lunes, 14 de diciembre de 2020

Fiebre TEMPORADA FINAL. Capítulo 1

 


Amarrado por las.muñecas, Román estaba desnudo, colgaba con los tobillos tambíen amarrados, su cuerpo marcado por los latigazos estaba más caliente que nunca.


-Déjame ir por favor.
-Ay Román si apenas estás llegando amigo. -Federico se metía por la nariz cocaína. -Está fue mi fantasía por meses. Tenerte así.
-Tu papá debe estar buscándome.
-Mi papá debe estar sufriendo porque su nené está perdido. ¿Adónde ibas? ¿Ibas a huir del país?
-Déjame ir.
-No amigo, quiero ver a mi padre sufriendo por ti para luego matarlo y quedarme con toda su fortuna y sacarlo de los negocios que ahora yo, yo maldito Román, manejo. Mi papá me quitó el carro para dártelo a ti. Apareciste y ya no me paró bolas.
-Él te ama Federico. -Una fuerte bofetada movió a Román, Federico sintió el calor de la piel del chico.
-Tienes fiebre ¿Estás enfermito? ¿Sabes que voy a hacer contigo? Voy a cogerte, te va a coger Willy, te cogerán todos en este barrio y luego te voy a matar.

Federico soltó la cuerda que lo mantenía colgado y Román calló al piso, comenzó a quitarse la ropa. -Voy a disfrutar cogiéndote y tú sin poder hacer nada.
-Por favor Federico, suéltame, va a ser peor...
-Shhhh tranquilo. -Federico se metió otro pellizco de coca y se acostó sobre Román. -Mierda estás caliente, ¿Estás excitado? ¿Te gusta que te violen? -Le introdujo el pene sin lubricante, Román gritó de dolor pero Federico siguió empujando. -¡Diooos que caliente estás carajo! Maldito te voy a matar, te voy a matar. Lo agarró del cabello mientras se movía para penetrarlo hasta el fondo.
Willy entró al cuarto.
-Federico hay que irnos.
-Negro vente, cógete este culo, tiene ganas de comer, ven, VEN COÑO.
-HAY UN ALZAMIENTO MARICO, EL BARRIO ESTÁ ENCENDIDO. TENEMOS QUE SALIR.
Federico se levantó del piso. -Búscate a todos los hombres y los que están en casa para irnos.
Con una fuerza inusitada alzó a Román con el mecate y lo volvió a dejar colgado.
-Yo regreso mamagüevo y te vuelvo a coger y cinco más. Te vas a quedar solito encerrado.
-Quiero...agua...por fa...dame.
-Chao mariquito.

Román estaba casi desmayado, adolorido y prendido en fiebre. 15 minutos después que se fue Federico se escuchan unos ruidos que despiertan a Román luego se escucha un par de disparos y se abre la puerta.
-Espérame aquí. -Entró a la habitación vacía dónde solo estaba una luz y Román.
-Carajitoooo, sabía que estarías aquí. -El chico abrió los ojos y trató de enfocar.

-Mi amor.
-Dime. -Diego e Irma veían una película acostados en la cama.
-Tengo una noticia que darte. -Tomó la mano de Diego y la puso sobre su abdomen.
-¿Te duele la barriga? ¿Necesitas algo?
-Bueno, si, no tanto dolor, es molestia a veces pero en nueve meses se quita.
-Coño, ¿Nueve meses? -Diego volteó a verla y ella sonreía, abrió los ojos y se sentó para abrazarla y comenzó a llorar.
Nervioso, se puso de pie y comenzó a caminar y a hablar, Irma ser reía, estaba contenta. Diego llamó a su hijo al celular pero no contestó.

-¡Manuel no me llama y no atiende!. 
-No parecen cosas suyas jefe, confiar en Manuel es la peor decisión, yo me hubiese encargado.
-Él conoce la zona.
-Yo no puedo estar aquí esperando que ese imbécil avise. -Pablo se fue de la clínica a pesar de los gritos de Gerardo.

-Soy yo, pendejo, mírame. -Le levantó la barbilla. -Manuel guevón
-Manuel, sácame de aquí, sácame.
-Hey, Hey, tranquilo, tu novio imagínate, me pidió que te buscara, pero coño es mi enemigo. Lo mejor que puedo hacer es matarte.
-No, no, sácame de aquí.
-Le voy a dejar el privilegio de matarte a tu amiguito. Le inventaré algo a tu Daddy. Me voy.
Román comenzó a gritar aunque no podía. -Mi mamá va a tener un hijo tuyo. -Manuel se detuvo y se dio la vuelta mirando a Román.
-Mi mamá...quedó embarazada...el día...de la fiesta que hiciste...la preñas...te.
Manuel se puso frente a Román. -¿Qué coño dices?
-Mi mamá está...embarazada...y es...tuyo.
-TOMAAAAAS, ENTRA. -Tomás entró al cuarto y Manuel le dijo que lo ayudara con Román.
Lo desamarraron.
-¡Como me estés engañando yo mismo te mato!
-Puedes comprobarlo apenas nazca el niño...es tuyo. -Montaron al chico en la camioneta para llevarlo a casa de Manuel.
Sonó el celular de Manuel y se lo dio a Tomás para que atendiera.
-Es Pablo, Manuel ¿Consiguieron al chico?.
-Es Tomás, el amigo de Román. -Manuel le hizo señas para que le contara y pusiera el altavoz.
-Tenemos a Román, lo llevamos a casa de Manuel.
-¿Dónde queda? -Manuel le dijo con la cabeza que le diera la dirección.

Que alguien se quede con este carajito mientras tú y yo buscamos a su madre.
-No...la vayas a...matar, por favor, está embarazada.
-Cállate, yo sé lo que tengo que hacer.
Mientras conducía Manuel llamó a Gerardo.
-Búscame un médico para que me atienda un parto, dos de mis hombres lo buscan por la clínica. Lo necesito ya- Llamó a dos de sus matones para que fueran a la clínica a esperar instrucciones.
Dejaron a Román en casa de Manuel y él se fue al apartamento donde vivía el chico antes con sus padres. -¿Tienes las llaves del apartamento?
Tomás las sacó y Manuel le dio un arma para que mantuviera a la enfermera amenazada mientras él se llevaba a Laura.

-No te muevas y no se te ocurra avisarle a alguien. Le decía Manuel a la enfermera mientras jalaba el cable del teléfono fijo y le quitaba el celular. Tomás, nervioso la apuntaba con el arma. -Quítate la ropa, completa, sostén y pantaleta.
A Laura le pasaron un sedante. La enfermera se desnudó y la ropa la lanzaron por la ventana. -Entra a la habitación. -Le dijo Tomás que le temblaba todo el cuerpo. Manuel cargó a Laura y se fueron del apartamento.

Luego de asesinar a varios de una banda insurgente del barrio, los hombres aliados de Federico y Willy salían de la zona en conflicto, murieron dos hombres de Federico y hubo cuatro heridos.
Llegaron a la casa y la puerta de entrada estaba entreabierta y violentada, todos sacaron sus armas. Entraron, no vieron nada y Federico corrió a la habitación donde tenía a Román. La puerta estaba destrozada y Román no estaba. Había una nota en la pared.
<Querido Federico, eres el hombre poderoso de este barrio pero tu casa sigue siendo un rancho al que todos pueden entrar y robar, yo lo hice. Tu amiguito está conmigo> Manu.

-Maldito...
-Te lo dije guevón, blinda la casa, no hay que confiarse. Ahí está. -Federico volvió a sacar el arma y apuntó a Willy. 
-SE ME VAN TODOS, ME PEINAN EL BARRIO Y AL QUE VEAN SOSPECHOSO DE CUALQUIER VAINA LO QUIEBRAN, HOY QUIERO VER MAS MUERTOS. 
-Negro cógeme, necesito drenar estar arrechera.

El médico entraba a la casa con una capucha, uno de los hombres cargaba con los instrumentos básicos para un parto casero.
-¿Donde estoy?
-Eso no importa doctor, entre a ese cuarto que le darán instrucciones.
Entró a la habitación y ahí estaba Manuel con Laura que seguía dormida.
-Sáquele el bebé doctor.
-Ya va, eso no es así, necesito más cosas para poder traer a ese bebé.
-Usted se imagina que está en el siglo XVIII y listo, trabaje con lo que tiene, quiero ese niño fuera de ahí, no me importa si la mujer muere.
El médico vio a Manuel sorrendido.
-¿No es su esposa?
-No, es una perra que me cogí. Doctor no perdamos más tiempo.
-Necesito toalla y sábanas, alcohol. Esto es una locura.
Manuel sacó el arma y la cargó colocándola en la sien del doctor. -Haga lo que tenga que hacer, le voy a pagar muy bien, más de lo que gana por una operación, le voy a dar verdes apenas tenga a ese bebé en mis brazos.
-Ok, ok, necesito alguien que me ayude y nos dejen solos.
-TOMÁS AYUDA AL MEDICO A SACAR AL MOCOSO.

Manuel salió de la habitación, estaba con los hombres que trajeron al médico.
-Jefe está a punto de ser papá.
-Estoy a punto de llorar. -Dijo Manuel que estaba nervioso y le daba vueltas a la pistola en sus manos.
-Deje esa vaina quieta no se le escape un tiro.
Manuel le dio una paca de dólares a los hombres y le dijo que le compraran pañales, ropa de recién nacido, alimento para bebé, teteros. -Todo lo que un carajito de estos necesita, se van ya.

Los hombres se van y Manuel se acerca a la puerta, no escucha nada hasta que oye el fuerte llanto de un bebé. Su corazón comienza a latir con rapidez y se abre la puerta. Sale Tomás cargando al bebé envuelto en una sábana.
-Es una niña. -Le dice y se la entrega. Manuel comienza a llorar. El doctor sale de la habitación.
-A la niña hay que llevarla de inmediato a la clínica para que la revisen. La madre murió.
-Gracias doctor, vio que no fue tan difícil, todo salió bien.
-Señor, la mujer está muerta. -Manuel le dio la niña a Tomás que le hacía muecas y Manuel sacó una paca de dólares del bolsillo.
-Aquí tiene, muchas gracias por todo, no comente nada de lo que pasó aquí y usted y su familia seguirán disfrutando de la buena vida que tienen. Póngase la capucha que ya lo van a llevar a la clínica.

-¿Se parece a mi?
-Es muy chiquita aún, pero es hermosa.
-Es que los padres somos hermosos.
-Manuel, ¿le vas a decir a Román lo de su mamá?
-Le vas a decir tú, ahora mi prioridad es esta niña que voy a llevar a la clínica.
-¿Que nombre le vas a poner?
Manuel vio a Tomás y se sonrió. Se lo vas a poner tú. Vas a ser el padre de mi hija.
-¿Qué?





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