martes, 30 de junio de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulos finales

Amadeo y Andrés.

En la terraza de un restaurante estaba sentado Adrián esperando a su hijo Amadeo para conversar con él. Estaba un poco nervioso y ya había desecho con sus manos un par de servilletas. Estaba tomando una cerveza.

Amadeo llegaba, estaba algo serio pero también nervioso, no se veían desde el funeral de Adriano, ya habían pasado dos semanas.

–Hola papá –Adrián se levantó de la silla y lo abrazó, Amadeo se sintió extraño, tenía meses que su padre no lo abrazaba de manera cariñosa.

–Hola hijo, gracias por venir, me alegro verte, ¿cómo estás?

–Bien papá, estudiando full y trabajando ¿y tus cosas?

–Todo bien, trabajando también aunque han estado flojas las ventas. Tú mamá bien.

–Lo sé, siempre hablo con ella, o yo la llamo o ella me llama –Adrián bajó la mirada.

–Me he portado muy mal contigo...no debí echarte de casa –una pausa de varios segundos –se que te estás cuidando y haciendo tus cosas y que tienes novio y se preocupa por ti...y bueno, viven juntos.

–Creo que mamá te tiene al día de mis cosas.

Otra pausa y lo vio a los ojos –Siempre le pregunto por ti, desde que te fuiste.

–¿Y por qué no me llamas y me lo preguntas a mi?

–Por orgullo, por no dar mi brazo a torcer, por estúpido.

–¿Y que te hizo cambiar de opinión? Creo que es por eso que estamos aquí hoy.

–Sí...me voy a divorciar de tu mamá

–¿QUÉÉÉ? ¿Qué pasó, por qué?

–Ya tenemos mucho tiempo mal...incluso desde antes que te fueras de casa.

–Me botaras.

–Bueno, si, desde antes de eso ya estábamos mal.

–¿Y no hay nada que pueda revertir eso?

Adrián se quedó callado unos segundos y comenzó a llorar. Tapó su cara con sus manos.

–¿Qué pasa papá? ¿te pasa algo?

–Me da mucha vergüenza hablarte de esto

Amadeo abrió los ojos mientras su papá levantaba la cabeza y se limpiaba los ojos. Respiró hondo y soltó un suspiro.

–No sé si...creo que me gustan...Estoy hecho un lío.

–¿No sabes si eres gay? -Amadeo soltó la pregunta con ganas de recorgerla, se imaginó que era eso pero se arrepintió de adelantarse a su padre.

–Sí –Amadeo quedó sorprendido y un frío le recorrió el cuerpo y echando la película hacia atrás recordaba como su padre lo botaba de su casa justamente por ser gay.

–A ver, si no sabes si eres gay, osea que tienes dudas, es porque te pasó algo, ¿tuviste sexo con un hombre?

–NO, no, no, comencé a sentir atracción, curiosidad, en un baño, el gimnasio, en la calle ver al los hombres. Lo último fue cuando estuve con el muchacho este que murió, cuando fuimos a su casa y al verlo ahí en la cama indefenso, me entraron unas ganas de protegerlo...besarlo, estar con él, no sé.

–¿Y se lo dijiste a mi mamá? Papá tú necesitas ayuda, ir a terapia, de verdad.

–Tu mamá no sabe nada, nuestra separación es por el desgaste, pero lo que me pasa ha acelerado la situación.

–¿Y quieres experimentar con hombres? –Adrián volvió agachar la cabeza y afirmó con la cabeza. Amadeo suspiró y le puso una mano en el hombro.

–Ay papá...¿qué quieres que te diga?

–Estoy saliendo con una persona...sólo salir, lo conocí en la funeraria, no hemos tenido más nada.

–Lo único que te puedo decir, es que vivas tu vida, la que te hace feliz, no la que te dicen los demás. En este momento te sientes confundido y perdido pero necesitas buscar el norte y necesitas ayuda, busca ayuda. Yo salí de casa, si, pero ahora soy feliz y con el hombre que amo y lo vivimos a plenitud. Haz lo mismo papá, es el consejo que te doy yo que apenas

tengo 22 años. Yo te voy a apoyar en todo y ayudarte hasta donde me alcance.

Hablaron un rato más y luego se fueron cada uno por su lado.



Amadeo se fue al apartamento donde lo esperaba Andrés con una noticia.

Luego de contarle lo de su papá y Andrés quedara impactado, le dijo que se sentara a su lado en el sofá.

–Caramba la cosa es seria, me sentaré y escucharé. –Andrés abrió su maletín y sacó un

sobre blanco y se lo entregó a Amadeo.

–¿Qué es esto?

–Ah pues, ábrelo para que sepas.

Abrió el sobre, habían dos boletos de avión, revisó uno. Buenos aires.

–¿Nos vamos de viaje?

–Que manera de deducir las cosas chico je, je, je sí, pero no es un viaje de placer cualquiera.

–¿Ah no? ¿Nos vamos a vivir allá?

–Mmmmmm bueno, no de momento, vamos a hacer otra cosa.

–Dios pero que misterio.

–Busca adentro un papel amarillo y ábrelo. –Sacó el papel y lo abrió.



<<Te voy a llevar a Buenos aires para que te cases conmigo>>

Amadeo le comenzó a latir el corazón muy rápido y la mano que sostenía el papel le temblaba y comenzó a llorar.

–¿Pero, pero esto es verdad? Digo, ¿nos vamos a casar? Pero esto es la semana que viene y yo no he arreglado nada y, y, y yo creo que tengo el pasaporte vencido.

–Tranquilo, ya tenemos todos los papeles arreglados y los pasaportes al día, me encargué de hacer todo eso.

Vino una  pausa en la que Amadeo aprovechó y le dio un beso en la boca a su novio.

–Lo único que tienes que hacer es la maleta, el resto me encargo yo.

–Pero yo tenía otros planes.

–Aaaah pero yo me adelanté. Y hay algo más, tu madre nos va a acompañar.

Amadeo se limitó a mirarlo y quedarse ahí, boquiabierto. Andrés le dijo que la cerrara.

–Tú me tienes engañado y si ves, sino no me explico.



Ocho días después estaban en una jefatura en Buenos aires vestidos de smoking negro casándose, de testigos unos amigos que vivían en la ciudad. La mamá de Amadeo no paraba de llorar, él tampoco.

Al momento de ponerse los anillos, Amadeo se volvió lío, estaba nervioso y llorando, la mano le temblaba pero logró ponérselo a Andrés.

La juez los declaró maridos oficialmente y se besaron, los testigos no paraban de tomar fotos del acontecimiento. La mamá de Amadeo seguía llorando.

Un par de días después, la mamá de Amadeo se había ido. Los recién casados estaban en la habitación del hotel.

Andrés estaba en el balcón de la habitación, en interiores y con una taza de café en su mano. Eran las ocho de la mañana y ya pegaba fresco pero no sentía frío. Amadeo se levantó, estaba desnudo, se le acercó por detrás y lo abrazó quitándole la taza y tomando

un sorbo de café.

–Que asco, sin azúcar.

–Así lo tomo, lo sabes, Buenos días mi amor.

–Buenos días esposo. Si vieras la vista que estoy viendo estarías emocionado, que belleza.

–Llevo media hora aquí en el balcón, lo tengo en mi mente lo que hay frente a mi.

Ambos se quedaron un rato ahí mismo abrazados. A Amadeo sentía como su pene se erectaba nuevamente.

–Estoy sintiendo algo ahí atrás

–Si, eso es algo que vas a sentir pero adentro en un rato. –Andrés se rió y Amadeo siguió hablando.

–Mi amor, ¿este matrimnio durará para toda la vida? No quiero pasar por lo que están pasando mis padres.

–No te angusties por el tiempo, preocúpate porque ese tiempo que dure sea lo mejor para tu vida, para la mía y para la nuestra.

–No me quiero ir de aquí.

–Vamos a trabajar en eso para vivir en este país, ¿te parece?

–Me parece muy bien esposo mío. Acompáñame a la cama que quiero follarte de nuevo.

Volvieron a besarse y Amadeo cargó a su esposo para llevarlo a la cama.

lunes, 29 de junio de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulos finales

Alonso y Ramón.

La funeraria estaba a reventar de gente, varios amigos y conocidos del medio publicitario estaban acompañando a Alonso. También estaban Ramón, su papá, Amado, Adrián y su esposa, Amadeo y Andrés.



Ramón estaba con su papá apartado de Alonso que se encontraba con Amado que lo consolaba.

–Yo debí apoyar a mi hijo y ayudarlo, escucharlo, nada de esto hubiera ocurrido si no le hubiera dado la espalda, lo aparté de mi lado y ahora pago las consecuencias.

–No te atormentes así amor, tu hijo estaba enfermo y se consiguió con alguien peor, eso no iba a terminar bien.

–Lo tenía que a haber ayudado ¿No estás entendiendo? Ahora estuviéramos juntos.

–Te entiendo, disculpa –Amado lo abrazó y le dio un beso en la mejilla, Ramón le hervía la sangre al verlos juntos y no poder ir para allá.

–Es mejor que vayas donde Alonso y lo acompañes, parado aquí vas a explotar como una chicharra con la arrechera que cargas –Le dijo Renato, que se le adelantó para darle el pésame a su amigo.

–Alonso –Se paró detrás de Amado -Cuanto lo siento amigo.

–Gracias Renato. -Se acercó Ramón y lo abrazó –¿Qué hacías allá a lo lejos y no venías a verme?.

–Estabas con tu ex que te tenía abrazado y no quería interrumpir.

–No seas tonto.

–¿No me vas a presentar Alonso? Mucho gusto, Amado, soy el ex de Alonso.

–Ramón, soy la pareja, mucho gusto. Voy por café, ¿alguien quiere?

–Tráeme a mi uno hijo y otro para Alonso.

–Te acompaño y te ayudo –Dijo Amado.

Cuando se alejaron Amado detuvo al muchacho.

–Estás claro que Alonso está contigo para pasar el rato, a él le gustan los carajitos para tirárselos y ya.

–Yo llevo casi un mes con Alonso, hemos salido a comer, cine, hemos tirado por supuesto y me quedo en su casa los fines de semana, creo que no soy uno de esos carajitos de usar y tirar.

Amado se quedó callado y volvió a hablar –Se va a cansar y cuando eso ocurra lo más seguro es que vuelva a mi, tuvimos casi una año de relación y dos años conociéndonos, eso pesa.

–Me va a disculpar lo que le voy a decir señor, pero se está comportando como una cuaima porque el marido la dejó, sea serio y asuma que lo de ustedes terminó. Permiso, voy por los cafés.

Amado se quedó parado ahí apretando los puños y latiéndole la vena de la sien. Decidió regresar donde estaba Alonso que estaba sentado con las manos aguantando su cabeza.

–Alonso tu noviecito acaba ofenderme en mi cara, ese carajito no respeta ni las canas.

Alonso estuvo unos segundos en la posición que estaba cuando llegó Amado y luego se levantó.

–¿Tú crees que yo en este momento estoy para chismes de vecindario? Todavía me pregunto que coño vi en ti para enamorarme. Parece que tuvieras la edad de Ramón y mira que el carajito es bien maduro, no puedo decir lo mismo de ti. Anda y apártate de mi vista.

–Alonso, yo lo único que quiero es apoyarte y estar contigo.

–Gracias pero no quiero, no ahora.

–Hola Abuelo, ¿cómo estás?

–Hola Amadeo, que de tiempo sin saber de ti, ¿cómo has estado?

–Bien, te estoy saludando porque vine a hablar con Alonso, pura cortesía.

–Vaya, todo el mundo me rechaza, esta bien me voy.

–Hola carajito¿cómo estás?

–Bien, lo siento mucho Alonso, no hemos tenido mucho contacto, sólo el que ya sabemos pero te estimo y me caes bien.

–Gracias chamín y gracias por venir y mira, no trates así a tu abuelo, él te quiere mucho, está mal de la cabeza pero te quiere y es un buen hombre.

–No me pidió disculpas por lo que hizo, en cambio mi papá me llamó para hablar conmigo, lo que nunca pensé que haría.

–Fue tu abuelo que le dijo a tu papá, bueno le abrió los ojos por un comentario que hizo sobre mi hijo.. Vamos a cambiar de tema, necesito no pensar. ¿Sigues en aquello?.

–Ja, ja no, no, ya lo dejé, estoy enfocado en mi carrera que ya casi termino y estoy hacienda las pasantías, en realidad es un trabajo de medio tiempo pero mato dos pájaros de un tiro.

–Que bien,¿dónde?

–En una firma de ingenieros. SGC ingenieros.

–Vaya, con Robero, entraste en un buen sitio. Deja que temines tus pasantías y hablo con ellos para que te dejen fijo. Me avisas.

–Wao gracias Alonso, mira te voy a presentar a mi pareja –Amadeo le hizo señas a una persona al lado de Andrés para que le avisara.

–¿Tu novio es ciego?

–Si, pero es una persona maravillosa, el mejor regalo que me ha dado la vida después de mis padres.

–Amor, te presento a Alonso, es el papá de...

–Tranquilo, mucho gusto Alonso el papá de Adriano.

–Mucho gusto Andrés, mi sentido pésame.

–Gracias.

–Amor, voy un momento al baño.

–Yo te llevo.

–No hay problema, quédate con tu amigo, yo consigo el baño.

Alonso le preguntó a Amadeo por Aníbal. Le contó que lo metieron preso y estando en la cárcel lo mataron porque sabían que era pedófilo.

–Que desgracia...que iba uno a saber lo que había detrás de su fachada de prostitución masculina.

–Bueno, eso es como lo de la empresa esta Agustín Sucre & C. Terminó siendo una red de narcotáfico, robo y crímenes.

Amadeo fue al baño a buscar a Andrés.

–¿Te pasa algo? ¿por qué no quisiste que te acompañara?

–Yo puedo solo, soy ciego no inútil.

–Aaah ya, dime que te pasa.

–El Alonso ese es con quien tiraste, que era el novio de tu abuelo.

–Aja ¿y?

–Nada…

–Ah pues, ¿te vas a poner a estas alturas con celos y por él? Me acerqué porque bueno, lo conozco y me cae bien, fue de pinga conmigo.

–Si, fue generoso.

–Aaay mi cieguito no te molestes por eso, si yo a quien amo es a ti.

–Soy un guevón.

–Si bueno, que le vamos a hacer. Y esto que tienes aquí también es un guevón pero por lo grande ja, ja, ja.

–Deja que se me va a parar.

–¿Qué importa? ¿No te da morbo tirar en una funeraria? -Cerró con llave la puerta del baño.

Ramón estaba con su papá y Alonso tomándose el café mientras charlaban.

–Los dejo un momento que me estoy orinando –Dijo Renato.

–¿Qué fue lo que le dijiste a Amado que vino ofendido?

–Ya te vino con el chisme, ja...lo sabía. Bueno, me dijo que te ibas a cansar de mi porque yo era un chamo y tú sólo te tiras a los chamitos y ya. Le dije que parecía una cuaima porque el marido la dejó.

–Ja, ja, ja está bien. Se lo tiene merecido.

–¿Cómo te sientes?

Un largo suspiro y luego habló –Con la culpa atormentándome mi amor, me siento el peor padre del mundo.

Ramón lo abrazó y Alonso no aguantó las ganas de llorar. Amado los veía desde lejos.

–Voy a buscarte un tilo ¿ok?

–Voy un momento al baño.

Amado aprovechó y entró al baño también. Consiguió a Alonso orinando.

–¿Ahora que quieres Amado?

–Te extraño mucho.

–Tú no me extrañas, tú lo que no quieres es quedarte solo. Terminamos y te aferraste a ese loco... -se le quebró la voz pero continuó ...y mira como terminó y te acercas a mi a ver si todavía hay chance y no Amado, no hay chance, ya saliste de mi vida, ahora tengo a otra persona.

–¿Ese carajito que te puede dar? ¿Buen sexo? Eso es todo.

–No es tu problema lo que él me aporta a mi vida, ahora déjame orinar que quiero salir.

Amado se acercó –Volvamos.

Se escuchó el sonido del inodoro al bajar la palanca y ambos voltearon al cubículo. Era Renato.

–Amado, ya te dijo que te largaras. Estamos en una funeraria velando a su hijo, creo que no es el momento ni el lugar para hablar de tus ganas por volver.

–¿Y este quién es? ¿Tu manager? ¿O es el amante?

–Es mi suegro Amado y te voy a pedir por favor que te vayas de la funeraria, no quiero verte.

Amado salió y fue donde estaba su hijo.

–Me voy Adrián.

–¿Por qué?

–No quiero estar aquí y tampoco quieren que yo esté aquí así que me voy.



Adrián se quedó hablando con su hijo y Andrés.

–La semana que viene me quiero sentar a hablar contigo.

–Seguro papá.

Adrián no dejaba de ver a un hombre como de 40 años que lo seguía con la mirada desde que llegó a la funeraria. El hombre se decidió a abordarlo.

viernes, 26 de junio de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulos finales

Adriano y Alonso.

–Papá ¿tú conoces a este muchacho? –Le decía Adrián a Amado mientras apartaban a Adriano del andén.

–Si, si, claro, es el hijo de...Alonso, ¿te acuerdas de él?

–Si, claro...tu...amigo. –Adrian no le quitaba la mirada a Adriano.

–Vamos a sacarlo de aquí buscamos el carro y lo llevamos a casa de Alonso.

–No, no, no me lleven allá, a otro sitio menos ahí.

Decidieron llevarlo al apartamento de Amado.

–Llévalo al cuarto mientras yo preparo algo para comer –dijo Amado.

Adrián se llevó al muchacho a la habitación. Adriano tenía la mirada perdida. Comenzó a desvestirlo para ponerle una franela y un boxer. Mientras le quitaba la ropa lo miraba, cada roce de su cuerpo con la piel de Adriano lo estremecía, no sabía que le pasaba pero no podía

dejar de verlo, le gustaba la sensación que sentía, una atracción extraña. No sabía si era el cuerpo, lo vulnerable que se veía o una mezcla de varias cosas.

Cuando lo dejó solo con los interiores se sentó en la cama, le bajó el interior y sus ojos se clavaron en los genitales del joven mientras terminaba de desnudarlo.

Le colocó el bóxer y sonó el celular de Adriano. Adrián contestó.

–<<Aló>>

–<<Buenas tardes, por favor con el señor Adriano>>

–<<¿De parte?>>

–<<Es de la policía>>

Adrián se quedó paralizado un momento y luego reaccionó, avisándole al muchacho.

–Adriano, Adriano, es para ti, la policía.

Adriano contestó y escuchó al policía.

–<<No se preocupe inspector, ya no tienen que detener a nadie. Yo maté a Américo>> -

Cerró la llamada.

Adriano se levantó de la cama, sin perder de vista al muchacho. Salió del cuarto.

–Papá, este carajito mató a alguien, por eso está así.

–¿Cómo sabes?

–Lo llamaron de la policía y él mismo le dijo.

–¿A quién habrá matado?

–Dijo un nombre...mmmm Américo creo que dijo, sí ese nombre.

Amado se le cayó el cuchillo y se puso nervioso.

–¿Qué pasa?

–Nada, nada, ya regreso, quédate con él, yo regreso ahora.

–¿Pero adónde vas? Que pasó?

–Por favor quédate aquí con él.

Amado tomó las llaves del carro y de la casa y se fue.

Unos minutos después Adriano se levanta de la cama y le pide a Adriián que lo lleve a su casa, fue tanta la insistencia que se vuelve a vestir y se van del apartamento de su papá.

Amado toca el timbre del apartamento de Alonso. Luego de varios segundos, abre la puerta.

–¿Amado? ¿Qué haces aquí?

–Ábreme tengo que hablar contigo.

–Ahora no puedo, estoy ocupado.

–Se trata de tu hijo coño, ábreme la puerta.

Al entrar al apartamento de la habitación sale Ramón desnudo, al ver a Amado se echa para atrás y busca su bóxer.

–Es un bochinche lo que tienes, no sé que tan ocupado estabas.

–Es mi pareja Amado. Habla rápido, ¿qué le pasó a Adriano? Si es otra estupidez con el noviecito psicópata te puedes ir por donde viniste.

–Adriano intentó suicidarse en el metro, yo estaba con mi hijo ahí pues veníamos de unas diligencias en el centro.

–¿Qué? ¿Por qué? ¿Por el asesino ese?

–Parece que Adriano lo mató, no sé muy bien cómo es el cuento, pero lo llamaron de la policía y él les dijo eso.

Alonso se fue rápido a su cuarto y se vistió, le pidió a Ramón que se quedara ahí y lo esperara.

Salieron a toda prisa y se fueron en el carro de Amado. Cuando ya iban por la avenida principal Adrián llamó a su padre para decirle que estaban en el apartamento del muchacho.

Adrián le dio una pastilla para dormir que tenía Adriano en la mesita de noche, se sentó a su lado acariciándole el cabello y la cara. El muchacho aún no se dormía pero estaba tranquilo.

Adrián no hacía otra cosa que mirarlo, contemplarlo. No entendía que le pasaba. Tuvo un impulso y lo besó en la mejilla, Adriano buscó su boca y lo besó, se besaron. Adrián se apartó y se levantó de la cama. Adriano quedó rendido.

Bajó para buscar una farmacia y un abasto para comprar algo que comer, al regresar se consigue a su padre con Alonso.

–¿¿¿Dónde está mi hijo??? ¿¿¿cómo lo dejas solo???

–Bajé a comprar unas cosas, le di una pastilla para dormir se quedó dormido Alonso, tranquilo, subamos.

Al entrar al apartamento Alonso va directo al cuarto de su hijo y ve que no está ahí.

–¿DÓNDE ESTA MI HIJO ADRIAN, DÓNDE COÑO ESTA?

–Estaba durmiendo ahí en su cama, aquí lo deje. ¿Hay otro cuarto?

–Él que era de su madre. –Fueron para allá y Alonso le da vuelta al pomo pero estaba cerrado, le da varias patadas a la puerta hasta que la abre.

Su hijo estaba tendido en la cama con las sábanas blancas teñidas de rojo. Estaba en la misma posición como encontraron a su madre el día que la mató Américo.

El muchacho se cortó las venas con una hojilla.

La reacción de Alonso fue agarrar a golpes a Adrian por dejar solo a su hijo, hasta que Amado lo separó y lo hizo entrar en razón. Se lanzó en la cama y abrazó el cuerpo inerte de su hijo y no paró de llorar hasta pasados unos minutos que Amado lo sacó de la habitación.

Llamaron a la policía. Alonso le pidió disculpas a Adrián.

–Tranquilo, te entiendo era tu hijo, yo hubiese reaccionado igual. Los hijos son lo más grande que uno tiene en la vida.

–Te recuerdo que tú no te hablas con tu hijo, lo botaste de tu casa por ser gay igual que yo. Deberías llamarlo y pedirle perdón antes que sea demasiado tarde –Le dijo Amado a su hijo.

Cuatro horas después el cuerpo de Adriano estaba en la morgue y Alonso preparando todo para el velorio y entierro, lo acompañaba Ramón y su ex Amado.



Adrian se había ido a su casa pero en el trayecto llamó a Amadeo.

–<<Hola hijo, necesito hablar contigo>>

–<<Cuando quieras papá>>

–<<Te amo hijo>>

jueves, 25 de junio de 2020

SE ME ANTOJA QUERERTE. Capítulos Finales

Débora y Rendel.

Solo en el apartamento, su mamá estaba de viaje, lo acompañaba una botella de anís, tres rayas de cocaína puestas en una lámina y su pistola. La sala oscura, sólo iluminada por una lámpara en una esquina. Eran las dos de la mañana.

Bebió un buen trago de la botella y se aspiró la cocaína de la mesa, guardaría el resto para más tarde. Esperaba la llamada de uno de sus amigos. Hoy era la noche de su venganza.

Sonó su celular.

–<<Listo bro, ya estamos abajo>>

Cogió dos juegos de llaves. Llegó a planta baja y se encontró con sus dos amigos.

Rendel estaba eufórico.

–Entramos a la casa te vas a un cuarto y tu al otro les ponen las capuchas, las amarran y nos llevamos todo lo que podamos, registramos todo. Ah y le tapan la boca antes con esto.

–¿Y tú que vas a hacer?

–Vigilo y los apoyo cualquier vaina y también me llevo vainas.

Entraron al apartamento con la llaves que Rendel le quitó a su mamá, cerraron despacio y sin hacer ruido cada uno fue a una habitación.

Primero les taparon la boca para que no gritaran y les pusieron la capucha. Débora forcejeaba pero el hombre le dio un golpe que la tumbó y aprovechó para amarrarla. Con Desiré fue más fácil. Terminaron de amarrarlas y las dejaron en el cuarto mientras los tres desordenaban la casa buscando cosas de valor.

–Mira esto, dólares je, je, je 2.000 verdes. Esta tipita está forrada.

–Guarda eso y sigue buscando.

Se llevaron cadenas y zarcillos de oro, una laptop, ropa, electrodomésticos, y dos televisores.

En dos viajes se llevaron todo sin que nadie los viera.

Agarraron a las mujeres y se las llevaron caminando sin zapatos. Los tres estaban encapuchados también.

Las montaron en la camioneta y arrancaron.

–Quítales la capucha pero ustedes no se quiten el pasamontañas –les dijo Rendel que manejaba la camioneta.

–Hola Arquímedes sorpresa, hola Desiré. –Débora se tensó y comenzó a gritar pero tenía la boca con un teipe plomo, Desiré no paraba de llorar. –Vamos a dar un paseo y a disfrutar los tres de esos cuerpitos. Quítale el teipe a Arquímedes que creo que me quiere decir algo.

El hombre que tenía al lado le arrancó la cinta de un trirón.

–ERES UN DESGRACIADO, MALDITO, CONFIÉ EN TI, PENSÉ QUE HABÍAS

CAMBIADO Y AHORA NOS QUIERES MATAR, COBARDE.

–Tranquilo mi rey, que todo esto es culpa de mi primito que me cayó a golpes cuando supo que te di la cola, bueno le dije también que estábamos saliendo –Sacó una bolsita y aspiró

un poco de cocaína.

–¿Y POR ESO VAS A MATARNOS?

–Deja la angustia, que todavía eso no va a ocurrir, no te pongas ansiosa.

–SUELTA A MI MAMÁ Y ME LLEVAS A MI, DÉJALA AQUÍ SI QUIERES PERO NO LE HAGAS NADA.

–No, no, no, ustedes vienen en combo, madre e hijo. Un hijo que juega a ser mujer y se atrevió a cortarse la verga para ponerse una cuquita. Malo, malo, malo Arquímedes.

–LIBERA A MI MAMÁ RENDEL, HAZ LO QUE QUIERAS CONMIGO PERO A MI

MAMÁ NO LA TOQUES.

–Precisamente por eso te traje para hacer lo que me de la gana con ustedes dos.

Salieron de la autopista en el primer desvío y llegaron a un terreno abandonado. Frenó el carro.

–Sáquenlas del carro y las desnudan. Le tapan la boca a este.

Con unas navajas les cortaron la bata y el piyama que traían cada una y quedaron desnudas y atadas.

–Tírenlas al piso. –Rendel se bajó el pantalón y se fue primero donde estaba Desiré. –¿Te gusta? Disfrútalo que ahora voy con tu hijo. VOLTEA ARQUIMEDES Y VE COMO GOZA TU MAMI CONMIGO –Uno de los amigos le volteó la cara a Débora pero ella cerró los ojos.

–Sigue tú que ahora voy con él –Se montó sobre Débora y la penetró con fuerza, ella estaba tensa y su piel enrrojecida, las lágrimas corrían solas. Rendel se le acercó a la cara y pasó su lengua por la mejilla. –No raspa, no se siente como me gusta, todo por quereer ser mujer –Le arrancó el teipe.

–Suelta a mi mamá, te lo pido por favor.

–Sigue tú que me cansé –Aspiró un poco más del polvo blanco y tomó anís, al terminar la botella la lanzó. Se sentó en el piso mientras veía a sus amigos sodomizando a las dos mujeres.

Le volvieron a tapar la boca a Débora.

Rendel se levantó y fue a la camioneta, abrió la puerta de la maleta, sacó una pimpina y la llevó hasta donde estaban las mujeres. Débora al verla comenzó a gritar y moverse con fuerza para soltarse. Rendel le dio una patada en las costillas.

–Quédate quieto. ¿Tú quieres que soltemos a tu mamá? –Débora decía si a través del teipe

–No te escucho bien, te voy a quitar el teipe y quiero que me lo pidas por favor. –Le arrancó el teipe.

Débora estaba agitada, con la respiración entrecortada. –Por favor, por favor suelta a mi mamá, te lo pido.

–Suéltenla.

–¿En serio?

–¡Si coño, suéltala!

Soltaron a Desiré. -Corre suegra, anda, corre.

–Corre mamá, vete, no te preocupes por mi, vete, corre.

Desiré comenzó a correr y se escuchó un disparo.

–¡NOOOOOOOOOOO!

Un disparo en la cabeza y el cuerpo quedó tendido en la tierra. –Trae el cuerpo.

Rendel levantó la pimpina y le quitó la tapa. Comenzó a rociarlas con gasolina.

–Vamos a hacer una parrilla Arquímedes, de pura carne.

Encendió un fósforo y lo lanzó. El fuego las envolvió. Se escuchaban los gritos pero el ruido de las llamas ahogaban cualquier sonido.

Sacó su celular y tomó una foto. Se la envió a su primo Alejo. <<Mira la foto, hice una fogata con tu mujercita y tu suegra primito>>.

De repente apareció un vigilante de una garita cercana, que cuidaba un local vacío.

–¿Qué hacen aquí?

Rendel sacó el arma y le dio un tiro en la frente. Esperaron a que se consumieran los cuerpos.

–Vámonos que todavía tenemos que despachar al niñito este, Asdrúbal. –Lo que le quedaba en la bolsa terminó de aspirarlo. Se montaron en la camioneta y se fueron.

Cuando ya estaban a punto de incorporarse a la autopista Rendel se le nubló la visión pero siguió conduciendo.

–No le des ahora que viene una gandola. –Le dijo el amigo.

–Me da chance, está lejos. –Aceleró y entró a la autopista pero la gandola ya estaba cerca y chocó con la camioneta arrastrándola varios metros hasta que chocó con la defensa del viaducto y se volcó, cayendo 30 metros de caída libre.

La camioneta quedó con las ruedas hacia arriba aplastando a los tres que estaban dentro.

El chofer de la gandola se detuvo y se puso a ver hacia abajo.

–¡Está vivo, hay una persona viva! Vamos a bajar.

Los tres ocupantes de la gandola bajaron por un costado del terreno hasta llegar a la carretera donde cayó la camioneta.

Rendel movía su brazo pero estaba atorado en el amasijo de hierro, los hombres intentaron sacarlo.

–¡Déjalo mi pana, déjalo ahí!

–¡Guevón está vivo! ¿cómo lo vamos a dejar así?

–Tiene las piernas amputadas, mira –El hombre metió la cara por la ventana y al verlo cerró los ojos.

Rendel tomó su pistola y se la colocó en la cabeza.

–NO, NO, NO.

Un disparo terminó con su vida.