martes, 1 de diciembre de 2020

Fiebre. Novena temporada. Capítulo 2

 


Gerardo le tenía la mano puesta en el cuello a Román mientras lo penetraba. No paraba de moverse, los golpes contra las nalgas sonaban por el sudor de ambos. Le estaba dando duro a Román que apenas soltaba un gemido ahogado por la presión de la mano.

-Me gusta cuando te pones perrita, mueves el culito, ¿así te pones con los machos que te cogen? ¿Te cogen mejor que yo? Dime zorrita. -Gerardo empujaba con más fuerza, ambos sudaban copiosamente, Román tenía la cara roja del ahogo. -¿Cómo te coge Tomás? ¿Te lo hizo mejor que yo? ¡Dime! -Un empujón fuerte y se quedó quieto inmovilizando al chico, lo soltó sin quitar la mano del cuello y siguió moviéndose con fuerza. Del pene de Román colgaba un hilo de líquido. Gerardo quitó la mano del cuello y cogió al chico por los hombros. Varios empujones, lo soltó para darle nalgadas, una y otra vez hasta verlas rojas. 
Gerardo tocó el pene del chico, sintió el líquido y se lo llevó a la boca para saborearlo, comenzó a masturbarlo pero Román no aguantó y se vino sobre las sábanas.
Retiró el pene y Román comenzó a mamarlo, cuando estaba a punto de venirse Gerardo lo sacó y le acabó en la mejilla para luego restregarle el semen por todo el costado.

Gerardo se tumbó en la cama con la respiración agitada y bañado en sudor. Román se acostó al lado de él.
-Ahora le digo a Pablo que se reincorpore a su trabajo. Cómo me enteré que te pone una mano encima lo mato.
-En algún momento lo hará, tiraremos.
Gerardo volteó a ver al chico. -¿Tu tienes intenciones de acostarte con Pablo?
Román se dio cuenta que el comentario estaba fuera de lugar pues se suponía que el trato de enamorarlo lo sabían Pablo y Gerardo. -Digo, como se lo mamé ja ja ja, es jodiendo, yo no quiero nada con ese bicho.
-¿Por qué? ¿Te trata mal? 
-No, no, pero es un escolta, expolicía, ¿Que me puede ofrecer ese tipo? Además él tiene novia, ¿Pero por qué estamos hablando de eso? ¿Tú quieres que me empate con él o que?
-Ahí donde tu lo ves tiene una carrera, ha estudiado. Nené yo no sé cuanto pueda durar, a lo mejor máximo, como mucho dos años, quiero verte con alguien, que no estés desprotegido.
-¿Y si te curas y ya estoy enamorado de Pablo?
-Mmmm entonces si quieres tener algo con él.
-Hablando hipotéticamente.
-Si me curo pues que se joda Pablo, tú eres mío hasta que muera. ¿Te haría feliz que yo muriera nené? Dime la verdad, se sincero.
-Hace unas semanas si me hubiese dado un fresquito que murieras. De hecho cuando te disparó Federico te iba a dejar ahí tirado pero Pablo me detuvo.
-Federico...a ese carajito tengo que despacharlo, me va a matar él antes que el cáncer.
-No le vas a decir a tus hijos que tienes cáncer.
-Nené, mi familia eres tú desde hace unos meses, no me interesa más nadie, solo tú.
-¿Tanto me amas?
-No sabes cuánto. Por cierto, en mi escritorio se desaparecieron unos dólares. Si fuiste tú no tengo problema, si no fuiste tú hay que averiguar quién entra en mi estudio.
-Fui yo.
-¿Necesitas más dinero? ¿Por qué no me lo pides?. Voy a decirle al contador que te deposite más.
-No hace falta.
-No me discutas.

Román se fue en su carro mientras Pablo los seguía en la moto. Iba a su apartamento.

-Tomás te tengo buenas noticias, hablé con un amigo que va a venir una tienda y busca personal, le hablé de ti y quiere entrevistarse contigo.
-Coño chamín gracias, gracias de verdad, voy a pagarte con creces todo lo que has hecho por mi. ¿Cuándo voy a la entrevista?
-Hoy, ahora, vístete que te llevo.
-Déjame ducharme.
-Ok.
Tomás comenzó a desvestirse. -¿Quieres ducharte conmigo? -Román no lo pensó dos veces y se quitó la ropa.

Pablo estaba apoyado en la moto viendo la hora y pensando que tanto hacía con Tomás en el apartamento. Se le vinieron a la mente la escena de sexo en la playa mientras lo vigilaba en Los Roques.

Tomás entró a la ducha y Román pensaba que algo le había pasado luego del golpe en la cabeza, estaba impulsivo. Se metió en la ducha y besó a Tomás.
-Esto que estamos haciendo me da un miedo, tu novio es peligroso.
-No te noto asustado mientras me metes los dedos por el culo.
-Voltéate. -Tomás le metió entre las nalgas la pastilla de jabón.
-Au, despacio.
-Todavía no te lo meto, estás sensible.
-Es que está mañana me cogieron.
Tomás le abrió las nalgas. -¿Quién te cogió, el negro de WhatsApp? - comenzó a penetrarlo pero Román se echaba hacia delante, le ardía.
-Ya va, ya va, duele.
-¡Coño no lo saques! -Tomás volvió a meterlo y Román se quejó pero el pene entró. El chico se puso tenso pegándolo de la pared, Tomás comenzó a moverse, el chico aguantaba el dolor pues le ardía el culo.
Sin sacarlo, Tomás voltea a Román y le pide que baje la espalda, lo hace y comienza a empujar cogiéndolo de las caderas. Román arrugaba la cara pero no decía nada y Tomás seguía empujando y de repente comenzó a moverse con rapidez, el chico gritaba.

-¿Y esos gritos?
-Román con el nuevo inquilino. -Comentaba Laura que le respondía a la enfermera.

-¡Marico que culo tan rico! Lo tienes caliente. Ay no te muevas, coño, que rico, uuuy. Tomás seguía moviéndose. Román se echó para atrás llevando a Tomás a la pared y ahora él era el que se movía.
Tomás levantó los brazos viendo como entraba y salía su pene del culo, se sonreía.

Pablo ya empezaba a caminar desesperado, llamaba al celular y no contestaba. Decidió subir.
Tocó el timbre, la enfermera le abrió la puerta y él entró sin decir palabra, ella vio el arma y se quedó quieta.
-¿Dónde están? - La enfermera apuntó a la puerta.
Pablo entró a la habitación.

Tomás estaba pegado a la pared viendo cómo Román le hacía sexo oral, el chico lo veía a los ojos. Se metía todo el pene y le tocaba los testículos halándolos.
-¿Dónde quieres la leche? 
Román lo abrazó con fuerza por la cadera y dejó que Tomás acabará dentro de su boca.
-Uuuuf carajito, que divino. Mierda, voy saliendo.
-Yo me voy a duchar.
Tomás salió del baño, cerró la puerta y vio a Pablo en la cama con el arma. De un brincó se levantó y lo tomó de la barbilla y le metió el arma en la boca.
-Te me estás convirtiendo en una molestia mamagüevo.
-No por favor. -Hablaba con dificultad.  Apartó el arma y mordiéndose la lengua y el labio le dio un golpe en la cara tumbándolo al suelo.
Le dio una patada a la puerta del baño.
-¡SAL DE AHI! ME TIENES COMO UN PENDEJO ALLA ABAJO QUE IBAN A SER 10 MINUTOS Y HA PASADO CASI UNA HORA.
-¿Pero que coño te pasa?
-¿Y todavía preguntas? Vienes a buscar a este y te pones a tirar con el?
-¿Tienes celos?
Pablo levantó el puño apretándolo y cerró los ojos su rostro reflejaba la rabia. Respiró hondo. -Ok, ok termina de vestirte que te voy a esperar abajo.
-¿Sabes qué? Vete, yo hago mis vainas solo.
Pablo salió del apartamento.

-Este pana me quiere matar o está enamorado de ti, me tiene arrechera.
-Vístete rápido, marico es tardísimo.
-Yo no tiro contigo más nunca, siempre me pasa algo.

Salieron del apartamento, al bajar, estaba el carro de Román pero la moto de Pablo no estaba.
-El pana se fue, te hizo caso.
Llegaron a la tienda y en la entrada del local estaba la moto de Pablo.
-Marico el tipo está aquí.


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