jueves, 26 de noviembre de 2020

Fiebre 8. Capítulo 9

 


Gerardo miraba en el celular las fotos que Carlota le había enviado a su madre.

-Mi hija se ha dedicado a acostarse con toda la familia. ¿Y tú? La dejaste ir de la casa, se te escapó.
-Me dio un fuerte golpe Gerardo, estaba enloquecida.
-Fue mi culpa, debí dejarte unos escoltas para que la vigilarán. ¿Pero dónde coño está? Manuel murió.
-¿Y si está con Federico?
Hubo un silencio, ambos se miraron, Carlota se volteó caminando por la habitación.
-Lo que te voy a decir no te va a gustar Carlota, pero al primero que vea yo mismo lo voy a matar, esos dos ya no tienen remedio, son irrecuperables.
-¡Estás completamente loco! ¡No voy a permitir que hagas eso!
-¿Sabes dónde vive Vicente?
-¿Que voy a saber yo? Tenemos añales que no lo vemos.
-Te revolcaste con él, debes saber.
Carlota se puso nerviosa y volteó a ver a Gerardo. -¿Tú me estás siguiendo?
Gerardo se rió con dificultad arrugando la cara. -No te bastó con tirar con él hace 10 años, sino que sigues viéndolo. Con razón tu hija se lo tiró, se enteró y quiso vengarse. ¡Que puta eres! Dime dónde vive  Vicente.
-Yo...te...lo mando por whatsApp. -Carlota cogió su cartera y se fue de la habitación.
-Vete, vete Carlota, me tengo que encargar de matar a mi querido compadre. Yo debo ser el guevón de mi familia, todos tiran con todo y yo pegado al culito de mi nené. Todos me montan cacho.

Unos minutos después Gerardo le dice a Pablo que entre.
-Vas a ir a esta dirección, ahí vive este hombre, es mi compadre. Mátalo.
-¿Hizo algo, busco algo sobre él?
-Pablo, te dije que lo mataras, solo eso. Otra cosa, ¿Que ha hecho Román, que hizo cuando te quedaste con él en el apartamento? ¿Dormiste con él? ¿Te lo tiraste?
-Jefe...no...Román no ha hecho nada fuera de lo normal, ahora está en casa de sus padres. Esa noche tranquilo, dormí con él y ya.
-¿Y ya? Ese carajito tiene un despertar de la sexualidad que me asusta. ¿No te pidió que te lo cogieras?
-Jefe yo tengo mi jeva, yo...no estoy pendiente con hombres.
Gerardo lo veía. -¿Seguro? Mira ese carajito es de temer.
-Seguro jefe, además el chamín es su...pareja ¿No? Con esas vainas no me meto.
-O sea que si el carajito es soltero, te lo coges.
-No...no, je no, esas vainas no me gustan, no me gustan los hombres.
-Dale, vete y haz lo que te pedí y me traes buenas noticias

-Gerardo nos tiene agarrado de las bolas y todo por tu culpa Román, has permitido muchas cosas.
-Yo puedo hablar con él y persuadirlo, él me tiene en alta estima y me escucha.
-No, no, no. No quiero que te haga daño o te mate, te amenace a ti también.
-No chico, pero ustedes hablan de Gerardo como si fuera un matón.
Román vio a Irma con seriedad. -Irma, no tienes ni idea de quién es Gerardo Hernández.
Irma se sorprendió por la seriedad del chico, tuvo un escalofrío y su cuerpo se tensó.
-Me voy a hablar con él.
-Espero que la conversación gire en torno a qué lo vas a dejar.

Román se fue del apartamento.
Llegó a la clínica junto con el escolta. Se puso la mascarilla y se colocó gel en las manos y subió.
Vio al escolta de la puerta y le extrañó no ver a Pablo. Entró.

-¿Hasta cuándo vas a estar acorralando a mi familia y a mi?
-¿Por qué tuviste sexo con mi escolta en mi casa?
-¿Qué?
-Responde Román. Pablo me contó todo.
Román no creía que Pablo hubiese dicho algo. -No sé de qué hablas, ¿ahora que fantasía diabólica se te ocurrió para saciar tus ganas de matar a alguien? 
-No has respondido por qué tiraste con Pablo
-YO NO HE TIRADO CON NADIE Y MENOS EN TU CASA, CON PABLO MENOS. YA DEJAME EN OAZ GERARDO, DEJAME EN PAZ, YA NO QUIERO ESTAR CONTIGO.
-Tu papá ya no tiene que preocuparse por la renta, pueden vivir sin preocupación, nadie los va a botar de ahí nunca, claro, todo dependerá de ti. Pero con esto que acabas de hacer...no te bastó con tirar con el tarado ese de la posada sino que ahora lo haces con mi gente de confianza y en mi propia casa.
-BASTA, YA, SI, SE LO MAMÉ, LE PEDÍ QUE ME DEJARA HACERLO, EL NO QUERÍA Y YO INSISTI, AHORA VE Y MATA AL ESCOLTA ESE Y BOTA A MI PAPA DE SU CASA, LISTO, ESTA MIERDA SE ACABA. -Román se fue de la clínica llorando.

Una hora después regresaba Pablo a la clínica.
-Dame la buena noticia.
-Jefe, no hubo necesidad de matar al tal Vicente. Estaba muerto en su cama, estaba desnudo.
-¿Mi hija lo habrá matado? -Pablo miró a Gerardo.
-Creo que le dió un infarto, presumo, no tengo como saberlo, pero está muerto.
-Pablo, Pablo, Pablo...Román me dijo que si, si pasó algo en mi casa la noche que te quedaste con él. Sexo oral. Te lo pregunté y lo negaste. ¿Ahora que hacemos?
-Jefe...yo. -Gerardo sacó un arma y le escribió al otro escolta para que entrara. Sacó el arma. Gerardo y el escolta lo apuntaron.
-Hey hey hey no tenemos que llegar a esto.
-Jhonny, déjanos solos, llévate mi arma.
Jhonny recogió el arma de Gerardo, vio a Pablo, se sonrió y le dió dos golpes suaves en el hombro y salió.

-Quiero que sigas tu asunto con Román, enámoralo, ten sexo con él, que quede perdidamente enamorado de ti. Que no piense en más nadie sino en ti.
-No entiendo. Yo...jefe yo no soy gay...yo...
-A mi no me importa si no eres gay, enamóralo. Vas a recibir el doble de tu pago, tómalo como otro trabajo. Vas a seguir vigilándolo y contándome todo lo que hace, ¿Ok?
-Ve a buscarlo, no sé adónde fue, pero por lo que me dijo terminó conmigo. Ya veré como hago para que regrese a casa.
-Jefe, no entiendo porqué hace esto...es una locura, es...
-Es lo que te ordeno que hagas. A mí me queda poco tiempo, este negocio es impredecible, quiero que mi nené esté protegido económicamente y sentimentalmente.
-Pero ¿Por qué yo? Tengo novia.
-Termina con ella.
-No...es que yo me voy a casar con ella.
-Tendras un amante, vas a tener mucho dinero Pablo. Podrás hacerlo.

Román estaba en su casa, tanto él como su padre, su madre e Irma estaban recogiendo sus cosas para irse del apartamento.
¿Que hacemos con tu ex mi amor? A mi casa no la voy a meter. Disculpa Román, pero como comprenderás no...
-Tranquila, yo me encargo.
Román recibió una llamada. Era Pablo.

-¿Que quieres Pablo? Eres un traidor.
-¿Dónde estás? Tenemos que hablar
-Recogiendo las cosas del apartamento, nos vamos de aquí.
-Espera, no se vayan de ahí, cálmate, hablamos y cambiarás de opinión.
-No quiero cambiar de opinión, me quiero olvidar de toda esta mierda.
-Hay algo importante que tengo que decirte pero en persona. Espérame allá. No recojas nada por favor.

-No recojan. 
-¿Ya Gerardo te convenció de que te quedes con él?
-El escolta me dijo que quería decirme algo importante que hará cambiar de opinión.
-¿Vas a confiar en un escolta de Gerardo que debe ser otro matón?

Román salió de la habitación y se quedó en la sala esperando la llegada de Pablo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario