viernes, 25 de diciembre de 2020

CAPITULO FINAL. Fiebre.

 


El escolta entró al baño, no había nadie y se puso en un urinario. Yander lo vio por el filo de la puerta y dio tres golpes, el escolta volteó y se fue al cubículo. El chico le abrió.

-Bájate el pantalón pa metértelo. -Yander se bajó el pantalón y el interior, el hombre le vio el enorme pene y abrió los ojos.
-No papi, voltéese que yo me lo voy a coger.
-Ya va, echa saliva, esa vaina es... -Yander le escupió el culo y el escolta escupió en su mano y la pasó por el culo. De pie, bajó la espalda hacia delante y Yander se puso un condón, dejó caer saliva y fue introduciendo el pene. El hombre se abría las nalgas mientras sentía como el enorme pene del chico entraba.
-Despacito coño.
-Cállate, tiene que ser rápido puede llegar gente. -Empujó con fuerza y el hombre golpeó su cabeza contra la plancha de acero.
-AAAAAAUUU COÑOO, que dolor, ay, despacio.
-Ya marico, ya entró. -Yander comenzó a moverse rápido mientras el escolta se quejaba del dolor y golpeaba la división.
Tomás entró al baño con cuidado y pasó el pestillo, se colocó frente al cubículo para escuchar.
Yander seguía moviéndose rápido para acabar. Tomás afuera se masturbaba. El escolta le hizo señas al chico para que viera que había alguien ahí. Yander vio los zapatos y supo que era Tomás y le hizo señas al escolta que no importaba.
El escolta le ponía la mano a Yander en el muslo para que le diera más despacio pero este no le hacía caso, de repente escuchan un gemido y el escolta ve caer semen al suelo, era Tomás.
Yander, se movió más rápido. -Ya me vengo, ya me vengo AAAAAHHH, AAAAH. -apretó las caderas de el escolta mientras se descargaba en el condón. Retiró el pene aún erecto y se quitó el condón botándolo en la poceta.

Salieron del cubículo.
-Eres un pervertido papi, escuchando como me cogía a mi amigo. El escolta vio a Tomás con vergüenza, se fue a lavar las manos y salió.
-Así te voy a coger, escucharte gritar cuando tengas mi vergota dentro de tu culo.
-Ni de vaina me meto eso.
-Te voy a coger, ya lo verás.

Luego de la reunión con el abogado donde estaba ambas Carlotas, Román y Pablo.
Román no podía creer todo lo que había recibido de Gerardo. Carlota también recibió una gran cantidad de dinero y de propiedades que no podía manejar ni disponer de ellas hasta cumplir los 18 años. Su madre sería la apoderada de los bienes hasta la mayoría de edad. Un poco molesta pues sabía que su madre podría hacer cualquier cosa con tal de quedarse con el dinero.

Federico había quedado fuera de la repartición, Gerardo había arreglado todo para desheredarlo y que no recibiera ni un dólar de toda la fortuna.

Dos días después Braulio recibía la noticia de todo lo que le dejaba Manuel. Su hija Berenice no quedaría desamparada, su vida estaba resuelta con el dinero que le dejó, mientras el dinero lo manejaría Tomás que también recibió una buena cuota. Manuel acordó con el abogado legalizar la paternidad de Tomás sobre Berenice, que fuera el padre biológico.

Román se montó en la camioneta, quiso manejar él...iba mirando la calle sin parpadear, no podía creer lo que había recibido de Gerardo.
-¿Te quedaste loco, no? Gerardo estaba enamorado de ti pequeño, te dejó todo eso porque te amaba, no quería dejarte desamparado.
-Yo nunca lo amé.
-Él lo sabía, no le importó.
Hubo un silencio de varios minutos, al llegar a un semáforo en rojo, Román habló.
-Todo ese dinero y propiedades vienen de negocios ilícitos Pablo, quiero que parte de ese dinero vaya directo a una fundación o un hospital o montar un hospital, algo para los niños, colaborar anualmente con una institución, hacer algo.
-Eso es muy bonito de tu parte pero arranca que está en verde.
-Pablo es demasiado dinero, es mucho dinero.
-¿Que tal si llegamos a casa y con calma nos sentamos y organizamos la pea. Contratamos al abogado, a un contador, vemos a algún asesor financiero para que nos diga que hacer con todo esto.

18 meses después...

El Covid-19 seguía por el mundo contagiando pero a menor escala, ya había una vacuna, pero no era preventiva, se colocaba una vez que tuvieras el virus.
Román logró ir a Ginebra y gracias a las personas como él se logró en varios países crear una vacuna a partir del ADN de estas personas inmunes al virus.
Carlota había acordado con su hermano trasladarle todo el dinero de la herencia a él. Ella había conocido a un empresario árabe multimillonario que contrató sus servicios y se enamoró de ella. Carlota dejó todo y se casó con el hombre, se fueron a vivir a Europa, pero antes, con la ayuda de su actual esposo, hizo que la policía desmantelara la red de prostitución que había montado su madre en pocos meses. Había utilizado, como ya se lo había imaginado, parte de la fortuna para ampliar el negocio.
Ahora con su madre tras las rejas, Federico tenía más dinero, más poder y pronto, como un acto de reinvindicación, sacaría a su madre de la cárcel, que ya tenía ocho meses presa.

Román le entregó a Diego el edificio donde vivían y que Gerardo había comprado. Regresaron a vivir ahí luego de remodelar el apartamento y vivían de los alquileres de los 11 apartamentos. Irma seguía trabajando de enfermera y ayudando a Román en algunos asuntos de algunas fundaciones.

Román vendió el yate y unos edificios y locales, ese dinero lo donó a instituciones. Invirtió un dinero en la bolsa, tenía su cuenta en los Estados Unidos que pronto iría para arreglar unos asuntos, que, gracias a los contactos de Gerardo y su abogado pudo sacarse la visa americana y Pablo también. Alquiló unos galpones, una casa y varios apartamentos. El compró una enorme casa, vendió las camionetas y compró unos carros menos llamativos pero del año y los mandó a blindar.

Victor, la persona que antes era Braulio, montó dos tiendas más de la firma, era dueño de un bodegón inmenso que había en la ciudad, un restaurante y varios apartamentos, cuenta en dólares, otra cuenta en moneda nacional con cifras incalculables que tuvo que repartir en otras cuentas y pagar en efectivo para no levantar sospechas. 

Tomás estaba en la cama acostado con su cabeza en el colchón y su cadera levantada y abriendo sus nalgas. Luego de muchos meses evadiendo a Yander para tener sexo con él, acepto pero se estaba arrepintiendo.
-Tranquilo papi solo te voy a dar duro cuando lo tengas metido hasta la pata, ahorita te doy suavecito. -Tomó el pote de lubricante y lo apretó cayendo el gel en el culo de Tomás, estaba frío, Tomás brincó al sentir el lubricante. -Calma ¿Ya te vas a poner nervioso y no he apoyado mi verga todavía?
Yander se agarró el pene y le dio nalgadas con el. Luego usando sus dedos índice y pulgar masjeaba el culo y metía los dedos. Toda esa zona estaba bañada en gel. Se puso el condón, volvió a agarrar su pene y lo llevó al culo, apoyó y fue metiendo el glande. Una fuerte nalgada -Ponte flojo coño! Por eso es que te duele, relaja ese culo. -Siguió penetrando, poco a poco iba entrando, entrando, entrando hasta que su pelvis estaba pegada a las nalgas de Tomás. -Coño tienes ese culo apreta'o y caliente.
-Ay marico me duele.
-Ahora es que va a doler. - Lo agarró del cabello, haló y comenzó a moverse con rapidez, sacaba el pene sin retirarlo por completo y volvía a penetrarlo, Tomás gruñía y gritaba. Victor pasaba por la puerta de la habitación y escuchó los gritos de Tomás. -No joda ¿No te han cogido así? Aguanta como un pasivo mariquito. -Victor se sonreía y siguió su camino bajando las escaleras.

Lo tomó de los hombros y empujó con más fuerza para luego levantarse, estrirar un poco las piernas y ponerse casi encima de Tomás para que su pene entrará casi vertical, algo que Tomás podía sentir con más intensidad cada vez que entraba el pene.
-Para ,para, ya va. -Yander seguía sin prestarle atención hasta que Tomás se movió.
-¡Coñooooo no lo saques vale! -Le cogió los brazos a Tomás haciendo que se acostara, el pene se deslizó por dentro del culo y Tomás gritó con su boca pegada al colchón. Ahora Yander movía su cadera hacia arriba y abajo, le abría las nalgas para que entrara completo, empujó varias veces más y...-AAAAAAAH MARICO, COÑOOO QUE RICO AAH AAH AAH....AAAAAH. Uuuuffff. 

Román estaba en el estudio que había reformado para que fuera una oficina. Impresoras, computadoras, laptop, lámpara de escritorio, papeles, carpetas, celulares, teléfono, unos monitores de las cámaras de seguridad y el televisor.

Revisaba con el contador y el abogado las cuentas de los alquileres y las acciones de la bolsa, también los pagos de los inmuebles que aún tenía. Mierda esta vaina nunca acaba. El lunes no puedo estar con ustedes, tengo que ir a la universidad.
Entró Pablo.
-¿No vas a venir a comer? Te estoy esperando.
-¡Coño Pablo deja la ladilla! Estoy trabajando sacando unas cuentas, si quieres lo haces tú.
-Hey pequeño ¿Tú crees que yo me estoy aireando las bolas? -El contador y el abogado se veían.
-Ya voy a comer Pablo, dame un chance. -Sonó el timbre. Pablo fue a abrir.

-Caramba, hasta que por fin, ya te decidiste. -Amanda llegó con dos maletas y un bolso.
-Gracias señor. -Le pagó al taxista que la ayudó con las maletas, entró le dió un beso en la boca a Pablo.
-Te dije que esperaba que se venciera el contrato del apartamento y que al final me botaron del trabajo.
-Pasa. Bueno como te dije en aqueeella oportunidad vas a recibir un sueldo, atenderás la casa, cuidarás a la niña, serás la ama de llaves, tendrás a dos muchachas de servicio y el jardinero. Ah bueno y el muchacho que se encarga de la piscina y el sauna.
Por las escaleras bajaba Yander en interiores y montado en unos tacones altos, le dio al control y encendió el iPod del equipo. Sonaba el himno del Miss Venezuela y comenzó a desfilar por la sala.
Amanda estaba impactada.
-Eso es lo que te iba a contar ya estando aquí, lo que ves ocurre todos los días, aquí cualquiera puede salir en interiores, somos cinco hombres y tenemos entre nosotros una relación.
-Eso quiere decir que...todos contra todos.
-Se podría decir, aunque Román es mi pareja y Yander, la miss, va a concursar en el certamen gay, también tiene su novio pero no vive aquí, vive con sus dos machos como dice él. Así que aquí te puedes conseguir cualquier cosa, esto es un zoológico. Estás a tiempo de decir no o adaptarte a esta nueva vida.
-Me encanta, ¿yo puedo participar en el sexo? ¿Contigo? ¿Con uno de ellos?
-Yander ¿Quisieras estar con Amanda? -Yander desfilaba y se detuvo, la vio. -Ay mi amor yo con húmedas no quiero nada, asco, eso te lo dejo a ti.
Amanda se rió. -Y las chicas que trabajan aquí ¿Están claras de este ecosistema?
-Si, se les aclaró bien desde el inicio y se les paga muy bien, no iban a negarse.
-Es decir a mi me van a pagar muy bien también.
-Así es. Vas a recibir una generosa paga, ah y un carro, bienvenida. Al fondo a la izquierda está tu habitación, instálate para almorzar.

Luego que se fueron el abogado y el contador ya estaban todos listos para almorzar.
-¿Y Tomás?
-Debe estar en el cuarto, lo dejé adolorido con la cogida que le eché.
-Ya estoy aquí no tienes que dar detalles.
-Ay no, dijeron que la gente que viene a trabajar aquí tiene que asumir que entra en una mansión de mariconeo.
-Ay ¿Leyla me puedes traer dos ibuprofenos? Gracias.
-¿Ven? Todavía le duele el culo. O sea esta noche no podemos repetir.
-Ya Yander, deja la ladilla.

-Bueno, bueno, vamos a darle la Bienvenida a esta mansión de mariconeo como dice nuestra Miss a Amanda. Ven Leyla, llama a Rosa y a Néstor. -Hablaba Pablo. -Ajá tomen sus copas y ¡Salud!.

Tomás como iba a dedicarse a la nueva tienda de Víctor ya no podía dedicarle el 100 por ciento a Berenice que ya tenía año y medio, le dió las indicaciones a Amanda, dónde estaba la ropa de la niña y los juguetes, las medicinas, cremas y pañales.
Amanda cargó a la niña y se rió, ya empezaba a decir palabras completas. Tomás las dejó solas jugando y salió de la habitación.
-Ajá, aquí estás, quiero cogerte.
-Coño Yander, hay vida más allá del sexo, déjame vivir, siempre quieres que te lo mame.
-Pero ahora que me diste culo, lo quiero siempre.
-Allá abajo tienes dos culos más.
-El de Víctor ya lo conozco y Román no quiere nada conmigo y el buenote de Pablo tampoco.

Pablo estaba desnudo en la cama y Román salía de la ducha y se acostó al lado de Pablo que leía una revista.
-Disculpa por como te he tratado esta semana, pero sabes cómo es todo este peo a fin de mes...no sé si Gerardo me solucionó la vida o me la jodió.
-Tranquilo pequeño, pero antes de gritarme piensa que todos los que estamos aquí, estamos para ayudarte, cada uno desde su trinchera y yo más que te amo con locura.
-Y yo a ti mi amor. -Le dio un beso.
-¿Por qué no me lo mamas y lo pones bien duro?

Román se puso frente a él acostado tomando el pene con su mano y comenzó a lamerlo, Pablo lle acariciaba la cara y el cabello mientras veía a su chico mamar. Se sonreía.
Román se lo introducía todo en la boca, Pablo echaba su cabeza hacia atrás cuando el chico succionaba su pene, dejó caer gran cantidad de saliva y lo restregó de arriba a abajo, lamió los testículos y luego se acercó a la cara de Pablo. Lo besó.
-¿Me quieres coger?
-Creo que quieres cabalgar, yo me voy a quedar tranquilito mientras te comes mi verga ¿Si?
Román se sonrió mordiendo su labio inferior mientras estaba de cuclillas sobre el pene para comenzar a introducirlo. Se sentó.
-Uuuf estás caliente, sigue. -El chico siguió metiéndole hasta sentirlo todo. Dobló sus piernas sentándose sobre ellas y se inclinó hacia delante para besar a Pablo y mover sus caderas.
Despacio se movía sobre Pablo mientras se besaban, con su culo apretaba el pene de su novio algo que lo excitaba, soltaba y volviá a apretar.
-Me vas a hacer acabar.
-¿No quieres acabar?
-No. -Román siguió moviéndose apretando y soltando el pene. Pablo no pudo aguantar, sacó su pene y eyaculó en la baja espalda y nalgas de Román.
-Coño...eres malo pequeño, me tenías a punto.
-¿Y más tarde no vamos a repetir?
-Jajajajaja estás como Yander, quesúo todo el día.
Se besaron y se quedaron acostados boca arriba mirando al techo. Hubo un largo silencio hasta que Román habló.
-¿Hicimos bien traerlos a vivir con nosotros?
-Ya tenemos casi un año viviendo juntos. No ha sido malo, han habido sus momentos pero es normal, somos cinco hombres. Además Tomás y Victor, como te explico, estábamos en deuda con ellos, después de lo que pasaron hace casi dos años.
-Si, ha sido un gran año, logré de alguna manera lavar el dinero de Gerardo y utilizarlo de buena manera.
Pablo cogió su celular que había sonado, recibió un mensaje.
-No todo puede ser bueno. Salió de la cárcel Carlota. ¿Y sabes quién la sacó?
-Si...su amoroso hijo. 
-Mientras Federico esté vivo no vamos a estar tranquilos. Y sabes que podemos hacer algo con eso y nadie va a reclamar su muerte.
-No Pablo, no quiero manchar todo lo bueno que hemos hecho en todos estos meses.
-Pero pequeño, Federico es el amo de Caracas, sabe todo lo que pasa en esta ciudad. Hay que hacer algo. Román se levantó de la cama molesto y salió al enorme balcón,  ya era de noche. Se apoyó en la baranda de columnas de cemento, Pablo llegó por detrás.
-No te pongas así. -Lo abrazó. -Simplemente hay que estar alerta, solo eso, vamos a la cama, mira como me pusiste.

Amaneció y la luz entraba desde el balcón. Román se metió debajo de las sábanas y buscó el pene de Pablo para despertarlo con una mamada mañanera.
Pablo abrió los ojos. -Buenos días pequeño, ¿Que haces? Te me adelantaste porque yo iba a despertarte con una sorpresa. Pero bueno igual te la voy a dar.
-Estiró el brazo hasta la gaveta y con algo de dificultad para que Román no dejará de hacer lo que hacía, sacó una bola.
-Sorpresa.
Román se detuvo y se sacó el pene poniéndoselo en su mejilla. -¿Y esto?
-Abre.
Movió la bola para que se abriera por la mitad y se separaron las mitades. Román se levantó aún con la sábana tapándolo, se la quitó y comenzó a subirle la temperatura, Pablo lo notó en su pierna. El chico se puso a llorar.
-¿Que dices? ¿Te quieres casar con este señor?
-SIIIIII, SIIIIII, COÑO SI. 
Pablo se levantó, se pusieron de pie en la cama y se besaron apasionadamente.
-Nos vamos el mes que viene a casarnos en Argentina. Ya tengo boletos, hotel y un mes de luna de miel. Y ahora te dejo porque me estoy cagando. -Pablo saltó de la cama y fue al baño.
El celular de Román comenzó a sonar. Atendió.
-Aló.
-Querido amigo, cuánto tiempo sin hablar contigo ¿Dos años?
-¿Quién es?
-Chico, nos pajeábamos juntos en el colegio, te empataste con mi papá, te secuestré y te cogí a la fuerza, maté a tu marido ¿y no te cuerdas de mi?
-¿Que quieres Federico? ¿Por qué llamas hoy, justo hoy?
-Porque hoy hay dos buenas noticias, mi mamá salió de la cárcel y me enteré que te vas a casar. -Román volteó hacia al baño y volvió a voltear.
-¿Cómo sabes eso?
-Lo se todo Román, lo sé todo, no estás blindado amigo, todo se filtra, ahora quiero que salgas a tu balcón, ese enorme balcón al que siempre sales desnudo a mirar la montaña, sal por favor. -Román salió con una toalla.
-¿Ahora qué?
-Si miras a tu izquierda vas a ver un barrio, feo ¿verdad? en contraste con tu casa y tus vecinos, ese barrio lo controlo yo. Doy una orden y tienes a todos los malandros de ahí en tu casa para saquearla. Soy el dueño de esta ciudad, de tu vida y de todo lo que ocurre a tu alrededor, voy a quitarte todo lo que me negó mi papá, todo.
-Vete a la mierda Federico, no te tengo miedo.
-Deberías amigo. Y quítate la toalla, muestra tu desnudez.

-Colgó la llamada.








jueves, 24 de diciembre de 2020

Fiebre. PENULTIMO CAPITULO

 Carlota, su hija, amigos de la familia y allegados, desafiando el confinamiento y el distanciamiento social se acercaron al funeral de Gerardo Hernández el exitoso abogado del país. Para la opinión pública Gerardo había muerto a consecuencia del cáncer de páncreas que padecía, fue la clínica junto a Carlota que decidieron que en la utopsia colocaran eso. De manera discreta investigaban el asesinato en el que estaba involucrado su hijo Federico.


Román, su padre Diego, Irma y Pablo también habían ido. Unos pocos sabian que Román era la pareja sentimental de Gerardo. Dos salones más allá estaba la urna de Manuel y ahí estaban Braulio, Yander y Tomás. También habían unos escoltas que cuidaban al embajador, el padre de Manuel que vino tras conocer el fallecimiento.

Braulio vio al embajador y se acercó.
-¿Él quién es? -Preguntó Tomás.
-Mi amor es el papá de Manuel, fue ministro y ahora es embajador. -Le dijo Yander.
-No me digas mi amor.
-Dame culito y me dirás mi amor tú.
-Ja ja ja si pues, eres tan pasiva que das asco.

-Hola papá. -Se acercaron dos escoltas pero el embajador Rendón los detuvo. Arrugó la cara sin entender.
-Soy Braulio, el hijo de Rosaura, la conociste...
-Ya, ya, ya, se quién es. No sé qué pretendes pero ni dinero ni cariño vas a recibir de mi parte. Mi único hijo está ahí muerto y haciendo caso omiso a lo que le dije alguna vez, te ayudó y después de muerto te sigue ayudando.
-No entiendo.
-No tienes que entender nada, ahora por favor déjame solo.
-Tienes una nieta. -Le mostró una foto en el celular. Estaba Manuel y la niña. -Se llama Berenice.
Se quedó viendo la foto y se la pidió. Luego le dijo que quería conocerla y le dio la dirección.
-Mañana la visitaré para luego regresar.
-Gracias papá. -El embajador le puso la mano frente a su cara.
-No vuelvas a repetir esa palabra. Mi único hijo murió, no tengo más hijos.

Carlota caminaba sola viendo a la gente que había venido, en eso vio al abogado con el que estubo ayer, estaba con su esposa.
-Buenas tardes doctor, gracias por venir. -El hombre la ve y se pone pálido, la esposa nota a su esposo incómodo.
-Soy la hija de Gerardo, ayer me ví con su esposo, es decir, nos encontramos en la calle y hoy nos vemos aquí lamentablemente.
-Mi sentido pésame Carlota.  -Le dice la esposa mientras la abraza, Carlota le guiña el ojo al hombre y le dice sin emitir sonido "llámame".

Román hablaba con un amigo de Gerardo que le preguntaba impertinencias pero Pablo logró alejarlo.
-Gracias.
-De nada pequeño, pero ahí viene otro.
-Ay que ladilla, vámonos.
-No, este es el abogado de Gerardo y te tiene noticias.
-¿Ah?.

Tomás fue el baño, los urinarios estaban ocupados, uno de ellos por Yander. De repente comienza a irse la gente del baño Tomás se pone al lado de Yander.
-Viniste, mira.-Tomas baja la mirada y ve el enorme pene del muchacho, abre los ojos.
-Soy tan pasiva, que la tengo dura y grande para metértela.
-Marico ¿Dónde guardas eso? Ni de vaina me meto eso.
-No digas que no papi, yo te lo meto despacito, entra a una de las pocetas.
-¿Qué te pasa? No me vas a coger aquí y menos en una funeraria.
-¿Por qué papi? La tengo dura aprovecha.
-No vale. -Yander le dio un beso y Tomás lo empujó y luego le dió un golpe.
-¡Deja la vaina! -Salió del baño.
Saliendo se tropezó con Braulio.
-¿Qué te pasa?
-Nada...marico ¿Tu le has visto el güevo a Yander?
-Ya te lo mostró. Enorme verdad.
-Me quería coger allá adentro.
-No te vas a arrepentir.
-¿Te lo tiraste?
-Dos veces.
-Hola mis amores. -Yander salía del baño. -Me dejaste con la verga dura. -Le dijo al oído.

-Román la semana que viene quiero reunirme contigo y con Carlota para discutir sobre la herencia de Gerardo, él dejó todo listo para cuando llegara este momento.
-¿Herencia? ¿Me dejó algo?
-Te dejó mucho Román, mucho, más de lo que puedas imaginar.
Román vio a Pablo y este movió la cabeza afirmando lo que decía el abogado.
-Carlota está aquí también.
-Ahora hablaré con ella.
Braulio se acercaba a Román. Se abrazaron -Creo que es el momento de darnos el pésame mutuamente. -Dijo Braulio. -La gente los miraba impresionados por el abrazo no acatando el distanciamiento.
-¿Tengo que sacar mi certificado o nos separamos? -Braulio se separó.
-¿Cómo estás?
-Bien, impactado, el abogado de Gerardo me acaba de decir que me dejó un dineral.
-A mi me acaba de llamar el abogado de Manuel, quiere hablar conmigo mañana, debe ser para lo mismo. -Pablo se acercó a Román y le pasó el brazo por los hombros.
-Mucho gusto Pablo, el novio de Román. -Se saludaron con el codo, Román miró a Pablo arrugando la frente. Braulio se despidió del chico prometiendo verse pronto.

-Tu novio.
-Mi novio ¿Si? Ya no se hable más. -Pablo se fue al baño.

Carlota tenía en su celular una aplicación que organizaba los encuentros de sus chicas y los clientes, apenas estaba entrando y veía como funcionaba. Amigos y conocidos se acercaba a ella para darle las condolencias pero ella apenas si les agradecía, estaba cuadrando a sus chicas con los clientes. Logró concretar a una chica para que se viera con un cliente. Ese cliente estaba en el cementerio.

Yander se encaprichó con Tomás y no paraba de seguirlo. Tomás logró evadirlo hablando con un conocido y Yander se apartó de la multitud.
Bajó las escaleras que llevaban al pequeño estacionamiento de la entrada y vio llegar una camioneta negra que ya había visto. Al ver bajar a una mujer la reconoció, su corazón comenzó a latir más rápido al ver al escolta que le había entregado su tarjeta.
-Hola Mercy.
-Ricky, cariño, que sorpresa. ¿Que haces aquí?
-En el funeral de Manuel Rendón.
-Que broma, voy a ver al padre. Te dejo.
-Mercy, Mercy, ¿puedo hablar un momento con uno de tus escoltas?
-Depende de quién sea, ellos se vienen conmigo al salón.
-No, es el de la camioneta.
-No lo distraigas mucho, te veo en la tienda la semana que viene.

-Hola. ¿Te acuerdas de mí?
-Hola, si.
-Te espero en el baño, no tardes.
-No puedo alejarme.
-Tienes que orinar ¿No? Va a ser un rapidito, te lo prometo.
Yander se fue al baño. Vio a Tomás y le guiñó el ojo, entró al baño.





miércoles, 23 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 8

 La salud de Manuel había empeorado. Días atrás mientras conversaba por teléfono con Tomás dándole unas instrucciones no pudo seguir hablando pues comenzó a ahogarse y a partir de ese momento debió ser entubado para poder estabilizarlo. Todo el mundo perdió contacto con él.


Carlota estaba en su apartamento. Sentada en en el escritorio. Había improvisado en su casa una oficina para atender sus asuntos de trabajo; asesorías de arquitectura, venta y alquiler de inmuebles y locales y ahora sumaba a su currículum, la prostitución de adolescentes.
Tenía una lista de las niñas que tenía a su disposición y otra de los clientes fijos, los que siempre solicitaban el servicio. Estaba organizando a las niñas por edad y físico según los perfiles que le gustaban a los clientes para hacer una banco de datos más específico y tener más rápidamente los gustos de cada cliente. Otra lista de posibles nuevos clientes, personas que ella conocía junto a su exesposo que podría gustarle este tipo de servicios. A la mayoría de esa lista ya se había puesto en contacto. Para su sorpresa algunos solicitaron chicos entre 14 y 17 años. Carlota les dijo que podría conseguirle a los muchachos y le pasaría el catálogo digital. Habló con su hija y está a su vez, sin especificar para quien era, habló con su hermano para que le consiguiera a los niños. Carlota tampoco le dijo a su madre que Federico era el intermediario.

A los días Carlota hija recibió a los niños en su apartamento, los llevaron dos hombres pertenecientes a la banda de Federico. Con la ayuda de un amigo fotógrafo se les hizo una sesión a cada uno de cinco fotos: cuerpo entero vestido, desnudo y dos fotos más que incluía su trasero y genitales. La última era con el pene erecto y en close up.

Carlota sin conocer a los niños recibió las fotografías junto con su ficha que incluía nombre, edad, color de ojos, cabello y examen actualizado de sangre y prueba del covid-19. A cada niño se le entregó una cantidad de dinero por participar en el caso que nunca llegarán a solicitarlos ya tendrían un pago por las molestias.

Carlota recibió un correo de una conocida.
-Querida ¿y esos niños no querrán estar con una mujer? Una criaturita de 17 años-
Carlota se rio y vio en ese correo un potencial más para el negocio: las clientas.

Carlota hija decidió no involucrarse con su madre, cosa que ella agradeció. Tenía su clientela y podía perfectamente trabajar por su cuenta.
Uno de sus clientes nuevo era recomendado de otro. Carlota llegaba al hotel y esperó al hombre en el lobby, por su ropa y peinado Carlota pasaba por una chica de 14 años aunque ya cumpliría los 17. El cliente le gustaban jovencitas. La chica sabía de quién se trataba.
El hombre bajó al lobby y la ubicó, se acercó a ella y al verla se sorprendió, sabía que la había visto pero no sabía de dónde.
-A lo mejor ya hemos repetido antes.
-No creo ¿Me dijiste que tienes 14 añitos?
-Si, recién cumplidos.
-No, estoy confundido. Subamos.

El hombre había quedado sorprendido de todo lo que había hecho la niña de apenas 14 años. El quedó agotado, apenas podía hablar. De lo bien que lo pasó le dió una buena propina adicional al servicio.
Carlota se vestía mientras el hombre seguía desnudo en la cama.
-Eres hermosa, delicadito, tienes la piel suavecita y blanca...y esa cuquita rosadita casi virgen.
-¿Sabes por qué te recuerdo a alguien? Porque eres uno de los socios de mi padre en el bufete. -El hombre quedó paralizado. -Si, soy la hija de Gerardo Hernández, te acabas de coger a la hija de tu amigo.
Carlota salía de la habitación y el hombre quedó con la boca abierta, se levantó de la cama y estaba mareado. Apenas ayer había visitado a Gerardo a la clínica.

-Hola, soy yo de nuevo Román, vine a ver al señor Gerardo. No traje el certificado pero...
-Tranquilo, sube que aviso, te puedes quitar el tapabocas.
-No. No hay problema. -El chico subió por el ascensor con cuatro personas más por lo del distanciamiento. En condiciones normales subirían 15 personas por carga. De repente se va la luz.
-AY DIOS MIO. -Todo quedó a oscuras. 
-Tranquila señora ahora se activa la planta. -Dijo el chico y a los segundos se encendió todo y el ascensor continuó su marcha.

Llegó al piso y los escoltas lo vieron y lo dejaron pasar. Entró a la habitación y con cuidado cerró la puerta con el pestillo, se quitó el tapabocas.

-Hola papá. -Gerardo abrió los ojos y se sorprendió al ver a Federico.
-¿Cómo entraste?
-Ay papá, esto no es el pentágono.
-Vete de aquí o llamo...
Federico hizo un gesto para que hiciera silencio y sacó el arma.
-Ah vas a dispararme, que buen plan, para que se enteren y te atrapen.
-No me creas tan tonto papi.
Gerardo se rió y se acomodó con dificultad en la cama, Federico lo ayudó, incluso le levantó el respaldar con el botón eléctrico. De nuevo se fue la luz.
Federico abrió las persianas.

En la zona restringida para los contagiados de Covid se movieron ante el apagón aunque esperaban que se activara la planta. Una enfermera entró a ver a Manuel que se le dificultaba respirar apenas a escala segundos del corte. Regresó la luz sin necesidad de la planta.

-Ya que Román no quiso hacerlo, te lo propongo a ti.
-Román, Román, el querido Román, sabes que me lo cogí, a la fuerza pero me lo cogí. El chamo del cual estaba enamorado, que lo apartaste de mi y encima le diste mi carro. ¿Que le propusiste a ese estúpido?
-Abre la gaveta, esa. Lo único que tienes que hacer es colocarlo en el suero y verás como poco a poco me iré, aceleras el flujo y listo.
Federico abrió la gaveta y sacó la jeringa. Empujó por la punta hasta botar todo el líquido y tiró la jeringa al suelo.
-Es demasiado romántico morir así papá, yo necesito verte sufrir. -Sacó de su bolsillo un cable de teléfono y lo estiró con sus manos. Se volvió a ir la luz.
-¿Que vas a hacer? -De un brincó Federico se puso detras de su padre y le puso el cable en el cuello apretando con fuerza. La luz no regresaba.

En la sala restringida el movimiento de enfermeras y médicos no se detenía y menos con el apagón que ahora tardaba en llegar y la planta no encendía. Todos corrían de un lado a otro, intentando arrancar los aparatos manualmente. Al cubículo de Manuel no llegaba nadie. Manuel se ahogaba intenta gritar pero entubado no podía hacer nada.

Federico apretaba con fuerza viendo a su padre intentando zafarse mientras su cara se enrrojecía.
-Así es quería verte sufriendo maldito viejo. Muérete y todo tu dinero va a pasar a mis manos. -Apretó con fuerza y vio a su padre perder movimiento hasta verlo inmóvil.

Manuel no aguantaba, se ahogaba, las lágrimas le corrían, intentó como última opción, levantarse y cayó al suelo. La puerta de su cubículo por una extraña razón estaba cerrada. Un par de médicos empujaron hasta romperla pero ya era tarde. Manuel, tumbado en el suelo, estaba muerto. Volvió la luz

Federico acomodó a su padre en la cama, lo tapó,  y guardó el cable.Salió de la habitación sin el tapabocas.
-Hola muchachos, Gerardo se quedó dormido. Yo me voy. - De nuevo se fue la luz y Federico aprovechó y disparó el arma para distraer y corrió hacia las escaleras de emergencia. Un escolta entró a la habitación y el otro intentó seguir a Federico pero la gente que estaba en el pasillo lo interrumpió y con la poca luz dejó escapar al chico que logro irse por la parte de atrás de la clínica que se conocía muy bien.

La clínica se llenó de policías pero Federico ya estaba muy lejos de ahí, a salvó en su territorio dónde nadie lo podría encontrar.

Con la excitación que le daba la cocaína Federico le contó a Willy.
-Marico están muertos, mis dos enemigos están muertos y ahora seremos más ricos, voy a heredar una inmensa fortuna incalculable de ese maldito viejo.
-Tienes que compartir esa fortuna con tu hermana.
-Willy...maté a mi papá, eso es un paseo, lo puedo hacer hoy mismo también, pero no, de momento no.

Federico se reía y brincaba emocionado. Sacó el arma y comenzó a disparar al aire y Willy lo detuvo sosteniendo el arma.
-Ya, ya, deja la emoción. -Por un momento Willy sintió miedo de tener a Federico cerca, pero luego una profunda lástima, que teniendo familia la haya separado y destruído mientras que él nunca tuvo una.




martes, 22 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 7

 -Bueno chicos, los reuní para felicitarlos por las ventas en apenas tres semanas de la apertura, ha sido un éxito. -Victor les decía a sus dos empleados.

-Gracias. -Dijeron ambos a la vez. -Yo estoy contento y aparte comprometido con esta firma. -Dijo Yander, la chica bajó la mirada.
-Que ridículo, jalabola la loca esta, no lo soporto. Yo también estoy contenta, no llego a los niveles de Yander pero estoy satisfecha.
-Yo también estoy satisfecho y contento con ambos.
Victor sacó un par de sobres de la gaveta y subió al escritorio dos paquetes, uno más grande que el otro. -Aquí está su comisión, en efectivo. 
Les entregó un sobre a cada uno que inmediatamente abrieron sorprendiéndose al ver que eran dólares. Yander recibió un poco más que la chica. Les entregó los paquetes, el de Yander era más grande, contenía mercancía de la tienda.
-Disfruten su recompensa y ahora a trabajar.
-Jefe queriá comentarle sobre un asunto...a solas. -El chico miró a su compañera
-Me voy a la tienda, Victor me voy una hora antes por lo de mi consulta.
-Tranquila, gracias.

La chica salió de la oficina y Yander le pasó el pestillo a la puerta.
-Dime, ¿Qué pasa? -Yander se frotó el pene sobre el pantalón.
-Te quiero coger.

Román retrocedió y lanzó la jeringa en la gaveta. -¡No voy a hacer esto, que lo haga otro!
-Vamos nené, no me dejes sufriendo, mírame cómo estoy.
-¿Por qué yo? Voy a vivir con esa culpa toda mi vida.
-Déjalo así nené, yo me encargaré como siempre.
-¿Por qué quieres morir? Ten fe de que el tratamiento va a funcionar y saldrás de esto.
-Vete...vete a vivir tu nueva vida, a disfrutar del dinero que gané, a gastarlo con Pablo.
-¿Por qué eres así? Fuiste tú el que me empujó a qué estara con Pablo.
-Y tú eres el que no me ama.
-LO SABES DESDE EL INICIO GERARDO, Y NO ME DEJASTE IR CHANTAJEÁNDOME.
-No grites por favor.  Yo en este momento quiero estar en una cama contigo, verte disfrutar  y estoy postrado en esta cama y aquí no puedo cogerte.
Román se acercó a Gerardo y lo besó en la boca. -No cometas una locura.
-La cometí cuando te dejé entrar a mi vida y no me arrepiento, ahora quiero salir de tu vida.
Román salió de la habitación.

Yander dejó caer el pantalón y se bajó el interior. -¿Lo quieres? -Tomó su pene y lo sacudió sonriéndole a Victor.
-Yander, estamos en el trabajo, esto no se puede repetir.
-Papito, dame culito mi rey.
-Soy tu jefe.
-Cuando te clave esto yo seré el que manda. -Se quitó los zapatos y los pantalones. Dejó que Victor se quedara de pie y se puso detrás para penetrarlo. Frotó su pene entre las nalgas hasta ubicarlo y empujar.
-AAAAH, AAAH, eres incorregible carajito.
-No hables y siente mi verga.

-Voy al baño un momento. -Dijo el mayordomo a la chica que estaba en la puerta.
-Tranquilo. -Se fue y desde afuera la chica vio llegar una camioneta negra y varias motos. Se bajó una mujer.
La muchacha se sorprendió a la ver quién era.
-Buenas tardes, niña, hazme el favor y cierra la tienda, quiero comprar, llama a tu jefe o jefa. -La chica sonrió y se fue a la oficina.

Movió la manilla y estaba cerrada pero de los nervios empujó y la puerta se abrió.
-AAAAAAAH perdón, perdón. -Yander se apartó de Víctor y se tapó inútilmente el pene con sus manos, la chica cerró la puerta. -Afuera, afuera está...la Vicepresidenta.
-¿Queeeeee? Yo la atiendo, fabuloso.
-¡Yander!
-Por fa, por fa, porfiiis, déjame atenderla, vente conmigo. -Se acomodaron y salieron, la chica se quedó petrificada en medio de la oficina. El corazón le latía y solo tenía en su mente el enorme pene de Yander.

La chica se quedó en la oficina y afuera Yander le vendía a la segunda del gobierno cuatro carteras, perfumes, dos vestidos, pañuelos, y un par de blusas. Pagó en dólares y el chico recibió una buena propina.

Se despidió de la Vicepresidenta con el codo y con la promesa de regresar. Yander le dio una tarjeta a uno de los escoltas.

-Ese escolta no creo que se deje coger por ti.
-Ay mi amor, ¿no me has visto en acción? Ese macho me va a dar culo.
-Yander eres una estrella vendiendo, creo que vas a recibir muy pronto un aumento.

Román ya había tenido las dos clases vía Zoom y esperaba a Pablo.
Llegó y se acercó a Román, le dio un beso y una nalgada y luego le apretó la nalga.
¿Que tal las clases?
-Aaaay bien, bien, más interesante que ayer.
-¿Me vas a contar que te dijo Gerardo, o vas a seguir mudo?
-Me pidió que lo matara.
-¿Qué?
-Bueno, tan literal así no fue...tenía una jeringa con un líquido y me pidió que se la colocará en el suero...
-Una eutanasia ¿Y que lo hicieras tú? ¿Por qué?
-Ay no sé me dijo unas pendejadas ahí que quería que yo estuviera junto a él en su último día, que yo entré en su vida y ahora él quería salir de la mía...
-Aunque lo niegue sabe que fue un error que yo "te enamorara" porque él se va a morir, se arrepiente de esa genial idea.
-¿Genial?
-Si...conocerte fue una de las mejores cosas que me ha pasado.
-¿Me amas? -Le preguntó Román.
-No, pero ese sentimiento comienza a asomarse. ¿Y tú?
-Creo que está vez puede que ocurra. -Pablo se acercó y le dio un beso.

-Quiero estar contigo hasta estar viejito y me cambies los pañales.
-ja ja ja ja bobo.








lunes, 21 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 6

 Pablo se levantó muy temprano para preparar el desayuno. Román seguía durmiendo.

Dejó todo listo y regresó a la habitación, Román dormía boca abajo, desnudo, sus nalgas redondas, firmes y lampiñas estaban a la vista. Pablo se montó en la cama y se acercó a las nalgas, con sus manos las abrió y metió su cara, comenzó a lamer el culo del chico. Pasaba su lengua moviéndola rápido, chupaba, abría más las nalgas mientras que Román sonreía y se movía sin abrir los ojos. Mordisqueaba los alrededores del culo y seguía lamiendo. Levantó un poco las caderas de Román y tomó el pene y lo jaló hacia atrás para mamarlo. Con dificultad por la posición, lamía el pene y los testículos, mojó de saliva un par de dedos y empezó a jugar con el culo hasta meter uno de los dedos. Román comenzaba a retorcerse y a gemir, Pablo seguía lamiendo el glande del chico y sus dedos dentro del culo. Román con sus manos se abría las nalgas.

Pablo comenzó a introducirle el pulgar mientras seguía mamándole el pene, lo succionaba, cada vez Román gemía más, estiraba las piernas, abría más las nalgas hasta que de pronto...Pablo sintió como el tibio semen del chico llenaba su boca que comenzó a tragar hasta que Román se relajó.
Pablo se acercó a la cara de Román. -Buenos días pequeño. -Le dil un beso en la boca con el aliento impregnado a semen algo que Román le encantó y respondió al beso.
-Levántate que nos espera el desayuno.
Pablo se puso de pie, Román hizo lo mismo y se fue al baño a orinar, Pablo se lavó las manos.
-Que maravilla que te despierten así.
-¿Sí? La próxima te lo voy a meter dormidito, te espero en la cocina.
Cuando entró a la cocina Román se consiguió con una torre de panquecas, frutas picadas,  miel, mermelada, jugo de naranja y café.
-¡Mijo! ¿pero a qué hora te levantaste a hacer esto?
-A la hora justa, disfruta. -Román se le acercó a Pablo y le dio un beso, le metió la lengua, Pablo hizo lo mismo. -Se me está parando.
Román se sonrió. -Y pensar que hace semanas me decías que no eras gay y dejaste que te lo mamara y mira ahora, dormimos juntos.
-Es que tú me haces sacar lo que llevo dentro.
-Ay si ja ja ja.
-¿A qué hora empieza tu primera clase?
-En un par de horas. -Sonó su celular y brincó de la silla para buscarlo en la habitación.
Era Gerardo, se lo dijo a Pablo en voz muy baja.
-Pensé que ya habíamos conversado todo viejo-
-Si nené pero es algo distinto, quiero decirte algo, además siempre es agradable y reconfortante...-tosió. -verte.-
-Dime, cuentame-
-No, tiene que ser en persona-
-Tengo clases en un par de horas-
-Es rápido, no te duches, vente con lo puesto.-
-Ay viejo es que...
-Por favor, dile a Pablo que te traiga en moto-

-Quiere que vaya para allá ahora, que me tiene que decir algo.
-Está celoso y arrecho, no debe ser fácil para él saber que duermo contigo y en su cama y en su casa.
-Él quiso que esto pasara Pablo.
-Si pequeño, pero saber que está sucediendo y él muriéndose...no sé.
-Vio en ti al mejor candidato para cuidarme y quererme. -Volvieron a besarse.
-Antes de irte tengo que cogerte, ven.

Llegaban a la clínica.
-Voy a hacer unas cosas cerca, avísame cuando termines para llevarte a casa.
-Ok, no creo que tarde tanto. -Le dio el casco a Pablo y se puso el tapabocas. Fue a la entrada. Al cruzar a su derecha había una persona parada en una columna que lo veía, aún con el tapabocas se parecía a él, se vieron a los ojos y al pasar Román siguió de largo sintiendo un escalofrío extraño que le hizo elevar la temperatura.

-Hola viejo, aquí estoy, cuéntame, no tengo mucho tiempo.
-¿Te trajo Pablo?
-Si, en la moto, me busca ahora.
-¿Hiciste el amor con él está mañana, anoche?
-¿Para qué quieres saber eso? ¿Que necesidad tienes de torturarte?
-Quiero saber si eres feliz, si hice bien ponerte a Pablo en tu vida.
-Estoy bien con él, me siento bien.
-¿A él si lo amas?
-Viejo...apenas tenemos un par de meses conociéndonos. Lo quiero mucho. ¿Me vas a contar de una vez?
-Abre esa gaveta. -Román lo hizo, había una biblia, unas revistas, toallas húmedas y una jeringa con un líquido.
-¿Que quieres de la gaveta?
-Saca la jeringa y colócala aquí en el suero.
-¿Esto es un analgésico? ¿Por qué no le dices a la enfermera que te lo ponga?
-Quiero que seas tú. Eso es un viaje al más allá, el boleto para dejar este mundo. -Román comenzó a sentir como la temperatura de su cuerpo comenzaba a subir.
-¿Y por qué tengo que ser yo quien... te ponga esto? ¿Quieres que yo...te mate?
-No nené, no digas eso, quiero que me ayudes a irme en paz, quiero que seas feliz y creo que mientras yo esté vivo no lo serás.
-No me eches esa vaina a mi coño...viejo no te voy a matar.
-Es eutanasia, muerte asistida.
-No, no, no...coño dile al doctor que lo haga ¿Por qué yo?
-Quiero estar contigo tú y yo solos mientras me voy.
Román tomó la jeringa y le quitó la tapa, estaba nervioso, tenía en su mano derecha la jeringa y le temblaba, se acercó al envase del suero. Vio a Gerardo que movió la cabeza aprobando lo que iba a hacer el chico.

viernes, 18 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 5

 


Román fue a visitar a Gerardo a la clínica luego de las clases por zoom con dos profesores de la universidad. Todavía no estaba convencido si esa era la mejor manera de estudiar ingeniería pero no había otra opción.

 Entró a la clínica y entregó el certificado, actualizado de su inmunidad ante el virus. Lo dejaron subir a la habitación de Gerardo. Los escoltas le anunciaron que venía el chico, como no traía tapaboca lo dejaron entrar de una vez

-Nené, viniste. -Román quedó sorprendido al ver el aspecto de Gerardo, estaba delgado aunque hinchado y amarillo. En su cara se notó la sorpresa. -¿Tan mal me veo? No respondas, lo sé.
-Viejo...¿Cómo te sientes?
-Me siento de la patada, jodido y peor porque no estoy contigo en casa, duermes con otro y eso me pone muy triste...en realidad, me enfurece, quiero salir de aquí y ocupar mi puesto y botar a Pablo de mi casa.
-Tu fuiste el patrocinante de esta relación, tranquilo, Pablo me contó todo, no me molesta, pero...
-Claro que no te molesta. Pablo es guapísimo, un cuerpazo y más joven y sano. En fin, ¿Cómo están las cosas? ¿En que quedó lo de tu viaje a Ginebra?
-La universidad bien, un poco jodido con el tema a distancia, pero bueno, voy a tener un hermanito o hermanita, Irma está embarazada.
-¿Otro?
-¿Otro? Soy hijo único.
-La bebita de Manuel, es de tu mamá ¿No?
-Es increíble que ahora seas el más pana de Manuel con la mierda de persona que es...bueno, tú eres igualito... -Román se arrepintió de decir eso, Gerardo se encogió de hombros. -Mi mamá, Laura, no es mi madre biológica. En cuanto a Ginebra pues para justificar mi ausencia tengo que poner la denuncia de mi secuestro.
-Házlo, denuncia a la basura de mi hijo, ese niño ya no tiene remedio.
-Viejo, tu hablas así y no te das cuenta que Federico es tu hijo, salió a ti, es igual de mafioso, corrupto y asesino que tú. -Román se estaba molestando, Gerardo serio y sintiéndose mal, le respondió.
-Yo solo quiero salir de aquí y cogerte mi nené, quiero estar dentro de ti, hacerte gemir pero esta mierda de cáncer no me deja, ni siquiera se me para el güevo, estoy jodido.
-¿Y hay probabilidades de mejora? ¿Quimio? ¿Un tratamiento alternativo? ¿Ir a otro país?
-Voy a morir, en unas semanas, unos meses, en algunos días.
Román tragó grueso y tan solo abrazó a Gerardo y este no aguantó las ganas de llorar. -Tantos planes que tenía contigo, el viaje que planifiqué...quiero que ese viaje lo hagas con Pablo. -Román se separó de Gerardo y le dio un beso.
-No sé que decir. -Román también lloraba.
-Dime si Pablo te coge mejor que yo. -Román se dio media vuelta y se fue dejando a Gerardo llorando.

Román preguntó dónde estaba Manuel Rendón y fue hasta la zona restringida de pacientes con Covid. Cuatro escoltas totalmente tapados con tapabocas, pantalla de acetato y guantes bloqueaban la entrada. Román se identificó y luego de preguntarle a Manuel, entró.

-Carajito, ¿viniste a ver a tu Daddy moribundo y estás sensible y viniste a verme a mi? No te hubieras molestado, yo si que no voy a morir. -Manuel hablaba con dificultad.
-Tu hija, ella,.¿Tú la vas a cuidar?
-Es mi hija, es una pregunta absurda, esa princesa tiene la vida resuelta.
-¿Y si mueres quién la va a cuidar?
-Eso no es peo tuyo, yo tengo listo todo.
-Es mi hermana.
-Laura no era tu madre, coño se te han muerto tus dos mamás y ahora se te muere el marido.
Román apretó el puño, quería golpearlo pero se contuvo.
-Yo quiero hacerme cargo de ella. -Manuel lo cogió con fuerza del brazo.
-Tú encárgate de tu vida y de lo que te viene una vez que muera tu viejito. Cuídate de Federico porque te tiene ganas y no precisamente de cogerte. Vete de aquí. -Lo soltó. Román lo miró fijamente, pero no le dijo nada, Manuel si. -Todavía tengo esperanzas de darte duro por ese culo, debes ser bien perrita cuando te clavan.
-Imbécil. -Salió de la habitación.

Carlota fue al apartamento donde vivía con su madre, fue a visitarla.
-¿Tienes el descaro de regresar después de todo lo que has hecho? Tú y tu hermano han destruído lo poco de familia que teníamos, se han convertido en unos seres oscuros.
-Vine a proponerte un negocio. Y si quieres te pido perdón pero escucha mi propuesta.

Carlota le propuso encargarse de las niñas y de ella para manejar el negocio de prostitución que tenía Manuel y luego Federico. 30 chicas entre 14 y 17 años junto a una lista de potenciales clientes entre fijos y eventuales con ganancias de Miles de dólares mensuales y todo manejado por internet.
-Serás la dueña y señora de esas niñas, te puedo conseguir más, tengo contactos para conseguir quinceañeras vírgenes que están deseosas de ganar dinero y harán lo que sea, en los barrios abundan.
-Te volviste loca. ¿Tu pretendes que yo me meta a proxeneta de unas menores de edad? Voy a ir a la cárcel.
-A la cárcel van los guevones mamá, tengo contactos, clientes abogados y jueces que no permitirán que el negocio caiga, podemos duplicar a las niñas y te vas a forrar de plata, y yo claro.
Carlota tomó del brazo a su hija y la sacó del apartamento.
-Es mejor que aceptes porque puedo hacer que te metan a la cárcel si cuento de tus chanchullos con los contratos y comisiones que tienes con el gobierno, me he acostado con gente que te puede hundir si mientras le mamo el güevo le pido un favor. -Se montó en el ascensor y se fue.






jueves, 17 de diciembre de 2020

Fiebre 10. Capítulo 4

 


Willy besaba apasionadamente a Federico, lo tenía penetrado. Willy sobre el chico, movía sus caderas apretando las nalgas. Federico gemía, quería cocaína pero Willy no lo dejaba mientras tuvieran sexo, quería que disfrutará sin artificios.

Se colocaron de lado y Willy le alzó la pierna al chico que estaba temblando y con escalofríos. -Dame coca marico, dámela.
-Coño ya va, disfruta no jode, te estoy cogiendo. Willy le introducía todo el pene y comenzaba a moverse.
Besaba a Federico en el cuello y en la cabeza, le mordía la oreja.
-Marico dame la coca, no aguanto, dámela. -Willy se detuvo. -¡Coñodelamadre! -Se levantó de la cama y le buscó una bolsita lanzándose la. Entró al baño. Willy se puso frente al espejo con la respiración agitada, estaba sudando, su pene erecto lo tomó con su mano derecha y comenzó a masturbarse. Se veía al espejo como su abdomen se contraía, las gotas de sudor corrían por su cara y y en el pecho bajaban a su abdomen. Se tensó y eyaculó cayendo en el espejo todo el semen, las últimas gotas en el lavamanos.
Salió del baño y Federico estaba tumbado en la cama.
-¿Seguimos?
-Mamaguevo dañado, ya me pajié.
-Tu  si eres gafo vale, era una jalada y seguías cogiéndome marico.
-Mira, hay que decirle a esta gente que reparta los tapabocas y los gel antibacterial pa la gente del barrio.
-¿Cuántas mierdas de esas hay?
-Llegaron 20 mil de momento, luego llegan 50 mil. Hay que hacerlo, tienes que ser el papá de esta gente, que te respeten. Ya te conseguí medicinas y la semana que viene tenemos un cargamento de comida, vamos a repartir nuestras propias cajas. Tu entregarás todas estás vainas a las primeras 50 casas, luego la banda se encarga del resto.
-Tengo ganas de matar a  Manu ahora que está hospitalizado en la clínica de mi papá. ¡Que bolas esa vaina, el mamagüevo ese enemigo de mi viejo y ahora están de güevo agarrado, hay que matarlo a ambos.
-Manu debe tener a 20 tipos ahí cuidándolo, marico está enfermo mal, tiene Covid y está jodido.
-La droga lo tiene así.
-Pues cuídate, porque serás el próximo.
Federico se reía y le hacía gestos con la mano a Willy, ya le había hecho efecto la droga.
-Coño ve tu al recorrido, eres mi mano, mi brazo derecho, la gente sabe que si estás tú estoy yo. Yo tengo que ir pal otro barrio sureste a hablar con la banda y cuadrar todo, quiero que está puta ciudad se arrodille ante mi, que los alcaldes me suplique que los deje trabajar.
-Quieres que Merkel te coja y la banda...eres una puta. Sabes que no tienes que ir, solo quieres que te revuelquen ese poco e malandros.
-Relaciones Públicas negro, luego los despacho cómo hice con el traidor de Pastor.
-Haz lo que quieras pero tienes que repartir estás vainas.
-Yo quiero repartir culo.
-COÑO MALPARIDO DEJA DE METERTE MIERDA POR LA NARIZ, NOS VAS A JODER A TODOS, PARATE Y VAMOS A ORGANIZARNOS. -Llamó al jefe de una de las bandas del barrio para cuadrar la entrega, serían 50 hombres y 10 mujeres las que estarían en la entrega. Federico encabezaría la entrega.

-Yo quería ver a Manu.
-No puedes ir a la clínica, además tú papá está allá, no quieres que se entere.
-Quiero llamar a mi papá y luego a Manu.
-Ok, como quieras. Mira, hoy tenemos tres clientes. Tengo que llamar a Zulay, Rebaca y Sonia, ellas tienen tres también. -Le decía Tomás a Carlota.
-No te da cosita lanzar a Sonia con esos tipos que le triplican la edad? Tiene 14 años.
Tomás se encogió de hombros e hizo una mueca. -Es lo que me tocó, es mi trabajo.
-Eres como mi hermano, inteligente, tu tienes un profesión, él quería estudiar una carrera pero se dedicó al narco, negocios raros y jefe de una parranda de malandros de los barrios de esta ciudad y tú proxeneta.
-Bueno Carlota, tú no vienes de la calle tampoco, tienes 17 años y por lo que se, te metiste en esto y te gustó.
-El dinero, ser independiente, rebeldía y porque soy puta.
-Podemos salir de estoy rehacer nuestras vidas en algo más digno.
-Yo no quiero otra cosa, me quedo en esto, luego yo seré la que mandé a las niñas a la boca del lobo.
Dejó a Tomás y llamó a su padre.

Gerardo no podía creer que hablaba con su hija, le pidió que regresará con su madre, que ella la pedonaba, pero Carlota le habló claro a su padre. -Yo estoy bien aquí papá, gano dinero, me cuido y soy independiente, si, soy una puta pero esto me gusta y es un trabajo.
-Tienes 17 años.
-Y cuando tenga 30 seguiré en esto papá.
-Me estoy muriendo.
-Quiero verte papá.
-No vengas, yo espero salir y te busco. Visita a tu madre.
-No quiero, no me nace.
-Ya cuadré todo para que no quedes desamparada mi amor, te voy a dejar la vida resuelta.
-Papá no hables así, no te vas a morir. ¿Hablaste con Federico, sabe que estás enfermo?
-Tu hermano sabe todo y casi me mata, de él no quiero saber nada.
-A él también le toca una parte de tu herencia papá, él es...
-Ya me encargué de lo que le corresponde a él.
-Papá, ¿Manuel está allá verdad?
-Si, ya que no puedo hacer que salgas de ese mundo, si te pido que te alejes de ese hombre, es muy muy peligroso.
-Ya no trabajo para el directamente, pero quiero hablar con el.

Carlota llamó a Manu y se puso a llorar.
-Ay pendejita, no llores, no me voy a morir, solo tengo Covid no cáncer como tú papi.
-Eres una plasta de mierda Manuel.
-Ya tranquila, cuando salga de esto nos vemos y cogemos rico, ahora quiero que le hagas caso a Tomás, quiero que esa cuquita rica que tienes produzca verdes a montón.
-Yo solo quiero verte y estar contigo, no me importa más nada, puedo tirar con 20 y que me paguen mucho dinero, pero es contigo con quién quiero estar.
-Ya, deja el romanticismo para tu amiguito Román, te dejo, vaya a trabajar.

Braulio, que ahora para todo el mundo se llama Victor, estaba feliz con la tienda, todos los días vendía.Yander vendía mucho más que su compañera y hasta más que Victor que a veces atendía a alguien. La recompensa que Victor le daba a Yander aparte de sexo, era más dinero por fuera de las comisiones.

Ya tenía en mente la próxima tienda, no había hablado con Manuel pero ya había conversado con los dueños para montarla.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Fiebre. Temporada final. Capítulo 3

 


Tomás pretendía penetrar a Manuel pero los planes de su jefe los tenía claros. Empujó a Tomás contra la pared. -Aquí el que coge soy yo. Le desabrochó el pantalón, le metió la mano por el interior y metió unos dedos en su culo. -Quítame el pantalón.

-Nunca me han cogido....
-Shhhhh hoy pierdes la virginidad. -Tomás nervioso le bajó el pantalón y el interior, y aunque ya le había visto el pene y hasta mamado, le impresionó lo grueso y largo, además de imaginarlo dentro de su culo.
Manuel se colocó lubricante y le quitó el pantalón para luego cargarlo. -Ahora vas a sentir cada centímetro de mi verga entrando en tu culo. -Empujó y Tomás gritó, apenas entraba el glande, lo alzó y al bajar entró el pene por completo provocando otro grito de Tomás que le apretó con las manos los hombros. 
Manuel lo tomó por las nalgas y comenzó a moverlo, caminando hasta la cama, lo lanzó  y se montó sobre él para penetrarlo de nuevo.
El llanto de Berenice sacó de concentración a Manuel que se levantó y buscó una toalla.
-¿Qué pasó?
-La beba, está llorando, ya debe tener hambre.
-Pero me vas a dejar...si, me va a dejar aquí. -Manuel fue a la cocina con la bebé en los brazos para calentar uno de los teteros que ya estaban casi listos.
Se sentó en la silla del mesón de la cocina a darle el tetero.
-Shh, shh, shh ya, ya, ¿Ta rico? Ahora vas a dormir mejor y papi va a terminar un asunto.
Tomás lo veía desde la puerta sonríendo. Le tomó una foto.
-¿Qué haces?
-Te tomé una foto. Te ves tan tierno con Berenice en los brazos, tu tan grandote lleno de tatuajes en esa escena tan bonita.
-Deja la pendejada. Borra esa foto.
-Negativo. Es hermosa.  -Tomás se fue al cuarto, Manuel terminaba de darle el tetero, sonreía, Berenice chupaba la mamila pero ya estaba dormida. Terminó y la llevó a la cuna.

Tomás estaba en la cama arrodillado en la cama con su cabeza en la cama y las nalgas abiertas.
-Sigue, ya me dejaste con ganas. -Manuel bostezó. 
-Coño chamo, estoy agotado, la beba me dió sueño al verla dormidita comiendo, te cojo mañana.
-¿En serio?
-En serio, ese culo no me lo pelo.

-Aaay pero estas carteras están divinas marica, mira está.
-Bellas, me las quiero llevar todas.
-Mi viejito me dijo que comprará lo que quisiera. ¿Ricky nos das estás?
-Claro chicas, las que quieran se van a ver fabulosas con estos colores, pero les voy a mostrar una cartera de la colección invierno 2020.
-Ricky, ¿pero como me muestras esto después de escoger todas estás? Me la llevo
-Divina, solo tengo una pero ya que te llevas todo esto te obsequio este perfume.
-Maravilloso, toma marica para ti. Y esto es para ti por atendernos tan bien mi amor -La clienta que no llegaba a los 30 años le dió un billete de 100 $ a Ricky.
-Vengan cuando quieran, el mes que viene llega nueva ropa.
-El mes que viene compro ropa pero quiero que me atiendas a mi y a mis amigas, cierras el local.
-No hay problema querida, yo hablo con mi jefe y listo, las atiendo hasta con una botella de champaña.
Ricky les empaquetó las carteras y un par de ellas eran para regalo. El mayordomo les llevó las bolsas al carro mientras Las dos clientas aunque con los tapabocas puestos le dieron un par de besos a Ricky.

Manuel se levantaba, eran las seis de la mañana y fue a ver. Berenice, seguí dormida. Le dió un escalofrió, estaba un poco mareado y regresó a la cama para tener sexo con Tomás.
Le tocó las nalgas y le metió un dedo en el culo, Tomás se volteó y le dió un beso. Manuel se levantó a buscar lubricante, se sentía caliente, apoyó de la pared, cerró los ojos pero no aguantó y se desmayó.

Ricky le mostró el billete de 100 dólares a su compañera con una sonrisa y ella le hizo la señal del pulgar hacia arriba y sonriendo también. -Pendeja la loca, esta cree que va a vender así siempre. No lo soporto. -Ricky se fue a la oficina de Victor.
Tocó la puerta y entró.
-Jefecito vendí cinco carteras y una de ellas la nueva colección, regalé un perfume por esa compra y mire. - Sacó el billete y lo jaló con las manos. -Mi propina por la buena atención juju. -Movió las caderas y se rió.
-Muy bien Yander, así me gusta, que te esmeres. Gracias a Dios que te puse Ricky, porque ese nombrecito que tienes...
-Horroroso jefe, la perra de mi mamá, más marginal que mi papá, me puso ese nombre. ¿La comisión la recibo a final de mes?
-Si, claro, y si sigues vendiendo así te vas a meter mucho dinero. -Le guiñó el ojo a Yander y este le devolvió el guiñó, se quedaron viendo a los ojos.

-¿Qué? ¿Pasa algo?
-No sé... -Victor lo miraba sonriendo. -Puede pasar.
-¿Qué? -Yander se puso las manos en la cintura.
-De todo.
-¿Qué es de todo?
Victor se le acercó y le dió un beso a Yander que este respondió afusivamente, tanto que ya se le marcaba el pene erecto en su entrepierna.
Victor le quitó el saco a Yander y luego la corbata, comenzó a desabotonar la camisa. El pantalón estába abombado, Victor le sorprendió pero siguió quitándole la camisa.
-Te voy a coger bien rico. -Le bajó el pantalón y el interior estaba tenso y estirado aguantando la erección de Yander, su pene era largo, muy largo y algo grueso y él muy flaco.
-Ay jefe, lo siento yo pasivita no te soy, creo que me vas a dar culito tú a mí. Ponte ahí. -Yander volteó a Víctor y, ambos de pie, lo acostó en el escritorio.
-Con cuidado. -Yander se agachó y escupió en el culo de Víctor mientras mojaba su pene, se levantó y comenzó a penetrar a Víctor. Lentamente iba entrando, Yander abría las nalgas de Víctor mientras veía como su pene desaparecía dentro del culo.
Tocaron la puerta. -SEÑOR VICTOR. -Ninguno de los dos hizo caso al llamado y Yander seguía empujando, Victor gemía. De nuevo tocaron la puerta -SEÑOR VICTOR, ¿PUEDO PASAR?
-ESTAMOS OCUPADOS. -Gritó Yander con una voz que sorprendió a Víctor que volteó a verlo.
-Ya lo tienes todo adentro. -El chico comenzó a moverse, su largo pene salía por completo y volvía a meterlo.Se pegó a las nalgas de Víctor y lo tomó por los hombros, se puso de puntillas y empezó a moverse rápido.
Victor gemía sin parar. Ya ser también pero con una voz que no era la suya, menos femenina y aniñada, ahora era más gruesa. Se afincaba en los hombros de Víctor mientras se movía a rápidamente, Victor no paraba de gritar.
-No grites coño, nos van a oír. -Yander no se detenía, las piernas de Víctor temblaban. El chico bajó la plantas de sus pies al piso y empezó a moverse más despacio hasta que sintió que iba a venirse y apretó sus manos en las caderas de su jefe. Eyaculó y está vez su voz era aguda, gritaba como si fuera una mujer, así estuvo varios segundos mientras acababa. Retiró su pene ya flácido, colgaba. Victor había acabado minutos atrás.
-Uy...creo que no debimos haber hecho esto aquí.
-Vístete y sal, ve a trabajar.
Yander, volviendo a su voz habitual le pidió disculpas a Víctor, su amaneramiento se intensificó, algo normal en él desde que llegó.
-Ponte a trabajar y mañana vende más que hoy.

Yander salió algo sudoroso y con la cara roja.
-¿Que estabas haciendo allá adentro?
-Nada, tuve una discusión con el jefe.
-¿Discusión? ¿Vendiste cinco carteras y te regaló?
-Porque regalé un perfume. -Le sonrió y se fue a arreglar unas blusas.

Manuel lo hospitalizarla en la clínica de Gerardo en el área para enfermos del Covid, ahora una zona más restringida. Solo dos escoltas de Manuel estaban fuera del área para su protección. Tenía fiebre de 39, malestar en todo el cuerpo y dificultad para respirar sin llegar a tener que recibir ayuda. Recibió una llamada.
-Victor...¿Que pasó? Te dije que te olvidarás de mi con respecto a la tienda.
-Hola, ¿Estás bien? Te noto cansado.
-Tengo el puto virus este. Estoy en la clínica, justo ahora.
-Coño...que peo.
-¿Que querías?
-Me mandaste un empleado chamo...
-Marico, ya te lo tiraste. Que puta eres, ni 24 horas y ya te lo tiraste. Bueno te cogió, porque la loca es activa, rolo e güevo te metiste ¿No? Yo quería pegármelo pero me salió activa. Ten cuidado Victor, no vaya a ser que se sienta con confianza y te monte algo más que el bate que tiene.
-Es buen vendedor, vendió cinco carteras.
-Yo no te mando a gente estúpida, si la gafa esa que tienes no te sirve, te busco a una perra, una miss y verás que se te llena la tienda de machos que por cogérsela, comprarán. -Manuel comenzó a ahogarse y dejó caer el celular, buscó con su mano el botón para llamar a la enfermera pero no lo conseguía, hasta que lo sintió debajo de él y lo apretó.

Yander vendió en la tarde ropa, perfumes y un vestido. Victor estaba feliz y no se arrepentía de haber tenido sexo con él.


martes, 15 de diciembre de 2020

Fiebre. TEMPORADA FINAL. Capítulo 2

 


Federico estaba boca abajo en la cama y sobre Willy mirando a los pies del chico penetrándolo. Federico gemía mientras Willy subía y baja sus caderas viendo entrar su grueso pene negro. El chico apretaba el esfínter y Willy le encantaba la sensación, Federico apretaba las sábanas aguantando el dolor y lo disfrutaba.

Sin sacarlo, Willy gira hasta colocarse en la misma posición de Federico, le abre las nalgas y empuja metiendo todo su pene.
-¿Ves como lo sientes? Mira como arrugas la cara, disfruta coño. -Dio otro empujón, se pusieron de lado y Willy le levantó una pierna y esta vez comenzó a moverse más rápido. Se movió despacio mientras masturbaba al chico. -Me voy a venir.
-Espera, espera que yo estoy a punto. -Willy le soltó el pene y sacó el suyo del culo, ambos se masturbaron. Willy acabó entre las nalgas de Federico y este en su abdomen.

Luego de recuperar el aliento, Willy le habló.
-¿A que disfrutaste más la tirada sin meterte nada? Sentiste mi güevo, en tu cara se notaba.
-Si pero me hace falta la coca, la emoción.
-¿Qué emoción? Con la mierda esa lo que estás es eufórico, con el culo dilatado y estás agitado, no sientes lo que sentiste ahora.
Federico sin responder busca en la gaveta un sobre de coca y agarra con los dedos y lo inhala. Se queda parado sintiendo como la coca surte el efecto deseado en su cuerpo y se lanza en la cama.
-Ahora si, que maravilla está vaina.
-Una basura.
-Esto es culpa tuya negro, tu empezaste a darme coca y bueno, me gustó la vaina.
Willy quería haber hablado con Federico sin drogarse pero no le dio chance, igual lo hizo.
-Fue una total estupidez secuestrar al pendejo ese y tenerlo aquí, no había necesidad. Lo matabas y ya y mira lo que pasó, Manuel consiguió tu casa facilito, ahora hay que blindar está vaina.
-Deja la quejadera negro, yo tenía que traerme al bolsa ese, me lo cogí y bueno, mala leche, nos descubrieron, pero lo que hicimos en el barrio fue lo mejor, matamos a esos becerros alzaítos.
-Lo bueno de esa vaina es que tenemos más aliados y ahora tienes todo el poder.
-Tenemos negro, tenemos, tú y yo estamos en esto, tú y yo juntos pa lo que haya que hacer, que se arrodillen frente a nosotros todo este barrio, negro. Marico te amo, en serio, yo estoy así drogado pero es verdad, te amo.
Willy se sorprendió con la confesión y le dio un beso apasionado, le metió la lengua y duraron varios segundos. -Yo también te amo carajito y estaremos juntos en nuestro barrio hasta que nos maten, pero estaremos juntos.

Manuel dejaba a Victor en la tienda para por fin abrirla al público con los dos empleados y el mayordomo. -Todo tuyo esto y deja de hacer estupideces-, la próxima vez te dejo morir, me voy al cementerio.

Manuel dejó a la bebé al cuidado de Tomás mientras él iba al cementerio. Estaban Diego Irma, Román, Pablo y Gerardo. Román aún adolorido se apoyaba a Pablo.
-Esto es insólito, este carajo en el funeral de tu madre después de lo que hizo.
-Pagó todo esto y creo yo, la culpa le hizo darle un dinero a mi papá, es impresionante lo que le ha cambiado su hija.
-Ahora viene para acá.
-Pablo.
-Manu, voy a buscar café.
-Hola carajito, toma. -Le lanzó un sobre. -Tenías razón. -Román abrió el sobre, era el examen de ADN donde decía que la bebé y él tienen compatibilidad de un 99,99%.
-No sé si decirte felicidades, esa pobre niña cayó en las peores manos.
-Reza porque no caiga en manos de tu amigo Federico.
-¿Cómo se llama la bebé?
-Aún no lo hemos decidido.
-¿Hemos?
-Tomás y yo.
Román le hizo gracia el comentario, se rió y le dolió a un costado. ¿Van a ser los padres de la niña? ¿Vas a meter a Tomás en tus negocios sucios?
-Tomás será el padre de mi niña. 
-¿Qué? - Llegó Pablo con tres cafés y los repartió.
-Gracias Pablo, voy a hablar con tu marido. ¿Te traes a tu amante al funeral de tu madre?
-Pendejo.

-Tú te fuiste de la clínica para venir acá, tú eres arrecho, con lo enfermo que estás, el virus por el planeta y tú aquí, eres candidato a morir.
-Si no me mata el cáncer o el Covid, me matan mis enemigos.
-Estamos igual.  Pablo se está cogiendo a tu novio. ¿No te importa?
-Eso está arreglado, yo propicié esa unión, aunque todo fue más rápido de lo que pensé.
-Coño ¿no le has visto el cuerpazo que se gasta Pablo? y tiene 20 años menos que tú.
-¿Por qué crees que pensé en él? Pero igual el carajito no lo pensó dos veces. Amo a ese niño, con locura.
-Por eso los desastres que has hecho. Dejaste que tu hijo te montará la pata.
-Tú vas por el mismo camino.
-Yo monté negocio fuera de este país. Papá me abrió el camino para muchas cosas. 
-Federico te va a matar antes.
-Riesgos de este negocio.
-Gracias por rescatar a Román.
-Esto no es de gratis Gerardo, de alguna manera te lo cobro.
-Cosas que te voy a pedir para dejar todo listo y legal.
-Cuando quieras.

-Tomás estaba en la casa de Manuel al lado de la cuna viendo a la bebé dormir, le tocaba la mejilla. Te voy a cuidar, te voy a bañar, dar de comer, no voy a dejar que nada te pase.
-¿Ya sabes el nombre que le vas a poner?
Tomás pegó un brincó del susto y volteó para ver a Manuel.
-Coño me asustaste. -Manuel se acercó y le dio un beso. Lo cogió del cabello con fuerza. -Espero que lo que dijiste sea verdad, porque cuando muera si no cumples te jalo los pies. -Se volvieron a besar.
-Se va a llamar Berenice como mi abuela materna.
-Esta semana sacamos los documentos para que seas el padre legítimo de esta hermosura.
-¿Pero por qué voy a ser el padre? Si tú eres su padre.
-Porque yo estoy condenado a muerte coño y no quiero dejar a mi hija desprotegida o en manos de quién sabe quién. ¿Ya le dijiste a tu madre que es abuela?
-No, la voy a matar de la alegría cuando le diga que es abuela.
-Deja un momento tu lado paternal y vamos a tirar.