domingo, 31 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 21

 


Renato abrió los ojos. Estaba boca arriba, tenía puesto el interior, vio a su lado y había una maraña de sábanas y cobija, le dolía la cabeza. -¿Qué día es, qué hora?


Fue el baño y comenzó a orinar un buen rato, tanto que se estremeció y hasta le bajó la presión del dolor de cabeza, se sacudió el pene. Se lo acomodó en el interior y salió a la cocina a buscar una pastilla.
Tocaron el timbre. -¿Quien es a esta hora? -Vio el reloj, eran las 6:35 de la mañana. Miró por el ojo mágico. Era Oto.
-¿Y este que hace aquí a esta hora? -Abrió la puerta.
-Hola Renato , disculpa la hora ¿Te desperté? -Oto detalló el cuerpo de Renato de arriba abajo, este se tocaba los abdominales, se acomodaba el cabello y se rascó el pene. Oto desvió la mirada.
-No, tranquilo, más bien yo me levanté tarde, ya debería estar en el gimnasio.
-Ah ok, bueno, yo vine...porque...no sé para que vine la verdad.
-Dime Oto, ¿Te puedo ayudar?
-¿Sabes algo de Ignacio? Es que no me responde las llamadas ni mensajes. -Renato escuchó el nombre de Ignacio y su cuerpo se le tensó, recordó que estaba en su casa. Rezó porque no saliera del cuarto.
-Eso tiene un nombre Oto, culpa. Te sientes mal, lo llamas porque sabes que actuaste mal. -Que caretabla soy.
-Bueno...¿Él te contó?
-Si, me contó que ya tenías una relación con otra persona estando con él.
-Espero que no le haya dicho que es Héctor. Si...la cagué mal con él. ¿Él está bien?

-Renaaatoooo. Usted anoche me dejó liso, vamos a solucionar eso. -Apareció en la sala Ignacio envuelto en la sábana. Renato cerró los ojos frente a Oto que fijó la mirada en su ex.
-Vaya...¿Esto que significa Ignacio? ¿Arrechera? ¿Venganza? 
-Oto, Oto. Esto tiene un explicación entre Nacho y yo no pasó nada, de hecho, no tuvimos...
-No tuvieron sexo, mmmm pero durmieron juntos, tuvieron algo hace 10 años.
-Oto, Oto, ¿Será que podemos hablar en otro momento?
-¿Renato qué diría si Agustín se entera que te tiraste a mi ex?
-No creo que se arreche más si se entera que su mejor amigo se lo coge su padre desde hace seis meses. 
-Vine hasta aquí porque efectivamente me sentía culpable pero ya me dió un fresquito verlos aquí juntos a los dos. 
Oto se fue del apartamento.
-MIERDA MIERDA MIERDA ESTE PAJUO VA A IR CON EL CHISME A AGUSTIN.
-No creo, no le conviene que su mejor amigo se entere de su aventura.
-Tú tan oportuno para salir justo en este momento Nacho.
-Coño que carajo iba a pensar que este se iba a presentar aquí.
-El pajuo este todavía le importas.

Ignacio dejó  caer las sábanas. -Ay en el fondo me da un fresquito a mi también, que le de arrechera verme contigo. Mira, es en serio, ¿No me vas a coger? Anoche nos volvimos un culo.
-No Nacho, no estoy de humor y ya es tarde, necesito ir al gym y se me pasó la hora. Vamos a ducharnos.

Entró a la ducha Ignacio mientras Renato hacía café, el desayuno y su bebida protéica.
Ignacio llegó a la cocina en interiores. -Ahí tienes café y una arepa, voy a ducharme, comes y te vistes.

Renato comenzó a enjabonarse el cuerpo pensando en cómo le iba a decir a su novio el encuentro con Ignacio.
-Coño Renato acabas de tener un problema con Agustín por Octavio y vienes a acostarte con otro carajo y encima Nacho. Es que yo no debí empatarme con nadie coño. Es mejor estar solo y hacer tus vainas sin dar explicaciones pero uno se enamora y pasan todas estas mierdas.
Salió de la ducha se secó, se puso la ropa del gimnasio y sacó del closet un traje ya empaquetado para llevárselo.

-¿Te dejo en la tienda o en tu casa?
-En mi casa, es muy temprano aún.
-Me vas a hacer desviar...
-Bueno, déjame en tu oficina, en el metro, yo resuelvo.
-Deja la mariquera, yo te llevo.
-Disculpa lo malo.
-Esto no se va a repetir. Nos vemos pa un café, dos cervezas y ya, pero el sexo vamos a dejarlo en el pasado, hace 10 años.
-¿Que nos pasó anoche? Marico tampoco fue que tomamos que jode y estábamos estúpidos, parecíamos dos vírgenes intentando tener sexo.
Renato se sonrió y le pasó la mano por la cara a Ignacio. -Me encantó verte Nacho.

Lo dejó en su casa y se fue al gimnasio.
Estacionó  el carro en el estacionamiento superficial techado del gimnasio. Soltó un bostezo y se estiró. Coño que sueño, cuando va a subir el vidrio se encuentra a alguien en su puerta.
-Mira como me tienes la cara de tanto coñazo que me haz dado.
Renato sale del carro y agarra a Octavio por la camiseta.
-¿Qué coño pretendes tu maldito enfermo? Tu estás muerto.
-Como me des otra golpiza seguro me matas.
-Voy a tener que hacerlo.
-Porque no me coges es más desestresante y así te quedas tranquilo y yo en paz, una tirada y todo habrá terminado.
-Entra al carro y terminamos con esto.
-¿Me vas a coger en el carro? Que morbo, todos sudados.
Se colocaron en el asiento de atrás, se quitaron la ropa y Octavio fue a besar a Renato pero este se apartó.
-No mi pana, usted quiere que me lo coja, ponte. Octavio se volteó y abrió sus nalgas, Renato comenzó a penetrarlo.
-Despacito que duele.
-Aguanta, tú querías esto. -Renato introdujo todo su pene y comenzó a moverse, la cabeza de Octavio golpeaba contra la puerta del carro mientras gemía pidiendo que le diera despacio.
-Callate, te doy como me de la gana, aguanta la cogida que tú querías esto, maldito enfermo. -El carro tenía los vidrios empañados. De repente un grito. Renato acaba dentro de Octavio.

10:00 AM
Un vigilante va caminando por el estacionamiento, a esa hora eran pocos los carros que quedan, se acerca a uno que tiene los vidrios mojados, se acerca más y ve a alguien dormido en el asiento del piloto y toca el vidrio varias veces, hasta que le da con la palma. Renato abre los ojos y tiene un sobresalto, estaba todo sudado, baja el vidrio.
-Señor, que hace ahí metido, va a morir del calor.
-Ah...si...me quedé dormido...yo...
-No puede estar aquí.
-Ya...salgo -Estaba con la ropa del gimnasio la tenía toda mojada, sintió un olor particular y se revisó el pene, tenía el interior y el bermudoa llenos de semen ya casi seco y empegostado.
-¿Que es esto? Yo estaba aquí...atrás con...Octavio...¿Entré al gimnasio? Volvía a tener el dolor de cabeza.
Salió del carro y la brisa le sentó bien. Tomó el bolso y el traje y caminó a la entrada.

En su mente estaba la imagen de Octavio, pero le transmitía paz, mientras lo tenía presente era como una sensación de bienestar, no entendía que pasaba pero se sentía bien.

sábado, 30 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 20

 


Renato llegaba temprano a la oficina, encendió la computadora. Recibió en su celular una notificación.

<Ha recibido la membresía gratis por un año en nuestras instalaciones con acceso ilimitado. Gracias por formar parte de la familia PREMIUM GYM>
Renato sonrió pero a su mente llegó la imagen de Octavio. Se sentó en la computadora y abrió Facebook, recordó que tenía que hacer una llamada.
Buscó el número de Ignacio.
-Epa bicho ¿Que más?
-Epa, fino, aquí en el local.
-Mira, ¿hoy te puedes escapar al mediodía? Te invito a almorzar y luego nos caemos a birras.
-Coño...¿o sea que nos vemos al mediodía y no regresamos a nuestros trabajos?
-¿Puedes?
-Bueno, si...de poder puedo, tengo que cuadrar unas cosas aquí y listo.
-Yo te busco por el centro comercial y ahí vemos donde comemos.
-Dale, mándale saludos a Agustín.
-Seguro, de tu parte, nos vemos.

Entró en Facebook y buscó entre la gente que tiene bloqueada a Octavio. Lo desbloqueó. Una vez lo hizo comenzaron a aparecer mensajes.
<QEPD>
<Vuela alto amigo>
<Aún no puedo creer que estás muerto>
<Te nos fuiste muy rápido>
<No era la manera de solucionar las cosas, pero fue tu decisión, descansa en paz> -Hubo un mensaje que lo perturbó.

<La persona o las personas que te empujaron a hacer esto no merecen la vida y pronto les llegará el día, no se vale lo que te pasó. El rechazo y el bullying debe ser erradicado> -Cerró Facebook y se puso a trabajar.
-Pero yo lo ví en el gimnasio, y en el facebook habla de la muerte dos días antes. Aquí debe haber un error. -Renato no se concentraba en el trabajo.
Sonó su celular, era su novio, Agustín.
-Hola amor-
-Hola Tín ¿Cómo estás?
-Bien, ya en el súper, mira, ya te envié el pedido. 
-Gracias amor. Ya cancelo.
-¿Hoy nos vemos?
-No creo Tín, salgo después de las cinco pero me voy a ver con Nacho, quiere hablar conmigo.
-Seguro va hablar paja de Oto.
-Coño Oto hablará de lo malo de Nacho. Quiere desahogarse.
-Bueno, en fin, mándale saludos.
-Nacho no es malo Tín, al igual que Oto. Es tu mejor amigo y tiene cosas buenas y malas, al igual que Nacho.
-¿Tu conoces a Nacho también desde hace años?
-Desde hace 10 años más o menos.
-¿Cómo se conocieron?
-Tín estoy trabajando ¿En serio vamos a hablar de eso? 
-Ok, ok.
-Bastó que te enteraras de lo que pasó con Octavio y se te encendieron las alarmas, y mira que hablamos de ese acuerdo pero en fin.
-Te tiraste a Nacho.
Renato apagó el celular.
-Mierda a veces quisiera mandarlo al carajo. Sabía que esta supuesta relación abierta no iba a funcionar.
-Llamó a Agustín por el fijo de la oficina.
-Hola, disculpa que te cerré la llamada, no quería decirte una barbaridad.
-Tranquilo, discúlpame tú, a veces me pongo necio, te dejo, llegó gente, besos, te amo.
-Besos

12 del mediodía, Renato llamó a Ignacio para buscarlo. En el camino decidió comer en el centro comercial y le avisó a Ignacio que lo buscaría por la tienda.
Llegó al local, estaban los dos empleados e Ignacio que salió de la tienda al ver que llegaba Renato. Se abrazaron.
-Coño mijo deja el gym ya, te vas a poner enorme, ¿Cómo estás?.
-Bien vale, tú estás igualito que hace 10 años.
-¿Eso me lo dices de manera positiva o me dices que tengo el mismo cuerpo matado de hace 10 años comparado con el tuyo? Ja ja ja.
-Pendejo, ahora soy culpable de trabajar mi cuerpo.
-Ay si, trabajo mi cuerpo. ¿Dónde comemos?
-Vamos al restaurante que está aquí, que tengo tiempo que no voy.
-Marico vamos a un sitio más económico, yo ando seco.
-Guevón yo te llamé para invitarte, deja el drama. Vamos.

-¿Cómo van las cosas con Agustín? -Ignacio preguntó luego de haber pedido la comida.
-¿Nos tomamos un vino?
-Coño Renato a mí no me preguntes, el que invitó fuiste tú.
-Dale, yo pido una botella. Con Agustín bien, a veces con nuestros peos pero últimamente está celoso desde que se enteró que tiré con un carajo en el sauna.
-Coño no es para menos ¿Que esperabas?
-Eso fue un acuerdo que tuvimos hace un par de años y que nos contaríamos cuando sucediera pero yo en esta oportunidad no le conté, se enteró porque me conseguí al tipo ese en una reunión ya el resto te sabes el cuento. Entonces ahora cree que me he cogido a media ciudad. Hoy me preguntó que si iba a tirar contigo.
-Ignacio abrió los ojos y se encogió de hombros.
-Esta con ese peo y bueno con Oto parece que es papá Dios, que es bueno, que no hace nada, es el mejor hombre del mundo.
-Oto no es mala gente, pero...
-¿Qué pasó? ¿Lo descubriste en algo?
-Ya hace unos meses veníamos mal, ya no tirábamos, apenas unas mamadas, yo con ganas que me coja y el negado. Y hace unos días le descubrí una tarjeta con una nota, yo sospechaba algo por cosas que han pasado y al final me lo confirmó y lo mandé pal carajo.
-Que vaina vale...Oto no es mala gente, pero bueno, cosas que pasan. ¿Y cuándo tiró con el carajo?
-¡Marico, tienen una relación desde hace seis meses! Estaba conmigo y con el tipo.
-Que bolas...la vaina es sería. ¿Estás bien?
-No.
-Bebe.
Mientras comían hablaban de banalidades, de cuando tuvieron sexo hace 10 años, de los hombres, el trabajo.
-Te tengo que contar una vaina insólita. Hablando del tipo este con el que tiré, resulta que luego de la golpiza que le di, el tipo se suicidó... Si, yo también puse esa cara, el tipo como que siempre lo rechazaban los hombres, sufría de buillyng, el pana es medio obsesivo, me imagino por ese mismo tema, entonces yo le paré bola y luego le saqué el culo.
-Mierda chamo...que fuerte.
-Eso no es lo peor. -Le contó el evento en el gimnasio. -¡Marico le volví a caer a coñazos y resulta que ya estaba muerto! 
-¿No será que lo soñaste?
-Carajo, fui al gimnasio, tengo la tarjeta que registra mi ingreso. Ese día fui al gimnasio.
-Si pendejo pero a lo mejor lo soñaste antes o después de ir.
-No, no, ¿Qué coño de sueño?
Pidieron otra botella de vino y pidieron postre, seguían hablando, volvieron a reír, al sentarse uno al lado del otro Renato le acariciaba la cabeza por la nunca y le guiñaba el ojo.

Cuando se terminaron la segunda botella pidieron café.
-Renato yo te tengo que contar una vaina, pero por favor esto tiene que quedar entre tú y yo.
-Marico, no me asustes. ¿Te pasó algo?
-No...bueno a mi, a mi directamente no pero me toca de retruque.
-Coño dime...
-Marico el vino se me subió a la cabeza.
-Ahora nos vamos a caer a cervezas en mi casa.
-¿Me quieres rascar?
-Te quiero coger.
-Coño, ¿te tienes que rascar para cogerme? Peeeerdooon por no tener tu cuerpo.
-No marico, te quiero coger rascao o sobrio, pendejo. No te desvíes, habla.
-El tipo con quién tiene una relación aparte que es un viejo, no te imaginas quien es.
-¿Quién?
-Hector...su jefe, el papá de su mejor amigo.
-¿Quéééé?
-Si...nada más y nada menos.
-Verga, pero mírame al Oto, el que menos puja se tira a su segundo papá, porque Héctor ha sido como un papá para Oto. ¿Y te quedaste tan tranquilo?
-Si, marico yo no voy a ser coñoemadre con eso, Oto en algún momento tendrá que hablar, eso es problema suyo.
-No joda, le voy a decir a Agustín para que se le caiga el velo que tiene con su amiguito.
-¡No Renato! ¡Por favor, no hagas eso!
-No Nacho, te tenían engañado por seis meses.
-Vámonos a tirar para que se te quiten esas ideas.
Renato sabía que sobrio Ignacio no iba tirar con él, y él tomado también se desinhibiría para no sentirse tan culpable. Se levantó para pagar la cuenta.
-Coño esta tirada me salió cara ja ja ja. Pero vale la pena ese culito. -Llegó a la mesa. -Vámonos, pasamos por la licorería que está aquí adentro y buscamos el carro.

Llegaron al apartamento de Renato y este le lanza una lata de cerveza a Ignacio, toma una para él y las otras las mete en la nevera.
-¿No te da paja traer a alguien aquí para tirar?
Renato se le acercó y le dio un beso en la boca.
-¿Y eso me lo dices tú?
-¿Ya vives con Agustín? -Renato abrazó a Ignacio.
-Ay Nacho esa es otra, yo no quiero que nadie viva conmigo, pero Agustín insiste así que se viene los viernes en la tarde y se va el lunes en la mañana.
-Tu eres complicado Renato, eres muy jodido.
-Quítate la ropa anda, vamos a quedarnos en interiores.
Se desnudaron y se sentaron casi acostados en el sofá uno sobre otro.
-¿Nosotros porque no repetimos?
-La verdad no sé, porque tienes un culo divino y te mueves bien y lo mamas, uuuf coño, ahora debes ser un experto.
-¿Agustín es mala cama?
-No voy a responderte eso.
-No te gusta como tira pendejo ja ja ja.
-Marico estamos aquí tú y yo, deja a Agustín fuera de esto.
-Yo no me acuerdo como tira Oto, le voy a preguntar al papá de Agustín ja ja ja.
Renato se bajó el interior y su pene colgó de su pierna.
-Mámamelo. -Ignacio se acomodó para mamarle el pene poniéndose en cuclillas pero el mareo que tenía le hizo perder el equilibrio .
-Ja ja ja, ¿Estás rascao? Coño, no te me pongas torpe. -Renato se agarró el pene y lo sacudió, iba ganando erección.
-No me acordaba lo enorme que era tu trozo.
-¿Te da miedo ahora que estás más viejo? Mámalo.
Ignacio comenzó a mamarlo y el pene perdió erección.
-¿Marico tienes anestesia en la saliva? Me bajaste el palo ja ja ja. Te quiero coger, déjame buscar un condón.
-¿Me vas a coger con condón?
-De bolas marico, yo no sé con quién has tirado y te cogió el que te drogó.
Renato iba caminando no muy derecho, entró a su habitación, buscó el condón y el lubricante. Regresó a la sala.
-¿Me pones el condón?
-Verga...-Ignacio rompió el empaque y sacó el látex, lo estiró y comenzó a ponérselo. Lo estiraba, ponía el pene derecho halaba el condón. -Lo puse al revés. -Lo jaló para sacarlo.
-Verga pareces nuevo, ya se me bajó, dame que yo lo pongo. -Comenzó a masturbarse y se colocó el condón halándolo bien, ajustándolo y poniendo el lubricante. -Mira como quedó parece una salchicha alemana.
-Salchichón.
-Pélame esas nalgas pues, pa' meterte el salchichón.
Ignacio se abrió las nalgas y Renato comenzó a penetrarlo. -Marico, relaja el culo, parece una pared, no tengo un taladro.
-Es que me duele. -Renato volvió a intentarlo pero se mareaba.
-Verga que mareo. Coño de la madre se bajó ja ja ja. ¿Marico no te voy a poder coger? Vamos a la cama.
Renato se acostó y le dijo a Ignacio que se sentara. -Cabalga Nacho pero pónmelo duro primero. -Ignacio le mamó el pene con el condón y luego lo masturbó. Recuperó la erección.
-Ahí voy. Ignacio en cuclillas miraba por debajo para ver el pene y saber dónde colocarlo, con la cabeza agachada, el mareo lo hizo irse de lado y cayó. -Ja ja ja ja, verga ese vino estaba piche o son estas cervezas. No puede ser que no me pueda meter un guevo. -Volvió a intentarlo pero el pene perdía rigidez.
Renato se levantó puso a Ignacio en cuatro para penetrarlo. Se agarró el pene y lo ubicó para empujar. Volvió a perder erección.
-Coñodesumadre. Me cansé...-Se echó a un lado de Ignacio, este se volteó y ambos quedaron boca arriba mirando al techo.
-Tienes el culo maldito, por eso nadie te coge...ja ja ja.
-No joda Renato...tú rascao como pretendes bombear tanta sangre pa ese vergón.
-Ahora soy culpable de tener un verga grande, los maricos son inconformes...

Ambos se quedaron dormidos.






viernes, 29 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 19

 


Eran las cinco de la mañana, desde que dejó el apartamento de Ignacio, Oto dormía en el cuarto de servicio del apartamento de Héctor y su familia, de repente siente que se sientan a su lado, se asusta y abre los ojos. Héctor le da un beso en la boca.

-¿Qué haces aquí? Nos pueden ver.
-Tranquilo, Jimena se levanta a las seis y Agustín a las siete. -Volvió a besarlo.
-¿Quieres ducharte conmigo, aquí en este baño?
-¿Tu estás loco Héctor? Vete a tu cuarto.
-Coño, te deseo carajito. -Volvió a besarlo, Oto respondió al beso y se sentó en la cama.
-Bueno, me voy a duchar, monta café para por lo menos compartir más que un beso.
Héctor se fue y Oto se levantó y se fue al baño, orinó y se metió en la ducha.

Antes de ducharse se metió en la cama y abrazó a Jimena y luego le metió los dedos debajo de la dormilona y tocó su vagina. -Vamos a hacer el amor antes de levantarnos.

Oto salió de la ducha y con la toalla en la cadera se dispuso a montar la cafetera, levantó la mirada y se fue hasta el cuarto de Héctor, apoyó la oreja en la puerta y se puso a escuchar, se oían gemidos y risas. Oto cerró los ojos, un calor le recorrió el cuerpo. -¿Qué haces ahí? -le tocaron el hombro y Oto pegó un brincó del susto.
-Coño marico me asustaste.
-¿Estás escuchando que hacen?.
-No...es que monté café y te iba a avisar a ver si estabas despierto y escuché unos ruidos.
-Mis padres aunque uno lo niegue, siguen tirando. Mi papá no joda tiene energía, creo que tira más que yo.
-Tú me debes un cuento. Salgamos de aquí.
-Vístete marico, mi mamá te ve así y te forma un peo, bueno...capaz a ti no porque ella te ama.
-No digas pendejadas. Ya vengo.
Agustín se acostó de nuevo y se quedó dormido otra vez.

A las siete y treinta de la mañana ya todos estaban en la mesa, Jimena terminaba de llevar la jarra de jugo, tenía una sonrisa que no se le borraba.
-Estas muy feliz mamá, ¿Tuviste faena? -Oto le dio una patada debajo de la mesa a su amigo.
-Hijo no pregunte lo que ya sabe. -Oto miró a Héctor y este le guiñó el ojo.
-¿Podemos hablar de otra cosa? - Dijo Jimena.
-Si, por ejemplo de lo que te pasó hace dos días Agustín. -Dijo Héctor.
-Voy a darles un resumen. Fui al colegio de Andrea que tuvo un problema con una amiguita, conocí al papá de la niña, un tipo de dos metros con músculos por todos lados, me invitó a su casa para conversar del asunto, tomamos cerveza...y tiramos.
Héctor se ahogó con el café. -¿Te acostaste con un papá del colegio? ¿Pero tú no estás con Renato? -Oto volvió a ver a Héctor a los ojos y este evitó verlo.
-No voy a justificarme porque no está bien lo que hice pero voy a confesarles algo que me da mucha vergüenza. Ha sido el mejor sexo que he tenido hasta ahora. No puedo explicar lo que pasó ese día, es algo...Dios, no se.
-Dame el número de ese tipo, a ver qué es lo que es. -Dijo Oto, Héctor lo vio y está vez Oto le guiñó el ojo.
-Debio ser extraordinario porque te desapareciste por 24 horas. Más allá de lo maravilloso de la tirada, Agustín es un desconocido, lo debe conocer Susana, tienes pareja.
-Tranquilos que eso fue debut y despedida.
-¡Pero que debut! en serio dame el número de ese hombre.
-No tengo su número.
-Vamos a pedírselo a Susana.
-Cambiemos de tema.
-Si, cambiemos, amor el viernes me voy a Caranto al cumpleaños de Sofía. Me voy con dos amigas y regresamos el lunes en la mañana.
-¿Te quieres llevar la camioneta?
-No mi amor, me llevo el carro, ese camastrón me da miedo. Así que van a tener que arreglárselas los tres solitos.
-Bueno, serán los dos, yo me voy el viernes a casa de Renato.
-A Oto y a mí nos irá bien, capaz vamos al bufete el fin de semana.
-¿En serio? Yo me imaginaba échao el fin de semana viendo Netflix en tu cama.
-Yo mejor cancelo el viaje, me van a dejar el apartamento como una Taguara.
-No mujer, ve a tu fiesta, aunque me vas a dejar solo, vas a tener que dejarme bien servido antes de irte.
-Bueno yo me voy que es tarde y tengo un trabajón -Oto se levantaba de la mesa.
-Cariño pero espera a tu jefe, termina el desayuno, coman bien que en los alrededores de la oficina no hay nada bueno de comida.
-Además mientras estés en esta casa te vienes conmigo en la camioneta.
-Amor, Oto está soltero, deja que se lleve su carro así puede ir o venir cuando quiera, sino depende de ti.
-Es verdad Héctor, pero bueno hoy me voy contigo.
-Yo no puedo con esto. Te consiente a ti más que a mí que soy su hijo. 
-Trabaja para mí y lo hace excelente.
-Bueno me voy a duchar para irme a trabajar, los quiero a todos.

-¿Te gusta molestarme verdad?
-¿Perdón?
-Con lo del tipo que se tiró Agustín.
-¿Te molestaste? Bueno, ya sabes lo que se siente cuando escucho que te acabas de coger a tu esposa y que te le volverías a coger esta semana porque te va a dejar solo.
-Fue Agustín quien sacó el tema.
-Él no sabe de lo nuestro Héctor, con quedarte callado tenías.
-¿Te das cuenta que nos vamos a quedar solos? Tenemos el fin de semana para nosotros. Eso lo que deseaba y ya esperaba el viaje a Miami.
-Estamos peleando mucho ultimamente y no me gusta.
-Este fin de semana será nuestro y nadie nos lo va a fastidiar, mira, ponme la mano aquí.
Oto le puso la mano entre las piernas y Héctor estaba erecto.
-Te quiero coger. ¿De verdad quieres que otro hombre te coja?
-Hasta hace poco me cogía Ignacio.
-Sabes a que me refiero. 
-No quiero Héctor, solo quiero hacer el amor contigo. Y ahora que terminé con Ignacio no me interesa nadie más.

Llegaron al bufete, Oto entraba a la oficina y se sentaba en su puesto.
-Ahora vas a ver qué en cinco minutos llega Héctor. -Efectivamente a los cinco minutos entró Héctor. -¿Ves? Todos estos días ha sido lo mismo.
-Ajá ¿y que pasa? 
-Yo creo que esos dos tienen algo.

-Victoria llama a Oto y que venga a mi despacho y no me pases llamadas y que nadie entre a mi despacho por favor-
-Si señor-

-Señor Oto el Doctor Vázquez lo necesita en su despacho.
-Gracias Victoria, ya pasó por allá.
Oto tocó la puerta del despacho y entró.
-Pasa Oto, cierra la puerta y pásale la cerradura. -Hector le hablaba mientras veía el monitor de la computadora.
Oto se sentó en la silla frente al escritorio.
-Cuéntame. -Hector seguía concentrado en la computadora.
-Entra al cuarto y quítate la ropa, quiero un rapidito, no aguanto, ve.
Oto se sonrió y entró al cuarto quitándose todo. Héctor se levantó  de la silla y fue a la habitación. Se bajó el pantalón y el interior, buscó el lubricante.
-Párate. -Se puso detrás de Oto y comenzó a penetrarlo, se movía rápido, le pasó los brazos por arriba de los hombros y se pegaron a la pared, siguío empujando y de pronto Héctor empuja a Oto y grita mientras acaba dentro de él.
-Coñoooo, estaba de a toque. -Tienes el culo apretadito.
-Que rico amor.
-Vamos a acostarnos media horita.
Se acostaron y Héctor se puso detrás de Oto y lo abrazó.
-El viernes lo vamos a tener libre, ese dia comienza nuestro fin de semana. Te amo.

Se quedaron dormidos mucho más de media hora.

jueves, 28 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 18

 


Lorenzo y José acordaron encontrarse antes de ir al colegio en el local de comida rápida que abría temprano pues servían desayuno. Estaba a tres cuadras del colegio pero muy pocos iban para allá así que era perfecto para verse y que nadie supiera.


Se fueron al baño y entraron ambos a uno de los cubículos, comenzaron a besarse, se abrazaban, se tocaban, sus manos temblorosas recorrían los cuerpos, José se agachó y le bajó el cierre a Lorenzo para sacarle el pene. Comenzó a mamárselo, las piernas de Lorenzo temblaban sintiendo la boca húmeda y cálida mojando su pene. José se levantó y desabrochó su pantalón. Ahora Lorenzo se agachaba para mamarlo. Escucharon que se abría la puerta del baño y no hicieron ruido. 
Lorenzo le chupaba el pene y José arrugaba el rostro. -Me estoy haciendo pipí. -Le dijo a Lorenzo sin emitir sonido. El chico se puso de pie y José se puso frente a la poceta. Su cuerpo se estremeció pero no soltó orina, lo que comenzó a salir fueron tres chorros largos de líquido blanco, José soltó unos gemidos, mientras su cuerpo se sacudía, Lorenzo veía lo que acababa de pasar y se sonreía, besó a José y le hizo señas que no hiciera ruido. Esperaron y salieron del baño luego de lavarse.

-Es primer vez que acabas mi amor.
-Si, yo te vi a ti hacerlo pero sentirlo...verga, una vaina loca, creía que iba a orinar.
-Botaste un lechero.
-Me dejó agotado ja ja ja. Mira ya tengo 300 dólares guardados.
-Yo también tengo 300, ve armando un pequeño bolso con cosas importantes ¿ok? Y sigamos recolectando dinero. Ahora a lidiar con esos mamaguevos del colegio.
-Hoy el novio de mi mamá me va a enseñar a boxear. Antes que nos vayamos le voy a caer a coñazo a uno de ellos.
-Lorenzo despeinó a José y se rieron, se fueron caminando al colegio pero uno entraría antes que el otro.

El día en el colegio no fue distinto a los otros pero lograron sobrellevarlo.
 Lorenzo llegaba a su casa y su madre de una vez le dijo que su padre lo esperaba en la habitación.

-Hola papá.
-Cierra la puerta. -Leonardo se sacó la correa y la puso en la cama. -pasa el pestillo.
-Papá no me vayas a pegar.
-Bájate el pantalón y el interior.
-No papá...
-Haz caso carajito o te va a ir peor. Cómo yo no sé qué carajo haces cuando no estás en casa y a tu mamá le llegan chisme y cuentos raros por el grupo del colegio. Vas a recibir correazos para que se te quite la mariquera de tocarte con niños y besarte. Ponte ahí, ¡Ponte ahí! -Le dio dos vueltas a la correa en su mano y la apretó. Le lanzó un correazo en las nalgas, Lorenzo gritó y se puso a llorar, intentó moverse para irse y Leonardo lo cogió del cabello dándole otro correazo y luego otro.
-Ponte el pantalón y ve a almorzar yo me voy a trabajar. Te pones hacer la tarea y no sales de esta casa, cómo me entere que saliste sin permiso, mañana no serán tres correazos, serán seis. Sal de aquí

José estaba con Roberto en el gimnasio haciendo los primeros entrenamientos, le enseñaría en estos días los movimientos básicos, luego le dijo que cambiará sus hábitos alimenticios y que se fuera caminando al colegio cuatro cuadras antes de llegar. -Yo te llevo al colegio por 15 días y te dejo abajo.
La última hora de entrenamiento lo puso a repetir los pasos y a golpear el saco, cómo quisiera pero lo golpeara, quería verlo.

-Te voy a pedir algo que hagas por mi. Y te voy a pagar por eso. Quiero que me digas si tú mamá mete a otro hombre en la casa cuando yo no estoy, averigua su nombre o algo para que me lo digas.
-¿Y que vas a hacer?
-Caerle a coñazos a tu mamá por puta y matar al maldito que se la coge. -José se echó para atrás asustado.
-Tambien puedes decirle a tu madre que no haga esas cosas, que tiene novio, se lo dices con el tipo ahí.
-¿Pero tu crees que mi mamá se acueste con otros tipos?
-No sé, eso me lo vas a decir tú. Toma cinco dólares para que comiences tu investigación.
Ah otra cosa, me estás cayendo bien y quiero ayudarte a que no te jodan. Dime el carajito que quieres joder y le mando dos malandritos a qué lo chuceen y lo dejen jodido.
-No...no...tampoco así, no quiero matar a nadie.
-Yo no dije matarlo, dije dejarlo jodido.
-Tranquilo, tu entrename.

Lorenzo aprovechó que sus hermanos estaban o durmiendo o en unas actividades y su mamá embobada en la televisión de la sala para entrar al cuarto de sus papás y quitarle más dolares. -Maldito, te voy a quitar un realero. ¿Quieres pegarme? Yo te voy a quitar cada día más plata.

Revisando el closet de su papá vio una foto de una mujer que no era su madre, era más joven. <Para que no me olvides> Sharon Vio una pequeña caja, era un celular, lo abrió y tenía una nota.
<Princesa, para ti que eres lo mejor que tengo en la vida> tu macho Leonardo.
-Que asco. -Pensó por un momento. Cogió la caja y la puso en un lugar más visible, salió del cuarto y salió a la sala.
-Mami, me puedes buscar en el closet de mi papá los zapatos que me dijo que me iba a dar que a mí me quedan, no quiero desordenar nada.
-¿Ahorita?
-Bueno cuando termine tu novela, voy a hacer la tarea en mi cuarto.

Se fue a su cuarto y al rato tocan la puerta y al abrir su madre le entrega los zapatos, estaba llorando pero disimuló.
-¿Qué pasó?
-Nada mi amor...cosas, termina la tarea y merendamos.

Media hora después llegaba Leonardo del trabajo. Julieta lo esperaba.
-Hola mujer ¿Hay algo de comer? Tengo hambre.
-¿Que significa esto Leonardo? -Le lanzó en la mesa del comedor la caja.
-¿Que haces tú revisando mi closet? Cuántas veces te he dicho que no metas las narices ahí? 
-¿Quién es la mujercita que le vas a regalar esto?
-Leonardo la cogió del cabello y la arrastró hasta el cuarto y cerró la puerta.
-¿A TI QUE COÑO TE IMPORTA A QUIÉN LE REGALO ESO? TRABAJO PARA COMPRAR LO QUE ME DE LA GANA 
-TIENES UNA AMANTE. -Se escuchó un fuerte golpe y un grito.
-SI ¿ESTÁS CELOSA? AH -Otro golpe. -ESO ES PEO MIO, ESA TIPA TIRA DIVINO NO JODA ME DA LO QUE TÚ NO ME DAS, ES LA HEMBRA QUE NO SE QUEJA NO COMO TÚ. -Otro golpe, más gritos suplicando que no siguiera. Los hermanos de Lorenzo golpeaban la puerta para que Leonardo abriera. Abrió.
-Se van a su cuarto. Yo estoy discutiendo con su mamá.
-Le estás pegando.
Leonardo lo cogió del cabello, lo sacudió y lo golpeó cerrando la puerta.

-Vamos a llamar a la policía.
15 minutos después llegaba la policía, dejaron entrar a dos agentes y le dijeron que estaban en la habitación.
Luego de cinco minutos Leonardo abrió la puerta. Se lo llevaron detenido y Julieta fue con su esposo.
-Los voy a joder a los tres por malparidos.

Los hermanos se abrazaron. Viendo como sus padres se iban con la policía.

miércoles, 27 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 17

 


Agustín se movió, estiró las piernas, se volvió a poner de lado y abrió los ojos, al lado de él estaba la mujer de Castro, estaba dormida y completamente desnuda, escuchaba un fuerte ronquido, se sentó en la cama y el cuarto le dio vueltas, estaba mareado y sientió un fuerte dolor de cabeza que tuvo que cerrar los ojos y acostarse hasta que se le pasara el mareo. Se puso de pie, el dolor de cabeza continuaba. Se colocó frente a la cama. La mujer dormía boca abajo, Castro estaba roncando durmiendo boca arriba, su pene grueso estaba dormido y de lado pero igual se veía enorme. El muchacho volvió a cerrar los ojos y se tocó la cabeza, sintió una puntada en el culo. -¿Qué coño hicimos ayer? Esta vaina no debió pasar, au, me arde el culo. -Miró alrededor buscando su celular y salió del cuarto, lo encontró en la sala y se fue de nuevo al cuarto a tomarle una foto al pene de Castro.  Vio que tenía mensajes y varias llamadas perdidas, cuando se disponía a revisar se le apagó el celular. -Coño...tengo que irme, no ví la hora, ¿Que día es? ¿Que hago? Vio dos botellas de whisky y dos vasos. -Estos bebieron y deben haber tirado al lado mío. 

Buscó su ropa, quería ducharse pero prefirió irse, se vistió, fue a la cocina a buscar alguna pastilla para el dolor de cabeza, revisó las gavetas y estantes y consiguió, se tomó dos, abrió la nevera, tomó agua. Vio pan de sandwich, sacó dos rebanadas y buscó queso y mantequilla. Se comió el improvisado sandwich, agarró sus llaves y con las que estaban ahí abrió la puerta y la reja.
Eran las 11 de la mañana del día siguiente, apenas le pegó el sol en el cuerpo cerró los ojos y se intensificó el dolor de cabeza. Entró al carro, pasó la llave y encendió el aire.
Conectó el celular, esperó que se encendiera para ver las llamadas perdidas.

Renato, su madre, su asistente, Oto y su papá. Todos llamaron hasta tres veces.
Para poder hablar mejor llamó desde la conexión del carro. Marcó a Renato, sentía la boca seca.
-¡Tín coño! ¿Dónde estás?-
-Hola amor. -Agustín estaba afónico y hablaba muy despacio.
-Tín ¿Estás bien? ¿Donde estás? ¡Tienes a todo el mundo preocupado!
-Estoy bien...voy...manejando, estoy en...-Agustín miró alrededor para ubicarse, frenó el carro. Bajó la ventanilla. -¿Señor...señor, ¿cómo se llama esta zona?.
-San Francisco.
-Gracias.
-San Francisco amor...voy a mi casa-
-¿Pero que haces allá? ¿Te asaltaron, te secuestraron te drogaron?.
-No...no...yo...no...yo estoy bien amor, me voy a casa...estaba en casa de...no sé...
-Coñodelamadre Agustín, ya voy a casa de tu mamá- Colgó la llamada.

Siguió manejando sintiendo un mareo, a pesar del aire acondicionado estaba sudando frío. Detuvo el carro y apoyó la cabeza al volante. Sonó el celular, era Bianca.
-Hooola... Si..
-Bien, bien, no, estoy bien dime. -Hubo un silencio.
-Verga Bianca...cuánto lo siento, déjame llegar a casa y te llamo...no, no estoy en el trabajo. Besos.-  Colgó la llamada.
-¿Quién coño es Octavio?

Llegó a su casa y lo recibió su madre que lo ayudó a sentarse.
-¿Pero que te hicieron?
-Mierda mamá, tengo que contarte, pasó de todo, no sé cómo le voy a decir esto a Renato.
-¿Que hiciste? ¿Que te hicieron?.
Agustín se secó el sudor de la cara con sus manos y se quitó la camisa.
-Tuve sexo con el papá de una compañerita del colegio de Andrea.
-¿Qué? ¿Pero tú te volviste loco o qué?
-Todo fue tan rápido mamá, estaba en el colegio solucionamos el problema y el tipo me invitó a su casa para conversar sobre el asunto.
-Ajá y eso te pareció bien y te fuiste.
-Si, mamá, el tipo es un mastodonte de dos metros, pelúo, calvo, cuando lo ví...mamá si le ves el pipí al tipo vas a quedar con la boca abierta.
-Ya va, tú te fuiste a casa de ese hombre porque te gustó y querías probar.
-Ay mamá, coño, es difícil de explicar, fue todo muy confuso, el hombre te envuelve, te seduce.
-¿Pero te drogó? Porque mira como vienes, afónico, despeinado, estás como ido.
-Me metí Popper varias veces.
-¿Popper? ¿Que es eso?
-Un líquido que inhalas que te relaja y dilata, creeme que para meterse lo que me metí necesitaba eso.
-Santo cristo Agustín, ¿A ti te parece bonito hacer esas cosas estando en una relación? Tienes tres años con Renato. El viene ahora, habla con él.
-No sé si contarle pero es que tampoco se que inventarle.
-Le vas a mentir. ¿Te parece bien eso?
-Mamá estoy con un fuerte dolor de cabeza, mareado, afónico, destruido, todavía quiero seguir durmiendo. Esa droga me cayó fatal. -Buscó el celular y le mostró a su mamá la foto.
-¡Por Dios! Esto no puede ser normal, ¿Eso es así? Es horrible. Parece...no sé lo que parece es horroroso. Y el hombre parece un rinoceronte.
-Mamá ese hombre me movía como un trapo, me dejó destruído.
-Yo no le voy a decir a tu padre esto, ya veré qué le digo. --Jimena le pasó la mano por la mejilla. -¿Te dolió mucho?
-¡Que jode!
-Eres valiente para meterte esa cosa. Debes estar adolorido ahí abajo, ¿Te pusiste alguna crema o yo te pongo algo?
-Me tomé unos ibuprofenos que estaban en casa de Castro. Por cierto mamá, la esposa tiene una pinta de perra.
-Agustín por favor, no hables así.
-No mamá tienes que verla, un vestido de animal print pegaisimo, las tetas operadas, la caraja trabaja vendiendo y alquilando casas. Es un matrimonio muy raro...creo que se montan orgías, la mujer quería quedarse para estar los tres pero no podía. -Sonó el timbre.
-Debe ser Renato, dile que te ponga crema, yo tengo en mi baño una desinflamatoria con antibiótico.
-Lo menos que tengo ganas es de dar explicaciones.

Jimena se fue a comprar unas cosas y los dejó solos en casa. Agustín le contó todo lo que había pasado, todo lo que le hizo el hombre.
Renato se levantó y caminó.
-¿Cómo se te ocurre meterte Popper? ¡Coño y con un desconocido Tín! Ni yo te he puesto en eso vale. Te pudo dar algo marico.
-Renato, yo...mi intención no era tirar con él, pero las cosas se dieron.
-¿Te protegiste?
-Si.
-No me molesta que hayas tirado con alguien. Si no lo que ocurre dentro del sexo, eso es muy delicado, es una droga. Vamos a ponerte la crema.
Agustín de pie, Renato le pide que baje la espalda y se abra las nalgas.
-Lo tienes rojo pero no está tan inflamado. -Le aplicó la crema, le puso suficiente. -Ahora no me vengas con que te duele y no me vas a dar culo a mi.
-Te voy a mostrar el guevo del tipo.
-¿Como se llama el bicho ese?
-Castro, mira la foto. -Renato la vio y abrió los ojos.
-Mierda ¿Que vaina es está? ¿Y lo tiene dormido aquí?
-Si.
-El coño de la madre, solo lo veo y el culo me duele, marico pero eres mi héroe, después de esto te puedo meter el brazo.
Hubo un silencio y Renato volvió a hablar.
-Yo también tengo algo que contarte.
-Coño no me digas que tiraste con otro pana. O sea ¿Vamos a estar en una competencia a ver quién tirá más?
-Ya va...¿Tu te acostaste con este animal porque yo me acosté con Octavio?
-Octavio, Octavio AMOR TE TENGO QUE CONTAR UNA VAINA DE OCTAVIO.
-Deja que te cuente primero que justo es de Octavio.

Renato le contó todo lo que pasó. Se puso de pie, estaba aún mareado pero se sostuvo de la pared y Renato lo ayudó a sentarse.
-Ya va amor, es que hay algo que no cuadra.
Bianca me llamó cuando veniá manejando luego que me llamaste y me dijo que Octavio se había suicidado el día después de la golpiza que le diste...pero encontraron el cuerpo anoche.

Renato se puso de pie recorriéndole un escalofrío. -No puede ser, él estaba ayer en el gimnasio, ¿no te estoy diciendo? Me bloqueó la tarjeta y fuimos a su oficina, bueno supuesta. Yo estaba con Octavio. Le caí a coñazos, lo dejé inconsciente.
-Eso si está raro Castro... Perdón, Renato.
-Ah vaina, no me estés confundiendo con ese buey. Esto está muy raro Tín, averigua más con Bianca y cuéntale lo del gimnasio.
-No he hablado en el trabajo, me van a botar.
-Tranquilo yo llamé e inventé un cuento de secuestro express, ahora te cuento.
Renato le puso las manos en las mejillas y besó apasionadamente a Agustín.
Recordaba el beso de Castro y este no se parecía en nada. 

El episodio del beso y su orinada en los pantalones no se lo contó a Renato.

martes, 26 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 16


 -¡Listo flaco! -Apareció en toalla, tenía el pecho mojado e iba destilando agua. -¿Qué haces? Te dije que te pusieras cómodo.

-No, estoy cómodo, de hecho iba a buscar otra cerveza para...-Castro se acercó le tomó la cara con sus enormes manos que estaban calientes y lo besó. Introdujo su lengua mientras sus labios se aprisionaba a los de Agustín, sentía la boca cálida y húmeda. La lengua entraba y recorría toda la boca, Agustín estaba paralizado, no sabía que pasaba pero lo que sentía nunca le había pasado, un calor le recorrió el cuerpo y sin esfuerzo se orinó. Luego de varios segundos Castro separó sus labios y vio a Agustín que abrió los ojos, estaba inmóvil.
-¿Ya más relajado flaco? Uy te orinaste rey. -Agustín bajó la mirada y se vio el pantalón mojado.
-Que pena.
-Tranquilo, sabes que eso que te pasó es lo mismo que si hubieras acabado. -El muchacho volvió a bajar la mirada y la toalla estaba estirada hacia adelante.
-Esto no me pasa siempre. Solo me pasa cuando el hombre que le pongo el ojo me gusta y tú me gustas. -Otro beso., Está vez Agustín sintió como lubricaba su pene, Castro se separó, se quitó la toalla y se sentó.
Agustín fijó la mirada, con los ojos más abiertos de lo normal, en la entrepierna. Lo que veía no podía creerlo; un pene como de 20 cms y extremadamente grueso. -¿Cómo me voy a meter eso?. Agustín se puso más nervioso, por un momento por su mente pasó la exuberante esposa de Castro, Renato desnudo y viendo a Castro le pareció que era un flacucho. <Quedamos en que nos contaríamos si teníamos sexo con otras personas> -Llegaba a a su mente esa frase. En tres años no se había acostado con alguien que no sea Renato. -¿Cómo le cuento a Renato esto? No me va a creer, va a decir que me lo inventé. 
-Flaco, flaco, que te quites la ropa, quiero verte.
-Ah, disculpa...estaba...
-Tranquilo que esto no se baja hasta que no acabe dos veces. -Agustín lloró por dentro, quería salir corriendo pero a la vez quería quedarse y experimentar aquello. A pesar de sus 28 años en este momento se sentía vulnerable como cuando perdió la virginidad. -Quiero ver cómo te quitas la ropa, hazlo despacio, no hay prisa. -Agustín pensó en el supermercado pero su pene erecto le recordó que tenía algo pendiente.
Comenzó a quitarse los zapatos, las medias, Castro se las pidió y las olió. Las descartó y se concentró en el muchacho que se quitaba la camisa. Le vio los vellos que apenas cubrían sus pectorales rayados y un hilo de vellos que bajaba a su ombligo.
-Que bello eres, te vi entrar y no me equivoqué. -Se desabrochó el cinturón y se quitó los pantalones. El interior blanco que cargaba era de los clásicos que no se pegan al cuerpo, son un poco holgados, estaban húmedos. Los bajó lentamente, llegó a los tobillos y se lo quitó con los pies y los levantó con los dedos del pie y se lo dio a Castro que se lo pegó en cara y cerró los ojos oliendo esa mezcla de orina y líquido preseminal. Ahora era Castro que lubricó soltando una gruesa gota que cayó al sofá. Dejó el interior, vio a Agustín, detalló su pene que aún lubricaba, acercó sus dedos, recogió el líquido y se los llevó a la boca. -Eres hermoso chamo, muy hermoso. -Ven y voltéate.-Le abrió las nalgas y escupió varias veces. -Mira este dedo, es más o menos el tamaño de un pene promedio, si te meto esto y te duele, prepárate porque lo que viene después se pone mejor. -Volvió a escupir y se mojó el dedo, Castro le metió el dedo, un ligero brinco pero el dedo entró por completo. Le dio vueltas, lo movía y lo metía más. Sacó el dedo y metió su cara entre las nalgas, Agustín puso los ojos en blanco, su piel estaba totalmente erizada. Le mordía la piel alrededor del culo hasta que se apartó y le dio una fuerte nalgada. -Voltéate y te arrodillas.
Agustín se agachó y tenía al frente aquel monstruoso pene. Renato tiene un pene grande y grueso, pero el de Castro no era normal, no había manera de agarrarlo, no cabía en la mano. Castro abrió más las piernas para que tuviera más acceso el enorme pene.

Agustín comenzó a mamarlo, primero le pasaba la lengua y lo besaba retrasando el momento de introducirlo en su boca, bajó y le lamió los testículos. Volvió a subir, abrió su boca, se sentía una anaconda que iba a engullir a su presa pero su boca no abría más pero se aventuró. Castro le puso la mano en la cabeza. -Tranquilo, no voy a empujarte la cabeza, yo sé lo que tengo.
Hasta donde podía Agustín se lo metía, pero su boca estaba seca.
-Ve a tomar agua flaco.
Agustín se levantó y agradeció la pausa, buscó agua y se bebió de un tirón el vaso, sintió que sus glándulas salivales se activaban.
Regresó a la sala, Castro se masturbaba, Agustín vio el grueso pene y soltó un suspiro. -Bien. -Se acercó.
-Vamos a la cama mejor para verte gemir. -Agustín le gustó la propuesta, volver a meterse aquello en la boca lo estresaba, pero lo que vendría sería más sorprendente.
Agustín entró a la habitación, se sorprendió al ver la enorme cama. Castro lo abrazó, se sentía diminuto entre los brazos del hombre.
-Grandota la cama ¿Verdad? Es que en está cama se montan hasta cinco personas, pero hoy voy a revolcarte en cada espacio de esta cama. -Castro lo alzó como quien alza una bolsa de plumas y lo lanzó en la cama.
Buscó en el armario, condones, lubricantes  y un pequeño frasco. Castro se arrodilló frente a Agustín, se colocó un poco de lubricante en el grueso miembro, abrió un condón y lo estiró ampliamente, Agustín miraba la escena. -Mi verga rompe los condones tengo que comprarlos XL y estirarlos.
-No sé si me entre esa...cosa.
-Te va a entrar, ya verás
Toma el frasquito. -Levántate
-¿Que es eso?
-Ven , vas a aspirarlo, un poquito por cada fosa, así. -Castro aspiró dos veces y bastante, gruñó, echó la cabeza hacia atrás y enloqueció, su pene se puso más rígido. -Ahora tú, dale. -Agustín aspiró, Castro se puso lubricante en el pene ya con el condón y le vació un chorro en el culo a Agustín dándole varias palmadas.

Agustín se tumbó en la cama, sus ojos se pusieron en blanco y levantó las piernas, Castro se acercó tomó el pene y empujó. Agustín gritó pero ya tenía medio pene adentro, se agachó para agarrarle la cabeza y empujó provocando otro grito de Agustín.
-Ya lo tienes adentro ¿Viste?
-Mételo más, mételo más. Castro sobre Agustín comenzó a moverse rápido mientras el pene dilataba el culo, Agustín gritaba seguía con los ojos en blanco. Castro le tomó las piernas y se las echó para atrás levantando el culo del muchacho y ver qué sangraba pero no se detuvo y seguía moviéndose.
Volteó a Agustín con un solo brazo y lo puso en cuatro. -Toma, aspira.
-Cógeme, cógeme maldita sea, mételo. Aspiró. Castro sin preámbulo lo volvió a penetrar y otro grito desgarrador soltó Agustin que pedía que le diera más duro. Castro le dio una fuerte nalgada para luego apretarlo por las caderas y volverse a mover con rapidez. A Agustín le temblaban las piernas, su piel estaba enrrojecida, su cara bañada en sudor. 
-¡Que culo coño, que culo, te lo voy a partir! Castro aspiró de nuevo se mordió el labio inferior y la fuerza de Castro lo demostró al empujar y Agustín golpeándose con la cabecera de la cama.
-Túmbate. -Se acostó y toda la humanidad de Castro se puso sobre el muchacho. Le tapó la boca y sus caderas se levantaban provocando más gritos, la mano de Castro los ahogaba y a Agustín se le salían las lágrimas pero deseaba que no se detuviera. Retiró el pene,. Jaló a Agustín al borde de la cama y lo puso de pie para después bajarle la espalda.
-Tienes el culo abierto, que divino.
-METELO, METELOOOO, METELO. -Dos fuertes nalgadas  precedieron a la fuerte penetración que le hizo. Le introdujo todo el pene de una solo vez. Agustín no paraba de gritar ya con voz ronca, Castro lo voltea y lo tumba en la cama y ahí en el borde  le levanta las piernas, flexiona las piernas y lo vuelve a penetrar, el rostro de Agustín estaba desencajado, gritaba se reía. -Dame duro. -Castro lo complació y el muchacho, haciendo un esfuerzo se incorpora y le pellizcar las tetillas.
-Uy quieres, eso me va a hacer acabar. -Saca el pene, se masturba y comienza a lanzar chorros de semen que atraviesan el cuerpo de Agustín hasta caerle en la cara. El muchacho se relamía. Castro sacude el pene sacando las últimas gotas para luego penetrarlo de nuevo.
Le mete los brazos por la espalda. -Agarrate a mi cuello. -Lo hace y Castro se levantan cargando al muchacho. El pene vuelve a entrar completo. Agustín ya no tiene fuerzas para gritar y solo balbucea y se queja.

Castro lo lanza a la cama y vuelve a penetrarlo de frente. Ahora desata toda su fuerza para embestirlo deshaciendo la cama. -Voy a llenarte el culo de leche. -Más fuerte, más apretaba a Agustin. Castro pega un grito fuerte mientras eyacula ve a Agustín y le lanza una cachetada.
Retira el pene que continúa derramando semen, se quedó viendo el culo de Agustín. El semen se escurria. Se le acercó a Agustín y lo besó apasionadamente. Se levantó se vio el pene y lo tenía lleno de sangre, no se había puesto condón después de la primera eyaculación. Las sábanas también estaban manchadas de sangre. Fue a la cocina y buscó una cerveza.
Entró al cuarto y se sentó en una butaca frente a la cama bebiendo la cerveza y contemplando a Agustín que no se movía, solo su pecho se levantaba confirmando que sigue vivo.
-Que lindo se ve dormido. Le di demasiado duro, pero es que su cara, su cuerpo, su culo me encantan, voy a bañarlo.
Llenó la bañera con agua caliente, echó unas sales, removió el agua y buscó a Agustín. Lo cargó y lo puso en la bañera.
Agustín al sentir el agua caliente reaccionó momentáneamente. -Shhh, shhhj, tranquilo flaco, descansa.
Lo enjabonó, le lavó el cabello, le limpió el culo y el pene, lo cargó poniéndolo sobre una enorme toalla y lo secó. Agustín seguía dormido.

Buscó una crema  analgésica, puso a Agustín de lado, le abrió las nalgas y le puso bastante crema. Salió del cuarto.
Ya en la sala, desnudo escuchó la puerta abrirse, era su esposa.
La mujer lo vio. -¿Está dormido en la cama? ¿Lo dejaste exahusto?
-Si, creo que me excedí pero valió la pena..

¿Y estás cansado para darme lo mío ahora?.



lunes, 25 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 15

 


Entraron a la oficina. No tenía nada que ver con el gimnasio. La alfombra del piso era gruesa y negra, las paredes también de alfombra, un largo escritorio con documentos, dos computadoras con dos impresoras, celulares, un teléfono fijo y monitores en la pared donde se veía todas las áreas del gimnasio.

-Esta es tu oficina.
Octavio se quitó toda la ropa alzando los brazos y encogiéndose de hombros. -Pues si. Ya estoy listo para que me vuelvas a coger y le cuentes a tu novio si es que le vas a contar que fue otro tire sin importancia.
A Renato se le empezó a enrrojecer la cara e inflamarse la vena desde el cuello a su sien, apretó los puños y se abalanzó contra Octavio.
¿QUE COÑO ES LO QUE TE PASA A TI MAMAGUEVO? TU DEFINITIVAMENTE QUIERES QUE TE REVIENTE A CARAJAZOS. -Le lanzó un golpe en la cara lo cogió del cabello y le dio otro fuerte golpe que lo tumbó al suelo. Se agachó y con el puño derecho le dio una y otra y otra y otra vez hasta que lo vio sangrar. Renato se levantó agitado viendo a Octavio apenas moverse.
-¿Todavía tienes ganas de moverte? -Le dio cuatro patadas. Octavio no se movió más. Se pasó la parte posterior de la mano por la boca para quitarse el sudor. -Mierda...maldita loca esta, ¿lo maté?. -Tragó saliva y salió de la oficina trancando con el cerrojo. Se fue a la máquina, se llevó la toalla y sus cosas. Fue a las duchas para bañarse e irse.
Mientras se duchaba, sentía como le temblaban los brazos -Lo maté, lo maté, lo maté, lo maté. - se quitaba el champú y el jabón.
Se secó de prisa y comenzó a vestirse. Salió.
En la recepción estaba otra chica, una que si conocía Renato y eran amigos.
-Renatoooo mi amooor, hoy estabas fajaísimo.
-Hola preciosa, ¿Tú crees? Si más bien me distrajo... -Ay, antes que se me olvide. -Le dijo la chica. -Salió en pantalla el bloqueo de tu tarjeta pero luego se activó.
-Ah coño eso te iba a decir, porque...ay, ya, aquí está, toma que...
-Renato, te presento al dueño del gimnasio. Ricardo Mijares.
Renato sorprendido le extiende la mano.
-Yo te conozco.
-Bueno, debe ser de aquí, vengo todos los días.
-No...no...coño claro tú trabajas en el banco Unibanca. Tu me solucionaste un problema con las cuentas del negocio, un hackeo, una vaina rara. Todo un problemón.
-Ah si, si, Wow, no te asocié en ese momento con el gimnasio.
-Toma Renato todo bien con tu carnet.
-Nunca te recompensé por ese gran favor. Es el momento.
-No hace falta. Bueno me tengo que ir, voy tarde. Un placer.
Renato se fue y el dueño del gimnasio se puso con la recepcionista en la computadora para que le diera a Renato una membresía gratis por un año. Usar las instalaciones los días y horas que quisiera y sin restricciones de nada.

Renato se montó en el carro más confundido que nunca. Nervioso, no entendía la liberación del carnet y ahora el dueño al entrar iba a encontrarse con Octavio moribundo en el suelo y sin saber si ahí habían cámaras.

Mientras manejaba, Agustín llamó a su asistente.
-Hola Martín, mira estoy resolviendo lo de mi sobrina y luego paso por allá para hacer el cierre, pero eso será dentro de unas horas ¿Ok? Pendiente de los camiones que traen hoy la mercancía nueva, que le almacenen que mañana viene la gente de la marca a colocarla-
-Si jefe tranquilo, cualquier asunto extraordinario  lo llamo.
-Si por favor, no me llames para preguntarme dónde está el archivo de La Granja- Colgó
Llegó al apartamento de la hermana y subió con su sobrina.
-Toma cuñado.
-El cuñado levanta en brazos a su hija y la besa ¿Y que desastre hizo esta loquita?
-Nada, peleas de niñas, una más grande y alta la empujó y bueno...pero ya todo arreglado. Me voy que tengo que trabajar.
-Yo también pero no puedo. -Agustín se encogió de hombros y se fue.
Al bajar se acerca al carro de Castro. Veía al hombre y el carro le parecía de juguete, no podía creer lo inmenso que era aquel señor.
-¿Te sigo entonces?
-Si flaco, sígueme que yo te llevo directo a casa.
-Flaco...cualquier cosa es flaca al lado de este cerro Ávila.
Llegaron al apartamento. A Agustín le dio un poco de miedo, era oscuro, tenía muchos muebles, la mayoría de madera oscura y una gran cantidad de cuadros y adornos.
-Bienvenido a mi humilde casa. Le dio una palmada en la espalda y Agustín sintió que las costillas se le partieron y el pulmón se le había caído a los pies.
-¿Quieres cerveza, whisky, ron, vodka, cocuy?
-¿Qué hora es? Castro asomó la cabeza desde la cocina.
-¿Que preguntas es esa flaco? 
-Cerveza.
Castro le llevó la cerveza en lata y se le abrió. le salpicó un poco. -Disculpa, a veces no mido mi fuerza. -Agustín escuchó eso y le vino a su mente Castro en la cama  con su mujer y esta gritando de dolor mientras la cama se estrellaba contra la pared y la cabeza de ella contra la cabecera.
-Flaco, yo me voy a duchar, porque tengo calor y esta mata e pelo no me ayuda. ¿Quieres refrescarte tú? -Agustín tomó un sorbo de cerveza. -No...-eructó. -Perdón, estoy bien así.
-¿Seguro? No hay problema siéntete como en tu casa.
-Gracias estoy bien. ¿Puedo tomar otra cerveza?
-Claro vale, agarra de la nevera. -Castro se quitó la apretada franela. El pecho, el abdómen, los brazos y la espalda estaba cubiertos de vellos castaños. Agustín tragó grueso. Los pectorales parecían dos rocas igual que los brazos. El muchacho sintió como si le hubiesen dado una descarga eléctrica en el pecho. Tuvo un escalofrío que lo hizo tambalearse.
-Ponte cómodo yo vengo ahora, come lo que quieras.

Agustín botó la lata en la basura y buscó otra en la nevera. Vio un frasco de Nutella, lo cogió y le metió el dedo y rápidamente lo dejó ahí. Tomó la cerveza y fue a la sala chupándose el dedo para quitarse el resto de crema.
En eso escucha la puerta de la casa abrirse y aparece una mujer con un cuerpazo en un vestido de animal bien ceñido al cuerpo a medio muslo y con los pechos juntos y a punto de salirse.
-Parece una puta. -Pensó Agustín. -Debe ser la esposa de Castro.

-Hola, tú debes ser Agustín el tío de Andrea.
-Eh...si...si...usted...es.
-Ay chico, no me mires así, si parezco una prepago pero trabajo en Bienes Raíces alquilando y vendiendo casas y locales, tú sabes cómo es, hay que ser un poco zorra con los hombres para que compren , si es mujer voy recatada ja ja ja.
-Ja ja ja. -Agustín rio nervioso.
-¿Estás esperando a Castro?
-Si...si...el se fue a...yo...se fue a duchar.
-Aaaaay a duchar. Mi amor, coronaste, se fue a duchar es que le gustaste.
-Yo...¿que? Yo...vine...vinimos a hablar de las niñas...por...
-Si, claro, pero si se fue a duchar trayéndote aquí es que le pareciste un buen candidato.
-¿Candidato?...¿para...que? Ya va.
-Mi amor solo te digo que te agarres bien esas bolas porque cuando este hombre comienza no acaba sino hasta quién sabe cuándo, vas a irte de aquí en una pala. Lástima que no me puedo quedar para disfrutar eso y acompañarte en esa aventura, pero es que estoy a punto de vender una mansión. Chao cariño, gusto en conocerte, la vas a pasar DIVINO. -Una cosa, le tocas las tetillas y acaba pero eso no significa que acabó todo, Chao.

-Señora... -Carraspeó pero la mujer se fue. -Este tipo me va a violar. -Entre el susto y el morbo Agustín caminaba en línea recta yendo y viniendo. Comenzó a buscar unas llaves para salir de casa pero no conseguió.

Se pasó la mano por la boca y quitarse el sudor, se limpió en el pantalón, sudaba frío.