domingo, 17 de enero de 2021

Huevos revueltos. Capítulo 7

 


Un fin de semana sin mucho que hacer pues la semana laboral había sido fuerte en el caso de Oto. Tanto él como su pareja Ignacio se quedaron encerrados en casa. El domingo no fue distinto.


Ignacio López tiene 29 años es dueño de un servicio técnico de celulares en un centro comercial dónde tiene dos empleados, es pareja de Oto, llevan un año de relación y pocos meses viviendo juntos. Tiene un hermano que vive fuera del país igual que sus padres. En los roles sexuales es versátil, pero Oto es pasivo. Han tenido varias discusiones por este tema pues Ignacio quiere ser penetrado por su pareja. La relación no va bien.

-¿No vas a lavar los platos?
-Coño Ignacio, es domingo, relájate, ya los voy a lavar.
-Es que después viene el poco e chiripas.
-Fumiga, déjame ver la peli.
-Para que cocinara ahí si me ladillas que me apurara. Voy a cagar.
-Ya vaaaa déjame mear. -Oto comenzó a orinar e Ignacio se acercó. -¿Vamos al cine?
-Tenemos Netflix, voy a ducharme.
-Ah no joda pero voy a cagar, no me voy a aguantar hasta que termines.
Oto entró a la ducha e Ignacio se sentó en la poceta.
-Coño...que pudrición vale.
Ignacio se levantó bajó la cadena. -No salgas para ducharnos juntos.
-No, no, no, ya voy a salir.
-Veerga Oto, no quieres hacer nada conmigo, tenemos meses que no nos bañamos juntos. -Comenzó a enjabonarse y le metió el jabón a Oto entre las nalgas y le tocó el pene.
-Ignacio ahorita no, estoy cansado.
Ignació resopló y Oto salió de la ducha.

Se secó, se puso un interior y se tumbó en la cama a seguir viendo televisión. Ignacio salía del baño ya seco y desnudo y así se lanzó a la cama. Comenzó a jugar con su pene. Oto chateaba.
-No tengo ganas de estar aquí, siento que me ahogo, ya esto no tiene sentido-
-Corta esa relación entonces.-
-¿Para qué? ¿Tu vas a divorciarte? Yo quiero tener una relación de pareja contigo-
-La tenemos-
-Somos amantes-
-Yo no me voy a divorciar y lo sabes-
-No me lo recuerdes, aunque estás claro que te amo pero eso a ti no te importa-
-Mira carajito, tienes ganas de discutir y hoy es domingo familiar, no voy a permitir que me jorobes el día con vainas que ya hemos hablado-.
-Ok, déjalo así. -Dejó el celular y se levantó para ir a la cocina.
-Tráeme una cerveza por fa.
Oto salió e Ignacio tomó el celular pero ya estaba bloqueado. -Mierda.

Regresaba con las cervezas, brindaron, Oto de mala gana.
-Ese chateo que tenías con no se quién te dejó más molesto que de costumbre.
-Unas vainas de trabajo.
-¿Tu padrino Héctor? El maravilloso Héctor, el pana Héctor que te dió trabajo siendo apenas un estudiante de Derecho ooooh.
-Si eres imbécil Ignacio.

Al rato luego de ver algo de televisión Ignacio se le acercó para ver si conseguía tener sexo.
-¿Me vas a dar culito? - le metió la mano por las nalgas. -Me tienes pasando hambre, quiero cogerte.
-No tengo ganas Ignacio, no estoy de humor, estoy cansado.
-No estás de humor desde hace semanas, no te quieres duchar conmigo, no quieres salir, no quieres tener sexo, te pido que me cojas tu y no quieres. ¿Te parece que esta relación va bien? ¿El carajo con quién te escribes, te coge mejor? Empátate con él.
-¿Que carajo estás hablando?
-Nada...pendejadas. -Fue al baño a orinar
Oto se volteó para dormir.
Ignacio regresó a la cama y comenzó a masturbarse. El movimiento de la cama despertó a Oto.
-¿Te vas a hacer la paja al lado mío?
-¿Cuál es el peo?
-Coño
-Me tengo que desahogar de alguna manera.
-Ve a la sala.
-Ve tú. Si no quieres que me pajee, tengo otra opción, me meto en Grindr y listo, consigo sexo en unos minutos. -Oto volvió a voltearse e Ignacio se fue a la cocina a lavar los platos.

Cuando ya casi terminaba de lavar los platos apareció Oto vestido.
-¿Tu vas a salir?
-Si, tengo que ir al bufete a revisar unos documentos.
-Los puedes revisar vía online desde aquí.
-Prefiero verlos en físico.
-¿Quien te va a coger en la oficina?
Oto salió del apartamento e Ignacio estrelló en el piso el plato que tenía en la mano. Buscó su celular y entro al Grindr.

Oto caminó un buen rato por la ciudad, apagó su celular para no saber de nadie. Estaba decidido a terminar con Ignacio, aunque ya le había advertido que sus cosas se las pondría en la entrada del apartamento.
Tenía que pensar dónde vivir. Su primera opción mientras conseguía algo era en casa de su amigo Agustín, no sabía si era buena idea.
Entró a un café y pidió un buen trozo de torta de chocolate y una taza de café con leche, cómo había wifi aprovechó y encendió el celular.
Tenía  varios mensajes, solo revisó uno.
-¿Sigues molesto?-
-Estoy por la ciudad caminando, pensando, tomando decisiones-
-Espero que una de esas decisiones no sea dejarme-
-Todas las posibilidades están en la mesa-
-Me duelen tus palabras-
-A mi las tuyas y aguanto-
-A veces pienso que aguantas por mi dinero, soy tu banco-
No contestó al momento, respiró.
-Eso era lo que faltaba para decidirme- Apagó el celular y se fue al apartamento.

Se arremolinaron muchas cosas en su cabeza, terminar con los hombres de su vida y hasta renunciar al bufete, la rabia lo estaba consumiendo. Llegó al apartamento y la reja y la puerta estaban entreabiertas, con cuidado Oto entró y llamó a Ignacio, vio alrededor y no notó nada fuera de lugar excepto el plato roto en mil pedazos en el piso. Entró a la habitación y ahí estaba Ignacio tumbado boca abajo y desnudo.
Oto lo sacudió pero no reaccionó, comenzó a pedir ayuda a los vecinos, llamó a una ambulancia y le marcó a Agustín.

20 minutos después iban rumbo al hospital. Oto lloraba, a su mente llegaba la discusión que habían tenido, los mensajes de WhatsApp de hoy. 

Al día siguiente al regresar a casa, Oto se dio cuenta que faltaban varias cosas en el apartamento. Ignacio aún aturdido, le pidió disculpas, había contactado a una persona por Grindr para tener sexo debido a la discusión y rabia que cargaba, pero no recordaba nada, todavía descargaba mucho.
El irse del apartamento lo había descartado por completo, quedarse con Ignacio era su prioridad.

1 comentario: