lunes, 6 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 46


–Aquí estoy como me dijiste, estoy dispuesto a trabajar en lo que me pongas a hacer.
–De momento necesito a alguien que me organice el archivo físico y acomode esta oficina.
–Eso te lo hago yo, sabes que soy bueno en administración también, podría llevarte los números de alguno de los locales.
–Ya veremos en estos días, estoy viendo eso porque quiero rotar gente pero tengo que reunirme con los socios.
–Puedo reunirme con ustedes y le doy algunas ideas.
–Tranquilo tío, nosotros sabemos cómo manejar esto.

Diego se sentó en su silla acomodando unos papeles y Alonso se acercó a la puerta para cerrarla con llave.

–Yo tengo otra manera de manejar otras cosas sobrino.
Alonso se había bajado el pantalón y el interior dejando al descubierto su pene con media erección.
–Estamos en mi oficina, por favor, vístete.
–Él no conoce de lugares Diego, solo se  para y quiere acción y yo sé que tú quieres.

Alonso se acercó hasta la silla de Diego que estaba sudando y nervioso.
–Tócalo, quiero reparar el daño que hice y sé que esta forma de hacerlo te gusta, complace a tu tío como siempre lo has hecho por años. –Le pasó la mano por la mejilla y le acercó la boca a su pene.
–Disfrútalo sobrino. –Diego se introdujo el pene en la boca hasta tenerlo todo adentro, a su mente llegaron las imágenes de Orlando con él en el carro, hablando, teniendo sexo, los besos, las miradas. Tocaron a la puerta, Diego se levantó de golpe de la silla y le hizo señas a su tío que se arreglara.
–Sal de aquí y ponte a trabajar.
–Tengo que trabajar aquí

Abrió la puerta. –Señor Diego aquí está el señor del queso que quiere reunirse con usted por lo de la distribución en los locales.
–Sí, dile que pase y me espere en la sala de reunión. -Regresó donde el tío. –Te quedas aquí y comienza a arreglar el archivo.
–Tenemos que terminar lo que empezamos, luego.
–No vamos a terminar nada, lo que pasó no debió ocurrir. Nos vemos en la tarde.

Alonso se puso a acomodar lo que le habían dicho, se sonreía sabiendo que aún tenía control sobre su sobrino, mientras acomodaba le escribió a Beatriz.
–<Hola, tengo ganas de sexo, en un rato me desocupo, ¿nos vemos?>
–<Vaya, semanas sin escribir y apareces ahora, bueno podemos vernos>
–<Búscame por la oficina de tu hijastro y vamos a un hotel>
–<No me gustan los hoteles, vamos al apartamento de Diego>
–<Cambió las cerraduras>
–<Yo sé, aquí tengo las nuevas llaves, ¿a que hora te busco?>
–<A las 11>.
________

Nelson llamó a Pedro para verse al mediodía al salir de clases.

–Todavía no entiendo para que quieres hablar conmigo y de qué, a mi no me paras bolas nunca, habla con Nicolás u Orlando.
–Ya hablé con Orlando pero ahora es contigo ya deja la angustia.
–Dime pues.
–Quiero acostarme con tu novio.
–¿Qué? Ya va, ¿te quieres tirar a Arévalo?
–Si, a ver te cuento, te acuerdas que les dije que quería hacer un trío con Silvia ¿no?, bueno, lo hicimos, yo le dije a un pana para que ambos nos la cogiéramos y terminé yo cogido por mi amigo.
–¡Yo sabía! ¡Yo sabía que tú eras gay, no joda, algo me decía que tanta vaina tanta jodedera escondías algo!
–Que voy a ser marico, me gustó la vaina y ya pero yo no me quiero empatar con un tipo, yo quiero estar con una jeva.
–¿Ah si? Y Silvia está de acuerdo?
–Me dejó.
–No me extraña jajaja que bolas, tanto meterte conmigo y terminaste ensartado por un tipo. Con Arévalo no te vas a acostar, no seas tú tan arrecho, búscate un macho que te coja.
–Lo hice, fui a un local y me dio caga, me fui. Es que yo no me identifico con eso chamo, yo no soy marico.
–Bueno a mi me sabe a mierda si eres o no eres, No te vas a coger a mi novio. –Pedro se puso a pensar y en realidad no eran novios, no sabía lo que eran pero no quería que Nelson estuviera con él.
–¿Tienes miedo que te lo quite? Le guste mi culo. ¿Qué coño estoy diciendo? Va a creer que en realidad si soy marico.  Bueno, el caso es que quería pedirte eso, pero si no quieres , no hay peo me busco otro.
–¿Y si me coges a mi?. Coño si este me coge sería mi sueño hecho realidad, tan estúpido que ha sido conmigo y eso me ha gustado siempre. Digo… no sé, nos conocemos.
–Lo que pasa es que quiero que…que me…bueno tú sabes.
–Ser pasivo, entendí, yo puedo hacerlo, te cojo, no tengo un guevote, pero le doy. Arévalo tiene una vaina descomunal.
–Bueno, ya te dije luego vemos si le damos tú y yo. No estés repitiendo lo que te dije, te conozco.
–¿A quién le voy a decir? ¿A Nicolás? Capaz y me dice que ya lo sabía.
–Guevón, me voy, ¿quieres la cola?
–Si quiero tu cola, para cogerte jajajajaja Nelson es mariiico, Nelson es mariiico.
–Deja la vaina, deja la vaina, porque el que te va a coger soy yo.
–Después de probar el güevo de Arévalo no me interesa otro, esa vaina es un monstruo.

_______

–No sé cómo lo haces pero eres mejor que mi marido que últimamente no quiere tener sexo.
–De lo que se pierde. ¿quieres que te diga algo sin que te molestes?
–Dime
–Yo creo que Diego es gay.
–¿Mi hijastro? Si, yo sé.
–No chica, tu marido. Tanta homofobia que experimenta es por algo
–No chico, para nada, ese es más mujeriego, de hecho se va este fin de viaje y que de negocios, ese se va con una carajita.
–Aaaay te vas a llevar una sorpresita, ya verás.
–¿Y tú? Eres bisexual.
–Si, disfruto ambas, y a Diego lo tengo en salsa pronto me lo vuelvo a coger.
–Yo también quería acostarme con él pero…lo hicimos una vez hace años, pero quiero repetir, ese carajito me da morbo…es como ingenuo, gafo, caído de la mata y eso me vuelve loca.
–Eres una diablita.
–¿Si? Y eso te gusta. –Beatriz se montó sobre Alonso pero este la bajó.
–Me tengo que ir a la oficina a terminar unas cosas.
–Que odioso vale. Está bien, pero esto no se queda así.

Llegaba a la oficina y Diego ya estaba en su puesto.
–Tu primer día y ya te vas de la oficina, empezamos mal.
–Sobrino, ¿revisaste el archivo? Está clasificado, armé una carpeta con los pendientes, aproveché que tu computadora la dejaste encendida y organicé el excel con las cifras, hice unos ajustes para que los cálculos sean más fáciles, hice un apartado ahí también de los impuestos que faltan por pagar, proveedores y arreglos en los locales que hay obras. Ah y también reorganicé el archivo del local nuevo, está en orden para que sepas que falta, que es lo que va encaminado, todo.
–¿Y todo eso lo hiciste en cuatro horas?
–Si…te dije que sabía de esas cosas.
–Bien, ¿falta algo?
–Si, quería quedarme para terminar unos detalles para mañana ponerme a hacer otras cosas.
–Wao, creo que tu cambio va a ser más rápido de lo que pensé, esta semana te quedas aquí.

______

Nelson estacionaba su carro  frente a la morgue. Al estar frente a la entrada dos Guardias Nacionales le detienen el paso.
–No puede entrar ciudadano.
–Vengo a ver a una persona que trabaja aquí.
–¿Nombre?
–Arévalo, no me sé el apellido, es policía técnico.
–Pasa y pregunta en la recepción y esperas ahí.
Luego de unos minutos aparece Arévalo con cara de extrañeza al ver a Nelson.
–Chamo ¿quién eres tú? Me pareces conocido.
–Coño le dije a la chama que soy Nelson amigo de Orlando.
–Ajá, ajá, ¿y? ¿qué haces aquí?
–¿Podemos tomarnos un café para conversar tranquilos?
–Vamos. –Fue a la recepción y buscó un casco. –Vamos a una arepera allá abajo, en moto.

Llegaron a la arepera y se sentaron a tomar un café.
–Suelta, que tengo trabajo.
–Bueno, mira es que yo…tuve..hice un trío con mi novia y un pana para... tú sabes….
–Cogerse a la jeva.
–Si pero, el peo es que yo me cogí a mi novia…
–Pero el pana te cogió a ti y te gustó. ¿qué coño tengo que ver yo con ese tire?.
Nelson se le quedó mirando, se asomó para verle la entrepierna.
–Ah vaaaaina ¿y entonces?
–Quiero acostarme contigo, bueno, quiero tirar pero hacerlo con alguien conocido y tú eres el novio de Pedro.
–¿El novio?
–Si, bueno ese no es el punto, me dijo que tú y que estás armado. -Le mostró el arma que tenía en la cintura.
–Me refiero a la otra arma.
-Ah, si, tengo lo mío.
–¿Entonces, te atreves a tirar conmigo?
–Plomo.
–¿Si?
–Si plomo, vamos a darle.
–Bueno vamos a cuadrar , ¿qué día puedes?
–Puedo ahora, ya, le damos en el baño.
–¿Ya? ¿ahora?
–Ah pues, no quieres llevar guevo, vamos salir de eso chamo, rápido que tengo que trabajar.
–Si, bueno, pero…
–Chamo, me voy y que te coja un burro.
–No, no…ok, dale. -Tragó saliva y se sonrió

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