viernes, 31 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 60. Final de temporada

La familia de Vicente, que era pequeña, estaban sentados junto a Orlando en la sala mientras el abogado de Vicente organizaba el papeleo para la lectura. Vicente pidió que fuera en su casa materna la lectura y no en el despacho del abogado.

Arévalo se había quedado escondido en un baño, Diego estaba en la cocina que estaba apartada de la sala donde se efectuaba la reunión.

–¿Estás escuchando a ver que le queda a Orlando y quitárselo?
–¿Tú no te habías ido? -Decía Diego que hablaban en voz baja. –No me hace falta hacer eso, en cambio a ti sí que lo vas a hacer con mi papá.
-A tu papá lo amo.
–Si imbécil y yo soy ingeniero de la NASA. Tú te estás chuleando a mi papá.
Arévalo le lanzó un golpe que Diego devolvió y comenzaron a forcejear.
Yo haciéndome el ofendido y la verdad es que si, me estoy chueando al viejo pero coño el viejo me gusta, tampoco es que solo le saco plata, hay cariño –Recibió otro golpe. Peleaban sin hacer ruido para que nadie se diera cuenta, pero hubo sillas que se rodaron e hicieron ruido pero nada para que interrumpieran la reunión.
–No voy a permitir que jodas a mi papá.
–Pregúntale a tú papá si está feliz conmigo o no mamaguevo. -Seguían hablando en voz baja. –Se rie conmigo, disfruta mi compañia, se goza mi enorme verga, cosa que contigo no pasa con Orlando, ¿dónde se va a conseguir un palo como el mío?
–¡Que anormal eres, que básico! No todo es lo que tienes entre las piernas malandro.
–Para tu padre lo es todo, lo llena y mira que lo llena. –Otro golpe le dio Diego al policía, cuando escuchó el nombre de Orlando.

–Ya va, ya va, van a hablar de tu novio.
–¿Ah?.

<<Orlando, mi amigo, mi pareja de vida, mi compañero, a quién conocí en el momento justo, en el lugar adecuado, no podía estar fuera de esta lista, no podía dejarlo desamparado. Esto es algo consultado y discutido con mi familia desde hace mucho tiempo y quiero que se cumpla>>

–Marico el tipo le dejó algo.
–Cállate vamos a oir.

<<El apartamento de Caracas ubicado en la urbanización San Bernardino donde compartimos muchos momentos juntos, pasará a manos del señor Orlando Vasquez cédula de indentidad X, mayor de edad y venezolano. Igualmente recibirá mi vehículo, modelo…>>

–Na guevonada marico apartaco y carro, tu novio se forró, debes estar feliz.
Diego cerró los ojos  e inmediatamente recordó a Carlota y el día que conoció a Orlando, la culpa y el remordimeinto lo inviadieron al escuchar que el novio, ahora fallecido, le dejó unos bienes, luego de muerto iba a seguir presente en la vida del chico.

Orlando no paraba de llorar, las lágrimas le salían solas mientras escuchaba al abogado Un hermano no estuvo de acuerdo con eso, pero la madre de Vicente lo calló diciendo que había que respetar la decisión de su hijo, hijo mayor que mantenía a su familia desde la distancia que, gracias a él, todos tenían algo antes y después de su muerte.

–¿Chamo te pasa algo? ¿Estás bien?
Diego se tumbo al piso y hundió su cabeza entre sus piernas.
–No, no estoy bien, todo esto me ha removido, mi novia, Orlando que es mi cuñado, la tragedia, yo sin saber que…quiero…mi papá…la sombra del novio de Orlando acechando y ahora con esto…no sé, no sé. –Arrancó a llorar, Arévalo lo veía y lo conmovió, se puso de pie y le tomó el brazo a Diego.
–Anda párate chamo, no te pongas así, deja el drama, te estás complicando la vida, ven acá. -El policía lo abrazó y Diego comenzó a llorar aún más. –Marico, no me digas que tienes celos porque tú no le diste un apartaco y el carro, no joda.
–Coño no es eso vale, es todo, mi vida es un peo, no sé que quiero, quiero estar con Orlando y a la vez no, siento que no es lo correcto, luego me entero lo de mi papá y todo se me revuelve.

Arévalo lo tomó por los hombros. –Chamo, aquí tienes a otro papá que te va  a apoyar y que puedes contar con él.
–Diego cayó en cuenta y empujó a Arévalo y casi comenzaban a pelear de nuevo pero llegaba parte de la familia a la cocina.

–¿Cómo te sientes? -Le preguntaba Diego a Orlando
–Movido…confundido…no sé Diego, escuché al abogado y siento que no me merezco lo heredado.
–Chaaaamo, coronaste con ese apartamento y el carro, marico que fino.
Diego y Orlando miraron incrédulos al policía.
–¿Qué haces aquí? ¿no te habías ido?
–No..este se escondió y luego apareció.
–Aaaay mariquito, deja la vaina que te lanzo otro coñazo.
–¿Otro coñazo? ¿ustedes se pelearon aquí?
–Si, tu noviecito se puso alzaíto.
–¡ALZADITO NO, ECHA EL CUENTO!
–Bajen la voz por favor, estamos en casa ajena. Voy a despedirme para irnos, no me siento bien.
–Vamos a tomarnos unas birras para celebrar.
–No estoy para celebrar.

Orlando se acercó a su suegra y se despidió disculpándose por no quedarse pero se sentía mal y necesitaba llegar a Caracas. –Me dan la cola y no quiero importunar, pero le prometo volver–.

–¿Te quieres venir cnmigo en la moto?
–¿Chamo tú te metes algo, llegaste drogado? Orlando se vino conmigo y se regresa conmigo.
–¿Cuál es el peo? ¿tienes miedo que se quede conmigo mamaguevo? –Le dio un empujón y Orlando se metió entre ambos. 
–YA COÑO, vámonos.
–Vamos a celebrar par de enamoradiiitos, anda, un par de birras cada uno y nos vamos.

Diego y Orlando se montaron en el carro y Arévalo se colocó el casco para irse en su moto.

Llegaron al restaurante El León y pideron tres cervezas. Comenzaron a hablar sobre la herencia, Diego le dijo que le ponía a su disposición el abogado de sus restaurantes para agilizar el papeleo del título de propiedad del apartamento y del vehículo una vez que el abogado de Vicente le dieran los documentos. Arévalo estaba molesto viendo como hablaban entre ellos, sonó su celular, era Diego padre.
–Tú papá. –<Hola papi ¿cómo estás?>
Pidieron la tercera ronda de cerveza, Diego no pudo evitar molestarse y voltear la mirada, Ambos estaban sentados uno a cada lado de Orlando. –<Estoy con unos panas tomándome unas birras y ya voy para el apartamento, yo te aviso, un beso>
–¿Ya con mentiras? -Diego le decía eso mientras le pasaba la mano por el muslo a Orlando.
–¿Qué quieres que el diga que estoy contigo y Orlando guevón? –Arévalo le tenía la mano puesta en el muslo y se lo apretaba. Orlando se sonreía.
–Dejen ya de discutir por favor, vamos a pedir otra ronda y nos vamos.

Terminaron tomando cinco cervezas cada uno. Arévalo se fue al apartamento de Diego padre y los otros al apartamento de Diego hijo.

–Hoy quiero hacer el amor, quiero olvidarme de todo y pensar solo en ti. -Le decía Orlando bastante tomado a Diego que estaba contento.
–Con gusto lo haré.
–Se fueron a la habitación y se desnudaron, comenzaron a besarse y se tumbaron en la cama y en eso suena el timbre.
–¿Quién coño es? Seguo un vecino.
–No abras.
–Si, luego se ponen fastidiosos, debe haber pasado algo.
Se puso una toalla y fue a abrir.

–Hola sobrino.
–¡¿Tío!? ¿Qué haces aquí? Qué pasó?
–Me botaron de la habitación por no pagar, puedo quedarme aquí hoy, solo hoy.

Diego volteó hacia la habitación y vio a su tío, volvió a voltear.
–Pasa, no estoy solo, está Orlando, te vas al cuarto donde dormías y te quedas ahí.
–No pienso fastidiar, ni me van a sentir.
–Eso espero.

jueves, 30 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 59

Pedro se montó en la cama le apartó las piernas a Nelson se acercó y le abrió las nalgas pera luego acostarse sobre él y dejar que su pene se deslizara. Sin saber si había entrado o no, Pedro comenzó a moverse, sentía como su pene resbalaba y juraba que ya lo había penetrado.

–¿Chamo que haces? –Nelson abría los ojos y volteaba la cara para ver a su amigo.
–Te estoy cogiendo marico.
–Ni si quiera lo has metido, me estas masajeando el hueco del culo, bájate. –Nelson se levantó, se mareó un poco y vio a Pedro. Se rió.

–Marico, tienes un pipí chiquito, burda, ¿cómo pretendes cogerme? -Pedro se puso rojo de la pena.
–No me tienes que decir eso.
–Ajá, ¿y cómo te lo digo? Eres mi amigo y si soy tu amigo te tengo que decir… –Se detuvo para eructar – …las cosas, no te voy a engañar.
–Eso es buylling.
–Ay deja la mariquera, mámame el guevo que te voy a coger yo, vas a ser el primer hombre que me cojo.

Pedro comenzó a hacerle sexo oral, mientras Nelson le hablaba y le acariciba la cabeza.
–No hables hacia a mi que el aliento te huele a mierda, a borracho.
–Mama y calla, pónlo duro.
Pedro se tomó lo que le dijo Nelson de su pene como un reto para que ahora el sexo oral lo hiciera bien y ahora que lo iban a penetrar no defraudarlo, se comportaría como todo un experto.
–Coño, ¿ves? Mamar si lo haces bien, sigue.
El chico le pasaba la lengua a todo el pene, cuando su boca llegaba al glande succionaba y lamía el prepucio para luego introducir todo el pene en la boca, eso le encantaba pues con Arévalo no podía hacerlo tán fácilmente. Con los dientes jalaba suavemente el prepucio mientras veía a Nelson que se mordía el labio y de vez en cuando eructaba. Cuando tenía todo el pene en su boca lo mordía suavemente, Nelson gemía de placer. Lo sacó de su boca y bajó a los testículos, los lamía, se metía por separado cada testículo hasta que en un momento tenía todo el escroto dentro de la boca masturbando a su amigo.

–Para, para que me vas a hacer acabar. -Mintió, quería penetrar de una vez a su amigo.
Pedro se puso lubricante en el culo y Nelson en su pene.
–No lo vayas a meter de una vez, despacito.
–¡No seas marico! Tu novio tiene un machete enorme y no te quejas, el mio no es un bate pero tampoco es el tuyo, ponte.

Pedro se arrodilló en la cama poniendo sus nalgas frente a su amigo. Nelson le estiró una nalga y de una vez lo penetró, sin esperar, sin dilatar, un empujón, Pedro se tensó y soltó un grito que detuvo, ya el pene estaba adentro. Pedro le abrió bien las nalgas y comenzó a moverse para luego levantarse un poco para que la penetración fuera distinta y el chico la sintiera, y lo logró. Pedro no paraba de gemir mientras Nelson se movía casi levantado en la cama.
Sacó el pene y se acostó boca arriba para que Pedro se sentara y llevara él el control de la penetración.
Nelson estaba sorprendido viendo a Pedro moverse con agilidad y destreza sin parar de gemir, cerraba sus ojos y levantaba la cabeza hacia el techo. Se movía de arriba a abajo mientras se masturbaba, Nelson veía como entraba y salía su pene y eso lo excitaba más.
Detuvo al chico, y, sin retirar el pene lo pone de lado para seguir, comenzó a moverse, Pedro tenía una pierna levantada mientras Nelson metía y sacaba el pene con rapidez. Se levantó y ahora con el chico boca arriba le levantó las piernas para de nuevo penetrarlo, se agachó para besarlo mientras seguía moviéndose.
–¡Tiras divino coño!
–¿Sí? ¿Te gusta? Tú tienes ese culo sabroso y caliente. –El aliento de Nelson era penetrarnte pero en estos momentos a Pedro ya no le importaba, quería seguir disfrutando del sexo con su amigo.
–Ven ponten en el borde de la cama, no lo saques, no lo saques.
Pedro extendió sus piernas hacia los lados mientras Nelson seguía penetrándolo, sudaba y las gotas le corrían por la cara.
–Cógeme en cuatro y dame duro, dame duro. –Ahí, en el borde de la cama, Pedro se volteó y Nelson lo penetró de nuevo tomándolo por los hombros. 
–Yo te doy duro si quieres. -Comenzó a empujar con fuerza y rápido, apretó sus manos en los hombros de su amigo mientras este no aguantó y se vino sobre la cama. No paraba de gemir.
–Para, para que me duele.
–Noooo, no, coño, todavía me falta, apriétame el guevo anda. -Pedro lo hizo sentía que se iba a evacuar y a orinarse.
–Creo que me cago.
–Ya va, ya va. –Nelson, a pesar del sudor no paraba de moverse, cada vez con más fuerza hasta que no pudo más, se soltó y acabó dentro de Pedro que no aguantó y se tumbó en la cama. Nelson aún soltaba los últimos chorros de semen en el piso y al igual que su amigo se tumbó en la cama y ahí quedaron los dos, dormidos.


–Anoche tiramos y fue brutal. No puedo creer que no te acuerdes.
–Si, si…si me acuerdo pero creía que era un sueño.
–Me dejaste el culo adolorido.
–Ya marico, mierda me cogí a un carajo.
–¿Qué te pasa Nelson? Ya tiraste con mi novio…bueno, ya no sé si es mi novio. Lo pasamos muy bien anoche y el sexo fue del carajo ¿estás arrepentido? Yo no, yo quisiera repetir.
En su mente Pedro ya se imaginaba saliendo con Nelson al cine, de paseo, cenando juntos, compartiendo la cama de él o de Nelson. Sonreía.
–¿Por qué tienes esa cara de gafo? De pana que soy gay, lo que hace el alcohol.
–¿Qué alcohol idiota? eres gay y punto asume tu peo. Lo pasamos rico hace unas horas. Tiras divino, no me imaginé que serías así. Por cierto me cogiste sin condón.

Nelson se volteó a ver a Pedro. –Como para que tu novio tenga algo y me lo hayas pegado tú. !Qué bolas tienes! ¿por qué no me diste un condón?
–Ahora la culpa es mía, estoy sano, deja la paranoia. ¿Repetimos? –Pedro se acercó a Nelson para darle un beso que recibió pero no respondó y se apartó.
–Epa, ya va, ya va marico, tiramos, si, pero no te me pongas meloso y con ganas que seamos noviecitos. –Pedro se le acercó de nuevo y le dio un beso en la boca metiéndole la lengua. Lo tomó de las mejillas y así estuvieron varios segundos.

–A mi me encantó estar contigo, a pesar que eres una mierda, anoche fue maravilloso Nelson, lo disfruté.
–¿Ah si? ¿Y con Arévalo no disfrutas? Es tu novio y tú estabas in love con él y ahora tiramos tú y yo  y ahora yo soy el maravilloso, marico tú estás mal, llegas a tirar con Orlando y entonces Orlando es el amor de tu vida, que lo es, no me vengas con guevonadas.
–¿Estás celoso?
–Marico, ¿te estás oyendo? ¿qué coño de celoso, ese es tu peo si te enamoras de todos los que te cogen.
Pedro le lanzó un golpe en la cara que le dejó la mano doliendo y se la sacudió.
–Marico, me diste un golpe, au coño, marico me golpeaste.
–Perdón, perdón fue un imulso, me dio arrechera.
Nelson se le fue encima y le dio un beso en la boca a su amigo.

–Sí, si me gustas guevón pero yo no me veo de novio tuyo, bueno ni tuyo ni de otro tipo.
–Déjame eso a mi.
–¿Y Arévalo? ¿Vas a perderte ese megaguevo?
–Arévalo no me ama, soy su desahogo, yo quería algo con él pero ahora está empepao con el anciano ese, el papá de Diego.
–Podemos tenerlo para hacer un trío, que nos coja y te cogemos.
Diego le dio un empujón en el pecho y Nelson se rió.
–Vámonos.

Cuando salían de la cabaña venía un carro.
–Ay mira igualito al carro de mi papá…¡marico, es el carro de mi papá! Echa pa trás, echa pa trás.
Nelson puso retroceso hasta llegar donde se había metido el carro. Efectivamente era el carro. Entraron en el estacionamiento de donde habían salido y Pedro se asomó para ver si veía a su padre.

El hombre bajó del carro a cerrar el portón del estacionamiento. Era Hugo, el padre de Pedro. El chico corrío hacia la cabaña a pesar que Nelson en voz baja le decía que no desde el carro.

–Papá ¿qué haces aquí?
Hugo levantó la mirada y se le cayeron las llaves del carro. Se puso tenso.
–Pedro, Pedro….yo ¿tú que haces aquí?
–Tú sabes que hago yo aquí, dime tú ¿viniste con mi mamá?
–Si
–Quiero saludarla
–No, no, no, no, le da pena.
Pedro se detuvo.
–¿Podemos hablar en casa luego?, no es el momento.
–Quiero ver a mi mamá
–La mujer veía a Pedro por el retrovisor y decidió bajar.
–No soy tu mamá Pedro.

Pedro se echó para atrás y se tapó la boca abriendo los ojos como dos platos.
–¡Silvia!

miércoles, 29 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 58

Nelson se levanta de la cama, estaba desnudo, se puso a pie de la cama frente a la persona que aún dormía. Jaló la sábana y dejó completamente desnudo al muchacho que tenía el pene erecto.
-¿Este pana me cogió con eso? -Párate, párate. Pedro, párate de ahí. 

Pedro abre los ojos, se estira extendiendo los brazos retorciendo el cuerpo y soltando un ruido de queja. -Holaaa, buenos días.
-Anoche tiramos
-Hace unas horas, llegamos a las cuatro de la mañana a este hotel.
Nelson se puso las manos en la cabeza. -Coño que dolor de cabeza, ¿a ti no te duele? Marico tiramos.
-Si, me cogiste.

Ocho horas antes...

Nelson bailaba en la pista con dos chicos y a ambos los besaba. Pedro molesto bailaba con un amigo, no entendía por que Nelson lo había dejado solo aunque también se estaba besando con su amigo, que le metía la mano por entre el pantalón para tocarle las nalgas a Pedro.
Nelson dejó de bsar al chico y se fue a buscar a Pedro.
-Marico vamos por otro trago.
-No, nos vamos, ya has tomado que jode.
-Pido dos y nos los llevamos pal camino, los pido y nos vamos.
Nelson como pudo llegó a la barra y pidió dos bebidas y que se las pusieran en vaso plástico.
Salieron del bar rumbo al estacionamiento, Nelson se apoyaba de Pedro.
-Me voy a ir y nadie me cogió, que mierda.
-Yo te cojo esta noche si quieres, pero manejo yo, tú no estás en condiciones.
-No estoy en condiciones ni para tener sexo. ¿tú me vas a coger? Coño...eso hay que verlo marico, bebe pajúo.
Pedro lanzó el vaso al piso y metió a Nelson en el carro con su vaso que no soltaba. -Te voy a cobrar ese trago gueeeevón, me lo hubieras dado.
Pedro casi iba a cerrar la puerta cuando Nelson se agachó y vomitó en el suelo.
-Que asco, vámonos. -Nelson se recostó balbuceando cosas que no se entendían, su vaso lo había botado cuando vomitó.

Llegaron al hotel, eran habitaciones tipo cabañas para entrar directamente con el carro.
-Para una habitación hasta la la una de la tarde. -El hombre se asomó por la ventana.
-¿Está borracho?
-No, está cansado
-Mmmm mosca...no quiero escándalos, siempre que viene dos tipos hay peos, ábreme la maleta.
-¿Para qué?
-Pa que no traigas a un tercero.
-No hay nadie ahí.
-Ábrela, sino no entras.
Pedro abrió la maleta molesto, la cerró y movió a Nelson para pagar con su tarjeta de crédito -Espero que pase esta vaina.

-Este no eres tú.
-No, la tarjeta es de él.
-Mmmmm pasa.  -El hombre pasó la tarjeta. –Sigues derecho y al cruzar a la izquierda la primera cabaña a la derecha.

Entraron a la habitación subiendo a tropezones la escalera. Pedro tumbó a Nelson en la cama y comenzó a desvestirlo. Le quitó los zapatos y los calcetines, le desabrochó el pantalón y se lo bajó a medio muslo y el interior también. Le vio el pene a su amigo y lo tomó entre sus manos. Le bajó el prepucio y le descubrió el glande que estaba humedecido, lo tocaba y se limpiaba el dedo en su boca, se acercó y comenzó a hacerle sexo oral, Nelson comenzaba a decir cosas sin sentido pero abrió los ojos y veía a su amigo medio borroso. - ¿Qué haces marico?
-Parándote el guevo.
-Cógeme, me dijiste que me ibas a coger...-Volvió a dejar la cabeza en el colchón y cerró los ojos. Pedro terminó de desvestir a Nelson y como pudo lo levantó para darle una ducha fría. Él se quitó la ropa también.

Entraron a la ducha. Pefro metió una silla de metal que habia en la habitación y lo sentó debajo de la ducha.Nelson pegó un grito ahogado pero luego se quedó quieto.
Pedro tomó el jabón y comenzó a pasárselo a Nelson por el cuerpo.
-No joda terminé bañando a este guevón quiém lo iba a decir. -Se agachó y de nuevo se lo mamó, esta vez el pene se levantaba.
-Que rico, no es como el de Arévalo pero está divino.
Lo sacó de la ducha y lo secó. Sorpredentemente Nelson seguía con el pene erecto. Lo tumbó en la cama boca abajo. Pedro, frente al cuerpo de su amigo, bajó la mirada para ver su pene que también estaba erecto.
-No joda, tengo un pipisito. Nelson lo tiene grande, yo le meto esto y no va a sentir nada y menos después de acostarse con Arévalo ¿cuánto me mide? 
Busco algo para medirse el pene con algun objeto de referencia y consiguió en el bolso de Nelson un frasquito pequeño de pastillas, era de vidrio color ambar.
-Coño mi pipí apenas es más grande que esta cosa, ¿cómo me voy a coger a este con esta miseria de pipí? Menos mal que está rascao porque me llega a ver el pipí y se rie...

Pedro se tocaba el pene para ponerlo más rígido en un intento de que se pusiera más grande. 
-No sé para que le dije que yo me lo cogía, yo soy pasivo.
Pedro se acercó a su amigo le abrió las nalgas y comenzó a lamerle el culo. Su pene lubricaba.
-Bueno, ya, me lo voy a coger, está borracho, le puedo decir que me lo cogí, igual ni se entera.

martes, 28 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 57

Arropados hasta el cuello, el aire acondicionado estaba muy frío. Rodeó con su brazo el torso y este se volteó quedando ambos frente a frente aunque seguían dormidos.

Orlando abrió los ojos y vio a Diego que aún dormía, metió la cabeza debajo de la sábana y vio el interior blanco, sin pensarlo mucho, llevó su mano hasta la entrepierna y le bajó el interior, acto seguido bajó para hacerle sexo oral a Diego.
Apenas sintió la tibía y húmeda boca de Orlando se puso boca arriba, el chico quitó la sábana y se coloco frente a Diego mientras seguía mamando.
Lo introducía completamente en su boca mientras dejaba caer saliva. El pene brillaba, la saliva se deslizaba hasta llegar a los testículos. Orlando los masajeaba mientras su boca se comía aquel pene que ya estaba erecto con una de sus venas gruesa que recorría el miembro desde la base del glande hasta abajo en el tronco. Sus dedos jugaban con los testículos y se atrevía a bajar hasta el culo para introducir un dedo.
Diego se movía, sus piernas estaban inquietas, su mano izquierda apretaba la almohada, su otra mano posada en la cabeza del chico. Diego no abría los ojos, echaba hacia atrás su cabeza, soltando gemidos.
De pronto Orlando siente que Diego se tensa y suelta un fuerte gemido, retira su boca y ve como el semen sale con fuerza del pene, lo toca con sus dedos pero uno de los chorros cae directamente en el ojo del chico.

-Ay coño me ardeeee, me arde.
Diego se rie mientras aún tiene los espamos por el orgasmo. Orlando brincó de la cama directo al baño

-Aaay como pica no joda
-A verte el ojo, wao lo tienes rojo, disculpa.
-No chico, fui yo que me quedé viendo como salía ese lechero y estaba encima del guevo. Que divino ver eso.
-Me diste un alegre despertar. ¿Qué hora es?
-Las 6 y 15 vamos a ducharnos que tenemos que irnos a Valencia...
-Aaaay que flojera, deja que descanse y te cojo.
-No no no, vamos Diego, mientras más rápido lleguemos mejor.

Ya montados en el carro escuchaban música para no dormirse.
-Me hace falta el gym tengo que retomarlo pero no estoy produciendo.
-Yo te lo pago nené.
- No vale, ya veo como hago, mi papá aun me pasa dinero.
Diego levantó las cejas y encogió los hombros. Luego de un rato Orlando habla, baja el volumen de la radio.
-¿Le ponemos nombre a esto o le damos largas?
Diego mira a Orlando, se sonrie y vuelve a fijar la mirada en la vía.
- No sé si estamos haciendo lo correcto, ambos teníamos parejas y...murieron, no terminamos con ellas, yo me iba a casar con una mujer y ahora...
 -Ya, ya, ya Diego, no podemos estar echándonos la culpa de lo que pasó, tenemos que rehacer nuestras vidas, sé que es duro, ¿pero vamos a seguir reprimiendo lo que sentimos?
-¿Y si solo somos amigos que tiramos de vez en cuando?
-¿A ti te preocupa lo de mi hermana y que te ibas a casar o te preocupan lo que dirán por que eres marico?
-¿Podemos hablar esto en otro momento?
-No Diego, hoy es el momento, ahora es el momento.
Diego aceleró y llegó a un sobreancho donde hay kioskos. Frenó sin apagar el carro, vio a Orlando y le dio un beso en la boca.
-Yo solo sé que quiero estar contigo, vamos a dejar esta conversación para otro dia, hoy estamos en modo testamento.
Orlando se sonrió y le hizo un gesto que siguiera el camino.

Llegaron a la casa da la madre de Vicente, suegra de Orlando.
-Hola mijo gracias por venir pase.
-Le presento a Diego, me dio la cola para acá. -Orlando le guiñó el ojo.
-¿Este es otro amigo? Allá adentro está el policía con el que vino la otra vez.

Diego se le encendió la cara de la rabia, a Orlando de la pena.
-Que pena...ya voy a hablar con él
-Tú no tienes nada que hablar con ese tipo. Yo le voy a decir que se largue.
-Diego, Diego, estamos en una casa ajena, no vamos a formar peo aquí, yo hablo con él y le digo que se vaya.

-¿Qué pasó bichito? Ah no te esperabas verme aqui, yo te dije que no te iba a dejar solo en esto.
-Arevalo sabías perfectamente que yo venía con Diego.
-¿Mi hijastro está contigo? Yo sé papá pero queria venir en este dia importante para ti.
-No hables guevonadas que viniste a provocar. Marico estas saliendo con el papá de mi novio.
- Y tú con el novio de tu hermana.
-No enredes las cosas, vete por favor, te lo pido, te ruego que te vayas y te ahorres un peo.
-Ok, Orlando gracias! Yo me voy, espero que no me llames llorando cuando este te haga algo. GUEVÓN.

Arévalo pasó por al lado de Diego.
-Hola hijastro. -A Diego se le pusieron rojas las orejas y cerró los ojos.
-Vete de aquí si no qieres que te de un coñazo.
-Que miedo me das mariquito, ¿tú y cuantas jevas más me van a cachetear? Yo me voy pero mosca que yo no me entere que hiciste llorar a ese carajito porque te vacio el hierro en la barriga
-¿Que vas a estar disparando tú? Arranca.

Arévalo se alejó de Diego. ¿Arranca? Yo me quedo aquí en esta vaina. Voy a acompañar a Orlando así no quiera.

lunes, 27 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 56

Pedro se montaba en el carro de Nelson, él con una sonrisa veía a Pedro.
-¡Nos vamos a tomar y a bailar!
-Estás muy contento.
-Hoy quiero acostarme con un carajo, estoy dispuesto.
Pedro recordaba a su papá dándole los preservativos. -¿Vamos a tirar?
-Bueno, yo no sé tú, pero hoy amanezco con un tipo.
-¿No te da miedo? Digo, hacerlo con un desconocido, es peligroso.
Nelson se rió y le dijo que no iba a acostarse con él y menos si tenía que hacer de activo. -Esta noche quiero que me cojan -Dijo, mientras le comentaba que primero irían a tomarse unas cervezas -En los chinos que son más baratas.

Llegaron al restaurante chino, estaba lleno, la bulla apenas dejaba hablar, consiguieron una mesa para dos y se sentaron. Apenas lo hicieron se acercó una chica.
-Hola ex ¿cómo estás? Hola Pedro ¿ahora salen juntos? ¿ya son novios?  BRUJAAAS ¡aqui está el maricón de mi ex con su novio!
-¿Quieres bajar la voz?
Las amigas se acercaron a la mesa riendo.
-Señores este hombre fue mi novio y ahora es marico, le gustan los hombres.
-¡TE QUIERES CALLAR! -Dijo Nelson que se había levantado de la silla. Silvia estaba algo tomada.
Pedro se levantó y le dió una fuerte cachetada. -Ya escuchaste que te calles Silvia. -Luego de eso Pedro se arrepintió pero ya era tarde las amigas le cayeron encima para golpearlo. Se armó un escándalo, la gente rodeó a los chicos hasta que llegaron los dueños y un par de policías que pasaban por la calle y escucharon el barullo. 
Amtes que la policía intercediera, ya se habían separado las mujeres de Pedro que apenas se levantaba del piso y les dijo que estaba bien que no había pasado nada, solo se había tropezado.
-Marico, ¿cómo se te ocurre darle una cachetada? -Le decía Nelson a Pedro que salían del restaurante chino luego de sacarlos a todos del local. -pareces una loca peluquera.
-Ahora soy una loca peluquera, coño encima que te defiendo de esa loca, me insultas ¡gracias! Déjame en mi casa.
-Ay ya marico, deja el drama, ahora más que nunca quiero ir a la discoteca, Cargo una arrechera por la bruta esa.

Fueron a tomar cervezas en otro restaurante chino y a las 11 de la noche se fueron a la discoteca gay.
- ¿Tu quieres volver con Silvia?
-¡No vale! Bueno...quisiera estar con ella y que los tipos me cojan, pero ella no va a querer ya viste que me lanzó a la calle. Vamos a pedir unos tragos antes que nos de el bajón y nos ponemos a bailar.
LLegaron a la barra y pidieron dos vodka con naranja, se fueron a la pista a bailar.
-Nunca he bailado con un tipo ¿y tú? -Decía Nelson.
-Un par de veces, ven abrazame como si fuera la mujer. -Nelson lo rodeó con el brazo y comenzaron a bailar. Pedro lo veía, Nelson estaba emocionado, tanto qie se bebió el tel vaso en dos tragos.
-¿En serio quieres tirar hoy?
-Si, de aqui salgo a un hotel con alguien.
Pedro se puso serio, bebió un trago y siguió balilando. -Yo puedo cogerte si quieres.
-Nooo vaaaleee, yo quiero un desconocido, eso me da morbo, ojalá lo tenga grande
-Como mi novio que te lo tiraste.
-Si, no te vayas a arrechar ahora marico, eso ya pasó y no va a volver a pasar.
Pedro se detuvo y tomó del brazo a Nelson y lo sacó de la pista.
-¿Qué pasó marico?
- Arévalo está pasando el fin de semana con un viejo, con el suegro de Orlando y yo me estoy muriendo de la arrechera.
-¿QUEEEE? Bueno, no sé por qué te arrechas si sabes que él es así, verga me dejas loco con lo del viejo ese jajajaja maaaarico ese viejo debe sufrir  cada vez que lo clavan.
-Te estoy contando un peo que tengo y a ti te preocupa que al viejo le duela cuando se lo cojan.
Nelson vio a Pedro a los ojos y luego le dio un apasionado beso en la boca apoyando su mano en la nuca de este. Pedro se le erizaron los vellos del cuerpo al sentir la cercanía de su amigo, su lengua recorriendo su boca y que cada vez estaba más pegado a Nelson. 
Se separaron, Pedro quedó inmóvil apenas reaccionando al beso.
-Marico quedaste loco verdad. Asi las dejo cuando beso. Vamos por otro trago. -Pedro cerró los ojos y sintió como su pene lubricaba.

Nelson estaba en la barra y Pedro aún en el rincón donde hablaban.
-Marico ven acá. Coño ¿que te pasó guevón? Te quedaste aguevoniao
-Nunca me habían besado asi.
-Ay vale, no te me vayas a enamorar.

Se llevaron los tragos y fueron a la pista a bailar cada quien por su lado. Nelson bailaba solo y se le acercaba a algún muchacho que le gustara, hablaban se besaban pero no quedaban en nada, Pedro se consiguió a unos conocidos y se puso a hablar, luego fue a la pista a bailar, buscaron más tragos.
Las horas pasaban entre Nelson besándose con cuanto hombre conseguía, ya ambos habían tomado cuatro vodkas. El local estaba totalmente lleno, Nelson sin camisa bailando con dos tipos y Pedro hablaba con un amigo que lo acariciaba y le pasaba la mano por la mejilla pero el chico estaba pendiente de Nelson.


Nueve de la mañana, la pequeña habitación estaba impregnada de un olor entre cigarro y alcohol. Nelson apenas abría los ojos, evitando la luz, se ponía la mano frente a la cara. Se quitó de su costado el brazo de la persona que dormía al lado.
-¿Mierda que es esto, dónde estoy?
Se sentó en la cama y todo le comenzó a darle vueltas, no aguantó y vomitó en el piso al lado de la cama. Se limpió la boca con la sábana.
-¿Quién es este? -Aún con la visión nublada, le da un empujón a la persona que está con él y lo pone boca arriba. Cuando logra enfocar, detalla el rostro.
-Mierda...no puede ser...marico...no

viernes, 24 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 55


Pedro estaba en su casa molesto luego de hablar con Arévalo que, según su pensamiento, a pesar de lo que han hablado, se siente novio del policía. 
-¿Qué te pasa hijo? Tienes una cara...
-Nada mamá...bueno...es que Arévalo se desapareció desde el viernes y estaba...con...
-¿Sabes qué? Mejor le cuentas a tu papá, yo no quiero saber de tus cosas con tu...ese señor
-Mamááá ¿pero a quién le voy a contar sino a ustedes?
-No, no, no...habla con tu papá, habla con él, mira, ya está aquí, los dejo.
El papá de Pedro veía a su hijo con extrañeza.

-¿Qué está pasando aquí?
-Papá, es que mi mamá se pone necia cuando le hablo de Arévalo, comienzo a hablar y se va y acaba de pasar lo mismo.
-¿Y ahora que hizo el policía?

Pedro vio a su papá a los ojos y se puso a llorar. Se abrazaron. Pedro le contó lo que había pasado con Arévalo, desde la mentira en su trabajo hasta que estaba con otro hombre pasando el fin de semana. -El tipo ese habló conmigo me dijo que no lo molestara más. -Dijo el chico a su padre que movía la cabeza, se sonreía mientras ponía los ojos en blanco.
-¿Que vas a esperar de un policía? Nos dice que le gusta un chamo, está con otro tipo y mira lo que pasa y según me dijiste, a ti no te importaba ser "la otra" palabras textuales, que no entiendo porque te defines como mujer pero en fin, ¿mereces estar en una relación así? Ser el otro, esperar que él te haga caso, que pueda estar contigo, que no te respete, ¿eso es lo que quieres?.

El chico bajó la mirada. -Pero yo lo quiero coño.
-A ver Pedro tienes 21 años, no eres ningún carajito, quiérete un poquito, no puede ser que estés detrás de alguien que no te para bolas. No mendigues amor mi amor, te mereces a alguien mejor.
Pedro con la cabeza agachada, le caían las lágrimas. Su padre lo abrazó. -Ve a hablar con él y aclara las cosas.
El celular de Pedro sonó, era Nelson. -Es Nelson, ya seguimos papá.

-<Hola, dime ¿cómo estas?>
-<Bicho, todo bien, mira vamos a salir a caernos a birras y luego vamos pa una discoteca gay, ¿quieres?>
-<Hoy es domingo Nelson>
-<¿Cuál es el peo? Dime y te busco en una hora>
-<Espera, ya te digo> - Pedro tapó el celular con la mano. -Es Nelson me está invitando a tomar unas cervezas y luego a una discoteca pero hoy es domingo y tengo clases mañana.
-Vaya a disfrutar con su amigo coño, dile que si, un trasnocho más uno menos. ¿te quieres llevar el carro?
-No, él me busca.
-Por cierto haz la vaina para sacarte la licencia, no te has metido para registrarte, hazlo mañana por aqui o en la biblioteca de la universidad.
Pedro se levantó se limpió la cara con las manos y se iba a su cuarto a cambiarse.

Al terminar sale del cuarto y entra al de sus papás que veían televisión.
-¿Vas a salir?
-Si mamá voy a salir con Nelson a dar una vuelta.
-No llegues tarde.
-No, papá ¿puedes venir un momento?
-Puedes preguntarle aquí, soy tu madre.
Pedro se encogió de hombros y con el gesto la mamá entendió. El papá salió.

-¿Si no te gusta Arévalo por qué le diste tu carro?
-Porque me cae bien y no iba a permitir que fueras en moto, ojo, no es mala persona, pero no es la persona para ti.
-Me tratas como si tuviera 12 años.
-Ay hijo...parece que tuvieras 12. Anda ya Pedro tocó la corneta ¿ese chamo no puede llamarte al celular en vez de hacer ese escándalo? Cuídate. ¿Llevas condones?
-Papááá yo no voy a tener sexo.
-Mmmmm vas a tomar así que eso te pone alegre, espera.
Fue a la habitación y dentro en el vestier abrió una gaveta y sacó tres preservativos.

-¿Y tú para que tienes condones? Si tú estás con... mamá... -El papá le guiñó el ojo y le dio un empujòn para que se fuera. -Anda, luego hablamos.

-¡Que bolas  papá le monta cachos a mamá! Y tan tranquilo...y va y me dice que Arévalo no me conviene. Que caretabla.