lunes, 23 de noviembre de 2020

Fiebre 8. Capítulo 6

 


-Coño, disculpa, es que me despiertas así. -Pablo amaneció con el pene erecto, Román no dejaba de ver el bulto. Pablo se tapó. -¿Me prestas el baño?.

Entró al baño cerrando la puerta.
Román vio la pistola del escolta en la cama, iba a agarrarla pero decidió entrar al baño.
-Epa mi pana mira, a mí no me importa que harán el jefe y tú, no es mi peo, a mí me pagan para protegerte pero yo no soy gay.
-Yo venía a lavarme los dientes y las manos.
Pablo se sacudió el pene y se acomodó el pantalón, bajó la palanca. -Me voy a lavar las manos.

Román salió del baño y se fue a vestir, Pablo salía del baño segundos después.
-¿Quieres desayunar?
-Un café, tengo que irme, tenemos que irnos. Hay que relevar la guardia.
-Relájate chico, tu jefe está convaleciente.
Pablo miró al chico y se sonrió. -Te dije que no soy gay chamo y respeta al jefe.
-Te voy a dar un dinero para que no le cuentes todo a tu jefe de dónde y con quién voy.
-Le vas a montar cachos al señor Gerardo.
-Quiero ir donde quiera sin que él sepa. -Le lanzó todos los billetes de 100 dólares. -¿Es suficiente?
-¿Que te hace pensar que voy aceptar? ¿Sabes desde cuándo trabajo con tu novio? 10 años.
-Coño chamo, yo lo que quiero es poder salir sin tanta vigiladera, no estoy haciendo nada malo, es decir, vas a seguir siendo mi escolta pero le inventas algunas cosas, te quedas callado pues.
-¿Sabes que si se entera de esto me mata?
-Pablo, por favor...¿Quieres más dólares?
-No se trata de plata carajito, se trata de lealtad, agradecimiento a ese señor.
Román recogió los dólares y se los guardó en el bolsillo. -Ok, bueno, ni modo. -El chico dio media vuelta para irse al estudio.
-Román, espera. -El chico se detuvoa. -Si, haremos eso. -Román se sacó la plata del bolsillo.
-Deja eso así, no se trata de plata, no la quiero, el jefe nos paga muy bien, más bien devuelve esos reales de dónde los sacaste porque se va a dar cuenta. -Pablo le puso la mano por detrás de la nuca. -Solo haré esto con una condición.
-Yo te lo mamo o me coges o con el otro. -Pablo se echó a reír viendo a Román a los ojos. 
-No le hagas daño al jefe, ese carajo está enamorado de ti, tú no te imaginas cuánto te ama, todo lo que le has hecho y no piensa en joderte sino joder a quien esté contigo, él no  te hará daño. 
-¿Que no? No sabes cómo tira conmigo, se pone agresivo, me da duro, le ves la cara y quiere golpearme, me ha violado.
-No me des tanta información. Alguna manera tiene que drenar. Te voy a decir algo. El no se ve con otro hombre ni ha tenido sexo con nadie, solo contigo. 
-¿Me quieres hacer sentir mal?
-Quiero que veas lo que tienes y como la estás cagando y a pesar de eso te ama.
-Me tiene amenzado, que si lo dejo o hablo me quita el dinero y le hace daño a mi familia o a mi.
-Es su manera de retenerte. Chamo, es un tipo de casi 60 años, divorciado, lo que tiene es plata para tener a carajitos que "lo quieran".
Román dio un suspiro.

-Gracias. 
-No me des las gracias y haz las cosas bien.
-Pero es que hacer las cosas bien no significa que tenga que humillarme y hacer lo que dice.
-Habla sinceramente con él y déjalo, sé un caballero.
-¿Entonces me van a ayudar?
-Te dije que sí, pero si veo una vaina rara no te apoyo.
-No va a ocurrir, tranquilo. Quiero agradecerte de alguna manera lo que vas a hacer por mi.
-Ya te dije que no hace falta el dinero.
-Te lo quiero mamar.
Pablo soltó una carcajada. 
-Te estoy hablando en serio. -Román le puso la mano en el cierre y de un manotón Pablo la quitó.
-Chamo ya te dije que no soy gay.
-Y yo te dije que te lo quiero mamar. -El chico le bajó el cierre y metió la mano.
-Román, Román deja la vaina, no me gusta esto.
-¿Cómo sabes? ¿Ya te lo han hecho?.
-Las mujeres.
-Dicen que los hombres lo maman mejor, si me dejas lo comprobarás. -Román volvió a meter la mano, bajó en interior y sacó el pene que para sorpresa del chico estaba casi erecto. -No chamo, esto no me gusta.
-Espera. -Terminó de sacar el pene, le bajó el prepucio y vio que estaba lubricando. -Para no gustarte lo tienes bien mojado. -Le pasó la lengua quitando el exceso de líquido para luego introducirlo en su boca. Comenzó a moverse metiendo todo el pene y mojarlo con su saliva, lo sacaba de su boca y le subía el prepucio tapando el galnde para luego chuparlo y de nuevo meterlo en su boca. Se lo introducía hasta llegar a su garganta, sentía que el líquido preseminal fluía en su boca e iba tragando.
-Chamo me vas a hacer acabar. -Román no paraba de moverse tragando todo el pene, se atrevió a ver a los ojos a Pablo y este estaba aguantando para no venirse. -Chamo sácate que voy a acabar, coño...aaahh, ¡salte, salte, salte! -Pablo empujó al chico y eyaculó en su barriga, echó la cabeza hacia atrás mientras salían los chorros, su abdómen se contraía, el apretaba los dientes. Román intentó agarrar el pene para mamarlo pero Pablo le dio un manotón.
-Coño...mierda, chamo, que mamada.
-Te lo dije.
Se levantó de la silla y se fue al lavaplatos, apoyó sus manos en el mesón mirando al frente, cerró los ojos y se quedó pensando.
-¿Te pasa algo?. -No hubo respuesta.

-Vámonos a la clínica que ya deberíamos estar allá.
-Vamos a desayunar.
-Desayunamos allá, yo te invito.
-Dale, vamos.
-¿Pusiste los dólares dónde estaban? 
-No, ya los dejo.
Terminaron de acomodarse y se fueron rumbo a la clínica en la camioneta de Gerardo.

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