viernes, 6 de noviembre de 2020

Fiebre 7 Capítulo 5

 -Aaaay carajito, ¿Cuándo me ibas a decir lo del pasaporte? Mañana vas a tomarte la foto, hablas con esta persona. La semana que viene lo busco.

-¿La semana que viene? ¿Tan rápido?
Gerardo le dio tres palmadas en la mejilla a Román y se rió. Ve preparando tu bolso para Los Roques y que tu papá e Irma también lo hagan.

Gerardo esperó que Román se fuera a la habitación y llamó a Irma.
-Prepara maletas para varios días, no preguntes no digas nada, haz lo que te digo y punto- Fue a la habitación  y Román se estaba duchando. Gerardo se desnuda y entra al baño Román cantaba una canción de reggaetón. El hombre abre la puerta de vidrio y el chico se asusta, cierra la llave.
-Sigue duchándote.
-Voy a echarme champú.
Gerardo se agarra el pene y comienza a orinar las nalgas de Román.
-¿Que haces?
-¿Tu qué crees? -Detiene la micción, le dice al chico que se agache para orinarlo en el pecho y en la boca. Román lo ve y se muerde el labio de abajo y se arrodilla. Gerardo comienza a orinar de nuevo y dirige el chorro al pecho luego sube y le dice que abra la boca, Román lo hace y comienza a tragarse el líquido amarillo, cuando ya bota las últimas gotas el chico se introduce el pene en la boca y comienza a mamar.
Gerardo echa para atrás la cabeza mientras sujeta la del chico que movía su lengua dentro de su boca. Román comenzó a masturbarse.
Gerardo le apartó la cabeza sacando su pene de la boca y dejó que el semen cayera en los labios y pecho del chico. Lo levantó del piso, le pasó la mano por la barbilla, recogiendo los restos de semen y con sus dedos se lo metió en la boca.
-¿Te gusta como sabe?
-Si.
Gerardo se agachó. -Ahora quiero tu leche en mi boca. -Román comenzó a masturbarse con más rapidez. -Pégame. -Le dijo Gerardo a Román pero este no le hizo caso y seguía masturbándose. -¡Pégame! -El chico le dio una cachetada. -¡Duro! -Román le dio con más fuerza. -¡Más duro! -Está vez le dio con fuerza y a la vez comenzaba a eyacular, Gerardo se metió el pene en la boca para tragarse el semen.
Gerardo se puso de pie. -Así quiero pegarte a ti, con fuerza nené, quiero verte sufrir pero que lo estés disfrutando. Me encanta tu leche.
-Se terminó de duchar mientras Román se secaba afuera. Salió de la ducha. El chico veía las fotos de los hijos de Gerardo, las mismas que estaban en el otro apartamento.

-¿Hubieses querido ser novio de mi hijo? ¿Que él te cogiera? Tendrías el dinero, pero con un chamo de tu edad, no con este viejo.
-No creo que hubiese funcionado, me gustan los hombres mayores.
-Con plata. -Gerardo lo agarró por la nuca. - Un sugar Daddy que te mantenga y te cumpla tus caprichos.
-Yo no te pido nada viejo, salvo que sea algo para mis padres o algo para mí como el pasaporte o un trámite pero caprichos no, tú me has dado las cosas porque has querido, ha salido de ti. No te veo como un sugar Daddy.
Gerardo lo apretó más por la nuca y lo acercó a él. -¿Tu sabes que yo estoy enamorado de ti? Quiero que seas el hombre que me acompañe hasta que esté ancianito.
-Que te cuide y cambie tus pañales.
-Es lo menos que puede hacer, retribuir todo lo que he hecho por ti.
-Yo te estaré eternamente agradecido. -Gerardo lo besó apasionadamente.
-A mi no me interesa que estés agradecido por la ayuda que te doy yo quiero escucharte decirme que me amas. -Román bajó la mirada y Gerardo le levantó la cara por la barbilla. -Dime.
-Te amo viejo. -Tres palmadas en la mejilla, le sonrió. -Termina el bolso, ahora saco mis cosas y las metes en otro bolso. -Se fue a la habitación, Román se quedó en el baño, la temperatura comenzó a subirle y sentía miedo, por primera vez quería escapar de ese apartamento y de la vida de Gerardo.

Gerardo desnudo sacaba cosas del closet y las ponía en la cama, Román terminaba de llenar su bolso. -Vamos ida por vuelta para que tengo que llevar tantas cosas.
-Nos vamos a quedar el fin de semana. Lo decidí.
-Viejo...no te amo...yo...nunca...-Gerardo le hizo un gesto para que se callara.
-No lo digas, hay cosas que uno no quiere escuchar aunque sea la más lapidaria verdad. Me quedo con tu agradecimiento y con tu cuerpo para poseerlo cuando yo quiera. Este fin de semana vamos a pasarla bien mi nené, te lo aseguro.
Román tragó grueso, las palabras de Gerardo salían como cuchillos que se le clavaban en el pecho, su corazón latía a gran velocidad.
-Disfrutaremos este viaje viejo.
Gerardo le sonrió y volteó para sacar lo último que metería en su bolso.

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