viernes, 10 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 50 Final de Temporada


Viernes 10 de la mañana. Nelson tenía una pauta fotográfica ya concertada desde hace unas semanas y lo ayudaría, a regañadientes, Silvia, que, aparte de hablar con ella la noche anterior sobre su relación, coordinaron lo de las fotografías.

–Que conste que estoy aquí por trabajo, terminamos y me voy.
–Anoche no me dijiste si seguimos o terminamos.
–Yo creía que había quedado claro la otra vez luego de…verte ahí con el tipo este.
–Bueno es que yo…también quería decirte que…no quiero nada contigo, creo que…estar contigo fue una pantalla…un beta pa no ver lo que realmente, mierda…lo que me gusta pues.
–Si, que eres marico, no le des más vuelta, pásame el lente que está en el estuche por fa.
Nelson le latía el corazón rápidamente y estaba nervioso. –Quiero ser sincero contigo Silvia, me gustan…los hombres…creo…no sé…nunca había estado con uno, pero ese día…y yo…ya me gustaba…olvídalo.
–Dilo, ya te abriste mijo, suelta todo.
–Me gusta Pedro.
–¡Yo sabía, yo sabía chico, sabía que algo raro había, esa actitud hacia él no era de joda, coño que bruta y ciega fui LO SABIA LO SABIA.
–Bueno ya, no grites no tiene porque enterarse todo el mundo. Coño el trípode pequeño se me quedó ¿o está en tu bolso?
–En mi bolso, agárralo. Que me engañes con una caraja, bien, o sea, me jode pero bueno se habla, pero coño, que encima me engañes con un tipo porque en realidad eres gay, coño, sé sincero y háblalo, sabes que yo soy abierta con ese tema. Y mira que me abrí para hacer un trío, todo salió terrible pero bueno…salió tu verdadera sexualidad. Vamos a montar el trabajo y salir de esto.

Terminaron de hacer las fotos, coordinaron con los clientes y recogieron el equipo.
–¿Te llevo a tu casa?
–No, llévate mi bolso y luego lo llevas a la casa cuando yo no esté, quiero estar sola.
–Perdóname.
–Debiste pensarlo antes, hablarlo, ahora no pidas perdón.
–Está bien, la cagué, la cagué mal.
–Te voy a joder, te voy a rayar en las redes, todo el mundo va a saber que eres marico, me voy a encargar de que todos lo sepan.
–No serás capaz. No hagas eso por favor.
–Jódete, chao.

Nelson quedó ahí con los dos bolsos viendo como se iba Silvia caminando hacia la línea de taxis.

Viernes seis de la tarde. Diego padre pasaba por su apartamento donde ahora vive Arévalo para buscarlo. Se irían ese mismo día al apartamento de Higuerote. El policía ya se había traído ropa y con eso hizo un pequeño bolso para la playa.
–Mira como tienes el apartamento de sucio y apenas llevas 24 horas aquí. –Le dijo Diego.
–Papi, nunca he vivido solo, yo no hago oficio.
–Te mandaré a una señora de servicio, esto no puede estar así.
–Si papi pero yo no tengo plata para pagar eso.
–Yo te dije que yo me encargo de los gastos y de ti.

Arévalo le dio un beso en la boca, se separó unos centímetros. –Tócame la verga, mira como me pusiste.
-Pero ahora no podemos hacer nada quiero irme ya. ¿manejas tú?
–Claro bebé, yo te manejo la camionetota.

Por el camino iban escuchando música, entre clásica, bossa nova y jazz, conversaban, pero Arévalo estaba cansado de escuchar eso, quería poner Reggeaton o salsa.
–Vamos a llegar y tendremos un mercado listo en casa, ya cuadré eso.
–¿Pediste cervezas?
–Cerveza y vino y unas exquisiteces
–Que bien papá, vamos a comer fino este fin, bueno sexo y comida no pienso dejarte descansar, vas a llevar palo parejo.
–Soy un viejo nene, no puedo estar todo el día en eso, me canso.
–Lo siento viejito, a mi me gusta echar por lo menos tres, por lo menos.
–¿Tú de verdad quieres algo serio conmigo?
Coooooño, ya este viejose me puso intenso ¿Cómo serio?
–Vivir conmigo, viajar conmigo, tener una relación.
–Pero si tú estás casado ¿qué vas a hacer con Beatriz?
–¿Cómo sabes que mi esposa se llama Beatriz? No te lo he dicho.
Verga. Yo también te investigué papá, tenía que saber de ti.
Diego se sonrió y le tocó la cabeza para luego llevar su mano a la entrepierna de el policía. –No me voy a divorciar.
–Ah y pretendes tener una relación seria conmigo, que fino, el amante.
–Cruza a la derecha y la siguiente a la izquierda. Podemos llevar las cosas así, ¿no crees?
Me voy a poner dramático a ver si le gusta. Yo no quiero compartirte con nadie, quiero que seas mio, no tenerte de a ratos cuando tú puedas, eso no es vida.
–¿Cómo hago? Yo tengo un estilo de vida y un status que mantener, no puedo divorciarme y se enteren que soy gay.
–¿Y yo? En la sombra. Tenemos que hablar de eso y solucionarlo, pero este fin no.
–¿Que solución? La mato y terminamos con todo.
–Conozco unos bichitos que por dos paquetes de cigarros asesinan gente.
–¿Que estás hablando por Dios? Era un decir. Llegamos, este es el edificio.
Arévalo se asomó por el parabrisas. –Naguevonada tremendo edifico papá


Subieron al apartamento, estaba todo perfectamente acomodado y limpio, todo moderno, pocas cosas pero estaba bien para ser un apartamento de playa. Se asoma a la ventana y ve la piscina y frente a él el mar, Diego lo abraza por detrás.
–Esto también lo disfrutaremos con frecuencia nene, no te estreses por Beatriz.
Le dio un beso a Diego y se fue a la nevera a buscar dos cervezas, las abrió, brindaron y se la bebió  de un tirón.
–Vamos al cuarto a cogerte, tengo ganas.
–No nené, hoy no, estoy agotado, tuve un día terrible dejando todo listo, para no tener que ir el sábado a la oficina. Mañana lo que quieras.

Arévalo se quitó la ropa y se quedó en interiores. –Mira como me dejas, con el guevo tieso y babeando, después no te quejes que te duele o estás cansado porque te voy a dar duro.
–Vamos a cenar algo, yo lo preparo y nos acostamos a ver televisión, tenemos dos días para sexo mi amor, mastúrbate.
–Claro, me voy a masturbar mientras duermes y te echo la leche encima.
–Loquito.

Sábado ocho de la mañana. Diego iba rumbo a buscar a Orlando a su casa.
–Mamá ya me voy.
¿Y me vas a dejar sola con la enfermera hasta el domingo hasta quien sabe a que hora?
–Mamá ya la conoces y es de la clínica de papá.
-Todo lo que venga de esa clínica no pude ser bueno.
–Mamá baja a voz te va a oir.
–QUE ME OIGA, QUE ME OIGA.
–Cállate…el domingo en la tarde estoy aquí.
–No te da verguenza acostarte con el hombre que fue novio de tu hermana?
–No me he acostado con él mamá.
–Pero a eso vas, ¿o es que van a dormir en camas separadas? Estoy enferma Orlando, débil y me dejas, la quimioterapia me está matando y me dejas.
–Ya vas a terminar la quimio y no te estoy dejando, ya llegó Diego, me voy. –Le dio un beso en la frente y se fue.
–A ESTA CASA NO VUELVAS SI SALES POR ESA PUERTA.
–Ay no la soporto cuando se pone en modo novela mexicana. Disculpa lo malo Aura.
–Tranquilo, he lidiado con pacientes peores, vaya tranquilo.

–¿No estás emocionado que va a ser nuestro primer viaje corto juntos?
–Estoy nervioso, vamos a estar tú y yo solos.
Orlando cayó en cuenta que no, se iban a encontrar con Arévalo y su futuro suegro
 –Bueno pero tranquilo, vamos a dejar que las cosas fluyan.

Nueve de la mañana. Arévalo no podía seguir durmiendo pues su enorme pene estaba erecto, Diego roncaba. El policía comenzó a jugar con el culo del hombre mojándose los dedos e introduciéndolo.
–¿Qué haces?
–¿Tú qué crees? Ya ha pasado mucho tiempo y quiero cogerte. -Le introducía dos dedos, Diego se movía y emitía sonidos con la boca cerrada, le metió tres dedos. –Ponte en cuatro que voy  pa dentro.

El hombre se levantó y le dio un beso a Arévalo. Se arrodilló y puso sus nalgas frente al policía que las veía y se emocionaba. –Unas nalguitas de viejo pero están ricas. –Separó las nalgas y vio el culo dilatado. Buscó el preservativo y el lubricante, se lo colocó y echó una cantidad considerable de gel sobre su pene que restregó entre las nalgas.
–Ahora si papá, vas a llevar palo, empezamos hoy  y ahora, aguanta. –Empujó y Diego gritó apretando las sábanas pero ya el pene había entrado la mitad.

–Llegamos, vamos al estacionamiento.
Orlando estaba nervioso, el carro del papá podría estar ahí. En efecto, estaba ahí.
–¿Qué hace mi papá aquí? MIERDA, ¿NO SE IBA DE VIAJE?  ¿a que vino?
–A lo mejor está con tu madrastra.
–Noooo, ella se fue a su tierra.
–A lo mejor no, se querían escapar.
–No, no, eso no pasa ¿y si está con un mujer?

Estacionó el carro en un puesto de visitantes. –¿Pero vamos a subir?
–¡Coño de bolas! Quiero saber con quién coño está, a que tipa metió. Vamos

Entraon despacio al apartamento y había ropa tirada en el piso. –Ropa de hombre, debe ser de mi papá. –Orlando detrás de él cerraba los ojos y se pasaba la mano por la frente.

–AAAAAH ,AAAAH , AAAAAH, SIGUE, SIGUE –Se escuchaban quejidos y gritos que salían de la habitación principal, era una voz de hombre.
–Quédate aquí voy a entrar.
Orlando no le hizo caso y fue tras él unos pasos más atrás.

–AAAAH, AAAAH, DALE, DALE, SIGUE PAPI
Diego entró a la habitación y lo primero que vio fue a su padre gritando, sudaba, mientras Arévalo lo penetraba con fuerza.

–¡PAPÁ!
Diego se lanzó a un lado de la cama y Arévalo se puso de pie de un golpe. Diego hijo le vio el enorme pene al policía y vio a su padre. Arévalo vio a Orlando y le hizo un gesto de que hacían ahí. Diego se mareó, se apoyó de la pared.
–Hijo, hijo, deja que te explique, hijo que te pasa.
–DIEGO DIEEEGO.

Arévalo le acercó una silla a Diego para que se sentara.
–¿Qué coño hacen aquí marico? te dije que venía para acá con el viejo. -Le susurraba a Orlando.
–No puedo hablar ahora.
–¿QUE ES ESTO PAPA, QUE COÑO ES ESTO? TU…CON UN TIPO….PERO…MIERDA ¿ENTONCES? ¿QUE ES ESTA VAINA?
-Hijo, hay una explicación, hablemos, ¿se pueden salir?
–NADIE SALE DE ESTE CUARTO ¡QUIERO QUE ME EXPLIQUES QUE COÑO ES ESTO.
–Tu papá también es gay Diego.

Diego volteó a ver a Orlando con odio, Diego padre también lo veía. –No abras la boca por favor, todo esto es culpa tuya.
–¿Mía? ¿Mía Diego? ¿Que tu papá haya ocultado esto es culpa mía?.
–Si, porque si no te hubieses conocido no te traigo acá.
–¡Bien bello pues! Debe ser que yo sabía que tu papa era gay y vendría hoy para acá.
–Coño marico, si, si lo sabía y me enchavaste el fin de semana.
–¿Este no es el tipo que te ayudó en la morgue? O sea tu sabías de esta vaina y no me dijiste.
–¿Ustedes se conocen? –preguntó Diego padre. –¿Esto fue una emboscada, vinimos para acá y aprovechaste para que mi hijo viniera, estaban ambos encompinchados con esto?
-No, no  a ver, ya va, tampoco es así, Arévalo lo conozco. ¿te puedes vestir coño? ¿cómo explico esto?
–Coooño queríamos joder a tu papá porque los quería separar porque ambos son gais, Diego padre se puso bruto con el tema y bueno yo le dije a Orlando que lo iba a joder, me lo conseguí en el sauna, me lo levanté y me lo cogí, pero coño pasaron los días y bueno, me empezó a gustar el pana y la vaina de joderlo se me olvidó, me gustas burda, de pana.
–¿Y piensas que te voy a creer eso?
–Marico me pusiste un detective, ¿te dijeron algo malo de mi? no.
–SE ME VAN LOS DOS DEL APARTAMENTO.
Diego se levantó de la silla y sacó de la habitación tanto a Orlando como a Arévalo –Se van de aqui, se van a ver como hacen para irse a Caracas.
–Diego, deja que te explique.
–Vete Orlando.
Cerró la puerta  de la habitación con llave, Diego padre se puso el bóxer.

–Toda esa palabrería que me echaste la otra vez que me botaste de casa ¿para qué fue? Porque no entiendo. Y hoy te veo aquí tirando con un hombre.
–Todo tiene una explicación.
–Aquí me quedé para escucharla

Desde hace años Diego vivía una doble vida pero siempre en la más absoluta clandestinidad, tenía encuentros con hombres en hoteles o en algún viaje que planeaba, pero el hecho de saber que su hijo también era gay lo perturbaba, no quería que pasara por eso también y hacía lo que fuera para evitarlo, tapaba su homosexualidad con una homofobia absurda, pero conoció a Arévalo y todo le cambió y se atrevió a más cosas pero igual no quería contarle a nadie y menos a su hijo lo que estaba viviendo.
–¿Sabes cuántos años estuve reprimiéndome y aún lo hago para evitar “caer en la homosexualidad” para que tú no me castigaras, me reprobaras o me botaras como en efecto hiciste? ¿Sabes cuánto he sufrido y sufro por eso?.
–Lo sé.
-NO, NO LO SABES PAPÁ, NO LO SABES.
–Lo sé porque lo he vivido. Y sé que sufriste por lo que te hizo tu tío, yo lo sé y callé, por eso tu madre se suicidó. Yo sabía lo de tu tío.
–Tiraste con él también.
–No, no…eso nunca pasó, yo me mantuve en silencio con lo mio hasta hoy.
–¿Por qué te juntaste con Beatriz?  ¿para qué?
–Tengo negocios, gente que me conoce, amistades que si se enteran de lo que soy me dan la espalda y se caen varios contratos.
–¿Que te hace pensar que eso va a ocurrir?
–Que tú tampoco has salido del clóset por miedo y tienes 30 años, otra generación. Pero ahora conozco a Arévalo y me enamoré, me siento bien con él, es policía medio malandro pero lo veo y me siento a gusto ¿que quieres que te diga?
–¿Qué vas a hacer con Beatriz?
–Beatriz va a ser mi esposa siempre.
-Hasta que mueras y te liberes.
–A ti te pasó, pero no te liberaste.
–No hables estupideces papá.
–No son estupideces, mientras  estabas con Carlota vivías  tu vida de mentiras, conociste a este carajito, murió Carlota y despertaron en ti cosas ¿o no?.
–Si…mi cabeza está revuelta. Hoy quería pasar un fin de semana con él para aclarar todo, pero pasó esto.
–Perdóname hijo, perdóname por todo esto, por enterarte así de todo.
–No sé que pensar, no sé si alegrarme porque tengo a alguien cercano que me comprende u odiarte por lo que me hiciste…
–¿Qué vamos a hacer con estos dos que echaste?
­–Yo no quiero ver a Orlando.
–Arévalo me debe explicaciones.
–¿Lo vas a perdonar?
–¿tú crees que estoy en edad de para conseguir a alguien que me pare bolas, ningún tipo de más de 55  años se va a empatar conmigo, buscan jovencitos.
–Como tú.

Diego fue al baño a orinar y entró su padre.
–¿Te vas a ir?
–No lo sé…¿y si nos quedamos tú y yo? Un fin de semana padre e hijo.
–Suena bien, no era mi plan, desde hace días soñaba con este fin de semana.
–Llama al chulo ese y que se quede, yo me voy.
–No es ningún chulo.
­–Papá ¿cuánto puede ganar un policía? ¿algo más de sueldo mínimo? Aquí el de la plata eres tú.
–Puedo decir lo mismo del carajito.
–Tienes razón…voy a buscar mi morral, ya vengo

1 comentario: