–Gracias por venir y por
la pronta respuesta al igual que hayan venido con sus abogados. Haremos las
cosas bien desde el principio.
El abogado de la empresa
les dio una carta a ambos abogados donde explicaban los motivos de la
indemnización y del futuro del consorcio que lleva el parque de atracciones.
Ambos abogados leyeron y le entregaron a sus clientes la carta.
Recibieron un cheque cada
uno.
Diego con un monto de
1.000 millones y Orlando padre un cheque de 2000 millones.
–Sabemos que esto no
cubrirá todos los gastos ni van a devolverle la vida a las personas que
lamentablemente fallecieron en el suceso, pero queremos resarcir los daños. La
empresa cierra por motivos de multa y de operatividad, esperamos abrir
nuevamente a mediano plazo.
–¿Y a mi quién me
devuelve a mi hija y a su futura esposa, quién?
–Ya les dije lamentamos
lo sucedido profundamente y este cheque es nuestra humilde manera de pedir
perdón a los familiares de los afectados, no hay dinero que pague lo que
sucedió. En nombre de la empresa que represento, perdón.
–Muchas gracias, en
efecto esto no quita el sufrimiento y el dolor por lo ocurrido, pero acepto
esto.
–Este cheque lo voy a
donar a una Fundación, no voy a tocar
este dinero, quiero que valga la pena todo esto.
–Bueno, firmen este
documento como recibido para finiquitar la indemnización y llevarlo a
Tribunales. Es probable que nos citen al Tribunal por mero formalismo, estén
atentos.
–Suegro ¿de verdad va a
entregar el cheque a una Fundación?
–¡Qué va! Era por joder,
la cara de ese abogaducho me enfermaba. Voy a usar el dinero para mi hijo y mi
ex, la muy cabrona jode hasta después de divorciada.
–¿Y su esposa, la mamá de
Carlota?
–Ella está de acuerdo, no
quiere saber nada de ese dinero. ¿Tú que vas a hacer? Lo vas a invertir en tus
locales?.
–No sé suegro, a lo mejor
viajo, me largo por un mes o no sé.
–¿Sigues con mi hijo? ¿Te
ves con él? No creas que se me olvida, pensar que te ibas a casar con mi hija y
eres gay…
–No sigo con su hijo pero
me veo con él, no tenemos nada más allá de una amistad, yo no soy…-Cerró los
ojos y recordó las palabras de Orlando. –Si, soy gay, soy gay, pero amaba a su
hija, la quería, me iba a casar con ella.
–Para engañarla tirando
con hombres, que ya de por sí engañarla ya me da arrechera, encima montándole
cachos con hombres.
–¿Y usted no le montó cachos
a su primera esposa? Se casó con su amante aunque volvió con su primera esposa.
Orlando se quedó callado
y se montó en su carro. –Pórtate bien, esta vez con mi hijo, pórtate bien gran
carajo.
Diego se quedó ahí parado
mientras su abogado detrás de él no hablaba.
–Diego, ¿en serio eres gay?
Diego cerró los ojos,
sudaba. –Si, te voy a pedir que no lo repitas.
–Conmigo está a salvo tu
secreto dentro de mi closet. -Le guiñó el ojo.
______
Noche de amigos. Nicolás,
Nelson Pedro y Orlando se reunieron en un local para beber cerveza los cuatro.
Orlando les contó cómo
iba con Diego y sobre la reunión que tenía en Valencia por el testamento de
Vicente, su novio en vida. Los tres empezaron a echarle broma con lo del
testamento que ahora tendrían un amigo millonario, lo empujaban y hasta la iban
a invitar las cervezas.
–Si son bobos, no sé ni
que van a decir en esa reunión, ¿ustedes sabían que también se heredan las
deudas?
–Veeeerga hay que ser
bien coñoemadre para que Vicente te joda así más allá de la muerte. –Le dijo
Nelson, Nicolás se rió junto a Pedro, Nelson vio a Pedro y se sonrió.
–¿Adivinen a quién me
tiré?
–Nelson…-Le dijo Orlando
en voz baja.
–¿A que pobre jeva le
metiste el diente? –Dijo Nicolás
–Ninguna jeva, a este se
lo cogió un tipo.
–PEEEDROOOO. –Dijo
Orlando
–¿Whaaat? Ya va, ya va,
no entendí. ¿A ti te cogió un tipo? ¿qué es eso? Marico, wait, si, marico ja ja
ja ¿te tiraste a un tipo?
–Si, bueno, hice un trío
con Silvia y terminé cogido por mi amigo con el que cuadré, Silvia me dejó.
–Y este se quedó
enganchado con el pana y ahora quiere repetir.
–¿Estás gozando verdad?
Pues sí, pero eso no era lo que iba a contar. Me cogió el novio de este, el tal
Arévalo.
–Verga si hablas
guevonadas Nelson, deja la mariquera con Arévalo.
–¿Te acuerdas que lo
llamaste para preguntarle donde estaba y te dijo que estaba tirando? Era
conmigo, luego te dijo que estaba en una comisión, estaba cogiéndome mientras
hablaba contigo.
–Nelson por favor, ya.
–Le volvió a decir Orlando.
Pedro se tomó lo que le
quedaba en la botella, se levantó y se fue al baño visiblemente molesto.
–¿Había necesidad de esto
chamo? Coño estamos compartiendo los cuatro que no nos veíamos juntos y vienes
a cagarla así.
–Coño Nelson, verdad, te
pasaste pero mal. -Le dijo Nicolás que aún no salía de su asombro con la
confesión de Nelson. –Chamo pero no supero lo que acabo de oir.
–Voy al baño a hablar con
Pedro.
-No, no, no. Voy yo, deja
que yo hable con él y me disculpe.
Nelson llegó al baño y
Pedro estaba llorando apoyado en el lavamanos.
–Coño mariquito no te
pongas así, verga ya sabes de que es capaz ese novio tuyo.
–CALLATE MAMAGUEVO, ME LO
HABIAS DICHO Y PENSE QUE ERA JODIENDO PERO LO HICISTE, COÑO DE TU MADRE. –Pedro
comenzó a golperalo en el pecho pero Nelson lo detuvo y lo abrazó.
–Ya, ya, ya, cálmate. –Se
le acercó a la cara, muy cerca ambas bocas.
–No te das cuenta que me
gustas que jode guevón. –Le dio un beso en la boca a Pedro que no dudó en
responder al beso y así permanecieron varios segundos hasta que escucharon la
puerta y se separaron limpiándose las bocas. Pedro salió de inmediato.
Llegó a a mesa.
–¿Todo bien?
–Si…todo bien, pidamos
otra ronda.
–¿Y Nelson?
–En el baño se quedó,
estaba meando.
–¿Qué te dijo?
–Nada, no me dijo nada
¿podemos cambiar de tema? -Llegó Pedro.
–¿Tomamos otra?
Nicolás hablaba con
Pedro. Orlando con Nelson.
–¿Qué le dijiste a Pedro?
–Estaba arrecho le dije
que ya sabía cómo era su novio, me insultó y me golpeó, lo abracé y lo besé
–¿Qué?
–Marico lo vi tan molesto
y a la vez tan indefenso y llorando que lo besé y le dije que me gustaba que jode.
–¿Qué, pero te volviste
loco, cómo le dices eso?
–Es lo que siento, verga
Orlando me gusta Pedro desde hace un coñazo de tiempo pero no quería aceptar la
vaina, me cogieron y fue como si me destaparan mis sentimientos más gais, suena
loco pero es así, por eso es que me metía tanto con él y lo empujaba a que
saliera del closet.
–Chaaaamo pero que manera
de hacerlo.
–A mi me gusta Nelson de
hace tiempo.
–¿Pero a ti no te gustaba
Orlando?
–Si, sabía que era gay y
era más fácil poder estar con él pero tenía novio, me gustaba Nelson pero como
tenía novia y era muy hetero el guevón.
–Ya va, ¿y el policía
qué?
–Tira divino, tiene un
guevote chamo que no sabes, me gusta pero no es una vaina así de que estoy
enamoradísimo.
–Chamo pero a ti te
gustan todos los hombres que conoces, ¿te gusto yo?
–Ay deja la joda
Nico…coño, es en serio, me dio ese beso y coño…no sé, seguro que ahora no me para
bolas y me ignorará, sabes cómo es él.
–Hablen y aclaren las
cosas, sobre todo tú.
Una hora más en el local
y se fueron, Nelson los dejaría a todos en sus casa pero dejó de último a Pedro
a pesar que tenía que desviarse.
–¿Es en serio lo que me
dijiste?
–Muy en serio.
–¿Y qué quieres que yo
haga con eso?
–Yo te gusto también no
te hagas el guevón Pedro.
–Yo tengo novio.
–Ese carajo se tira a un
viejo y está contigo, ¿quieres eso?
–No sé…pero tampoco sé si
quiero algo contigo.
Nelson se le acercó y le
dio otro beso en la boca. –Te quiero coger
–Coño ¿ves? Todo el mundo
me quiere para cogerme, pero nadie me dice que está enamorado de mi.
Otro beso, esta vez más
apasionado y profundo. –Coño que me gustas que jode Pedro, entiende, termina
con ese tipo.
–Te cogió y te gustó
¿cómo vivo con eso?
–Que jeva eres marico,
ese tipo no vale la pena.
–¿Tú si?
–Yo soy una mierda, pero
me conoces desde hace años, a este apenas unas semanas, un mes y medio como
mucho.
–Que peo contigo, que peo
yo, que no sé lo que quiero, estoy confundido.
–Ve a tu casa, a tu cama,
duerme y piensa en todo este peo, yo voy a estar esperando.
–Chao…no creo que pueda
dormir hoy, me dejaste frío con ese beso en el baño. Tú también me gustas de
hace tiempo. Me voy porque me voy a poner a llorar.
–Que gafo eres Pedro,
bájate, deja el drama, como te gusta una novela mexicana marico, ve, chao, chao
chao.
Encendió el carro y se
sonrió, manejaba con una sonrisa que no se le iba de la cara. Se le apareció en
la mente Silvia, su sonrisa se borró y en ese momemto decidió que tenía que
hablar con ella.
Ya va... cap 49? y los anteriores? que pasó aquí? no he querido leer...
ResponderEliminarMuchísimas gracias, sigue disfrutando.
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