Diego se agachó. –Solo te
lo voy a mamar, aquí no podemos tirar.
–Dame culo.
–No. –Se introdujo el
pene abriendo lo más que podía la boca. Arévalo lo agarró por detrás de la
cabeza haciendo presión.
–Trágatelo todo. –Diego
alzó la mirada viendo al policía y con los ojos le dijo que no podía, Arévalo
le empujó la cabeza hacia él metiéndole el pene completamente en la boca, Diego
sintió como le bajaba por la garganta y tuvo una arcada lo que hizo que se
separara del policía. Al alejarse soltó una gran cantidad de saliva, sus ojos
inundados y su respiración entrecortada hicieron que se sentara en el piso y le
hiciera un gesto a Arévalo de reclamo.
–Coño nene, no me hagas
eso, casi me ahogo y vomito.
–Anda sigue, le doy
despacio, mira, arrodíllate como estabas pero te alzas un poco para que veas
como la verga te va a entrar completica y no te va a molestar.
Diego lo hizo, en la
posición que estaba el pene se deslizó dentro de su boca llegando de nuevo a la
garganta, ya no molestaba, volvía a ver a los ojos a Arévalo que se mordía el
labio junto con la lengua mientras su mano sostenía con fuerza la cabeza del
hombre.
–¿Te quieres tragar la
lechita?
–Si. Se sacó el pene para
hablar, seguía salivando. Pero no grites por favor, tápate la boca.
Siguió mamando mientras
Arévalo se preparaba para descargarse dentro de la boca de su amante que se
tragaría todo el semen de manera inmediata.
Tuvo que concentrarse,
cerrar los ojos y apretar los labios para no gritar. Se puso rojo, mientras que
cada movimiento significaba un chorro que recibía Diego dentro de su boca.
Volvió a sentarse en el
piso, adolorido, sus piernas las tenía dormidas.
–Coño, nunca había disfrutado
una mamada así…tiene un pene hermoso y grande…y carga bastante leche.
–Toda tuya papá ¿te
gustó? Ven párate. -Le dio la mano y lo ayudó a levantarse, Diego estaba algo
mareado.
–Claro que me gustó,
mucho ¿Cuándo te mudas al apartamento? Necesito que estés ahí para hacer el
amor contigo.
Ambos de pie, Arévalo se
acercó la cara de Diego, pegó la frente a la suya.
–Como yo me entere que me
volviste a poner un detective, no me vuelves
a ver ¿oíste?
–Si mi amor.
–Me mudo la semana que
viene, tengo que hablar con mi vieja y los hermanos. Y la jeva.
–¿La jeva?
–Si, un culito que tengo.
Pa’ decirle que se acabó la guevonada.
–Eso no me lo dijo el
detective.
–Una mierda de
investigador. Me voy.
–Chao nené, el
apartamento tiene todo, hice un buen mercado, no te va a faltar nada.
Arévalo se fue de la
oficina para regresar a su trabajo.
–Coño este viejo está empepa’o, no puede ser que me dio las llaves de su
apartamento para que viva ahí y apenas nos conocemos, que arrecho, es burda de
pana, coño, no debería portarme mal con él, ay Pedro…que vaina contigo…
_______
–<Buenos días señor
Hernández, le habla el representante legal del parque de diversiones donde
ocurrió el siniestro, me llamo Claudio Torcatt>.
–<Buenos días, dígame>.
–<Lo llamo para
decirle que a partir de hoy puede pasar por mi despacho recogiendo un cheque
por concepto de la indemnización con motivo del siniestro>.
–<Ah caramba, ya se
habían tardado con ese asunto. Déjeme decirle que ni con todo el dinero el
mundo van a revivir a mi hija, pero sí, ese cheque voy a buscarlo para usarlo
en obras benéficas, de alguna manera tienen que pagar por el daño que le
hicieron a tres familias>. -Hablaba Orlando Vásquez el padre de Carlota y
Orlando que también contactaron para entregarles un cheque.
–<Ahí estaré con mi
abogado para recibir la indemnización. Muchas gracias por contactarme>.
-Diego, colgó la llamada y no pudo evitar llorar al recordar aquel fatídico
día. Orlando hizo lo mismo al colgar la llamada, comenzó a llorar. Llamó a
Diego.
–<Hola suegro, bueno,
disculpe, yo sé que ya no somos nada pero así lo siento, sigo sintiendo que
somos familia…Dígame.
–Tranquilo Diego, puedes
seguir llamándome así, te llamaba porque recibí una llamada del abogado del
parque para entregarme un cheque ¿a ti te notificaron?>
–<Si, si…de hecho voy
mañana temprano a buscarlo>
–<Puedes ir hoy en la
tarde, como a las tres? Así vamos juntos>
–<Mmmmmm, déjeme
cuadrar unas cosas y le digo en media hora, creo que sí>
Orlando salía de la
universidad para ir a almorzar y reunirse con su tutor para lo de la tesis. En
eso suena su celular, ve la pantalla y se detiene. –¿Mi suegra? –Retrocede y se
va al pasillo para poder atender con tranquilidad.
–<Hola ¿cómo está? Wao
la tengo olvidada, he tenido unas semanas terribles cuénteme ¿qué se le ofrece,
en que le puedo ayudar?>
–<Tranquilo mijo, ya
nos vamos a ver, lo llamo para decirle que el lunes vamos con el abogado a ver
lo del testamento y necesito que usted venga, ¿puede? Es a las 10 de la mañana
en su despacho, usted viene a mi casa y de ahí salimos>
–<Wao, si, ya usted me
había comentado eso pero no pensé que fuera verdad, ¿yo estoy en el
testamento?> -Le recorrió un escalofrío por la espalda.
–<Si, no le puedo dar
detalles porque los desconozco, pero el abogado me informó eso>.
–<El lunes temprano
iré para allá, iré con un amigo que me dará la cola>
–<¿El mismo de la otra
vez? ese joven no me dio buena
espina>
–<No lo sé señora…debo
cuadrar eso, pero tranquila que no vamos a molestar>
–<Usted no molesta
joven, se puede quedar a dormir en mi casa, en el cuarto de Vicente pero usted
solamente, su amigo no, cualquiera con el que venga no se puede quedar aquí>
–<Tranquila, iré ida
por vuelta, otro día cuadro para quedarme unos días en su casa>
–<Gracias muchacho,
eres un cielo, te espero el lunes>.
En la tarde, antes de
salir hacia el despacho del abogado, Diego llama a Orlando para contarle lo de
la indemnización, este le comenta que su papá le había dicho. Hubo un silencio
por parte de ambos y luego Orlando le comentó lo del lunes para ver si podía darle
la cola a Valencia tempranito. –Claro que sí, yo cuadro todo eso mañana y te
llevo, no tengo problema.
Al salir de la reunión
con su tutor, Orlando se consigue con Arévalo.
–Esta vaina debe ser una
señal papá, tú y yo vamos a tirar en algún momento, no puede ser que nos
volvamos a encontrar.
–Deja la vaina Arévalo.
–Mira, el viejo me dio
las llaves de su apartamento para que me mude, marico el viejo es lo máximo, me
trata bien, me complace, bueno yo lo complazco también, le doy machete que le
gusta.
–Aaaay Arévalo…mosca,
mosca, ya te dije que no le hagas daño a Pedro.
–Me está gustando el
viejo para que sepas, mierda, ojo tú no te salvas, yo te voy a poner en cuatro
en algún momento, pero coño este viejo me gusta, me trata bien vale. Tengo que
hablar con Pedro, por cierto me cogí a tu amiguito Nelson, el pana una mami
vale, no aguantó mi verga, pero creo que le gustó.
–Mira Arévalo, no me
cuentes tus aventuras sexuales, me parece demasiado asqueroso lo que estás
haciendo.
–Ah vainaaaaa, pero si tú
querías joder a tu suegro Diego, ahora me dices asqueroso.
-Eso te lo maquinaste tú,
ya no quiero hablar de eso. Mira el lunes tengo que ir a Valencia a ver a mi
suegra por un tema del testamento de Vicente.
–Yo te llevo, no se hable
más, dime la hora y te busco.
–No, le dije a Diego para
ver si me llevaba y me dijo que me avisaba pero que sí me daba la cola, pero te
lo digo porsia me falla.
–Si te falla aquí estoy
yo nené, yo no te fallo, y cuando te coja no vas a querer estar con otro macho,
vas a quedar complacido.
–Marico, no voy a tirar
contigo.
–Si vas a tirar conmigo,
yo lo sé papá, estos 23 centímetros no los vas a pasar de largo, aunque no
quieres vas a venir a pedir cacao, en este caso un chorizote. El lunes te busco
a las seis de la mañana.
–Te aviso, no seas necio,
te dije que Diego me lleva.
–Bueno está bien, pero
hoy te llevo a tu casa ¿vas para allá?
–Si.
–Móntate y agárrate, ufff
así te voy a decir cuando estemos en la cama “Móntate y agárrate”.
Diego y Orlando padre se
encontraron en la planta baja del edificio donde está el despacho del abogado,
ambos venían con sus respectivos abogados. Subieron
–Vamos a ver que nos dice
esta gente.
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