jueves, 12 de noviembre de 2020

Fiebre 7. Capítulo 9

 


-Ustedes seis se van a la fiesta, se van en una hora y se regresan mañana.

-Ajá ¿y tenemos que estar toda la noche?
-Claro mija, se regresan mañana, se van con Tony que les organiza la vaina.
-Pero Willy desde la tarde hasta la noooche, vamos a quedar agotadas.
-Carlota pues se meten sus pepas para que aguanten, se van a meter una pelota de plata y bueno lo que puedan sacar estando en la fiesta. Ustedes ya están entrenaditas para eso. -Willy les hablaba a seis niñas entre 14 y 16 años que iban a ir a una fiesta de gente de dinero con gustos particulares.

-Yo no sé ustedes pero yo estoy agotado. El día de playa fue rudo pero muy bueno. ¿Ustedes la pasaron bien? -Gerardo les comentaba a su suegro, Román e Irma que estaban cenando un poco más temprano.
-Si, estuvo divino el día. -Comentó Irma. Comían al aire libre para evitar la aglomeración dentro de la posada con los empleados.
Uno de los escoltas se le acerca a Gerardo pide permiso y le dice algo al oído. Gerardo se pone de pie y se retira de la mesa.

Diego estaba visiblemente molesto y miraba a Román que se encogía de hombros.
-Yo los voy a dejar para ducharme y me acuesto una rato. Te espero mi amor. -Le dió un beso a Diego y se fue a su habitación.

-No me gusta nada esos dos tipos que están con Gerardo.
-Son escoltas.
-Parecen matones, Román prométeme que cuando regresemos a Caracas terminas con él.

-Se besaron, aqui están las fotos, luego Roman...-El escolta vio a su compañero y este le hizo un gesto para que continuara. -Román ¿qué? - Dijo Gerardo.
-Román se agachó y le mamó el...
-Maldito sea con este carajito. ¿Están seguros que el tipo ese es el de la posada Azul ?
-Claro jefe, sabemos quién trabaja en dónde en este sitio.
-Vigilen a ese huevón y a Román no lo pierdan de vista.
Gerardo regresó a la mesa y se sentó extrañado que Irma no estaba. -Se fue a duchar y descansar. -Dijo Diego.
-¿Todo bien viejo? ¿Pasó algo?
-No...nada, ¿Tendría que pasar algo? -Gerardo lo vio a los ojos, Román se imaginó por un momento que Lo había visto con Tomás en la playa, se calmó y vio Gerardo directo a los ojos. -Nada viejo ¿Que va a pasar? Te pregunto porque este tipo te buscó y te fuiste.
-Diego, te tengo una buena noticia, esperaba dársela a ambos pero bueno te lo digo a ti y a tu hijo. -Le dió un beso a Román. Irma y tu se quedan 10 días aquí en la posada con todos los gastos pagos.
Román vio a Gerardo y vio a su papá. -Viejo pero eso es mucha plata, ya haz hecho mucho...Gerardo le puso la mano en la boca. -Nené ve a la habitación y espérame en la cama. -Román se quedó mirando a su padre que tenía el rostro tenso. -Ve nené, ahora te alcanzo.

-¿Esto que significa? ¿Me estás comprando?
-Suegro, suegro, no me veas como el enemigo, es mi regalo por estar con Román, has pasado un año difícil y esto es una manera de recompensar todo ese mal año. Acepte este regalo, no se tienen que preocupar por nada, van a estar a cuerpo de rey y hasta paseo en yate.
Diego se levantó y caminó hacia Gerardo, se puso detrás de él colocándole una mano en el hombro.
-Voy a aceptarlo porque está en juego mi hijo, pero quiero que sepas Gerardo que esto es lo último que te acepto.
-Eres muy inteligente suegro. -Se volteó. -Pero esto no será lo último que aceptes. Ponte de mi lado y te va a cambiar la vida. La de tu hijo ya cambió.

Diego caminó hacia su habitación pensando si Irma era parte del plan macabro de Gerardo de acorrarlarlo junto a su hijo. Entró y vio a Irma dormida.

Román ya se había duchado y están en interiores con el aire acondicionado encendido. Entró Gerardo.
-Tu papá encantado con quedarse unos días aquí. Estoy contento y con ganas de cogerte. -Román se levantó de la cama y le brincó a Gerardo besándolo. -Caramba mi nené quiere pelea.
Gerardo se bajó el bermuda y le quitó el interior al chico, con su lengua mojó su mano y se la pasó por el culo a Román para luego colocarle el pene en el culo y comenzar a penetrarlo.
-Eres demasiado bueno con nosotros viejo.
-A veces siento que soy pendejo. - le metió el pene empujando al chico para que le entrara, Román soltó un quejido.
De pie, Gerardo levantaba al chico para que su pene entrar y saliera. Román gritaba.

-Estos parecen conejos mi amor, casi que me da envidia.
-¿No te gusta como te lo hago? ¡Si quieres le dices a Gerardo que te coja!
-Aaaaaay ¿pero que le pasa a mi novio?
-No me cae bien Gerardo, lo siento Irma, disculpa mi comentario, ese hombre oculta algo.
-Ese hombre es buena persona.
-No tú eres bien tonta o estás en complicidad con él.
-¿Complicidad? ¿Diego que te pasa?
-Nada, perdona, son muchas cosas, tengo una estopa en la cabeza...no...no me hagas caso.
Irma se desnudó. -Creo que necesitas relajarte, te hace falta relajarte...¿Quieres?

Gerardo seguía con Román cargándolo, perdió la erección y tumbó al chico en la cama. -Estoy agotado nené. 
-Deja que te lo mamo para ponerlo duro. -El chico comenzó a mamar arrodillado en la cama mientras Gerardo estaba de pie. Se metía todo el pene en la boca mientras salivaba y se escurría por los bordes de su boca. Gerardo lo tomaba del cabello. Román sintió que Gerardo se agitaba y lo abrazó por las nalgas, presionó y se metió por completo el pene hasta su garganta hasta que sintió el tibio líquido que iba tragando.

Gerardo soltó un suspiro y se acostó en la cama. Luego de unos minutos Román le dijo a Gerardo que se duchara. -Ya va nené, déjame descansar.
-Viejo quiero dar una vuelta por el pueblo, vengo en un rato.
-No nené yo no puedo, estoy cansado.
-¿Puedo ir yo?
-Te vas con uno de los escoltas.
-¿En serio? Viejo no estamos en Caracas.
-Ooookey...pero no te tardes que te quiero aquí conmigo.

Román le escribió a Tomás. Se duchó de nuevo y se vistió.
Gerardo le escribió a los escoltas. -Sigan a Román y me cuentan todo, todo. No lo pierdan de vista.

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