lunes, 28 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 21

 


DISPARA...DISPARA...DISPARA. -Gilberto le gritaba a Juan Carlos, el nuevo nombre y nueva vida de Ignacio, mientras disparaba a un auto en movimiento. –JUAN CARLOS MUÉVETE, CORRE MIENTRAS ESTÁ EN MARCHA CARAJO.

Juan Carlos se detuvo. –¿Qué pasó? Por qué paraste? -Le hizo señas al conductor para que se detuviera.
–No me acostumbro a que me digas Juan Carlos. -Gilberto le dio un fuerte manotón.
–Ignacio murió, entiéndelo. ¿Cómo quieres que te diga? ¿Papi? ¿Mi cielo?.
–No estaría mal...-Otro manotón y lo puso a disparar ahora corriendo detrás del objetivo en movimiento.
Media hora después, ambos se disparaban con armas de paintball a ver quien daba más en los blancos del cuerpo, todo ese proceso fue en movimiento, corriendo y escondiéndose. Juan Carlos terminó con pintura en todos los puntos objetivos. Tumbado en el suelo del cansancio. Su respiración estaba agitada.
–No hemos terminado.
–Coño papi, déjame descansar.
–¡Que te levantes! -Le dio una patada en un costado haciendo que se retorciera.
–Marico, ¿Tú te acuerdas que yo soy tu jefe?
–La Patrona me dijo que fuera implacable contigo, que te quiere entrenado. ¡Párate! -Lo levantó tomándolo de la mano. Juan Carlos se levantó quejándose del dolor.
–Vamos a practicar la puntería en el sitio.
–Marico, me duele todo pero tengo ganas de que me cojas, estoy quesúo.
–¿Tu no has entendido? Mientras la Patrona esté en el país solo ella tendrá sexo contigo, si se va, me encargo yo.
–Que correcto eres, ¿Me vas a decir que no quieres cogerme -Un fuerte golpe en la cara. Juan Carlo se puso la mano donde recibió el golpe, vio a Gilberto y le dio un beso en la boca. A lo lejos, los dos escoltas que vinieron a apoyar el entrenamiento, los veían.
–Tú estás buscando que uno de ellos me mate si la Patrona da la orden.
–Le hago el amor y le digo que no lo haga. Dile a estos dos que se vayan y me coges, vamos a un hotel.
–Tu entrenamiento no ha terminado Juan Carlos.
–Dime Nacho, estamos solos. Mañana lo recuperamos, anda vale, quiero hacer el amor contigo. -Gilberto le hizo señas a los escoltas para que se fueran, pero uno de ellos caminaba hacia él.
–La Patrona dijo que no los dejáramos ni a sol ni a sombra.
–Yo luego cuadro contigo. Tienen dos horas de recreo y de ahi se van a la casona.
–¿Estás seguro? -Gilberto sacó dos billetes de 100 dolares.
–Con esto se distraen por dos horas. Mudos.
–Somos responsables de ustedes dos.
–Soy el esposo de Carmen, así que si pasa algo, yo los salvo, hablo con ella. Pueden irse, mañana seguimos con las prácticas.
–¿Ustedes saben que están jugando con fuego haciendo lo que quieren hacer?
–Sabemos donde nos estamos metiendo, yo me hago responsable. Después cuadro contigo.

Gilberto visiblemente molesto dejó ir a los escoltas y comenzó a recoger todo. Hablándole fuerte le dijo a Juan Carlos que se apurara.

Se montaron en la camioneta y Juan Carlos le tocaba el muslo, lo acariciaba y deslizaba la mano por la parte interna. –Naaacho, deja la vaina.
–Me excita cuando me dices Nacho. Te lo quiero mamar ahorita y me des culo. -Gilberto frenó la camioneta y se desabrochó el pantalón.
–Lo vas a mamar hasta que lleguemos al hotel y no te voy a dar culo. -Sacó el pene ya erecto y lubricando y Juan Carlos se agachó lamiendo el glande húmedo, se introducía todo el pene en la boca y tocaba los testículos, Gilberto le empujaba la cabeza para que se metiera todo el pene.
La saliva se derramaba sobre el pene de Gilberto mientras Juan Carlos tosía al ahogarse, tragándose el miembro.
–¿No querías mamar? -Juan Carlos intentó levantarse pero Gilberto lo volvió a bajar para que siguiera. –Llegamos, levántate. -Entraron al hotel y Gilberto le pidió la tarjeta de crédito. 
–¿Tengo que pagar yo?
–De bolas, tú eres el que quiere llevar guebo. -Entregó la tarjeta. –¿Tienen cerveza?
–Si, la pide en el barcito antes de las cabañas o se la pueden llevar a la habitación
–No, yo las busco.
Gilberto se bajó de la camioneta y con la tarjeta de Juan Carlos compró cuatro cervezas. Entraron a la habitación y Juan Carlos le bajó el pantalón, se agachó y comenzó a mamarle el pene. Gilberto se quitó la chemise. –Quítame los zapatos y el pantalón. Juan Carlos lo miró mientras mamaba y se lo sacó de la boca.
–Te recuerdo que yo soy tu jefe. -Gilberto le dio una cachetada.
–Cállate y mama. -Juan Carlos se rió y siguió mamando moviendo su lengua rapido por todo el pene mientras Gilberto suspiraba. –Coño mariquito mamas guevo divino.
–No sé disparar, pero mamar guevo soy experto.
–Serás un experto disparando, ponte en cuatro que te voy a reventar el culo. Mientras Juan Carlos se desvestia para montarse en la cama, Gilberto buscaba el lubricante y abría una cerveza. Le dio la botella a Juan Carlos para que se la sostuviera mientras le echaba lubricante al culo y a su guevo.
Comenzó a penetrarlo.
–Despacito papá, que estoy cerrado.
–SHHHH, deja la mariquera que ya te he cogido antes, dame la cerveza. -La sostenia con una mano mientras iba penetrando a Juan Carlos, el glande ya estaba dentro, el muchacho aguantaba y Gilberto seguía penetrándolo. Bebió un sorbo mientras sus caderas golpeaban en las nalgas de Juan Carlos que no paraba de gemir. Volvía a beber y eructaba. –Ya lo tienes todo adentro. -Se bebió la cerveza y lanzó la botella al sofá, le apretó las nalgas al chico  y comenzó a moverse más duro. Juan Carlos gritaba. Gilberto se detuvo y le dio una nalgada y se acercó para besarlo. El muchacho aprovechó  para sacarse el pene y se dio la vuelta.
–Ahora quiero cogerte a ti.
–No...eso no va a pasar.
–Coño, anda, te lo meto suavecito.
–No me gusta.
–Pero compláceme, quiero cogerte, ponte, anda vale. -A regañadientes Gilberto se montó en la cama. –¿Quieres sentarte sobre el guevo? Asi tienes el control y te veo.
Gilberto le hizo caso, se puso lubricante y se puso sobre Juan Carlos y en cuclillas sosteniendo el pene, poco a poco lo metia pero apretaba los dientes. –No intentes metertelo de una, relájate y deja que vaya entrando...eso, así, tranquilo, no hay prisa. Cuando ya lo tenía adentro, aguantaba el dolor pero no se relajaba a pesar que Juan Carlos le insistía que se pusiera flojo. –Ponte en cuatro que ya estás dilatado. -Gilberto se puso en la cama, Juan Carlos comenzó a penetrarlo.
–Coño, coño, coño, suave pana, suaaave. -Juan Carlos lo penetró por completo y comenzó a moverse provocando los gritos de Gilberto. Pero no aguanto y se echó hacia a delante sacándose el pene. –Ya marico.

Se masturbaron, se ducharon y se fueron. Llegaron a la Casona, al bajarse de la camioneta, iban riéndose, Juan Carlos le dio un empujón por el brazo. –Sabes que te gustó, te quejabas pero te gustó, deja que la proxima vez te dilate el culo con mi lengua.
–Jajajajajaja deja la vaina. -Miró hacia adelante y vio a los escoltas.
–¿Qué coño hacen aquí? Se supone que llegaríamos al mismo tiempo.
–Pasen y hablen con la Patrona.

Juan Carlos entró le dio un beso en la boca a su esposa, entró Gilberto.
–No sé que pasó en las prácticas, pero los escoltas tenían que llegar con ustedes, como esto vuelva a ocurrir, tu hermano va a sufrir las consecuencias porque lo vas a matar tu. Amor te quiero presentar a tu nuevo chofer, quiero que Gilberto sea tu escolta y lo demás que ya sabemos. Jorge, pasa. -Juan Carlos se quedó petrificado al ver a su ex con cara de terror. Se puso pálido.
–Es el ex de Ignacio, ¿Te acuerdas?
–Pero él es Ignacio. -Gilberto sacó el arma y apuntó a Jorge.
–Ignacio murió chofer, él es Juan Carlos.
–¿Que significa esto Carmen?
–Necesitamos gente de confianza, yo
los dejo para que tú amor que eres el jefe y dueño de esto coordines con él ¿Ok?

Ella me amenzaó con matar a mis padres si no aceptaba. Estoy aqui bajo amenaza...
–Jorge...no.
–Jorge se muere hoy Juan Carlos, no te encariñes.

Ignacio estaba frío del susto y se sentó en el sofá.






viernes, 25 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 20

 


Francisco estaba desayunando con Teodoro en la cocina. Tenía la tablet revisando las noticias y su whatsapp.

–¿No puedes dejar la tablet mientras desayunamos y compartimos? Te vas a la oficina y llegas en la noche.
–No puedo Teodoro. Tengo negocios que atender y estar pendiente de todo.
–De todo menos de mi. -Francisco dejó la tablet, se acercó a Teodoro y le dio un beso en la boca.
–Esta noche te cojo.
–Ah caramba, gracias.
–Coño guevón te digo para tirar y te pones así.
–Prácticamente estamos recién casados.
–Recién casados está mi hija y el marico de Guillermo. Tengo que llamarlo para cuadrar. -Pensaba. –Tenemos 20 años de relación. Coño.
–¿Tú te estás tirando a gente por fuera verdad?
–No me vengas con estas pendejadas Teo, tú no eres un santo. -Teodoro se levantó de la mesa.
–Voy a ducharme.
–No me gastes el agua caliente.

Llamó a su yerno para recordarle que tenían algo pendiente. Guillermo le dio varias excusas pero Francisco volvió a amenazarlo. Cuadraron para verse en un hotel. Le escribió a Diego para pedirle más ilustraciones.
–Me ponen quesúo esas imágenes, manda más-
–Me alegro que te gusten. Si quieres una en físico y a un tamaño específico me avisas.
–Perfecto, veo el espacio y te digo para que me des precio.
–Para ti será regalo pero me promocionas en las redes.-
–No me parece, es tu trabajo.-
–Me apetece regalártela.-
–Ok, ok. Mira ¿y esas posiciones las has hecho?
–No todas, tengo materia pendiente.-
–¿Y el novio no te las hace?-
–Algunas, él es muy clásico-
–Bonita manera de decir aburrido, habrá que hacer que pases la materia pendiente-
–¿Ah si?-
–Claro, incentiva a Alberto, morbosealo-
–Ja ja ja ja. Lo intentaré.
–Te dejo que mi marido salió del baño y voy a ducharme. No te olvides de las fotos.-
–Seguro, que tengas un buen dia.-
–Igual-

Teodoro se secaba en la habitación cuando entró Francisco. 
–Espera un poco para ducharte, gasté la caliente intentando relajarme. -Francisco se sentó en la cama y le hizo señas a Teodoro para que se sentara al lado.
–Disculpa, sabes que a veces soy un bruto diciendo las vainas. -Le dio un beso. –Esta noche cenamos juntos en un restaurante y hacemos el amor, escoge tú el sitio.
–Ok...-Teodoro soltó un suspiro. ¿Te estás viendo con otro verdad? ¿Algún carajito?
–Teodoro, tenemos 20 años juntos ¿pero quién duerme contigo todas las noches?  Yo. Deja la angustia, eres mi esposo, eso es lo que importa.
–Lo que me dices no me tranquiliza. -Francisco le dio unas palmadas en la nuca y le volvió a dar otro beso. 
–Busca un restaurante, el que te gusta y haz querido ir y cenamos, bebemos y al regreso disfrutamos esta cama. Me voy.

Francisco pasó por su oficina y luego fue a la productora de películas para adultos a chequear los libros y verificar que los cambios que prometió empezaran a concretarse.
Tadeo lo recibió con dos hombres con batas blancas, uno de ellos era alto, cuerpo de gimnasio, de piel blanca, cabello y barba castaños claros. Francisco lo veía a los ojos, el hombre hacía lo mismo.
–Francisco ellos son los encargados de los animales, supervisarán que no sean maltratados durante las grabaciones. Gastón es veterinario. -Gastón le dio la mano a Francisco apretando con fuerza. –Y él es Gregory experto en comportamiento animal. -Francisco le dio la mano pero sin prestarle mucha atención. Gregory se dio cuenta de las miradas entre el veterinario y Francisco. 
–Yo no estoy  de acuerdo con esto. Utilizar los animales para peliculas porno...
–Zoofilia Gregory, debes saber que esto existe.
–Ya, ya...inaceptable.
–¿Que hace falta para que se quede? Lo que le ofreció Tadeo, dóblelo, pero quédese porque si usted está aqui es que es el mejor en su área. Gastón tu también recibirás el doble ¿Están de acuerdo? -Gastón dijo que si y Gregory preguntó donde había que firmar.

Fueron a la oficina firmaron los contratos. Gregory se ofreció darle la cola a Gastón al taller para buscar su carro, pero Francisco le dijo que él iba por esa zona, que lo acercaba.

–Me han hablado de este taller ¿Es bueno? 
–Si, yo he traído el carro para acá un par de veces y unos amigos también.
–Voy a venir a hablar con esta gente. Bueno, Gastón, seré tu jefe, espero que nos llevemos muy bien, no creo que pueda decir lo mismo de Gregory.
–Es un excelente profes...-Francisco le plantó un beso en la boca mientras le ponía la mano en el cuello, su lengua buscaba la de él. Gastón respondió al beso. 
–Coño...¿Y ese beso?
–Lo estabas esperando desde que nos vimos en la productora y yo estaba deseando besarte. Ya me pusiste duro.
–Vaya...habrá que cuadrar para bajar a este amigo. -Gastón le tocó el pene sobre el pantalón.
–¿Lo quieres mamar?
–¿Aquí?
–Si, estaciono allá, los vidrios son negros, no se ve nada. Francisco se bajó el pantalón dejando el pene al descubierto, Gastón se agachó y comenzó a mamar torpemente.
Coño tan wapo y no sabe mamar, que peo.
Sonó el celular y Francisco iba a atender. –Sigue mamando que tengo que atender esta llamada.
–Si Guillermo, ya voy para allá, estoy resolviendo un asunto y nos vemos. Chao, chao- Papito, papito ya, déjalo así, voy a pajearme.
–¿Me masturbo yo?
–Es tu peo, no manches el asiento. -Comenzaron a masturbarse y varios segundos después, Gastón acababa en su mano. Francisco aún seguía. –Yo tardo papá.
–¿Te lo mamo?
–Nooo, ni de vaina, sal del carro. -Gastón sacudió su mano por la ventana y se limpió con una toallita húmeda. Salió del carro. Francisco dejó de masturbarse y se acomodó el pantalón. Se fue.

–Espero que mi yerno sea bien puta en la cama porque esto que acaba de pasar me bajó el guevo.



jueves, 24 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 19

 –¿Tú vas a seguir bebiendo? Vamos a almorzar a casa de mis papás.

–Ay es verdad, hay que fingir que somos unos recien casados felices.
–Si y te voy a pedir que lo asumas
–Aaaaaay que lo asuma, que asuma que mi marido es marico.
–Y tú una puta.
–No te voy refutar eso. Me baño para quitarme la rasca y nos vamos.

Ya en el carro, iban rumbo a casa de los papás de Guillermo. Gustavo, su hermano, no iría, se excusó con cualquier tontería.
–Sería el colmo que se apareciera.
–Es tu hermanito, ¿Cómo no va a ir?
–Van a estar unos tios, creo que los conoces.
Llegaron al apartamento, Guillermo vio el edificio, hasta hace unas semanas vivía ahí. Voltea a ver a Victoria y está chateando.
–¿Con quién te escribes?
–Estás celoso mi amor? Con el macho que me cogió cuando subimos del aeropuerto, que se me quedó la pantaleta. Le voy a decir que me la traiga a casa de mis suegros.
–Compórtate.
–¿Le digo a tus papis que te gustan los culos pelúos?
–Vamos a subir para terminar con esto rápido.
Entraron y saludaron a los tios, Victoria saludó a sus suegros. Dante le plantó un beso en la mejilla y su mano la aprisionó en la espalda. 
Todos se sentaron en la mesa menos Victoria y su suegra que estaban en la cocina.
–Mi corazón ¿Todo está bien?
–Si doña Teresa, el vuelo me dejó agotada y no hemos descansado, por lo menos yo. ¿Tiene una cerveza?
–Si, en la nevera hay, cortame esta lechuga. Tienes una carita... ¿De verdad todo está bien? -Victoria la abrazó y no pudo evitar que salieran algunas lágrimas.
–Todo bien suegra, ya le pico la lechuga.
–Si algo no va bien con mi hijo, dímelo antes que sea demasiado tarde.
–No se preocupe que todo va bien. Se tiene que ocupar es de los nietos que le vamos a dar.
–Disfruten del matrimonio, luego que vengan los hijos.
Terminaron de acomodar todo en la cocina y se sentaton en la mesa. En cada extremo Dante y Teresa, los papás de Guillermo. Al lado de Dante estaba Victoria que ya bebía su segunda cerveza, a lado de ella su esposo.

Los tíos le preguntaban a Guillermo que tal estaba Cancún, Dante rozaba su pierna con la de Victoria. Teresa veía a su esposo con una sonrisa sin sospechar que tenía una erección mientras tocaba la pierna de su nuera.
Se sirvieron cada uno pasándose las fuentes de comida, sirvieron vino. Victoria se bebió la primera copa de un tirón y se sirvió otra.
–Bájale dos a la bebedera, ¿vas armar un show aqui?
–Me encanta que estés preocupado si abro la boca. -Victoria sintió la mano caliente de Dante en su muslo, una mano áspera que le erizaba la piel mientras llegaba a la parte interna del muslo, su vagina se humedecía sintiendo la mano de su suegro que ya no podía estirarse más. 

–Voy un momento al baño.
–Mi niña, ve al de nuestra habitación.
–Que vaya a este cariño.
–No Teresa, recuerda que cerré la llave por la fuga.
Victoria se levantó y fue directo a la habitación principal. Entró al baño y vomitó, se limpió la boca, tomó pasta de dientes y se la pasó por la boca. Se bajó la pantaleta y se sentó a orinar. Cerró los ojos.

En la mesa se reían mientras Guillermo contaba anécdotas de los niños en Cancún. –¿Victoria no se está tardando mucho? 
–Se sentía mal del estómago.
–Voy a ver si todo está bien. -Dijo Teresa pero Dante se ofreció para chequear.

–Yo voy a armar el postre. -Dijo Teresa yendo a la cocina
–Les voy a mostrar algunas fotos para que vean.

Dante entró a la habitación y cerró con llave. Se fue hasta la puerta del baño. –Amor ¿Todo está bien? -Dante se apretaba el grueso pene ya erecto. –Voy a entrar. -Abrió la puerta, Victoria estaba sentada en la poceta con la cabeza apoyada en la pared, Dante se puso de cuclillas frente a ella, le puso la mano en la nuca y acercó su cabeza a la suya besándola en la boca mientras su otra mano tocaba su vulva introduciendo los dedos. Se metia los dedos en la boca probando el flujo y luego haciendo lo mismo en los labios de ella.
–¿Que haces Gustavo?
–No es Gustavo, es tu suegro y todavía no comienzo. -Le quitó las pantaletas y las olió lanzándolas al piso. –Vamos a la cama.
–No Gustavo...aqui no.
–Estás a punto de tirarte al tercer hombre de esta familia. -Dante la cargó y la lanzó en la cama, le levantó el vestido, se quitó los pantalones. De su grueso pene colgaba un hilo de líquido preseminal. Se arrodilló y comenzó a hacerle sexo oral a su nuera. Se montó en la cama. Un gota caía sobre la vulva de Victoria antes de penetrarla. Bajó sus caderas y el pene iba entrando, Victoria gemía pero Dante le tapó la boca para luego comenzar a moverse y penetrarla profundamente. La respiración de Dante se aceleraba mientras su boca estaba cerca de la oreja de su nuera y le hablaba.
–Me encantas, me encantas mucho y por fin te estoy cogiendo, eres mía, solo mia, te quiero para mi, que rica estás, estas apretadita, ¿Te cojo mejor que mis hijos? Dime, dime, no seas tan perra, dime, dimeeee, aaaaaaah, aaaaaah, aaaaah. -Dante acababa dentro de Victoria.
Se levantó y se puso el pantalón.
–Listo, ya me saqué la espinita de cogerte. –Fue al baño, buscó la prenda interior y se la puso, le acomodó el vestido. El se arregló el pantalón, se enderezó el pene para que no se notara y se peinó. Salió de la habitación.
–Ya te iba a buscar ¿Qué pasó?
–Nada, Victoria se sentía mal, creo que vomitó y estaba dormida sentada en la poceta. La ayudé y la acosté en la cama.
–Voy a verla...
–No la despiertes. -Guillermo se asomó y se acercó –Lo que estás es borracha. ¿Dónde va a parar esto?

Dos horas después ya se iban a su casa. En el carro Victoria iba con las piernas flexionadas y las sostenía con sus brazos, miraba por la ventana.
–Soñé que tu papá me cogía en la cama y me decía que ya me había tirado a los tres hombres de esa familia. Tiraba rico.
–Estás enferma. ¿Cómo se te ocurre contarme semejante cochinada?
–Cochinada es lo que tú haces, cogerte a un marico y luego me coges a mi. 
Se hizo el silencio en el carro hasta que llegaron al apartamento.

Ya acostado en la cama, Guillermo veía una serie en Netflix mientras ella revisaba el whatsApp. Deja el celular y se acerca a Guillermo tocándole el pene sobre el bóxer y lo besa por el cuello y la mejilla.
–¿Quieres hacer el amor?
–No...ya tuve hoy. Lo de tu papá no fue un sueño. Me cogió en su cama, donde duerme con tu mamá. -Se levantó y se fue a la cocina a seguir bebiendo. Guillermo se fue al baño a orinar y a llorar de la rabia.



miércoles, 23 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 18

 –Señorita quería pedirle dos favores. Primero si me puedo cambiar de asiento ya que veo que hay libres y segundo, tráigame un whisky. -Victoria hablaba con la aeromoza para no quedarse al lado de su esposo en el avión.

–Venga conmigo para reubicarla y ya le traigo su bebida.
–Gracias. -Guillermo estaba durmiendo.

La aeromoza le asigna un nuevo puesto y le entrega el vaso con whisky que se bebe de un tirón. Pide otro.
–Hola.
–Hola.
–Estabas incómoda en tu asiento.
–Digamos, que sí, gracias, ¿Me puedes traer otro?
–Disculpe señorita, este es el tercer trago.
–¿Lo estás pagando tú?.
–No es eso señorita, ha bebido muy de prisa, estamos en una altura y le puede afectar.
–Yo bebo lo que me de la gana, usted...-El muchacho que tenía al lado le puso la mano en el brazo.
–Señorita, traiga dos whiskys, yo me encargo. No discutas con esta gente, es peor. Entonces estabas incómoda en tu asiento.
–No podia estar al lado de mi marido. No lo soporto.
–El matrimonio es dificil y mientras pasen los años se complica.
–Tengo siete días de casada.
–Vaya...no era lo que esperabas.
–No. -Bajó la voz. –No sabía que me había casado con un maricón, bueno, si lo sabía, otro whisky por favor, lo que pasa es que no quería aceptarlo, lo amaba mucho pero algunas amigas me decían que era gay, que averiguara, yo no averigué y lo que hice fue enredarme con su hermano que tira mucho mejor que él.
–Una novela.
–No sabes lo peor, a mi luna de miel llegaron mi amante que es mi cuñado y el amante de mi esposo que es su mejor amigo que no lo soporto.
–¿Te vas a divorciar?
–No, eso es admitir mi error y reconocer que es gay y en mi familia eso es un tema y mis amistades me acribillan.
El joven le puso la mano en la pierna y comenzó a acariciarla. –Estás falta de cariño.
–¿Me estás sobando la pierna?
–Si. -Subió la mano y la metió entre la falda.
–Creo que mejor ponemos la cobija, nos van a ver. -Victoria dijo eso y se apagaron las luces. 
–Mejor. -El muchacho terminó de meter la mano llegando a la vulva, movió sus dedos y Victoria se estremeció, el joven metió un dedo y lo movía. –Tú también puedes tocar, estoy en mono. -Victoria le metió la mano dentro del mono y cogió el pene, era grande y grueso y estaba durísimo, a Victoria se le erizó la piel al sentir el miembro en su mano. –Sacúdelo, tiene ganas de escupir. -Movió los dedos dentro de la vagina y Victoria soltó un suave gemido mientras seguía masturbando al chico. Se miraban a los ojos, el chico sonreía tratando de no venirse aún, Victoria estaba con la cara tensa, estaba lubricando.
–Me tienes a punto. -Susurraba el chico, Victoria le daba más rápido a su mano  hasta que el chico movió su cabeza, cerró los ojos y apretó los dientes para no gritar. Eyaculó. La mano de Victoria quedó impregnada de semen. Él retiró sus dedos y se los metió en la boca limpiándolos. Victoria hizo lo mismo con su mano, limpió cada dedo disfrutando el semen en su boca.
–Tienes una cara de que te gusta. -El chico la besó en la boca. Se separaron y Victoria le dijo que iba al baño que le pidiera otro whisky.
–No le pases seguro a la puerta.

Victoria entró al baño sin pasarle el pestillo. Dos minutos después entraba al baño.
–¿Que vas a hacer?
–Cogerte.
–¿Aquí?
–Si...le levantó la falda y el se bajó el mono. –¿Quieres que te coja en el asiento? -De pie, la penetró tapándole la boca para que no gritara, pasó el pestillo y comenzó a mover sus caderas penetrando hasta el fondo a Victoria que seguía con la boca tapada aguantando el dolor. 10 minutos después, el chico acababa dentro de ella.
–Salgamos. -Quitaron el pestillo. Al abrir la puerta frente al chico apareció Guillermo.
–Pana...sabes como es, la jeva, tú sabes.
–La jeva es mi esposa.
–Verga, yo los dejo.
Victoria miró a Guillermo y le dio una cachetada. -No tienes moral para reclamarme nada.
–¿Moral? Te revuelcas con un desconocido y encima borracha. -Otra cachetada y Guillermo se la devolvió, la aeromoza se interpuso entre ambos.
–Les voy a agradecer que si tienen algún problema lo resuelvan en tierra, aquí, no.
–Lléveme otro whisky necesito olvidar que mi esposo es un pobre maricón. -Se fue a su asiento.

–Coño que mala vibra ver a tu esposo ahí parado.
–Tranquilo, mejor, que vea que no me estoy muriendo por él.
–¿El pana no te ha cogido en estos dias?
–Si, pero yo no he querido. Desde antes de casarnos hemos tenido sexo.
–El panita es bi.
–¿Qué edad tienes tu?
–22 ¿y tú?
–Dios pero eres un nené, tengo 28 años.
–Un nené con un vergón que te puso a temblar en el baño. -Se sonrió y Victoria hizo lo mismo.
–Gracias.
–¿Por la cogida? No te hice un favor belleza, lo hice con todo gusto y volvería a repetir cuando quieras. ¿Te gusta por el culo?
–Si, solo me ha cogido por el culo un hombre, mi cuñado.
–Eres una perrita, me encanta.
–¿Tienes novia?
–Si, un jevita de 18 años recien cumplidos, pero todavía está crudita. Le duele que me la coja, no le gusta mamar guevo, le da asco el semen, el culo ni tocarlo.
–Bueno, es una niña y le vas a meter semejante cosa.
–Por eso quiero una hembra como tú, que le guste de todo, no se ponga payasa.
–Estoy casada.
–Yo no me voy a coger el papel que firmaste, te voy a coger a ti. Anota mi número para cuadrar y darte rico por ese culo.

Ya en el aeropuerto estaban esperando las maletas.
–Ya el taxi está afuera esperando.
–Yo no me voy a subir contigo.
–¿Y cómo vas a subir?
–Eso no es problema tuyo.
_Con el carajito ese que te cogió en el baño.
–Asi es. Quiere que suba con él para hacerme el amor, necesito que me coja un hombre.
–Te entetaste que Gustavo también es gay. -Victoria le lanzó otra cachetada y se ubicó al otro lado de la correa donde estaba el chico que conoció.

Guillermo le mandó un mensaje de texto.
–Avísame si vas a ir a la casa nueva.
–Hoy no creo, mañana nos vemos mi amor.
–Te recuerdo, si es que quieres seguir con esta farsa mañana almorzamos en casa de mis papás.
–Ahi estaremos amor mio.

Victoria se subió en la camioneta que buscó al muchacho, la manejaba el papá y al lado la madre.
–Les presento a  ¿Cómo te llamas? 
–Victoria.
–A Victoria, ella se va a quedar a dormir hoy en casa pues tuvo un problema familiar. 
–Gerardo ¿Y dónde va a dormir? -El padre miraba a Victoria por el retrovisor.
–En mi cuarto papá.
–Y tú en la sala, supongo. -Dijo la madre.
–Obvio mamá, yo duermo en el sofá.

El padre de Gerardo seguía mirando a Victoria por el retrovisor, le guiñaba el ojo, ella sonreía.

martes, 22 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 17

 


Franciso y Teodoro estaban aún en la cama. Teodoro le hacía sexo oral a su esposo mientras este revisaba el celular. El pene estaba totalmente erecto, el hombre lo disfrutaba metiéndoselo todo en la boca.

Recibe un mensaje de Diego.
–Hola, buenos días-
–Buenos días, caramba, que agradable sorpresa este buenos días tan temprano-
–¿Estás ocupado?-
–Mi esposo me está mamando el guevo, anda fajao, creo que quiere llevar palo hoy.-
–Jajaja que rico! Bueno hablamos más tarde-
–¿Qué pasó? Te dije que me están mamando el guevo, no que estoy ocupado-
–¿Y te lo mama igual, viéndote chatear?-
–Si, eso le da morbo-
–Ah ok, a mi también y eso que no estoy ahí-
–Trios no le gustan, jajajajajaja
–Jajajajajaja. Te iba a preguntar algo ¿Te gusta ver trabajos de temática gay?
–Coño, soy gay...si ¿Por qué la pregunta?
–Me gusta la ilustración y tengo unos trabajos digitalizados, quería mostrártelos a ver que te parecen.-
–Amor, móntate encima del guevo y métetelo, pero dame la espalda. -Francisco se acomodaba en la cama para que Teodoro se sentara sobre él.
–Mándalos a ver que tal.- Teodoro comenzaba a moverse, levantándose y bajando sientiendo como el grueso pene de su esposo entraba y salía. Diego le envió tres archivos. Eran dos hombres teniendo sexo, una imagen era como la posición en la que estaban ellos ahora, la otra era misionero y la siguiente de pie pegados a una pared. Dejó el celular en la mano y se sentó.
–¿Quieres tomar café? Voy a montar la cafetera, bájate.
–Ya vaaaa...¿Me vas a dejar asi?
–Coño ahora seguimos, quiero tomar café. -Se levantó de la cama y cogió el teléfono. Teodoro molesto, buscó el control remoto y buscó una serie en Netflix.

–Coño, del tiro me salí del cuarto, casi acabo pero tenía que ver esto en otro sitio.-
–¿Te gustaron?-
–Coño, que jode, están del carajo. ¿Estas vainas las vendes?-
–Bueno, si y no. Las vendo pero no es que vivo de esto.-
–¿Tienes más? Te las puedo comprar  y las monto en uno de mis trabajos y a lo mejor a alguien le interesa-
–Déjame cuadrar, sacar precios y te digo. Tengo más, como 20 pero son viejas, nuevas tengo seis.-
–Mándame las que tengas digitalizadas para verlas, me pusiste quesúo, no se me ha bajado el guevo, ahora voy a regresar a cogerme a Teodoro.
–Que pena, yo chateando contigo y tú en pleno sexo.-
–Tranquilo, ya estoy aburrido del culo de él, pero culo es culo y quiero coger, me tomo el café y terminó lo que empecé.-
–Ok, saco cuentas, te aviso el precio y cuadramos.
–Perfecto. Otra cosa, ¿Esas posturas que ilustras las has hecho?
–Me han puesto en esas posiciones, soy pasivo. ¿Y tu?
–Me encanta experimentar en el sexo. Yo soy versatil, lo que venga, aunque soy más activo. Ya me dejaste encendido. Te dejo, hablamos luego.

–¿Ya tomaste café?
–Ya, ahora vengo a cogerte.
–Ya no tengo ganas.
–¿Te vas a perder de esta verga tiesa?
–Estoy viendo una serie.
–Netflix siempre va a estar ahí, este guevo no, aprovecha que aún se me para.
–Estabas hablando con un culo ¿Verdad?
Francisco se le acercó tomándole la cabeza por detrás y acercándola a su pene para que mamara.
–Deja los celos papi, tenemos 20 años juntos ¿y te vas a poner con eso ahora? Disfrutemos en la cama, mama que ahora te voy a coger rico.

–Hola, buenas tardes.
–Hola Agustín.
–¿Está mi papá y Oto?
–Si, están los dos
–Ok, voy a hablar con Oto primero y luego con mi papá.
–Ya le aviso, pasa.

Agustín y Oto se abrazaron, tenían tiempo que no se veían, se dieron un beso en la boca y se sentaron en la sala de reuniones.
–Marico Jaime y yo volvimos y ahora en el sexo va buenísimo.
–Ah coño, pero eso está bien, ¿Piensan casarse de nuevo?
–No sé, hace unos días arreglé con tu papá el peo del apartamento y la casa en Miami, ya están a su nombre de nuevo, con lo del divorcio había salido ese tema aunque eso no entraba en litigio. Pero no queremos casarnos, el tema está es que Jaime funciona con tercero. Se le para me coge a mi, el otro se lo coge y Jaime tambien, ambos me cogen a mi y asi vamos, con un tercero en la cama.
–Marico, si esa vaina les resulta bienvenido ese pana, preséntamelo.
–Tin, a ver, es un tercero, no es que tenemos una relacion de tres. El tercero cambia cada vez que tenemos sexo, viene uno distinto, a veces repetimos.
–Maaaarico, que fuerte. ¿Y tú como te sientes?
–Me siento más puta que esposo de Jaime.
–Ja ja ja ja ja ja ¿Pero te gusta eso, te sientes bien así?.
–Si, si, me gusta. El tema es el sexo con Jaime, lo demás nos llevamos bien, compartimos, salimos, perfecto, en la cama hay que meter a otro y ese otro duerme con nosotros ese día, a menos que venga durante el día.
–¿No han tenido sexo ustedes dos solos?
–Desde hace tres meses no, estamos en esta dinámica.
–Si a ustedes le sirve, sigan asi, ¿Cuál es el peo? Le voy a proponer eso a Castro.
–¿Ya te arreglaste con Castro? ¿Y el policía?
–No, de hecho vine a hablar con mi papá para ver como podemos sacar a Castro de la carcel. Terminé con Ernesto, más bien, dejamos de vernos porque no era una relación de pareja.
–¿Le vas a decir a Castro probar con un tercero?
–Ya lo estamos haciendo pero cada quien por su lado y ha sido un desastre.
–¿Y la carajita preñada de Castro?
–En un correcional de menores. Otro peo más, el bebé que viene en camino.

Volvieron a abrazarse y Oto le contó otra cosa antes que saliera.
–Me enteré por Jaime en una de sus llorantinas que le propuso a Hector acostarse con él a ver si se le paraba. Mis dos ex tirando entre ellos.
–Estamos todos un poco mal de la cabeza. Conociendo a mi papá seguro le dijo que si.
–Creo que no ha ocurrido.
–Estoy por pensar que en este planeta nadie es fiel. Tenemos un pasticho hormonal, todo el día las hormonas alborotadas pensando en tirar y tirar con quien se atraviese no importa si estamos casados.
–Vamos a relajarnos, habla con tu papá y me cuentas.

–Hijo ¿Qué haces aqui? No tienes que estar en el supermercado? Por cierto no me llegó el mercado, lo tuve que buscar, tú no estabas en la oficina ese día, revisen ese peo.
–La plataforma que está jodida, ya están trabajando en eso, estamos atendiendo via whatsapp con delivery externo. Me escapé un momento porque quiero hablar contigo de algo.
–Si viniste para acá es que es importante.
–Vine a pedirte un favor inmenso y no quiero que me digas que no y que no se puede. Saca a Castro de la cárcel.
–Sabes que eso implica hablar con mucha gente y engrasar la mano.
–Papá, tu tienes contactos y tienes el dinero, no debe ser dificil.
–Pero tampoco fácil. Tengo a alguien que puede sacarlo mañana mismo, pero eso significa que tengo que retribuir con creces ese favor.
–Yo te ayudo a pagar.
–No se trata de eso hijo. Es algo más delicado y complicado, siéntate. Comenzó a hablar más bajo. –Esto que te voy a decir quiero que lo borres de tu mente luego de decírtelo.
–Papá, no me asustes. Si lo que tienes que hacer es peligroso yo veo como legalmente puedo sacar a Castro.
–Tín, no había dicho nada, pero desde hace dis años trabajo para una mujer muy poderosa, muy poderosa Tin.
–Coño...la Reina Blanca y tal. Tú el más arrecho. -Hector se pone de pie y camina.
–¿En serio estás trabajando para ella? ¿El bufete lo sabe?
–Coño, claro que no, Jaime me descubre y me mata.
–Papá ¿tu sabes el peligro que estás corriendo trabajando con esa gente?.
–Es proporcional al dinero que gano. Es mucha plata hijo, un mamantial de dinero, no se agota.
–No quiero que me hagas ningun favor, déjalo así.
–Mi amor, mañana tienes a Castro en casa, hago una llamada y sale.
Agustín se levantó de la silla resoplando y pasándose las manos por la cabeza. –Papá tu puedes ir preso por lo que estás haciendo y eso sería lo mejor que te puede pasar, porque puedes morir, que te manden a matar, o la vieja esa ordene matarte porque ya no le sirves, ¿Te has puesto a pensar en eso?
–Diariamente hijo. Pero hay algo más.
–Vaya...esto se pone peor.
–Ignacio el ex de Oto, es el hombre más poderoso del narcotráfico en Suramérica.
–¿De qué coño estás hablando papá? ¿Te volviste loco? Ignacio es el ser más necio y torpe de esta vida, tira bien, tiene un buen negocio pero ya, no ha dado pie con bola en lo demás. ¿De dónde sacas esa estupidez?
–Es el esposo de la Reina Blanca.

Agustín cae sentado en la silla y se pone pálido.
–Todo esto que te acabo de contar Tín, no lo repitas, por favor que se quede entre tú y yo. Te lo conté porque eres mi hijo.
–Maldito sea este día papá...lo pensé mil veces en pedirte este favor y al final me decidí y me sales con esta mierda.
–Te voy a poner escoltas. -Agustín vio a su padre con odio antes de salir dando un portazo.

–Tin, epa Tin ¿Todo bien? -Agustin salió del bufete y Oto fue a la oficina de Héctor.
–¿Qué pasó con Agustín? ¿Que le dijiste o que hiciste? ¿No lo vas a ayudar con Castro, es eso?
–Es eso Oto, es eso, déjame solo.
–Pues yo lo voy a ayudar, Jaime y yo lo vamos a sacar de la cárcel.

–Haz lo que te de la gana Oto, sal de mi oficina.



lunes, 21 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 16

 


A Renato le habían colocado una capucha para llevarlo a la Casona. Sentado al lado de Ignacio en el asiento de atrás, estaba sucio. A pesar de la prominente barriga, sobresalía el enorme pene que tiene Renato. Ignacio lo veía con ganas de mamarlo pero el hombre despedía un hedor fuerte.

–Quédense en la camioneta ambos, voy a hablar con La Patrona para decirle lo que pasó.
–Pero yo me quiero bajar, coño, vivo aquí.
–Por fa, quédate aquí con Renato, no quiero que haga una tontería.

Gilberto saluda a los escoltas y entra a La Casona. 
–¿La Patrona?
–Está en el despacho reunida...yo soy tú y no la interrumpo.
–Tengo que hablar con ella ahora.
–Gilberto. -El escolta la mostró el arma. –No me importó despachar a tu noviecito, si la Patrona me lo pide, te liquido a ti también.
–Hazlo, ya no me importa nada. Yo voy a entrar.

Gilberto tocó la puerta y abrió cuando escuchó que le dieron autorización.
–Patrona disculpe...
–Le dije a Ramón que no dejara pasar a nadie, ni a ti Gilberto, estoy reunida. -Carmen estaba con Héctor. –¿Qué quieres? -Gilberto cerró la puerta y se acercó.
–Cuando regresaba del entrenamiento con su esposo, fuimos a buscar las municiones y me conseguí en la calle...a...mi hermano, estaba deambulando por la calle desnudo.
–Y lo trajiste para acá, más gente en mi casa. Espero que lo hayas traido tapado.
–Si Patrona, no vio nada. ¿Me autoriza para tenerlo aquí mientras se recupera?
Carmen se levantó de la silla y dio media vuelta mirando por la ventana. -Llama al Dr. Lezama que lo revise y le mande algo para mantenerlo dopado, ahora le das algo para que duerma. Compra ropa si la que hay aqui no le sirve. Si quiere quedarse tiene que trabajar con nosotros.
–Es gordo, tengo que comprar ropa.
–Resuelve y no me vengas con tonterias Gilberto. Dile a mi esposo que venga. Que sea la última vez que me interrumpes una reunion para semejante pendejada.
–Disculpe. -Gilberto se daba la vuelta para irse pero Carmen lo detuvo. 
–Espera. ¿Qué tal estuvo en el entrenamiento?
–Está crudo, pero tiene potencial, esta semana será ruda para él.
–Ponlo a pelear. Quiero que saque lo peor de él. Mi esposo tiene que tener los ovarios que tiene su esposa si desea ser el dueño y señor de todo esto. -Hector abrió los ojos mirando a Carmen. 
–¿Le vas a entregar el negocio a Ignacio?
–Si.
–¿Tú estás segura?
–Héctor, no se lo voy a dar mañana. Esto es un proceso largo, la que no tiene tiempo soy yo. En cualquier momento me matan o yo muero. Tengo cáncer, me estoy tratando, pero ni toda la droga que venda logrará quitarme el cancer si mi destino es morir así. 
–Saldrás de esto.
–No pienso a mi edad, sufrir con una quimio o radio. Y antes que me atrapen si llega a ser inminente, me mato. Por eso quiero todo listo.

–Tu esposa te espera en el despacho. Está con un abogado.
–¿Qué vas a hacer con Renato?
–Bañarlo, vestirlo, darle de comer y que lo revise un médico. ¡Ve al despacho!
Cuando Ignacio se acerca al despacho lo sigue uno de los escoltas de Carmen que lo acompaña y entra con él, mide 1.95 metros y es musculoso.
–Llegaste mi amor.
–Hola Carmen...¿Qué haces tú aquí? -Besó a Carmen en la boca.
–Se que conoces a Hector, es el abogado que lleva todos mis asuntos y los tuyos.
–¿Cómo estás chamo? ¿Quien iba a imaginarse que terminaría trabajando para ti?
–Si, después que me quitaste a mi novio.
–Y después no te importó acostarte conmigo.
–Señores estoy aquí, no me interesa sus asuntos amorosos y sexuales, estamos en otra cosa. -Suena el celular de Ignacio.
–Es Jorge, voy a atenderlo. -Se voltea y Carmen le hace señas al escolta que le quite el celular, lo tira al piso y lo hace añicos pisándolo.
–¿Qué coño haces?  ¡Carmen y tú no piensas...! -La mujer le dice que se calle haciendo un gesto con sus dedos.
–Tranquilo mi amor, es solo un celular.
–Pero ahí tenía todo.
–Correcto, tenías, ya no tienes nada, ya no eres nada, no eres nadie.
–No entiendo, ¿de que estás hablando?
–Igancio, hoy vas a morir.
–¿Qué, vas a matarme?
–Así es, hoy mueres esposo mio.
–Carmen espera, yo he hecho todo lo que me has pedido, me quedé contigo, nos casamos, estoy haciendo todo lo que Gilberto me ha dicho, le hago caso, empecé el entrenamiento. -Se acerca a Carmen y en voz baja le habla. –No he tenido sexo con Gilberto mientras tú estas en el país, de verdad.
–Si amor, si has tenido, pero ya eso no importa. -A Ignacio le latía el corazón con rapidez, le brincaba en el pecho. Carmen le entrega un estuche negro.
–Toma.
–¿Qué es esto? Carmen por favor, déjame explicarte.
–Mujer, no lo pongas más nervioso y dile.
–Abre el estuche mi amor. -Ignacio abre el estuche de dos cuerpos adentro había un nuevo celular, pasaporte, cédula de identidad, tarjetas de crédito y débito, dólares en efectivo, un anillo de matrimonio y las llaves de un carro.
–¿Quién es Juan Carlos Liendo?
–Amor, eres tú, ¿no ves tu foto? Ignacio no existe, no lo vas a conseguir en las redes, ni en los registros, ni en el padrón electoral. Ignacio murió y ahora está Juan Carlos Liendo.
–¿Y mi familia, mis amigos, mi negocio?
–Tu familia y amigos te llorarán, tu negocio lo absorbió mi negocio y está a nombre tuyo mi amor, tu carro nuevo te espera afuera.
–No entiendo.
–Te estoy protegiendo y protegiendo a la empresa.
–Estaba llamando a Jorge, repicó, me debe estar llamando. 
–A Jorge ya no lo verás más nunca, a menos que quiera trabajar para ti y para esta empresa de lo contrario va a correr la misma suerte que Ignacio, aunque él si va a morir de manera muy trágica. Ese niño sabe muchas cosas de Ignacio.
–No le hagas daño Carmen.
–Vamos a llamarlo.
–NO, NO POR FAVOR, CARMEN NO, CARMEN.
–¿De verdad yo tengo que presenciar todo esto Carmen?
–Si Héctor.
–Jorge, hola cariño, te habla Carmen, la esposa de Ignacio, tu amigo, Nacho. Bien, bien. Te llamo para notificarte que Ignacio murió...no, no lo maté, yo mando a matar a la gente cariño. Van a ir mis escoltas a buscarte para traerte acá a la Casona y aquí hablamos. No se te ocurra hacer alguna tontería. Ya van a buscarte. -Colgó la llamada y le lanzó el celular al escolta para que lo destruyera. –Déjame ahora con Héctor, asimila todo lo que has visto y escuchado. Ve a la habitacion de Gilberto a ver que está haciendo.

Ignacio salía del despacho casi como un zombie. Era un segundo golpe que recibía, luego de verse involucrado en el negocio del narcotráfico.
Llegó a la habitación de  Gilberto, puso el estuche en la cama y fue al baño. Vio a Renato sentado en una silla dentro de la ducha y Gilberto enjabonándolo. El pene le colgaba, era solo lo que veía Ignacio, por su mente pasó la vez que tuvo sexo con él, cuando conoció a Carmen, tuvo sexo con Gilberto, el entrenamiento "Ignacio está muerto". Volvía a fijar la mirada en el pene de Renato.
–¿Qué haces ahí de pie viendo?
–La Patrona, mi mujer me pidio que viera que estabas haciendo.
–Ya viste ahora ve a decirle. Pásame la toalla y lárgate.
–¿Sabes que yo soy tu jefe también?, puedo hacer que te boten.
–Déjanos solos Ignacio.
–Ignacio murió, Gilberto, estás hablando con Juan Carlos Liendo.

Gilberto se enderezó dejando caer el jabón, Renato levantó la mirada para verlo.
–¿Qué coño dices?





viernes, 18 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 15

 


Luego de un largo paseo, Guillermo y Victoria llegaban al hotel.

–Aaaay estoy agotada.
–¿No quieres ir a la pisicina?
–Ay no amor, estoy cansada, ve tu y luego te alcanzo. ¿Sabes que quiero? Tomarme unas cervezas 
–En el minibar hay agarrar. -Guillermo se acerca a su esposa y le da un beso en la boca y le mete la mano por el short y llega a la vulva.
–Ahorita no, mi amor, estoy cansada.
–Coño Victoria, es nuestra Luna de Miel, en tres días nos vamos y hemos tirado solo tres veces. 
–Estoy cansada, luego hacemos el amor.
–Luego estás dormida y no quieres, voy a la piscina.
Vete a tirar con tu amiguito. Bajo más tarde

Guillermo bajó a la piscina. Victoria ya se había tomado tres cervezas. Se asomó a la piscina y vio a su esposo.
–Voy a tu cuarto. Pide una botella de vino.-

Guillermo le escribió a Gonzalo.
–Tuve otro peo con Victoria, ¿Puedo ir a tu cuarto?-
–No te dieron cuca y quieres que te de culo, porque andas arrecho y quesúo-
–¿Quieres que vaya o no?-
–Mosca y te pilla tu mujercita.
–Está en el cuarto.
–Si tú no te la estás cogiendo, alguien lo está haciendo.
–Ella es la que no quiso tener sexo conmigo.
–Ay Guille, que pendejo eres, vente. 

Guillermo va caminando a la otra torre y ve corriendo a Gustavo y lo detiene.
–Voy a mi cuarto.
–¿Cuál es el apuro?
–Me voy a tirar con una caraja.
–¿Mejicana?
–No, no digas nada, es Antonieta
–¿Antonieta?
–Si marico, me voy. -Corrió al ascensor. 
–Escóndete en el pasillo que creo que tu marido va al cuarto de al lado, voy en el ascensor-

–Deja la puerta apoyada, ya voy para allá-
Guillermo entró y se quito de una vez el bermuda y besó a Gonzalo que ya estaba desnudo.
–Estás desesperadito.
–Si, te quiero coger.
–¿Me quieres coger a mi o quieres coger culo?
–Cállate y acuéstate en la cama. -Gonzalo se acostó boca abajo. Guillermo se embadurnó el pene con lubricante, dejó caer entre las nalgas de Gonzalo, puso sus manos sobre ellas y las movió para luego meter dos dedos, lubricar y dilatar el culo. Apoyó sus brazos a los lados del cuerpo de Gonzalo en la cama, mientras su pene rozaba las nalgas para luego empujar y que se deslizara internamente. Lo penetró, Gonzalo no se movía, se mantenía tumbado en la cama mientras su amigo se movía.
–Dame un beso. -Le pidió a Gonzalo, que no se movió, le volvió a hablar para que se volteara, le levantó las piernas y lo penetró. Gonzalo miraba hacia un lado sin verlo.

Victoria estaba montada sobre Gustavo se movía mientras bebía vino de la botella.
–Te ves tan perra cogiéndote mientras bebes.
–Voy a buscar una cerveza, ¿Quieres una?
–Si, le dio una nalgada mientras se baja de la cama.

Guillermo seguía moviéndose y Gonzalo como si no estuviera ahí. Se detiene y retira el pene dentro del culo. –Yo mejor me voy porque esto no está fluyendo.
–Si, vete, a lo mejor tu mujer ya quiere hacer el amor.

Guillermo sale de la habitación y Victoria, completamente borracha sale del cuarto de al lado.
–¿Qué haces aqui?
–Lo.mismo que tú, miiiii aaaaaamor.
–Estás borracha.
–Que jode, he bebido como una loca.
–¿Se puede saber qué haces aqui?
–Visitando.
–Esa es la habitación de mi hermano.
–Y esa del maricón de tu amigo.
–¿Qué hacías ahí dentro?
–Lo mismo que tú ahí dentro cariño.
–Hablando con Gonzalo.
–Yo tambien hablaba con mi cuñadito. Mi paño de lágrimas. ¿Vamos al cuarto? Tengo ganas de hacer el amor con mi marido.
–Ve al cuarto y espérame allá.
Guillermo toca la puerta en la habitación de Gustavo.
–¿Qué se te quedó Victoria quieres repe...tir? -Gustavo abría la puerta desnudo. Guillermo le lanza un golpe y se va.

Mientras va caminando recibe una llamada de Francisco, su suegro.
–Yerno, te quedan 3 dias, cuando llegues te quiero en mi cama.
–Francisco ahora no estoy para tus chantajes. Tu hija, tu querida hija se está tirando a mi hermano en la luna de miel. -Colgó la llamada pensando en que él está haciendo lo mismo.

Guillermo llegó a la habitación y encontró a Victoria durmiendo desnuda, boca abajo. Llamó a Gonzalo que tardó en contestar.
–Tenías razón o ya sabías que eso pasaba. Victoria se está tirando a mi hermano.-
–Desde hace años Guillermo, tu hermano se coge a tu esposita desde hace mucho tiempo.
–¿Por qué no me dijiste?
–Porque eres un idiota, te lo dije mil veces, no te cases, no te cases, pero no hiciste caso, así que jódete Guillermo, ahora cálate tu peo.

 Salió de la habitación y se fue al bar a beber. Frente a él un hombre que lo miraba y se sonreía, Guillermo le evitaba la mirada, bebía, pensaba en todo lo que había pasado. Levantó la mirada  y el hombre volvió a sonreirle y levantó el vaso. El hombre se levantó y caminó hacia Guillermo.
–Mucho gusto me llamo Reddy.
–Hola, Guillermo.
–¿Estás solo?
–Estoy en mi luna de miel. Mi mujer está en la habitación.
–¿Y tú que haces aquí solo?
–Está dormida, borracha.
–Viniste a despejarte.
–Algo así. 
–Mi habitación es esa, la que tiene la luz del balcón encendida, la 86. Yo pido una botella de tequila y me cuentas porque no te estás cogiendo a tu esposa.

–No pana, yo me quedo aquí.
–Yo voy a estar allá. Tu ven cuando quieras.


jueves, 17 de febrero de 2022

Pasticho hormonal. Capítulo 14

 


–Coño pero tu si estás bueno vale, mira ese pecho, marico que rico estás. -David le acariciaba el pene a Ernesto que estaba desnudo frente a él que estaba sentado al borde de la cama. David acercó su cara al pene. –Huele divino, para ser policía lo tienes limpiecito.

–Que sea policia no quiere decir que no sea aseado.
–Algunos colegas tuyos son de un sucio.
–Me sigues hablando de eso y no se me va a parar.
–Tranquilo papito, yo esto te lo pongo duro en segundos. -Escupió el pene del policía y se lo introdujo en la boca, movía su cabeza, le jalaba los testículos. Llevaba el pene hasta su garganta y lo sacaba..
–Carajo...hazlo de nuevo coño. -David repitió y a Ernesto se le erizó la piel. Regresaba al glande y lo recorría con su lengua mientras miraba a Ernesto a los ojos. El policia le acariciaba las mejillas. –Tienes una carita tierna, no provoca hacerte daño. -David se sacó el pene de la boca.
–Si te pones salvajito no me pongo bravo. -Volvió a meterse el pene en la boca. Ernesto le dio una cachetada. –Sigue mamando. -Lo cogió del cabello y le movía la cabeza para que se tragara todo el pene. Lo soltó y retiró su pene. –Chúpame el culo.
–Uuuf que rico, ábreme esas nalgas. -Ernesto abrió sus nalgas ligeramente velludas, redondas y duras, David metió su nariz y boca entre las nalgas, el aroma que desprendía lo excitó. Comenzó a mamarle el culo, ahora era él quien aguantaba las duras nalgas. La lengua la ponía dura y la empujaba en el ano.
–Puedes meterme los dedos.
Mírame al policía, le gusta la guevonada, se lo voy a llevar a mi papa para que lo ponga en cuatro. -Le metió un dedo mientras seguía pasándole la lengua. Ernesto gemía pidiendo que siguiera. El chico metía dos dedos.
Se movió unos pasos y se dio la vuelta.
–Ponte que te voy a coger. -Buscó el condón para colocárselo, le pasó el lubricante a David para que se echara.
Estira el condón y se comienza a colocárselo. Lo acomoda y se echa lubricante, le mete los dedos a David que estaba acostado en el borde, tenía las piernas levantadas y las sostenía con sus brazos. Ernesto apoyó su pene en el culo y empujó, se iba deslizando pero perdió erección. –Ya va, que se me bajó. -Comenzó a masturbarse, volvió a ponerse duro y siguió, penetró al chico. El pene volvió a bajarse.
–Espera, coño, se me baja. -Un tercer intento y ocurrió lo mismo.
–¡Coñooo!
–¿Qué pasó?
–Que se me baja, es esta vaina que me lo tumba, te voy a coger a pelo.
–No chamo, sin condón no.
–Vale, déjame cogerte sin eso.
–Tengo un contrato que me prohibe tener sexo sin protección.
–No se van a enterar.
–No papi, estás muy bueno pero no. Si quieres te lo mamo hasta que acabes.
–No chamo, yo te quiero coger.
–Mierda no puedo.
–Yo estoy sano
–No, déjame mamártelo. -Ernesto accedió y David comenzó a mamarlo. Ya el pene de Ernesto no remontó.
–Esto no va para ningún lado, vámonos. 
–Dusculpa.
–Tranquilo, cosas que pasan. -David se vistió y salió de la habitación.
–Hey, chamoooo, David, espera. -Se vistió rápido y salió alcanzando al chico en la calle. –David, disculpa lo malo, te invito una cerveza. No me digas que no.
David accedió y se montaron en el carro.

Pidieron dos cervezas.
–¿Te ha pasado antes?
–Usando condón, pero que se me bajara luego, no, creo que el rechazo tuyo me bloqueó.
–Ahora es mi culpa.
–No vale...es mi peo. ¿Tienes pareja?
–Dependiendo de lo que tengas por definición la palabra pareja.
–Algo estable, novio, algo formal.
–Salgo con tipo que es socio en mi taller y en la profuctora de cine porno. Fue un chantaje, en fin, tiramos, salimos, nada formal.
–¿No te gusta el compromiso?
–Para nada, soy demasiado puta. -David vio a Ernesto a los ojos y le pidio otras cervezas. –Tienes una cara de desilusión amorosa.
–Estoy casado...pero no he pegado una con los hombres, sexo si, pero tener una relacion duradera, nunca, la última prometía y duró unas cuantas semanas.
–Chamo ¿pero cómo quieres tener una relación con un hombre, estando casado y pelando bola.?
–Coño...golpe en la cara. 
–Bueno chamo, quieres tener una relación estable y estas casado con hijo. Supongo que mantener a tu familia es duro. Meterte con un tipo también.
–¿Y qué hago? Me gustan los hombres y las mujeres. 
– A mi no me veas como posible pareja porque vas a llevar cacho parejo. Ernesto pidió otras cervezas.
Siguieron hablando y bebieron 3, 4 y hasta 8 cervezas.

–Vámonos que tengo que ir a mi casa.
–Estás borracho ¿Cómo vas a llegar asi a tu casa?
–He llegado asi antes, bebiendo con unos amigos. Mi esposa sabe que soy bisexual chamo...no hay peo. Vamos a buscar mi carro.
–Marico, es una patrulla, estás muy borracho para manejar.
–Vamos a buscar la patrulla y me voy a mi casa.
–Que no vale, yo te llevo, no puedes manejar así.
–Tú también estás borracho, no puedes manejar.
–Estoy bien, puedo manejar, tú estás peor. -Ernesto sacó el arma y lo apuntó.
–Llévame a buscar mi patrulla y no se hable más.
–Marico, baja el arma ¿Estás quema'o? Deja la vaina, baja esa mierda marico, yo te llevo. 
Arrancó el vehículo y Ernesto se durmió. David cogió el arma y la lanzo al piso de atrás. –Te voy a llevar a mi casa así mañana me mates o te mate tu mujer. 
David como pudo subió a Ernesto, caminaba pero se sostenía al chico. El vigilante los ayudó a subir.
Al entrar estaban en la sala José David y Gabriel. 
–¡David! ¿Que pasó, que haces con el vigilante?
–Nada, todo bien, Ernesto se va a quedar a dormir aquí, está borracho. -A Ernesto se le cae algo de la cintura y José David se levanta a recogerlo, aunque con dificultad lo recoge.
–¡José ten cuidado! -David siguió a la habitación y tumbó a Ernesto en la cama.
–Este tipo es policía Gabriel, de la policía científica. ¿Qué hace David con un policía?
–José por lo que me has contado de David, es lo mismo cuando se tiró a un Guardia Nacional, un fiscal, cualquiera. Ah y es actor porno ¿No crees que pueda ser otro actor porno? - José David le lanzó la placa.
–¿Te parece falsa esta placa?

–¿Qué haces con un policía técnico aquí en tu cama?
–Me lo tiré papá, se me antojó un policía y me lo tiré, bueno, casi, no se le paró.
–Entonces te lo trajiste aqui para tirártelo.
–¿Cuál es el peo papá? Me estoy tirando a mi novio aquí también. -José David se acerca y coge a su hijo por el brazo.
–No me digas papá. -Le dio un beso cogiéndolo de la nuca. En eso entra Gabriel a la habitación y los ve besándose. David se separa.
–Tu novio nos ve, ve a atenderlo y déjame en paz. -Gabriel se va de la habitación.
–Tú y yo vamos a hablar luego.
–Yo no tengo nada que hablar contigo PAPÁ. -Una fuerte cachetada le voltea la cara a David.
–Mañana no quiero a este tipo aqui, lo sacas.

–Esta es mi casa también y traigo y me acuesto con quien quiera. Ve a tu cuarto y explicale a Gabriel de nuevo porqué me besaste PAPÁ.