martes, 28 de agosto de 2018

Y SI ME ENAMORO. Capítulo 57

Arropados hasta el cuello, el aire acondicionado estaba muy frío. Rodeó con su brazo el torso y este se volteó quedando ambos frente a frente aunque seguían dormidos.

Orlando abrió los ojos y vio a Diego que aún dormía, metió la cabeza debajo de la sábana y vio el interior blanco, sin pensarlo mucho, llevó su mano hasta la entrepierna y le bajó el interior, acto seguido bajó para hacerle sexo oral a Diego.
Apenas sintió la tibía y húmeda boca de Orlando se puso boca arriba, el chico quitó la sábana y se coloco frente a Diego mientras seguía mamando.
Lo introducía completamente en su boca mientras dejaba caer saliva. El pene brillaba, la saliva se deslizaba hasta llegar a los testículos. Orlando los masajeaba mientras su boca se comía aquel pene que ya estaba erecto con una de sus venas gruesa que recorría el miembro desde la base del glande hasta abajo en el tronco. Sus dedos jugaban con los testículos y se atrevía a bajar hasta el culo para introducir un dedo.
Diego se movía, sus piernas estaban inquietas, su mano izquierda apretaba la almohada, su otra mano posada en la cabeza del chico. Diego no abría los ojos, echaba hacia atrás su cabeza, soltando gemidos.
De pronto Orlando siente que Diego se tensa y suelta un fuerte gemido, retira su boca y ve como el semen sale con fuerza del pene, lo toca con sus dedos pero uno de los chorros cae directamente en el ojo del chico.

-Ay coño me ardeeee, me arde.
Diego se rie mientras aún tiene los espamos por el orgasmo. Orlando brincó de la cama directo al baño

-Aaay como pica no joda
-A verte el ojo, wao lo tienes rojo, disculpa.
-No chico, fui yo que me quedé viendo como salía ese lechero y estaba encima del guevo. Que divino ver eso.
-Me diste un alegre despertar. ¿Qué hora es?
-Las 6 y 15 vamos a ducharnos que tenemos que irnos a Valencia...
-Aaaay que flojera, deja que descanse y te cojo.
-No no no, vamos Diego, mientras más rápido lleguemos mejor.

Ya montados en el carro escuchaban música para no dormirse.
-Me hace falta el gym tengo que retomarlo pero no estoy produciendo.
-Yo te lo pago nené.
- No vale, ya veo como hago, mi papá aun me pasa dinero.
Diego levantó las cejas y encogió los hombros. Luego de un rato Orlando habla, baja el volumen de la radio.
-¿Le ponemos nombre a esto o le damos largas?
Diego mira a Orlando, se sonrie y vuelve a fijar la mirada en la vía.
- No sé si estamos haciendo lo correcto, ambos teníamos parejas y...murieron, no terminamos con ellas, yo me iba a casar con una mujer y ahora...
 -Ya, ya, ya Diego, no podemos estar echándonos la culpa de lo que pasó, tenemos que rehacer nuestras vidas, sé que es duro, ¿pero vamos a seguir reprimiendo lo que sentimos?
-¿Y si solo somos amigos que tiramos de vez en cuando?
-¿A ti te preocupa lo de mi hermana y que te ibas a casar o te preocupan lo que dirán por que eres marico?
-¿Podemos hablar esto en otro momento?
-No Diego, hoy es el momento, ahora es el momento.
Diego aceleró y llegó a un sobreancho donde hay kioskos. Frenó sin apagar el carro, vio a Orlando y le dio un beso en la boca.
-Yo solo sé que quiero estar contigo, vamos a dejar esta conversación para otro dia, hoy estamos en modo testamento.
Orlando se sonrió y le hizo un gesto que siguiera el camino.

Llegaron a la casa da la madre de Vicente, suegra de Orlando.
-Hola mijo gracias por venir pase.
-Le presento a Diego, me dio la cola para acá. -Orlando le guiñó el ojo.
-¿Este es otro amigo? Allá adentro está el policía con el que vino la otra vez.

Diego se le encendió la cara de la rabia, a Orlando de la pena.
-Que pena...ya voy a hablar con él
-Tú no tienes nada que hablar con ese tipo. Yo le voy a decir que se largue.
-Diego, Diego, estamos en una casa ajena, no vamos a formar peo aquí, yo hablo con él y le digo que se vaya.

-¿Qué pasó bichito? Ah no te esperabas verme aqui, yo te dije que no te iba a dejar solo en esto.
-Arevalo sabías perfectamente que yo venía con Diego.
-¿Mi hijastro está contigo? Yo sé papá pero queria venir en este dia importante para ti.
-No hables guevonadas que viniste a provocar. Marico estas saliendo con el papá de mi novio.
- Y tú con el novio de tu hermana.
-No enredes las cosas, vete por favor, te lo pido, te ruego que te vayas y te ahorres un peo.
-Ok, Orlando gracias! Yo me voy, espero que no me llames llorando cuando este te haga algo. GUEVÓN.

Arévalo pasó por al lado de Diego.
-Hola hijastro. -A Diego se le pusieron rojas las orejas y cerró los ojos.
-Vete de aquí si no qieres que te de un coñazo.
-Que miedo me das mariquito, ¿tú y cuantas jevas más me van a cachetear? Yo me voy pero mosca que yo no me entere que hiciste llorar a ese carajito porque te vacio el hierro en la barriga
-¿Que vas a estar disparando tú? Arranca.

Arévalo se alejó de Diego. ¿Arranca? Yo me quedo aquí en esta vaina. Voy a acompañar a Orlando así no quiera.

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