–Aquí estoy como me dijiste,
estoy dispuesto a trabajar en lo que me pongas a hacer.
–De momento necesito a
alguien que me organice el archivo físico y acomode esta oficina.
–Eso te lo hago yo, sabes
que soy bueno en administración también, podría llevarte los números de alguno
de los locales.
–Ya veremos en estos días,
estoy viendo eso porque quiero rotar gente pero tengo que reunirme con los
socios.
–Puedo reunirme con
ustedes y le doy algunas ideas.
–Tranquilo tío, nosotros
sabemos cómo manejar esto.
Diego se sentó en su
silla acomodando unos papeles y Alonso se acercó a la puerta para cerrarla con
llave.
–Yo tengo otra manera de
manejar otras cosas sobrino.
Alonso se había bajado el
pantalón y el interior dejando al descubierto su pene con media erección.
–Estamos en mi oficina,
por favor, vístete.
–Él no conoce de lugares
Diego, solo se para y quiere acción y yo
sé que tú quieres.
Alonso se acercó hasta la
silla de Diego que estaba sudando y nervioso.
–Tócalo, quiero reparar
el daño que hice y sé que esta forma de hacerlo te gusta, complace a tu tío como
siempre lo has hecho por años. –Le pasó la mano por la mejilla y le acercó la
boca a su pene.
–Disfrútalo sobrino.
–Diego se introdujo el pene en la boca hasta tenerlo todo adentro, a su mente
llegaron las imágenes de Orlando con él en el carro, hablando, teniendo sexo,
los besos, las miradas. Tocaron a la puerta, Diego se levantó de golpe de la
silla y le hizo señas a su tío que se arreglara.
–Sal de aquí y ponte a
trabajar.
–Tengo que trabajar aquí
Abrió la puerta. –Señor
Diego aquí está el señor del queso que quiere reunirse con usted por lo de la
distribución en los locales.
–Sí, dile que pase y me
espere en la sala de reunión. -Regresó donde el tío. –Te quedas aquí y comienza
a arreglar el archivo.
–Tenemos que terminar lo
que empezamos, luego.
–No vamos a terminar
nada, lo que pasó no debió ocurrir. Nos vemos en la tarde.
Alonso se puso a acomodar
lo que le habían dicho, se sonreía sabiendo que aún tenía control sobre su
sobrino, mientras acomodaba le escribió a Beatriz.
–<Hola, tengo ganas de
sexo, en un rato me desocupo, ¿nos vemos?>
–<Vaya, semanas sin
escribir y apareces ahora, bueno podemos
vernos>
–<Búscame por la
oficina de tu hijastro y vamos a un hotel>
–<No me gustan los
hoteles, vamos al apartamento de Diego>
–<Cambió las
cerraduras>
–<Yo sé, aquí tengo
las nuevas llaves, ¿a que hora te busco?>
–<A las 11>.
________
Nelson llamó a Pedro para
verse al mediodía al salir de clases.
–Todavía no entiendo para
que quieres hablar conmigo y de qué, a mi no me paras bolas nunca, habla con
Nicolás u Orlando.
–Ya hablé con Orlando
pero ahora es contigo ya deja la angustia.
–Dime pues.
–Quiero acostarme con tu
novio.
–¿Qué? Ya va, ¿te quieres
tirar a Arévalo?
–Si, a ver te cuento, te
acuerdas que les dije que quería hacer un trío con Silvia ¿no?, bueno, lo
hicimos, yo le dije a un pana para que ambos nos la cogiéramos y terminé yo
cogido por mi amigo.
–¡Yo sabía! ¡Yo sabía que
tú eras gay, no joda, algo me decía que tanta vaina tanta jodedera escondías
algo!
–Que voy a ser marico, me
gustó la vaina y ya pero yo no me quiero empatar con un tipo, yo quiero estar
con una jeva.
–¿Ah si? Y Silvia está de
acuerdo?
–Me dejó.
–No me extraña jajaja que
bolas, tanto meterte conmigo y terminaste ensartado por un tipo. Con Arévalo no
te vas a acostar, no seas tú tan arrecho, búscate un macho que te coja.
–Lo hice, fui a un local
y me dio caga, me fui. Es que yo no me identifico con eso chamo, yo no soy
marico.
–Bueno a mi me sabe a
mierda si eres o no eres, No te vas a coger a mi novio. –Pedro se puso a pensar
y en realidad no eran novios, no sabía lo que eran pero no quería que Nelson
estuviera con él.
–¿Tienes miedo que te lo
quite? Le guste mi culo. ¿Qué coño estoy
diciendo? Va a creer que en realidad si soy marico. Bueno, el caso es que quería pedirte eso, pero
si no quieres , no hay peo me busco otro.
–¿Y si me coges a mi?. Coño si este me coge sería mi sueño hecho realidad,
tan estúpido que ha sido conmigo y eso me ha gustado siempre. Digo… no sé,
nos conocemos.
–Lo que pasa es que
quiero que…que me…bueno tú sabes.
–Ser pasivo, entendí, yo
puedo hacerlo, te cojo, no tengo un guevote, pero le doy. Arévalo tiene una vaina
descomunal.
–Bueno, ya te dije luego
vemos si le damos tú y yo. No estés repitiendo lo que te dije, te conozco.
–¿A quién le voy a decir?
¿A Nicolás? Capaz y me dice que ya lo sabía.
–Guevón, me voy, ¿quieres
la cola?
–Si quiero tu cola, para
cogerte jajajajaja Nelson es mariiico, Nelson es mariiico.
–Deja la vaina, deja la
vaina, porque el que te va a coger soy yo.
–Después de probar el
güevo de Arévalo no me interesa otro, esa vaina es un monstruo.
_______
–No sé cómo lo haces pero
eres mejor que mi marido que últimamente no quiere tener sexo.
–De lo que se pierde.
¿quieres que te diga algo sin que te molestes?
–Dime
–Yo creo que Diego es
gay.
–¿Mi hijastro? Si, yo sé.
–No chica, tu marido.
Tanta homofobia que experimenta es por algo
–No chico, para nada, ese
es más mujeriego, de hecho se va este fin de viaje y que de negocios, ese se va
con una carajita.
–Aaaay te vas a llevar una sorpresita, ya verás.
–¿Y tú? Eres bisexual.
–Si, disfruto ambas, y a
Diego lo tengo en salsa pronto me lo vuelvo a coger.
–Yo también quería
acostarme con él pero…lo hicimos una vez hace años, pero quiero repetir, ese
carajito me da morbo…es como ingenuo, gafo, caído de la mata y eso me vuelve
loca.
–Eres una diablita.
–¿Si? Y eso te gusta.
–Beatriz se montó sobre Alonso pero este la bajó.
–Me tengo que ir a la
oficina a terminar unas cosas.
–Que odioso vale. Está
bien, pero esto no se queda así.
Llegaba a la oficina y
Diego ya estaba en su puesto.
–Tu primer día y ya te
vas de la oficina, empezamos mal.
–Sobrino, ¿revisaste el
archivo? Está clasificado, armé una carpeta con los pendientes, aproveché que
tu computadora la dejaste encendida y organicé el excel con las cifras, hice
unos ajustes para que los cálculos sean más fáciles, hice un apartado ahí
también de los impuestos que faltan por pagar, proveedores y arreglos en los
locales que hay obras. Ah y también reorganicé el archivo del local nuevo, está
en orden para que sepas que falta, que es lo que va encaminado, todo.
–¿Y todo eso lo hiciste
en cuatro horas?
–Si…te dije que sabía de
esas cosas.
–Bien, ¿falta algo?
–Si, quería quedarme para
terminar unos detalles para mañana ponerme a hacer otras cosas.
–Wao, creo que tu cambio
va a ser más rápido de lo que pensé, esta semana te quedas aquí.
______
Nelson estacionaba su
carro frente a la morgue. Al estar
frente a la entrada dos Guardias Nacionales le detienen el paso.
–No puede entrar
ciudadano.
–Vengo a ver a una
persona que trabaja aquí.
–¿Nombre?
–Arévalo, no me sé el
apellido, es policía técnico.
–Pasa y pregunta en la
recepción y esperas ahí.
Luego de unos minutos
aparece Arévalo con cara de extrañeza al ver a Nelson.
–Chamo ¿quién eres tú? Me
pareces conocido.
–Coño le dije a la chama
que soy Nelson amigo de Orlando.
–Ajá, ajá, ¿y? ¿qué haces
aquí?
–¿Podemos tomarnos un
café para conversar tranquilos?
–Vamos. –Fue a la
recepción y buscó un casco. –Vamos a una arepera allá abajo, en moto.
Llegaron a la arepera y
se sentaron a tomar un café.
–Suelta, que tengo
trabajo.
–Bueno, mira es que
yo…tuve..hice un trío con mi novia y un pana para... tú sabes….
–Cogerse a la jeva.
–Si pero, el peo es que
yo me cogí a mi novia…
–Pero el pana te cogió a
ti y te gustó. ¿qué coño tengo que ver yo con ese tire?.
Nelson se le quedó
mirando, se asomó para verle la entrepierna.
–Ah vaaaaina ¿y entonces?
–Quiero acostarme
contigo, bueno, quiero tirar pero hacerlo con alguien conocido y tú eres el
novio de Pedro.
–¿El novio?
–Si, bueno ese no es el
punto, me dijo que tú y que estás armado. -Le mostró el arma que tenía en la
cintura.
–Me refiero a la otra
arma.
-Ah, si, tengo lo mío.
–¿Entonces, te atreves a
tirar conmigo?
–Plomo.
–¿Si?
–Si plomo, vamos a darle.
–Bueno vamos a cuadrar ,
¿qué día puedes?
–Puedo ahora, ya, le
damos en el baño.
–¿Ya? ¿ahora?
–Ah pues, no quieres
llevar guevo, vamos salir de eso chamo, rápido que tengo que trabajar.
–Si, bueno, pero…
–Chamo, me voy y que te
coja un burro.
–No, no…ok, dale. -Tragó
saliva y se sonrió
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