miércoles, 18 de noviembre de 2020

Fiebre. octava temporada. Capítulo 3


 -Deberíamos usar esta camionetota siempre.

-Ahora la podemos usar, aquí hay que estacionar. -Hablaba Willy que manejaba la camioneta de Manuel y llegaban al restaurante.
-Bájate.
-Ya va, déjame hacer algo. -Federico sacó una bolsita.
-¿Vas a seguir metiéndote esa mierda?
-Cállate.
Caminaron hasta el local, ahí los esperaba una persona a la que le tenían que mostrar el código digital que le enviaron, una vez verificado caminaban por un pasillo apenas iluminado que llevaba a la cocina. Una vez ahí entraban al restaurante. Habían menos mesas de lo habitual, separadas convenientemente  para evitar aglomeraciones.
Las mesas ocupadas solo tenían dos personas. Llegaron a su mesa.

-Vamos a pedir una botella de vino, ¿luego pedimos una de ron?
-Dale, vamos a botar la casa por la ventana.
-Tenemos dólares para gastar, pide lo que quieras.
-Quiero que me cojas negro.
-Eso va, tranquilo.
Llegó la comida y llenaron las copas de vino. Brindaron.
-Porque pronto vamos a ser los reyes de esta maldita ciudad. -Sonreía Federico guiñándole el ojo a Willy.
-No celebremos todavía, falta que ocurran muchas cosas.
-Hay que aprovechar que Manu no está, tenemos la vía libre para hacernos de todo el control del barrio y conquistar el oeste de esta ciudad, ya tenemos a la gente.
Willy chocó la copa con la de Federico. -Eso va a suceder, pero hay que esperar y caminar con pie de plomo chamito, tenemos que hacer las cosas bien.
-Tenemos que viajar negro, irnos a Estados Unidos, Europa.
-La semana que viene cuadro para sacarnos la visa americana el mes que viene.
-Coño, pero hay que viajar a Colombia o República Dominicana.
-Papito, con plata movemos el avión presidencial.
Terminaron la botella de vino y pudieron otra.
-¿Sabes que quiero? Cogerte con un pana, metértelo los dos a la vez y verte como disfrutas ensartado por dos negros. Y ver cómo otro te coge.
-Que rico...cuadra eso, nunca lo he hecho y me da morbo Dos vergas negras para mí. 
-Te va a gustar cuando seas grande.
-Mira, pero si quieres ver cómo me coge otro tipo ¿Por qué no te vienes y me ves como me coge Pastor?
Willy lo vio a los ojos y se levantó de la mesa tirando la servilleta en la mesa y se fue al baño. Federico se quedó riéndose.

-¿Quieren algo más?
-Si, trae la carta de postres y me traes una botella del mejor ron que tengas.
Federico se bebió lo que quedaba en su copa y miraba hacia el frente, escuchó gente entar, al voltear se quedó sorprendido y se puso los lentes de sol -¡Mierda!

Entraban al restaurante su padre, Gerardo y su amigo Román. Se sentaron a dos mesa de ellos a la izquierda, no era fácil que lo vieran, igual Federico no volteaba mucho. Regresaba Willy del baño.
-Como vuelvas a hacer un comentario estúpido como el de Pastor te reviento a coñazos. 
-Mira quienes están en la mesa de allá, a tu derecha.
Willy vio. -¿Tu papá?
-Si, el marico de Román está bello. Guevón
-¿Sigues enamorado de ese gafo? 
-Me quedó la espinita de cogermelo y lo voy a hacer.
-Deja en paz a esa gente.
-Mi papá trabaja para nosotros si no te acuerdas. Hay que sacarlo del negocio. Ahora que Manu no está tenemos que aprovechar.
-Deja quieto eso carajito...tu papá tiene igual o más poder que Manu.
-Román va al baño. Pídeme un dulce, pedí una botella de ron. -Federico se levantó y se fue al baño.
En la puerta del baño decía "solo dos personas"  Román estaba en un urinario, Federico se colocó al lado.
-Hola querido amigo, cuánto tiempo sin saber de ti. -Román se asustó y salpicó de orina sus pantalones.
-¿Qué haces aquí?
-Lo mismo que tú, cenando. -Federico intentó besarlo pero Román se alejó, Federico sacó el arma y se la puso en la garganta.
-¿Me tienes miedo mariquita? Te voy a joder, a ti y a mi papá.
-Déjame ir, Federico, puede entrar alguien.
-No va a entrar nadie, solo pueden estar dos personas adentro, tu y yo. Tu maridito mató a mi tío ¿Sabías eso? A su propio hermano, yo amaba a ese tipo y me lo mató mi papá, ahora yo voy a matarte para que sufra lo que yo sufrí.
-Te van a meter preso si disparas eso aquí.
-Yo no te voy a matar ahorita bichito, pronto. -Le dio un fuerte golpe a Román en el rostro que cayó al piso, guardó el arma, se metió un pellizco de coca y salió.

-¿Por que tardaste tanto?
-Estaba conversando con mi amigo.
-¿Que le hiciste?
-Le dí un coñazo y le dije que lo iba a matar. 
-Le va a decir a tu papá.
-No creo, es un cagón pero igual yo voy a ir a la mesa.
-No te van a dejar, deja la vaina.

Bebieron un trago de Ron y Willy se levantó para ir al baño. Federico le dijo al mesonero que se iba a acercar a la mesa donde estaba su papá y le dijeron que podía ir.

-Hola papá. -Gerardo volteó y al ver a Federico se levantó y lo abrazó, le suplicó que se fuera con él ahora que Manuel estaba muerto.
-¿Qué te pasa viejo? Yo no voy a vivir contigo y menos si estás con este pendejo. ¿Le dijiste que te voy a matar? -Miró a Román y luego vio a su padre. -Lo voy a cose a tiros al traidor este.
-Federico, no te atrevas a meterte con Román.
-Le disparé a mi mamá, a este lo puedo matar, pero primero me lo cojo.
Gerardo le dió un fuerte manotón, la gente alrededor se dió cuenta, Federico sacó el arma y disparó hacia su papá. La gente gritó y se alejaron de sus mesas.
-¡Quietos todos! -Apuntó a la gente, Willy sacó su arma e hizo lo mismo.
-Te volviste loco ¡Vámonos! -Willy sacó varios billetes y los dejó en la mesa y se fueron con sus armas a pintando al que veían. Salieron del restaurante corriendo.
Román vio a Gerardo en el suelo, nadie se movía y corrió hacia la cocina para salir de ahí.


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