lunes, 30 de noviembre de 2020

Fiebre. Novena temporada. Capítulo 1


 Llegaron a las puertas del hotel. Esperaban a Tomás que pagara y saliera. Vio a Tomás.

Se saludaron con los codos.
-Mierda chamín no sabes cómo me costó conseguir habitación. Hay poquísimos hoteles trabajando y solo pocas habitaciones y encima aquel protocolo para entrar y salir. -Metieron el bolso en la maleta del carro y entraron.
Una vez dentro, Román cierra la puerta y Pablo voltea a ver a Tomás. Baja los seguros del carro. -Hola Tomás, ¿Te acuerdas de mí?
Tomás ve a Pablo y se pone nervioso, intenta salir de la camioneta.
-¿Qué coño es esto? Una emboscada, ¿Me van a joder, van a matarme?
-Tranquilo Tomás, bájale dos, no te va a pasar nada Pablo es pana. -Román le tocaba el hombro intentando calmarlo.
-¿Pana? Este y el otro matón casi me matan en la posada ¿y es pana?. Yo me voy, yo resuelvo.
Pablo comenzó a manejar, Tomás seguía nervioso, Román le explicó la situación y lo que iban a hacer. Costó varios minutos que entendiera que Pablo no iba a matarlo.

-Te vas a quedar en el apartamento donde yo vivía, no le puedes decir a nadie, a nadie Tomás, que estás viviendo ahí. Yo te voy a hacer un mercado por internet, de momento no vas a salir para ningún lado.
-Entonces si estoy en peligro.
-Coño Tomás, si Gerardo sabe que estás aquí te mata.
-Marico, este pana le va a contar ¿Tú eres gafo? Mañana amanezco muerto. Román yo veo como resuelvo, yo tengo un dinero, puedo aguantar unas semanas mientras me ubico.
-¿Te dejo en esta esquina? -Pablo frenó la camioneta.
-Pablo, vamos a mi apartamento.
-El guevón este se quiere quedar aquí, que resuelva, no nos metamos en más peos.

Tomás cerró los ojos, no paraba de mover la pierna. Llegaron al edificio.
-Arriba está mi mamá con una enfermera pero ella no te va a molestar, hay un cuarto con baño adentro, te quedas ahí.
Subieron los tres al apartamento, una vez ahí Román entró a la habitación de su madre.
Tomás se fue a la habitación que le había dicho el chico para dejar su bolso.

Pablo entró detrás de él y cerró la puerta con llave. Cogió a Tomás del cabello hablándolo hacia atrás y le puso el arma en el abdómen.
-Si no haces lo que te dice Román si te voy a matar, te meto un pepazo por aquí para que te salga por la boca y te destroce por dentro. ¿Te quedó claro? -Le empujó el arma en la piel. Tomás se había orinado encima.
Abrió la puerta y salió.

Vio a Román. -Vámonos que ya es tarde.
-Déjame hablar con Tomás.
-Ya le escribirás y le dices, nos vamos.
-Coño pero ya va vale. -Pablo cogió con fuerza a Román por el brazo y lo sacó a empujones del apartamento.
-¿Qué coño te pasa? Tengo que decirle unas vainas a Tomás.
-Móntate en el carro que nos vamos.

Unos minutos de silencio y Román lo rompió.
-No entiendo...
-Si Gerardo se entera de lo que hicimos nos va a matar.
-Gerardo dijo que podía estar con otras personas siempre y cuando me quede con él.
-¿Qué coño te pasa a ti? Primero Gerardo lo mandó a joder y segundo tú vas a estar de puta por la vida porque Gerardo te dio luz verde?
-No has empezado a echarme los perros y ya estás celoso.
Tomás cogío el arma y le dio un cachazo por la cabeza y a su vez la golpeó contra el vidrio, el chico quedó inconsciente y con la cabeza sangrando.
-¡Ay mierda, mierda, mierda Pablo! ¿Qué hago, que hago? A la clínica del viejo, si si voy para allá, mierda pero se va a enterar.
Suena su celular, Román seguía desmayado.
-Aló.
-¿Dónde coño están? Estoy llamando al celular de Román y lo tiene apagado.
-Jefe, jefe, nada, todo fino, hubo un percance que ya estoy arreglando.
-¿Qué pasó?
-Voy a la clínica, aló, aló, aloooo ¡MIERDAAAAAA sin batería!
Pablo sacudía a Román pero no reaccionaba. Llegó a la clínica rumbo a emergencia.
Cargó a Román e intentó entrar.
-Chamo estamos colapsados, ve a otro centro.
-No puedo y tiene una herida en la cabeza.
-No podemos...
-¡ES EL HIJO DE GERARDO HERNANDEZ, EL DUEÑO DE ESTA VAINA COÑO ATIENDELO YAAA!

Recibieron al chico y Pablo se quedó en la parte de afuera de la emergencia.
Gerardo llegó a la clínica y dejó la camioneta atravesada con las llaves puestas. -Estaciónalo. -Le dijo al vigilante.

-Hola Susana.
-Ay señor Hernández, su hijo, está en Emergencia vino con una herida en la cabeza... -Las últimas sílabas las escuchó espaciadas y en ese momento todo iba muy despacio, corrió hacia la emergencia por el pasillo interno de la clínica, cuando llega se detiene, ve a Pablo apoyado a la pared.
Gerardo lo voltea y lo sacude preguntando por su hijo, que había pasado con Federico.
Pablo intenta calmarlo. -No es Federico, es Román. -Suelta al escolta y entra a emergencia gritando el nombre del chico.
-ESTOY AQUI.
Le estaban colocando una gasa en la herida luego de los seis puntos que le agarraron, empujó a la enfermera y lo abrazó.
-Nené ¿Que te hicieron? ¿Quién te hizo esto? Dime.
-No recuerdo viejo...todo está confuso.
-¿Con quién estabas? ¿Estabas con Pablo? ¿Que más te hicieron? Dime todo ¿Estás bien? Vámonos de aquí. 
-Señor el muchacho no se puede ir, estamos esperando unos exámenes.
-¡Yo me lo llevo y punto! Esta es mi clínica.
-Podrá ser tu clínica Gerardo pero la enfermera tiene razón, el chico se irá en un rato, ahora no. -Hablaba el médico de emergencias.
-Disculpa Beto.
-Dijeron que era tu hijo por eso le dimos acceso, estamos colapsados. Este no es tu hijo.
-No Beto, lo trajo mi escolta y habrá dicho eso para poder ingresarlo. Es mi chico.
-Tu chico.
-Si, mi chico, vive conmigo, vivimos juntos.
-Ya, entendí. Dame una hora, ahora te pido que despejes el área, es tu clínica pero estamos trabajando.

Gerardo salió y fue a buscar a Pablo para que le explicara. Pablo no sabía que decir, Gerardo lo sacudió alzando la voz.
-Me salió con un berrinche porque le dije que no íbamos a hacer lo que le diera la gana, le di con la culata de la pistola, me excedí, le di duro.
Gerardo apretó el puño y le dio un fuerte golpe en la cara a Pablo que lo hizo tambalear y casi cae al piso.
-A Román no lo tocas, ni una palmada en el hombro. Le pones de nuevo una mano encima y te mato. Mañana buscas tu liquidación, estás botado.
-Jefe...por favor. -Gerardo se fue a la oficina de administración

Pablo se echó gel antibacterial y se colocó bien el tapabocas. Entró a emergencia para ver a Román que estaba acostado mientras le pasaban suero.
-¿Cómo estás? -Le puso la mano en el pecho recordando lo que dijo Gerardo hace escasos minutos.
-Bien, un poco mareado.
-A partir de hoy no seré tu escolta. Me botaron.
-¿Por qué? - Román intentó pararse pero Pablo lo detuvo. -No te muevas, le dije a Gerardo que yo fui el que te golpeó.
-¿Me golpeaste? ¿Por qué? Verga no recuerdo, salíamos de mi apartamento pero hasta ahí me acuerdo.
Le dijo lo que había pasado y lo que le contó a Gerardo.
-Deja que yo hable con él y le digo lo que me contaste, que recordé, le inventaré algo por el berrinche. Yo quiero que sigas siendo mi escolta.
-Si llego a quedarme solo seré tu escolta. No pienso ni echarte los perros ni tener sexo contigo.
-Vas a desobedecer al jefe.
-Yo tengo novia y me quiero casar y tener un chamo o chama.
-Seré tu amante.
-Pendejo. Vuelves a decir eso y le cuento a Gerardo lo de Tomás.
-Y yo le cuento a tu novia que te mamé el güevo.
-De eso sí te acuerdas, no se te olvidó.
-Tu guevo no se me va a olvidar.

Román dijo eso y no podía creer que estuviera hablando así.

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