miércoles, 20 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 51

 


Para hacer las cosas bien, Castro cuadró todo para que el Alcalde los casara, en la sede de la Alcaldía.


–Menos mal que te llegó la sensatez e hiciste las cosas bien. Prefiero casarme en la Alcaldía.
–Y lo hice yo solo mi flaco hermoso. No le pedí ayuda a tu padre.
–¿Más ayuda? Te está ayudando con tu juicio. ¿Lo invitaste?.
–No...lo voy a llamar ahora. 
Se estaban vistiendo. Unos trajes sencillos. Nada ostentoso, su Luna de Miel lo sería si su suegro lograba que pudiera viajar pues tiene prohibición de salida del país. Castro no se había puesto el pantalón ni el interior, Agustín tampoco, solo la camisa y el interior. Castro se echa en la mano una considerable cantidad de lubricante, se acerca a Agustín y mete su mano entre las nalgas, el sobrante lo esparse en su enorme pene y en el piercing.
–Vamos a llegar tarde amor.
–Cállate, siempre es bueno una tiradita para relajarnos. -Apoya el pene entre las nalgas de su chico y va empujando, Agustín se relaja mientras el grueso pene iba entrando lentamente, aguantaba el dolor apretando los ojos y dientes. Una vez que el pene entró por completo, Castró tomó por las caderas a su chico con fuerza y comenzó a empujar. Agustín gritaba, hace unas horas habían tenido sexo.
De pie ambos, Castro abrazaba con un brazo a Agustín mientras seguía moviéndose, no paraba de gritar. El hombre se detiene, el chico voltea hacia atrás. Retira el pene y le dice al chico que se lo mame.
Agustín se agacha y comienza a mamarlo mientras Castro se pellizca las tetillas, coge del cabello al chico llevando la cabeza hacia atrás, saca el pene de la boca mientras va eyaculando en la cara de Agustín. El semen va cayendo sobre la camisa, Castro termina de sacudir su pene para sacar las últimas gotas.

–Coooño me manchaste la camisa vale.
–Ay mi flaco te la cambias, ven para lavarte la cara. -Antes de hacerlo le pasó el dedo por la cara y se lo metió en la boca para que se bebiera el semen. Le lavó la cara, se la secó y comenzaron a vestirse de nuevo para salir a la Alcaldía.
–¿Llamaste a los testigos y a mi papá?
–En el carro los llamo.

–¡Quiero que lo liquidez ya! Esta basura aunque es un mequetrefe en su partido político me está causando problemas.
–¿Lo hago hoy?
–Ahora mismo, despáchalo ya.
–Voy saliendo Patrona.
Suena el celular de Héctor, era su yerno para decirle que lo espera en la Alcaldía. Se pone de pie para irse.
–Carmen ¿No crees que ya es suficiente con la matadera? Te estás volviendo loca, te van a atrapar.
–Justamente para que no me atrapen es que estoy despachando a mis enemigos.
–¿Tu familia era tu enemiga?
–Unas hienas que iban a esperar que me muriera para caerle a mi dinero y ese dinero es para mi esposo, nada más.
–¿Y ahora a quién fue a matar tu sicario estrella?
–Al Alcalde Conde.
–¿Qué? -Hector se pone pálido mirando fijamente a Carmen.
–¿Qué pasa, es tu amigo del alma, tu cliente favorito? Lo siento.

Hector sale de la oficina y llama a Castro pero el celular está en silencio, llama a su hijo pero está sin batería.
–Vamos a llegar tarde por tu culpa.
–Ay flaco, deja la necedad, ¿No te gustó la cogida?
–Sabes que si...pero tengo el culo destruído Castro, literalmente destruído. Ir al baño se ha convertido en un suplicio...tengo que usar laxantes para no pujar. -Castro frenó el carro.
–¿Entonces, no te cojo más? Me aguanto hasta que se te cure el culo ¿Y mientras? Me cojo otro culo y te arrechas ¿Qué es lo que quieres, que coño es lo que quieres?
–Coño Castro que tiremos menos, no puede ser que me estes cogiendo todos los dias, tres veces, marico ya...no puedo, la verdad no puedo. -Castro volvió a manejar sin decir nada, a los minutos habló.
–Ok, te voy a coger una vez a la semana pero es día que te coja te reviento el culo. Y si me dan ganas de seguir cogiendo me busco un culo que aguante.
–Sabes que no vas a conseguir quien se meta esa verga.
–Ni tú...ahora te quejas de que te cojo mucho.
–Amor, me duele que jode el culo, coño no es normal tus ganas de tirar a cada rato no joda.
–¿Y qué hago, me hago la paja cinco veces al día?
–Empieza por ahí, eso te calma un poco.

Llegaron a la sede de la Alcaldía y estacionaron en los puestos de visitantes. Castro salió molesto del carro y lanzó la puerta con tal fuerza que rompió el vidrio de la ventana.
–¿QUE COÑO TE PASA? ¿TE PUEDES CALMAR?
–OTROS CARAJOS ESTARíAN FELICES QUE A ESTAS ALTURAS SUS PAREJAS TODAVíA SE LAS COJAN A DIARIO Y Tú TE QUEJAS. ¿Tú DE VERDAD TE QUIERES CASAR CONMIGO?
Agustín resopló, cerró los ojos. -Castro, me encanta tirar contigo y si no tuviera el culo destruído quisiera seguir, lamentablemente tienes un guevo enorme y encima ese piercing. Solo te pido bajarle cuatro al sexo hasta que se me cure el culo. ¿Es mucho pedir? Va a llegar un momento que no voy a poder ni caminar. -Castro se dio media vuelta y entró a la torre, Agustín lo siguió.
Al montarse en el ascensor, entraron cuatro personas más. Castro abrazó a Agustín, le puso la mano en la nuca y lo besó apasionadamente frente al resto. Luego de varios segundos se separan. –Hoy nos casa el Alcalde. -Dice Castro a las cuatro personas que aplauden y los felicitan. Se abren las puertas del ascensor.

–Tanto rollo y no ha llegado el Alcalde, hay que esperar.
–Igual nosotros llegamos tarde. -Se escuchan unos disparos y los que están en el piso del despacho se ven y todos corren a las ventanas, las abren y se asoman viendo en la calle a dos personas tendidas en el piso.
–¡MATARON AL ALCALDE! -Gritó uno de los gerentes de la.Alcaldía.
–¿Y quién nos va a casar?
–Por favor desalojen el piso.
Agustín estaba aturdido, Castro molesto.
–¿Quién nos va a casar?  Que nos case el gerente general o el del registro.
–Señor, tiene que desalojar la...-Castro lo agarra por la chemise y lo levanta.
–Yo me caso hoy, asi que me resuelven.
–Señor, suélteme, en estos momentos tenemos una emergencia. -Funcionarios de la policía sujetaron a Castro y desalojaron la torre, una vez abajo Castro revisa su celular y escucha un mensaje de voz de Hector, el papá de Agustín.
–¡No vayan a la Alcaldía por favor, no vayan, va a ocurrir una tragedia! -Castro lanza el celular al piso y lo rompe con su zapato dándole varias veces hasta destruirlo.
–¿Qué haces, qué haces?
–Tú papá sabía que iban a matar al alcalde y no nos avisó antes.
–¿De que estás hablando?
–Tu papá no quería que nos casáramos.
–Castro, Castro.
–Vamos a casa, quiero tirar, luego tengo que resolver unas cosas.

martes, 19 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 50

 


El taller mecánico de José David y su hijo David, el local principal, el primero que se abrió, estaba como de costumbre lleno de carros reparándose, pero hoy particularmente estaba con algo más que vehículos; cables, luces, más potes de aceite, boom, cámaras y más de 25 personas entre técnicos actores y actrices.

Un pequeño dron sobrevolaba el local que tenía el techo alto, iba grabando a los actores teniendo sexo. Los camarógrafos colocados estratégicamente para no ser captados por el aparato volador. 

Tres hombres manchados de grasa. Uno de ellos Douglas el padre de Raúl. Penetraba con fuerza a David también manchado de grasa mientras le hacía sexo oral a otro actor. David gemía mientras Douglas apretándole las nalgas, no paraba de embestirlo. Francisco estaba excitado viendo todas las escenas a la vez y en vivo. Hablaba con el director y le daba sugerencias. 
Por otro lado un par de chicas le hacían sexo oral a otro actor mientras otros dos se lo practicaban a  ellas.

Francisco recibió un mensaje de Teodoro.
–¿Cómo has estado? Yo extrañándote un montón aunque no te lo merezcas. ¿Cuándo nos vemos? Quiero hablar contigo.
–Yo me aburría porque nuestro sexo era deprimente, pero mira esto. Estoy en plena grabación y luego voy a hacerlo realidad con un carajo que si sabe tirar. -Le envió un video general de las escenas de sexo en el taller.
–¿Por qué tienes que ser tan cruel y miserable?-
–A ver si entiendes de una vez que no quiero saber de ti más nunca. Deja la ladilla y no me escribas más.-
–Quisiera que tuvieramos una conversación en persona.-
–Ahora no puedo seguir chateando.- Guardaba el celular y veía entrar a Diego escoltado por dos de seguridad.
–Tranquilos, yo me encargo, hola nene, viniste.
–Me dio chance de pasar un ratico. - Francisco se lo llevó a un rincón oscuro y lo besó por varios segundos.
– Si te quedas un rato más te cojo aquí. -Salieron del rincón y Diego miraba a los actores en plena acción.
–DOUGLAS VE CON LAS CHICAS Y USTEDES CON EL QUE ESTABA DOUGLAS.
–Coño, rolo e guevo tiene ese tipo.
–Si, es uno de nuestros actores pornos estrella, según él, no es gay y se mete unas pepas para cogerse a los hombres pero tiene novio, ah mira, ahi va entrando el novio. No sé quién le dijo a estos actores que pueden traer gente, que peo.
–Déjalo.
–No le quitas la mirada a Douglas ¿Quieres que te coja? Le puedo decir y te cogemos los dos.
–¿Ah si?
–Carajo, se te abrieron los ojos como platos. ¿No te basta con mi verga? Mira que te escucho gritar y pedirme más ¿o es pura paja?
–Claro que me gusta como me coges, tu tiras divino....pero...
–Pero quieres llevar guevo de otro macho, eres bien puta.
–Como te gusta. ¿No me dijiste pa un trio? No voy a estar con él nada más.
–No, tú eres mío nada más. Te dejo que te coja tu marido porque no me queda más remedio.

Douglas penetraba a una de las chicas que no paraba de gritar, la otra chica besaba a Douglas y le puso su vagina a la chica para que la lamiera. David lo penetraban sobre el capó de un carro de utilería. Tres hombres hacían cola para penetrarlo. El chico no podía estar más feliz viendo como se turnaban para penetrarlo. Lisandro, el fiscal y novio de David, veía con rabia la escena de sexo de su chico. A pesar de lo excitante del momento, Lisandro no estaba ni siquiera lubricando, quería sacar a David de ahí.
Cuando los cuatro hombres ya habían repetido, Tadeo mandó a parar la escena, para que descansaran unos minutos y luego volver para que los cuatro acabaran en la cara del chico haciendo un círculo alrededor de él.
–¿Es necesario esa vaina Tadeo?
–Es una película porno Lisandro, la gente demanda esto, quiere morbo y cada vez quiere más.
–Pero puedes poner a otro actor.
–Puedes quedarte en tu casa o ir a la Fiscalía y no atormentarte con esto.
–Y encima esta mierda la están grabando para todas las plataformas.
–¿Por que no vas a dar una vuelta, te tomas un café y regresas. VAMOS, ACCIÓN. NO ESTOY GRABANDO, ESPERO A QUE ESTÉN A PUNTO AUNQUE SEA UNO DE USTEDES. -Lisandro se dio media vuelta y se fue a la calle.

–YA VOY A ACABAR. -Gritó uno de los actores y comenzaron a a grabar, los otros tres lo siguieron. Chorros de semen cruzaban la cara de David. Al chico se le notaba la felicidad viendo como el semen caía sobre su cara y pecho.
Francisco trajo a Diego hasta el monitor para que viera la escena. Su pene se erectó viendo como la cara del chico se cubría del líquido viscoso.
–Verga nené, te vieras la cara que tienes, como te gusta esa vaina.
–Sabes que eso me excita que jode. -Franciso le puso la mano en la nuca y se la apretó.
–Te quiero coger nené.

David se puso de pie al escuchar la palabra Corten. Le dieron una toalla húmeda para limpiarse el semen de los ojos y cara. Le dio un beso en la boca a los cuatro actores y se abrazaron, felicitaron a David. Al salir de la escena, David se acerca a Francisco.
–¿Qué te pareció la escena?
–¿Del lechero? Me encantó, en realidad carajito me gustó toda la secuencia, aguantaste palo.
–Y yo queriendo montarme en tu palo de nuevo. -Diego escuchó eso, miraba el monitor y volteó a ver a David y luego a Francisco.
–Cuando quieras carajito. Tienes mi número. -Francisco le dio una nalgada y David se fue a la oficina donde estaba su padre esperándolo. Francisco levantó la.mirada, vio hacia la ventana de la oficina como José David discutía con su hijo, alzaba los brazos, estaba gritando y David tambien levantaba la voz. José David le dio una fuerte cachetada a su hijo pero este no se quedó tranquilo y le devolvió un golpe, comenzaron a forcejear y cayeron al suelo. Francisco le hizo señas a Lisandro que subiera, él hizo lo mismo. Al entrar a la oficina, Lisandro consigue a David sobre su padre golpeándolo una y otra vez. Los nudillos de sus manos estabam ensangrentados igual que la cara de su padre que estaba inconsciente. Lisandro lo levanta, David grita. José David no se mueve.
–Lo mataste.
–Mejor...¿Qué coño se cree, mi marido? Reclamándome a mi que le traigo plata para su vicio, no atiende el taller, lo hago yo y encima trabajo en esta mierda para forrarme de plata y viene a reclamarme que soy una puta dejándome coger por todos, anda a cagar mamaguevo.
–David...mataste a tu papá. -Francisco baja y habla con Tadeo, que siga grabando como si nada pero explicando lo que sucedió.
–Yo resuelvo, pero que nadie se entere.

Francisco llama a Hector para que lo ayude con lo del cuerpo y cuadrar para que quede como muerte natural.
–Coño Hector, sabes que conmigo no hay problema con eso. Tu me dices y yo resuelvo eso. -Hablaron en clave, pero ambos sabían de que hablaba cada uno.
–Francisco. ¿Qué coño acabas de hacer?
–Resolviendo nené. Tengo empresas y esta vaina no  va a detener mis negocios y si tengo que pagar, pago.
–Acaban de matar a una persona y tú tan tranquilo.
–Y tú también te me vas quedando tranquio. Toma las llaves de mi camioneta y te vas a tu casa, yo la busco luego. No hables con nadie sobre esto.
–Francisco, hubo un crimen. -Francisco lo cogió con fuerza del cuello de la camisa y lo trajo hasta su rostro.
–Nené. -Le dio un beso en la boca. –Si quieres llevar la fiesta en paz conmigo, quédate mudo, te llevas mi camioneta y luego la recojo. Si te pones impertinente correrás la misma suerte que  ese pobre hombre. -Otro beso que se prolongó varios segundos.
–¿Me estás amenzando?
–Te estoy advirtiendo nené...calladito seguirás llevando guevo parejo. -Le entregó las llaves de la camioneta y Diego se fue con el miedo en el cuerpo.

David tenía su cabeza apoyada de sus manos que a la vez sus brazos estaban apoyados de las piernas, seguía desnudo. Lisandro le pasaba la mano por la cabeza.
–Tranquilo, Francisco se va a encargar de todo. Nadie se va a enterar que pasó.
–Y ahora me tengo que encargar yo de mis hermanos...Maté a mi papá y ahora voy a morir yo haciendo de papá.
–¿Eso es lo que te preocupa?
–Si.
–Vamos a meterlos en un internado.



lunes, 4 de julio de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 49

 


Juan Carlos, el muchacho que hace unos meses se llamaba Ignacio hasta que se casó con la mujer más poderosa del narcotráfico en latinoamérica, seguía con su arduo entrenamiento; tiro al blanco, peleas, manejo de camiones, avionetas y helicopteros. Desde hace unos días se entrenaba en las cocinas donde se procesa la droga hasta que sale de ahí para su venta y distribución.

Bostezando a cada rato manipulaba los implementos, uno de los escoltas le dio un manotón en la cabeza. –Sin dormirte. –¿Estás clato que yo soy tu jefe y puedo botarte? -El escolta se rió y siguió caminando.
Siguió manipulando los.instrumentos vuendo a las obreras y obreros, levanta la mirada y ve llegar a Gilberto.
–¿Qué haces aquí?
–Trabajo en esta empresa ¿o ya se te olvidó?
–Si pero ahora eres exclusivo de mi esposa, casi ni la veo. Ahora te la coges.
–Y tú a tu ex, ¿Qué, ya son novios de nuevo?
–Eso no es problema tuyo. -Gilberto saca el arma y se la coloca en el cuello.
–Dispara, a ver si te atreves.
–Lo haré si sigues acostándote con ese imbécil.
–Yo puedo hacer lo mismo si te sigues acostando con mi esposa.
–Sabes porque lo hago. Lo tuyo es morbo y te sigue gustando Jorge.
–Mátame entonces. -Gilberto le quitó el arma debajo del cuello y la guardó para luego contarle que ya habíá asesinado a toda la familia de Carmen. Juan Carlos se puso pálido.
–Quita esa cara, que ahora voy por tu familia.

En un rincón del edificio en la planta baja, Castro tenía aprisionado a Agustín, él, con los pantalones en los tobillos, Castro solo había sacado su enorme pene y lo había penetrado. El hombre gruñía con cada empujón, Agustín con los ojos cerrados y apretandonlos dientes aguantaba las embestidas. 
Castro retiraba el enorme y grueso pene del culo y volvía a meterlo. Se escucha la puerta de entrada y Agustín se pone nervioso.
–¡Viene alguien, viene alguien! -Castro se apartó de Agustín sin guardarse el pene, el chico se subió rápido los pantalones. Para ocultarse, Castronse acercó más a Agustín para que no se viera la erección. La mujer los ve y Castro besa a su chico.
–Podrían irse a su casa, que vergüenza. -La mujer se sube al ascensor y se cierran las puertas.
–Mámalo.
–Subamos al apartamento.
–Mámalo coño, aquí. -Agustín se agachó pero el pene estaba manchado de sangre. El chico se levantó y Castro  lo voltea para penetrarlo nuevamente, Agustin grita, él le tapa la boca. –Calladito flaco, aguanta. -Castro empujaba con fuerza, a Agustín le temblaban las piernas, le quita la mano de la boca al chico, se pellizca las tetillas, da varios empujones y retira el pene para comenzar a eyacular en grandes cantidades cayendo al suelo. Agustín se cae al piso, pero lo sostiene y lo carga llevándoselo al ascensor.
Entra al apartamento, lanza a Agustín en el sofa, su pene aún erecto y colgando un hilo de semen del glande.
Castro se sienta al lado del chico y lo acaricia hasta que abre los ojos. –Aguantas guevo mi flaco, eres un campeón.
–¡Tú estás loco! ¿Cómo se te ocurre tirar en planta baja?
–Morbo mi flaco, no me digas que no te gustó, yo te ví ahí aguantando la pela.
–Prácticamente me violaste. -Castro le dio un beso en la boca metiéndole la lengua. Luegonde varios segundos se separa a escasos centímetros y le habla. –¿Cuándo es que nos vamos a casar entonces? ¿Mantenemos la fecha? No me has dicho nada. -Agustín se sienta en el sofá cerrando los ojos y soltando un suspiro.
–Castro hace una semana asesinaron a Ramiro y todavía tenemos que dar declaraciones en la policía ¿y tú estás pensando en la boda?
–Mi flaco, a Ramiro lommataron, punto, hay que resolver, buscamos a otro pero la fecha la tenemos encima y yo me quiero casar.
–Castro, vamos a salir de esto primero y luego nos enfocamos en la boda. -Castro dio un golpe en el sofa y se puso de pie con el oene aún erecto.
–Tú no quieres casarte, de nuevo buscando excusas para no casarte conmigo. DILO, DILO, NO QUIERES CASARTE, DÍMELO DE UNA VEZ Y ACABAMOS CON ESTA MIERDA.
-Castro, Castro, amor, calma, no te alteres, yo me quiero casar contigo, ya te lo dije pero pienso que debemos esperar.
–¿ESPERAR QUE? ¿A QUE CONSIGAN AL ASESINO?  eso fu un sicariato, deja la oendejada. Vístete que nos vamos a casra ya, en el registro.
–Ya va...Castro.
–VISTETE QUE NOS VAMOS A CASAR.

Juan Carlos se separó de Gilberto.
–Estoy jodiendo pendejo, no voy a matar a tu familia. Pero eso me demuestra que no estás listo para asumir las riendas de este negocio si la Patrona muere. Debes tener la sangre fría para soportar cualquier mierda, hasta que matem a tu madre frente a tus ojos. No eres capaz de matar a nadie en este momento si es necesario o de vida o muerte o simplemente porque te provocó matar a alguien.
–Te voy a demostrar muy pronto que soy capaz de hacerlo.
–¿Muy pronto? Demuéstramelo ahora, aquí mismo. -Sacó el arma y se la dio. –Mata a uno de ellos, al que te caiga mal, a ella, mátala, demuéstrame de que estás hecho.
Juan Carlos tomó el arma mientras veía a Gilberto a los ojos.
–Eres un cagón, no te vas a atrever a matarla, eres un pobre guevón, te tiemblan las piernas solo de oensarlo. -Juan Carlos volteó a ver a la chica y alzó el arma apuntándole, la miraba, la chica se percató que la tenían en la mira y se echó hacia atrás recibiendo un disparo en la frente. Cayó al suelo. Los escoltas sacaron sus armas y los obreros se tumbaron alnsuelo.
–NO PASA NADA, NO PASA NADA. Encárguense del cuerpo. Eso les pasa a los que traicionan a la Patrona. -Juan Carlos bajó el arma y la dejó caer, su cuerpo temblaba de pies a cabeza, tenía escalofriós. Gilberto lo llevó a la camioneta donde estaba Jorge.
–¿Que fue ese disparo?
–Nada, tu amiguito se graduó hoy. Mató a una traidora.
–¿Qué? ¿Mataste a una tipa?
–Bájate de la camioneta, yo llevo a Juan Carlos a la casona.
–Yo soy su chofer. -Gilberto lo apuntó.
–A mi no me tiembla el pulso para matarte asi que bájate y te vas con los escoltas.

Unas cuadras antes de llegar a la Casona Gilberto detuvo la camioneta y se fue al asiento trasero. Carmen estaba en la casa y no quería que los viera juntos.
–No pensé que lo harías. Tienes bolas carajito.
–Eres un desgraciado.
–Este negocio es una desgracia.
–Yo no quise estar aquí.
–Pero estás. Ahora tengo que explicarle a Carmen lo de la muerte de esa chica.
–¿Por qué?
–Esa carajita que mataste era una ahijada de Carmen. -Juan Carlos comenzó a golpearlo gritándole groserías y maldiciéndolo. Gilberto lo besó. –Tranquilo, tranquilo, le diré que la amtaste porque traicionó a la empresa. Le invento cualquier vaina. Esa carajita es sustituible, mañana hay otra persona en su puesto, deja el drama.
–¿De verdad mataste a toda la familia de Carmen?
–A toda, esa mujer quiere dejarte el negocio completo a ti, toda su fortuna y bienes.
–Está enferma, va a morir.
–Si, tiene cáncer pero a lo mejor sus enemigos se adelantan.
–Pero tiene un ejercito de escoltas y te tiene a ti.
–A lo mejor el enemigo lo tiene en casa Nacho. -Volvió a besarlo. –Todo va a estar bien.
–Me estás asustando.

–No hay tiempo para eso. Lo de hoy es el comienzo de tu nueva vida carajito. Prepárate para lo que viene.