabrisas. Alonso manejaba muy tenso pero no quería detenerse, quería llegar.
Los limpiaparabrisas no se daban abasto, llevaba las luces altas encendidas.

A ratos bajaba la intensidad pero volvía a incrementarse la lluvia, el celular de Alonso repicaba pero no podía atender, necesitaba concentración. Era Amado.

En la pequeña clínica donde tenían ingresada a Daira se había ido la luz y la planta no cubría el 100% de operatividad pero terminó por colapsar y quedar a oscuras, sólo las luces de emergencia iluminaban ciertos sectores.
Daira necesitaba asistencia o habría que trasladarla a una clínica mejor equipada. La monitoreaban con los médicos al lado de ella y dándole oxígeno manualmente. Amado estaba preocupado, Alonso no respondía y las últimas veces caía la contestadora al primer repique.

Alonso seguía en la carretera y lo acompañaba la lluvia que no cesaba, su cuerpo seguía tenso. La carretera era un río y el carro estaba inestable, había poco agarre entre los cauchos y el asfalto.
Amado seguía llamando. La única respuesta era la contestadora en el celular de Alonso pero se quedó sin batería y seguían sin luz.

La tormenta parecía que no iba a parar nunca, Alonso nervioso no quería detenerse, aunque no se veía la carretera por la lluvia y la oscuridad, sabía que estaba cerca. De repente, una sacudida del lado derecho hace que pierda control del carro. El caucho derecho cayó en un hueco y el vehículo derrapó, dio medio giro y al golpear la rueda trasera con el brocal de la calle el carro se sale de control y se voltea saliendo de la carretera y rodando por el monte lateral.

Amado vuelve a entrar donde está Daira que en ese momento tiene una crisis y cae en coma. Los doctores tratan de solventar el problema con lo que tienen pero es inútil, hay que trasladarla de inmediato.
Luego de que el vehículo se desliza unos metros y se detiene, Alonso abre los ojos y no ve nada, todo está oscuro, intenta quitarse el cinturón pero tiene un fuerte dolor en el brazo izquierdo y en la cabeza una herida.

Se desabrochó el cinturón y comenzó a salir por la ventana despacio pues el brazo le dolía. Se puso de pie, estaba un poco mareado, ya no llovía, el cielo estaba despejado. Ahora tenía que ubicarse donde estaba y pedir ayuda pero había muy poco tránsito. Regresó al carro a buscar su celular.
Luego de estar agachado soportando el dolor del brazo por unos minutos. Lo ubicó, le faltaba la tapa que guarda la batería pero estaba intacto. Llamó a Amado y le salió la contestadora.

Llamó al 911, unos segundos más tarde lo atienden y les da las coordenadas de donde se ubica mirando alrededor y dando alguna referencia. Al terminar la llamada se va al carro a esperar ahí, sentado del otro lado para que nadie lo viera.

Treinta minutos después llega una ambulancia y una grúa de plataforma. Montan el carro y comienza el regreso a la capital. En la ambulancia le dan los primeros auxilios, que, aunque no son de gravedad, igual lo llevarían una clínica para un chequeo. El brazo izquierdo se le dislocó y lograron colocárselo de nuevo e inmovilizarlo, en la cabeza le tomaron cinco puntos.

El carro de Alonso se lo llevaron a un estacionamiento, al día siguiente el seguro lo buscaría para que lo viera el perito y luego de la evaluación decidir si repararlo o darle pérdida total. De esos trámites se encargaría el corredor de Alonso,  él iría directo a la clínica.

Al llegar a la clínica volvió a llamar a Amado y este contestó.

–<<¿Dónde estas?>>
–<<Ay Amado, disculpa, me pasó de todo, tuve un accidente yendo a la playa, había mucha lluvia>>
–<<¿Pero tú estás bien?>>
–<<Si, si, estoy bien, fue más el susto, estoy en emergencia esperando que me atiendan>>
–<<Ya te estoy viendo, Dios mío, voy para allá>>

Al acercarse Amado abrazó a Alonso y ambos se pusieron a llorar, fue en ese momento en que Alonso cayó en cuenta de lo que había sucedido. Amado le contó a Alonso que Daira estaba en coma, en el pueblo se había ido la luz y todo se complicó, pero ya la estaban atendiendo y estaba estable, había salido del coma hace unos minutos.

–El médico me dijo que no cree que quede bien, estuvo mucho tiempo sin oxígeno desde que la saqué del agua y la atendieron en la clínica. Es probable que algunas funciones motoras estén comprometidas.
Hubo un silencio de varios segundos. –Aaay Amado, ¿Cómo no llegué antes? ¿No podrá caminar o hablar?
–Hablar y lo de caminar lo sabremos después. Me siento mal mi amor, te necesito.
Otro silencio invadió el espacio entre ellos a pesar del ruido normal de un área de emergencia.
–No te atormentes con eso oso, tranquilo, todo va a salir bien.

Se volvieron a abrazar y Amado se fue un momento a la habitación de su esposa. Alonso llamó a su hijo Adriano para avisarle.
–<<Tranquilo Adriano yo estoy bien, ya voy a salir de la clínica no te vengas, yo te aviso y vienes a casa>>.
–<<¿Y el carro?>>
–<<Me toca esperar>>
–<<¿Pero necesitas algo?, yo pido permiso>>
–<<Tranquilo papi, estoy bien, luego nos vemos>>

A Alonso lo revisaron le hicieron unas placas, luego de esperar los resultados estaba todo bien, a pesar de lo contundente del accidente. Se acercó a la habitación donde estaba Amado y su esposa.
Daira abrió los ojos y vio a su esposo hablando con Alonso. Comenzó a hacer sonidos sin poder gritar y comenzó a correr una lágrima de su ojo izquierdo.
–Creo que Daira está nerviosa, como agitada.
–Déjame buscar a la enfermera.

Amado se quedó solo con ella, Daira se puso tensa, él puso su mano en la cama, Daira se la tomó con fuerza y lo veía a los ojos.

–No me reclames a mi Daira, yo no soy el culpable de esto, estás en esta cama por tus acciones y por las de Amado, me estás haciendo daño –Se zafó de la mano moviéndose haciendo un giro. Llegó Amado con la enfermera.

–Bueno Amado me tengo que ir, es tarde y tengo muchas cosas que hacer, más tarde vengo o mañana, cualquier cosa me llamas.

Alonso salió de la clínica para buscar un taxi e irse a casa, mientras esperaba sonó su celular. Era de su oficina.

–¿Otra vez? Ya les dije que estaba en pleno peo en la clínica, que vaina.
–<<Aló>>
–<<Alonso, disculpa que te llame pero…es que apareció en tu muro de Facebook…fotos de tu hijo desnudo y otras teniendo sexo…es muy fuerte y lo ha visto toda la agencia. Estás etiquetado en todas las fotos>>
–<<¿QUÉÉÉ? ¿De Adriano? No entiendo nada, espera que me meto en el perfil.

Se montó en el taxi y entró en su perfil.
–No puede ser, no puede ser, no puede ser. ¡Adriano COÑO!
El taxista lo veía por el retrovisor. Alonso llamó a su hijo.

viernes, 13 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 35

Adriano y Américo

Ya era cerca del mediodía y Adriano aprovechó para revisar su correo personal, al abrirlo tenía 20 correos de Américo. Sólo abrió uno.

Ya no respondes ni al teléfono,
Pende de un hilo la esperanza mía,
Yo no creí jamás poder perder así la cabeza,
Por ti.

Porque de pronto ya no me querías.
Porque mi vida se quedó vacía,
Nadie contesta mis preguntas, porque
nada me queda, sin ti.


Adriano cerró el correo y lo borró. –¡Hasta cuando!–

Entró a su Facebook y tenía 200 notificaciones, le pareció exagerado pero le llamó la atención una persona en la lista de “quizás conozcas”.

–Alejo, wow que guapo este tipo y que cuerpote –Le dio un toque y comenzó a revisar.

Cuando empezó a fijarse sintió como sudaba frío y se ponía pálido. Fotos suyas desnudo mientras dormía, otras teniendo sexo aunque no se veía su cara pero estaban en su muro como si él las hubiese montado y estaba etiquetado Américo, algunas personas de su familia y compañeros de trabajo. Se echó para atrás, su cuerpo estaba temblando, se  levantó a cerrar la puerta de su oficina y volvió a sentarse para buscar donde se eliminaba su página. Su celular sonó. Era Alonso, su papá.

–<<Aló, hola papá.>>
–<<¿Me puedes explicar qué coño son esas fotos que montaste en tu Facebook? ¡¡¡¡y además me etiquetaste y lo ha visto toda la agencia!!!
–No papá, no fui yo…no sé quién las montó pero no fui yo…
–Mira carajito ahora estoy en tremendo peo con lo del accidente y el carro, hazme el favor y ¡saca esas fotos de ahí YA!. Colgó.

Adriano seguía temblando pero consiguió la pestaña para eliminar su página =¿Está seguro de eliminar su perfil de Facebook?=

–¡¡¡Sí, sí, sí coño!!! Le dio una decena de veces a la tecla enter. Su perfil fue eliminado. Entraba tres compañeros de trabajo.
–Marico, ¿qué te fumaste? Esta bien que ya sepamos que eres gay pero guevón no pongas esas fotos que el jefe las va a ver.
–Salgan de aquí, ¡SALGAN DE AQUÍ COÑO!
 Se quedó en su oficina llorando, hasta que sonó el teléfono de su escritorio.

–<<Adriano, el jefe quiere verte>> –Era la secretaria del director–.

–Pasa Adriano –Le decía Ernesto Uzcátegui el dueño de la empresa –Siéntate–.
El joven se sentó en la silla frente a su jefe.

–Muchacho, ¿Ya cuántos años tienes con nosotros?
–Casi seis años señor.
–Así es, y haz sido uno de los mejores administradores que hemos tenido, no hemos tenido queja de tu trabajo.
–Señor, le agradezco esas palabras y sepa que me siento bien en esta empresa y quiero seguir creciendo…sé que me mandó a llamar por lo que salió publicado…
–Adriano–Lo interrumpió el jefe– Yo no tengo problema si tú eres gay, si eres drogadicto si te gusta comer mierda con las manos, a mi y a la empresa nos interesa que hagas tu trabajo bien como efectivamente lo haces y en base a eso te hemos incentivado para otros cargos y elevado tu sueldo acorde a tu experiencia y logros. Lo que no tolero es que en tu perfil de esa red social, que vamos a estar claros es tuyo el perfil y ahí puedes publicar lo que te dé la gana, es que manches la imagen de la empresa pues tienes entre tus contactos gente de la empresa, me tienes a mi, a la empresa como tal y a clientes y vengas y publiques esas imágenes. Que no lo
critico, hasta yo lo hago con mi esposa, pero NO, NO Y NO lo acepto si involucras a mi gente. Abre un perfil alterno y montas todo eso o sácanos de tus contactos.
–Le juro señor que yo no las monté, alguien montó esas fotos para perjudicarme, no son mías.
–Sale tu cara, las que hay…sexo…pues no se ve.
–Bueno sí, son mías pero no las tomé yo y no las subí
–Pues la persona que las subió te tiene arrechera, algún noviecito, alguien que no le hiciste caso o dejaste.
–Ya borré el perfil señor, y le juro que eso no va a volver a ocurrir.
Ernesto se levantó de su silla y se acercó a Adriano. –Levántate–Lo abrazó.
–Muchacho, si necesitas de mis abogados para joder al que te hizo esto sólo avísame y los pongo a tu disposición. Yo sé lo que es eso. Algo así me hicieron a mi en el pasado, no con fotos comprometedoras si no involucrándome con negocios turbios sin yo tener que ver en eso.
–Gracias señor. Lo tomaré en cuenta y gracias por su comprensión.
Cuando Adriano ya estaba a punto de salir del despacho, Ernesto lo llamó.

–Si los abogados no funcionan, también tengo unos amigos que pueden hacer otro tipo de trabajos.
Adriano se le quedó viendo y se le erizó la piel sólo imaginarse mandando a matar a Américo, agachó la mirada y sólo pudo decir gracias y se fue.

Llegó a su oficina y su celular comenzó a sonar. =número desconocido=
No quería contestar, pero no sabía si podría ser un cliente o alguien conocido, pero se inclinaba por la opción de Américo. Atendió.

–<<Aló>>
–<<Por fin atiendes mi amor>>
–<<Maldito enfermo ¿qué más quieres de mi? Ya te denuncié>>
–<<Te traje un regalo, baja para dártelo>
–<<Métete el regalo por el culo imbécil>>. Cerró la llamada.
Unos segundo más tarde, recibe un mensaje.

–<si no bajas subo yo mi amor, ¿quieres que suba?>
Pasaron unos minutos y recibió otro mensaje.
–<Voy subiendo amor, no puedo esperar más>
–<¡Ya bajo! Ni se te ocurra subir>

jueves, 12 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 34

Débora y Alejo

Era domingo. Débora y Alejo se fueron a desayunar a una cafetería al este de la ciudad, lejos de su barrio, querían hacer algo distinto.  Alejo pidió omelet con champiñones y Débora un croasán relleno de pavo y queso y para compartir, unas panquecas. Todo eso acompañado de jugo y café.

–¿Tenemos hambre no?
–Ja, ja, ja, bueno todo esto lo vas a quemar mañana en el gimnasio, yo no, aunque necesito inscribirme.
–Entra al mío, es económico y está bien equipado, tiene bastantes máquinas y es grande.
–Te recuerdo que soy transexual.
Hubo un silencio y Alejo quedó paralizado y siguió comiendo.
–No chico, no te sientas mal je, je pero es que me resulta incómodo porque ¿voy a entrar a que vestidor? ¿cómo me van a ver? A mi no me molesta pero no quiero pasar un momento desagradable y que la gente estúpida salga a reclamar.
–Tienes razón, pero te vienes conmigo y te cambias en los vestuarios de las mujeres, no tienes porqué desnudarte frente a todas. Sé discreta y ya.
–Bueno, ya veremos. ¡Ay mira! voy a agarrar el periódico, no me acordaba que hoy sale el artículo de mi negocio –se levantó sonriendo–.

Alejo tomó el periódico y Débora la revista. Mientras él buscaba la sección de deportes, ella pasaba rápidamente las páginas de la revista buscando  su reportaje.

-UN TRANSEXUAL DUEÑO DEL SALÓN DE BELLEZA MÁS FAMOSO DEL OESTE CAPITALINO-
Era el titular del pequeño taco en la sección de la página de qué hacer en la ciudad. Estaba la información del local, de lo que hacían y la ubicación. Un par de fotos; la de Débora y la otra del nuevo espacio del salón de belleza.

–¡Mira, lo primero que les dije y van y lo ponen en grande! Después se quejan cuando les cierran un medio y lloran que no hay libertad de expresión.
–Hey hey no te me pongas guerrillera je, je, a ver que dice esto.

Lo leyó, le pareció que estaba bien pues daba casi toda la información que les proporcionaron, pero  justificó el titular diciéndole a Débora que eso es lo que vende.

–Si mi amor, pero es que precisamente eso era lo que no quería, yo no quiero que la gente vaya a mi local  para ver si la dueña tiene dos bolas entre las piernas, quiero que vaya porque mi local es bueno y atendemos bien a todo el mundo.
–Yo te entiendo mi vida, pero aquí se trata de vender, ellos quieren vender su revista o periódico y tú quieres captar más clientes. Ya verás que mañana vas a tener a un gentío en el local. Hasta pusieron las redes sociales
–Ay si, ¿por esta publicación? Y yo la fenómeno de circo.
Los domingos la gente lee periódico. No lo veas así, vamos a enmarcar esto y lo ponemos en el local.
–Ay por favor Alejo, ¡qué tontería! No le voy a hacer el juego a estos del periódico.
–Pero no te molestes conmigo vale, te quiero ayudar, queremos que el negocio crezca ¿no?
–Si…claro…pero…
–Pero nada, las redes sociales nos van a ayudar, también una página web ya verás.
–Ja, ja, ja vas muy rápido mi amor.
–Tenemos que ir rápido, detrás de nosotros y delante van  muchos salones de bellezas queriendo sobresalir.

Terminaron de desayunar y salieron a dar un paseo. Revisaban por el celular que película había en cartelera para luego ir. Querían visitar algunos lugares que no conocían.

Se acercaron a una plaza muy amplia de espacios abiertos donde había gente sentada, en los bancos o en el piso, otros en unas gradas. Había un espejo de agua donde uno que otro niño se atrevía a entrar aunque no estaba permitido. De repente se encendió una fuente a un lado del espejo de agua. Seis chorros verticales hicieron felices a los niños que comenzaron a mojarse entre los chorros. Débora se reía al verlos, Alejo la veía a ella.

–Gracias por apoyarme en mi negocio mi amor.
–¿Cómo no te voy a apoyar? Si yo te quiero mucho.
Se dieron un beso. Una señora se les acercó. Que bonito es ver a la juventud así felices y que se aman, porque ustedes se ven a los ojos y ahí hay amor. Dios los bendiga, tomen estas estampitas de la virgen.
–Gracias señora, muy amable y amén.

Se acercaron a la pequeña biblioteca para ver que había.

–Entonces ¿vemos esta película? Toy Story 4.
–Ok, me gusta, la próxima la ejijo yo.
–Ok je, je

Luego de visitar un par de lugares más, entraron a una antigua hacienda de café convertida en galería y grandes jardines. Ahí recorrieron las instalaciones, se acostaron en la grama un rato, tomaron café para luego ir al centro comercial donde irían a ver la película.

–Cómprame cotufas, chocolate y un refresco enooorme para los dos.
Mientras Alejo hacía la cola para las chucherías, Débora iba al baño. Al llegar a las puertas se sonrió, no sabía a cual entrar. Tomó hacia la izquierda, abrió la puerta y salía una mujer, ella entró y se fue directo a un cubículo.

Entraron a la sala, Débora le dice a Alejo que apague o le quite el sonido al celular, ella hace lo mismo. Disfrutaron la película, a ambos le gustó. Ya eran las 11 de la noche, al salir de la sala Débora enciende el celular y a los segundos comienza a entrarle varios mensajes y tiene dos llamadas perdidas.

–<Débora llámame URGENTE por favor!>

–<<Hola ¿qué pasó mamá>>
–<<Se quemó el salón de belleza ¡vente ya!>>

–Ay Dios mío amor, se quemó el local, qué angustia, vámonos ya, vamos a tomar un taxi.
–Ya, ya cálmate, cálmate…

miércoles, 11 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 33

Asdrúbal y Asier

Asdrúbal no dejaba de pensar en los recortes de periódico. No podía creer que detrás de toda una empresa familiar se ocultaba una organización de crimen organizado, pero no sabía si se trataba de ellos, si se  extendía al narcotráfico u otro tipo de delitos. No sabía que hacer. Pensaba que lo más sensato sería alejarse y olvidarse de Asier y su familia.

Al llegar a la oficina, busca a Ramón para que lo acompañe a la cocina. Al principio no quiso inventándole que tenía mucho trabajo, la verdad era que después de la escena de las flores, no quería saber de Asdrúbal, pero no pasó ni un minuto y accedió.

–Tengo que contarte algo de Asier.
–¿Tu novio? ¿Qué me vas a contar que estás enamoradísimo del pana?–Dijo Ramón en un tono irónico–.
–No vale, no es eso, es algo peor. -Ramón arrugó la frente.
–Siéntate para explicarte. ¿Te acuerdas que te dije que esa gente practicaba la mendicidad, bueno sigue en eso, pero el sábado me enteré de una vaina que me asustó.
–Aja echa pa´ fuera no tengo mucho tiempo Asdrúbal.
–Esa gente asalta bancos y camiones blindados que transportan dinero.
–¿QUÉ? Yo sabía esos carajos no podían hacer una fortuna sólo pidiendo plata en la calle y robando propinas ¿qué es eso? Pero eso es gravísimo, son unos delincuentes.
–Si…y la otra vez me dijo que si robaban dinero pero que no han matado a nadie y en estos asaltos deben haber matado a alguien o herido. Estoy cagao.
–Chamo aléjate de esa gente, mosca y te descubren, ya va ¿y cómo te enteraste de eso?
Asdrúbal saca de su bolsillo dos de los recortes de prensa que se llevó de la casa de Asier y se los muestra, explicándole donde los consiguió.

–Maaarico, no vuelvas a ver a ese tipo. De pana esto es muy peligroso y tienen que jode dinero, quien sabe que habrán hecho para que no los descubran.
–Y a mi me encanta ese carajo, me trata bien, le gusto, me gusta, no sé que hacer Ramón.
–Estás loco si te quedas con el pana, pero estás loco mal.
–¿Y si esos recortes son de otra cosa y yo me monté una película? –Pero había un arma– Pensó.
–¿Sabes qué? Haz lo que te de la gana  Asdrúbal, te estoy diciendo que dejes esa vaina así y te pierdas… A ti te gusta ese pana y yo no puedo hacer nada con eso, estoy jodido así haz lo que quieras– Se levantó de la silla y se fue a su escritorio.

Yo tengo que averiguar que hay detrás de Agustín Sucre & C., pero es que me gusta Asier, que vaina ¿y si es un asesino? Un criminal es…eso lo tengo claro ¿y si todo es verdad, lo dejo, lo perdono? Sería cómplice de un delito grave. -Pensaba Asdrúbal mientras estaba sentado en su escritorio acomodando unos datos en la computadora para poder atender a otro cliente.

A las cinco de la tarde Asdrúbal se acercó a la oficina de Ramón.

–Hola Ramón.
–¿Qué quieres?
–Disculpa…coño no me trates mal vale, quería pedirte un favor
–Chamo estoy ocupado, dime.
–Me habías comentado hace tiempo que tu papá conocía un detective privado. ¿me podías averiguar el número o la dirección?
–Verga Asdrúbal –Se levantó de la silla y se acercó hacia él. Lo agarró por los hombros
–DE JA  A   E SE   TI  PO   EN  PAZ,  no te metas en peos coño.
–Necesito saber que pasa.
–¿Para qué? –Hubo una pausa y vino un silencio de varios segundos mientras lo veía a los ojos –Si…yo sí se para qué, estás enamorado de ese carajo y quieres por todos los medios que lo que descubriste sea mentira. –Lo soltó –Tranquilo, esta noche te paso los datos–.
 

Asdrúbal salió a las seis de la tarde del trabajo y se fue rápido para su casa.

Ya montado en el vagón no podía creer que estaba Asier pidiendo dinero nuevamente y tenía barba. Se puso los audífonos y cerró los ojos para no verlo, pero Asier ya lo había visto.
Llegó hasta su estación y se bajó, Asier hizo lo mismo.

Asdrúbal comenzó a caminar hacia las escaleras.
–Hey hey, mi amor, estoy aquí.
–Hola ¿qué más?
–Bien…¿qué te pasa?
–Nada, estoy cansado
–Te invito un café, ¿quieres? Luego te vas a casa.
–No Asier, estoy cansado.

Salieron ambos del metro y Asdrúbal caminaba rápido.
–Pero. ¿tú puedes caminar más lento mi amor? Estoy hablando contigo.
Se detuvo y vio a Asier a los ojos. –Disculpa, estoy agotado–.
–Bueno, dame un abrazo y nos vemos mañana, creo que no estás de humor

Se abrazaron, un fuerte abrazo que duró varios segundos. Asdrúbal se estremeció y recordó la primera vez que había visto a Asier en el metro hace unos meses hasta que se vieron a los ojos.
Se separaron con la promesa de verse al día siguiente con más calma.

Luego de ducharse y ponerse un bóxer e ir a comer algo, recibió un mensaje de Ramón
<<Aquí están los datos del detective>>
–Jaime Linares…¿será que lo llamo ahora? ¿y cuánto me cobrará? Seguro que estas vainas son carísimas. Pero bueno, yo le pregunto, negocio con él un pago.. Voy a llamar.

–<<Buenas noches>>
–<<Buenas noches, ¿Sr. Linares?>>
–<<Si, con él habla, ¿qué desea?>>
–<<Quería concertar una cita con usted, para un trabajo>>
–<<Mañana llame a mi secretaria y que le de una cita>>
–<<Aaaah bueno, pensé que necesitaba unos datos del caso y quería saber precio>>
–<<Ya le dije señor, comuníquese con mi secretaria, esos asuntos no los hablo por teléfono>>
–<<Ok, bueno muchas gracias, mañana me comunico>>

–Coño…simpático el tipo este vale no joda…esto debe ser caro, pero igual llamo mañana.

lunes, 9 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 31


Amado y Alonso

Amado ya estaba de nuevo en su casa de la playa con el rabo entre las piernas, confundido y desorientado. No sabía si lo que hizo al final estuvo bien, pero Daira estaba más feliz que otros días.

La rutina semanal se rompió totalmente, ahora las cosas las hacían cuando quisieran. Daira hasta se aventuró esa noche a tener sexo con Amado luego de años sin hacerlo, pero él no pudo. Nunca llegó la erección, no pasaron de unas caricias y besos. Daira se levantó de la cama y fue a la cocina.

Amado esperó unos segundos y fue buscarla. Daira estaba fuera de la casa en el área de la piscina, hacía algo de frío.
–Mujer te vas a resfriar entra.
–Quiero quedarme aquí, ¿me quieres acompañar?
Amado cerró los ojos y agachó la cabeza, le vino a su mente el jacuzzi de Alonso y ambos dentro teniendo sexo. -Déjame buscar un suéter para los dos, ya vengo.

Buscó una silla y la puso al lado de su esposa. Ella lo tomó de la mano mientras veía hacia al mar iluminado por la luna.
–Yo sé que tú sigues enamorado de ese señor y que quieres estar allá con él, no soy tonta. Pero créeme que aquí vas a estar mejor cuidado que allá, yo siempre estaré en casa para hacerte tus comidas, lavarte la ropa, bañarte. Nadie va a hacer eso.
–Daira, fue un error quedarme aquí mi sitio es con Alonso.
–Ese señor dejó que regresaras no peleó para que te quedaras con él.
–Tú tampoco peleaste.
–Yo sabía que regresarías.
–No quiero dejarte sola Daira, eres mi esposa.

Daira le soltó a mano y se levantó de la silla, caminó unos pasos y se quitó la bata de dormir quedando totalmente desnuda. Se volteó y se puso frente a él.
–Y pensar que hace unos años deseabas este cuerpo, ahora sólo te dejas tocar por un hombre.
–No digas eso.
–Voy al mar, a bañarme, a quitarme esta rabia que tengo.
Siguió caminando despacio, Amado la observaba mientras que en su mente estaba Alonso, comenzó a tener una erección. Daira llegó a la orilla y comenzó a caminar hacia dentro, lentamente.

Amado, cerró los ojos unos instantes, no pudo evitar tocarse y comenzar a masturbarse. Al terminar levanta la mirada y ve hacia el mar y no ve a Daira, se levanta de la silla y comienza a gritar su nombre mientras corre hacia la orilla. Sigue gritando pero no la ve y entra al mar a escasos metros de la orilla y no ve nada.
Luego de unos segundos ve algo flotando en el agua y comienza a correr hasta el lugar.

–¡DAIRA, DAIRA! No, no, no, Daira, ¿qué hiciste?
Amado la cargó y la puso en la arena. Le dio los primeros auxilios pero no logró nada, la volvió cargar y la llevó a la casa para llamar a una ambulancia.

Alonso estaba en su casa escuchando música –la que le gusta a Amado–mientras tomaba una copa de vino. Se acercó al jacuzzi y no pudo evitar recordar las veces que hacían el amor ahí. Se dio la vuelta y se fue al sofá a disfrutar de la música y de la copa de vino.

Luego de un rato su celular comienza a sonar, se levanta para contestarlo y ve la pantalla.
–Que raro…¿qué hace este llamando?

–<<Aló>>
–<<Hola Alonso, ¿Cómo estás?>>
–<<Bien, bien ¿y esa sorpresa?>>
–<<Bueno porque te tengo mercancía de la que te gusta, carne fresca 21 añitos, ¿te interesa?>>
–<<Eres un bicho vale, sabes que ya no estoy en eso>>
–<<Estoy cuadrando, tú avísame yo sé que quieres>>
–<<Me imagino que es pagando ¿no?
–<<Claro, pero es lomito>>
–<<Te llamo ahora que tengo otra llamada>>

Cierra la llamada y atiende la otra. Era Amado.

–<<Disculpa que te llame Alonso, Daira, intentó suicidarse, la tengo en la clínica que está cerca del pueblo. ¿Puedes venir?>>
Mierda…¿y ahora?<< Ok, voy para allá, quédate tranquilo>>.
Alonso se puso lo primero que consiguió, tomó las llaves, la billetera y salió del apartamento, Estaba lloviendo.

viernes, 6 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 30

Adriano y Américo

Luego de un par de días sin saber de Américo, Adriano llama a su hermano para contarle lo que le ha ocurrido. Pese a que su hermano le había advertido que tuviera cuidado y se alejara, no le hizo caso.

–¡Te lo dije! Apártate de ese carajo coño.
–Lo voy a denunciar.
–Ya era hora güevón desde que te dije. ¿tienes los mensajes y todas las cosas que te ha dado?
–Si, no he borrado ni botado nada.
–Pues arma una carpeta y llévalo a la policía, lleva todo.
–Si eso voy a hacer, estoy recolectando todo para llevarlo, a lo mejor en un par de días antes de llegar a la oficina.
–Si me desocupo te acompaño, igual avísame para cuadrar.

Pasaron los dos días y Adriano tenía todo recolectado, mensajes, notas de voz, escritos, había anotado las fechas de las llamadas. Todo lo tenía documentado.
Se había levantado temprano para ir a la policía primero antes de irse a la oficina. Su hermano no lo acompañaría pues estaba complicado.

Ya vestido, fue a la cocina a desayunar, estaba un poco ansioso y hasta nervioso, pero se detuvo un momento, respiró, se tomó el café y cogió las llaves del carro. Salió de su casa.
Al llegar al carro se detiene en seco.

–¿Qué es esto?–Comienza a darle la vuelta al carro y se da cuenta que los cuatro cauchos están pinchados, se agacha y se pasa la mano por la frente, comienza a sudar copiosamente y se pone nervioso.
Al levantarse da media vuelta y frente a él, un arma.

–Hola mi amor, fui yo, es que quiero darte la cola yo y era la única manera de que la aceptaras.
–¿Qué…qué quieres Américo, por fa, baja esa arma.
–No mi amor, deja los nervios que no te voy a hacer nada, móntate en mi carro y yo te llevo.
–Voy a la oficina, déjame ir, voy solo, no le digo a nadie.
–No amor, pero si justamente vas a decirle a muchos. Yo te llevo a la policía para que introduzcas esa carpeta con todos mis mensajes y conversaciones. Yo te dejo en la policía me denuncias y luego te busco en la tarde.
–Por favor...por favor, baja el arma, ok, no voy a la policía, me voy a la oficina.
–¡MÓNTATE EN MI CARRO YA!
Adriano le hizo caso y fue al carro, al acercarse vio que no era el carro de siempre pero igual se montó. Américo le puso la pistola en un costado mientras Adriano iba manejando.
–Haces un movimiento raro y te disparo, yo no quiero hacerte daño mi amor, pero no me obligues a matarte.

Dos cuadras antes de llegar Américo le dice que estacione el carro y que le ponga el tapasol al parabrisas. Con el carro encendido y los vidrios oscuros era difícil ver hacia dentro. Américo cargó el arma y lo apuntó.

–Antes que te bajes quiero que me lo mames aquí.
–Américo...no hay necesidad de todo esto...ya te dije que no te denuncio.
–Lo vas a hacer pero primero me lo vas a mamar –Se lo sacó por el cierre del pantalón y le tomó la cabeza hasta bajarlo a su pene–.

Adriano comenzó a hacerle sexo oral mientras Américo le apuntaba con el arma sobre la cabeza. Mientras que Adriano, nervioso y temblando hacía lo que le pidió, le empujaba la cabeza sin importarle que su ex se ahogaba. Unos segundos más y se corrió dentro de la boca. Américo le haló el cabello mientras tenía temblores producto de la eyaculación.
Adriano al sentir el líquido en su boca, lejos de apartarse se quedó unos segundos más disfrutando. Se apartó y se limpió la boca, estaba sudando.

–Ahora entra y pon la denuncia ya tienes otra prueba en mi contra, mi semen. -Américo seguía apuntándolo. Salió del carro y comenzó a caminar las dos cuadras que faltaban. El carro arrancó y le pasó por un lado a Adriano que estaba caminando como zombie, con la mente en blanco.

Al llegar a la puerta de la comisaría, agarró con las dos manos la carpeta y la abrió y comenzó a leer. Comenzó a temblar de nuevo y a sudar frío, pero igual entró.
En la entrada lo detuvo un policía para preguntarle que quería hacer. Le explicó que quería denunciar a una persona por acoso, el oficial le quitó la carpeta y la vio por encima.

–Siéntate ahí, ahora te llaman.

El “ahora te llaman” se convirtió en una hora, en ese momento lo llaman.
–A ver ciudadano ¿qué se le ofrece?
Adriano se sentó en la silla que estaba frente al policía, los separaba un pequeño escritorio con una computadora muy vieja y sucia. Detrás de Adriano habían otros dos policías.

–Vengo a poner una denuncia en contra de una persona, por acoso –Le entregó la carpeta al policía pero este la rechazó–.
–No, no, no eso después échame el cuento tú ¿cómo es eso que te acosan? ¿Cómo se llama la jeva? Miren una caraja lo acosa. Yo me dejaría acosar papá, pero echa pa’ fuera.

Adriano cerró los ojos y ya en ese momento sabía que eso no iba a terminar bien, pero siguió.
–Bueno…no es una mujer, es un hombre el acosador.
–¡Ah vaina! –Las risas de los policías de atrás, aunque en voz baja, se escucharon – El que te acosa es…¿es tu novio?
–Si…bueno, era…se llama Américo Sánchez.
–Los maricos son una vaina, ahora se acosan. ¿A ti te acosa un macho Hernández?
–Zape jefe con marico nada.
–¿Sabe qué? Yo mejor me voy porque si van a hacer chistecitos con esto que para mi es muy serio me voy a otro sitio a poner la denuncia.
–Ciudadano siéntese y entrégueme la carpeta. Vamos a llenar el formulario, Hernández y López esperen afuera.

Adriano con mucha vergüenza le comentó lo sucedido desde el momento en que se conocieron hasta lo que sucedió hoy en el carro.

–¿Tú viste porque la gente se burla de ustedes? ¿Cómo se comportan, haciendo sus vainas en lugares públicos y luego pasan estas cosas?  Un carajito mio me sale así y lo muelo a golpes, son unos aberrados.
–Oficial por favor, ya me siento bastante mal con las situación con este tipo para que también tenga que aguantar lo que usted está diciendo de manera despectiva.
–Disculpe señor Adriano, aquí está su denuncia, revísela y la firma y le pone su huella.

Luego de leer el documento, el policía le dijo que le informaría de cualquier eventualidad, pero comenzaría la investigación y buscarían a la persona para interrogarlo.  Adriano se fue de la comisaría con la sensación que su denuncia sería archivada en la caja de casos  de “maricos enfermos” y ahí se olvidaría.

Llegó a su oficina y se sentó en su escritorio, sentía que había llegado a lugar seguro y comenzó a llorar, llamó a su hermano y le contó la terrible experiencia de ir a la policía.

Unos minutos después recibía un mensaje de un número extraño.

<<Y yo que pensaba que no ibas a denunciarme, me dijiste que no lo harías, estoy muy triste por eso>>.

Adriano no pudo trabajar ese día, pidió permiso por no sentirse bien y se fue a su casa.

jueves, 5 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 29

Débora y Alejo

El día que abrieron la ampliación del salón de belleza, invitaron a  los vecinos del barrio y Débora le dijo a un amigo que trabaja en un periódico para ver si podían cubrir el evento aunque saliera en un pequeño recuadro del periódico. El salón de belleza de Débora era famoso en el barrio, era un punto de referencia. Pero más publicidad sería excelente. -Voy abrirle un instagram a la peluquería. -Dijo

Familiares y amigos compartían unos pasapalos y bebidas al final de la tarde. Débora estaba feliz por la ampliación de su negocio y todo gracias a su madre y también a su novio que la ha apoyado en todo y la ayudó con la reforma.

–¿Qué primito, celebrando los logros de Arquímedes?  Te arrimaste bien, de buhonero a novio de empresario.
–¿Qué coño haces aquí?
–Invitaron a mi vieja, yo vine en representación de la familia.
–Te voy a pedir por las buenas que te vayas.
–¿Qué pasó primo? Yo estoy legal aquí tengo mi invitación–Sacó la tarjeta de su bolsillo y se la pegó del pecho–.
–Te voy a estar vigilando.
–Bien bello pues.

Afuera del local estaban los amigos de Rendel bebiendo alcohol, hasta que pasó la policía y se metieron al local , junto con otra gente que estaba en lo mismo.

–Amor ¿por qué invitaste a mi tía a esto?
–Bueno porque es amiga de mi mamá gordo.
–Si, pero mi tía no vino, vino Rendel y los malandros que están con él
–¿Qué? Sácalos de aquí.
–No amor, no quiero que se ponga violento y arruine tu noche, ellos no van a hacer nada, hay mucha gente y la policía está pasando.

El periodista que vino se trajo a un fotógrafo que hizo no más de 10 fotos, entrevistó a Débora. Le dijo que saldría en un pequeño espacio de la revista del domingo pero dentro de dos semanas. Ella misma vio las fotos con Alejo y le gustaron, le pidieron al fotógrafo que luego de escoger la que iba en la revista que se las pasaran. Le dio al periodista la cuenta de instagram aunque no había colocado todavía ninguna foto.

Le preguntó a Débora si podía poner que ella era transexual –Eso puede ser publicidad para tu negocio, la gente le da curiosidad–. Débora se negó rotundamente, le pidió que no dijera nada,–No soy atracción de circo, que manía de la gente de vernos como fenómenos. Tú eres gay y yo no te estoy diciendo que salgas del closet mañana en el periódico–

El joven quedó impresionado con lo que dijo Débora, hasta se puso rojo pues sabía que tenía razón.–Tranquila, no diré nada–.

El periodista se fue y con él varios de los invitados pero aún quedaba gente. Alejo conversaba con algunos vecinos y con comerciantes de la zona interesados en el negocio, él no perdió la oportunidad para conseguir un empleo fijo con alguno de ellos y también para ver como podrían abrir otro salón de belleza en otra zona.

–No se me olvida el beso que te di en el edificio.  Me acuerdo y se me para. –Le dijo al oído Rendel a Débora.
–¡No te me acerques!
–Tranquilo, no te estoy haciendo nada, sólo quería que lo supieras.–Se volvió acercar al oído
–Ese culo va a ser mío–Le apretó una nalga, Débora comenzó a temblar pero fue al baño rápidamente.

Entró al baño, se lavó las manos y la cara. El baño era pequeño. Rendel le dio vuelta al pomo abrió la puerta pero Débora empujaba para que no entrara pero el muchacho pudo más y entró.
Cerró la puerta con llave y sacó una navaja y se la puso en el cuello.
–Hoy no será, pero te voy a coger, ya te dije que me gustas y que jode.
–No me hagas daño por favor -Débora temblaba y sudaba.
Bajó la navaja hasta llegar al sostén y se lo cortó.
–Tranquilo, no te va a pasar nada -Guardó la navaja y la besó.

Le agarró la mano a Débora y se la puso sobre su pene–Mira como me lo pusiste, hoy te lo pierdes pero ya  pronto vas a probarlo–.
Salió del baño y Débora se sentó en el inodoro a llorar, luego de unos minutos salió.

Alejo la estaba buscando hasta que la vio al fondo del local.
–¿Estas bien amor?
–Si, si, me duele un poco la cabeza.
–Ya te busco algo para eso. Espero que esta noche te sientas mejor porque quiero celebrar contigo esto.
–Yo también. Abrázame por fa.
Alejo la abrazó, Débora aguantaba las ganas de llorar.

Salieron hacia el otro lado del local para despedir a unas personas que ya se iban. Rendel se les acercó junto a sus amigos que no eran los mismos de siempre ni con los que había llegado al local.
–Bueno primito ya me largo, felicidades Arquímedes, te quedó fina la peluquería, ya vendré con mis amigos para que me cortes el pelo gratis.
–Lárgate de una vez Rendel.
–Alejo últimamente me estás tratando como si yo fuera un delincuente.
–Es que lo eres.
-Le voy a decir a mi mamá que no te deje entrar a casa más nunca je, je, je.–Le picó el ojo a Débora–.

–¿Pasa algo que yo no sé Débora? ¿Por qué te pica el ojo el imbécil ese?
–Gordo yo que sé, tu primo me da miedo, no lo quiero ver cerca de mi ni de mi local.
–Tranquila mi amor. Rendel te llega a tocar un pelo y lo mato.
–¡No! Lo denunciamos, pero no vas a matar a nadie, él muerto y tú preso, bien bonito.

Alejo besó a Débora y se fueron a un hotel a celebrar y pasar la noche juntos.

miércoles, 4 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 28

Asdrúbal y Asier

Asdrúbal volvía a salir de su casa bañado y vestido para irse a la oficina, no se le quitaba de la mente el sexo que tuvo hace unas horas con Asier.
Al salir del edificio se consiguió con Ramón.
–¿Y entonces, otra vez? je, je.
–Bueno sí, ¿cómo estas?.
–Bien, ya para la oficina pero hoy no puedo desayunar.
–Tranquilo, nos vamos directo –Ramón movió su mano que tenía en la espalda y le entregó una rosa–.
–¿Para mi?
–Si claro.
–¿Amarilla?–Asdrúbal le extrañó–.
–Bueno, si, no somos novios... las rojas son para los enamorados.
–Gracias.
 Comenzaron a caminar conversando. Ramón le preguntó por Asier y si ya eran novios, Asdrúbal le dijo que no, algo que hizo que Ramón le diera un fresquito en el cuerpo.  Le preguntó si el tipo seguía con sus andanzas en el metro y volvió a decirle que no.

–Verga Asdrúbal me gustas que jode.
–Ay Ramón que incómodo esto.
–Yo sé, yo sé pero tengo que decírtelo.
–Bueno ya lo dijiste, ya no lo repitas por fa.
–Ooookey…¿me puedes dar un abrazo de amigo?
–Seguro.
Estaban en planta baja y se abrazaron para luego subir a su oficina.

Llegaron a la recepción y la muchacha le notifica a Asdrúbal que le llegó algo.

–Ese arreglo es tuyo.
–¿Quién lo mandó?
–No sé, ahí está la nota.
Ramón resopló y siguió de largo.

--Que tengas un excelente día. A.--
Asdrúbal se sonrió al leer la tarjeta. Tomó el ramo para llevárselo a su puesto –Gracias–.
Al llegar a su cubículo colocó el ramo en un rincón,  buscó un vaso largo, le puso agua  y colocó la flor amarilla. Se fue a la oficina de Ramón y desde la puerta le hizo señas para que fuera a la cocina.

–¿No habías dicho que no estabas empatado con el pana?
–Y no lo estoy pero bueno me mandó un ramo, ¿qué quieres que haga?
–No nada…¿qué vas a hacer? Seguro que mi flor se te olvidó y quedó tirada por ahí.
–Que estúpido eres je, je. Ve a mi oficina y la verás ahí en un vaso con agua.
Ramón tenía la cabeza agachada pero sonrió.–Tonto, no te pongas así, somos panas, amigos–
–Si yo sé pero yo lo que quiero es ser…olvídalo, me voy que tengo vainas que hacer.

Asdrúbal se sirvió un café y se quedó ahí para tomárselo. Ramón se acercó al cubículo de su amigo y vio la flor, volvió a sonreir.

Llegó el sábado y también la promesa de Asier. Llevó a Asdrúbal a la empresa Agustín Sucre & C. para que conociera lo que hacen y cómo trabajan ahí.

–Te presento a mi papá, que es raro que esté aquí pero has tenido suerte.
–Mucho gusto Asdrúbal.
–Encantado muchacho, Bienvenido, Agustín Sucre. Que mi hijo te de el paseo yo no puedo tengo que firmar unas cosas e irme a una reunión fuera.

Le dio un recorrido de 45 minutos, mostrándole las maquinas de empaque y de llenado del producto, Asdrúbal estaba fascinado.
–¿Y todo esto lo montaron practicando la mendicidad?
Asier lo vio a los ojos y se rió.
–¿Tú vas a seguir? Si, poco a poco con esfuerzo la hicimos crecer pero ya varias cosas de las que ves existían se han modernizado otras. Te voy a llevar al ala derecha, ahí está la Fundación, verás todo lo que hacemos para la comunidad.

Entraron al lobby de la Fundación y habían fotografías de gran formato que mostraban las actividades para la comunidad, canchas, jornadas de salud para niños, para mascotas, operaciones. Convenios con empresas Caruao.

–¿Tú conoces a José Arturo Larrazábal?
–Si claro, con él inauguramos cosas juntos, ahora se encarga otro. Él está fuera del país.
–Que bueno está el pana.
–¿Aaaah, te gusta?
–Ja, ja, ja Bueno si, es guapo.
–Cuando venga te lo presento, pero te advierto que tiene pareja desde hace años.
–Ah pues, sólo dije que es guapo.
–Te invito a comer a casa.

–Dios ¿y tú vives aquí?
–Así es, es pequeña, mi papá no quería nada ostentoso.
Una casa inmensa de dos plantas, la fachada era blanca con rejas negras, un amplio jardín con una redoma para la llegada de los carros que conduce al estacionamiento.
Al entrar a la casa los recibe una amplia escalera con un descanso que conduce a la segunda planta. Ahí están las habitaciones, cuatro, un estudio y cinco baños.
Abajo la cocina, otro estudio, la habitación de huéspedes, otro cuarto de lavandería y el jardín trasero.

–Cierra la boca mi amor, que esto podrá ser tuyo si te casas conmigo.
Asdrúbal lo vio con cara de incrédulo. Asier se acercó a la cocina y pidió hacer almuerzo para dos. Su mamá no estaba, se encontraba en el club.

–¿Pero que hacemos en la casa de tus padres si tú tienes tu apartamento?
–Quiero que veas lo que tenemos
–Pero que creído.
–Ja, ja, ja vamos a mi habitación.

Subieron las escaleras y cruzaron a la derecha.
–Ponte cómodo, que yo haré lo mismo. Pon la tele o música o lo que quieras voy al baño.
Asdrúbal, se quitó el suéter que cargaba y se acercó a una gaveta, escuchó la ducha –¿y este para que se ducha?–Abrió la gaveta y lo primero que vio fue un arma.

Se asustó y cerró pero volvió a abrir. Debajo de la pistola había unos recortes de periódicos, apartó como pudo la pistola y sacó los recortes.

“ASALTO A CAMIÓN BLINDADO DEJA DOS HERIDOS, LOS ANTISOCIALES SE LLEVARON TODO”

“SEGUNDO ASALTO A BANCO EN MENOS DE DOS MESES”

“ATRACO A BANCO DEJA UN HERIDO. Más de 250 MM se llevaron los antisociales”

Y así unos cuantos titulares más que fechaban de hace 3, 4 y 5 años. Asdrúbal escuchó que Asier salía de la ducha y se llevó un par de recortes y se los metió como pudo en el bolsillo, se fue a la cama y se acostó ahí. El corazón le latía a gran velocidad.

Asier salió en toalla, se acercó a la cama y la dejó caer.
–¿Qué te pasa? Estas sudando y agitado.
–Es que quiero tirar contigo–Se levantó y le dio un beso en la boca para luego agacharse para hacerle sexo oral.
–Tenemos que bajar pero bueno te voy a coger.
Le quitó el pantalón sin quitarle la franela y lo empujó a la cama. Lo puso boca abajo mientras se ponía el condón.
Asdrúbal estaba tenso, asustado, nervioso. Asier lo notó pues no podía penetrarlo.
–Papá estás muy tenso, afloja porque te voy a hacer daño.–Asdrúbal se relajó y sintió como entraba el pene abriendo su piel–.
Luego de pocos segundos Asier se corría, Asdrúbal le apretaba el pene con su ano, era involuntario, estaba muy nervioso.

–Coño tenías ese culo apretadito que rico se sentía.
–Je, je, ¿me puedo bañar?
–Si claro mi amor. Me ducho contigo.
Entraron en la ducha y Asier ahora se agachó para entusiasmarlo. Aunque no logró que se levantara si acabó y en la boca de Asier.

Salieron de la ducha y se vistieron.
–¿Te pasa algo mi amor?
–No, estoy bien, no me digas mi amor por favor.
–Bueno, ok…es que no se te paró y estás raro.
–No me siento bien pero ya se me está pasando, ¿comemos? Debe ser hambre–Le dio un beso en la boca y bajaron a la cocina–.

“ATRACO A BANCO DEJA UN HERIDO. Más de 250 MM se llevaron los antisociales”
No se le iba de la cabeza el titular del periódico. Seguía comiendo y respondía con monosílabos.

Luego de mostrarle el jardín trasero, Asdrúbal le pidió a Asier que lo llevara a su casa –No me estoy sintiendo bien–.

–Bueno ya estás en casita, sano y salvo, recuéstate y hablamos más tarde ¿si? Cuídate, dame un beso.
Asdrúbal se le acercó y le dio un beso en la boca y se apartó.
–¡Hey! Yo quiero que seas mi amor y yo ser el tuyo ¿ok?
–Ok...

martes, 3 de marzo de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulo 27

Andrés y Amadeo

Era sábado y Andrés invitó a Amadeo para dar un paseo por una parte de la ciudad, al este, quería mostrarle un lugar.
Andrés estaba sentado en un banco de la calle esperando, cuando siente que alguien viene por detrás.
–Llegas tarde Amadeo, te dije a las 10, son las 10:30.
–Carajo ¿cómo sabías que era yo?
–Cada persona tiene su aroma particular, yo me aprendí el tuyo, desde el primer día.
–´Ta bien, yo te huelo normal pues no te veo algo particular.
–Porque me estás viendo y ya me conoces y tu sentido de la vista es el que te está funcionando como receptor principal, los otros quedan en segundo plano.
Amadeo se le quedaba viendo fijamente y sonreía, le encantaba escuchar a Andrés cuando le explicaba las cosas.
–Te voy a llevar a un pequeño parque que está cerca de aquí para que veas algo.
–¿Un parque, por aquí? ¿dónde? ¿estás seguro que es por aquí?
–Segurísimo, está a tres cuadras de aquí es un parque de bolsillo, así los llaman porque son pequeños y acogedores. No lo conoces porque lo has visto cuando pasas pero no te has detenido a observar.
–¡Ay por favor! Yo me conozco esto y no hay parques, solo la plaza principal.
–Sígueme.

Llegaron al parque, era pequeño, un pasillo ancho y de largo no llegaría a más de 6 metros con unas palmeras y pequeños arbustos a los lados y al fondo, igualmente unos bancos  y tres aparatos para los niños. Amadeo estaba sorprendido del lugar pues efectivamente había pasado por ahí en varias oportunidades pero nunca se había fijado. Entraron y no había gente. Andrés le dijo para sentarse en uno de los bancos laterales. Al sentarse entraron dos señoras de la tercera edad que se sentaron frente a ellos, separados por el pasillo.

–Verga chamo, de verdad que no sabía de este refugio además uno se mete aquí y parece que se respira paz, hay un silencio…
Andrés paso una pierna hacia el otro lado del banco y le dijo a Amadeo que hiciera lo mismo, ahora estaban frente a frente.

–Las viejas esas nos están viendo y hablan bajito.
–No le digas viejas, son unas señoras, podrían ser tus abuelas. Hablan de nosotros pero no les prestes atención. Ahora, cierra tus ojos y pon la mente en blanco, concéntrate en este lugar.

Amadeo cerró los ojos e hizo lo que le dijo, en su mente apareció la imagen del parque. Andrés puso sus manos en la cara de Amadeo.
–Marico, ¿qué haces?–Abrió el ojo derecho para ver a las señoras–Las viejas nos están viendo–.
–Cierra los ojos y concéntrate. Estoy viendo tu cara con mis manos.
–Verga…

Andrés recorría lentamente la cara del muchacho, tocaba sus cejas, su nariz, deslizaba sus dedos por las mejillas y tocaba los labios. Amadeo se le erizaba la piel y sentía la brisa que corría y pegaba en su cara, le llegaba el olor de hojas verdes, de hojas secas, tierra mojada, asfalto. Cuando los dedos de Andrés recorrían su nariz podía percibir el olor que despedían, era agradable, dulzón.

–Eres muy guapo Amadeo, eres un niño muy lindo.
–Marico se me está parando el güevo. No lo digo por mal, pero esta sensación de estar con los ojos cerrados y sentir todo, wow, me siento bien, tranquilo.
–Así que el tocarte mientras cierras los ojos te excita, que bien, que rico eso. ¿ves? Todo lo que puedes experimentar viendo a través de otros sentidos. No necesitas tus ojos para sentir la belleza de este lugar.
–Me provoca darte un beso en la boca.
–¿Y que te detiene?
–Esas viejas que no nos dejan de mirar.
–¿Ellas te lo están prohibiendo?
–Las veo y sus miradas de reprobación me lo dicen.
–Entonces cierra los ojos. Y haz lo que te provoca.
Y así lo hizo, se acercó a Andrés y lo besó. Amadeo puso sus manos en el cuello de Andrés y un profundo beso los unió más, sus lenguas se rozaron y no hubo manera de detener que jugaran entre ellas. Se  separaron, Amadeo abrió los ojos y una sonrisa se dibujó en su cara.
–Si, a mi también me gustó lo que sentí.–Dijo Andrés –¿me permites un momento? Ya vengo–

Andrés se acercó a las señoras, que al verlos besarse hablaron un poco más fuerte.
–Buenos días señoras.
–Buenos días.
–Hermoso este lugar ¿verdad? ¿No les parece que venir a este lugar tan tranquilo y acogedor lleno de tanto verde y que se siente una frescura en el ambiente sea perfecto para desconectarse?
Las señoras veían a Andrés sorprendidas de que era ciego.
–Si, es bonito.
–Entonces ¿por qué no aprovechar esta paz para traerse un libro o unas agujas y lana para tejer sin estar pendientes de lo que pasa alrededor? Si salieron de sus casas es que estaban agobiadas y encerradas y querían tomar aire fresco.
–Ustedes estaban tocándose y besándose, son dos hombres…y eso…no está bien.
–¿Usted cuando se despida de su amiga le va a dar un beso en la mejilla, ¿alguien las tildará de lesbianas y vulgares por hacer eso?
Las señoras no respondieron y bajaron la cabeza.
–No se avergüencen agachando la cabeza. Lo que vieron hace unos minutos era una demostración de cariño de un hombre a otro, –Amadeo se estaba acercando– y luego nos besamos porque somos novios y nos queremos. ¿Hay algún problema con eso?
–Eso no se hace, son dos hombres señor.
–Ustedes vieron como dos personas se demuestran cariño y afecto, pero allá afuera hay personas malas que matan a personas buenas por un celular, niñas y niños que los violan, hombres que le pegan a sus esposas porque la comida no tenía sal o tenía mucha, ¿y ustedes ven mal que dos hombres se quieran y además dentro de este hermoso lugar?.
–Las señoras se levantaron y se fueron del parque.
–Hasta luego señoras, que tengan un feliz día.
–¡¡Sí, huyan par de viejas homofóbicas!!
–Déjalas, que ya se fueron sintiéndose mal. Vamos a caminar ¿almorzamos algo por aquí?
–Sí va.

Comenzaron a caminar hacia arriba de la urbanización donde estaban. Amadeo le contaba lo bien que se sintió con la experiencia que tuvo junto a él, que quería repetirla. Andrés le dijo que podía hacerlo en el momento que quisiera, hasta en su habitación a solas, simplemente tenía que conectarse con su interior y ver más allá de sus ojos.

Luego de almorzar caminaron un rato más y entraron a un local para comer el postre con un café. El celular de Amadeo sonó. Era Aníbal.

–<<Aló>>
–<<Hola belleza, ¿cómo estás?>>
–<<Bien y tú?>>
–<<je, je, bien, ¿estás con el ciego?, ¿no puedes hablar verdad?≥≥
–<<Eso es correcto, cuéntame>>
–<<Te tengo un negocito para que te ganes un buen dinero, ¿te interesa?>>
–<<Bueno, claro que me interesa ¿de que se trata?>>
–<<Por teléfono no te voy a explicar, ¿a que hora te desocupas y por dónde te busco?>>
–<<Yo creo que en un rato, yo te aviso ahora>>

Colgó la llamada y le contó a Andrés que era un amigo proponiéndole un trabajo pero que le explicaría en persona. Andrés se despidió de él y lo invitó para un concierto de la Sinfónica en el teatro Municipal mañana domingo. Aceptó la invitación y se despidieron.