martes, 17 de noviembre de 2020

Fiebre. octava temporada. Capítulo 2

 -Aló-

-¿Román?-
-¿Tomás, eres tú?-
-Si-
-Pensaba que...estabas muerto...eso había pensado luego que Gerardo hiciera una llamada-
-No...no, salí del hospital y los matones aparecieron de nuevo en la posada y me amenazaron. Si me quedaba en Los Roques iban a matarme-
-¿Te volvieron a golpear? Este teléfono puede estar pinchado-
-Rápido entonces, no estoy en Los Roques, te aviso por donde me llamas.-
Cerró la llamada y se quedó unos minutos dentro del carro temblando del miedo, el calor que desprendía su cuerpo empañó los vidrios, los escoltas se acercaron y tocaron la ventana.

El chico abrió la puerta y salió. -Estaba contestando una llamada. - Román se secaba el sudor del área del bigote con la mano temblorosa. -Ya voy a entregar los papeles.
Un escolta quedó a unos pasos de ellos, el otro detuvo al chico antes que continuara caminando.
-El jefe llamó, dijo que la próxima vez que hables con Tomás lo va a desaparecer. Sabemos que está en Puerto La Cruz.
Román era un manojo de nervios viendo al escolta, un hombre moreno, alto y musculoso.
-Chamo, te recomiendo que le hagas caso al jefe. Tomás la puede pasar muy mal. ¿Ves al carajo que está conmigo? Nosotros dos le caímos a golpes a tu amigo. No lo expongas a otro peligro.
-No le hagan daño por favor, esto es mi culpa, él no tiene nada que ver.
-Ve a entregar los papeles, te esperamos aquí.

Luego de secarse el sudor, colocarse gel en las manos y ponerse el tapabocas -pensaba que en su caso todo eso era innecesario pero no era momento de dar explicaciones- entró a la oficina, entregó los documentos y el paquete que contenía los dólares para pagar la universidad.
-Me podrían prestar el teléfono por favor, es urgente y personal, necesito hacer una llamada.
-Usa el de ese escritorio, pero rápido.
Román llamó al teléfono que le dio Tomás.
-No tengo mucho tiempo Tomás, estás en peligro, cuídate, Gerardo sabe que me llamaste. 
-Tranquilo, voy a estar bien, en unos días me iré a Caracas y necesito toda la ayuda, tengo unos amigos pero si me puedes echar una mano mientras me instalo.
-Estás loco, se entera Gerardo y me mata a mi también.
-Aléjate de ese tipo Román, es una asesino, narco, corrupto, es lo peor que puede haber en esa ciudad.
-Tengo miedo, no sé que pueda hacer si lo dejo.
-Hay que hacer, algo yo te...
-Tengo que colgar. -Cerró la llamada luego de la mirada que le hizo la secretaria.
-Gracias y disculpe.
-De nada nos vemos en un mes, Bienvenido a esta universidad.

Román regresó a su carro, los escoltas estaban en sus motos.

<<Personas del gobierno y de la oposición involucrados en la fiesta nocturna de Los Roques>>
<Varias de las mujeres que se encontraban en el inmenso yate eran menores de edad y eran acompañantes de hombres de mucho poder.>
-Que mierda, parecen nuevos, no saben hacer la cosas.

Willy tenía sobre él a Federico penetrándolo. Estaban en el Jacuzzi de la habitación de Manuel. El chico completamente drogado brincaba sobre Willy que lo tomaba de la cintura. Federico gritaba, Willy gruñía y le daba cachetadas. El chico pedía más mientras se llevaba la mano a su culo tocando el pene de Willy sintiendo como entraba.
Federico se puso de pie volteándose para que Willy siguiera. Se apoyó con ambas manos de la pared mientras Willy volvía a penetrarlo lentamente viendo cómo su pene desaparecía dentro del culo del muchacho, que debido a la droga estaba jadeando con la voz gruesa y salivaba abundantemente. Nalgadas y empujones, le estiraba las nalgas y volvía a penetrarlo.
Ahora era Federico que se abría las nalgas para que Willy lo penetrara. -¡Dale duro coño, duro, párteme ese culo!
Willy lo haló con fuerza del cabello. -¿Quieres que te parta el culo mariquito?
-Si, ponte bruto. -Willy le dio un empujón y empezó a moverse con rapidez mientras que Federico no paraba de gritar. Empujó más y ahí se quedó mientras eyaculaba apretando con fuerza el cabello del chico. Se acostó sobre la espalda de Federico mientras esté se masturbaba y acababa. Se sentaron nuevamente en el Jacuzzi uno frente al otro.
-Marico, tiras divino.
-Me dejaste cansado, verga...no sigas drogándote así becerro, esa vaina te dilata el culo.
-Ay yaaaaa, deja la vaina. Que divina está el agua.
-Primera vez que me meto en una vaina de estas.
-Aprovecha que no tenemos jefe.
-No tendré jefe yo. -Decía Willy. -Pero yo soy tu jefe ahora pendejo.
-Ay si, no deberías acostarte con la nómina de la empresa, eso siempre termina mal.
-Mal vas a quedar tú si le das culo a otro.
Federico comenzó a reírse y a burlarse de Willy gritándole celoso, este le lanzó agua a la cara.
-Mira, aprovechando que no tenemos jefe, te voy a invitar a un restaurante legal que hay en Las Mercedes.
-¿Vas a llevarme al restaurante para pedir comida para llevar? ¿En serio marico? Llama y que te lo traigan, Manu tiene panas de restaurantes que se lo traen y gratis, llamas de parte de él. 
-Guevón el restaurante está trabajando bajo cuerda, eso sí van puro enchufao y políticos, hay que estacionar a dos cuadras y llegar caminando y entrar por un pasillo oscuro para entrar por la cocina. Ya reservé.
-¿Y que restaurante es ese?
-Se llama Uno.
-Uno...me suena...¿Vamos está noche?
-Si, vístete bien, yo haré lo mismo, quiero celebrar contigo.
-Marico, quién te oye piensa que te cambiaron el cerebro, el malandro jefe del barrio diciendo esas mariqueras, ay si vístete lindo ña ña ña ña ja ja ja.
Willy salió del jacuzzi y tomó una toalla. -Si quieres no vas y me llevo otro culo.
-¿Otro culo? Marico tu vives y respiras por este culo que te acabas de coger, no hables guevonadas. 
-Si, aquí el que tira con cualquiera eres tú, la puta de la relación.
Federico se puso de pie, su pene seguía erecto. -AAAAH así que tenemos una relación, si somos novios. -Se salió del jacuzzi, abrazó a Willy y lo besó. -Me encanta cuando me dices esas cosas.
-¿Cuando te digo puta?
-Guevón...cuando reconoces que somos novios.
-Ve a vestirte.
-Por cierto, mañana me veo con Pastor, hablar lo de Manu y lo que vamos a hacer ahora.
-Y te vas a acostar con él.
-Es probable, seguro va a querer cog...-Willy le tapó la boca.
-VE A VESTIRTE.

Román llegó al apartamento, Gerardo tenía minutos de haber llegado, todavía estaba con la corbata puesta. Se acercó a Román para darle un beso pero el chico movió la cabeza y el beso se lo dio en el cachete.
-¿Ya estás oficialmente inscrito en la universidad?
-Si, ya entregué los documentos, firmé unas planillas y entregué los dólares.
-Que bien nené.
-¿Por qué tienes que atormentarme y exponerme a ese terrorismo psicológico?
-Nené ¿Tú crees que es muy bonito que a un viejo como yo le vea la cara de idiota un niñato de apenas 18 años?
-¿Y por qué sigues conmigo? Déjame.
-No me da la gana. Aprende a ser un hombre de palabra, responsable.
-No le hagas más daño a Tomás.
-Tomás es pelusa de ombligo, muerto de hambre. ¿Que quieres de él? ¿Sexo? Yo te cojo mejor que ese imbécil y tengo el dinero que te gusta, mucho dinero y lo que me pidas te lo doy.
-Déjame libre.
-No. Tomás vive en Puerto la Cruz con unos amigos en una casita que comparten alquiler. Yo levantó el teléfono y mando a explotar la casa con todo y amiguitos. De ti depende que siga vivo.
-Yo no voy a volver a ver a Tomás.
-Si eres inteligente, como sé que lo eres, eso harás, ahora vístete, ponte bello porque vamos a salir. 
-Hoy no quiero tener sexo.
-Tranquilo llegaremos a medianoche así que podemos tirar ya que será mañana.
Román se quedó mirando a Gerardo a los ojos, este le sonrió y se acercó a él abrazándolo y hablándole muy cerca de su boca. -No quiero seguir molesto contigo nené, yo no quiero hacerte daño ni hacerle daño a nadie. - Le dio un beso profundo que Román no rechazó, el aliento lo tenía impregnado de whisky, a Román le hizo arrugar la cara pero aguantó y respondió apasionadamente el beso.
-Yo tampoco quiero estar peleado contigo viejo, me portaré bien y haré lo que me digas, quiero estar contigo.
Gerardo se separó unos centímetros de la cara de Román sin dejar de abrazarlo.
-Yo sé que mientes, sé que no me amas, desde que estás conmigo lo sé. Por eso te puse dos escoltas que van a vigilar cada paso que des. -Otro beso apasionado de ambas partes, el chico abrazó a Gerardo.
-Ya que voy a quedarme contigo y ahora que voy a empezar a estudiar necesito que me asignes un pago mensual para no estar fastidiándote a cada rato.
-Tengo algo mejor para ti. -Le entregó una tarjeta débito y le dijo que tendría el dinero disponible cuando quisiera y la cantidad que quiera y también le dio una tarjeta de crédito negra con crédito ilimitado. -Y si te portas bien te voy a dar un carro del año, pero me tienes que demostrar que te has portado bien, lealtad, solo sexo conmigo y mudito, tu no sabes nada de mi trabajo, solo soy un exitoso abogado. Ve a ponerte guapo para mí que nos vamos en una hora.




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