viernes, 27 de noviembre de 2020

Fiebre 8. Final de Temporada.

 


Luego de explicarle lo que había pasado con el tema del sexo, Pablo le comentó lo otro.

-Gerardo quiere que te enamore, que te enamores perdidamente de mi y me pidió que te convenciera para que volvieras con él.
-¿Qué clase de locura es esta? Yo no pienso volver a esa casa, me sabe a mierda que me quite el dinero y todo.
-Él está muy solo chamo, es una persona madura, sus hijos están de su cuenta y en malos pasos y se divorció.
-No me importa, ha hecho muchas vainas que ya no pienso tolerar, le agradezco lo que ha hecho por mi y mi familia, pero no puede retenerme con chantajes y amenazas.
Pablo estaba moviendo la pierna nervioso pensando en que decirle. -El jefe tiene cáncer.
-¿Qué? ¿Cáncer?
-Con el poco de exámenes que le hicieron por lo del disparo, lo descubrieron, en el páncreas...Román, le quedan meses, está muy avanzado.
-No me jodas Pablo, eso es mentira, eso lo dice para que vuelva.
-Chamo te conté lo quiere que yo haga contigo, no quiere que te quedes solo.
-¿Tú no eres hetero? Con novia y tal.
Pablo se le acercó y le dio un beso metiéndole la lengua. Al fondo Diego e Irma viendo la escena. Pablo le pasó la mano por la nuca y lo acercó, Román lo abrazó, luego llevó su mano a la entrepierna pero no sintió nada, el pene de Pablo no estaba erecto. Se separó.
-Pablo, Pablo, vete.
-Disculpa...esto es nuevo para mi.
-Vete de mi casa.
-No puedo, sigo siendo tu escolta. Voy a estar abajo.

10 días después...

Diego se había mudado con Irma a su casa, vivía con su padres ya mayores, pero no había problema, había espacio para otra persona más. Luego que su hijo Román volviera con Gerardo decidió que no podía seguir viviendo ahí. Su hijo estaba buscando un apartamento para su papá e Irma sin decirle nada, tampoco a Gerardo.

Gerardo ya estaba en su casa y trabajando. Llamó a Pablo para hablar con él.

-Román está conmigo por lástima porque a ti no se te ocurrió mejor idea que decirle que tengo cáncer y de páncreas.
-Efectivamente jefe, no se me ocurrió otra cosa, pero funcionó.
Gerardo le lanzó una carpeta. -Lee.
Pablo leyó el informe. -Coño, eso es lo bueno de tener una clínica y falsificar informes. ¿Se lo muestro a Román?
-Si, claro, si voy a dar lástima que sea con hechos concretos, porque Pablo, no sé de dónde carajos te salió que tenía cáncer de páncreas pero lo que dice ese informe es cierto tengo cáncer y de páncreas.
Pablo se quedó petrificado y se puso pálido.
-No tengo idea si me quedan meses o días de vida pero esta mierda no va acabar conmigo tan fácilmente.
Tocaron la puerta.
-Adelante. Pasa nené. Vete Pablo.
Román le sonríe a Pablo y este sale cerrando la puerta.
-Ven acá nené, déjame darte un un abrazo, ¿Cuándo vas a dormir conmigo? Volví hace cinco días y me tienes abandonado.
-Está noche viejo, está noche dormimos juntos. -Gerardo lo abrazó, Román se agachó un poco para besarlo. Se bajó el cierre y sacó el pene. 
-Mámalo, tengo días que no me hago la paja. -El chico se agachó y comenzó a mamar, movía su lengua entre el pene y lo tragaba completo, le daban arcadas, Gerardo le acariciaba la cabeza mientras cerraba los ojos. -Ahí te va la leche. -Contrajo el abdomen y estiró la pierna derecha mientras inundaba de semen la boca del chico que iba tragando. Tenía la cabeza de Román aprisionada a su pene hasta que sintió que ya se había descargado.
-¿Así le mamaste el güevo al escolta?
Román se puso de pie y se limpió la boca con el anverso de la mano. -Hay necesidad de hacer eso? -Gerardo se puso de pie y volvió a besar a Román para luego quedar sus bocas separadas pero muy cerca.
-Puedes acostarte con quién quieres mi amor, nené, no me importa, pero no me dejes, yo quiero dormir cada noche contigo, hacerte el amor, no me quites eso también, no me ames, no importa yo amo por los dos, pero no me dejes nené.
-Viejo yo...
-No me digas que vas a dejarme.
-No voy a dejarte viejo, me quedo contigo.

Román le dijo a Gerardo que iría a la casa donde vive su papá para dejarle unas cosas y a darle una vuelta a su madre. -Te prometo que cuando mi mamá de a luz la saco de ahí.
-Es una estupidez que tu papá se fuera de ahí. Quédate con ese apartamento. Haz lo que quieras con él.
Román le dió un beso a Gerardo y se fue. Iría a ver sus padres rápido para luego ir a un lugar que Gerardo no podía saber.

-Me llevas a casa de mi papá y luego te digo adónde.
-Carajito yo no soy tu chófer, soy escolta.
-No quiero manejar.
Se montaron en la camioneta y Pablo le lanzó el informe.
-Lee.
Román comenzó a leer el informe, a su cuerpo le comenzó a subir la temperatura, mientras más leía se le venían los escalofríos. Se dió cuenta que el informe tenía el logo de otra clínica, de donde hicieron los exámenes.
Pablo lo veía por el retrovisor. -¿Estás bien?
-Si...
Llegaron al edificio y Román se bajó y a los 15 minutos bajó.
-Ahora vamos detrás del centro comercial Colón.
-¿Que hay ahí?
-Un amigo, luego te digo. Pablo...Gerardo está grave, lo poco que entiendo del informe la cosa no pinta bien, está ruda la vaina.

-Es aquí, ahí, esa tienda.
-Coño, ¿esa vaina no es una marca de ropa?
-Si. ¿Confías en mí?.
-Bueno...si.
-Es mi profesor del colegio ahora trabaja aquí.
-¿Braulio? ¿No murió?.
-Si, ahora tiene otro nombre, otra vida.
-¿Te espero en el carro?
-Acompáñame.
Román llegaba al local, toca la puerta de vidrio. Al local le faltaban detalles pero estaban a días de inaugurar.
Braulio se acercó y abrió la puerta, una sonrisa de oreja a oreja lo recibió.
-No vengo solo.
-Pasen
Pablo se quedó sentado en una silla en la entrada leyendo una revista vieja mientras un obrero remataba una pared cerca de él. -No quiero saber de que hablarán y tampoco me interesa, es lo mejor. -Les dijo a Braulio y Román que se fueron a la pequeña oficina que había en el local.

-Este es mi nombre de ahora en adelante, el otro elimínalo de tu memoria por favor. ¿Ese escolta es de fiar?
-Victor Coll, mijo pero que nombre ja ja ja. Tranquilo, Pablo es pana.
-Te lo estás tirando. -Román lo vio a los ojos y se sonrió.
-Me siento feliz al verte aquí adentro, gracias por venir, aquí puedes venir cuando quieras.
-Gracias Victor.
-Aún tengo ganas de hacerte el amor pero sigues con el asesino.
-Braulio...
-Victor.
-Perdón, si, sigo con él, tiene cáncer.
-No deberías decir esto pero me alegro. Estoy seguro que ese miserable mató a mi hermano. Braulio, ahora Victor comenzó a llorar.
-Epa, no te pongas así...mira esto, enfócate en esta vaina, ponle la energía a esto.
-Tienes que venir a la inauguración.
-voy a ver cómo hago, tendré que venir con Gerardo.
-Yo voy a hacerme unos cambios, tonterías, unos reflejos en el cabello, me lo corto y me pondré lentes, me voy a broncear. Que venga el asesino.

Román se despidió de Víctor y lo abrazó pero Victor fue más allá y lo besó, un beso apasionado que tardó varios segundos.
-Ya se me paró, coño.
-Victor.
-Deja, yo siempre seré tu última opción y ahora estás con esa mole que tienes allá afuera. ¿Pablo?
-Si y no tengo nada con él, es mi escolta.
-Te va a coger, lo sé.
-Dónde estás viviendo.
-Eso no te lo puedo decir. Chao, cuídate mucho.

Se montaron en el carro.
Pablo lo miró por el retrovisor. -Ese pana está enamoradito de ti.
-No digas guevonadas.
-Ay panita, a ese tipo le brillaban los ojos cuando abrió la puerta.
-Pero yo me tengo que enamorar de ti. -Le guiñó el ojo y en ese momento recibió un mensaje.
-Ya estoy en Caracas, necesito verte, quiero que me eches una mano por favor-
-¿Dónde estás? ¿Te busco?-
-Estoy en un hotel en plaza Venezuela, se llama Odeón-
-Te busco-
-Pablo, vamos a la calle de los hoteles, al hotel Odeon.
-Si crees que te voy a esperar mientras tiras, estás equivocado.
-Vamos a buscar a un amigo.
-¿Cómo se llama?
-Lo conoces muy bien. Le caiste a golpes hace unos días.

Pablo pisó el freno y volteó a ver a Román.
-¿De verdad? A ti realmente te gusta el peligro mariquito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario